Mostrando entradas con la etiqueta Joaquín Berges. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Joaquín Berges. Mostrar todas las entradas

martes, 21 de mayo de 2019

Nadie es perfecto de Joaquín Berges

Sinopsis:

En Kenwood Manor, una gran mansión en medio de la campiña inglesa, los Whirlpool dan una gran fiesta con invitados de diferentes procedencias.
Entre ellos, un investigador privado, al que encargan un difícil e inesperado cometido: desentrañar quién es el heredero de la familia.
En sus pesquisas pronto sabrá que no lo tiene fácil, pues descubre algunas aficiones secretas de los aristócratas ingleses, y que por la casa pululan más personajes excéntricos de los que esperaba: desde el abuelo enloquecido que se declara inocente de un supuesto crimen, hasta chicas y pretendientes cazadotes, así como un impertérrito mayordomo, Harrods, que no le quita ojo, digno heredero del mítico Jeeves de P.G. Wodehouse.

Opinión:

Hoy os traigo al blog una comedia, publicada en 2015, cuyas páginas están plagadas de infinidad de situaciones absurdas. Como esta obra está compuesta casi al cien por cien por diálogos, esto la convierte en perfecta para ser representada como obra de teatro.
La podríamos clasificar dentro del Vodevil, por la cantidad de enredos, conversaciones picantes y juegos de palabras que vamos a encontrar, o dentro del Burlesque, ya que algunas escenas empujarán a los protagonistas al mayor de los ridículos, sumiéndoles en trances socialmente inaceptables.
En algunos de esos momentos que he mencionado, resulta casi imposible reprimir la carcajada, pero también debo advertiros de que no es una historia que me haya convencido del todo, por el retrato demasiado ácido que hace de determinadas estampas y que algunos lectores podrían considerar fuera de tono.

El autor, Joaquín Berges, consigue desarrollar un argumento muy similar al que nos encontramos en algunas comedias americanas de la época dorada de Hollywood, donde las escenas se suceden resultando cada vez más disparatadas e incluso surrealistas. Parece que nos encontramos sumidos en un profundo sueño febril del que nos cuesta escapar.
En el primer párrafo de esta reseña os advertía de algunas escenas en concreto que podrían resultarnos incómodas, en cambio otras hay que reconocer que aparecen cargadas de diálogos chispeantes.
Muchos de los personajes con los que vamos a encontrarnos parecen extraídos del teatro del absurdo, ya que no solo cuestionan la sociedad, sino que también a la hora de comunicarse con el resto del elenco protagonista, disfrutan creando obstáculos, llevando una conversación, en apariencia sencilla y coherente, hasta el mayor de los sinsentidos.
Pero hay algo en el conjunto que no termina de encajar...
Bajo mi punto de vista, el autor no consigue una obra armónica; pasa de un humor fino y elegante, a narrar situaciones burdas y que podría considerarse que rozan el mal gusto.
Esto en concreto, crea un desequilibrio que rompía mi ritmo de lectura y es lo que ha hecho, en parte, que no me llegase a convencer.

Me ha gustado mucho la parodia que se hace de las novelas enigma; el doble juego que existe en algunos de los diálogos, donde podemos apreciar el ingenio del autor, pero por el contrario, el comportamiento de los personajes resulta demasiado exagerado, y eso les llevaba a moverse por las escenas forzando al límite sus actos.
Puede que penséis que en esto último es donde radica la gracia de las comedias de enredo, pero a mí esa sobreactuación, ese histrionismo con el que se ha caracterizado a los personajes terminaba por desesperarme.