sábado, 31 de diciembre de 2022

Mis mejores libros 2022

Como todos los años vuelvo a hacer una entrada con el resumen de mi año lector.

Lógicamente, el listado de los libros que más me han gustado distará mucho de los que encontraréis en revistas o periódicos, al igual que tampoco coincidirá con las listas de otros blogs, porque todo depende de lo que haya leído cada uno.

He leído aproximadamente unos 50 libros y de entre esos, 22 se corresponden a autores clásicos. 
Ya sabéis que este blog dedica un espacio importante de tiempo a buscar en el baúl de los libros olvidados, y que también me sumé, durante varios años seguidos, al reto anual de "Clásicos grandes y pequeños" con el que he descubierto grandes lecturas. Pero este año, con gran pesar de mi corazón, he abandonado el reto en julio, a un libro de acabar el tercer nivel, por lo que de esos 22 clásicos solo 14 se corresponden al reto. 
Y ahora os cuento el motivo de mi abandono...

Lo principal es que no era el modo en que yo quería leer los clásicos. 
Ese reto tenía unos niveles y unas premisas que cumplir a raja tabla, y ese elemento tan básico que comenzó siendo una especie de juego, terminó ejerciendo presión sobre mis lecturas. Si no terminabas un nivel no podías pasar a otro y muchas veces, en esas premisas o en el nivel en que estaba, no podía incluir libros que quería leer en ese momento, obligándome a postergarlos para dar prioridad a otros que cuadrasen en esos niveles y que, aunque los viese interesantes, quizás no me apetecía leer en ese momento. 
Esa obligación aunque me ha proporcionado grandes momentos al descubrir lecturas nuevas, también me estaba restando disfrute. La búsqueda se había convertido en un reto, en una búsqueda contrarreloj, y no es la forma en que busco disfrutar de las lecturas.

Saltando a otra cosa...
También me he ido sumando a otras propuestas que se han organizado en Twitter y que me han llegado desde varios blogs, como las lecturas junto al fuego de Anabel Samani o desde el blog Un libro en un tris de Nitocris.
Con ellas he disfrutado de grandes momentos, descubriendo algunos relatos de Emilia Pardo Bazán como La gota de sangre, e incluso hallando nuevos detalles en la relectura de Drácula
Para esa relectura, que ya era la quinta para mí, elegí una versión ilustrada de la editorial Reino de Cordelia que me hizo disfrutar, más aún si cabe, de este libro.

En general este año ha sido un año de claroscuros, donde han contrastado mucho las buenas lecturas con otras que no lo han sido tanto, e incluso aunque pueda parecer algo feo decirlo, este año también me he encontrado con algunas lecturas que, a mi parecer, han sido totalmente decepcionantes. 
Lo que si veréis es alguna similitud con mi lista del año pasado, y es que en ella aparecen de nuevo muchos clásicos y algunas obras de Stephen King.

Aquí os dejo mi listado:

La ocupante de Sarah Waters
Historia de una escalera de Buero Vallejo
Guerra y paz de Tolstói
Empezamos por el final de Chris Whitaker
La apelación de Janice Hallett
Cujo de Stephen King
La Celestina de Fernando de Rojas
Lejos del mundanal ruido de Thomas Hardy
Apocalipsis de Stephen King

Y ya termino.
Espero poder seguir descubriendo nuevas historias que compartir con todos vosotros.
Un abrazo y felices lecturas.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Cuentos de Pío Baroja

Sinopsis:

Aunque la fama de Pío Baroja (1872-1956) descanse en su obra novelística, de la cual son muestras destacadas El árbol de la ciencia o La busca, también sus relatos breves expresan la sensibilidad lírica, la fuerza descriptiva, la imaginación argumental y la capacidad de creación de personajes del gran escritor vasco. El ambiente de su tierra natal, los temas madrileños, las ideas anarquistas, la tristeza ante un mundo cargado de injusticia, empapan estos Cuentos en los que como señala en su prólogo Julio Caro Baroja está «todo Baroja y algo que después Baroja echó por la borda». El presente volumen incluye no sólo la práctica totalidad de las narraciones de Vidas sombrías (1900), sino también otros relatos de fecha más tardía, entre ellos «Elizabide el Vagabundo» y la bella estampa romántica «La dama de Urtubi».

