martes, 27 de abril de 2021

Retrato de un asesino de Anne Meredith

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:

Lucy Beatrice Malleson, la autora de hoy, es conocida por los seudónimos de J. Kilmeny Keith, Anthony Gilbert y Anne Meredith
Puede que el nombre que más os suene sea el de Anthony Gilbert, pues fue el que más utilizó, y eso se debe a que estaba convencida de que la falta de popularidad con la que contaron sus obras en un principio se debía a prejuicios de género, por ese motivo decidió adoptar un sobrenombre de varón y bajo él creó al personaje de Arthur Cook, un abogado que sería protagonista de toda una saga. 
Como última curiosidad sobre esta autora os diré que fue secretaria del Detection Club, la asociación de escritores de género policíaco más antiguo del mundo, donde participaron autores como Chesterton o Agatha Christie, entre otros muchos.

Ya sabéis que una de mis grandes pasiones son las novelas criminales y los clásicos, pues bien, esta semana os traigo al blog una mezcla de ambas; un gran clásico policíaco escrito en 1934 que, como ya habréis leído en la sinopsis, es una de las primeras obras "invertidas", y la primera que firma como Anne Meredith.

La novela detectivesca, por lo general, es una historia de ficción que tiene como premisa un asesinato y que intenta distraer al lector al tiempo que le propone un reto: descubrir al asesino y los motivos que le empujan a cometer el acto delictivo. De esa forma nos mantiene en vilo de principio a fin.
Pero aquí el planteamiento que nos presenta Anne Meredith es distinto; la resolución del misterio desaparece, o más bien parte de él, porque desde los primeros compases conocemos que se ha cometido un asesinato y quién ha sido el criminal. 
Supongo que pensaréis que algo así pierde la gracia, pero no, porque la autora, además de mostrarnos cuáles han sido los motivos, hará un perfil completo del asesino; un retrato, como bien se índica en el título, describiendo tanto lo que piensa el delincuente sobre los demás, como los demás sobre él. 
Tampoco olvida hacer un seguimiento de la investigación que se llevará a cabo y posteriormente del juicio.
Esta estructura inversa o invertida es más común de lo que se puede pensar y quizás la duda que sobrevuela a los lectores es saber si el criminal logrará salirse con la suya.

En el comienzo ya sabemos que Adrian Gray es el asesinado. Un personaje casi importancia, salvo que su muerte es la premisa sobre la que se construye el argumento. 
Sabemos que es Navidad y que el difunto no guardaba buenas relaciones con ninguno de sus hijos. Eso, aunque pueda parecer irrelevante, porque también conoceremos quién es el pertrechador del crimen, sirve para que nos creemos un pequeño perfil tanto del asesinado como del resto de personajes que irán entrando y saliendo de escena.

La novela se divide en siete partes.
En la primera conoceremos a los integrantes de la familia Gray a través de un narrador en tercera persona. Esas descripciones serán un poco superficiales, y por ese motivo, en la segunda parte el asesino nos ofrecerá una versión más completa aunque subjetiva de cada uno de ellos, mostrándonos sus impresiones al tiempo que las plasma en su diario.
La segunda parte será la única que aparezca relatada por un narrador protagonista, que sobra decir que emplea la primera persona.
En la tercera parte volvemos a recuperar al narrador externo que ya no nos abandonará hasta el final. 
Los lectores, que ya vamos un paso por delante porque conocemos datos que ignoran los personajes, podremos observar en detalle como afectará el asesinato del cabeza de familia de forma individual a cada uno de ellos.
En la cuarta llega el momento de que un nuevo personaje entre en escena, el tan esperado detective, y con él la autora nos ofrece la posibilidad de observar los interrogatorios, viendo como ese perfil de los personajes se va completando. He de decir que el detective tiene muy poco protagonismo.
En la quinta parte llega el previo al juicio, esa sesión tan común en los círculos anglosajones en que se decide a quién se juzgará... y de ahí al final tan solo quedan un par de secciones, en las que algunas pistas, hasta ahora ocultas, saldrán a la luz estrechando el cerco sobre el culpable.

