Sinopsis:
El cabo José Souto,Holmes, lleva casi un año sin conseguir resolver el caso de asesinato de un joven aristócrata local, que ha conmocionado a la localidad de Corcubión, en la Costa de la Muerte gallega. La llegada de su amigo Julio César Santos, el caprichoso y millonario detective madrileño, y su oferta de ayuda estimulan su amor propio y lo obligan a replantearse la investigación. Entre ambos, cada uno con sus particulares métodos, descubrirán que hasta las mejores familias tienen sus secretos y sombras, y cuán poderosos y dañinos pueden ser el amor, el odio y la venganza, aunque no siempre de la forma más evidente. Una vez más, el cabo Holmes tendrá que hacer acopio de todas sus capacidades deductivas para, con algo de ayuda de su amigo Santos y sus no tan ortodoxos procedimientos, en los que casi siempre interviene alguna mujer, poner fin a una investigación de complejas conexiones e inesperado desenlace.
La quinta entrega de esta saga, que tiene por protagonista a ese cabo, al que todos apodan Holmes, por esa agudeza tan inusual, comienza con sorpresas.
Y es que varias cosas han cambiado, en la vida del cabo Souto, desde la última vez que tuvimos noticias suyas.
La primera, es que por fin se casa con Lolita, su novia de toda la vida; la otra es que el sargento Vilariño, jefe del puesto de la Guardia Civil de Corcubión, se ha jubilado, lo que sitúa a Souto aunque de manera provisional, como jefe del puesto; y la tercera y quizás más importante, es que Holmes se encuentra en una etapa en blanco. Tiene un caso abierto por asesinato, aparcado sobre su mesa desde hace un año y no consigue hacerlo avanzar.
En este punto entra en escena de nuevo el detective madrileño Santos.
Como ya avance en las anteriores reseñas de esta saga, Holmes y Santos, esta pareja tan distinta entre sí, forman un tandem perfecto, cuyas investigaciones se solapan y complementan a la perfección.
Matar al heredero comienza de forma bastante pausada, más relajada que las anteriores.
Podemos incluso pensar, que en esta nueva aventura, se va a dar más protagonismo a la parte personal que a la profesional. Parece que Holmes ha perdido un poco de fuelle, esa chispa que le hacía parecer infalible y que se basaba en argumentos incuestionables.
Santos, esta vez, será el que adquiera mayor protagonismo, y quien por simple curiosidad y/o aburrimiento, marcará el ritmo de la novela, al tiempo que retoma una nueva línea de investigación, en este caso que se encuentra estancado, en un callejón sin salida.
Sobre el argumento puedo deciros, que el joven asesinado es hijo de un médico adinerado de la zona y que según va avanzando la investigación, iremos viendo como no era el hijo perfecto que todos pensaban y escondía bastantes secretos.
Esos secretos son precisamente los que empujan y alimentan el interés de Santos por el caso y que harán que la trama vaya aumentando en intensidad.
Cada pista, cada descubrimiento, aportan un nuevo giro argumental a la trama, que nos mantendrá pegados a sus páginas.
Carlos Laredo vuelve a sorprendernos al tiempo que nos deleita con jugosas descripciones que muestran la belleza de las tierras gallegas.
He notado una evolución en su escritura e incluso puedo decir, que este libro, me ha gustado bastante más que los anteriores.
Los motivos son varios y paso a razonarlos:
El primero es que el argumento, dentro de su complejidad, resulta más normal, alejado de grandes complots, organizaciones delictivas y multinacionales con mucho que ocultar.
El segundo, es que hasta el momento en todas las investigaciones, Holmes y Santos nos marcaban el ritmo a los lectores. Nos indicaban con sus averiguaciones por donde iba la trama.
El lector tenía poco margen para elucubrar, las investigaciones de Santos y Holmes fluían, se solapaban, y al final, resolvían el caso casi sin titubear.
Los casos eran complejos y ellos infalibles.
En esta nueva aventura, eso ha cambiado. Holmes está literalmente perdido, tanto es así, que sin pedírselo, Santos decide investigar por su cuenta.
Los lectores en esta ocasión disponemos de más tiempo, más páginas y de las mismas pistas que ellos para intentar resolver el caso.
En esta parte he podido interactuar más, visualizar los hechos al tiempo que los protagonistas, he tenido la posibilidad de detectar posibles pistas ocultas, mientras que las anteriores novelas, me limitaba a leer y a pasar el rato.
También he visto a un Holmes más humano, por el que ha pasado irremediablemente el tiempo, pero que creo que aún tiene mucho que dar y que seguro que en un futuro muy próximo volverá a deleitarnos con grandes sorpresas.
Lo que menos me ha gustado, ya lo comenté con anterioridad. son los personajes femeninos.
Creo que Lolita tiene poca visibilidad en esta saga y debería tener más protagonismo y abandonar ese papel arcaico de "ángel del hogar".
Holmes y Lolita, son una pareja joven, y cuando uno en su casa tiene invitados, las funciones y labores se comparten. Las copas y los aperitivos se toman todos juntos, y no queda muy bien, que Lolita esté en la cocina, mientras ellos hablan de cosas de chicos...
Por otra parte el personaje de Marimar, es según mi opinión, totalmente prescindible. El carácter fuerte de una mujer, el temperamento, no se demuestra con un lenguaje soez ni barriobajero.