Celestina, vieja alcahueta, barbuda y borracha, regenta un burdel que frecuentan clientes de todas las clases sociales. Además de curandera y partera, con sus hechicerías puede rendir de amor a la más indecisa de las mujeres.
Éste es el encargo que recibe de Calisto, enamorado de Melibea, la inteligente hija de un rico mercader.
Convertida en una de las principales heroínas de la literatura universal, hoy, sin el miedo que las brujerías inspiraban en los contemporáneos del autor, parece un personaje más divertido que temible.
Opinión:
Hace tiempo que quería hablaros de este clásico por la gran cantidad de detalles curiosos que aparecen en él y de los que podíamos pasarnos horas y horas hablando.
Siempre he comentado en este pequeño espacio dedicado a los libros, cuando el tema lo ha permitido, que si Cervantes no hubiese escrito El Quijote, ahora estaríamos hablando de La Celestina como obra cumbre de la Literatura española. Por ese motivo, he creído oportuno proponerla como lectura bimensual del taller del blog, porque es una obra que al menos debe ser leída una vez en la vida.
De Fernando de Rojas se sabe muy poco, un hecho que en cambio contrasta con la fama que obtuvo su obra, La Celestina, trascendental para la historia de nuestra literatura.
D. Fernando nació en 1476 en la Puebla de Montalbán, en una familia de origen judío. Sabemos que cursó estudios de Leyes y Humanidades en la Universidad de Salamanca, y que terminó estableciéndose en Talavera de la Reina donde desempeñó el cargo de Alcalde mayor, de naturaleza judicial, falleciendo en 1541.
La Celestina; Comedia de Calisto y Melibea; Los amores de Calisto y Melibea; Tragicomedia de Calisto y Melibea y/o Libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina.
El texto pasó por varias fases.
La primera edición data de 1499, tiene 16 actos y llevaba por título "Comedia de Calisto y Melibea". En esta edición ya se incorporaba una carta al comienzo de "El auctor a un su amigo" y en ella contaba que estando en Salamanca cayó en sus manos el primer acto de esta obra escrita por un desconocido y que no pudo resistirse a continuar escribiéndola. También apuntaba como posibles autores de ese primer acto aparecido bajo el título de "Los amores de Calisto y Melibea" a Juan de Mena o Rodrigo de Cota.
En esos preliminares también se incluía ya un acróstico donde se leía, más o menos:
"El Bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la puebla de Montalban".
En 1502 surgen otras ediciones con cinco actos más, constituyendo el texto definitivo y llevando un nuevo título: "Tragicomedia de Calisto y Melibea".
Muchas han sido las ediciones que han ido apareciendo y como veis, cada una de ellas con un título distinto.
Fue todo un éxito en su época, todo un best seller que se popularizó en Europa. Se conocen más de mil ediciones y se realizaron traducciones desde el hebreo al alemán, pasando por el inglés y el francés. Como otra nota curiosa de este apartado os comento que tampoco pasó por alto el expurgo de la Santa Inquisición e incluso fue prohibida en 1792.
Juan Luis Vives llegó a decir de ella en su libro "Instrucción de la mujer cristiana" que igualaba a los libros de caballerías en su capacidad de corromper las costumbres...
La obra es en forma de diálogo y pertenece a lo que se denomina comedia humanística, eso sí, hay que recordar que la obra fue concebida para ser leída colectivamente de forma dramatizada pero no representada debido a su larga extensión, tal y como concibió Petrarca que debían ser las comedias humanísticas.
En este género literario didáctico se exaltaba al hombre rompiendo con la tradición medieval en la que Dios era el centro de todo.
Lógicamente ese didactismo tiene un tono moralizante, de eso D. Fernando no se pudo o no se quiso librar, y desde los sucesos que cuenta intenta prevenir a los jóvenes de la época, mostrando los peligros que conlleva un amor alocado y sobre todo, lo que acarrea recurrir al consejo erróneo de las alcahuetas.
Lo básico de esta historia lo conocéis:
Todo comienza con una casualidad...
Calisto persigue un halcón y ve por primera vez a la hermosa Melibea de la que queda prendado. Contrata a Celestina que con ayuda de los criados harán que la joven se rinda al amor, eso sí, fiándonos por el título ya sabemos que la comedia y la tragedia irán de la mano.