Os he mencionado que el detective en esta historia tiene muy poco protagonismo, pero no debemos olvidarnos de lo mencionado al comienzo, nos encontramos con una estructura distinta a las que, por lo general, nos acostumbra el género policíaco.

Aquí el detective, aunque nos lo pintan como perspicaz y atento, resuelto a llegar al fondo del misterio, tiene muy poco desarrollo, por el contrario, como ya sabemos por el título, el asesino que intentará escapar a las consecuencias de su acción por todos los medios, sí tiene una descripción completa.

Resumiendo...
Anne Meredith en este libro nos ofrece una novela singular, ya sabéis que me gusta hablaros de esos detalles curiosos que encuentro, y en esta ocasión mi mirada se posa sobre esa originalidad que recae en que el foco no se pone sobre los escenarios o sobre otros detalles del crimen; aquí lo importante son los personajes que tienen un mayor desarrollo y que son los encargados de crear un argumento más dinámico, por ese análisis conductual que nos ofrece la autora.

martes, 20 de abril de 2021

El castillo de Otranto de Horace Walpole

Sinopsis:

El castillo de Otranto (The Castle of Otranto, en inglés) es una novela escrita por Horace Walpole en 1764. 
La acción se desarrolla en la Italia medieval y narra la historia del tirano Manfred, cuya estirpe arrastra una maldición desde que su abuelo usurpara el poder del castillo a sus legítimos poseedores. Manfred trata de perpetuar su herencia casando a su débil hijo Conrad con la princesa Isabella, pero poco antes de la boda ocurre un accidente fatal de origen aparentemente mágico que frustra sus designios. A partir de este suceso, se desencadenarán una serie de misteriosos fenómenos sobrenaturales y pasiones encendidas que tendrán como escenario el asfixiante y siniestro decorado del castillo, uno de los principales “personajes” del relato: puertas chirriantes, pasadizos oscuros y criptas secretas hacen su aparición por primera vez. Había nacido la literatura de terror.

Opinión:

Hoy os voy a hablar de una novela gótica interesante por varios motivos.
La narrativa gótica es un género literario subsumido por el de terror, pero lo más curioso es que hasta la aparición de la primera obra gótica no puede decirse que existiese la de terror. Es cierto que existían narraciones populares fantásticas pero con unas características distintas que las asociaban al movimiento estético del Romanticismo.

El castillo de Otranto, publicada por Horace Walpole en 1765, está considerada como la primera novela gótica, y por lo tanto, según lo mencionado anteriormente, también se consideraría como la primera propiamente de terror, aunque lo cierto es que para los lectores actuales, tan acostumbrados al terror más intenso, esta no da ningún miedo.

Lo primero que os quiero contar es que Horace Walpole fue un escritor un poco tramposillo.
En la primera edición que se publicó, hizo creer a los lectores que era la traducción de un manuscrito impreso en Nápoles en el año 1529 y que había sido hallado recientemente en una biblioteca particular en el norte de Inglaterra. 
Decía desconocerse la fecha exacta en qué fue escrito originalmente, aunque mencionaba que podría haber sido entre 1095, año de la primera cruzada, y 1243, año de la última, y dejaba constancia de que el estilo, al italiano más puro, se había respetado al hacer la traducción, de ahí que la prosa resultase bastante arcaica.

A partir de la segunda edición, aclaró en el prefacio, que debido a la gran aceptación por parte del público se veía obligado a pedir perdón a sus lectores. Reconocía la autoría del texto y que toda esa pequeña farsa se debía a querer ofrecer a los lectores algo novedoso, una obra que aunase el medievalismo y el terror, o dicho de otro modo, una historia moderna para esa época que se sirviese de un estilo más antiguo.
A raíz de esta aclaración, muchos de los que en un principio habían alabado el relato pasaron a calificarla de ficción romántica absurda, e incluso inmoral.

Los elementos que vamos a encontrar son los clásicos de una trama gótica:
Walpole crea una atmósfera de misterio amparándose en elementos que posteriormente se convertirán en elementos arquetípicos como los paisajes sombríos, bosques tenebrosos, ruinas y castillos medievales, las criptas y cementerios; pero eso solo en lo que se refiere a escenarios, también incorporará la climatología adversa; las tormentas, todo ello amparado por la nocturnidad, ingredientes que muchas veces habían surgido o aparecido ya en las leyendas populares.

