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martes, 13 de abril de 2021

Los crímenes de la carretera de J. D. Barker y James Patterson.

Sinopsis:

Una noche, Michael Fitzgerald descubre a una joven muerta en su bañera al volver del supermercado. Al lado del cadáver hay una pluma de gorrión. Aterrorizado, llama a la policía, que le interroga sobre la víctima, Alyssa Tepper, a la que él asegura no conocer. 
El detective Dobbs y la agente Gimble, del FBI, unen fuerzas en lo que parece un simple asesinato: cuando salen a la luz fotos en las que Michael aparece besando a Alyssa, es arrestado de inmediato, pero a las pocas horas aparece otra víctima con el mismo patrón: una pluma de gorrión colocada al lado del cuerpo. Cuando aparecen más, no solamente en Los Ángeles sino repartidas por todo el país, tienen claro que se enfrentan a un nuevo serial killer, al que apodan Birdman.

Opinión:

Hoy os traigo hasta esta estantería virtual una novela escrita a cuatro manos, algo que ya habíamos visto hacer a J. D. Barker hace un par de años cuando publicó "Drácula. El origen".
En esta ocasión Barker, que últimamente se ha convertido en todo un escritor de thrillers con su trilogía de "El cuarto mono", une esfuerzos a los de James Patterson, creador de la saga "Alex Cross" y que está considerado como uno de los escritores de mayor éxito en todo el mundo, para sorprendernos con un thriller cargado de giros argumentales.

Lo primero con lo que nos vamos a encontrar es con una novela con capítulos muy breves; un total de 148 más el epílogo, distribuidos en siete partes.
Cada una de esas partes comienza con una frase firmada por el Dr. Barton Fitzgeral, uno de los personajes implicados en la historia, y con ellas iremos haciéndonos una imagen de su mentalidad. 
Pero esa no será la única información que se nos facilite en esa página, también nos indicará en qué lugar se van a desarrollar los acontecimientos, escenarios que nos llevarán a recorrer el mapa de Estados Unidos, iniciando un viaje que nos llevará de costa a costa.

Cada uno de los capítulos a su vez, llevará en el encabezado el nombre de un personaje que será el encargado de ir narrando los acontecimientos de los que es testigo.
De esa forma nos encontraremos con varios hilos argumentales que se irán sucediendo y que nos presentarán los hechos con un relato más o menos lineal.
Los protagonistas principales serán Michael y Megan Fitzgerald, el detective Dobbs y la agente del FBI, Jessica Gimble, aunque habrá algunos personajes secundarios que también intervendrán en momentos puntuales en el relato. 
Los autores hacen distinción a la hora de narrar entre los cuatro personajes que acabo de mencionar y el modo de hacerlo es dar prioridad a unos sobre otros. 
Tanto Michael como Megan nos ofrecen el relato en primera persona, con la pequeña diferencia de que Megan lo hará con una declaración por escrito, solo con este pequeño detalle ya vemos que Michael ostentará el protagonismo principal y Megan ya va quedando un poco más relegada en la trama.
El resto de hilos, incluidos los de Dobbs y Gimble, narrarán en tercera persona, con lo cual ya tenemos una imagen muy clara de que lugar ocuparán en la historia.

No quiero olvidar mencionar en este apartado dedicado a los hilos narrativos que hay uno en el que no aparece reflejado el nombre del personaje. 
Seguimos sus pasos pero desconocemos quién se esconde detrás de esa narración, es un gran generador de intriga y hay que alabar con ello al tándem de escritores, porque aporta mucho suspense.

El argumento es muy entretenido, ya habéis leído la sinopsis, y los autores no dejan ni un solo cabo sin atar.
Michael Fitzgerald se encuentra a una mujer muerta en su bañera que el asegura no conocer. Desde ahí se inicia una persecución sobre él; la policía y el FBI le acusan de ser un asesino serial.
Vamos a encontrarnos una trama cargada de pistas y giros argumentales, eso sumado a la brevedad de los capítulos, contribuyen no solo a agilizar la lectura sino que también le aporta un ritmo que va en aumento. 

Los lectores participamos en la investigación enfrentándonos a un asesino serial, porque esa forma de narrar en primera persona parece que nos induce a participar en el caso como un personaje más, en una carrera contrarreloj cargada de obstáculos.

