lunes, 31 de julio de 2023

Hamnet de Maggie O'Farrell

Sinopsis:

Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia. 
Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad para trazar una hipnótica recreación del suceso que inspiró una de las obras literarias más famosas de todos los tiempos. La autora, lejos de fijarse únicamente en los acontecimientos conocidos, reivindica con ternura las inolvidables figuras que habitan en los márgenes de la historia y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de cualquier existencia: la vida familiar, el afecto, el dolor y la pérdida. El resultado es una prodigiosa novela que ha cosechado un enorme éxito internacional y confirma a O’Farrell como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual.

Opinión:

Hace un año os hablé por primera vez de esta autora, Maggie O'Farrell y de Instrucciones para una ola de calor. En esa reseña os contaba algunos elementos curiosos que había encontrado y que por lo visto deben ser fijos en su obra, porque se repiten de forma acertada también en esta.

El primero era utilizar un narrador omnisciente, muy observador, que comenta y contextualiza la acción persiguiendo a los personajes principales. Este narrador parece que los aísla, se centra exclusivamente sobre ellos y lo que pasa a su alrededor carece totalmente de importancia. 
Va a ser el encargado de ir contando la historia al tiempo que suceden los hechos. Va a conocer los secretos, los recuerdos, los pensamientos, es decir, todo lo que sucede detrás de cada personaje, porque entre sus características principales está la de la ubicuidad. 
Otro detalle es su calidad descriptiva. Al comienzo de cada escena nos va a describir a la perfección los escenarios, los ambientes, y va a colocar a cada personaje en su lugar, tal y como haría un narrador de cualquiera de las obras de teatro de Shakespeare. 
Tampoco hay que olvidar mencionar que va a conocer el pasado y el presente, y ese detalle lo empleará para incluir algunas escenas retrospectivas.

Mas coincidencias con "Instrucciones para una ola de calor" es que empezamos teniendo una idea sobre el argumento y a mitad de lectura esa imagen se disipa porque la historia da un giro y tira por otros derroteros.

El tercer y último elemento del que os quiero hablar son las elipsis narrativas; eso que se intuye pero que no se menciona, y que crea un misterio alrededor de los silencios.
Realmente estas elipsis no son creadas por Maggie O'Farrell, sino por la Historia, y es que de la vida de Shakespeare se sabe muy poco. 
En los registros históricos no se encuentran datos sobre él hasta el momento en que aparece en los corrales de comedias. Lo que sí se sabe con certeza es que se marchó a Londres para dar rienda suelta a sus sueños, dejando atrás a su familia, sin que ningún tipo de remordimiento le atosigase, y que esa familia nunca se reunió con él en Londres. 
En este punto es donde cobra importancia la imaginación y el saber conjugar con acierto realidad y ficción, sin que el lector sepa dónde empieza una y acaba la otra. 

O'Farrell, basándose en algunos detalles de la vida del Bardo, crea una historia coherente para intentar explicar cómo fue la creación de Hamlet, una de sus obras más famosas.  
Lógicamente, la autora se permite algunas licencias para rellenar vacíos y crear una obra de ficción inspirada en la breve vida de Hamnet, una historia donde el dolor irá unido a la creatividad.

En esta novela, Shakespeare no va a destacar, no va a tener un lugar primordial entre el elenco de protagonistas. Deberá conformarse con el espacio reservado para él en la historia de la Literatura y aquí, limitarse a tener tan solo un papel secundario, tal y como sucedía con Robert en "Instrucciones para una ola de calor". Va a ser alguien desde el que nace la trama, pero que después se retirará de escena, sin aportar mucho, porque Agnes y Hamnet tienen tanta fuerza que terminan eclipsándole.

La autora se encarga de silenciar a Shakespeare y dar voz a unos personajes desconocidos que pasaron de puntillas por la Historia, eclipsados por la fama del Bardo de Avon. 
Esos personajes van a ser Agnes, su esposa; sus hijos, Susana, Hamnet y Judith, e incluso otros familiares, en distintos grado de parentesco. Personajes que aunque secundarios van a resultar muy interesantes y serán los que den movimiento y vidilla a la trama.