Los personajes, de los que no nos podemos olvidar porque son fundamentales para estas historias, están sujetos a pasiones desenfrenadas, ataques de pánico, amor enfermizo y a un erotismo larvado que no manifiesta abiertamente los oscuros impulsos del tirano, aquí protagonista, y que requiere de una doncella, la partenaire, esa muchacha cándida que es perseguida para que cometa una acción indigna o inmoral. En este apartado también hay que mencionar como personajes, aunque muy secundarios, los fantasmas o las almas torturadas.
Los protagonistas no aparecen descritos a conciencia porque realmente lo que quiere el autor es centrarse sobre los hechos y, por supuesto, sobre los escenarios y ambientes para generar angustia y apelar a la conciencia del lector. 
Sobre los personajes tan solo hace un pequeño esbozo, lo suficientemente escueto para que les conozcamos, y prefiere dedicar más espacio a esos sentimientos que les persiguen, atormentan y que servirán para hacernos una idea de cómo son en realidad.

La obra, además de todos esos ingredientes que he mencionado, también se construye sobre una antigua profecía, otro elemento al que recurrirán los autores que cultiven el género de relatos góticos.
En esta primera entrega del género se nos cuenta que:

El castillo de Otranto debe dejar de pertenecer a la familia que lo ocupa cuando su verdadero propietario se vuelva demasiado grande para habitarlo.

Sobre esta premisa se da inicio a la historia, aunque estaréis conmigo en que, generalmente, las profecías son demasiado ambiguas y resulta difícil encontrar un sentido lógico a su contenido, así que eso es básicamente lo que sucede al comienzo de la narración, que cada personaje va por libre interpretando los acontecimientos citados en la predicción y que, por supuesto, se suman a unos hechos que se van sucediendo de forma inexplicable y que aparecen tras la muerte del joven e insustancial Conrad.

Horace Walpole, como habéis visto, construyó unas bases para el género incorporando un montón de elementos o recursos muy versátiles y que daban mucho juego, ¡claro está! que el desconocía que iba a ser el padre de este nuevo estilo.
Aún así elaboró esta historia con mucho tiento, no escatimo en detalles y tampoco le tembló la pluma al incorporar detallitos escabrosos.
Puede que no sea la mejor  puede que tampoco suscite angustia intensa en el lector, no en el modo en que actualmente estamos acostumbrados, pero Warpole inició una moda literaria, por decirlo de algún modo, que se extendió desde el siglo XVIII hasta finales del XIX. Actualmente, los autores de terror moderno siguen recurriendo a algunos de esos viejos arquetipos que él incorporó en "El castillo de Otranto".

Estaréis pensando que he hablado muy poco del argumento o de otros elementos, pero os remito a la sinopsis, ahí se dan las claves principales y hay que contar también con su brevedad, en mi versión digital 124 páginas.

¿Os lo recomiendo?, por supuesto, si sois amantes del género gótico no podéis dejar pasar la oportunidad de conocer la obra que le dio origen y que se desarrolló plenamente con escritores como Mary Shelley o Ann Radcliffe 

martes, 13 de abril de 2021

Los crímenes de la carretera de J. D. Barker y James Patterson.

Sinopsis:

Una noche, Michael Fitzgerald descubre a una joven muerta en su bañera al volver del supermercado. Al lado del cadáver hay una pluma de gorrión. Aterrorizado, llama a la policía, que le interroga sobre la víctima, Alyssa Tepper, a la que él asegura no conocer. 
El detective Dobbs y la agente Gimble, del FBI, unen fuerzas en lo que parece un simple asesinato: cuando salen a la luz fotos en las que Michael aparece besando a Alyssa, es arrestado de inmediato, pero a las pocas horas aparece otra víctima con el mismo patrón: una pluma de gorrión colocada al lado del cuerpo. Cuando aparecen más, no solamente en Los Ángeles sino repartidas por todo el país, tienen claro que se enfrentan a un nuevo serial killer, al que apodan Birdman.