Debo deciros que hay un par de detalles que no me han gustado. Uno de ellos es el perfil que se da a la agente del FBI, Jessica Gimble.
Los autores la dibujan como una supermujer, fría, superficial, inaccesible, que roza la prepotencia en algunos momentos, para hacer valer sus derechos sobre el resto de compañeros masculinos, algo totalmente innecesario, porque los lectores no buscamos eso en los perfiles de protagonistas femeninos. Buscamos a alguien de carne y hueso, eficaz, y que no tenga la necesidad de mostrarse a cada segundo, perfecta.
El otro detalle es el epílogo del final, para mí totalmente prescindible.

Y ya para terminar una pequeña confidencia:
Creo que Patterson es el encargado de escribir los capítulos pertenecientes a los detectives... pero no sé si habré acertado, puesto que la novela es muy homogénea y no se distingue diferencia entre los capítulos. Mi apreciación se debe a que he leído a ambos autores y me da esa sensación; ya me contaréis qué opináis vosotros.

lunes, 24 de diciembre de 2018

Drácula. El origen J.D. Barker y Dacre Stoker

Sinopsis:

Bram Stoker es un niño enfermizo que apenas sale de su casa.
Una noche, la fiebre que le asalta casi a diario lo lleva a las puertas de la muerte. Su niñera, Ellen Crone, echa a todo el mundo de la habitación del pequeño y lo salva por medios que nadie conoce. Tras este episodio Bram se recupera, y crece su fascinación por Ellen. Él y su hermana Matilda descubren cosas muy extrañas de la niñera y antes de que puedan hablar con ella, ésta desaparece de sus vidas… Obsesionado con ella, quince años más tarde los hermanos vuelven a reunirse para encontrarla y sus caminos se cruzan con el del Conde Drácula...
Inspirada por notas y textos escritos por el propio Stoker, la precuela de Drácula revela no sólo el origen de Drácula y el de Bram Stoker, sino la historia de la enigmática mujer que les conecta.

Opinión:

Debo deciros que desde el mismo instante en que tuve conocimiento de la publicación de esta obra, supe que este libro sería uno de los imprescindibles en mi estantería, y que ocuparía un lugar preferente situado junto a su hermano mayor, Drácula.
Pero hubo más detalles que actuaron como acicate; uno fue la curiosidad, saber que su argumento se construía sobre notas y textos inéditos de Bram Stoker, y el otro, en lo personal, la atracción que siento sobre las historias tejidas alrededor de esas criaturas, los vampiros, que se pasean arrogantes ante la muerte, desafiando al paso del tiempo, pero que en cambio aparecen cargados de nostalgia.

Drácula, la obra original escrita en 1897, ha sido siempre para mí una historia a la que volver cuando me llegaba la desidia lectora.
Una novela con la que siempre he disfrutado, porque cada vez que la releo encuentro en ella nuevos detalles, matices que la primera vez no supe ver o que no aparecían en las distintas ediciones leídas, y es que parece que este clásico atemporal muta ligeramente ante mis ojos, ofreciéndome cada vez una lectura diferente.
Me enfrentaba por lo tanto a este libro con uno de los grandes miedos de los lectores, el que supone leer la precuela de un clásico que considero de obligada lectura.
Sentía emoción y algo de reticencia a partes iguales por saber si habrían conseguido darle ese toque especial, esa pátina decimonónica, inconfundible, con la que cuentan las obras de hace más de un siglo, y debo deciros que tras el primer capítulo esas sensaciones, algo incómodas, desaparecieron por completo, dando paso a una de las mejores novelas de terror del género vampírico que he leído.

El tandem de J. D. Baker y Dacre Stoker, ha conseguido una historia a la altura de su predecesora, más dinámica, e incluso me arriesgo a decir que con un terror mucho más logrado, más hostil, que consigue ponernos la piel de gallina.
Este dúo de constructores del horror, consiguen una historia coherente, magníficamente enlazada con la que ya conocemos, y donde se explican y rellenan algunos vacíos que podíamos tener de la obra original.
La lograda ambientación, la técnica narrativa que imita a la de Stoker y el manejo que hacen los autores del suspense y del terror, consiguen el resultado deseado, revivir el mito haciendo que Drácula parezca ahora más vivo que nunca.

