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jueves, 29 de diciembre de 2022

Cuentos de Pío Baroja

Sinopsis:

Aunque la fama de Pío Baroja (1872-1956) descanse en su obra novelística, de la cual son muestras destacadas El árbol de la ciencia o La busca, también sus relatos breves expresan la sensibilidad lírica, la fuerza descriptiva, la imaginación argumental y la capacidad de creación de personajes del gran escritor vasco. El ambiente de su tierra natal, los temas madrileños, las ideas anarquistas, la tristeza ante un mundo cargado de injusticia, empapan estos Cuentos en los que como señala en su prólogo Julio Caro Baroja está «todo Baroja y algo que después Baroja echó por la borda». El presente volumen incluye no sólo la práctica totalidad de las narraciones de Vidas sombrías (1900), sino también otros relatos de fecha más tardía, entre ellos «Elizabide el Vagabundo» y la bella estampa romántica «La dama de Urtubi».

Opinión:

Cuando hablamos de cuentos lo primero que nos viene a la cabeza es el nombre de algún autor extranjero; parece que todo lo de fuera es mejor y olvidamos que tenemos grandes autores nacionales que también hicieron sus pinitos dentro de este género breve tan difícil de manejar.
Doña Emilia Pardo Bazán decía de los cuentos que: "el cuento es hijo, por un lado, de la objetividad y, por otro, de la concentración de recursos", y es que como ya he comentado en otras ocasiones, los autores de cuento debían ceñirse al tema en un espacio muy breve.

Hoy os quiero hablar de Cuentos de Pío Baroja; un recopilatorio de historias con las que el autor vasco nos deja literalmente con la boca abierta. 
Todos los que hayáis leído a este autor sabréis que es conocido sobre todo por sus novelas, pero es que todo lo bueno, la gran calidad literaria que se puede encontrar en ellas, lo vais a ver concentrado en este compendio de relatos breves en los que se refleja la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Vamos a encontrar el derrotismo y el estilo castizo tan propio de la Generación del 98 a la que perteneció. Para los autores pertenecientes a esa generación lo más importante era describir la España real, tal y como la veían, mostrando la forma en que vivían sus gentes, con sus tradiciones, miserias, alegrías y penurias. Una España tan rural como misteriosa, que tiraba por tierra la España oficial que intentaban vender desde el gobierno. No olvidéis que todos los autores de esa generación habían sido testigos del Desastre del 98, con la perdida de las colonias, suceso que los unió a todos.

A Pío Baroja se le conoce como el gran narrador de esa Generación, además de ser uno de sus creadores. Destacó en novela y teatro, pero hay que señalar que este género, que solo cultivó al comienzo de su carrera, contó con el aplauso del público y de la crítica. Quizás esa mala fama de género menor, con la que algunos se empeñan en tildar a los cuentos y narraciones breves, fue lo que empujó a este gran cuentista a abandonar lo que manejaba con maestría.

En este libro se incluyen todos los relatos que aparecieron publicados en 1900, en el volumen de Vidas sombrías, y que habían sido gestados desde 1892 a 1899 y publicados en periódicos y revistas de forma individual, pero también encontraremos algunos escritos posteriormente. 

Baroja nos ofrece unas narraciones con el preciosismo del tono de la época, acompañado del rigor y el método. 
Naturalismo, costumbrismo, terror e incluso humor van a ser los diversos géneros con los que hará gala Baroja.

  • En Medium aparecen impresiones de la juventud del autor y está basado en una experiencia de cuando era estudiante. Seguro que a todos los que hayáis leído a Poe, este relato os recordará a El gato negro.
  • En El Trasgo encontramos recuerdos escuchados en una tertulia.
  • También se aprecia en otros cuentos como Mari Belcha o La venta, ese ambiente melancólico y dramático que después se distinguiría en sus grandes novelas vascas.
  • Pero no solo vamos a encontrarnos con ambientes vascos en este recopilatorio, porque en otros cuentos como La trapera o El hogar triste tenemos ese toque inspirado en el Madrid de la época y ese tinte naturalista de derrotismo que encontramos también en la novela de Galdós.
  • En La sima, otro de mis preferidos y que he reseñado hace unas semanas, vais a encontrar otra historia de terror que seguro que os encantará.
  • Y por supuesto, tampoco olvidó incluir cuentos con un toque de picaresca y humor, además de esa preocupación por las cuestiones sociales que embargo a toda la Generación del 98 y que ya he mencionado más arriba.
Unamuno leyó este recopilatorio y escribió un artículo destacando los mejores detalles de cada relato, incluso llegó a señalar que apreciaba en ellos cierta influencia de Poe y Dostoyevski. Yo, aunque no llego ni a la suela de los zapatos al gran pensador de la Generación del 98, me animo a añadir a su comentario que en estos cuentos podemos intuir la perfección a la hora de escribir y de describir, y que luego Baroja desarrollará en profundidad en sus novelas más extensas.

