martes, 28 de marzo de 2023

Rimas y leyendas de Bécquer

Sinopsis:

La lectura de los grandes poetas románticos despertó muy pronto su vocación literaria, que siempre compaginó con un vivo interés por el mundo del arte. A los dieciocho años, abandonando sus estudios de pintura, Bécquer se trasladó a Madrid, paso obligado para abrirse camino en la literatura. Fueron años difíciles en los que tuvo que recurrir a colaboraciones en la prensa y a las adaptaciones teatrales para subsistir, ya que no llegó a ver sus obras editadas. 
Este volumen ofrece reunidas las RIMAS y una selección de LEYENDAS en una nueva edición prologada, anotada y comentada por Francisco López Estrada y M.ª Teresa López García-Berdoy. La aparente sencillez de la poesía de Bécquer frente a la variedad de recursos estilísticos que maneja; la comunidad de motivos que animan su prosa y su verso; el amor, la tradición; las fuentes literarias en las el poeta se inspiró; la depuración que realizó de la creación romántica procedente y su apertura hacia nuevos ideales literarios son algunas de las cuestiones que aborda esta edición de la obra del poeta más representativo del Romanticismo español.

Opinión:

Rimas y leyendas de Bécquer fue el primer libro de adultos que leí a la edad de ocho años. Fue un regalo de mi madre y lo conservaba como oro en paño hasta el momento en que, por hacer un favor, fue prestado. Como suele ocurrir en muchos casos, nunca volvió al hogar, detalle que aunque no venga al caso mencionar ha convertido el tema del prestado en algo tabú y que es mejor no mencionar en mi presencia. Porque ya sabéis el refrán:

Quien presta un libro, pierde el libro y el amigo.

A partir de ese momento, y tras hacerme con otro ejemplar, este recopilatorio se ha convertido en mi libro de cabecera; una obra a la que volver una y otra vez y en la que siempre descubres algo nuevo.
Bécquer, a pesar de su corta vida, pues parece que la melancolía es un imán para las desgracias, consiguió por la calidad de su obra literaria, tanto en prosa como en verso, convertirse en uno de los mejores representantes de la última etapa del romanticismo español. 
 
Pero comencemos con esta reseña que ya os aventuro que no será breve.

Rimas

La poesía, en general, ya sabéis que nunca han sido lo mío y que no es un tema del que hable en el blog. El motivo es muy sencillo. No es que no me guste, directamente es que no entiendo la poesía actual, no conecto con ella.. 
He leído a Bécquer, Espronceda, Machado y a Lorca, entre otros muchos, y esa poesía que hacían brotaba del alma y era entendible para mí. Quizás, y según los expertos actuales en este género literario, mi conocimiento sea muy vago, pero creo que hace mucho tiempo que los sentimientos no se expresan como antaño.
Por otro lado y entonando el mea culpa, reconozco que mis conocimientos poéticos son escasos, fijaros que estoy ensalzando a Bécquer, un autor del que Núñez de Arce dijo que sus rimas eran suspirillos germánicos, y al que Campoamor o Menéndez Pelayo no dudaron en menospreciar. Lo de los suspirillos germánicos viene de que en ellos se aprecia una preferencia por la corriente germánica, con tendencia a los poemas breves y concisos, algo por otra parte ridículo, porque ¿qué autor romántico no se inspiró en Alemania o Gran Bretaña si el género surgió allí?

Pero insisto, para mí la obra del autor sevillano es brillante. Sabía despertar los sentimientos dormidos en el lector, al tiempo que nos trasmitía los suyos propios con una poesía breve pero intensa que brotaba del alma, con una profundidad y musicalidad que, insisto, hoy en día no es fácil de encontrar.
Sus 84 rimas son de temática muy variada, hablan de amor, de desengaño, del miedo a la soledad o a la muerte; versos amargos que van desde la melancolía hasta la desesperación, no olvidemos que a estos jóvenes románticos les gustaba pasar por desencantados y desilusionados, algo que como podemos ver en nuestros días nunca pasa de moda.

