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martes, 5 de febrero de 2019

Pero... ¿Quién mató a Harry? de Jack Trevor Story

Sinopsis:

Campiña inglesa, mariposas, luz de verano... y un cadáver. Una hilarante comedia negra que Hitchcock llevó al cine en 1955.
Una mañana de verano, en un bosque que rodea la urbanización de Sparrowswick Heath (donde cada casita tiene su nombre: El Barco, El Refugio, Caos…), un niño de cuatro años encuentra el cadáver de un hombre. Al contrario de lo que sucede en las novelas policíacas, no se trata aquí de encontrar, entre una serie de sospechosos, quién es el asesino: más bien al contrario, aquí hay toda una serie de personas que confiesan haber matado a la pobre víctima... con lo que ciertamente se hace difícil determinar quién lo hizo en realidad. Entretanto, ante tal profusión de «culpables», el cadáver es enterrado y desenterrado no menos de tres veces.
 Pero… ¿quién mató a Harry? (1949), adaptada en 1955 al cine por Alfred Hitchcock, es una fenomenal vuelta de tuerca a los mecanismos de la novela policíaca, una excelente comedia negra elaborada con toda la calma y mordacidad de la flema británica. Pero no solo eso: en ese clima estival, de monte bajo, mariposas, tardes soñolientas, noches esplendorosas y mágicas, Jack Trevor Story supo insuflar algo del Sueño de una noche de verano, con sus enredos y confusiones, y un erotismo sutil y muy vital que hace, deshace, separa y junta parejas… en torno a un cadáver.

Opinión:

Soy una gran fan de la obra de Alfred Hitchcock, y lo que más me llamó la atención fue averiguar que muchas de sus grandes películas estaban basadas en libros.
Ese detalle me empujó a buscar esas historias en papel, ya que si el argumento de la película resultaba interesante, la obra original sería mucho mejor.
Tristemente esa búsqueda me llevo a descubrir que la mayoría de ellas y sus autores eran del todo desconocidos para el público. De no haber sido llevadas al cine por Hitchcock, muchas de esas grandes historias habrían pasado desapercibidas. Esto es algo que yo personalmente debo agradecer al director, sumado a que sus películas suelen adaptarse bastante literalmente al libro, siempre por supuesto, permitiéndose algunas licencias, como es en el caso de esta novela.

Esta comedia negra, de tan solo 160 páginas y de la que hoy tengo el gusto de hablaros, fue publicada por primera vez en 1949 por Jack Trevor Story y llevada al cine por Alfred Hitchcok en 1955, y aunque lo cierto es que no es un libro que podríamos considerar como una joya, sí tiene algunos detalles que lo convierten en atractivo para los lectores.

El título original fue The trouble with Harry, es decir, El problema con Harry, título que creo más acertado que el que nos impusieron para la versión en castellano, Pero... ¿Quién mató a Harry?, por dos motivos.

  • El primero, ajustándonos al título original, es que "Hay un ligero problemilla con Harry", y ese problema como habéis podido ver en la sinopsis, es que Harry está más tieso que un bacalao. Un detalle bastante importante, al menos para él...
  • El segundo es que el título en castellano nos hace pensar a los lectores que lo importante de la historia es quién lo mató, convirtiendo el argumento en un amago de novela policíaca, y como veréis un par de párrafos más abajo, no es así.

Pero dejadme que primero os ponga en situación hablándoos un poquito del argumento...

Un hombre aparece muerto en un bosque, Harry, y la mayoría de los habitantes de la pequeña población, excéntricos a cuál más, empiezan a tropezarse con él.
Hay algo especial en ese bosque que se aleja de la imagen que todos tenemos en mente, y es que ese lugar que debería ser un remanso de paz y serenidad, parece estar más concurrido que el camarote de los hermanos Marx.
Lo más curioso de todo, es que de entre todos los que pasean por allí, nadie da importancia a encontrarse con un cadáver tirado en mitad de la vereda, y unos y otros empiezan a asumir que son los responsables de la muerte de Harry, sin contar con el afán de algunos de ellos por esconder, enterrar y desenterrar el cadáver, detalle que da lugar a un montón de situaciones descabelladas y un tanto macabras.

Hay un elemento bastante importante en esta obra que vemos desde el título, es decir, desde mucho antes de comenzar la novela, los lectores nos preguntamos ¿quién mató a Harry?, pero según vamos pasando las hojas, vemos que los únicos preocupados por averiguar ese dato somos nosotros, los lectores.
Os he dicho que el cadáver de Harry no sorprende a nadie, ni tan siquiera la pregunta en torno a quién lo mató, esos detalles pasan a convertirse en una argucia para hacer avanzar la historia, un Macguffin clásico de los que metía Hitchcock en sus obras, porque lo cierto, es que el quién y el porqué, como ya os he adelantado antes, se convierten en un tema secundario.
El pobre Harry ha pasado a ser un estorbo para todos los personajes que frecuentan ese bosque que rodea a la pequeña e idílica población de Sparrowswick Heath, y lo realmente interesante en esta historia es el comportamiento de los protagonistas, sus reacciones, ni tan siquiera el relato del narrador en tercera persona va a ser algo primordial, porque los lectores estaremos pendientes en todo momento, como hipnotizados, por ese comportamiento surrealista que adoptan los personajes principales.

Quizás lo que más me ha gustado de toda esta historia es ese típico humor inglés del que hace gala el autor, ese humor que en muchos momentos puede parecernos, por la situación en la que se da, algo absurdo y macabro, y por supuesto tampoco puedo obviar mencionar la atmósfera resultante, con esa campiña inglesa de fondo que asemeja a la de un cuento, si omitimos claro está, el detalle del cadáver.
En este último punto en que hago referencia a la atmósfera y a los escenarios, habría que destacar también lo que ya mencionaban en la sinopsis, que en esa urbanización de Sparrowswick Heath, cada casita tiene su nombre: El Barco, El Refugio, Caos… eso que en un principio podría parecernos un detalle sin importancia, nos da en cambio pistas sobre quién vive en cada casita y su modo de comportarse.

Y ya para ir terminando os diré que a pesar de lo que nos indican en la sinopsis, de que es una vuelta de tuerca a los mecanismos de la novela policíaca, esta historia de policíaca no tiene nada... es una comedia negra, y punto.
Recomendable, eso sí para los grandes amantes de lo absurdo, cargada de unos diálogos que convierten el relato en una historia disparatada,

Como  os he mencionado muchas de las películas de Hitchcock que se basan en obras de papel, a continuación os dejo la relación de las mismas que he reseñado:

Crimen perfecto
Extraños en un tren
La dama desaparece o Alarma en el expreso.
Rebeca