Agnes acapara nuestra atención y le roba el protagonismo a su marido; un robo bien merecido, porque Shakespeare, al que no conoceremos por su nombre sino por los términos de marido o preceptor de latín, es alguien para mí egoísta, que no duda en marchar a Londres dejando atrás a su familia porque vive únicamente por y para el teatro. 
Shakespeare va a ser en este libro solo el marido, el padre, el hijo, el cuñado o el yerno al que se cita de refilón. Debemos olvidar, al menos durante esta lectura, que es considerado el escritor más importante en lengua inglesa, y remplazar esa idea por la de que es tan solo un personaje ambiental, de presencia necesaria, pero solo mencionado para generar el ambiente adecuado dentro del drama y para contextualizar.

Y ya para terminar...
En Hamlet, escrita en 1603, el Bardo resucita la figura de su hijo Hamnet y consigue para él la inmortalidad. 
Este dato, que la muerte de su hijo pudiese haber inspirado Hamlet, es algo que los críticos sostienen, pero que no está confirmado al cien por cien. Lo que sí se sabe con certeza es que Hamlet es la reescritura de una obra más antigua que no ha sobrevivido.

viernes, 21 de julio de 2023

Víctimas de Dean Koontz

Sinopsis:

En un laboratorio gubernamental de alto secreto, dos criaturas genéticamente alteradas ven la luz: un perro de inteligencia asombrosa y un monstruo híbrido de naturaleza brutal y violenta. 

Cuando estos seres desaparecen, da comienzo una historia terrorífica y llena de dramatismo. Una historia con suspense y sentimiento.



Opinión:

Éste fue el primer libro que leí de Dean Koontz, antes incluso de conocer a King, y fue de su mano que me introduje en el apasionante mundo del género de terror.
Esa primera lectura de Víctimas me encantó y ahora, muchísimos años después, reconozco que la experiencia ha sido igual de positiva. 

Víctimas es una obra de terror que se publicó en 1987 y con ella nos adentramos en un tema controvertido, la experimentación con animales y la manipulación genética. 

De un laboratorio de alto secreto se escapan dos animales que forman parte de un proyecto; uno es un perro y el otro un ser al que conoceremos como "El alienígena" o "El otro"
Mientras que el perro representa el éxito del proyecto, "El otro" simboliza totalmente lo contrario, el fracaso. Por ese motivo se despiertan en él instintos asesinos que le llevan a perseguir incansablemente a su rival, iniciando la inevitable confrontación entre el bien y el mal, algo común en las novelas de este género. 
Lo que no he mencionado aún es que ambos animales parecen estar unidos por un lazo invisible que les lleva a percibir de forma instintiva e inquietante la proximidad del otro.

Con esta interesante premisa Dean Koontz no solo consigue generar tensión desde el primer capítulo, sino que la va a mantener hasta el final añadiendo varios grupos más de personajes secundarios a esa persecución. 
Uno será el gobierno que intentará eliminar cualquier tipo de pruebas de la fuga y con ello del experimento, y el otro, un asesino en serie muy particular que se sumará al rastreo de los dos animales.

Este escritor es muy hábil a la hora de generar atmósferas de suspense y para ello se vale de varios elementos: Uno de ellos es crear a unos protagonistas cargados de conflictos, con lo que se asegura despertar la empatía en el lector, al mismo tiempo que juega con nuestros temores más primitivos al contagiarnos su temor, algo indómito y que despierta en nosotros un sexto sentido y el instinto de supervivencia.

La novela destaca no solo por su argumento o por la mezcla de géneros tan habitual en este autor, donde encontraremos escenas de ciencia ficción, terror y/o thriller, sino también porque cuenta con un elenco de personajes muy limitado; tan solo tres protagonistas frente a un par de enemigos que estarán a la altura de las situaciones.