jueves, 15 de diciembre de 2022

La sima de Pío Baroja

Sinopsis:

Aunque la fama de Pío Baroja (1872-1956) descanse en su obra novelística, de la cual son muestras destacadas El árbol de la ciencia o La busca, también sus relatos breves expresan la sensibilidad lírica, la fuerza descriptiva, la imaginación argumental y la capacidad de creación de personajes del gran escritor vasco. El ambiente de su tierra natal, los temas madrileños, las ideas anarquistas, la tristeza ante un mundo cargado de injusticia, empapan estos Cuentos en los que como señala en su prólogo Julio Caro Baroja está «todo Baroja y algo que después Baroja echó por la borda». El presente volumen incluye no sólo la práctica totalidad de las narraciones de Vidas sombrías (1900), sino también otros relatos de fecha más tardía, entre ellos «Elizabide el Vagabundo» y la bella estampa romántica «La dama de Urtubi».

Opinión:

Hoy quiero hablaros sobre un cuento muy breve, otra de las lecturas organizadas desde el blog de Anabel Samani para sus #Lecturasjuntoalfuego.
En esta ocasión el elegido ha sido "La sima", uno de los relatos integrado en el volumen de "Cuentos" de Pío Baroja que me he animado a releer íntegro y del que os hablaré sin falta en las próximas semanas.

Como ya habréis leído en la sinopsis, la fama de este autor vasco recae en sus novelas, pero en sus cuentos vamos a encontrar acompañando a una prosa soberbia, el rigor y el método propio de los autores de esa época.
Pío Baroja fue uno de los integrantes de la Generación del 98 y por lo tanto no es de extrañar el encontrarnos con descripciones que muestran al detalle a las gentes, las tradiciones o los paisajes de España.

Lo primero que llama la atención en esta historia breve es la concentración de recursos. 
La calidad descriptiva es algo que vais a ver mencionado en esta reseña varias veces. 
Puede que suene repetitivo, pero es que ese método tan empleado en la época para arrastrar al lector al interior de las historias, mostrando como son los personajes, los escenarios o los ambientes, es algo que hecho mucho de menos en las novelas actuales. Y no hablo de rellenar páginas y páginas con adjetivos y términos vacíos, hablo de mostrar y no de contar, de emocionar al lector con la riqueza narrativa de lo que lee.

Otro de esos recursos es el tono gótico tan pronunciado que vamos a encontrar, quizás más propio de autores de otras nacionalidades, como por ejemplo Poe, sin olvidar, por supuesto, al gran Bécquer.
Pío Baroja en apenas 8 páginas nos cuenta una historia trágica y misteriosa, apoyándose en leyendas o chismes de aldea que terminan por ser la base de todas las leyendas negras locales, y sin olvidar lo primordial en ese tipo de género de terror, la soledad y los escenarios nocturnos.

Los personajes van a ser solo dos, un abuelo cabrero acompañado de su nieto que se enfrentan al miedo, pero terminan sucumbiendo a él a causa del imaginario colectivo. Y poco más puedo decir sobre el argumento, creo que basta con el título para despertar curiosidad o intriga.
La historia es intemporal y su desarrollo podría suceder en cualquier localización.

Baroja se toma su tiempo a la hora de describir en detalle a los personajes y el escenario, eso sí, en una línea es capaz de condensar lo que actualmente ocuparía varios capítulos. Eso es el buen hacer de un cuentista; ser capaz de presentar el conflicto y generar algún tipo de sentimiento con él en tan solo unas páginas.
Lo más curioso o sorprendente es que para el desenlace solo reserva un pequeño párrafo de tres líneas con el que deja al lector en trance.