miércoles, 4 de diciembre de 2024

Plegarias atendidas de Truman Capote

Sinopsis:

El escandaloso libro en el que Capote describió la vida y costumbres de la jet set americana. El protagonista de la novela –ingenioso, encantador, bisexual, absolutamente amoral– logró escaparse de un orfanato a los trece años, aprendió el oficio de masajista y se las ingenió para convertirse en un pícaro moderno y codearse con los ricos y los famosos, desempeñando unas veces el papel de confidente, otras el de bufón, y, para los lectores de esta novela, el de divertidísimo cronista de las disparatadas vidas de la jet-set. Este libro es, en buena parte, un roman à clef, y, a veces, ni siquiera necesita claves, pues por sus páginas desfilan –junto a retratos tenuemente disfrazados de escritores como Tennessee Williams, actrices como Greta Garbo, millonarios como Niarchos– personajes reales, como las inefables Mrs. Matthau y Mrs. Cooper, cuyos diálogos sobre la vida y costumbres (preferentemente sexuales) de otros miembros de la alta sociedad están reproducidos con cruel fidelidad.Esta novela inacabada y póstuma es «un ataque venenoso de Truman Capote contra el mundo que le había convertido en objeto de adoración» (Lise Friedman, Vogue).

Opinión:

"Se derraman más lágrimas por plegarias atendidas que por las no atendidas" .
Santa Teresa de Jesús

Dicen que hay libros que llevan a otros... 
Esa es la forma en que di por terminada la reseña de la semana pasada, y como dicen que lo prometido es deuda hoy me propongo hablaros de Plegarias atendidas de Truman Capote, un autor cuya fama sigue creciendo hoy en día, quizás alimentada por el morbo, y que supo ver la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio. 

Cuando me puse a leer Las dos señoras Grenville de Dominick Dunne y vi que estaba basado en hechos reales, siendo Truman Capote uno de los personajes implicados, no me pude resistir a leer su propia versión sobre los hechos, aprovechando ya de paso para hacer una especie de homenaje póstumo al autor con motivo del centenario de su nacimiento en 1924.

Muchos han considerado Plegarias atendidas como su mejor novela, pero personalmente no lo considero así. Creo que me quedo más con el estilo de ficción de Capote que con este batiburrillo de chismorreos.
Es cierto que Plegarias atendidas tiene detalles muy buenos que la convierten en interesante como: ser una novela inconclusa publicada a título póstumo, que es un roman à clef y que contiene muchos cotilleos morbosos sobre la jet-set, pero de ahí a ser la mejor, pues creo que no. Pero eso es subjetivo y por lo tanto, tan solo una opinión personal entre cientos. 

En 1987, cuando Capote ya llevaba tres años fallecido, se publicó esta novela en la que se incluían tres relatos sobre la alta sociedad que ya habían sido publicados por separado en la revista Esquire
Esta obra era una novela mosaico,así la denominaba él, porque estaba compuesta por pequeños fragmentos, pequeñas narraciones sin correlación, bastante escabrosas, que habían llegado a sus oídos en plan confidencial y que él decidió publicar saltándose esa norma no escrita que formaba parte del código de conducta de esa clase tan elitista. 
Aunque en esas historias muchos de los protagonistas aparecían disfrazados y sus nombres cambiados, lo clásico en un roman à clef, algunos se dieron por aludidos y eso le supuso la tarjeta roja directa y fue condenado al ostracismo, perdiendo el favor de esa alta sociedad neoyorquina que tantas confidencias le había hecho. Es cierto que Capote también se escondió tras una identidad ficticia en el libro, o más bien escondió a su protagonista, pero queda bastante claro que P.B. Jones no es más que un alter ego suyo.

Esta novela la forman tres narraciones que llevan el título de Monstruos perfectos, Kate McCloud y La côte Basque, en esta última se incluye la historia que cuenta al detalle Dominick Dunne y que he mencionado al comienzo. 
La verdad es que me he sentido bastante defraudada en este tema, porque pensaba que Capote se explayaría más en este caso y lo único que hace es mencionarlo de pasada. 
En resumen... que los tres relatos lo único que hacen es citar situaciones comprometidas de la clase alta como: adicciones al sexo, al alcohol y/o a las drogas. Todo ello relatado con un lenguaje coloquial, como si fuesen cotilleos que surgen al azar mientras degustas una cerveza acodado en la barra de un bar, pero cuyo tono deja al descubierto cierta acritud malsana.

