Carlos y Coral forman un acomodado matrimonio cuya plácida vida se ve drásticamente alterada cuando su hijo Nico, que está entrando en la adolescencia, aparece envuelto en un accidente que se salda con la muerte del perro de la familia. Pero, ¿se trata de un accidente?
Ante el empeoramiento de su conducta antisocial, acuden a Julio, psicólogo infantil, que trata de entender las acciones del chico por su común afición por el ajedrez. Comienza un pulso entre médico y paciente en donde, se entretejen estrategias, se realizan movimientos en falso y sacrifican peones. Julio se verá atrapado en una peligrosa red de mentiras, inquietante telaraña en la que hasta el final persistirá la duda sobre quién manipula a quién. Y si no consigue descubrir a tiempo el terrible secreto que esconde Nico, personas inocentes pagarán sus errores con la vida...
Una adictiva novela de ritmo endiablado, bien escrita, que seduce y hechiza desde la primera página.
Opinión:
Una breve reflexión para empezar...
Noticias como esta que inundan los periódicos a diario no deberían sorprendernos, pero en cambio, cuando las leemos, no dejamos de sentir un escalofrío y un malestar que tarda en abandonarnos.
Este libro en concreto lo tenía desde hace mucho tiempo esperando, pero no veía el momento oportuno para ponerme con él, y fue precisamente esa noticia la encargada de dar el pequeño empujón necesario para comenzar su lectura.
Habrá quien opine que no es una lectura para todo el mundo, es cierto, pero de vez en cuando debemos arriesgarnos, pasar esa pequeña barrera que nos frena ante una lectura arriesgada, poco amable, y leer para conocer lo que está ocurriendo a nuestro alrededor.
El caso es que no sirve de nada mirar hacia otro lado.
Ha dejado de ser un problema que afectaba a terceros, del que solo teníamos conocimiento de oídas, para pasar a convertirse en uno de los problemas que más alteran la vida familiar y académica hoy en día.
Me estoy refiriendo al maltrato, acoso físico o psicológico. Y aunque este libro de ficción se centra en analizar el comportamiento de un adolescente, quizás llevado hasta los límites; ese mismo comportamiento podemos encontrarlo en todas las etapas de la vida, desde edades tempranas en el colegio, con el denominado bullying; en adultos, en el entorno laboral (mobbing); o degenerando en cualquier tipo de violencia, como podremos ver en esta novela.
Nadie está a salvo y todos somos responsables en mayor o menos medida.
Pero centrémonos en el libro y en su personaje...
Culpamos siempre al que lo hace, pero también son responsables los padres permisivos y familiares cercanos que no solo justifican el comportamiento sino que optan por sobreproteger, intentando tapar una actitud que saben se aleja de la normalidad; el maestro que mira hacia otro lado y/o el compañero que ánima o apoya con sus risitas...
Esa complicidad es lo que alimenta y hace fuerte al manipulador, al maltratador.
Conocí a este autor por un artículo de un periódico, no recuerdo si el motivo de la entrevista era que su obra iba a salir publicada o que habían vendido los derechos para llevarla al cine, la verdad es que eso es lo que menos importa.
Su mensaje, que he recuperado, era lo verdaderamente importante y decía así:
Querido Caín...
Está claro que todos tenemos obsesiones que nos acompañan o persiguen.
Los escritores no están a salvo de ello, por ese motivo muchos de sus miedos, inquietudes o pensamientos recurrentes, terminan siendo plasmados o reflejados en sus libros.
Ignacio García-Valiño fue un autor zaragozano que en su profesión como psicólogo-pedagogo y orientador escolar, trató entre muchos, el tema del que hoy os hablo.
Su experiencia en un campo tan amplio se ve reflejada a lo largo de toda la obra y la convierte en un trepidante thriller psicológico que explora las profundas raíces del mal.
También se ve reflejado en esta obra el acoso al que él mismo fue sometido en su etapa escolar...
Este libro como digo, llevaba mucho tiempo esperando y de lo único que me arrepiento es de no haberlo leído antes.
El protagonista es Nico, un preadolescente de familia acomodada con un comportamiento antisocial. Sus padres, Carlos y Coral, ambos profesionales reconocidos en sus campos, disponen de poco tiempo para pasar con sus hijos.
Nico tiene una hermana pequeña a la que adora, más dependiente lógicamente por su edad, y aunque ambos son buenos estudiantes, para sus padres solo cuentan los resultados y las cifras. Alaban más lo que la niña hace porque consideran que tiene más mérito y olvidan aplaudir los logros de Nico.
Éste ve que el comportamiento de sus padres hacia él es más distante y su actitud está causando que ese alejamiento se acentúe.
Lo cierto es que con el paso del tiempo se ha convertido en un niño introvertido que no da muestras de tener sentimientos. Un manipulador perverso al que le cuesta relacionarse y que destaca por ser superinteligente. Y ya se sabe... la inteligencia es una herramienta maravillosa pero que se convierte en un arma peligrosa si no se gestiona de la forma correcta.