Ya para terminar con este apartado poético.
Las rimas comenzaron a aparecer publicadas a partir de diciembre de 1859. Se sabe que Bécquer preparó una colección durante 1867 y 1868, pero ese manuscrito que entregó al ministro González Bravo se perdió en la violencia de los sucesos políticos del 1868, la llamada revolución de La Gloriosa.
Y ahora sí, ha llegado el momento de hablaros de lo mejor del recopilatorio.

Leyendas

Las leyendas se habían ido publicando en periódicos madrileños de la época en formato folletín desde 1858 a 1864.
Tras la muerte del autor en 1870, sus amigos más cercanos para ayudar económicamente a la viuda e hijos, recopilaron en dos volúmenes algunas de sus rimas y leyendas, publicándolas en 1871. Tras el éxito de estas publicaciones hubo otras ediciones que se fueron ampliando.

Y ahora llega el tirón de orejas...

El ejemplar que tengo actualmente es de la editorial Austral, de junio 2010.
Es cierto que es una edición muy completa, anotada, donde se incluye una guía de lectura, una introducción en la que se analiza toda la obra del autor incluyendo su biografía, cronología, e incluso documentación complementaria para entender mejor el contexto histórico y la obra, pero hay un problema, se ha reducido tanto la parte dedicada a las leyendas, limitándose a incluir solo nueve de las veintiocho que escribió, que resulta un insulto para los amantes de este gran autor del posromanticismo español.
Se han retirado o se ha creído conveniente no incluir por espacio editorial, Los ojos verdes, La corza blanca, La cueva de la mora, La ajorca de oro, El cristo de la calavera y creo que la más conocida y que yo, particularmente, considero la más importante, El monte de las ánimas.
Todas estas leyendas las considero imprescindibles para entender los ideales literarios hacia los que se dirigía su obra en prosa. No entiendo que se haya recortado tanto a la hora de realizar la selección, cuando incluir esas narraciones solo habría extendido la edición en cien páginas.
Insisto, realmente esta edición me ha resultado decepcionante; las leyendas representan un tercio de la obra total de Bécquer y aquí la han reducido a la mínima expresión.

Para poder hacer una reseña más completa y hablaros en general de todas las leyendas que considero importantes, he recurrido al préstamo bibliotecario. No descarto en breve comprar el ejemplar de Penguin clásicos, porque me ha parecido el más completo de los revisados hasta ahora.

Dicho esto retomo la reseña.

La moda romántica seguía interesando a los lectores y Bécquer no dudó a la hora de plasmar en sus narraciones todas las características de ese movimiento cultural. Por lo tanto, el amor tempestuoso, la naturaleza desbocada, la admiración a la Edad Media, el simbolismo, lo onírico y/o la fantasía van a aparecer reflejados en sus relatos, tanto como los toques góticos, con sus ambientes y escenarios tétricos cargados de soledad y melancolía. No voy a olvidar mencionar en este punto las iglesias y cementerios derruidos junto con los castillos abandonados, detalles que considero indispensables y que despiertan la imaginación del lector y el miedo más ancestral.

Las leyendas se van a dividir por temática y vamos a encontrar algunas de tradición cristiana como El miserere o La rosa de pasión; leyendas fantásticas como La corza blanca, El rayo de luna, Los ojos verdes o El gnomo; otras de misterio y terror como La cruz del diablo, El monte de las ánimas o Maese Pérez el organista; e incluso orientales de tradición india como La creación. Como podéis ver la variedad temática está asegurada.

Por otro lado, todas van a comenzar con una pequeña introducción en la que el autor nos cuenta cómo llegó a sus oídos e incluso le veremos como personaje oyente mientras el narrador nos acerca a los sucesos. En esas breves introducciones vamos a ver la gran importancia que daba a la tradición oral, a esos cuentos transmitidos de generación en generación y que incluso hoy en día los abuelos siguen narrando a sus nietos alrededor de una hoguera.
Las mujeres van a cumplir con un papel fundamental en la mayoría de los relatos...