Y para terminar dos curiosidades:
  • Capote tardó varias décadas en componer la que según palabras suyas sería una gran crónica sobre la buena sociedad neoyorquina, pero cuando el autor falleció solo se encontraron estos tres capítulos. Se rumorea que la composición final sobre este libro puede encontrarse escondida en alguna taquilla de una estación de autobuses de Nebraska, en la cámara acorazada de un banco o simplemente que Capote en un acto de rebeldía la utilizó para alimentar el fuego de su chimenea.
  • Hay una miniserie de TV de 8 episodios, Feud: Capote vs The Swans. Las "cisnes", como Capote las definía, eran sus amigas íntimas, sus confidentes dentro de la alta sociedad. Un círculo tan glamuroso como hermético y cuyos secretos más íntimos fueron revelados sin ningún pudor. 
Así que en vuestra mano queda leer esta obra inconclusa y póstuma. 
Puede que os encontréis ante el mejor libro de Capote o puede que solo sea una crónica o crítica punzante de gente normal y corriente que se creía que estaba por encima de las normas.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Las dos señoras Grenville de Dominick Dunne

Sinopsis:

Cuando a comienzos de la década de los cuarenta Billy Grenville -heredero de una de las fortunas más importantes de Nueva York- se encuentra por primera vez con la corista Ann Arden, se enamora perdidamente de ella, y para desesperación de su madre, Alice, la indómita matriarca del clan Grenville, decide casarse con ella. Ann intentará por todos los medios borrar las huellas de sus humildes orígenes y ser aceptada por la alta sociedad; toda su ambición se centrará en convertirse en una mujer elegante y mundana.
Años más tarde, Billy muere en extrañas circunstancias y todas las sospechas recaen sobre Ann, a la que acusarán de asesinato. Aunque finalmente será absuelta, el misterio sobre la muerte de Billy nunca quedará resuelto. ¿Accederá Ann, por fin, a contarle su verdad a un conocido escritor con el que coincide en un crucero?
Publicada por primera vez en 1985, Las dos señoras Grenville es, además de una apasionante novela de intriga, un certero retrato de la clase alta norteamericana y de los mecanismos que utiliza para conservar su hegemonía. Su éxito lanzó a la fama a Dominick Dunne, seguramente el mejor cronista que ha tenido la alta sociedad de Estados Unidos durante los últimos cuarenta años.

Opinión:

Dominick Dunne es un autor que ya ha aparecido en varias ocasiones por este blog; un autor dotado de un estilo que, en muchas ocasiones, puede llegar a recordarnos al de Truman Capote. 
En las obras de Dunne los personajes reales intentan pasar desapercibidos y se retrata, de forma ácida, una alta sociedad cargada de vicios y escándalos.
Esta novela fue publicada en 1988 y aunque aparece catalogada como ficción, no es del todo cierto, ya que en ella se relatan unos hechos reales en los que únicamente se ha optado por cambiar la identidad de los protagonistas, lo que se denominaba como roman à clef. Tenéis una definición más amplia en otra de las obras ya reseñadas de Dunne, Una temporada en el purgatorio. 
Supongo que si esta novela se publicase hoy en día la catalogación sería muy distinta y entraría dentro del True Crime, un género que como ya sabéis narra crímenes reales.

La Ann Grenville que vamos a conocer como protagonista de esta novela es en realidad Ann Woodward, una corista de Broadway con desorbitados deseos de ascender socialmente y que consiguió colarse en la alta sociedad neoyorquina de mano de uno de los herederos más codiciados de Manhattan, William Woodward Jr. con el que contrajo matrimonio. 
De esa forma, Ann Grenville, nombre con el que a partir de ahora la llamaré, consiguió cumplir su deseo más codiciado, codearse con gente de la talla de los Vanderbilt, los Kennedy e incluso con Wallis Simpson, duquesa de Windsor.

