Bombay. Años sesenta. Tras la trágica muerte de su madre, Pinky Mittal, una niña de trece años, vive al cuidado de su abuela Maji, verdadera cabeza de familia de los Mittal. A pesar del amor de su abuela, Pinky no consigue superar cierto sentimiento de abandono y soledad. No obstante, ama como nada en el mundo la casa de frondoso jardín tropical donde vive, y su plantación de mangos, y el aroma de sándalo y comino frito que allí se respira. Y también ama a Nimish, un hermoso joven del que le gustaría recibir todas las atenciones posibles. Cuando una noche Pinky sorprende a Nimish con su mejor amiga, cree morir. Pinky llora desconsoladamente mientras un extraño tintineo y rumor de agua atrae su atención hacia la puerta del baño. Una puerta misteriosa que Maji cierra con llave todas las noches, y que le tiene terminantemente prohibido tocar a los niños...
Opinión:
Opinión:
Esto fué lo que encontré sobre el libro...
Opiniones
«Una buena historia de fantasmas». Library Journal
«Intrigante». USA Today
«Fresca y original». Kirkus Reviews Subir
Un libro del que esperaba mucho más.
Esperaba que profundizase más en los paisajes de la india, en las descripciones, costumbres e incluso en los olores a los que hace referencia el título, pero nada de nada...
Quizás me dejé engañar por la portada, comentarios y sinopsis y esperé adentrarme en un mundo místico, mágico con olores que te embriagasen y te transportasen a otros lugares...
Al final ha resultado ser una madeja de historias con un final totalmente previsible e incluso me arriesgaría a decir que con una historia absurda, carente de pies ni cabeza.
Plagada de palabras en hindi que llegan a aburrir y que terminas ignorando para no perder el tiempo en buscar al final del libro su definición...
Lo único positivo de su lectura es que está escrito con un lenguaje muy sencillo y los capítulos no se hacen pesados, solo lees y ves como pasan las hojas una tras otra, ya que es cierto que te atrapa, pero sin aportarte nada.
Al crítico del Library Journal deberían recomendarle leer a Becquer, el monte de las animas o a Poe entre otros... ya que el fantasma que aparece aquí roza el ridículo.
