En el Prater, el parque más importante de la ciudad, aparece el cuerpo de una criada asesinada de forma brutal. Leopold von Herzfeldt, un joven inspector de policía, será el encargado del caso, a pesar de no contar con el favor de sus colegas, que no quieren saber nada de sus novedosos métodos de investigación, como la inspección de la escena del crimen, la obtención de pruebas o la toma de fotografías. Leopold contará con el apoyo de dos personajes del todo dispares: Augustin Rothmayer, el sepulturero mayor del cementerio central de Viena; y Julia Wolf, una joven operadora de la recién inaugurada central telefónica de la ciudad y con un secreto que no quiere que salga a la luz.
Leopold, Augustin y Julia se verán inmersos en los profundos abismos ocultos tras las puertas de la glamurosa ciudad en una carrera para dar con un asesino despiadado que sembrará Viena de cadáveres inocentes.
Opinión: El libro del sepulturero (Trilogía de El libro del sepulturero 01)
Hoy voy a hablaros sobre El libro del sepulturero de Oliver Pötzsch, un thriller histórico que ha triunfado en toda Europa, pero que, bajo mi punto de vista, tiene algunos pequeños detalles que le restan la brillantez que yo esperaba.
Voy a comenzar por comentar algo que considero importante para los lectores y que en cambio la editorial parece haber olvidado mencionar.
El libro del sepulturero se trata del primer libro de una trilogía que tendrá como protagonistas al inspector Leopold von Herzfelt, al sepulturero Augustin Rothmayer y a Julia Wolf, teleoperadora de la policía. Esa trilogía compartirá título, según el autor, con este primer libro.
¿Por qué hago esta aclaración? pues porque yo, como lectora, suelo frenarme ante libros que forman parte de sagas de los cuales se desconoce cuándo será su próxima publicación o, simplemente, si la editorial optará por publicarlos. Se sabe, también por una entrevista que he leído del autor, que esta trilogía ya tiene publicadas en Alemania la primera y segunda parte, así que solo queda esperar a que la editorial se pronuncie.
La novela está ambientada en los años finales del siglo XIX, una etapa muy importante a nivel tecnológico. En esa época surgieron los nuevos métodos de investigación que cambiarían el modo de luchar contra el crimen.
Esos avances, como la toma de huellas dactilares a los posibles sospechosos ideado por el inglés Francis Galton y el archivo para identificar delincuentes desarrollado en 1879 por Alphonse Bertillon se sumaron a la física, al análisis psicológico y a la química en el tema de las investigaciones policiales.
El protagonista principal va a ser Leopold von Herzfeldt, un joven inspector de policía que llega a Viena y que se verá inmerso en una investigación cuyos asesinatos parecen recordar en algunos detalles a los pertrechados unos años antes en Londres por Jack el Destripador.
Leopold es alguien que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y que sigue los modernos métodos de investigación relacionados con la criminalística moderna, centrándose en los aspectos puramente objetivos de un caso y que emplea la lógica y la observación precisa en lugar de centrarse solo en los conceptos teóricos que emplean sus colegas.
Leo es la figura fuerte de esta historia y, por lo tanto, sobre él va a recaer el peso de la investigación, aunque para llevar a cabo esa complicada labor va a contar con ayuda.
Augustin Rothmayer, el sepulturero mayor del cementerio central de Viena, va a actuar como coprotagonista aunque no llega a tener una actuación demasiado activa. Sus intervenciones se limitan a momentos puntuales, eso sí, determinantes.
Donde sí vamos a contar con una presencia fija de este personaje va a ser al comienzo de todos los capítulos, ya que se inician con unos breves apuntes del Almanaque para sepultureros, un libro que él está escribiendo.
Ese Almanaque para sepultureros es una obra ficticia, pero como nos indica Oliver Pötzsch en las notas finales, está inspirada en algunos libros de viejo, entre ellos el Handbuch der Medicinischen Policei, un manual de medicina policial que fue publicado en 1848 y que contiene algunos detalles macabros que sí podemos encontrar en esta novela.
