Mostrando entradas con la etiqueta Ane Riel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ane Riel. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de noviembre de 2020

Resina de Ane Riel

Sinopsis:

Liv falleció con seis años. Se adentró en el mar durante la noche y hallaron la barca hecha añicos a la mañana siguiente. O, al menos, ésa es la historia que sus padres contaron a las autoridades. La realidad es bastante distinta: Liv está viva y se esconde tras una pared impenetrable de objetos robados de aquí y allá que Jens, su padre, ha ido acumulando a lo largo de los años. Una fortaleza de la que, al traspasar su puerta, es imposible escapar ileso. Aquí, lejos del resto de los habitantes de la isla, la vida de la familia fluye de manera imperturbable, cristalizada hasta la eternidad como una hormiga atrapada en resina. Sólo Maria, la madre de Liv, puede cambiar el rumbo de las cosas dentro de la peculiar familia Hordone. Pero ella también, a su manera, ha decidido esconderse del resto del mundo dentro de un cuerpo monstruoso.

Opinión:

Dicen que esta novela ha cosechado los premios literarios más importantes de Europa, y la crítica oficial la ha catalogado como una de las mejores novelas del año. Los lectores con este tipo de comentarios salimos corriendo a hacernos con un ejemplar y de esa forma la convertimos en un bestseller. Esto, como ya os he dicho en otras ocasiones, no es sinónimo de que sea una gran novela, simplemente de que hay una gran labor de marketing detrás.
He leído comentarios entusiastas de compañeros en la blogosfera, pero sinceramente, a mí esta lectura me ha dejado fría, esperaba bastante más. Creo que lo más interesante de la historia queda plasmado en la sinopsis y después hay poco que rascar.

Los expertos la catalogan como "Country noir" o "Rural noir"; en la reseña de "La oscuridad que conoces", ya os hablé un poco por encima de lo que era ese subgénero, una catalogación que volvían a utilizar las editoriales, pero que no era novedoso, porque Jim Thompson, William Faulkner o Shirley Jackson podrían haberse catalogado perfectamente dentro de ella, independientemente de dónde transcurran sus argumentos.
Lo que os quiero decir es que ese "noir" no lo relacionéis con la novela negra, porque de ese género, según mi opinión no tiene nada. No basta una muerte o un asesinato para convertirlo en una novela negra, tienen que darse más condiciones; lo negro aquí se relaciona con lo oscuro, con la soledad, con lo macabro, con el aislamiento y/o con el daño psicológico. 
Para mí sería más como un "thriller oscuro" e incluso como una novela de suspense, pero yo no soy una experta.

En resumidas cuentas, el rural noir se centra en los paisajes, en las vastas distancias que separan las poblaciones, pero sobre todo, en el aspecto psicológico de los personajes.

Os he dicho al comienzo que esta novela me ha dejado fría y se debe a que con los personajes la autora  no me ha transmitido nada, incluso podría decir que el argumento tampoco. Hay más emoción o intensidad en abrir un huevo Kinder que en el conjunto de la novela. La sinopsis describe unas situaciones interesantes que ocurren en la mitad, con lo que podría decir que la editorial se carga la emoción. 
Lo más atrayente sucede cuando restan cincuenta páginas, más o menos, para llegar al final, momento en que la autora introduce más número de personajes y con ellos más situaciones extrañas o limites, acelerando con esos elemento el ritmo narrativo.

Pero todo no va a ser negativo en esta reseña, hay cosas que me han gustado como por ejemplo la estructura narrativa. 
Vamos a encontrarnos con tres narradores; Liv, la hija de los Haarder, a los que la editorial se empeña en cambiarles el nombre en la sinopsis; Maria la madre de Liv que escribirá cartas a la niña y de esa forma la autora rellena vacíos argumentales; y por último, uno omnisciente que nos relata todo lo que sucede alrededor de esta familia y que se le escapa a las otras dos narradoras.

Liv y su padre son personajes interesantes, pero como he mencionado más arriba no han conseguido transmitirme nada. Lo más destacable es la relación entre ellos y el contraste que se produce. Liv ve a su alrededor un mundo limpio, sin maldad, mientras que su padre lo observa todo con otros ojos. Quizás metafóricamente hablando, la hormiga atrapada en resina que nos mencionan a lo largo de la obra, no es más que un ejemplo de como se sienten los personajes.

Para ir terminando os comento que el estilo de Ane Riel me recordaba muchísimo al de Shirley Jackson, incluso en algunos momentos puntuales del argumento llegaba a encontrar similitudes con algunas de sus obras, quizás por el ambiente oscuro de fondo y la narración principal en manos de una niña. 

Y ahora ha llegado el momento en que vosotros tomáis el testigo. 
Yo me embarqué en esta novela con las expectativas muy altas, y quizás ese fue mi error. La sinopsis me engañó y busqué algo que no existía entre sus páginas.
También quiero deciros que los gustos siempre son personales y en vuestra mano queda el poder de elegir.