La estructura...
Nos encontramos ante una novela con una estructura compleja que incorpora pequeños cambios según avanzamos en la novela.
Nada más empezar el relato nos encontramos sumergidos de golpe en mitad del problema, desde la primera página somos testigos de la inmensa maldad de Nicolás.
Los primeros capítulos son el medio para presentarnos a los personajes implicados y el encargado de hacerlo es un narrador omnisciente.
Desde ese momento lo que más destaca es el tipo de narración, una exposición ordenada de los acontecimientos que cede en momentos puntuales la visión a los personajes implicados.
De esa forma conocemos cuanto acontece alrededor de cada uno, sabemos lo que piensa y cómo se enfrenta al problema.
Esta estructura es básicamente el propulsor de la novela, ya que con estos saltos entre personajes hace que la historia avance sin demora, pero lógicamente esta linealidad de los acontecimientos tiene que romperse en algún momento, para explicar, intentar descubrir el origen del conflicto o simplemente para dar más profundidad a la historia.
La ruptura estructural nos llega con la incorporación de algunas escenas retrospectivas que ayudan a que conozcamos parte del pasado de los protagonistas.
Pero esa no será la única vez que la estructura de la novela se vea alterada, aún nos aguardan un par de sorpresas más.
También encontraremos unos escuetos apuntes, las reflexiones del psicólogo sobre el caso. Fáciles de reconocer por el cambio de fuente y donde veremos reflejada la difícil relación que mantiene con el joven, el miedo a no encontrar solución a sus problemas o a errar en el diagnóstico.
Y por último, llegando casi al final, puede que como recurso para acelerar la trama, nos topamos con la narración de un par de escenas que suceden de forma simultanea, un detalle curioso que rompe la monotonía.
Nico, Coral, Carlos y Julio son los personajes sobre los que se sostiene esta historia, aunque tampoco hay que restar mérito a algunos secundarios que resultan de vital importancia para el desarrollo y desenlace de los acontecimientos.
Lo que frena la lectura en los primeros capítulos, es que cuesta hacerse con los personajes. Aunque he mencionado que solamente son cuatro o cinco sobre los que recae el peso de la historia, es cierto que se nombran bastantes más. Esa ligera confusión, es algo puntual, desaparece según avance la novela.
Lo que menos me ha gustado.
El autor se centra, quizás demasiado, en el triángulo amoroso que existe entre Coral, Carlos y Julio y hace una radiografía crítica de lo más profundo de cada uno de ellos. Veremos los esqueletos que cada uno guarda en su armario y los fantasmas que cada noche amenazan sus sueños.
Quizás lo más importante de toda la obra son las preguntas que se le plantean una y otra vez al lector. Preguntas para las cuales no creo que exista respuesta...
Como habéis podido observar se trata de una lectura compleja e inquietante que sorprende por lo bien escrita que está. Se nota el trabajo que hay tras ella y que surge de la pluma de un gran experto en la materia.
A mitad de la lectura nos espera un giro espléndido y un golpe final que nos causará vértigo.
Como ya he avanzado considero que es una novela muy recomendable sobre la que no pasa el tiempo.
Me estoy refiriendo al maltrato, acoso físico o psicológico. Y aunque este libro de ficción se centra en analizar el comportamiento de un adolescente, quizás llevado hasta los límites; ese mismo comportamiento podemos encontrarlo en todas las etapas de la vida, desde edades tempranas en el colegio, con el denominado bullying; en adultos, en el entorno laboral (mobbing); o degenerando en cualquier tipo de violencia, como podremos ver en esta novela.
Nadie está a salvo y todos somos responsables en mayor o menos medida.
Pero centrémonos en el libro y en su personaje...
Culpamos siempre al que lo hace, pero también son responsables los padres permisivos y familiares cercanos que no solo justifican el comportamiento sino que optan por sobreproteger, intentando tapar una actitud que saben se aleja de la normalidad; el maestro que mira hacia otro lado y/o el compañero que ánima o apoya con sus risitas...
Esa complicidad es lo que alimenta y hace fuerte al manipulador, al maltratador.
Conocí a este autor por un artículo de un periódico, no recuerdo si el motivo de la entrevista era que su obra iba a salir publicada o que habían vendido los derechos para llevarla al cine, la verdad es que eso es lo que menos importa.
Su mensaje, que he recuperado, era lo verdaderamente importante y decía así:
“La influencia de la sociedad materialista y permisiva en que vivimos es atroz. Hoy se ha perdido por completo el respeto a la figura del padre y de la madre. El niño es diana de la publicidad. Hemos pasado del autoritarismo al “dejar hacer”, cuando el modelo bueno es el democrático: hablar, negociar. Y todo ello repercute en que el maltrato de hijos a padres se recrudezca” (entrevista ABC)
Querido Caín...
Está claro que todos tenemos obsesiones que nos acompañan o persiguen.
