martes, 27 de agosto de 2019

La señal de Maxime Chattam

Sinopsis:

El nuevo joven prodigio francés con siete millones de lectores en Francia, traducido a veinte idiomas. 
 «El heredero del King, primero en ventas y especialista en el thriller a la francesa.» 
El escritor Tom Spencer, su mujer Olivia, famosa presentadora de televisión, y sus tres hijos huyen del estrés de Nueva York para instalarse en Mahingan Falls, un pueblo de Nueva Inglaterra, refugio de paz. O eso creían.
Poco a poco se suceden extraños incidentes: Zoey, el bebé de la familia, no para de llorar; los animales parecen enloquecer; hay desapariciones y muertes inexplicables; una bandada de murciélagos cubre el cielo y luego muere en masa; las llamadas telefónicas se interrumpen por gritos, y algo aterrador se percibe en el bosque.
El joven policía Ethan Cobb debe enfrentarse a esta situación sin precedentes, y el propio Tom le acompañará en la búsqueda escalofriante y frenética de la verdad.
Una intriga monumental, en páginas y ambición, que ha conquistado a los lectores y a la crítica.

Opinión:

Hace tan solo unas semanas, en la reseña de "Oculta en la sombra" de Vanessa Savage, os dije que era una historia que los críticos relacionaban con una obra de Stephen King, concretamente con "El resplandor"; luego tras leerla resultaba que cualquier parecido con la realidad era pura coincidencia...
Pues bien, la novela de la que hoy os voy a hablar también carga desde el principio con la presión de que consideren al autor como heredero del estilo de King; el escritor de Maine debería andarse con pies de plomo, porque últimamente le están saliendo demasiados herederos...

Dicho esto, lo justo es decir que "La señal" es una buena novela, sin necesidad de que la relacionen o estar a la sombra de un gran autor.
Esta historia no solo tiene detalles que nos pueden recordar obras de King, sino que creo que es un homenaje a todo el género de terror, sin necesidad de mencionar a autores en concreto.

La trama sucede en Mahingan Falls, un pueblo de Nueva Inglaterra donde en apariencia, todo es paz y armonía; pero el idílico pueblecito esconde mucho más entre sus frondosos bosques.
A unos 20 km hacia el sur se encuentra la población de Salem, famosa por sus juicios de brujería en el siglo XVII, curiosamente la mayoría de las muchachas que fueron juzgadas allí procedían de Mahingan Falls, por entonces un villorio sin importancia. Ya tenemos, por lo tanto, el primer generador de intriga que actúa como pequeña pista de lo que va a suceder.
Pero la leyenda negra que ensombrece la historia de ese tranquilo pueblo no termina ahí, y según avancemos en las páginas de esta novela, comprobaremos que en sus comienzos, Mahingan Falls no fue ese remanso de paz que sus habitantes quieren vender.

Las casi setecientas páginas de este libro van a pasar ante nuestros ojos a un ritmo vertiginoso, y eso se debe a que cada capítulo esconde un sobresalto; ese detalle es algo que valoro, porque muy pocas han sido las narraciones que me han hecho sentir escalofríos constantes.
¿Cómo consigue Maxime Chattam beneficiarse de esa vulnerabilidad que crea en el lector? pues valiéndose de los personajes infantiles a los que hace, en apariencia, más débiles.
Los protagonistas principales van a ser un grupo de niños, y ellos serán los primeros, quizás por su mayor sensibilidad, en experimentar los aterradores incidentes.

Otro punto a favor es la ambientación que logra crear, valiéndose de referencias históricas y localizaciones, esos detalles están manejados con acierto, y todo en conjunto da como resultado una novela recomendable, perfecta para leer del tirón en verano.

No puedo olvidar mencionar que el ritmo narrativo no decae en ningún momento, es más... va en aumento hasta llegar al final.
El medio utilizado para conseguirlo son los cliffhangers. Maxime Chattam lleva a los personajes a situaciones extremas, y pausa en ese momento el relato, haciendo que saltemos hasta otra localización o a otro personaje, alcanzando una gran tensión psicológica.