Opinión:

Hoy os traigo hasta esta estantería virtual una novela escrita a cuatro manos, algo que ya habíamos visto hacer a J. D. Barker hace un par de años cuando publicó "Drácula. El origen".
En esta ocasión Barker, que últimamente se ha convertido en todo un escritor de thrillers con su trilogía de "El cuarto mono", une esfuerzos a los de James Patterson, creador de la saga "Alex Cross" y que está considerado como uno de los escritores de mayor éxito en todo el mundo, para sorprendernos con un thriller cargado de giros argumentales.

Lo primero con lo que nos vamos a encontrar es con una novela con capítulos muy breves; un total de 148 más el epílogo, distribuidos en siete partes.
Cada una de esas partes comienza con una frase firmada por el Dr. Barton Fitzgeral, uno de los personajes implicados en la historia, y con ellas iremos haciéndonos una imagen de su mentalidad. 
Pero esa no será la única información que se nos facilite en esa página, también nos indicará en qué lugar se van a desarrollar los acontecimientos, escenarios que nos llevarán a recorrer el mapa de Estados Unidos, iniciando un viaje que nos llevará de costa a costa.

Cada uno de los capítulos a su vez, llevará en el encabezado el nombre de un personaje que será el encargado de ir narrando los acontecimientos de los que es testigo.
De esa forma nos encontraremos con varios hilos argumentales que se irán sucediendo y que nos presentarán los hechos con un relato más o menos lineal.
Los protagonistas principales serán Michael y Megan Fitzgerald, el detective Dobbs y la agente del FBI, Jessica Gimble, aunque habrá algunos personajes secundarios que también intervendrán en momentos puntuales en el relato. 
Los autores hacen distinción a la hora de narrar entre los cuatro personajes que acabo de mencionar y el modo de hacerlo es dar prioridad a unos sobre otros. 
Tanto Michael como Megan nos ofrecen el relato en primera persona, con la pequeña diferencia de que Megan lo hará con una declaración por escrito, solo con este pequeño detalle ya vemos que Michael ostentará el protagonismo principal y Megan ya va quedando un poco más relegada en la trama.
El resto de hilos, incluidos los de Dobbs y Gimble, narrarán en tercera persona, con lo cual ya tenemos una imagen muy clara de que lugar ocuparán en la historia.

No quiero olvidar mencionar en este apartado dedicado a los hilos narrativos que hay uno en el que no aparece reflejado el nombre del personaje. 
Seguimos sus pasos pero desconocemos quién se esconde detrás de esa narración, es un gran generador de intriga y hay que alabar con ello al tándem de escritores, porque aporta mucho suspense.

El argumento es muy entretenido, ya habéis leído la sinopsis, y los autores no dejan ni un solo cabo sin atar.
Michael Fitzgerald se encuentra a una mujer muerta en su bañera que el asegura no conocer. Desde ahí se inicia una persecución sobre él; la policía y el FBI le acusan de ser un asesino serial.
Vamos a encontrarnos una trama cargada de pistas y giros argumentales, eso sumado a la brevedad de los capítulos, contribuyen no solo a agilizar la lectura sino que también le aporta un ritmo que va en aumento. 

Los lectores participamos en la investigación enfrentándonos a un asesino serial, porque esa forma de narrar en primera persona parece que nos induce a participar en el caso como un personaje más, en una carrera contrarreloj cargada de obstáculos.

Debo deciros que hay un par de detalles que no me han gustado. Uno de ellos es el perfil que se da a la agente del FBI, Jessica Gimble.
Los autores la dibujan como una supermujer, fría, superficial, inaccesible, que roza la prepotencia en algunos momentos, para hacer valer sus derechos sobre el resto de compañeros masculinos, algo totalmente innecesario, porque los lectores no buscamos eso en los perfiles de protagonistas femeninos. Buscamos a alguien de carne y hueso, eficaz, y que no tenga la necesidad de mostrarse a cada segundo, perfecta.
El otro detalle es el epílogo del final, para mí totalmente prescindible.