Los escritores no están a salvo de ello, por ese motivo muchos de sus miedos, inquietudes o pensamientos recurrentes, terminan siendo plasmados o reflejados en sus libros.
Ignacio García-Valiño fue un autor zaragozano que en su profesión como psicólogo-pedagogo y orientador escolar, trató entre muchos, el tema del que hoy os hablo.
Su experiencia en un campo tan amplio se ve reflejada a lo largo de toda la obra y la convierte en un trepidante thriller psicológico que explora las profundas raíces del mal.
También se ve reflejado en esta obra el acoso al que él mismo fue sometido en su etapa escolar...
Este libro como digo, llevaba mucho tiempo esperando y de lo único que me arrepiento es de no haberlo leído antes.
El protagonista es Nico, un preadolescente de familia acomodada con un comportamiento antisocial. Sus padres, Carlos y Coral, ambos profesionales reconocidos en sus campos, disponen de poco tiempo para pasar con sus hijos.
Nico tiene una hermana pequeña a la que adora, más dependiente lógicamente por su edad, y aunque ambos son buenos estudiantes, para sus padres solo cuentan los resultados y las cifras. Alaban más lo que la niña hace porque consideran que tiene más mérito y olvidan aplaudir los logros de Nico.
Éste ve que el comportamiento de sus padres hacia él es más distante y su actitud está causando que ese alejamiento se acentúe.
Lo cierto es que con el paso del tiempo se ha convertido en un niño introvertido que no da muestras de tener sentimientos. Un manipulador perverso al que le cuesta relacionarse y que destaca por ser superinteligente. Y ya se sabe... la inteligencia es una herramienta maravillosa pero que se convierte en un arma peligrosa si no se gestiona de la forma correcta.
La estructura...
Nos encontramos ante una novela con una estructura compleja que incorpora pequeños cambios según avanzamos en la novela.
Nada más empezar el relato nos encontramos sumergidos de golpe en mitad del problema, desde la primera página somos testigos de la inmensa maldad de Nicolás.
Los primeros capítulos son el medio para presentarnos a los personajes implicados y el encargado de hacerlo es un narrador omnisciente.
Desde ese momento lo que más destaca es el tipo de narración, una exposición ordenada de los acontecimientos que cede en momentos puntuales la visión a los personajes implicados.
De esa forma conocemos cuanto acontece alrededor de cada uno, sabemos lo que piensa y cómo se enfrenta al problema.
Esta estructura es básicamente el propulsor de la novela, ya que con estos saltos entre personajes hace que la historia avance sin demora, pero lógicamente esta linealidad de los acontecimientos tiene que romperse en algún momento, para explicar, intentar descubrir el origen del conflicto o simplemente para dar más profundidad a la historia.
La ruptura estructural nos llega con la incorporación de algunas escenas retrospectivas que ayudan a que conozcamos parte del pasado de los protagonistas.
Pero esa no será la única vez que la estructura de la novela se vea alterada, aún nos aguardan un par de sorpresas más.
También encontraremos unos escuetos apuntes, las reflexiones del psicólogo sobre el caso. Fáciles de reconocer por el cambio de fuente y donde veremos reflejada la difícil relación que mantiene con el joven, el miedo a no encontrar solución a sus problemas o a errar en el diagnóstico.
Y por último, llegando casi al final, puede que como recurso para acelerar la trama, nos topamos con la narración de un par de escenas que suceden de forma simultanea, un detalle curioso que rompe la monotonía.
Nico, Coral, Carlos y Julio son los personajes sobre los que se sostiene esta historia, aunque tampoco hay que restar mérito a algunos secundarios que resultan de vital importancia para el desarrollo y desenlace de los acontecimientos.
Lo que frena la lectura en los primeros capítulos, es que cuesta hacerse con los personajes. Aunque he mencionado que solamente son cuatro o cinco sobre los que recae el peso de la historia, es cierto que se nombran bastantes más. Esa ligera confusión, es algo puntual, desaparece según avance la novela.
Lo que menos me ha gustado.
El autor se centra, quizás demasiado, en el triángulo amoroso que existe entre Coral, Carlos y Julio y hace una radiografía crítica de lo más profundo de cada uno de ellos. Veremos los esqueletos que cada uno guarda en su armario y los fantasmas que cada noche amenazan sus sueños.
Quizás lo más importante de toda la obra son las preguntas que se le plantean una y otra vez al lector. Preguntas para las cuales no creo que exista respuesta...
¿Existe la maldad innata o se adquiere a lo largo de los años?
¿Es la personalidad de un niño fruto del entorno?
Como habéis podido observar se trata de una lectura compleja e inquietante que sorprende por lo bien escrita que está. Se nota el trabajo que hay tras ella y que surge de la pluma de un gran experto en la materia.
A mitad de la lectura nos espera un giro espléndido y un golpe final que nos causará vértigo.
Como ya he avanzado considero que es una novela muy recomendable sobre la que no pasa el tiempo.