Y ahora toca hablar de lo negativo... el final, quizás la nota discordante.
Aunque no deja ningún hilo abierto, esa forma de terminar no me llega a resultar del todo convincente.
El epílogo me da la sensación, comparándolo con el resto de la historia, de que es demasiado acelerado y la explicación de los acontecimientos desentona un poco con la complejidad que hemos visto en el nudo de la novela.
Creo que cuando nos hemos tragado seiscientas y pico páginas, entre introducción y desarrollo, veinte más no van a suponer un gran exceso, por lo tanto, mi opinión es que esa parte flojea un poco.

Otro detalle que me ha venido a la cabeza, tras dejar reposar este libro, es que hay muchos fragmentos, secuencias, que me hacen recordar otras obras del género de terror y/o películas, lo que ya mencionaba en el segundo párrafo de esta reseña... y aunque aparecen diseminadas a lo largo de la narración de forma muy equilibrada, eso puede ser a la larga algo negativo, porque esos retazos terminan restando originalidad y ensombrecen el resultado final, además de que inevitablemente nos llevan a comparar.

En definitiva...
La novela engancha; el suspense y los golpes de terror que impregnan cada uno de los capítulos convierten esta historia en interesante y a pesar de que ese final desentona un poco, toda en conjunto da lugar a una novela recomendable.


martes, 20 de agosto de 2019

Viaje al centro de la tierra de Julio Verne

Sinopsis:

Aunque las novelas de Jules Verne (1828-1905) siempre han gozado del favor del gran público, el paso de los años y la valoración que entre tanto se ha venido haciendo de su obra han incrementado la magnitud de su figura.

Hoy en día, además de su talla indiscutible como autor de novelas de aventuras o de anticipación científica, se valora en igual o mayor grado la enorme riqueza poética, mitológica y simbólica que late en ellas.
Verdadero alarde de imaginación, "Viaje al centro de la Tierra" es el relato apasionante de la exploración de las entrañas de nuestro planeta que aborda el pequeño grupo que encabeza el profesor Lidenbrock.

Opinión:

Julio Verne está considerado no solo como un gran escritor, sino también como un gran visionario, alguien que se adelantó a su tiempo y supo plasmarlo con acierto en sus obras.
Sus historias nos han acompañado en la infancia y juventud; en esas tardes de verano interminables en que escapábamos de la siesta obligatoria y deteníamos nuestras pequeñas aventuras vacacionales, dejando volar nuestra imaginación, y sumergiéndonos en las aventuras más fantásticas, viajando desde el centro de la tierra a una isla misteriosa o surcando los cielos, llegando incluso, hasta la luna.
Podemos decir también, que Verne es el autor de cuya mano, muchos, nos hemos adentrado en el maravilloso mundo de la literatura; es junto a Agatha Christie el escritor más traducido en el mundo, y se le considera como uno de los padres de la ciencia ficción, ya que predijo con gran exactitud la aparición de muchos de los avances tecnológicos del siglo XX.

¿Que vamos a encontrar en esta novela escrita en 1864?

Pues, básicamente, aventuras que nos alejarán del aburrimiento y que nos hacen retroceder a esa infancia ya mencionada, en un estado de evocación y nostalgia. 
Quizás ahora de adultos, las situaciones a las que somete Verne a los personajes, pueden parecernos que no son tan emocionantes como a los lectores del siglo XIX, pero debemos afrontar la lectura, intentando meternos en su mentalidad.
Si nos centramos únicamente en el argumento, sabemos que los personajes descubren un manuscrito donde se revela como llegar al centro de la tierra, y rápidamente se ponen en camino. Esa es básicamente la premisa sobre la que se construye la novela, pero hay bastante más, supongo que no os conformaréis solo con eso...

La prosa de Verne es ligera, rehuye de descripciones recargadas, y en cambio aporta a la narración toques fantásticos mezclados con intriga, ya que empuja a sus protagonistas a situaciones extremas.
La llegada al mundo subterráneo es, sin duda, la mejor parte...
Resulta la más detallada, y en ella comprobamos la gran imaginación del autor, ya que nos introduce en un mundo paralelo con una narración de intensa carga emocional.
La parte anterior, pues quizás es la más aburrida, la que comprende el descenso, algo lógico, ya que los lectores lo que queremos conocer es cómo será ese centro de la tierra.