Y ya para terminar una pequeña confidencia:
Creo que Patterson es el encargado de escribir los capítulos pertenecientes a los detectives... pero no sé si habré acertado, puesto que la novela es muy homogénea y no se distingue diferencia entre los capítulos. Mi apreciación se debe a que he leído a ambos autores y me da esa sensación; ya me contaréis qué opináis vosotros.

martes, 6 de abril de 2021

El hombre invisible de H. G. Wells

Sinopsis:

La máquina del tiempo 
La isla del doctor Moreau 
El hombre invisible 
La guerra de los mundos

En este volumen presentamos las cuatro novelas fundamentales de H. G. Wells, centradas en temas que siguen preocupando en la actualidad y continúan marcando el camino de la investigación científica, con todo lo que tienen de positivo y de negativo: el viaje en el tiempo, la invasión extraterrestre, la enajenación mental que puede provocar la ciencia y la manipulación genética. 

Son cuatro novelas, en definitiva, que siguen teniendo vigencia a principios del siglo XXI. 

Opinión:

Esta semana, la protagonista del blog es una de las novelas que se incluyen en este recopilatorio de H. G. Wells, autor que junto a Julio Verne está considerado como uno de los padres de la ciencia ficción, espero poder reseñar en breve alguna obra más.

El hombre invisible, escrita en 1897, es uno de las grandes clásicos de ciencia ficción, pero del que tenemos una idea un poco distorsionada del argumento, quizás por las versiones cinematográficas que se han hecho con posterioridad sobre él. Esas películas poco tienen que ver con la obra original, aunque sí es cierto que la que guarda más parecido es la que se rodó en 1933.

La novela en sí es muy breve pero me ha sorprendido por un par de temas que trata. 
El argumento más o menos lo conocéis; un científico que descubre el poder de la invisibilidad pero no cómo retornar a su estado inicial. 
Con esto podemos pensar que el tema principal será la investigación y los intentos fallidos para librarse de ese mal que le aqueja, pero lo cierto es que estos temas pasan a ser totalmente secundarios. Wells prefiere centrarse en denunciar el uso mal dado a la ciencia y en mostrarnos a una sociedad que no está aún preparada para esos avances
Como decían en la película "Men in black", el individuo es listo, pero la masa es un animal miedoso, idiota y peligroso, y esa situación es algo que vamos a ver aquí reflejada y que en algunos momentos nos arrancará una sonrisa, porque lo cierto es que el autor no olvida adornar algunas escenas de la primera parte con un ligero toque de humor. 

Mediante la técnica in media res, Wells nos sitúa justo en mitad de la trama. 
En ese punto vamos a ver como nos oculta adrede varios detalles; el principal es el nombre del protagonista y también el cómo y el por qué ha llegado a su situación actual. 
Con este vacío argumental, que solo se rellenará al llegar a la parte final, Wells intenta alejarnos de detalles que puedan desviarnos de los temas principales ya mencionados al comienzo de la reseña.
A cambio de esa omisión de detalles nos ofrece una excelente descripción psicológica del personaje que entra en acción con unas características ya prefijadas. 
Es un personaje manipulador y egoísta, que sufre constantes ataques de ira, comportamiento que no hará más que empeorar según avancemos en la historia, por lo tanto nos encontraremos que tiene un arco de transformación totalmente descendente. De esa forma y con ese detalle de la omisión del nombre, Well nos muestra a un hombre invisible, misterioso, casi deshumanizado, volcado únicamente en su investigación y que desprecia al resto de la sociedad a los que considera inferiores.

La novela cuenta con muy pocos personajes, podría decirse que pueden contarse con una sola mano, y a medida que uno entra en acción los otros acostumbran a salir de escena.
Respecto a los narradores vamos a ver que el autor no se conforma con el empleo de uno solo y nos ofrece varios que se van sucediendo.
El principal de todos ellos será un narrador en tercera persona, una especie de cronista y por supuesto no puedo olvidar mencionar al hombre invisible, que será el encargado ya llegados al final, de llenar ese vacío argumental que existe alrededor de su persona.

viernes, 2 de abril de 2021

El conde de Montecristo de Alexandre Dumas

Sinopsis:

El conde de Montecristo es, en principio, la historia de una venganza. Alguien sufre una injusticia y años más tarde reaparece para castigar a los autores de su desgracia. Pero es también un alegato contra el poder judicial corrupto, ya que aquella injusticia se realizó con la colaboración expresa de las instituciones jurídicas. Durante su estancia en prisión el protagonista entra en posesión de los conocimientos teóricos y prácticos de su tiempo, por lo que su venganza no es sólo la de un hombre agraviado, sino la de un "intelectual agraviado".
Cuando el protagonista se fuga de la prisión, el azar, es decir la Providencia, lo convierte en uno de los hombres más ricos de la tierra. 
Venganza, corrupción, intelecto y riqueza.  La cuadratura de un círculo narrativo que encierra al lector en un vértigo fascinante y seductor, pero también inquisitivo, moral y cívico.

