jueves, 30 de diciembre de 2021

Mis mejores libros 2021

Como todos los años por estas fechas os hablo en el blog de como ha sido mi año lector e incluyo en la entrada la lista de los que han sido para mí las mejores lecturas del año. En esa lista, que nada tendrá en común con las elaboradas en periódicos y revistas especializadas ni con las de otros blogs, incluyo libros leídos en lecturas conjuntas, recomendaciones de otros amigos lectores que me han fascinado y sobre todo muchos libros clásicos que no debemos dejar que caigan en el olvido y con los que he llenado muchas horas.

En este año lector han pasado por mis manos unos 46 libros y 21 de esos títulos corresponden a libros clásicos o cuentos breves, ya que desde el blog me he vuelto a sumar a la iniciativa de las inquilinas de Netherfield de "Todos los clásicos grandes y pequeños".
De ese reto he estado a punto de completar cuatro niveles, cada uno de ellos con cinco libros, pero me ha faltado una premisa del cuarto, por lo que del reto he leído 19 libros, los otros dos clásicos no los he incluido en el reto porque no se ajustaban a la premisa del momento o a ese nivel.

De entre las novedades publicadas este año he escogido algún libro que me ha decepcionado bastante, no sé si porque yo esperaba otra cosa o porque las editoriales en estos años de pandemia están bajando el nivel de calidad, y por supuesto, no puedo olvidar mencionar que entre las lecturas conjuntas que hemos realizado con amigos en twitter también hemos experimentado algunas decepciones. Lo bueno de estas lecturas conjuntas es que aunque no disfrutes del libro, sí se disfruta enormemente de la compañía.

Dicho todo esto paso a mostraros la lista de mis mejores lecturas, como veréis predominan los clásicos y coincide con otros años en que Wilkie Collins y Jane Austen son autores reincidentes de los que jamás decepcionarán.

La dama de blanco de Wilkie Collins (Clásico)
Luces de bohemia Ramón María del Valle-Inclán (Clásico)
La resucitada Emilia Pardo Bazán (Clásico)
Un verano tenebroso Dan Simmons (Terror)
Mansfield Park Jane Austen (Clásico)
El conde de Montecristo Alexandre Dumas (Clásico)
El asesinato de Platón Marcos Chicot (Novela histórica)
Los habitantes del bosque Thomas Hardy (Clásico)
Orgullo y prejuicio Jane Austen (Clásico)
El mordisco de la medianoche Anabel Samani (Terror)

Ya para terminar os comento que los últimos años dedicaba un par de entradas de diciembre a los artículos de colaboración publicados en la revista digital "Cita en la glorieta", con motivo de la Semana Negra.
Este año por motivos laborales y por agendas más apretadas de lo normal no se han podido celebrar ni las actividades presenciales ni el festival virtual en el que se incluían reseñas, artículos y relatos.
Esperemos que el 2022 nos permita volver a celebrarlo.

Y ahora sí que me despido y os deseo un feliz 2022 cargado de salud y buenas lecturas.

jueves, 16 de diciembre de 2021

El misterio de Notthing Hill de Charles Warren Adams

Sinopsis:

Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.

Opinión:
 
Y una vez más aparece en este blog el gran dilema...
Os he hablado muchas veces de la dificultad a la hora de clasificar las historias dentro de un género en concreto, pero también de la complejidad a la hora de decidir cuál fue la primera con la que se dio el pistoletazo de salida.
Si hablásemos de relatos policíacos diríamos que el primero surgió de la pluma de Poe en 1841, siendo este Los crímenes de la calle morgue, y en cambio, si citásemos novela policíaca estaríamos hablando de Un asunto tenebroso de Honoré Balzac, publicada en el mismo año, o incluso de Casa desolada de Charles Dickens, publicada por entregas mensuales entre marzo de 1852 y septiembre de 1853, pero que se piensa fue escrita antes de 1842. 
Por otro lado, si lo que queremos es hablar de la primera obra detectivesca, unos citarían El caso Lerouge de Émile Gaboriau (1863) o La piedra Lunar (1868), y es que en este mundo tan complejo de los géneros literarios hay que ser muy concreto a la hora de especificar quién lleva a cabo la investigación, si es policía o aficionado, e incluso fijaros bien, dependiendo de su longitud, si es relato o novela. 
Otro dato a tener en cuenta también es su procedencia, porque no es lo mismo hablar de la primera novela policíaca francesa que de la inglesa... y es que estaréis conmigo en que esto de clasificar se ha convertido en un tema farragoso, con tal de vender una primicia...