Resumiendo, todas las leyendas son únicas en su género, breves pero intensas.
Solo puedo deciros que El monte de las ánimas, Maese Pérez el organista y La cruz del diablo, son perfectas para leer por la noche o como lectura para la noche de difuntos. Os prometo que alguna de ellas aparecerá por aquí reseñada...

Finalizo con el breve listado de leyendas que ha incluido la editorial Austral en este ejemplar.
La creación, La rosa de pasión, El beso, El rayo de luna, El gnomo, El miserere, La cruz del diablo, Maese Pérez el organista y ¡Es raro!.



martes, 21 de marzo de 2023

Sola de Carlota Gurt

Sinopsis:

Mei, una mujer de cuarenta y dos años inmersa en un matrimonio apático y a la que acaban de despedir del trabajo, decide refugiarse en la casa donde se crio, una pequeña masía en medio del bosque. Allí intentará escribir la novela que la obsesiona desde hace años mientras planta cara a su pasado, a un presente inoportuno y a un futuro a la deriva. Esta novela es la crónica de una rebelión, la historia de una soledad impenitente narrada en una intrigante cuenta atrás de 185 días. ¿Qué es la soledad? ¿Una realidad objetiva o un estado de ánimo, una bendición o una condena? Lo único seguro es que de la soledad nunca se sale indemne. Sola, la impactante primera novela de Carlota Gurt, está escrita en una prosa vivísima y muy visual que sacude al lector como una fuerza de la naturaleza.

Opinión:

Cuando me adentré en esta novela lo hice un poco a la ligera; no había oído hablar de ella y la elegí guiándome por una recomendación de la librería. Me dijeron que me sorprendería, y eso que creo que es  lo que buscamos todos en una lectura fue lo que me convenció. 
Ahora veo que la capacidad de sorprenderse también es cuestión de gustos.

Carlota Gurt nos presenta a Mei, su protagonista y narradora, como una mujer de cuarenta y dos años en plena crisis. Acaba de ser despedida de la editorial en la que llevaba trabajando veinte años, y ese hecho, sumado a un matrimonio que no pasa por su mejor momento, la llevará hasta la que fuese su casa de la infancia.
Una masía cargada de recuerdos en la que espera encontrar la soledad suficiente para escribir su primera novela. 
Con lo que no cuenta Mei es con los recuerdos que estallarán en cuanto ponga un pie allí, porque detrás de cada objeto y de cada olor se esconde un pasado con recuerdos incrustados.

A grosso modo...
La narración es lineal, avanza hacia adelante, aunque para nosotros el comienzo de cada capítulo nos indique que es una cuenta atrás. Sabemos que ese relato nos lleva a algo, aunque no sabemos a qué. Sinceramente, yo aún me lo estoy preguntando...

Esa cuenta atrás es una especie de macguffin, se utiliza para mantener la expectativa, lo que ocurre, según mi punto de vista, es que según avanza la trama, según pasan los días, el texto se va volviendo más aburrido, acrecentado por una protagonista que va perdiendo el rumbo.

Pero, como diría Jack el Destripador... vayamos por partes.

La primera parte de la novela comienza muy bien.
La autora da el protagonismo total a Mei, tanto es así que la convierte en la única voz de la obra. Mei nos relata los sucesos desde su punto de vista, los presenta de forma subjetiva. Solo tenemos acceso a lo que ve, piensa y siente, y de esa forma también vamos a conocer hechos del pasado.

No lo voy a negar, el comienzo engancha, tiene una prosa muy fluida lo que da como resultado una narración muy introspectiva adornada con sentimientos propios y recuerdos. 
Vemos como la protagonista va evolucionando gradualmente, como crece según pasan los días, como toma las riendas de su vida, pero al llegar a la mitad algo sucede que hará a Mei replantearse todo su mundo.