El tema central con ese viaje fantástico de por medio, profundiza en el afán de conocer, de descubrir y pisar nuevas tierras, quizás también podemos vislumbrar una fe ciega en el progreso.  
Verne posó su mirada en el horizonte, alejándola de la visión limitada que tenían sus coetáneos, no hay que olvidar que la era de los descubrimientos ya había tocado a su fin, el globo se había circunnavegado y la conquista de los polos representaba la última gran empresa expedicionaria de nuestro planeta. Como digo el miró más lejos y acercó mundos imposibles, por el momento, a las gentes decimonónicas.

Hay un par de detalles que me han sorprendido de esta historia y en los que no me había fijado hasta esta relectura.

Verne siempre crea historias con pocos personajes y los convierte en el centro de la acción.
Todos siguen a un personaje central; son, quizás, personajes demasiado estereotipados que se reparten las funciones, y donde, como digo, se aprecia una jerarquía clara, también he visto que resalta la ausencia de protagonismo femenino.
La novela solo cuenta con tres personajes principales, y con ese número tan reducido, Verne no duda a la hora de restar protagonismo a dos de ellos.
Lógicamente, el narrador al ser un personaje acapara nuestra atención. Solo puede narrar lo que él ve y tal como él lo interpreta, con lo que nos enfrentamos a una narración subjetiva; si el personaje en cuestión que es Axel se separa del grupo principal, solo puede relatar lo qué él está viviendo en ese momento, y nos perdemos parte del desarrollo de la acción.

Otro detalle interesante, en el análisis de este narrador personaje, es el fino sentido del humor con el que está dotado.
También me ha sorprendido que no silencia nada; no duda en mostrarnos sus flaquezas, al igual que tampoco prescinde de hacer un perfil detallado de sus compañeros de viaje.
Su narración es el relato de esta aventura, eso ya lo sabemos, pero al llegar a un momento en concreto, su narración varía y se convierte en un diario de abordo, más escueto, para más adelante volver a retomar el modo de relato inicial.

Los otros dos personajes principales de los que me queda hablar son el profesor Lindenbrock y Hans, el guía.
Lindenbrock es un viejo profesor más terco que una mula, eso sí, cabe resaltar en él también su gran intelecto.
El mejor personaje para mi gusto es sin duda Hans, y sorprende que es el que cuenta con menor protagonismo. 
Parece prácticamente una sombra, sigue las órdenes del profesor, y asume el papel de guía en silencio; un personaje secundario cuyas acciones, en cambio, resultan determinantes para que el viaje llegué a buen puerto. Sin él, el centro de la tierra sería una misión imposible.
Y con esto concluyo...

Verne vivió el boom de los viajes de exploración; Los polos, la búsqueda de las fuentes del Nilo, las grandes expediciones al Kilimanjaro, despertaron no solo el interés de los exploradores, sino que también estimularon su incansable imaginación.
Las novelas de este autor, como ya he dicho al comienzo, son una joya para iniciar a los más pequeños de la casa en la lectura. Puede que a ellos, una historia sin ordenadores ni teléfonos móviles, les parezca algo anticuado, pero solo por la prosa, por el derroche de imaginación o por haberse adelantado cien años a algunos de los descubrimientos tecnológicos con los que hoy en día contamos, ya sea bastante incentivo para animarles a conocer la gran obra de este genio.
"Viaje al centro de la tierra" no es la mejor de sus obras, pero sí quizás una de las más conocidas y la que más veces ha sido llevada al cine.
Ha habido grandes adaptaciones cinematográficas de ella, pero creo que ninguna hace honor a la historia en papel.
Puede que cuenten con grandes efectos especiales, pero ese efecto visual es totalmente prescindible, ya que Verne sin necesidad de ellos, empujó las fronteras de la imaginación y nos preparó para lo que vendría después...



miércoles, 14 de agosto de 2019

Psicosis de Robert Bloch

Sinopsis:

Norman Bates, dueño de un apacible parador de carretera, recibe un día a una joven viajera cuyas palabras imprudentes causan una profunda conmoción en su vida extraña y solitaria; Bates, dominado por la presencia obsesiva de la figura materna, reacciona de modo inesperado: unos tragos de licor, una rendija en la pared, el rostro pintarrajeado de una anciana, una navaja de afeitar...
La narración, rápida y amena, se acelera de modo vertiginoso en los momento de máximo suspense hasta introducir al lector en el laberíntico infierno interior de una personalidad profundamente esquizofrénica.
Psicosis, obra maestra del género de intriga, fue escogida por Hitchcock para servir de argumento a la célebre película del mismo título.

Opinión:

Esta historia, la cual llevaba mucho tiempo posponiendo su lectura, fue escrita por Robert Bloch en 1959 y llevada al cine por Alfred Hitchcock en 1960.
El único inconveniente que he encontrado es que, si habéis visto la película antes de leer el libro, se pierde el factor sorpresa y eso puede desalentar a algunos futuros lectores de la obra.
Por mi parte, ese detalle no lo considero importante, porque me gusta comparar las obras escritas con sus versiones cinematográficas.

La novela se divide en 17 capítulos intensos.
La forma de narrar de Robert Bloch es muy fluida y precisa, y aunque se vale de las descripciones para que el lector se haga una idea clara y concisa del siniestro escenario y de los personajes, estas no llegan a ralentizar el ritmo narrativo ni a entorpecer la acción.
Los personajes, a través de su mirada, nos muestran detalles del escenario, se funden en él, y aunque a veces pueda parecer que esos detalles carecen de importancia, o que están de relleno, Bloch demuestra que todo lo que aparece citado es de vital importancia para el desarrollo de la trama.
De ahí, la gran importancia de que los autores en sus obras nos muestren en vez de limitarse a contar...

En esta novela, Robert Bloch nos acerca a un personaje con un trastorno de personalidad múltiple y con complejo de Edipo, por lo que en la época en que fue escrita y llevada al cine causó un gran impacto.
La obra está inspirada en los crímenes de Ed Gain, un asesino serial de Wisconsin y cuya personalidad Bloch consiguió plasmar con acierto.
El autor continuó con la historia ofreciendo a los lectores dos secuelas, Psyco II en 1982 y Psyco House en 1990, pero ninguna de ellas alcanzó el éxito de la primera.

La versión cinematográfica de Hitchcock es una adaptación bastante fiel de la obra en papel, pero es cierto que el cineasta se permitió algunas licencias, aunque estas no afectasen a la esencia original de la historia. Por ejemplo, cambió el nombre a los personajes y la apariencia física al gran protagonista, Norman Bates, pero como digo, eso no afecta al argumento.
Otro detalle que cambia, es la forma en que muere el personaje femenino, Marion Crane.
Hitchcock se vale del impacto visual, algo lógico, y en cambio en el libro ese impacto corre a cargo de la pluma detallada del autor y de la imaginación lectora. Las elipsis en el libro también juegan un papel bastante importante, ya que hay detalles que no se relatan pero se intuyen.
Bloch describe de forma breve a los personajes, pero esas descripciones nos bastan para crearnos una imagen clara tanto física como psicológica de como son, cosa que en el cine no es necesario.

Psicosis se ha convertido en un gran clásico del género de terror, y pese a lo citado en el primer párrafo, creo que es una obra de lectura muy recomendable, ya que en apenas cien páginas, su autor, es capaz de ofrecernos el perfil psicológico complejo y variable del protagonista.
Sin duda os la recomiendo...

A continuación os detallo las reseñas que he hecho sobre libros y que posteriormente fueron llevadas al cine por Hitchcock.
Crimen perfecto
Extraños en un tren
La dama desaparece o Alarma en el expreso.
La ventana indiscreta.  
Pero... ¿Quién mató a Harry?
Rebeca
             
                 

martes, 6 de agosto de 2019

Tres ratones ciegos de Agatha Christie

Sinopsis:

“Tres ratones ciegos, tres ratones ciegos. 
Mira cómo corren, mira cómo corren. 
Todos corren detrás de la mujer del granjero. 
Cortó sus colas con una navaja de carnicero. 
¿Alguna vez vieron un espectáculo tan horrible, como tres ratones ciegos?”

