Sinopsis:San Petersburgo, 1903. El príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar Nicolás II, vive rodeado de lujos en la corte imperial junto a su esposa. El zar, amante del arte, continúa con la tradición familiar de coleccionar huevos Fabergé, que adornan las salas del Palacio de Invierno. Sin embargo, fuera de la corte, el pueblo vive una realidad muy distinta bajo la tiranía zarista, en particular los judíos.
Cuando Dimitri conoce a la joven Katya Golitsyn, siente que es su alma gemela. A media que el vínculo entre ellos crece, Katya descubre sus antepasados judíos y comparte con Dimitri la violenta realidad de su pueblo. Ambos deciden entonces sumarse a una conspiración para establecer una monarquía constitucional; conspiración en la que la colección de huevos Fabergé será un eje central, pero un descuido podría ponerlo todo en riesgo y desatar la furia del zar.
Opinión:
Siempre os digo que hay que tener mucho cuidado con las sinopsis porque en ocasiones parece que las carga el diablo.
Está claro que se hacen para atraer, pero siempre bajo mi opinión y sin ánimo de ofender a nadie, atraer no debería ser sinónimo de engañar.
Para no andarme por las ramas os diré que todo lo interesante de la historia aparece descrito en ese resumen editorial.
La novela en general, no quiero que la descartéis desde mi primera frase, está bien. Capítulos breves que agilizan la lectura, ritmo aceptable, pero poco más...
Puede que las editoriales hayan bajado el nivel de calidad o que los lectores hayamos subido nuestro nivel de exigencia, pero he experimentado más emoción al abrir el Kinder sorpresa que me acabo de zampar que en las 349 páginas que componen esta obra.
Resumiendo mucho y siempre dejando claro que es una opinión personal, a la historia le falta sustancia porque se resaltan algunos puntos en ella que para mí han sido de escaso interés. Ahora os cuento por qué.
Según la editorial o el orden que se marca en la sinopsis da la impresión que en el eje central del relato se relatarán los sucesos que ocurren en el interior de la corte, la conspiración para derrocar al zar en la que las lujosas joyas Fabergé tendrán un lugar destacado, pero no es así, porque el hilo principal sobre el que se construye la historia es en torno a la relación de los protagonistas, del príncipe Dimitri Markhov, amigo íntimo del zar y de Katya Golitsyn, una joven doctora que descubrirá por azar su herencia judía.
Dimitri y Katya van a formar parte de la conspiración, sí, pero incluso siendo esa la trama principal, los hechos quedan un poco deslavazados, les falta emoción, al igual que otros muchos sucesos que se nos cuentan y que al llegar al final parece que quedan un poco en el aire. Como decía Chejov, si pones un arma en una escena que sea para ser disparada, no como mero adorno.
Hay que dejar claro, llegados a este punto, que es una novela de ficción histórica y que por lo tanto lo relatado no tiene por qué ceñirse a los hechos reales al pie de la letra, pero ya que te inspiras en ellos que menos que darles un poco más de importancia, como parece que se le da en la sinopsis.
Por puntualizar un poco más sobre este tema...
En la sinopsis dice:
"Una emocionante novela llena de tensión e intriga sobre los crímenes de los Romanov contra el pueblo judío."
Cuando lo cierto es que los lectores solo vemos a un zar que se deja influenciar por sus ministros y al que los pogromos judíos le llegan solo de oídas, afectándole por una serie de atentados que sufre su familia y que se les achaca a ellos.
Vuelvo a incidir una vez más en lo mismo.
Los hechos históricos, los personajes reales que aparecen reflejados en la trama marcaron la historia de Rusia y se les podía haber sacado muchísimo provecho, tal como hizo Tolstoi, y no como en este caso que quedan relegados a un segundo término en pro de una insulsa historia romántica que sacaría de quicio a la mismísima Anna Karenina y donde ni los protagonistas, ficticios, tienen una personalidad que destaque.
El autor intenta reflejar algunos de los acontecimientos que condujeron al derrocamiento del imperio zarista. Aparecerán citados los pogromos judíos, los atentados contra la familia imperial, las revueltas de campesinos y trabajadores y también la manifestación que tuvo lugar tras la derrota en la guerra ruso-japonesa de principios del siglo XX, una manifestación que sería duramente sofocada y que terminaría denominándose como Domingo Sangriento. Con ese contexto histórico esperaba mucho más y en cambio se cita de forma sesgada.
Por otro lado, los huevos Fabergé y el secreto que esconden esas bellas joyas que tanto gustaban en la corte imperial rusa y que aquí parecen ser el eje central del argumento, como ya he mencionado, son solo un elemento para impulsar la trama, un medio del que se vale el autor para aportar la única intriga de la novela.
Charles Belfoure nos muestra que el chisme es la base de las reuniones de la alta sociedad petersburguesa, es decir, frivolidad frente a los problemas reales, y eso es precisamente lo que me ha parecido a mí esta novela; una historia frívola en la que no se da la importancia que merecen a unos hechos trascendentales para el desarrollo político de Europa.