«¿Dónde está Evelyn? Ah, ya me acuerdo. Nos quitó los ojos.»
Día de año nuevo, 1921. Siete cuerpos mutilados aparecen en un antiguo círculo de piedras en Altnaharra, una remota isla escocesa. Son "los Niños", miembros de un culto gobernado por una sádica figura a quien llaman "el tío". La única superviviente, Dinah, afirma que los ha asesinado Eve, que se habría ahogado al intentar escapar. Sin embargo, a medida que nos adentramos en la historia de Eve y Dinah hasta la masacre, va surgiendo una verdad más oscura y extraña.
La isla es todo lo que los Niños conocen, el tío no permite ningún contacto con el mundo exterior. Pero el mundo está en guerra y alcanza incluso a la solitaria comunidad de Altnaharra.
La isla es todo lo que los Niños conocen, el tío no permite ningún contacto con el mundo exterior. Pero el mundo está en guerra y alcanza incluso a la solitaria comunidad de Altnaharra.
Opinión:
Tras el éxito alcanzado por La casa al final de Needless Street, novela de la que os hablé hace unos meses, la editorial Runas se lanza de nuevo a publicar otra obra de esta autora, escrita en 2018, pero que volverá a sorprender por su complejo argumento.
Esta novela obtuvo el premio Shirley Jackson y el August Derleth a la mejor novela de horror de los British Fantasy Awards de 2019.
En esta ocasión Catriona Ward nos presenta una historia con tintes muy góticos y al igual que ocurría en "La casa al final de Needless Street" jugará al despiste con nosotros.
En esta nueva experiencia volvemos a enfrentarnos a la dificultad de averiguar lo que realmente está sucediendo.
Los medios que emplea para engañarnos son varios.
- El primero es que la historia va a ser narrada por varios personajes que harán uso de la primera persona. Sabemos que esa primera persona puede inducir al engaño, porque cada uno de ellos nos mostrará su opinión y su punto de vista sobre los hechos, que muchas veces pueden estar manipulad y distar de la realidad, un claro ejemplo de multiperspectivismo.
- Por otro lado también va a incluir una narración no lineal donde el relato irá saltando del presente al pasado.
Con estos elementos sumados a las vueltas de tuerca y el buen uso que hace la autora del suspense se teje ante nuestros ojos una red que impide diferenciar lo que es real de lo que no lo es.
A todo esto también hay que añadir el ambiente gótico al que se suma la atmósfera opresiva y asfixiante que planea sobre toda la historia que influirá directamente en los lectores.
Un torreón medio derruido y aislado en mitad de una isla escocesa; el frío y la humedad cubriendo los escenarios; la conducta extraña de los personajes, un comportamiento que gracias a las descripciones no nos dejará indiferentes y donde la autora, al igual que hizo en "La casa al final de Needless Street", vuelve a hablar de maltrato, mentiras, soledad y superviviencia, detalles que sirven para realzar un argumento donde nada ni nadie es lo que parecen.
Cabe señalar que este libro posee, a mi entender, una complejidad narrativa y argumental mayor que la anterior publicación, puesto que abarca no solo una lucha interior de los personajes sino también un conflicto entre ellos para destacar y ganarse el afecto del tío, un personaje escalofriante.
De nuevo desde estas líneas os recomiendo leer a esta autora que estoy segura de que os sorprenderá.