Opinión:

Rumores... rumores.

Creo que sobran las presentaciones para esta magistral novela y para su autor porque de ellos se ha hablado mucho y se ha escrito bastante más.
A pesar de ello, voy a haceros una pequeña introducción sobre el autor, para mencionar los detalles más importantes que quedan fuera del argumento y que parece que enturbian un poco la prolífica y brillante carrera literaria de este genio del Romanticismo francés. 
Desde este momento os pido disculpas por la extensión de la reseña, pero es que para un libro tan extenso no sirve la brevedad.
Y dicho esto empiezo...

Alexandre Dumas escribió El conde de Montecristo en 1844 y fue publicada en 18 entregas siguiendo la costumbre de la época. 
También sabemos que gracias a su prolífica trayectoria literaria se ha convertido en el autor más leído en lengua francesa, y solo a modo de curiosidad os diré que se rodeo de "colaboradores", más de sesenta, que le ayudaban en sus obras. 
A pesar de que muchos lectores atribuyen la totalidad de sus historias a esos "negros literarios", hay que decir que se desconoce en qué medida estos colaboraban en ellas. 
Se sabe que escribían guiones, que recababan información y puede que escribiesen parte de esos manuscritos base, pero lo cierto es que Dumas era el encargado de modificarlos y enriquecerlos desarrollando la historia y añadiendo giros y diálogos.

De esto se ha hablado mucho y también de que su colaborador más conocido, Auguste Maquet, pudo ser el autor de gran parte de El conde de Montecristo y de Los tres mosqueteros, pero eso son tan solo conjeturas que a día de hoy no se pueden probar.

También se comenta que Alejandro Dumas se encontró en una ocasión con su hijo (Alejandro Dumas hijo) y le preguntó:
"Has leído mi última novela", a lo cual el hijo contestó: "Yo sí. ¿La has leído tú?", haciendo precisamente alusión a esas habladurías que decían que las obras no eran escritas por él, pero esto, como lo anterior, es tan solo un chascarrillo de la época igual de difícil de contrastar.
En fin, que cada uno sabrá que valor da a los rumores.

El Romanticismo, y cómo la venganza se sirve en plato frío.

Esta novela, que en mi edición de la editorial Debate tiene 1154 páginas, está considerada como la mejor obra de Dumas. Para mí ha sido un gran gran placer leerla porque no me ha dado ni un respiro. No existe a lo largo de toda la narración ni un solo capítulo en que el lector pueda decir que se ha aburrido.
Ya sabéis que una de las principales características del Romanticismo son los sentimientos exagerados, y en esta novela vais a tener una buena muestra de ellos.

El conde de Montecristo es la historia más famosa que existe sobre una traición y su consiguiente venganza, pero yo creo que va más allá, porque a su vez la venganza, un término que se va a repetir con frecuencia en esta reseña, se convierte en un proyecto personal del personaje que nos guía hacia una crítica contra el poder judicial corrupto. 
Lógicamente la crítica de Dumas no se detendrá ahí, y continuará exponiendo a la sociedad, sacando a la luz la hipocresía de la clase dominante y esa obsesión por acumular poder, ya fuese político, económico o social.
Entre la amplia muestra de sentimientos exagerados que vamos a ver no podemos olvidar el más importante, el amor, y de su mano llegarán el odio, las envidias, la gratitud y el perdón.
Y precisamente me remito al primero que he citado, al amor, porque el amor trágico era una de las particularidades más representativa del Romanticismo.
Lo vamos a ver rondando a varios personajes de esta obra, y finalmente la pasión hará que terminen enfrentándose a las barreras, por muy difíciles que sean de sortear.  