A partir de ese punto de inflexión el arco de transformación del personaje va a descender a pasos agigantados.
Lo que narra Mei va perdiendo interés al tiempo que ella pierde el control de su vida, comienza a dar bandazos y no solo en lo que cuenta, sino también en la forma de hacerlo. 

En este punto se modifica su relato y la narración comienza a dirigirse a su marido, directamente, empleando la segunda persona, .
Esa técnica está bien para utilizarse en determinados fragmentos, pero media novela con ese estilo, a mí me terminó saturando. Supuestamente el uso de la segunda persona es para hacer la narración más cercana, para involucrar al lector en los hechos, para que se sienta como un personaje más, pero ese monólogo continuo dirigido a su marido, cansa.

Utilizando la misma técnica que emplea Herman Koch en sus novelas, con un narrador protagonista que narra en primera persona, muy introspectivo, llegas a la inevitable comparación de estilo, y más cuando, como en mi caso, he leído una obra del autor holandés hace escasamente unos días.

En resumidas cuentas...
Se ha tensado demasiado la cuerda alrededor de la protagonista, creando un personaje principal que lucha contra el futuro, pero también contra el pasado. Quizás ese es el problema, que tiene demasiados frentes abiertos. 
Su reflexión sobre la vida, hablando de soledad, maternidad, fracasos, decepciones...la atrapa en una red con demasiadas obsesiones y resentimientos, y eso la impide huir de una presión familiar y social que la asfixia. Realmente el personaje me hace dudar de si lo que quiere es soledad o libertad. 
Esa sobretensión hace que se pierda la naturalidad en el estilo que era lo que me estaba cautivando al comienzo.

La autora intenta crear un personaje con mucha fuerza, pero como se dice en el interior de la obra, cae demasiado en el uso del yo, convirtiéndola en alguien incapaz de ver más allá de su ombligo y en ocasiones soez.

La obra termina siendo solo ella y sus circunstancias; una mujer perdida en un bosque, con un elenco de secundarios ambientales muy limitado y que lo cierto es que tampoco aportan mucho.

¿Me ha sorprendido? pues sí, pero no como yo esperaba, porque era una historia que pintaba muy bien. 

Si me tengo que quedar con algo es con el múltiple ejercicio metaliterario que esconde.
Vamos a ver como la protagonista intenta escribir su ópera prima al tiempo que se hace un pequeño homenaje a Víctor Catalá y a su obra, Solitud, tomando de base esa novela. 
También con las leyendas que nos esperan en el interior y que Flavio, uno de los personajes secundarios, irá contando.

Pero insisto, esta novela no estaba hecha para mí, no es de mi estilo. Cuidaros de las recomendaciones porque las carga el diablo.

martes, 14 de marzo de 2023

Casa de verano con piscina de Herman Koch

Sinopsis:

Próspero médico de cabecera en Ámsterdam, Marc Schlosser ejerce su profesión con cierta dosis de cinismo. Su nutrida clientela valora especialmente el tiempo que dedica a las consultas, pero esta aparente generosidad esconde unas intenciones menos nobles, que Marc disimula con habilidad. Cuando uno de sus pacientes, el famoso actor Ralph Meier, lo invita a pasar unos días de verano junto a su familia, Marc acepta pese a las reticencias de Caroline, su esposa, molesta por la arrogante vulgaridad de Ralph y su actitud de seductor irresistible. 
Así, los Schlosser y los Meier, con sus respectivos hijos adolescentes, compartirán con un maduro director de Hollywood y su novia, cuarenta años más joven, una casa con piscina a pocos kilómetros de una playa mediterránea. Los días transcurren con apacible monotonía, entre comidas, paseos, largas conversaciones de sobremesa, excesos con el alcohol y flirteos más o menos inocentes, hasta que una noche se produce un grave incidente que interrumpirá las vacaciones y cambiará para siempre la relación entre las dos familias.

