La ateniense Altea, una de las más brillantes discípulas de Platón, no sabe que tiene a su peor enemigo en su propia casa, y que tanto ella como el bebé que espera se encuentran en peligro. Por su parte, su amigo y maestro Platón arriesga la vida para intentar hacer realidad su gran proyecto: un gobierno en el que impere la justicia en lugar de la corrupción, y donde la razón se imponga a la retórica vacía de los demagogos. Un gobierno ideal que traería la paz a los pueblos y en el que las mujeres podrían llegar a gobernar.
Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.
Tensión, intriga, traiciones y un amor que desafía a su época confluyen en una novela que recrea de modo impecable el tapiz de la Grecia Clásica y las ideas revolucionarias de Platón, el filósofo más influyente en la historia de la humanidad.
Como telón de fondo, el surgimiento de una nueva potencia liderada por el invencible general Epaminondas, uno de los mayores genios militares de todos los tiempos, pone en juego la supervivencia tanto de Esparta como de la propia Atenas.
Tensión, intriga, traiciones y un amor que desafía a su época confluyen en una novela que recrea de modo impecable el tapiz de la Grecia Clásica y las ideas revolucionarias de Platón, el filósofo más influyente en la historia de la humanidad.
Opinión:
Va camino de cuatro años que reseñé el libro de Marcos Chicot "El asesinato de Sócrates", y en cambio parece que fue ayer cuando lo leí, ya que el recuerdo de su argumento y sus personajes perduran aún en mi memoria.
En esta nueva novela la trama nos sitúa en Atenas, casi tres décadas después de la muerte de Sócrates.
Atenas atraviesa el período de mayor esplendor cultural desde la guerra del Peloponeso, pero un nuevo peligro aparece en la escena griega y amenaza con terminar con esa época dorada: el ejército de Tebas.
En este nuevo libro vamos a encontrarnos en sus más de novecientas páginas, una recreación perfecta de una época llena de guerras y conflictos, en la que como es natural también habrá espacio para el amor y los discursos filosóficos.
A lo largo de la lectura también vamos a encontrarnos con algunas páginas diseminadas, a modo de separadores entre capítulos, en las que conoceremos más datos sobre el filósofo y su doctrina.
Por otro lado y al igual que sucedía en la anteriormente citada, en El asesinato de Platón la mayoría de los personajes que se nombran son reales y los hechos en los que participan han sido recreados de acuerdo a la documentación que se conserva sobre ellos.
La trama contiene obviamente hilos de ficción, con personajes creados expresamente para ello y sus acciones están sujetas a las fuentes históricas, por lo que lo narrado podría perfectamente haber sucedido tal y como se cuenta, con eso no quiero decir que no se permitan algunas licencias dramáticas.
También quiero comentaros que ambas novelas, aunque son de lectura independiente, tienen en común que los acontecimientos y algunas hilos escénicos se suceden en el tiempo, aunque haya una separación de treinta años, por lo que los personajes que intervinieron en el pasado vuelven a aparecer en momentos puntuales, dando con ello el relevo a sus descendientes que se convierten en los nuevos protagonistas.
Por ese motivo, a los que ya leísteis la anterior obra de Chicot os sonarán algunos de sus personajes.
Ese es precisamente uno de los detalles que más me ha gustado de esta nueva obra que narra la vida hasta los últimos días de uno de los pilares de la filosofía, que los personajes que ya conocemos y a los que tomamos cariño en su día, salten de una novela a otra evitando que les olvidemos.
Otro detalle respecto a los personajes...
Todos ellos, sin excepción, tanto reales como ficticios, hombres o mujeres, aparecen descritos con un detalle minucioso.
No voy a profundizar en este tema porque no quiero quitaros la satisfacción de que los conozcáis de primera mano, porque la admiración de los demás sobre un personaje, o más bien, en este caso en concreto la mía, no debe impediros formaros vuestro propio criterio sobre ellos.
Lo que sí os diré es que algunos experimentan una evolución tan compleja que terminan convertidos en personajes totalmente diferentes a los que conocimos en las primeras escenas, podría decir que al final nos resultarán casi irreconocibles.
Y antes de dejar de lado este apartado no quiero olvidar mencionar, aunque sea a modo muy general, a uno de los protagonistas, en este caso femenino: Altea.
Chicot de nuevo vuelve a destinar uno de los papeles principales a una mujer, a una de esas que hicieron valer su inteligencia para hacer visible su papel y allanar el camino a las que vendrían después.
"Platón afirma en La república que no hay oficio alguno que sea propio únicamente de las mujeres. El varón engendra y la mujer pare, mas la naturaleza del hombre no difiere de la de la mujer con relación a las artes y los oficios" [...]
Y ahora para terminar:
Chicot es un autor que consigue crear un drama rebosante de suspense, intriga y golpes de efecto.
Esa sería una descripción muy concisa y aplicable a la trama ficticia de todas sus obras, pero si a eso le sumamos los temas históricos tan interesantes que elige de fondo, el modo ameno y didáctico de narrarlos, y los personajes reales con los que nos encontraremos, el resultado final es una trama envolvente y seductora, donde realidad y ficción se dan la mano, y creo que esos son estímulos positivos más que suficientes para empujarnos, a los amantes de la novela histórica, a leer todos sus libros ya escritos y los que vendrán en el futuro, porque si seguimos con la tendencia vista hasta ahora, aún le quedan algunos filósofos por quitarse de en medio y que ya hacen acto de aparición en esta historia.
"Platón proponía que gobernaran aquellos que no ambicionasen el poder y hubieran seguido un largo proceso de formación que los convirtiera en los más aptos para gobernar. De ese modo, se elegiría a los gobernantes igual que a los médicos, a quienes no se escoge por aclamación popular, sino por su aptitud para ejercer la medicina."
Enciclopedia Universal, Socram Ofisis, 1931