martes, 26 de julio de 2022

Entre los muertos de Mikel Santiago

Entre los muertos (Trilogía de Illumbe 03)
Sinopsis:

Hay muertos que nunca descansan, y tal vez no deban hacerlo hasta que se les haga justicia. Nadie lo sabe mejor que Nerea Arruti, agente de la Ertzaintza en Illumbe, una mujer solitaria que arrastra también sus propios cadáveres y fantasmas del pasado.
Una historia de amor prohibida, una muerte supuestamente accidental, una mansión con vistas al Cantábrico donde todos tienen algo que ocultar y un personaje misterioso conocido como el Cuervo cuyo nombre aparece como una sombra a lo largo de la novela. Estos son los ingredientes de una investigación que se irá complicando página tras página y en la que Arruti, tal como descubrirán pronto los lectores, será mucho más que la agente encargada del caso.

Opinión: Entre los muertos (Trilogía Illumbe 03)

Vuelve a aparecer Mikel Santiago por esta estantería virtual para cerrar la trilogía de Illumbe.
Las tres novelas que pertenecen a esta trilogía: El mentiroso, En plena noche y Entre los muertos, título con el que se cierra, son historia independientes que pueden leerse por separado, pero que comparten escenario, el pueblo ficticio de Illumbe, aunque también hay algunos personajes que harán de conexiones entre unas y otras. 
Yo os recomiendo que leáis las tres siguiendo el orden establecido.

En las reseñas anteriores os comenté que Mikel Santiago recurría a algunos elementos fijos que constituían su marca personal. 
Esos elementos eran un protagonista que nos desconcertaba al narrar en primera persona; un pasado que le marcaba y perseguía; unos escenarios aislados y la climatología adversa que ya aportaban de por sí suspense a la trama; y una escasa participación policial, porque la investigación se desarrollaba alrededor del protagonista. 
Pues bien, esta vez hay algunos de esos detalles que cambian. 
El autor vuelve a recurrir a un narrador en primera persona pero, rompiendo la tradición de las anteriores novelas, este personaje va a ser femenino y además policía, por lo que en esta ocasión también va a haber más presencia policial y el desarrollo de la investigación estará más visible.

Debo decir que este libro es un brillante cierre para la trilogía porque la tensión aumenta progresivamente y los giros argumentales van a ser la tónica constante en todos los capítulos; creo que también es la que más movimiento tiene porque los acontecimientos llevarán a la protagonista a salir del País Vasco y visitar algún país más para tirar del hilo de la investigación.

La obra se divide en tres partes que se ajustan a la clásica narración Ab ovo de introducción, nudo y desenlace.
Al igual que en las anteriores tenemos un comienzo impactante, y a partir de ahí, una sorprendente trama que no nos dará ni un solo respiro, culminando de forma espectacular sin dejar ni un solo detalle en manos del azar.
Creo que el éxito de este autor consiste en el realismo de las historias que nos cuenta que, perfectamente podrían suceder a cualquiera, y en unos personajes cargados de matices, secretos, y con un pasado que favorece la sospecha alrededor de ellos, dejando en vilo al lector al final de cada capítulo.

Nerea Arruti, la protagonista de este libro, hace su primera aparición en El mentiroso, donde es un personaje incidental. En la segunda historia, En plena noche, Arruti, tiene una actuación más marcada y finalmente, en esta última entrega, consigue hacerse con el papel principal. Es un personaje que poco a poco va cobrando fuerza, sin que el lector se percate de ello, y sorprende mucho, porque jamás hubiese pensado que en esta última novela fuese ella el personaje principal. Creo que esta elección ha sido todo un acierto, además de desconcertante. Un detalle que aplaudo porque me ha gustado mucho.

Y poco más puedo contaros porque es una saga que los amantes del buen suspense, tenéis que leer. 
Creo que esta última novela es la que más me ha gustado de toda la trilogía, la que pone el broche final a una excelente saga, quizás porque tiene un ritmo más intenso que las anteriores. Pero ya sabéis que eso son solo percepciones personales. Os animo a leer a Mikel Santiago si aún no lo habéis hecho. 


martes, 19 de julio de 2022

La Celestina de Fernando de Rojas

Sinopsis:

Celestina, vieja alcahueta, barbuda y borracha, regenta un burdel que frecuentan clientes de todas las clases sociales. Además de curandera y partera, con sus hechicerías puede rendir de amor a la más indecisa de las mujeres.