Opinión:

Cuando hablamos de cuentos lo primero que nos viene a la cabeza es el nombre de algún autor extranjero; parece que todo lo de fuera es mejor y olvidamos que tenemos grandes autores nacionales que también hicieron sus pinitos dentro de este género breve tan difícil de manejar.
Doña Emilia Pardo Bazán decía de los cuentos que: "el cuento es hijo, por un lado, de la objetividad y, por otro, de la concentración de recursos", y es que como ya he comentado en otras ocasiones, los autores de cuento debían ceñirse al tema en un espacio muy breve.

Hoy os quiero hablar de Cuentos de Pío Baroja; un recopilatorio de historias con las que el autor vasco nos deja literalmente con la boca abierta. 
Todos los que hayáis leído a este autor sabréis que es conocido sobre todo por sus novelas, pero es que todo lo bueno, la gran calidad literaria que se puede encontrar en ellas, lo vais a ver concentrado en este compendio de relatos breves en los que se refleja la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Vamos a encontrar el derrotismo y el estilo castizo tan propio de la Generación del 98 a la que perteneció. Para los autores pertenecientes a esa generación lo más importante era describir la España real, tal y como la veían, mostrando la forma en que vivían sus gentes, con sus tradiciones, miserias, alegrías y penurias. Una España tan rural como misteriosa, que tiraba por tierra la España oficial que intentaban vender desde el gobierno. No olvidéis que todos los autores de esa generación habían sido testigos del Desastre del 98, con la perdida de las colonias, suceso que los unió a todos.

A Pío Baroja se le conoce como el gran narrador de esa Generación, además de ser uno de sus creadores. Destacó en novela y teatro, pero hay que señalar que este género, que solo cultivó al comienzo de su carrera, contó con el aplauso del público y de la crítica. Quizás esa mala fama de género menor, con la que algunos se empeñan en tildar a los cuentos y narraciones breves, fue lo que empujó a este gran cuentista a abandonar lo que manejaba con maestría.

En este libro se incluyen todos los relatos que aparecieron publicados en 1900, en el volumen de Vidas sombrías, y que habían sido gestados desde 1892 a 1899 y publicados en periódicos y revistas de forma individual, pero también encontraremos algunos escritos posteriormente. 

Baroja nos ofrece unas narraciones con el preciosismo del tono de la época, acompañado del rigor y el método. 
Naturalismo, costumbrismo, terror e incluso humor van a ser los diversos géneros con los que hará gala Baroja.

  • En Medium aparecen impresiones de la juventud del autor y está basado en una experiencia de cuando era estudiante. Seguro que a todos los que hayáis leído a Poe, este relato os recordará a El gato negro.
  • En El Trasgo encontramos recuerdos escuchados en una tertulia.
  • También se aprecia en otros cuentos como Mari Belcha o La venta, ese ambiente melancólico y dramático que después se distinguiría en sus grandes novelas vascas.
  • Pero no solo vamos a encontrarnos con ambientes vascos en este recopilatorio, porque en otros cuentos como La trapera o El hogar triste tenemos ese toque inspirado en el Madrid de la época y ese tinte naturalista de derrotismo que encontramos también en la novela de Galdós.
  • En La sima, otro de mis preferidos y que he reseñado hace unas semanas, vais a encontrar otra historia de terror que seguro que os encantará.
  • Y por supuesto, tampoco olvidó incluir cuentos con un toque de picaresca y humor, además de esa preocupación por las cuestiones sociales que embargo a toda la Generación del 98 y que ya he mencionado más arriba.
Unamuno leyó este recopilatorio y escribió un artículo destacando los mejores detalles de cada relato, incluso llegó a señalar que apreciaba en ellos cierta influencia de Poe y Dostoyevski. Yo, aunque no llego ni a la suela de los zapatos al gran pensador de la Generación del 98, me animo a añadir a su comentario que en estos cuentos podemos intuir la perfección a la hora de escribir y de describir, y que luego Baroja desarrollará en profundidad en sus novelas más extensas.

martes, 20 de diciembre de 2022

El libro de los accidentes de Chuck Wendig

Sinopsis:
Hace mucho tiempo, Nathan vivía en una casa de campo con un padre maltratador, y nunca le ha contado a su familia lo que ocurrió allí.
 