Tres ratones ciegos, clásico thriller de la genial Agatha Christie escrito en 1952 y llevado al teatro con gran éxito, narra una extraordinaria secuencia de crímenes que tienen lugar en una casa de huéspedes de estilo victoriano.
En una fría noche de invierno, van llegando a la mansión los inquietantes inquilinos que van a pasar un fin de semana en ella.
Ante la muerte de uno de ellos, llega la policía y mediante su interrogatorio hace que la casa se convierta en una ratonera.

Opinión:

Esta obra de Agatha Christie de la cual os hablo hoy y que quizás os suene más por otro nombre, "La ratonera", está cargada de curiosidades...
"Tres ratones ciegos" fue un guion radiofónico, de más o menos veinte minutos, que Agatha escribió en 1947 por encargo de la cadena BBC para celebrar el octogésimo cumpleaños de la Reina Mary, esposa de Jorge V. La Soberana era una gran seguidora de las obras de la dama del misterio y esa fue la curiosa forma en que la emisora rindió homenaje a la monarca.

La otra curiosidad es que tras ese guion radiofónico surgió el relato breve de "Tres ratones ciegos", pero ese relato nunca ha sido publicado en Gran Bretaña por una editorial.
En Estados Unidos se publicó en 1950 y aquí en España en 1957, la mayoría de las veces perteneciendo a un volumen que contenía ocho relatos más de la genial autora. En Gran Bretaña solo apareció publicado en una revista.
Pero lo que sí alcanzo un éxito extraordinario fue la versión que se hizo para el teatro, "La ratonera". La obra fue estrenada en Londres en 1952 y desde esa fecha se lleva representando de forma ininterrumpida.

Para acabar con las curiosidades os diré que "Tres ratones ciegos", en inglés Three blind mice, es una tonadilla infantil que, según las malas lenguas, hace referencia a María Tudor, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, y a la persecución que esta inició contra tres obispos protestantes.
La reina estaría representada por la mujer del granjero y los tres ratones serían lógicamente los obispos, pero como digo es solo parte de la leyenda negra, porque según he podido comprobar por otras fuentes, la cancioncilla es muy posterior...

Y ahora sí, vamos al contenido de esta historia.
Una casa de huéspedes recién inaugurada va a ser el escenario de esta obra.
Debo deciros que me he leído tanto el relato breve de "Tres ratones ciegos" como la obra teatral, "La ratonera", y para mi gusto la narración es mucho mejor.
También he tenido la oportunidad de ver la representación de la obra teatral, y eso ya es harina de otro costal porque el resultado es impresionante, aunque entre ellas se encuentren algunas pequeñas diferencias, que eso sí, no afectan al resultado final...

Pero retomando el comentario, la casa de huéspedes va a ser el escenario y a él van a ir llegando los personajes de forma escalonada.
En el relato breve los protagonistas principales serán siete, y en cambio en la obra teatral son ocho, para ampliar más el argumento y dar más juego misterioso a la historia.

La narración está compuesta por seis capítulos, pero sin duda lo más destacable es el giro que nos depara el final.
Dicen que el final de la obra de "El asesinato de Roger Ackroyd" está considerado como uno de los más sorprendentes e inesperados de toda la obra de la maestra del suspense, pero creo que éste resulta igual de ingenioso, porque Agatha se deja guardados en la manga algunos detalles que solo conoceremos al final.

Para terminar también os diré que la historia, a grandes rasgos, me recordaba muchísimo a diez negritos, porque la trama ocurre en un lugar aislado del que los personajes no pueden escapar debido al mal tiempo y además a esto hay que añadirle la tonadilla infantil, omnipresente a lo largo de la historia, y que Agatha prescinde de incorporar al argumento las mentes perspicaces de Poirot o de Miss Marple y lo cierto... es que tampoco se les echa de menos.