Opinión:

De nuevo vuelve a aparecer por aquí Herman Koch, un autor que los que me seguís sabéis que me gusta muchísimo y del que aún me quedaba esta novela por leer.

Si habéis leído a Koch ya conocéis a sus protagonistas. Están dotados de una personalidad compleja, nunca huyen del conflicto y se enfrentan a él con un cinismo de manual y una soberbia indisimulada. Esos personajes nos invitan, al mismo tiempo que ellos reflexionan, a hacer lo mismo y abren con ello un debate.

En casa de verano con piscina conocemos a Marc Schlosser, un próspero médico que asume el papel protagonista y va a ser el encargado de narrar toda la historia en primera persona. 
Es un personaje que no se somete al dogma de la corrección, en pocas palabras... es políticamente incorrecto, con lo que se adapta por completo a la descripción que hago más arriba de los personajes estándar de este autor.
Esta novela fue publicada en 2012 y está escrita con el estilo tan característico de Koch; es morbosa, y quizás en ese detalle se encuentre la clave de que guste tanto su obra, porque no se limita a narrar, nos incita a tomar parte atrapándonos en una situación difícil y/o comprometida.

En esta reseña no os voy a mencionar nada sobre el argumento, de nuevo vuelvo a insistir en que las editoriales deberían cuidar más lo que cuentan en las sinopsis. 
Una sinopsis debe ser escueta; presentar un pequeño avance del argumento, lo suficiente para arrojar el lazo y atrapar al lector, pero desde luego no contar lo que ocurre en tres tercios de la novela.

Lo que sí os puedo adelantar es que de nuevo Koch no defrauda. Nos ofrece un drama envuelto en sospechas y venganza; una historia en la que vamos a encontrar la implacable crítica tan común en él hacia la sociedad actual, centrándose en este caso en hablar del maltrato hacia las mujeres, del acoso, pederastia y de las difíciles relaciones entre padres e hijos. 

Al igual que ocurría en Sospechas la trama tarda un poco en coger ritmo, pero esa calma está calculada al milímetro. 
En ella entramos en contacto con Marc, nos da detalles sobre su profesión, nos cuenta sus experiencias y relación con los pacientes, y lo más importante, nos incomoda con su tono provocador y con las situaciones extremas que narra. En esa introducción tensa la cuerda y genera la suficiente expectativa antes de lanzarse a desarrollar la trama principal.
A partir de ese momento lo que nos espera a los lectores es un calculado in crescendo desarrollado con pericia, y llegando al final un giro argumental que nos pillará con la guardia bajada. 
Esa vuelta de tuerca hace el efecto de un puñetazo en la mandíbula que no ves venir y que te deja en cao técnico.

Y poco más os puedo contar, porque no quiero incurrir en el error editorial... 
De lo que sí os advierto es de que tengáis cuidado con las apariencias, porque aquí, ni tan siquiera el personaje más cándido e ingenuo resulta del todo inocente.

martes, 7 de marzo de 2023

Qué fue de los Mulvaney de Joyce Carol Oates

Sinopsis:

Pocos son los que han retratado los muchos vicios y las ambiguas virtudes de la sociedad norteamericana como sabe hacerlo Joyce Carol Oates, una autora que a los sesenta y cinco años es ya un clásico de la literatura contemporánea. Escritora prolífica y capaz de dominar una considerable variedad de registros, Oates condensa en esta novela, para muchos su obra maestra, lo mejor de un talento narrativo que pliega la realidad hasta mostrar todos sus matices. 
Los Mulvaney son un ejemplo cabal de familia feliz, acomodada y bien pensante. El padre es un hombre apuesto, trabajador y sensato; la madre, una mujer encantadora y dicharachera, y los niños -tres hijos y una chiquilla- son el broche de oro de un matrimonio idílico, digno de aparecer en las páginas centrales de una hoja parroquial. Todos viven en High Point Farm, una granja de ensueño que será su infierno a partir del día de San Valentín de 1976, cuando un oscuro suceso cambia por completo la vida de Marianne, la hermana, y los Mulvaney inician su declive. El narrador de la historia es Judd, el más pequeño de los hijos, quien revela la verdad de su familia y de un país entero.