Pero vayamos a lo interesante...

En el otoño de 1955, más concretamente el 31 de octubre de ese año, Ann mató a su marido de un disparo y eso supuso el fin de su reinado, porque ese exclusivo círculo en el que había conseguido con mucho esfuerzo brillar, le cerró definitivamente las puertas. 

“Más de diez años pasados junto a ellos no la habían convertido en uno de ellos. Todas las puertas de importancia en el Upper East Side, la orilla norte, Newport y Southampton le fueron cerradas en sus narices. La gente que deseaba verla no era la gente que ella deseaba ver. En ese mundo, cuando uno había protagonizado un escándalo que había puesto al descubierto el modo de vida que llevaban ellos, era inevitable que te dejaran de lado”.

Los motivos y/o cómo se libró de la cárcel son hechos que aparecen narrados en este libro de forma detallada, pero también debo deciros que tanto Ann Grenville como su familia política, por un acuerdo, nunca hablaron públicamente sobre este lamentable suceso, dando lugar a que el incidente se cubriese con un halo de misterio.

Lo que sí os puedo adelantar, y no es que a mí me atraiga el morbo, es que no hay nada más atractivo que una historia bien narrada en la que los ricos y poderosos aparecen envueltos en asuntos truculentos.  

Os he mencionado al comienzo que el estilo de Dominick Dunne es muy similar al de Truman Capote, y es que la narración parece un guion de cine, algo que agiliza la lectura y la convierte en amena.

También como curiosidad os quiero mencionar que Capote se pasea por las páginas de este libro camuflando su apariencia, ya que aunque muchos fueron los periódicos que se atrevieron a hablar de lo acontecido, ninguno se arriesgó a publicar la que creían que sería la verdad absoluta de los Grenville. Algo que se había convertido en un secreto a voces, pero que todos se empeñaban en silenciar por no enfangar más a la élite. 
Capote fue el único cronista de sociedad que se atrevió a contar la verdad sobre ese asesinato en la revista Esquire, llevando el artículo el título de La Côte Basque.

Lamentablemente o inoportunamente, bautizó con ironía a Ann Grenville como "bang-bang", y la publicación de ese artículo supuso el final, aunque sin pretenderlo de la recién aristócrata; una mujer que no fue capaz de superar el desprecio y el ostracismo social.
Pero Capote calculó mal su jugada y tras la publicación de ese artículo siguió con su proceder y publicó otros más, exactamente igual de explosivos, y en los que los miembros de la Jet-set no salían muy bien parados. 
La onda expansiva, por decirlo de algún modo y aprovechando que he dicho que los artículos eran explosivos, también llegó hasta él y terminó excluyéndole de la élite y por consiguiente del acceso a los chismorreos más jugosos de esa clase tan elitista.

Soy un receptáculo de secretos ajenos y hace tiempo que he entendido que guardar un secreto no tiene sentido”. 
Truman Capote.

Finalmente fue publicado a título póstumo, Plegarias atendidas, el libro de Capote  en el que se recogían tres de esas historias ya publicadas. Una obra que tardó décadas en componer, denominada por él mismo como novela mosaico y de la que os hablaré la próxima semana y que quiero enlazar indirectamente con este libro de Dominick Dunne.
Ya sabéis que un libro lleva a otro y más cuando tratan el mismo tema.

jueves, 31 de octubre de 2024

Todos en este tren son sospechosos de Benjamin Stevenson

Todos en este tren son sospechosos (Ernest Cunningham 02) 
Sinopsis:

Un vagón. Cinco escritores de novela negra. Un cadáver. 
Vuelve el autor del éxito internacional Todos en mi familia han matado a alguien. 
Ernest Cunningham está disfrutando de la fama de su primer libro y, como todo novelista de éxito, su agente y su editor le reclaman la siguiente entrega. Sin embargo, Ernie no es capaz de encontrar la inspiración. 
Cuando recibe la invitación para el Festival Australiano de Novela Negra, que tendrá lugar a bordo de un tren en homenaje a Agatha Christie, cree que por fin podrá ponerse a escribir su nuevo libro. Sin embargo uno de los seis escritores invitados es asesinado antes de llegar a la primera parada y, los cinco restantes se pondrán manos a la obra para resolverlo, siguiendo cada uno los mismos métodos que usan en sus libros.

