Grecia, siglo v a. C.
Un oscuro oráculo vaticina la muerte de Sócrates.
Un recién nacido es condenado a morir por su propio padre.
Una guerra encarnizada entre Atenas y Esparta desangra Grecia.
El asesinato de Sócrates recrea magistralmente la época más extraordinaria de nuestra historia. Madres que luchan por sus hijos, amores imposibles y soldados tratando de sobrevivir se entrelazan de un modo fascinante con los gobernantes, artistas y pensadores que convirtieron Grecia en la cuna de nuestra civilización. A lo largo de las páginas de esta absorbente novela, brilla con luz propia la figura inigualable de Sócrates, el hombre cuya vida y muerte nos inspiran desde hace siglos, el filósofo que marca un antes y un después en la historia de la humanidad.
Opinión:
Una pequeña reflexión...
Hace poco leía en un blog amigo, Si fuesemos libros, que estamos acostumbrados a que una gran parte de las novelas históricas que recrean la historia antigua, se centren sobre la civilización de Roma o Egipto, y es totalmente cierto.Estamos saturados de esa época y de esas civilizaciones en concreto, pero son pocas las novelas que con rigurosidad tienen como escenario a la Grecia clásica, además de que por supuesto, el cine nos ha vendido con frecuencia una imagen que se aleja bastante de la realidad.
Me viene a la cabeza la película Troya...
¿Quién no ha visto esa película? donde parece que la historia se recrea al estilo neoclásico, siguiendo la norma de las tres unidades diseñadas para el teatro.
Los acontecimientos ocurren en un periodo muy corto de tiempo, no exactamente en 24 horas como dictan las reglas, pero desde luego, no en los nueve años que supuestamente duró esa guerra.
Las otras unidades que se suman a esta del Tiempo, es la de acción; la historia como comprobamos es totalmente lineal y no se da gran importancia a las historias secundarias. Para finalizar tenemos la unidad de lugar, todo ocurre en el mismo escenario.
Pero retomando mi anterior comentario, leyendo esta novela, comprobaréis que la historia no es como nos la han contado cuando estábamos en el colegio.
Pensamos que existió un gran Imperio Griego, y en parte es cierto, pero no existió hasta que llegó Alejandro Magno y unificó las ciudades estado con Macedonia.
Hasta ese momento, lo que conocemos como Grecia, eran pequeños estados, con su propio gobierno y ejército, que se posicionaron en el bando de Atenas o de Esparta, las dos grandes ciudades.
Una historia real y bien documentada.
Con esta nueva novela, la hábil pluma de Marcos Chicot, vuelve a sorprendernos ofreciéndonos una historia, como digo, totalmente real.Los que hayáis tenido la posibilidad de leer alguna de sus obras anteriores, notaréis la gran evolución que ha sufrido su forma de escribir.
Si ya nos sorprendía con El asesinato de Pitágoras o con su continuación, La hermandad, donde el lector caía rendido literalmente a sus pies por la calidad de su texto, en esta nueva, volvemos a hacerlo con una gran historia, más seria y compleja, y sobre todo, que destaca por la exactitud de los hechos narrados.
Nos encontramos con una historia al estilo de Crónica de una muerte anunciada.
El hilo central, el principal desde el que parte la novela, es la visita que realiza Querefonte a Delfos, para consultar al oráculo.
Así da comienzo la mezcla entre realidad y ficción.
Cuando ficción y realidad se funden...
Sabemos, de cierto, que Querefonte realizó una pregunta al oráculo y la respuesta es por todos conocida, no había ningún griego más sabio que Sócrates.La segunda pregunta pertenece a la ficción añadida y gira alrededor de la muerte del gran filósofo.
Una respuesta desconcertante, que marcará a partir de ese momento, no solo la vida de Querefonte, sino de todos los personajes que participan en esta excelente historia.
Las palabras del Dios Apolo, indican que su muerte será violenta a manos del hombre de la mirada más clara.
Todos conocemos cual fue el final de Sócrates, quizás es una de las muertes más conocida de la historia junto con la de Julio César, pero también deberíais saber, que los oráculos no deben interpretarse al pie de la letra, o que se lo pregunten a Esquilo, que sabe bastante de eso...