Éste es el encargo que recibe de Calisto, enamorado de Melibea, la inteligente hija de un rico mercader. 

Convertida en una de las principales heroínas de la literatura universal, hoy, sin el miedo que las brujerías inspiraban en los contemporáneos del autor, parece un personaje más divertido que temible.

Opinión:

Hace tiempo que quería hablaros de este clásico por la gran cantidad de detalles curiosos que aparecen en él y de los que podíamos pasarnos horas y horas hablando.
Siempre he comentado en este pequeño espacio dedicado a los libros, cuando el tema lo ha permitido, que si Cervantes no hubiese escrito El Quijote, ahora estaríamos hablando de La Celestina como obra cumbre de la Literatura española. Por ese motivo, he creído oportuno proponerla como lectura bimensual del taller del blog, porque es una obra que al menos debe ser leída una vez en la vida.

De Fernando de Rojas se sabe muy poco, un hecho que en cambio contrasta con la fama que obtuvo su obra, La Celestina, trascendental para la historia de nuestra literatura. 
D. Fernando nació en 1476 en la Puebla de Montalbán, en una familia de origen judío. Sabemos que cursó estudios de Leyes y Humanidades en la Universidad de Salamanca, y que terminó estableciéndose en Talavera de la Reina donde desempeñó el cargo de Alcalde mayor, de naturaleza judicial, falleciendo en 1541.

La Celestina; Comedia de Calisto y Melibea; Los amores de Calisto y Melibea; Tragicomedia de Calisto y Melibea y/o Libro de Calisto y Melibea y de la puta vieja Celestina.

El texto pasó por varias fases.
La primera edición data de 1499, tiene 16 actos y llevaba por título "Comedia de Calisto y Melibea". En esta edición ya se incorporaba una carta al comienzo de "El auctor a un su amigo" y en ella contaba que estando en Salamanca cayó en sus manos el primer acto de esta obra escrita por un desconocido y que no pudo resistirse a continuar escribiéndola. También apuntaba como posibles autores de ese primer acto aparecido bajo el título de "Los amores de Calisto y Melibea" a Juan de Mena o Rodrigo de Cota.

En esos preliminares también se incluía ya un acróstico donde se leía, más o menos: 
"El Bachiller Fernando de Rojas acabó la comedia de Calisto y Melibea y fue nascido en la puebla de Montalban".

En 1502 surgen otras ediciones con cinco actos más, constituyendo el texto definitivo y llevando un nuevo título: "Tragicomedia de Calisto y Melibea".
Muchas han sido las ediciones que han ido apareciendo y como veis, cada una de ellas con un título distinto. 
Fue todo un éxito en su época, todo un best seller que se popularizó en Europa. Se conocen más de mil ediciones y se realizaron traducciones desde el hebreo al alemán, pasando por el inglés y el francés. Como otra nota curiosa de este apartado os comento que tampoco pasó por alto el expurgo de la Santa Inquisición e incluso fue prohibida en 1792.
Juan Luis Vives llegó a decir de ella en su libro "Instrucción de la mujer cristiana" que igualaba a los libros de caballerías en su capacidad de corromper las costumbres...

La obra es en forma de diálogo y pertenece a lo que se denomina comedia humanística, eso sí, hay que recordar que la obra fue concebida para ser leída colectivamente de forma dramatizada pero no representada debido a su larga extensión, tal y como concibió Petrarca que debían ser las comedias humanísticas.
En este género literario didáctico se exaltaba al hombre rompiendo con la tradición medieval en la que Dios era el centro de todo. 
Lógicamente ese didactismo tiene un tono moralizante, de eso D. Fernando no se pudo o no se quiso librar, y desde los sucesos que cuenta intenta prevenir a los jóvenes de la época, mostrando los peligros que conlleva un amor alocado y sobre todo, lo que acarrea recurrir al consejo erróneo de las alcahuetas.