De los protagonistas no voy a hablaros, creo que hay experiencias que debemos conocer por nosotros mismos. Solo os diré que el perro, al que conoceremos por el nombre de Einstein, va a acaparar por completo nuestra atención. Einstein, para escapar de sus perseguidores, va a buscar apoyos, encontrándolos en dos humanos que pasarán a formar parte del elenco principal, ellos serán el medio para que conozcamos la historia que se esconde tras la fuga del animal y de los ensayos realizados en los laboratorios del gobierno. 

En el otro lado de la balanza vamos a encontrarnos con "El alienígena", del que ya os he hecho un ligero esbozo, y con otro fuerte antagonista, Vince, un asesino a sueldo que cree absorber de sus víctimas la energía vital y que piensa que está cerca de obtener la inmortalidad gracias a la gente que elimina. 
Pensaréis que dedico más tiempo a hablar de los enemigos de Einstein que de los protagonistas, pero es que creo que, en este caso, la vertiente malvada de la narración es el punto fuerte. 
Estos antagonistas son los que hacen que exista el conflicto en la trama, los que marcan el ritmo narrativo y aportan el efecto dramático. Son los encargados de crear un contraste que resalta los valores y las cualidades positivas de los protagonistas. También hay que señalar que cada uno de estos adversarios, que conoceremos en profundidad a lo largo de la trama, se mueven por unas motivaciones distintas y, por lo tanto, su evolución también será diferente, lo que les convierte en muy, muy interesantes. 

Y poco más puedo contaros. 
Espero que os pique un poquito la curiosidad y que os decidáis por esta obra de Koontz que se encuentra entre una de sus mejores historias. En ella encontraréis dos personajes, Einstein y el alienígena que os sorprenderán por su forma de pensar y actuar, alejándose de lo que podríamos esperar de ellos...

jueves, 13 de julio de 2023

Picnic en Hanging Rock de Joan Lindsay

Sinopsis:

Febrero de 1900. Un grupo de alumnas del selecto colegio Appleyard para señoritas se dispone a celebrar un picnic el día de San Valentín. Lo que empieza siendo una inocente comida campestre se torna en tragedia cuando tres niñas y una profesora desaparecen misteriosamente entre los recovecos de Hanging Rock, un imponente conjunto de rocas rodeado de la salvaje y asfixiante vegetación australiana. La única chica que logra regresar, presa de la histeria, no recuerda nada de lo sucedido. Considerada una de las más desazonantes novelas de culto de la literatura anglosajona, Picnic en Hanging Rock dio lugar a una aclamadísima película de Peter Weir, que contribuyó a incrementar el éxito de una obra ya mítica. Jamás se reveló si los hechos narrados fueron reales o no, y ese ambiguo e intrigante juego alentó la aparición de una legión de seguidores que afirmaban conocer lo ocurrido aquel aciago día de San Valentín en el sobrecogedor paisaje de Hanging Rock.

Opinión:

Hoy voy a hablaros de una novela con una atmósfera inquietante y sugerente que se mueve entre la ficción fantástica y la realidad, y en la que la resolución del misterio queda abierta a distintas interpretaciones. Por ese motivo he pensado en ofreceros una reseña distinta, centrándome únicamente en la leyenda negra cargada de elementos sobrenaturales e inverosímiles que se ha generado a su alrededor desde su publicación.

Picnic en Hanging Rock de Joan Lindsay fue publicada en 1967 y desde ese momento se convirtió en su obra más célebre y en la que sería la primera gran novela australiana de culto. Una historia con elementos de intriga y, según la definen los críticos, con atmósfera gótica.
Alguno os preguntaréis... ¿atmósfera gótica, en serio?, bueno ya sabéis como funciona esto de la catalogación de obras dentro de géneros y subgéneros. En este caso, en la amplia horquilla que abarca el gótico podemos colar de todo, basta con tener una sola característica y se lo endosamos al género.

Pero vayamos al misterio que rodea ese picnic en Hanging Rock. 