Opinión:

Hace un tiempo os hablé de esta autora, Joyce Carol Oates, la eterna candidata al Premio Nobel; una autora ecléctica que ha cultivado todos los géneros, incluyendo novela negra, thriller, teatro, poesía o cuentos.

Con esta novela, Qué fue de los Mulvaney, me ha pasado algo curioso. 
Dicen que es una de las mejores que ha escrito, pero en cambio yo no he encontrado esa gran obra que esperaba, quizás porque iba con las expectativas muy altas. Aquí, entiéndase, no le echo la culpa a la autora ni al libro porque el único responsable de abordar una obra con grandes expectativas es el lector.

Por otro lado, y aunque el argumento me ha gustado, había un par de cosas que me sacaban constantemente de la lectura. 
Una ha sido el narrador, con el que no he llegado a conectar por su peculiar forma de narrar y de la que más abajo os hablaré en detalle; La otra, un par de personajes que tampoco han conseguido convencerme.

Oates tiene una manera singular de contar los hechos, despliega talento a la hora de narrar, incorporando una crítica subyacente, eso sí, sin juzgar.
Critica el modelo de familia americana con hijos perfectos, religiosos, deportistas y estudiosos, pero incapaces de gestionar o enfrentarse a sucesos dramáticos. El código familiar les impide hablar de determinados sucesos y deben actuar como si nada hubiese ocurrido.

Esta autora también es una experta manejando el subtexto, es decir, todas aquellas ideas y emociones que se encuentran implícitas dentro de la narración y que poco a poco los lectores iremos conociendo. Porque aunque ella crea un perfil muy completo de los personajes, hay detalles importantes que no están a la vista, que se esconden tras el relato, como por ejemplo las motivaciones, y eso, el descubrirlo, quedará en manos del lector.

Qué fue de los Mulvaney está dividida en cuatro partes más epílogo, y la estructura de la novela es la clásica de introducción, nudo y desenlace. 
En la introducción vamos a conocer en profundidad a la familia, su entorno, su forma de vida, mientras que en el nudo o desarrollo vamos a darnos de bruces con el conflicto, unos acontecimientos que nos llevarán al desenlace
Lo que también debo deciros es que Oates se toma su tiempo en la introducción y la obra tarda en coger ritmo, creo que se debe a que en la introducción hay demasiadas páginas para contextualizar la trama.

Pero vamos a lo interesante... 
Los Mulvaney son una familia cuyo apellido va a terminar pesando como una losa. 

La familia la componen el padre, Michael John Mulvaney; la madre, Corinne y los cuatro hijos, Mike hijo, Patrick, Marianne y Judd, este último va a convertirse en nuestro narrador.
Una familia con muchas historias a sus espaldas, pero también con secretos...

El hecho que se menciona en la sinopsis se intuye desde las primera páginas.
Ese suceso inesperado va a actuar como punto de inflexión y a partir de ahí la vida de toda la familia cambiará y nada volverá a ser como antes.
Básicamente Oates nos ofrece la crónica de una familia que se derrumba; nos construye un castillo de naipes, totalmente perfecto, y luego lo hace volar por los aires, convirtiendo a los protagonistas en personajes que van a la deriva.

La imagen perfecta que vamos a ver en las primeras páginas se desmoronará. 
Los Mulvaney, una familia con propiedades, dinero e influencia; conocida, querida y respetada en su comunidad, va a pasar a ser prácticamente repudiada. 
Su popularidad va a caer en picado; la ironía es que esta familia se cree que dentro de ese microcosmos particular que es su confortable granja estarán a salvo de todo, porque según ellos todo en High Point Farm es especial, y hay palabras y sucesos que no tienen cabida allí.