Lo básico de esta historia lo conocéis: 
Todo comienza con una casualidad...
Calisto persigue un halcón y ve por primera vez a la hermosa Melibea de la que queda prendado. Contrata a Celestina que con ayuda de los criados harán que la joven se rinda al amor, eso sí, fiándonos por el título ya sabemos que la comedia y la tragedia irán de la mano.

Lo primero que vamos a encontrar los lectores son diferencias entre ese primer acto de origen anónimo y el resto de la obra. Esa primera escena es bastante más larga que el resto y también observamos que está compuesta por párrafos más cortos y un estilo más conciso. 

El mundo ideal de los señores frente al mundo real de los criados. Renacimiento vs Medievo.

La brillantez de esta historia, para mí, creo que recae en los personajes que se dividen en dos tipos: criados y señores.

Entre los pobres, todos ellos de profunda raíz medieval, encontramos a los criados, incluyendo a Celestina, ese personaje imperecedero cortado a imagen y semejanza de la Trotaconventos, protagonista de "El libro de Buen amor", (1330-1340).
Celestina es un personaje soberbio, uno de los mejores de nuestra literatura y sirve de nexo a dos mundos distintos, el de los ricos y los pobres; siendo capaz de moverse por ellos con soltura y en ninguno desentona. 

Por otro lado tenemos a Calisto y Melibea, los señores, que miran hacia el futuro y en los que pueden verse claros signos de modernidad que llegan con el Renacimiento.
Melibea es fuerte y brillante, y en su perfil renacentista vemos que reacciona ante los hechos con cierta libertad, abandonando el papel pasivo de las mujeres. Ella va a tomar sus propias decisiones, asumiendo el riesgo y las repercusiones; rebelándose contra las prácticas tradicionales.

Calisto, aunque inseguro, también está dotado de esa libertad y de esos aires de cambio que asoman por el horizonte y no va a dudar en saltarse las normas convencionales. Ambos comparten la idea de morir por amor que hasta el momento no se concebía en la literatura y que es otro de los signos claros de que el mundo avanza y cambia con él, dejando atrás la oscuridad del medievo. Esa es la idea principal que Rojas intenta transmitir, mientras el mundo medieval se derrumba, el renacentista emerge con fuerza.

Esos dos mundos que no hago más que mencionar van a convivir y sobre todo lo apreciamos en los diálogos. 
Mientras que Melibea y Calisto tienen una conversación culta, cortesana, con gran carga retórica, los criados y Celestina aportan el toque picaresco, a veces soez, y cargado de frases cortas.
Como veis ese es otro de los detallitos que convierten esta historia en magistral, ya que Fernando de Rojas fue capaz de adaptar el lenguaje de la obra a dos mundos que convivían pero se distanciaban.
Los temas que trata son el amor, la codicia, un paso del tiempo un tanto pesimista y sobre todo la muerte.

El ejemplar del que dispongo tiene 277 páginas y al ser una obra dialogada se lee rapidísimo, eso sí, lógicamente es agradable detenerse en algunos pasajes porque en el personaje de Celestina, aunque esta sea puta, vieja y alcahueta, se concentran todas las perlas de la sabiduría tradicional.

Para ir terminando os diré que ella no es la protagonista, a pesar de que intenta adueñarse de la trama desde el título, pero sí es una parte vital de la obra, un personaje trascendental, sin ella no habría historia.
Celestina es la Señora de la Sabiduría popular aplicada al conocimiento del alma humana, lo que la convierte en una maestra de la manipulación. Se mueve por la necesidad y la avaricia y eso despierta su ingenio.
Los grandes protagonistas son la pareja de jóvenes amantes, Calisto y Melibea. Ellos intentan transmitir una imagen de lo que sería el mundo ideal frente al mundo real; siendo el foco sobre el que cae el tono moralizante.
Y hasta aquí mi reseña de este célebre clásico en el que se parodia al amor cortés.

martes, 12 de julio de 2022

Yo, Tituba, la bruja negra de Salem de Maryse Condé

Sinopsis:

«Tituba y yo convivimos en la más estrecha intimidad durante un año. En el transcurso de nuestras conversaciones, me contó muchas cosas. Nunca se las había confesado a nadie.» 
Maryse Condé adopta la voz de Tituba, la esclava negra juzgada en los famosos procesos por brujería que tuvieron lugar, en medio de una fiebre de histeria colectiva, en la ciudad de Salem, a finales del siglo XVII. Hija de la esclava Abena, que fue violada por un marinero inglés a bordo de un barco negrero, Tituba fue iniciada en el arte de lo sobrenatural por Man Yaya, una de las curanderas más poderosas de la isla de Barbados. Incapaz de sustraerse a la influencia de los hombres indeseables y de baja moral, Tituba pasa a ser propiedad de un pastor obsesionado con Satán, y acabará recalando en la pequeña comunidad puritana de Salem, en Massachusetts, donde será juzgada y encarcelada, acusada de haber embrujado a las niñas del pueblo. Detenida, abandonada en prisión, Maryse Condé la rehabilita, la arranca del olvido al que había sido condenada y, finalmente, la devuelve a su país natal en la época de los negros cimarrones y de las primeras revueltas de esclavos.

Opinión:

Yo, Tituba, la bruja negra de Salem es una novela recomendada por la confederación española de gremios y asociaciones de libreros; una historia que pintaba muy bien al comienzo, pero que se va desinflando según lees por la incongruencia de algunos sucesos y datos. 
Sé que no hay que tomar al pie de la letra toda la información que se da en una obra de ficción, porque los autores tienen derecho a tomarse ciertas licencias, tantas como a la hora de catalogar, ya que esta han llegado a incluirla dentro del género de novela histórica. Pero qué sabré yo que solo soy una simple lectora...
Eso sí, y lo afirmo con rotundidad, a lo que también tenemos derecho, los lectores, es a ser exigentes y no tragar con todo, como si únicamente fuésemos una máquina de pagar, engullir y callar, y más cuando en esas novelas hay datos que caen por su propio peso.

Por ese motivo, y en la línea que habitúo, voy a intentar plasmar con la mayor brevedad posible los puntos positivos y negativos que, para mí, insisto, ha tenido esta lectura.

El tema central va a girar en torno a los juicios de Salem, un famoso episodio ocurrido en 1692, en época colonial, que narra las luchas internas de las familias de colonos y el fanatismo religioso que llevó a condenar, acusados de brujería, a 14 mujeres y 5 hombres, aunque al final fueron condenados a cárcel muchos más, entre doscientos y trescientos. 

La historia se divide en dos partes. 
En la primera se cuenta la vida de la protagonista desde su nacimiento hasta su llegada al pueblo de Salem, cuando las falsas historias sobre ella empiezan a propagarse como la peste. 
La segunda parte se centra en el proceso por brujería al que fue sometida y los acontecimientos posteriores al juicio.

Para contarnos la historia Maryse Condé toma la voz de Tituba, una de las acusadas en los juicios de Salem. Esta mujer no despertó ningún interés en la historia real, solo aparece citado su nombre en los registros, quizás por ser afroamericana y porque pidió perdón por los hechos que la imputaban. De esa forma, el personaje pasa de ser figurante en esa historia real a protagonista en la ficción.  

Me ha gustado el estilo de narrar de la autora y como recrea, aunque superficialmente, la vida de las gentes de Salem; una asfixiante comunidad obsesionada por la supuesta presencia del Diablo entre ellos, mientras se empeñan en ver el mal por todos lados; la obsesión por el pecado, la represión diaria bajo la que viven sometidos por la psicosis del pastor y una religión mal entendida que se aprovecha del miedo.
Tituba va a ser testigo de un ambiente envenenado y enrarecido por la mentira. 
Resumiendo... una sociedad enferma que poco a poco va a ir contaminándolo todo.

Y aquí empiezan a llegar los peros...
Los hechos de fondo que se narran, es decir, los juicios de Salem, son acontecimientos que han excitado en gran medida la curiosidad de estudiosos, escritores y cineastas. 
Los personajes que Maryse Condé incluye en esta novela son, en su gran mayoría, personajes reales, ya que los nombres están extraídos de los documentos que se conservan por lo que la historia tampoco va a resultar muy original.
Ha habido numerosas obras que ya contaron esos hechos y el proceso que los hizo famosos, por ejemplo, Arthur Miller con su famosísima obra teatral El Crisol, 1952, que luego ha sido llevada al cine.

