Hay novelas que parecen leyendas, y la historia de las dos ancianas que vivieron en las heladas tierras de Alaska tiene el sabor de esas antiguas enseñanzas que los hijos reciben de boca de sus padres en las largas noches de invierno... Érase una vez dos ancianas que fueron abandonadas y condenadas a morir de frío e inanición. Tras el desconcierto inicial, el espíritu de supervivencia se impuso y, olvidados sus achaques, las dos decidieron luchar para vencer la muerte. Así descubrieron cualidades que les permitieron salvar la vida y saberse mejores frente a sí mismas y frente a los demás. Con palabras sencillas, Velma Wallis nos entrega una fábula que viene del frío pero conserva la calidez de un mensaje espiritual que busca y encuentra amor en los gestos más humildes y en las voces más sinceras.
Opinión:
De este libro no hay mucho que destacar.
Empezaré por indicar lo único positivo que he encontrado en su lectura y es sin duda la sinópsis.
Cuando la lees parece que va a tener un argumento sólido y bien documentado. Pero según avanzas, adentrándote en la historia, te das cuenta de que es un texto sin ninguna calidad literaria.
Un libro sin pretensiones, redactado con un lenguaje demasiado sencillo, que en ocasiones puede llegar a resultar pobre.
Da la impresión de que estamos ante una narración escolar y no ante una novela, que aunque está destinada a todo el público en general parece que la forma más correcta de catalogarla sería como cuento infantil.
La estructura de la novela está compuesta a base de frases cortas, sin cuidar, sin ningún detalle, como si contasen un cuento a niños.
El relato es breve, unas cien páginas y saber eso, es lo único que te impulsa a seguir leyendo y a no abandonar la lectura.
La autora dice al principio que se trata de una leyenda, y como todas las leyendas tiene sus mensajes para reflexionar o su moraleja.
La leyenda habla de lucha, orgullo, superación, de como surge el instinto de supervivencia en situaciones adversas.
Hay montones de libros sobre este tema, pero como he dicho, bien documentados, que resultan creíbles, pero esta autora se limita a relatar, y lo hace como si contase un chismorreo que ha escuchado en el mercado.
Quizás podría haberse molestado más en cuidar los detalles, en documentarse.
No quiero ser demasiado dura porque creo que cualquier libro por el mero hecho de haberlo escrito lleva detrás un inmenso trabajo, pero en este caso en particular, la escritora se limita a relatar algo que supuestamente se ha transmitido con el paso de los años, ni tan siquiera es una historia que ella haya creado, reforzado o ampliado con argumentos o imaginación.
Por lo que creo que soy bastante justa al decir que es un libro totalmente prescindible con el que no hay que perder el tiempo.