Pues bien, actualmente algunos especialistas en el género han decidido rizar un poco más el rizo y ahora la narración con la que se inicia este género de detectives es precisamente esta de la que vengo a hablaros, El misterio de Notting Hill, publicada bajo seudónimo y por entregas a lo largo de 1862 y que terminó viendo la luz como libro completo en 1865. 
Yo, no es por llevar la contraria a los grandes expertos, pero al igual que en la reseña de Un asunto tenebroso os conté que sus elementos me recordaban más a las obras de espionaje, El misterio de Notting Hill me lleva a clasificarla más como misterio o intriga porque a pesar de que se lleva a cabo una investigación, esta es totalmente secundaria, limitándose el actor principal exclusivamente a mostrarnos unos testimonios y documentos ordenados en el tiempo, es más, el supuesto detective no es un investigador al uso, porque es un agente de seguros que solo recaba información sin exponer explícitamente como llega a sus conclusiones. 

Aclarado esto, paso a hablaros más en detalle de la historia.
Este libro fue escrito por Charles Warren Adams, un abogado al que puede que por su profesión le frenase el publicar historias de crímenes bajo su nombre real y por eso optó por el seudónimo de Charles Felix. Su identidad no fue descubierta hasta 1952 y corroborada por un experto en novela policíaca en 2011.
Las ilustraciones que aparecen en el interior son de George Du Maurier, autor de Trilby y abuelo de la escritora Daphne Du Maurier.

La historia la componen íntegramente cartas, declaraciones, informes científicos y fragmentos de diarios, y aunque nos pueda parecer a simple vista que se mueve en la línea de otras novelas epistolares de la época, como la ya citada La Piedra Lunar, no es así. El motivo es que Collins en sus obras más famosas, se toma su tiempo. Ninguna baja de las quinientas páginas, y las cartas o declaraciones son más extensas incluyendo anécdotas y sucesos que convierten el relato en una narración más personal y entretenida. 
En esta obra ese desarrollo narrativo se ve muy limitado al tener solo 200 páginas. 
El libro se divide en ocho secciones o apartados y en ellas iremos conociendo, al tiempo que se narran los sucesos, a los personajes que intervendrán, ya sean víctimas o testigos, siempre y como ya he dicho, sin que seamos conscientes de que se está llevando a cabo una investigación real, porque los hechos nos llegan a través de esas declaraciones a posteriori.

Quizás, lo que más me ha llamado la atención  es que todos los personajes parecen secundarios, ninguno destaca sobre otros, y eso se debe otra vez a la estructura y a la forma de narrar. 
Todas las cartas y declaraciones pertenecen a personajes incidentales que intervinieron como testigos en los hechos, pero sus relatos se limitan a narrar de forma concisa y oficial los hechos, aportando un distanciamiento con el lector que para mí gusto hacen que la novela sea menos amena que otras del estilo.
Siguiendo con el tema de los personajes...
Vamos a conocer dos historias o dos casos que al final terminarán enlazándose. Uno será el de la señora Anderton y otro el de madame R. Los hilos de estos personajes terminarán cruzándose, al igual que sus destinos, y aunque ellas sean las protagonistas, vuelvo a insistir, el estilo narrativo y la estructura elegidos, así como que los hechos nos lleguen en pasado hacen que parezcan personajes secundarios.

La hipnosis o sugestión hipnótica va a ser el tema central sobre el que gira la trama y veremos las distintas opiniones que suscitó, los que la consideraban un nuevo procedimiento médico o terapéutico frente a los escépticos que lo veían como un engaño basado en el ilusionismo. Hemos de tener en cuenta la importancia de situarnos en esa época en que se desarrolla la trama, ya que fue una época en la que las pseudociencias estaban en auge.

En resumidas cuentas...
El libro tiene algunos aspectos que pueden resultar interesantes para un tipo de lector determinado que de prioridad a otros detalles sobre el argumento, como las ilustraciones, el deseo de averiguar como está construida la que se considera la primera novela con la que se inicia el género, pero también entiendo que para otros a los que estos detalles les traen sin cuidado les pueda parecer una historia floja.
Yo, personalmente, dentro de que el argumento me haya podido gustar más o menos, me quedo con la satisfacción por haber saciado mi curiosidad al descubrir esta ópera prima del género de detectives.