Es cierto que Tituba es rescatada por la autora, pero no entiendo la necesidad de crear un personaje con esas características y convertirla en una especie de heroína, en este caso falsa, porque es, y repito, un personaje de ficción basado en alguien que sí existió, pero del que no se tienen datos. La autora la pinta rebelde y con una lengua muy afilada, y ese perfil es un comportamiento impensable en esos tiempos que corrían.
No es que yo exija un completo rigor histórico a una obra de ficción, ya lo he mencionado más arriba, pero es que hay situaciones, hechos y datos, que chirrían demasiado y tiran por tierra el trabajo bien hecho. No entiendo que se consulten los documentos originales para aportar información verídica y en cambio otros detalles queden en manos del surrealismo.

Según me iba adentrando en Salem, en las delaciones, las mentiras y las falsas posesiones, iba viendo que la historia hacía agua. Intentaba pasar por alto algunos puntos, pero estos empezaron a amontonarse y la lectura se convirtió en una montaña empinada. Me sentía como Sísifo sosteniendo un pedrusco enorme e intentando remontar esa lectura, un trabajo inútil e infructuoso.
Aplaudo a todos los que no han visto los errores históricos o que han preferido tragárselos, pero a mí, se me hacían bola. 
El retrato que dicen que hace sobre la esclavitud y que es fiel, tampoco es real, porque solo describe la situación de Tituba y de un grupo muy reducido de esclavos que van y vienen por donde quieren, disfrutando de demasiada libertad.

Para terminar voy a citar otro detalle porque la perspectiva feminista que intenta dar a la obra también termina escapándosele de las manos.
Ya he mencionado que se recupera la voz de una mujer de color oprimida, pero a través de ella también vamos a conocer la situación de otras mujeres, las de raza blanca, el sometimiento a sus maridos y la posición que ocupaban en la casa, pero tampoco resulta rigurosa con los hechos.

Estando Tituba encarcelada conoce a una mujer con la que comparte celda y que está enjuiciada por adulterio, es hija de un reverendo puritano y atiende al nombre de Hester. Este personaje secundario que, por nombre y hechos, podría ser la protagonista de la obra de Nathaniel Hawthorne, La letra escarlata, le habla de feminismo.
Es cierto que hubo mujeres que defendieron nuestros derechos desde la antigüedad. En 1792, Mary Wollstonecraft fue la primera mujer en hablar de igualdad en su obra "La vindicación de los derechos de la mujer", donde se establecían las bases del feminismo, pero aún quedaba un camino muy largo por andar y dar el sentido que da Hester al término feminista, el de igualdad, algo que no se utilizó hasta el s. XIX.

En esa imagen que intenta crear del personaje principal creo que es, bajo mi punto de vista, donde radica el fallo de esta historia.
De nuevo os he intentado presentar de forma objetiva lo que me ha parecido esta novela, pero siempre hay un alto grado de subjetividad en todas las reseñas.
Respeto a los lectores que hablan maravillas de este libro y ni aconsejo ni desaconsejo su lectura. 
Creo que he expuesto lo que a mí no me ha gustado y cada lector debe elegir sus lecturas en base a sus gustos. Lo que sí me sorprende es que nadie haya hablado de la falta de coherencia de algunos sucesos con la gran cantidad de reseñas, críticas y artículos que se han publicado.

martes, 5 de julio de 2022

Las chicas de Chapel Croft de C. J. Tudor

Sinopsis:

Una oscura historia se agita en Chapel Croft. A una larga lista de desapariciones y muertes se une la del sacerdote de la parroquia local, que se ahorcó en su propia iglesia hace solo unas semanas.
Para sustituirlo, llega al pueblo Jack Brooks. Trae consigo una hija de catorce años y una conciencia atormentada, aunque confía en empezar aquí una nueva vida. Pero lo que encuentra es un lugar lleno de conspiraciones y secretos donde le espera un extraño regalo de bienvenida: un kit de exorcismo y un siniestro mensaje.
Cuanto más profundiza en la ciudad y llega a conocer a sus peculiares habitantes, más parecen surgir antiguas disputas, misterios y sospechas. Y cuando su hija Flo comienza a ver espectros de chicas ardiendo, resulta claro que los fantasmas de Chapel Croft se niegan a descansar en paz.
Pero descubrir la verdad puede ser letal en un pueblo con un pasado sangriento, donde todos tienen algo que esconder y nadie confía en los extraños.