Al margen de que la novela esté muy bien escrita, de que la atmósfera recreada tiña con un halo de misterio cada página, de que los personajes incentiven el suspense, lo que más llama la atención es que esta historia ha sido, desde su publicación, objeto de una creciente obsesión por parte de generaciones de lectores que han analizado cada detalle, cada escena, la reacción de cada personaje, para intentar averiguar el supuesto misterio que en ella se narra y que, pese a la insistencia de la autora y las evidencias que decían que la trama era fruto de la imaginación, ellos consideran un hecho real disfrazado de ficción.
Lo cierto es que el estilo detallista de Joan Lindsay, sumado a la estructura que nos recuerda a los True Crime, y al respaldo de una buena campaña de marketing de la que ya os hablaré, incentiva precisamente ese misterio. 
La autora consigue contagiarnos con la histeria de los personajes y los lectores terminamos sugestionados y preguntándonos si no habrá algo de verdad tras lo narrado. 

Desde el comienzo, o más bien desde que leemos la sinopsis, una duda planea sobre nosotros:
 ¿Qué ocurrió realmente en Hanging Rock?
Los lectores deberemos ir juntando las piezas de este puzle, pero ya os advierto que el resultado en cada uno de nosotros será distinto.
Habrá lectores que opten por dar una resolución sencilla al misterio, optando por el realismo, pero quizás los más audaces se inclinarán por el toque de fantasía o incluso de ciencia ficción, lo que me lleva de nuevo al comienzo, ese gran debate que se ha venido generando entorno al libro y que yo creo que tanto autora como editores supieron aprovechar al máximo.

Joan Lindsay fue preguntada en una ocasión al respecto y su respuesta resultó un poco ambigua.
"Si lo descrito se trata de realidad o fantasía, los lectores deben decidirlo por sí mismos. Solo diré que ambas cosas están íntimamente relacionadas". 
Si fue una estrategia de marketing, lo cierto es que Lindsay se lo montó muy bien porque esa ambigüedad, que forma parte de su pericia narrativa, contribuyó a que las ventas se disparasen en busca de teorías conspirativas.
Por mi parte lo que creo es que esas teorías surgieron debido a que el argumento resulta muy real, posiblemente teniendo como base algún hecho verídico, quizás exagerado o distorsionado por parte de la autora, pero también se debe a que la técnica elegida parece más una crónica que una novela de ficción. Si a esto le sumamos que los escenarios tienen ese aire misterioso, el resultado final será un argumento sugerente bañado con elementos simbólicos que alientan el misterio. 

Hangig Rock, para dar un poquito más de misterio a la reseña, no va a ser solo el escenario clave de esta novela, es en realidad un promontorio de origen volcánico que se alza en las llanuras en las que descansa el monte Macedon. 
Una zona que resulta de interés para los geólogos, ya que entre sus formaciones rocosas hay desde monolitos hasta cuevas en las que nadie se había aventurado a explorar hasta 1912, una década después de los sucesos que aquí se narran.  
Hay que reconocer que el escenario elegido, sumado a la trama y al comportamiento extraño de las protagonistas, resultan tentadoramente enigmáticos.

Para incentivar un poco más, si cabe, la infinidad de teorías variopintas que insisten en que las chicas existieron, en 1975 Peter Weir adaptó esta novela al cine con muy buena aceptación por parte del público. 
En 2018 Amazon Prime Video también realizó su propia adaptación de esta historia y rodó una serie con seis capítulos que hay que advertir que generó un poco de controversia ya que se introdujeron algunos cambios y modificaciones que no gustaron a los fans de la novela.

Y ya para terminar...
Picnic en Hanging Rock está considerada como una obra maestra y universal de la literatura australiana, una historia que no dudo en recomendaros.

jueves, 6 de julio de 2023

Laura de Vera Caspary

Sinopsis:

Una hermosa mujer, Laura, aparece asesinada de un tiro en su lujosa mansión de Nueva York. 
En el escenario del crimen, donde un gran cuadro da fe del enigmático atractivo de la víctima, comparece el duro y baqueteado detective Mark McPherson, encargado del caso. 
Su investigación se centra principalmente en Waldo Lydecker y Shelby Carpenter, sospechosos por sus vínculos sentimentales con ella. 
Pero la atracción y el misterio de Laura pueden seguir actuando desde más allá de la tumba...