En vuestra mano queda elegir. Solo vosotros sabéis que prima en vuestra escala de valores literarios.

viernes, 10 de diciembre de 2021

El secreto Fabergé de Charles Belfoure

Sinopsis:

San Petersburgo, 1903. El príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar Nicolás II, vive rodeado de lujos en la corte imperial junto a su esposa. El zar, amante del arte, continúa con la tradición familiar de coleccionar huevos Fabergé, que adornan las salas del Palacio de Invierno. Sin embargo, fuera de la corte, el pueblo vive una realidad muy distinta bajo la tiranía zarista, en particular los judíos.
Cuando Dimitri conoce a la joven Katya Golitsyn, siente que es su alma gemela. A media que el vínculo entre ellos crece, Katya descubre sus antepasados judíos y comparte con Dimitri la violenta realidad de su pueblo. Ambos deciden entonces sumarse a una conspiración para establecer una monarquía constitucional; conspiración en la que la colección de huevos Fabergé será un eje central, pero un descuido podría ponerlo todo en riesgo y desatar la furia del zar.

Opinión:

Siempre os digo que hay que tener mucho cuidado con las sinopsis porque en ocasiones parece que las carga el diablo. 
Está claro que se hacen para atraer, pero siempre bajo mi opinión y sin ánimo de ofender a nadie, atraer no debería ser sinónimo de engañar.
Para no andarme por las ramas os diré que todo lo interesante de la historia aparece descrito en ese resumen editorial.

La novela en general, no quiero que la descartéis desde mi primera frase, está bien. Capítulos breves que agilizan la lectura, ritmo aceptable, pero poco más... 
Puede que las editoriales hayan bajado el nivel de calidad o que los lectores hayamos subido nuestro nivel de exigencia, pero he experimentado más emoción al abrir el Kinder sorpresa que me acabo de zampar que en las 349 páginas que componen esta obra.
Resumiendo mucho y siempre dejando claro que es una opinión personal, a la historia le falta sustancia porque se resaltan algunos puntos en ella que para mí han sido de escaso interés. Ahora os cuento por qué.

Según la editorial o el orden que se marca en la sinopsis da la impresión que en el eje central del relato se relatarán los sucesos que ocurren en el interior de la corte, la conspiración para derrocar al zar en la que las lujosas joyas Fabergé tendrán un lugar destacado, pero no es así, porque el hilo principal sobre el que se construye la historia es en torno a la relación de los protagonistas, del príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar y de Katya Golitsyn, una joven doctora que descubrirá por azar su herencia judía.
Dimitri y Katya van a formar parte de la conspiración, sí, pero incluso siendo esa la trama principal, los hechos quedan un poco deslavazados, les falta emoción, al igual que otros muchos sucesos que se nos cuentan y que al llegar al final parece que quedan un poco en el aire. Como decía Chejov, si pones un arma en una escena que sea para ser disparada, no como mero adorno.

Hay que dejar claro, llegados a este punto, que es una novela de ficción histórica y que por lo tanto lo relatado no tiene por qué ceñirse a los hechos reales al pie de la letra, pero ya que te inspiras en ellos que menos que darles un poco más de importancia, como parece que se le da en la sinopsis.
Por puntualizar un poco más sobre este tema...
En la sinopsis dice: 
"Una emocionante novela llena de tensión e intriga sobre los crímenes de los Romanov contra el pueblo judío."
Cuando lo cierto es que los lectores solo vemos a un zar que se deja influenciar por sus ministros y al que los pogromos judíos le llegan solo de oídas, afectándole por una serie de atentados que sufre su familia y que se les achaca a ellos.

Vuelvo a incidir una vez más en lo mismo. 
Los hechos históricos, los personajes reales que aparecen reflejados en la trama marcaron la historia de Rusia y se les podía haber sacado muchísimo provecho, tal como hizo Tolstoi, y no como en este caso que quedan relegados a un segundo término en pro de una insulsa historia romántica que sacaría de quicio a la mismísima Anna Karenina y donde ni los protagonistas, ficticios, tienen una personalidad que destaque.

El autor intenta reflejar algunos de los acontecimientos que condujeron al derrocamiento del imperio zarista. Aparecerán citados los pogromos judíos, los atentados contra la familia imperial, las revueltas de campesinos y trabajadores y también la manifestación que tuvo lugar tras la derrota en la guerra ruso-japonesa de principios del siglo XX, una manifestación que sería duramente sofocada y que terminaría denominándose como Domingo Sangriento. Con ese contexto histórico esperaba mucho más y en cambio se cita de forma sesgada.

Por otro lado, los huevos Fabergé y el secreto que esconden esas bellas joyas que tanto gustaban en la corte imperial rusa y que aquí parecen ser el eje central del argumento, como ya he mencionado, son solo un elemento para impulsar la trama, un medio del que se vale el autor para aportar la única intriga de la novela.

Charles Belfoure nos muestra que el chisme es la base de las reuniones de la alta sociedad petersburguesa, es decir, frivolidad frente a los problemas reales, y eso es precisamente lo que me ha parecido a mí esta novela; una historia frívola en la que no se da la importancia que merecen a unos hechos trascendentales para el desarrollo político de Europa.