Opinión: Todos en este tren son sospechosos (Ernest Cunningham 02)

Hoy os hablo de la segunda entrega sobre Ernest Cunningham; una saga que en principio me pareció original y que comenzaba con buen pie, pero que creo que en esta segunda entrega ha perdido un poco el equilibrio.

Decía Don Marquis que escribir una secuela era reconocer que te has visto reducido a imitarte a ti mismo. Es una dura sentencia dirigida hacia los escritores de sagas, pero yo, basándome en mi experiencia personal como lectora, tampoco es que tenga un buen concepto sobre ellas. 
Con esto no quiero decir que las secuelas siempre resulten decepcionantes, pero sí que te ves limitado a seguir con un guion prefijado que puede acabar aburriendo al lector, como por ejemplo el perfil machacón de un determinado personaje, y terminar aborreciéndolo. 
Eso es precisamente lo que me ha sucedido a mí con este libro y el intrusismo de su protagonista en la lectura, que se me ha hecho tan cansino repitiendo datos y jactándose en todo momento de su superioridad deductiva que la lectura se me ha terminado atragantando.
Pero vayamos al grano...

El protagonista principal vuelve a ser Ernest Cunningham, un escritor que debe adoptar el papel múltiple de narrador, personaje y detective para resolver unos crímenes. El problema es que ese rol empieza a resultar repetitivo y las coincidencias se convierten en un elemento fijo empleado con demasiada frecuencia, por lo que el juego limpio brilla por su ausencia. 

Ernie, al ser nuestro narrador, nos va a guiar por los escenarios, mostrándonos los datos que considera oportunos, pero solamente por ese hecho ya resulta poco fiable. 
Va a actuar como un ilusionista. A pesar de que él insista una y otra vez en que todas las pistas están a la vista y que sigue las normas de las novelas de crímenes de la edad de oro, sin esconder verdades evidentes a los lectores, eso no va a ser del todo cierto, porque las pistas o determinados datos solo van a aparecer cuando él quiera mencionarlo.

En este cozy crime el resto del elenco de personajes solo van a actuar como extras en el escenario. Como marionetas moviéndose al dictado, entrando y saliendo de las escenas, dejando todo el protagonismo para que Ernie se luzca ante nosotros, porque parece que este libro vuelve a ser una especie de juego en el que nos reta a averiguar la identidad del asesino y los motivos, antes de que él mismo lo descubra. Pero insisto, él juega con ventaja.

Sobre la personalidad del personaje... ya lo he dicho, a mí me ha resultado muy machacón y reiterativo, y si nos ceñimos al dicho... Lo poco agrada y lo mucho cansa. 
Y lo mismo sucede con el guion del argumento, plantilla o esquema, como queráis llamarlo. Termina dejando la sensación de que este segundo libro no es más que una copia del anterior, con varios muertos y múltiples sospechosos, todo ello cambiando los escenarios y valiéndose de eso precisamente, de un escenario, el tren, que a otros autores les ha dado mucho juego y que parece un filón de oro. 

Por otro lado, me parece totalmente innecesario el estar adelantándonos escenas que encontraremos más adelante, porque nos quita la capacidad de sorprendernos. Eso, en la primera parte me pareció curioso e incluso gracioso, pero ya agota. Es como si considerase que los lectores somos incapaces de llegar a determinadas conclusiones si no es con su ayuda.