Lo primero que vamos a encontrar los lectores son diferencias entre ese primer acto de origen anónimo y el resto de la obra. Esa primera escena es bastante más larga que el resto y también observamos que está compuesta por párrafos más cortos y un estilo más conciso.
El mundo ideal de los señores frente al mundo real de los criados. Renacimiento vs Medievo.
La brillantez de esta historia, para mí, creo que recae en los personajes que se dividen en dos tipos: criados y señores.
Entre los pobres, todos ellos de profunda raíz medieval, encontramos a los criados, incluyendo a Celestina, ese personaje imperecedero cortado a imagen y semejanza de la Trotaconventos, protagonista de "El libro de Buen amor", (1330-1340).
Celestina es un personaje soberbio, uno de los mejores de nuestra literatura y sirve de nexo a dos mundos distintos, el de los ricos y los pobres; siendo capaz de moverse por ellos con soltura y en ninguno desentona.
Por otro lado tenemos a Calisto y Melibea, los señores, que miran hacia el futuro y en los que pueden verse claros signos de modernidad que llegan con el Renacimiento.
Melibea es fuerte y brillante, y en su perfil renacentista vemos que reacciona ante los hechos con cierta libertad, abandonando el papel pasivo de las mujeres. Ella va a tomar sus propias decisiones, asumiendo el riesgo y las repercusiones; rebelándose contra las prácticas tradicionales.
Calisto, aunque inseguro, también está dotado de esa libertad y de esos aires de cambio que asoman por el horizonte y no va a dudar en saltarse las normas convencionales. Ambos comparten la idea de morir por amor que hasta el momento no se concebía en la literatura y que es otro de los signos claros de que el mundo avanza y cambia con él, dejando atrás la oscuridad del medievo. Esa es la idea principal que Rojas intenta transmitir, mientras el mundo medieval se derrumba, el renacentista emerge con fuerza.
Esos dos mundos que no hago más que mencionar van a convivir y sobre todo lo apreciamos en los diálogos.
Mientras que Melibea y Calisto tienen una conversación culta, cortesana, con gran carga retórica, los criados y Celestina aportan el toque picaresco, a veces soez, y cargado de frases cortas.
Como veis ese es otro de los detallitos que convierten esta historia en magistral, ya que Fernando de Rojas fue capaz de adaptar el lenguaje de la obra a dos mundos que convivían pero se distanciaban.
Los temas que trata son el amor, la codicia, un paso del tiempo un tanto pesimista y sobre todo la muerte.
El ejemplar del que dispongo tiene 277 páginas y al ser una obra dialogada se lee rapidísimo, eso sí, lógicamente es agradable detenerse en algunos pasajes porque en el personaje de Celestina, aunque esta sea puta, vieja y alcahueta, se concentran todas las perlas de la sabiduría tradicional.
Para ir terminando os diré que ella no es la protagonista, a pesar de que intenta adueñarse de la trama desde el título, pero sí es una parte vital de la obra, un personaje trascendental, sin ella no habría historia.
Celestina es la Señora de la Sabiduría popular aplicada al conocimiento del alma humana, lo que la convierte en una maestra de la manipulación. Se mueve por la necesidad y la avaricia y eso despierta su ingenio.
Los grandes protagonistas son la pareja de jóvenes amantes, Calisto y Melibea. Ellos intentan transmitir una imagen de lo que sería el mundo ideal frente al mundo real; siendo el foco sobre el que cae el tono moralizante.
Y hasta aquí mi reseña de este célebre clásico en el que se parodia al amor cortés.
Me has recordado mi etapa de profesor de Lengua y Literatura. Años y años explicando esta magnífica obra literaria.
ResponderEliminarSaludos
Hola Juan Carlos.
EliminarEs una obra magnífica que no debemos dejar que caiga en el olvido.
Gracias por pasarte por mi blog.
Un abrazo.
Hola Susurros, jolín es que es leerte y babear... qué bien cuentas las cosas, que bien las documentas y explicas. No puedo decirte nada más. Me quito el sombrero.
ResponderEliminarUn besazo
Hola Nitocris.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un besazo.