High Point Farm es un hogar que deja de ser hogar. Una preciosa casa para una familia perfecta, aunque luego ellos mismos se encarguen de decir que:
 
"La casa que a nuestros ojos era hermosa en realidad no era nada hermosa."

Y esa casa tan especial, que toma presencia en la mayor parte de la novela porque actúa como escenario, se va a ir deteriorando como ellos. 
Esta casa, aunque pueda parecer extraño, me recordaba muchísimo a la que aparece en la obra de Poe, "La caída de la casa Usher", no porque haya nada tétrico oculto en ella, sino porque parece que actúa como cárcel para los personajes y crea un vínculo secreto con ellos.

Y ahora ya sí, me toca hablaros del más pequeño de la familia.
         
"El hijo menor de una familia no se recuerda a sí mismo muy bien porque ha aprendido a confiar en los recuerdos de otros."

El narrador.
Judd nos cuenta la historia en su edad adulta, con lo cual va a ser necesario retroceder en el tiempo. 
Nos comenta en las primeras páginas que aspira a narrar los hechos siempre con honestidad, pero lógicamente utiliza la primera persona y eso a mí, ya de primeras, me hace dudar, por mucho que insista en que será un observador neutral. 
Los lectores debemos confiar en esa honestidad, pero él forma parte de los hechos, además de que va a narrar sucesos a través de los recuerdos, y otros en los que ni tan siquiera estuvo presente y que ha logrado reconstruir gracias a conversaciones con otros miembros de la familia. En este último caso incluirá todos los hechos que le sea posible reunir y el resto serán conjeturas, cosas imaginadas pero no inventadas, por lo que nuestra confianza en el relato puede empezar a hacer aguas.

Lo que me chocaba de este narrador es que se desdoblaba. 
En unas ocasiones actuaba como un narrador interno, un narrador protagonista que hablaba de sí mismo en primera persona, pero en otras adoptaba un papel de narrador omnisciente para relatar los hechos en los que no está presente, llegando incluso a referirse a sí mismo como Judd, en tercera persona, como si estuviese hablando de alguien ajeno a él. En esas ocasiones se distancia, así que el resultado es un narrador que se mueve entre ser un narrador externo e interno, un detalle muy curioso, pero que a mí me descolocaba.

La narración que va a hacer Judd es como revisar un álbum familiar, con el que iremos conociendo en profundidad a todos los Mulvaney; y de su mano entraremos a formar parte de ese mundo feliz y confortable, de esa posición acomodada, de ese sueño dorado americano, que se trastocará tras ese suceso.

 A partir de ese momento, y como ya he avanzado, no van a ser capaces de gestionar lo que les ha sucedido. 

Ya para ir terminando...
Oates nos ofrece una historia que habla de agresión sexual, de la necesidad de restaurar el equilibrio, del instinto de justicia y de venganza. Todo esto acompañando a unos personajes que evolucionan; cuando acabemos de leer ellos no estarán donde estaban ni serán lo que eran...

Pero no os penséis que he olvidado hablaros de esos personajes que mencionaba al comienzo y que me impedían conectar con la narración.

Uno es Marianne y la otra su madre. Dos personajes insulsos que lograban sacarme de mis casillas. 
Corinne, la clásica madre complaciente, se pasa toda la novela rezando y justificando, y Marianne con tanto rezo pasa a convertirse por propia voluntad de víctima en culpable.

Y sí, ya sé que los personajes con defectos, esos que con su comportamiento te ponen de mal humor, son esenciales como fuente de conflicto, pero es que con ellas no podía, para mí eran un lastre y no un soporte esencial para el argumento. Me agotaban, me daban ganas de cogerlas y agitarlas como una coctelera, para ver si así abandonaban ese papel conformista e insustancial que habían adoptado.

En fin... hasta aquí la reseña de hoy. Espero que os haya gustado y que podáis perdonarme por su extensión.