Otra característica que encontramos en las páginas de este libro es la admiración de los románticos hacia los seres que viven al margen de la ley, aquí representados por los contrabandistas y bandoleros como Luigi Vampa.

Y he dejado para el final de este apartado, quizás lo más llamativo, la exaltación del yo
Montecristo no es que se sienta superior al mundo o se crea Dios, como he escuchado decir por ahí, es simplemente que, moralmente, sí demuestra a lo largo de toda la novela ser superior a sus enemigos. Él, a pesar del daño que le han causado, tiene espacio en su corazón para el perdón y la generosidad... Decidme si ese no es motivo suficiente para considerarse moralmente mejor que quienes le arruinaron la vida y que con el paso de los años continúan con la misma actitud.

Estructura.

La novela está dividida en 5 partes y sigue la secuencia clásica de introducción, nudo y desenlace.
El texto, como era frecuente, se dirige a un hipotético lector universal y el narrador elegido para ello es el omnisciente.
Este narrador nos advertirá de detalles importantes, puntualizará, e incluso en algunos momentos, gracias a esa capacidad que le permite conocer en profundidad a todos los personajes y las tramas, nos relatará hechos que se están produciendo en el mismo momento aunque en distintos lugares.

En la primera parte, Dumas nos presenta a Edmond Dantès y a los personajes que formarán parte o se verán implicados en esa conjura que culmina con él en la prisión del castillo de If. 
Esos personajes son: Dantès, Mercedes, Danglars, Fernando, Villefort y Morrel.  

La segunda, tercera y cuarta parte es lo que se denomina como nudo y en él iremos viendo cómo se fragua o se desarrolla la venganza del conde. 
Hay que decir, para ser justos, que Dumas en este desarrollo olvida mencionarnos bastantes hechos que suceden desde que Dantès huye de If y vuelve a aparecer casi veinte años después. 
Puede que para él esos datos no fuesen interesantes o que, al menos es lo que yo pienso, de esa forma crea un halo de misterio alrededor del protagonista. También hay que recordar en este punto y romper con ello una lanza en favor del autor, que esta es la historia de una venganza, y lo grandioso es ver como Dumas encarrila la trama y convierte al Conde de Montecristo en fiscal, juez y verdugo.
Todo lo demás, y como llega a ello, es insignificante para la trama.

Y por último, la quinta parte, es para mí la más emocionante e interesante. 
Veremos la culminación de los planes de Dantès en los que también habrá espacio para el perdón y la generosidad, como ya os avancé unos párrafos atrás.

Y ya para terminar...

El libro como ya os imaginaréis tiene un montón de personajes que van incorporándose poco a poco a la trama, sin crear con ello confusión en ningún momento. 
Dumas no deja un cabo sin atar en toda la historia, a pesar de la complejidad de la trama, y algo que llama la atención, aunque quizás pueda restar veracidad a los acontecimientos, es la infinidad de coincidencias que se arremolinan alrededor de los protagonistas. 
Eso, como digo, puede afectar a la opinión de los lectores que pensarán que en esa época más que en cualquier otra, "El mundo era un pañuelo", pero no es más que una obra de ficción y el autor puede recurrir a las coincidencias como le vengan en gana para dar resolución a los hilos abiertos; y por supuesto, hay que incidir en esto, esa resolución es titánica.

Las descripciones psicológicas de los personajes son brillantes. No solo los conoceremos en profundidad por su fisonomía, que nos es relatada en detalle, sino también por los diálogos y su forma de conducirse a lo largo de la narración. 

Y creo que con esto ya he mencionado lo más importante. 
Podría seguir hablando horas sobre este libro o sobre los personajes en los que no he querido profundizar, como ya habréis notado. 
El motivo es sencillo, cada lector, durante o después de la lectura, se creará sobre ellos su propia opinión, idealizando a unos y aborreciendo a otros. Para mí, el joven Dantès no es más que un bobo que se deja engañar, en cambio Montecristo es un personaje misterioso que experimenta una evolución fascinante, por mucho que otros lectores digan de él que está demasiado pagado de sí mismo y que se cree superior al resto.
Todo en esta vida es subjetivo y la opinión sobre cada personaje debe creársela uno mismo.

Os animo a leer este novelón porque es, sin duda, una de las mejores obras de la literatura universal.