Hace mucho tiempo, Maddie era una niña que jugaba a las muñecas en su habitación y vio algo que no tendría que haber visto… Y ahora intenta recordar aquel momento traumático creando unas esculturas inquietantes.
 
Hace mucho tiempo, algo siniestro y voraz deambulaba por los túneles y las montañas y las minas de carbón de su ciudad natal en la zona rural de Pensilvania.

Ahora, Nate y Maddie Graves están casados y han regresado a ese lugar con su hijo, Oliver.
Y ahora, lo que ocurrió hace mucho tiempo ha empezado a ocurrir otra vez… Y le está ocurriendo a Oliver. Conoce a un chico muy extraño que se convierte en su mejor amigo, un chico con secretos y afinidad por la magia negra.
Esa magia negra los lleva al epicentro de una batalla entre el bien y el mal, un enfrentamiento por conservar el alma de la familia… Y puede que incluso la del mundo entero. Pero la familia Graves tiene un arma secreta: el amor que se profesan los unos a los otros.

Opinión:

Dicen que Chuck Wendig es el gran relevo de Stephen King y también que es El gran maestro del terror internacional contemporáneo, así como la nueva voz del terror internacional...

Sobre este tipo de frases grandilocuentes que siguen a la publicación de un libro ya me he manifestado en muchas ocasiones, sobra hacerlo una vez más, pero debo decir algo, y es que a Stephen King le están saliendo más herederos que hijos a Gedeón, y esos comentarios que hacen las editoriales pensando que benefician al autor, en realidad le hacen más daño que bien, porque los lectores ponemos el foco en su obra y la analizamos con mayor detenimiento. 
En pocas palabras... que los lectores no somos tontos y nos engañan una vez, pero no dos, y donde ellos ven un posible heredero, yo veo un imitador.

Leyendo este comienzo de reseña ya intuiréis lo que me ha ocurrido con esta lectura. 
Llegué a ella con las expectativas muy altas por las excelentes críticas que leí en blogs, redes sociales y otros medios; en cambio yo he encontrado cosillas que no me han llegado a convencer del todo y escenas que creía haber leído ya.

Y pensaréis... ¿Demasiada influencia de un autor en otro es algo malo? Pues depende con el ojo con el que se mire. 
Creo que un escritor aunque se deje influenciar por otro, siempre debe crear un estilo propio y no vivir a la sombra del éxito o renombre de otros.
Con esto no digo que la historia sea un bodrio, porque esta novela os la recomiendo, pero considero que la sinceridad a la hora de reseñar siempre debe estar presente, señalando lo bueno y lo malo.
El libro de los accidentes me ha resultado entretenido, de lectura fácil, pero esperaba algo más. 

Tiene sus momentos brillantes, detalles muy buenos, pero no me han sorprendido tanto como esperaba. 
Wendig incorpora en cada capítulo un giro, y ese pequeño detalle, que para otros lectores será algo a favor, me restaba porque tras tantas sorpresas seguidas llegó un momento en que perdí la capacidad de asombrarme. Ya conocéis el dicho: "lo poco agrada y lo mucho cansa".
 
Los capítulos son breves y eso facilita la lectura porque agiliza el ritmo, además de que el autor narra bien. Eso no se le puede negar.
Sobre el argumento... es bastante bueno; encontramos una historia que desafía las creencias y las bases en que se asienta la realidad, los personajes se mueven en la línea divisoria que existe entre lo posible y lo imposible y al mismo tiempo tenemos una historia de traumas y esperanza, donde el amor de la familia será su único bote de salvación. 

E su conjunto, la obra no llega a dar miedo en ningún momento, aunque sí es cierto que algunos de los personajes resultan inquietantes y mantienen en vilo al lector hasta el final, siendo la actuación de algunos algo previsible.