Opinión:

Hace cuatro o cinco años el nombre de C. J. Tudor irrumpió con fuerza en el mundo literario. La crítica especializada y el público de a pie emitían opiniones entusiastas sobre su primera obra, El hombre de tiza, ya reseñada aquí. A partir de esa publicación le siguieron otras que también obtuvieron la misma popularidad como: "La desaparición de Annie Thorne" y "La otra gente", convirtiendo el nombre de esta autora en sinónimo de éxito.

En Las chicas de Chapel Croft nos trasladamos a una pequeña población inglesa; un lugar que ha estado marcado por la tragedia desde hace quinientos años.
En tiempos de María I, hija de Enrique VIII, esta emprendió una feroz represión contra todos aquellos contrarios a la reinstauración del catolicismo, condenando a la hoguera a todo aquel que se oponía. Eso la llevó a portar el sobrenombre de María la sangrienta o Bloody Mary. El pueblo de Chapel Croft no estuvo exento de esos sucesos y ocho mártires perecieron en la hoguera.
Ahora, en la actualidad, el nombre de la población vuelve a estar en boca de todos ya que el vicario se ha suicidado en su propia iglesia. A este acontecimiento hay que añadir que treinta años antes dos adolescentes desaparecieron sin dejar rastro.
Jack Brooks y su hija se trasladan para hacerse cargo de la parroquia, un traslado obligado que no va a resultar tan idílico y tranquilo como esperaban...

Con este comienzo tan atrayente no es de extrañar que esta novela se haya convertido en poco tiempo en un superventas.
Vamos a tener varios hilos argumentales y dependiendo del tipo de narrador elegido para cada uno de ellos veremos la importancia de sus protagonistas.

El primer hilo argumental es el de Jack Brooks, y en él vamos a tener a un narrador personaje que nos va a relatar los sucesos en primera persona. Ya sabemos los riesgos que conlleva un narrador así, nos va a contar lo que ocurre según lo va viendo, es un testigo, pero siempre con la duda de que pueda omitir detalles de forma intencionada. En este tipo los lectores siempre tenemos que fiarnos de nuestros instintos.
Otra de las líneas argumentales está protagonizada por su hija adolescente, Flo. El encargado de mostrarnos todo lo que sucede a su alrededor va a ser en esta ocasión un narrador omnisciente que nos traslada a los hechos en tercera persona. 
Y por último tenemos otro hilo, esta vez secundario, también narrado en tercera persona y que corresponde a un personaje anónimo que al principio no podremos identificar. Va a aparecer en momentos puntuales porque tan solo es un personaje incidental.
Estas tramas que se van sucediendo y que nos muestran una historia lineal van a verse interrumpidas por la incorporación de fragmentos de unos sucesos que ocurrieron treinta años en esa población, cuando dos chicas desaparecieron sin dejar rastro.

En esta novela los generadores de suspense van a cumplir una función esencial  porque son los impulsores de la trama. El motor principal ya lo conocéis, el argumento, quizás ese es el elemento más potente, pero también C. J. Tudor se vale de los personajes secundarios, a los que dota de un comportamiento inquietante, para que de su mano lleguen las vueltas de tuerca. Este detalle es quizás lo que más va a llamar la atención, la gran cantidad de giros argumentales que la autora va diseminando de forma inteligente a lo largo de toda la novela y que no se limitan únicamente a la trama principal.
A esto se va a sumar esos fragmentos que ya he mencionado y que nos hacen retroceder a treinta años atrás y que poco a poco harán que vayamos dando forma a la historia general.

En esta obra aparecen varias referencias a obras de Stephen King, y lo cierto es que la forma de narrar de esta autora inglesa me traslada a las novelas de la primera época del maestro del terror. Consigue recrear ese ambiente turbador en el que los protagonistas son gente normal y corriente, y eso hace que el argumento se vuelva más realista. Creo, aunque solo sea una opinión personal de un lector, que en C. J. Tudor sí hay una digna heredera de King, que parece que últimamente todos los críticos se empeñan en buscarle una/o.

viernes, 1 de julio de 2022

Piranesi de Susanna Clarke

Sinopsis:

La casa de Piranesi no es un edificio cualquiera: sus habitaciones son monumentales, con paredes llenas de miles de estatuas, y sus pasillos, interminables. Dentro del dédalo de corredores hay un océano aprisionado en el que las olas retumban y las mareas inundan los aposentos. Pero Piranesi no tiene miedo: comprende las embestidas del mar igual que el patrón del laberinto, mientras explora los límites de su mundo y avanza, con la ayuda de un hombre llamado El Otro, en una investigación científica para alcanzar El Gran Conocimiento Secreto.