En resumen, he tenido la sensación durante toda la lectura de que este tren no llevaba a ninguna parte y que iba a terminar descarrilando, de que me perdía algo. 
Lo mejor... la forma de retratar las rencillas entre esos seres de ego inagotable: los escritores, y las envidias y la superioridad moral con la que alardean muchos de ellos.

martes, 15 de octubre de 2024

Hex de Thomas Olde Heuvelt

Sinopsis:

Bienvenido a Black Spring, una población pintoresca con un macabro secreto: una mujer recorre las calles con la boca y los ojos cosidos, entra en los hogares y espía a la gente mientras duerme. La llaman la Bruja de Black Rock. Los vecinos se han acostumbrado tanto a su presencia que a veces se les olvida lo que ocurrirá si algún día abre los ojos. Para protegerse de curiosos, los fundadores de Black Spring han instalado equipos de vigilancia con los que mantienen la zona en cuarentena. Hasta que unos adolescentes, hartos de su aislamiento, deciden saltarse las normas y convertir la maldición en una experiencia viral. Nadie se imagina la siniestra pesadilla que entonces los aguarda. 

Opinión:

Hace unos meses leí comentarios muy dispares sobre este libro de terror y ahora tras su lectura puedo deciros que la experiencia ha sido mejor de lo que esperaba, hasta tal punto que me estoy animando a leer su libro más reciente, Eco.

En Hex, Thomas Olde Heuvelt nos transporta hasta Black Spring, una localidad ficticia del estado de Nueva York cuya ambientación y descripción de los escenarios sumado a la atmósfera conseguida es admirable. 
Black Spring esconde un secreto, una maldición con bruja incluida que impide a sus habitantes abandonar la población. Realmente, este autor no es que cuente nada nuevo que no hayamos visto ya, pero nos lo ofrece desde un punto de vista más actual, y tras combinar esos elementos tan divergentes como son las historias de brujas, un pueblo maldito y la época actual, da como resultado una historia muy original.

Había leído que este escritor neerlandés tenía un estilo que podía llegar a recordarnos a Stephen King, y es cierto, pero también hay que decir en su favor que Thomas Olde sabe plasmar su propia personalidad con acierto dando un toque novedoso a la obra.  
Lo que sí debo señalar en este apartado, ya que he mencionado el término terror, es que a mí no ha conseguido infundirme nada de miedo aunque sí algunos momentos de incomodidad. El terror que he encontrado no está relacionado con lo fantástico o sobrenatural, es más bien terrenal y relacionado con el lado oscuro que esconde el ser humano, más concretamente con la ignorancia individual, con la irresponsabilidad, pero sobre todo con la contagiosa histeria colectiva que convierte a la turba en algo tan confuso y desordenado como peligroso. Pero insisto, la narración no decepciona y me ha hecho disfrutar de su lectura.

Sobre la estructura también debo decir que me ha parecido muy acertada. 
La novela se divide en dos partes más un epílogo final.
La primera parte comienza con un capítulo introductorio muy potente que nos presenta a los protagonistas principales al tiempo que nos prepara para lo que encontraremos después. Quizás, en este punto, lo que me queda comentaros es que el ritmo, en algunos momentos puntuales, me ha parecido que se ralentizaba. Esa es la única pega que he podido encontrar.
En la segunda parte la tensión va en aumento y lógicamente nos enfrentaremos a un desenlace que puede llegar a parecernos desconcertante, pero sobre todo inesperado y que invita a la reflexión.

Y he dejado para el final el hablar de los personajes.
El elenco de personajes formado por los habitantes de Black Sprint no tienen nada por lo que destacar si los analizamos individualmente, pero curiosamente van a adquirir valor en conjunto, precisamente por lo mencionado más arriba, por la ignorancia contagiosa dentro del grupo que degenera en histeria colectiva...
Individualmente los personajes que van a adquirir protagonismo marcando el camino a seguir son los Grant, una familia de cuatro miembro de esa localidad, entre los que sobre todo van a destacar el hijo mayor, Tyler, y su padre.
Luego, claro está, contaremos con el elemento sobrenatural, la bruja de Black Sprint que es la encargada de añadir el suspense a la trama y de la que desconocemos tanto su identidad como el motivo de sus acciones.

martes, 24 de septiembre de 2024

Cianuro espumoso de Agatha Christie

Sinopsis:

Seis personas están sentadas en la mesa de un lujoso restaurante. 
Una de las sillas está vacía. Ante la silla vacía hay un ramillete de romero en recuerdo de Rosemary Burton, fallecida en el mismo restaurante hace exactamente un año. 
Es poco probable, no obstante, que alguien haya olvidado la noche en que Rosemary murió en esa misma mesa, con el rostro azulado y descompuesto por el dolor. 
¿Fue un suicidio o un asesinato? 