Lo siento, soy la nota discordante entre tantas fabulosas reseñas que encontraréis, no me lo tengáis muy en cuenta, pero esta no deja de ser mi opinión particular como lectora. 
Vengo de releer Apocalipsis, un libro lento de King en el que no pasa nada y al mismo tiempo pasan infinidad de cosas, un libro en que el maestro del género se toma su tiempo para presentar personajes y desarrollar la trama, y siento decirlo, pero el método y el estilo de Wendig y King no tienen nada que ver. El de Wendig me ha parecido una coctelera en la que mete todos los detalles, agita, y escribe lo que salga.

jueves, 15 de diciembre de 2022

La sima de Pío Baroja

Sinopsis:

Aunque la fama de Pío Baroja (1872-1956) descanse en su obra novelística, de la cual son muestras destacadas El árbol de la ciencia o La busca, también sus relatos breves expresan la sensibilidad lírica, la fuerza descriptiva, la imaginación argumental y la capacidad de creación de personajes del gran escritor vasco. El ambiente de su tierra natal, los temas madrileños, las ideas anarquistas, la tristeza ante un mundo cargado de injusticia, empapan estos Cuentos en los que como señala en su prólogo Julio Caro Baroja está «todo Baroja y algo que después Baroja echó por la borda». El presente volumen incluye no sólo la práctica totalidad de las narraciones de Vidas sombrías (1900), sino también otros relatos de fecha más tardía, entre ellos «Elizabide el Vagabundo» y la bella estampa romántica «La dama de Urtubi».

Opinión:

Hoy quiero hablaros sobre un cuento muy breve, otra de las lecturas organizadas desde el blog de Anabel Samani para sus #Lecturasjuntoalfuego.
En esta ocasión el elegido ha sido "La sima", uno de los relatos integrado en el volumen de "Cuentos" de Pío Baroja que me he animado a releer íntegro y del que os hablaré sin falta en las próximas semanas.

Como ya habréis leído en la sinopsis, la fama de este autor vasco recae en sus novelas, pero en sus cuentos vamos a encontrar acompañando a una prosa soberbia, el rigor y el método propio de los autores de esa época.
Pío Baroja fue uno de los integrantes de la Generación del 98 y por lo tanto no es de extrañar el encontrarnos con descripciones que muestran al detalle a las gentes, las tradiciones o los paisajes de España.

Lo primero que llama la atención en esta historia breve es la concentración de recursos. 
La calidad descriptiva es algo que vais a ver mencionado en esta reseña varias veces. 
Puede que suene repetitivo, pero es que ese método tan empleado en la época para arrastrar al lector al interior de las historias, mostrando como son los personajes, los escenarios o los ambientes, es algo que hecho mucho de menos en las novelas actuales. Y no hablo de rellenar páginas y páginas con adjetivos y términos vacíos, hablo de mostrar y no de contar, de emocionar al lector con la riqueza narrativa de lo que lee.

Otro de esos recursos es el tono gótico tan pronunciado que vamos a encontrar, quizás más propio de autores de otras nacionalidades, como por ejemplo Poe, sin olvidar, por supuesto, al gran Bécquer.
Pío Baroja en apenas 8 páginas nos cuenta una historia trágica y misteriosa, apoyándose en leyendas o chismes de aldea que terminan por ser la base de todas las leyendas negras locales, y sin olvidar lo primordial en ese tipo de género de terror, la soledad y los escenarios nocturnos.

Los personajes van a ser solo dos, un abuelo cabrero acompañado de su nieto que se enfrentan al miedo, pero terminan sucumbiendo a él a causa del imaginario colectivo. Y poco más puedo decir sobre el argumento, creo que basta con el título para despertar curiosidad o intriga.
La historia es intemporal y su desarrollo podría suceder en cualquier localización.

Baroja se toma su tiempo a la hora de describir en detalle a los personajes y el escenario, eso sí, en una línea es capaz de condensar lo que actualmente ocuparía varios capítulos. Eso es el buen hacer de un cuentista; ser capaz de presentar el conflicto y generar algún tipo de sentimiento con él en tan solo unas páginas.
Lo más curioso o sorprendente es que para el desenlace solo reserva un pequeño párrafo de tres líneas con el que deja al lector en trance.