Opinión:

Han pasado diecisiete años desde que Susanna Clarke publicó Jonathan Strange y el señor Norrell, novela que leí en 2017. En ella, la autora, mezclando fantasía y realidad, nos transportaba hasta el siglo XIX, en plenas Guerras Napoleónicas, y allí nuestros protagonistas hacían uso de la magia para inclinar la balanza hacia un lado u otro. Esa novela me sorprendió por su originalidad ya que a la trama principal se les sumaban otras paralelas que aparecían en las notas abreviadas creando una especie de historias dentro de la historia. 
En esta ocasión nos ofrece una novela más breve, 320 páginas que se alejan bastante de las 800 de la anterior, eso sí, en lo que coinciden ambas es en que se mezcla la fantasía y la realidad dando como resultado una historia, de nuevo muy original, sí, pero que me ha gustado menos que la de Jonathan Strange.

El título, Piranesi, hace referencia al arquitecto y grabador del siglo XVIII que se hizo muy famoso por sus grabados de edificios, reales e imaginados.
La obra no tiene nada que ver con el autor, no es una biografía ni una obra basada en el personaje, lo que sí tiene en común es que, el escenario laberíntico que sirve de escenario para esta obra sí parece extraído de uno de sus grabados imaginarios, plagados de oscuros pasadizos, extrañas galerías infinitas y escaleras empinadas que se entrecruzan sin llevar a ningún lado. Una visión que parece transportarnos a un sueño o a un mundo irreal.

El primer detalle que me ha gustado es el narrador. 
Un personaje que nos ofrece a modo de diario y en primera persona todo lo que sucede en la casa de Piranesi; una casa monumental, llena de estatuas y con pasillos infinitos, donde vamos a encontrar desde océanos en la planta baja, con sus mareas que suben y bajan inundándolo todo, al inmensurable cielo cubierto de nubes que se ve desde la última.
Como veis todo muy descriptivo.

Sabemos que este narrador en primera persona atiende al nombre de Piranesi, no porque sea su nombre, sino porque hay otro personaje que habita también en la infinita mansión que le llama así.
Nuestro protagonista nos introduce en el relato, y lo digo literalmente, a través de ese diario que le va a servir de referencia tanto para él como para nosotros. 
Aunque parezca incongruente, es un prisionero en la mansión, libre de andar por donde quiera. 
No sabemos cómo ha llegado allí, solo conocemos el hecho de que todo lo deja plasmado en un diario que será la clave fundamental para que el lector entienda que sucede en realidad.

Os puedo decir que es una historia que desconcierta desde el comienzo, con un toque muy surrealista, pero que no deja de lado el género de fantasía. 
El elenco de personajes es muy reducido. La mayoría del tiempo la autora desarrolla el argumento con tan solo dos, aunque poco a poco irá apareciendo algún personaje más para dar movilidad a la trama y que esta no quede estancada.

Los lectores quedamos atrapados en el relato por la expectación a la espera de que se resuelvan todas nuestras dudas, que son muchas y van aumentando según avanza la lectura.
¿Quién es el personaje?, ¿por qué está allí?, ¿cómo llegó?, ¿dónde está ubicada la casa?, pero sobre todo, lo que queremos saber es si todo lo que nos cuentan es real o fruto de su imaginación. Esas dudas son precisamente el motor que empuja el argumento.
A mí toda la historia me traía a la cabeza el grabado de Goya: "El sueño de la razón produce monstruos", un aguafuerte en el que el pintor parece despistar con la imagen y encubrir el verdadero significado.

Piranesi es una obra muy distinta a la que nos ofreció Clarke anteriormente. Es una novela hipnótica donde la imaginación y la especulación del lector corren libres.