Sólo cuando el coronel Race aparece en escena la verdad empieza a aflorar.

Opinión:

Hoy vuelve a aparecer en el blog la gran Dama del crimen, en esta ocasión con otra novela repleta de curiosidades.

Esta novela fue publicada en 1945 en Estados Unidos bajo el título de "Remembered dead", muerte recordada, y en Inglaterra, a finales del mismo año, como "Sparkling Cyanide", lo que viene a ser como en castellano, Cianuro espumoso, y que da pie a la primera curiosidad.

Agatha Christie fue conocida con el sobrenombre de Reina del cianuro, ya que convirtió esa sustancia en el arma preferida de sus asesinos de ficción naciendo de ella la frase:

"Dadme una botella de veneno adecuado y crearé el crimen perfecto".

La siguiente curiosidad de la que os quiero hablar nos lleva hasta el investigador... 
En esta ocasión el encargado de llevar a cabo la investigación será el coronel Race, un personaje que aquí aparece colaborando con el inspector jefe Kemp y que puede que ya os suene porque aparece como secundario en alguna de las novelas protagonizadas por el gran Poirot, como en Muerte en el Nilo.
El coronel Race es un militar retirado y destaca tanto por su inteligencia como por su discreción. 
No es un personaje como sería Poirot, presente durante gran parte de la narración, en esta ocasión Race solo aparece en el tramo final del libro haciendo uso de una gran capacidad de observación y deductiva, y poniendo patas arriba la versión del culpable.

Respecto a la estructura... Pues también tiene sus peculiaridades.
Agatha Christie nos tiene acostumbrados en sus obras a una estructura que se suele repetir. 
Primero entramos en contacto con los personajes y después llega el gran momento, el crimen, pero en este caso la gran dama decide sorprendernos ofreciéndonos una estructura invertida.
El primer dato que vamos a conocer es el de la muerte de Rosemary Burton, un personaje que falleció hace más o menos un año y sobre el que sobrevuela la duda de si fue presa de una depresión que acabó en suicidio o de un cruel asesinato. 
En esa primera parte, porque la Christie divide la novela en tres libros, vamos a conocer en profundidad a todos los personajes que tuvieron alguna relación con Rosemary y a través de ellos también nos haremos una idea bastante clara de cómo era la joven.

Y quizás eso es lo que más destaca de ese comienzo, la fabulosa capacidad de esta autora a la hora de crear personajes y complejas personalidades, aunque supongo que para una mujer de mundo como era Agatha, reproducir personalidades debía resultar algo muy sencillo.
Respecto a Rosemary, un personaje cuya impronta aparece plasmada en todas las páginas de este libro, solo puedo deciros que es alguien muy curioso. Al comienzo la vamos a ver solo como un esbozo, un personaje trazado con líneas sencillas que irá completándose según vayamos conociendo la opinión que de ella tienen el resto de personajes.

En la segunda parte llega la gran sorpresa. El viudo de Rosemary decide recrear la fatídica velada en la que falleció su esposa. 

Y finalmente, en la tercera, veremos al coronel Race entrar a formar parte de la investigación y descubrir al asesino.

Sobra decir que todos los invitados tienen motivos para haber cometido el crimen...

La última curiosidad que nos ofrece la Christie queda escondida en el texto y es un guiño a la autora Elizabeth Gaskell y a su obra Crandford. ¿Sabréis dar con él?

Para terminar solo me queda hablaros del final, y es que es quizás lo que menos me ha gustado al no llegarme a sorprender del todo. 
La explicación de cómo el criminal pudo cometer el crimen es de diez, tal y como nos tiene acostumbrados esta autora, pero lo que me ha resultado demasiado predecible es su identidad. 
En esta ocasión Agatha Christie deja demasiado a la vista al autor y sus motivos, y es que cualquiera que conozca el principio dramático del Arma de Chéjov caerá en la cuenta de que cada elemento plasmado en la narración está ahí por algún motivo...