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martes, 9 de junio de 2020

Entre visillos de Carmen Martín Gaite

Sinopsis:

Después de algunos años de ausencia, Pablo Klein vuelve a la ciudad de provincias donde ha pasado su infancia para ejercer como profesor de alemán en el instituto.
Allí entabla relación con distintas personas de la ciudad, fundamentalmente jóvenes, y con las alumnas del instituto, sobre todo con Natalia.

A través de las ocupaciones cotidianas de este grupo de jóvenes, de sus angustias, del aburrimiento y de la falta de imaginación, Carmen Martín Gaite traza el perfil de una juventud sin ilusión.

Opinión:

Hoy os traigo al blog la reseña de un libro que en los últimos años se ha convertido en un fijo de clubes y talleres, al tiempo que se ha ganado un puesto bien merecido en las lecturas de Instituto.
Fue la primera novela extensa de Carmen Martín Gaite y con ella obtuvo el Premio Nadal en 1957.

He visto muchos comentarios que apuntan a que Pablo Klein es el protagonista indiscutible de esta historia. Puede que no se equivoquen, ya que hay tantas interpretaciones como lectores para un mismo libro, por eso hoy, en esta estantería virtual, voy a dejaros la mía, que como digo no es más ni menos válida que otras.

Pablo Klein es un joven que llega a una ciudad de provincias para ejercer de profesor de alemán.
Es cierto que su historia es la columna vertebral de la novela pero yo encuentro demasiados indicios que me demuestran que no es el protagonista principal, por mucho que haya lectores que se basan en que Carmen Martín Gaite le dio voz e hilo propio narrado en primera persona.
Es cierto, y yo os lo he contado así en alguna ocasión en este blog, que hay autores que demuestran la importancia de un personaje sobre otro precisamente por esos detalles que acabo de mencionar y que subrayo arriba. Así relegan a un segundo término al resto de personajes...
Pero no siempre es así, no hay una norma fija e inquebrantable; hay que leer la obra y analizar individualmente cada detalle.

En Entre visillos nos encontramos con un personaje, Pablo, a través del cual conocemos a Natalia y llegaremos así a las vidas de los otros personajes femeninos que componen la narración.
Él es un narrador testigo, pero no el protagonista principal, porque tan solo es el medio empleado para narrar unos hechos, para hacernos partícipes de unas situaciones.
Pablo cumple con un fin determinado. Es el encargado de mostrarnos la vida de un grupo de chicas y mostrar las diferencias entre sexos.
Es cierto que interviene en el relato como personaje, pero el tema central no gira en torno a él. Nos va a contar lo que ocurre según lo ve, debería ser objetivo pero no puede evitar tomar partido y mostrar en determinados momentos su opinión.

Vemos a través de él, no solo su modo de pensar y de actuar que se enfrenta a la mirada conformista de ellas, sino que también vemos a la sociedad que las envuelve.
Ellas son protagonistas en distintos grados, pero realmente la verdadera protagonista es la sociedad y ese patriarcado que las relega a ser invisibles con una gran metáfora de fondo "El amor como cárcel".

Entre visillos es una novela coral con mucho diálogo, con lo que consigue un estilo sencillo pero muy directo.
Los personajes quizás nos pueden parecer demasiado estereotipados, pero a través de ellos consigue algo muy concreto y realista: centrar la historia en analizar el papel de las mujeres en la posguerra y sobre todo en la desigualdad de sexos.
La novela se ajusta al modo clásico de introducción, nudo y desenlace, y los acontecimientos seguirán un orden cronológico lineal.
Hay una una polifonía narrativa. unos capítulos aparecen en primera persona y en cambio en otros el narrador es en tercera.
Pablo, del que ya hemos hablado, nos narrará en primera persona, al igual que Natalia que lo hace aportando datos a través de lo que plasma en su diario. El narrador externo será el encargado de contar las partes en que Pablo y Natalia no pueden ser testigos.

El libro narra solo unos meses de la vida de los personajes; es como una pequeña muestra de la situación social, y al terminar intuiremos, ya que no se dice de forma explícita, lo que el futuro deparará a cada uno de ellos.

Entre los temas que se tratan encontramos el poder religioso; la hipocresía social, de ahí el título, porque una cosa es lo que se veía y otra la realidad que se vivía de puertas adentro.
Lo que también puede apreciarse es la falta de comunicación entre los personajes; la dificultad, los impedimentos a la hora de expresar opiniones y su frustración.
Me gustan este tipo de novelas porque nos permiten retroceder la mirada, observar sin interferir y hacernos una idea más clara de la situación que se vivía en el momento: política, social, económica o religiosa.

Ya para terminar os diré que la autora nos va a ofrecer una gran diversidad de personajes femeninos, construyendo la novela alrededor de las charlas y opiniones de las muchachas, haciendo hincapié en ese papel pasivo que las ha tocado vivir. No va a dar voz directa a las mujeres, lo hace, como habéis visto, a través del relato de Pablo y de las escenas que Natalia describe en su diario.

Natalia es un gran personaje en el cual podemos encontrar notas autobiográficas de la autora.
Es una joven que ve que no encaja porque no quiere lo mismo que las demás, ella es la única que se permite soñar; A mí me recuerda mucho a Jo, personaje principal de "Mujercitas" de Louisa May Alcott.
De ese modo, vamos a ver la diferencia entre ellas, pero también lo que las une, esa presión social que las asfixia y que la mayoría termina asumiendo. En todos los capítulos veremos ambientes cargados de machismo y también observaremos que todas, salvo Natalia, están atadas a un destino prefijado, a un futuro que ven que se les escapa.