Opinión:

Laura es una novela de la escritora Vera Caspary, publicada en 1943 y quizás más conocida por su versión cinematográfica, una película que obtuvo un gran éxito ya que fue nominada en 1945 a cinco premios Óscar y ganó el de mejor fotografía en blanco y negro. 

La novela se divide en cinco partes y en ella vamos a conocer en profundidad a Laura, la protagonista, una mujer con pensamientos y actitudes adelantadas a su época y rodeada por un elenco masculino al que logrará eclipsar, porque el lector, desde el comienzo, solo va a tener ojos para ella.

Vamos a tener varios narradores que al mismo tiempo actuarán como personajes. Esos narradores van a intentar plasmar en su relato la naturaleza eternamente enigmática de Laura, un personaje fuerte, con carácter y muy inteligente, aunque a veces le cueste abandonar el papel de mujer de la época.
Estos narradores van a emplear la primera persona con lo que ya sabemos a que nos enfrentaremos. Cada uno de ellos intentará presentar los hechos desde su punto de vista personal, lo que nos llevará a cuestionar la veracidad de los hechos.

El primer narrador al que conoceremos será Waldo Lydecker. Un escritor y amigo de la protagonista que intentará describirla con un estilo preciso y cultivado, pero con el que tendremos que tener cuidado porque como el mismo nos advierte, describirá escenas que nunca vio y transcribirá diálogos que nunca escuchó. 
Waldo se reconoce como un artista y su trabajo consistirá en recrear incidentes y los caracteres de los personajes que intervendrán en el caso. nos informa de que cuando se describa como personaje procurará presentar sus defectos con la misma objetividad que describirá los del resto y que no se dará más importancia en la trama que la que podría dar a otro protagonista. Lo que sucede es que por mucho que el insista en estos detalles no podrá evitar caer en la subjetividad de ser sujeto participante en los hechos.

El segundo narrador es el detective Mark McPherson. En el relato de este personaje vamos a apreciar un cambio significativo a la hora de narrar. No va a tener la misma fluidez que Waldo y tampoco su prosa será igual.
Lo bueno de esta obra, con todos esos cambios en el narrador, es que nos ofrece una visión distinta de un personaje en concreto que es Laura, y al mismo tiempo observamos como el autor es capaz de adoptar el discurso según el personaje.

El tercer narrador al que vamos a conocer es Shelby J. Carpenter, el prometido de Laura, aunque si bien es cierto que nos hablará de ella, lo hará de forma indirecta, ya que su relato nos llegará a través del informe taquigráfico de la policía cuando declaré ante ellos. Este personaje, para mí, es el menos desarrollado y cuenta con una participación en la historia muy limitada, todo lo contrario de lo que ocurre con Waldo o con el detective McPherson que van adquiriendo un mayor protagonismo según avanza la historia.

Por último, también vamos a contar con el relato escrito de la que será el corazón de la novela. Laura se parece a la Rebeca de Daphne du Maurier, imponiendo su presencia constante desde el título, salvaguardando su recuerdo. 
Ambos personajes comparten, además de un fuerte carácter, un retrato, en Rebeca estaba situado en las escaleras y aquí, en Laura, presidiendo el salón. Esos retratos consiguen intimidar a quien posa los ojos en ellos porque no parecen infundir vida al personaje del cuadro.

Todos estos personajes de los que os he hablado que forman parte de la trama, tienen un pasado que ocultar y un futuro por proteger, por lo que ¡pobre del lector que se fie al cien por cien de su relato!
La autora deja en sus manos la construcción del personaje de Laura, lo más curioso es que cada narración nos va a mostrar a una Laura totalmente distinta, al mismo tiempo que también se crea un perfil del conjunto del elenco de personajes que conforma la obra.

Vera Caspary nos ofrece una novela negra al estilo más clásico de los años 40, con una femme fatale que se sale de los estereotipos de la época, un detective y un giro argumental que nos espera al llegar a la segunda parte que nos dejará atónitos. Los pensamientos y motivaciones de cada personaje y el jugar con la objetividad y la subjetividad de sus relatos sirve para atraparnos en un argumento que va cobrando intensidad a medida que leemos.

Una novela muy recomendable.