Pero hablemos de esa perfecta ambientación.
Entre 1845 y 1849, Europa sufrió una gran plaga que arrasó los cultivos de patata.
En Irlanda, escenario de esta novela, las consecuencias fueron mayores, más devastadoras aun que en el continente; allí más de un tercio de la población dependía de su cultivo y eso obligó a más de un millón de personas a huir de las zonas rurales a las ciudades en busca de sustento, y otro millón murieron a causa de la hambruna.
En ese periodo, justo en 1847, nace el creador de Drácula y protagonista de esta precuela, cuya familia a pesar de ser acomodada también sufrirá los estragos de la famosa hambruna irlandesa.
El marco narrativo es ese, y lógicamente lo encontramos al principio de la novela cumpliendo, en este caso, con una función múltiple.
Sirve para presentarnos a los personajes que protagonizarán la historia, al tiempo que va plantando la semilla argumental de la que se convertiría en una de las obras más representativas del género gótico. No podemos olvidar volver a mencionar que es utilizada para lograr ese ambiente perfecto que ayudará a que los lectores nos mimeticemos con el entorno, entendiendo los difíciles momentos que vivía la sociedad, y  ante los cuales los personajes no pueden permanecer ajenos. 

Vamos a encontrarnos en esta obra con elementos propios del Romanticismo y del Gótico, dos géneros que están directamente vinculados porque no solo comparten características, sino que se alimentan de la misma raíz, huir del uso de la razón, dejando espacio al misterio y a la superstición,  elementos que ya vimos reflejados en la obra de Drácula.
También volveremos a tener muy presente el concepto de la naturaleza y la muerte, tal y como lo entendían los autores románticos, con ese toque de dulzura almibarada que se debate entre la pasión, el desamor, lo exótico y por último, la tragedia. Esto nos llevará de la mano a recrear algunos ambientes y escenarios como los páramos y los bosques cerrados; los castillos, abadías en ruinas y cementerios; la noche, momento en que transcurre la gran parte del argumento y donde acontecen siempre los sucesos más extraños.
Pero también vamos a encontrar otros elementos que recordaremos del Drácula original, y que consiguen impregnar de esa esencia victoriana tan especial a esta nueva historia, el género epistolar.
Vamos a ver fragmentos de diarios, de cuadernos de notas, cartas y artículos periodísticos.

Y bueno, os he hablado de género, características en común con Drácula, del marco narrativo, sin citar nada del argumento o de los personajes, y creo que ya ha llegado el momento de hablar sobre ellos, aunque sea ligeramente.

El protagonista va a ser Bram Stoker, eso ya lo sabéis, pero lo que desconocéis, es que ese personaje va a servir de instrumento para que de él surjan dos tramas argumentales que se irán alternando.
Tenemos una en pasado, que nos acercará a la infancia del escritor y a los hechos que darán origen al mito de Drácula; y otra linea argumental que nos llevará hacia adelante, cuando Stoker cuenta con 21 años, y será donde ocurra el desenlace de la novela.
El resto de personajes son secundarios, aunque hay que decir que algunos de ellos brillan con luz propia, como Matilda o Ellen Crone. Personajes que consiguen hipnotizarnos, desde luego quién dijo que un secundario era un personaje menor, viendo a estos dos, se demuestra que incurría en un gran error.
Y de esta forma, casi que voy a terminar, porque no quiero destripar nada importante, tan solo os intentaré enganchar citando algún detalle del primer capítulo.
Desde la primera escena, este libro va a conseguir robarnos literalmente el aliento. Vamos a conocer a Bram Stoker en un momento muy delicado. Se encuentra solo en una habitación, luchando contra lo que se esconde al otro lado de una puerta, y esa narración tan intensa nos impide saber si intenta evitar que algo entre o algo salga.

Os advierto que es una lectura absorbente, que nos hará preguntarnos, dónde empieza la ficción y dónde la realidad, pero sobre todo es una historia que consigue encogernos.
Los lectores terminamos mirando por encima del hombro mientras leemos, porque algunas de sus escenas contienen condensadas, grandes dosis de tensión, y el lector no puede evitar sentir un escalofrío que le recorre la espalda frente a los hechos que se narran y a la forma de hacerlo.
Tenéis el entretenimiento asegurado.
Yo como recomendación, aconsejo empezar por el final, por las notas de los autores, porque os aseguro que no tienen desperdicio.