Y por último llegamos a Julia Wolf, una joven operadora de la central telefónica de la policía.
Este personaje debo decir que inicialmente es el que menos me ha gustado.
A mí no me ha aportado nada, incluso debo decir que algunas escenas en las que participa no me han resultado creíbles por lo forzado de la situación.
El autor comenta en una entrevista que quería que su obra contase con una mujer interviniendo de forma activa en la investigación, pero que ese registro no se ajustaba a la realidad de la época.
Creo, y que no se me ofenda nadie porque es solo mi opinión, que cuando quieres aportar a una historia una gran dosis de realidad debes ceñirte a los datos.
Intentar imponer una profesión no usual a la época o un perfil demasiado exagerado a un personaje, solo puede dar como resultado la falta de credibilidad al conjunto de la obra, dando la sensación de que es una impostura, un engaño con apariencia de verdad dentro del elenco protagonista.
En resumidas cuentas, porque no quiero extenderme más ni profundizar en este tema, el perfil de Julia tan exagerado me ha sobrado, me habría servido con una actuación más sencilla, sin llevar al límite y eso le habría aportado el realismo que le falta y que era lo que buscaba precisamente el autor. Veremos qué ocurre en las próximas novelas.
El otro apunte negativo o menos positivo de la novela, por decirlo de algún modo, es la previsibilidad de algunas escenas o la actuación de algunos personajes en momentos concretos. Sobre este aspecto no voy a entrar en detalles porque en general el libro está muy bien y para mí es una lectura muy recomendable, no me malinterpretéis, pero hay algunas escenas en las que el lector se adelanta y restan de brillantez a algunos de los que deberían ser grandes giros argumentales. Esto, como siempre, es una cuestión de gustos y depende de con lo que se conforme cada lector.
Por otro lado, y hablando ahora de lo positivo, debo hacer una especial mención a la lograda recreación de la época y a la ambientación de la ciudad de Viena, sobre todo en lo referente al ambiente nocturno y festivo, así como de los escenarios tétricos y oscuros por los que se mueven los personajes.
La calidad de esas descripciones, al igual que las que el autor hace sobre el modo de vestir de cada uno de los personajes es un detalle que contrarresta todo lo mencionado en el párrafo anterior y suma puntos a favor de esta lectura.
Tampoco puedo olvidar mencionar que esta novela parece contar con un hilo musical para acompañar a cada capítulo, ya que a lo largo de toda la obra aparecen mencionadas diversas obras musicales que complementan el tema de la ambientación que he citado anteriormente.
Para ir terminando...
El libro del sepulturero es una novela policíaca de ficción y como tal hay que leerla, aunque eso sí, el autor ha hecho un excelente trabajo de documentación sobre la época y en algunos momentos realidad y ficción pueden caminar de la mano.
Algunos personajes de los que aparecen sí existieron realmente, pero lógicamente su actuación en esta obra está novelada e incluso se les ha dado un perfil que no se adapta a la realidad, por ejemplo: el comisario de policía Moritz Stukart y el jefe superior de policía Albert Stehling que dirigieron realmente la Oficina de Seguridad de Viena en 1893, época en la que está ambientada esta historia.
También encontramos un homenaje a Hans Gross, juez instructor de la época que escribió el primer manual de criminalística y que hoy en día, actualizado, sigue siendo una obra de consulta.
Y ahora sí que termino con una recomendación.
Si os interesa la época o los escenarios de esta novela os recomiendo ver una serie de televisión: Vienna Blood, muy al estilo de esta novela.
Vienna Blood es una serie policíaca ambientada también en la ciudad de Viena de comienzos del siglo XX. Está basada en la saga de novelas Liebermann, escritas por Frank Tallis y que tienen como protagonista a un médico y estudiante de Sigmund Freud que acompañado de un detective resuelven crímenes ocurridos en la ciudad. También se trata de forma directa el tema del creciente movimiento antisemita en Europa, algo que también se ha tratado en esta novela.