"Ahora sé que la maldad se esconde donde menos lo esperas, y que los sitios donde te creías más segura pueden resultar los más peligrosos."
Esto es lo último que escribió Sophia en su diario, casi un año atrás. Desde entonces nadie sabe nada de ella, aunque las pruebas apuntan a que se quitó la vida arrojándose de un puente y que el hecho está relacionado con un vídeo escabroso que se viralizó en el instituto. Sus padres se niegan a creerlo. Su hija no es la clase de persona que haría algo así.
Cuando meses después el chico que lo grabó aparece muerto de un martillazo en la cabeza, hay quienes se atreven a pensar que quizá Sophia está viva y que su desaparición forma parte de un plan que ella misma ha puesto en marcha.
Camila Jones, una celebridad del periodismo de investigación temporalmente retirada, recibe la inesperada visita de un periodista local que quiere que se involucre en el caso. Ella no tiene ninguna intención de acceder, pero la revelación de que Sophia está ligada a un hecho de su pasado que nadie conoce la lleva a aceptar la propuesta y a buscar la verdad a cualquier precio.
Camila Jones, una celebridad del periodismo de investigación temporalmente retirada, recibe la inesperada visita de un periodista local que quiere que se involucre en el caso. Ella no tiene ninguna intención de acceder, pero la revelación de que Sophia está ligada a un hecho de su pasado que nadie conoce la lleva a aceptar la propuesta y a buscar la verdad a cualquier precio.
Opinión:
Federico Axat es un autor que a mí nunca me falla y que, tras la lectura de cada una de sus obras, siempre deja una sensación de trabajo bien hecho, por eso es tan difícil resistirme cuando sé que ha publicado una obra nueva.
La clave de este autor es que, al igual que ocurre con Stephen King, construye sus historias a partir de hechos cotidianos; esa normalidad con la que tiñe sus obras es lo que provoca ansiedad, porque no hay nada que de más miedo que poner al lector ante el dilema de enfrentarse a una situación tan común que le podría suceder a cualquiera.
Pero vamos al argumento porque hay alguna cosilla en la sinopsis que nos puede distraer o confundir.
Sophia desaparece. La policía encuentra un trozo de su vestido en el río con lo que cobra fuerza la hipótesis de su suicidio.
Lógicamente, los que conocen bien a Sophia sostienen que es imposible que haya tomado esa decisión.
Meses después Dylan Garrett, el matón del colegio aparece muerto. Sobre esta idea se construye la historia, pero esos hechos son solo dos de los eslabones de lo que terminará convirtiéndose en una compleja cadena.
La novela se divide en dos partes, cada una de ellas ronda los cincuenta capítulos, pero son de muy corta extensión.
La primera parte está dedicada íntegramente a presentarnos a los personajes y plantear el conflicto, lo que deja toda la segunda parte a su resolución.
Esta primera parte tiene un par de hilos argumentales. En uno de ellos se nos presenta a Camila, la periodista que se encargará de cubrir la noticia de la desaparición de Sophia; el otro hace retroceder la trama cinco meses, centrándose en la pandilla de Sophia.
Ambas tramas se irán alternando al tiempo que avanzan de forma lineal hasta llegar a converger en la fecha actual.
La segunda parte también está compuesta por dos líneas argumentales. Volvemos a tener a Camila como protagonista principal en una de ella y veremos como avanza su investigación. La otra línea corresponde íntegramente a Sophia.
Los capítulos son muy breves y como las historias de los personajes se van solapando, Axat lo aprovecha para incluir en ellos un recurso literario muy potente que genera tensión dramática, ya intuiréis que os estoy hablando del Cliffhanger que deja una escena interrumpida para saltar al otro hilo argumental y retomar esa escena más tarde generando intriga.
Es una novela de la que no se puede decir mucho porque corremos el riesgo de dar alguna pista y tirar por tierra la lectura, lo que sí os puedo decir es que es una trama muy dinámica y que el autor sabe como atraparnos en ella, porque es un maestro generando tensión.
En la hija ejemplar vamos a tener elementos que ya hemos visto en otras obras de Axat, por ejemplo, la protagonista principal es una adolescente; hay una pandilla; una desaparición como tema central; pero sobre todo, lo que cala en los lectores es que al final nada es lo que parece, el autor aprovecha el factor sorpresa que provocan lo giros argumentales y termina teniendo tanta importancia el inicio de la historia como el final.
Hay una frase que aparece en esta novela y que resume también, a la perfección, otro de esos detalles tan comunes que vamos a encontrar en esta novela:
"La verdad es valiosa, por eso aquí la dosificamos".
Y eso es precisamente lo que hace Federico Axat durante el desarrollo del argumento. La verdad se nos administra en pequeñas dosis, lo que sucede es que esa dosificación de datos termina convirtiendo las verdades a medias en mentiras.
Ya sabéis que una verdad a medias es una falacia en la que se presenta algo creíble y nos hace creer que el resto de la información es cierta, algo que termina llevándonos por el mal camino de la especulación. Porque como se suele decir, una verdad a medias será tarde o temprano una mentira completa.
Para terminar os diré que el autor incorpora en la trama un guiño a su primera novela, Benjamín, ya que un personaje acaba de terminar de leer precisamente ese libro.
Como os he dicho al comienzo, Axat no decepciona, así que en La hija ejemplar tenéis otro excelente thriller que os hará pensar.