Con este pequeño juego de intriga, el autor capta inmediatamente la atención del lector, un suspense que va in crescendo a lo largo de un argumento que avanza siempre de forma lineal, siguiendo de cerca al filósofo, aunque sin concederle el protagonismo absoluto.
Todas esas historias secundarias, que cabalgan entre realidad y ficción, proporcionan los elementos necesarios para conseguir una excelente novela de corte histórico, que además de entretener, sirve para enseñar y para transmitir al lector la sensación, de que todo el argumento en conjunto, pudo haber sucedido tal y como se relata.
Todo esto podría ser una descripción de lo que encontraremos en el argumento, pero no debemos olvidar el marco histórico, diría que excepcional, sobre el que se encuadran todas estas historias, y que se denomina como El siglo de Pericles (Siglo V. a.c)
El siglo que marcó un antes y un después para la ciudad de Atenas, ya que a partir de ese momento llegó su ocaso, por lo tanto, como telón de fondo nos encontramos con las constantes luchas entre Atenas y Esparta; historias de hombres fuertes, curtidos en batallas donde las mujeres tenían muy poco que decir.
El papel de la mujer
En esta obra se nos ofrece un retrato fiel del papel que estaban obligadas a desempeñar esas mujeres, y curiosamente, a pesar de estar atadas de pies y manos, consiguen hacer sombra a los personajes masculinos.Entre esas mujeres encontramos algunas reales como Jantipa la mujer de Sócrates o Aspasia, la mujer del gran general Pericles, una mujer de formación elevada y cuyas costumbres liberales, habituales en Mileto de donde era originaria, chocaban en exceso con el papel que debía desempeñar la mujer de Atenas y es que, como digo al comienzo, la historia no es tal y como nos la han contado...
Las mujeres en la Grecia Clásica, no tenían tanta libertad como se menciona en algunos libros, incluso habría que hacer distinciones entre mujeres de la misma clase y de distintas ciudades, las atenienses tenían menos derechos que por ejemplo las mujeres de Esparta.
El autor, nos muestra al igual que ya lo hiciera siglos antes Homero, que la antigua Grecia era una sociedad patriarcal, donde las mujeres eran eternas menores de edad, pues no poseían derechos ni jurídicos ni políticos.
Pasaban de estar bajo la tutela paterna a la tutela del marido.
Las aristócratas o en situación privilegiada, podían cultivarse pero hasta una corta edad, después pasaban a estar prácticamente recluidas en casa, y salían en contadas ocasiones y por supuesto, en compañía.
Por ese motivo, es de agradecer que Marcos Chicot, de una oportunidad en su novela a esas mujeres, que quizás la literatura o la sociedad, ha arrinconado en un absurdo ostracismo, y es curioso, porque precisamente la palabra Ostracismo, en la Grecia antigua, era el destierro al que se condenaba a los ciudadanos que se consideraban sospechosos o peligrosos para la ciudad. Así que, puede ser... que las mujeres o su inteligencia, realmente se considerasen peligrosas...
Como podéis comprobar a lo largo del comentario, es una novela muy recomendable que cumple con lo primordial, con lo que yo considero que es el fin de la literatura:
Aprender, disfrutar y sobre todo invitar al lector a descubrir, a no conformarse con lo que nos cuentan.
Es una obra que incita a buscar más información, que despierta en nosotros la curiosidad por una civilización poco retratada.
Pero lo realmente bueno, es que en esta historia donde ficción y realidad se fusionan, ven la luz personajes, voy a hacer mayor hincapié en los ficticios, que perduran en la memoria del lector.
En resumen, una historia de las que no se olvidan.
Para terminar quiero recordaros, que este autor, dona el 10% de lo que obtiene con sus novelas a fundaciones de ayuda a personas con discapacidad, y esa aportación, desgraciadamente, no sería posible sin lectores.
Tengo pendiente la lectura porque fue un regalo y además por lo que he leído creo que me va a gustar.
ResponderEliminarSaludos :D
José Ángel, pues ánimate pronto y ponte con él. Es un libro muy completo, vas a encontrar en él un poco de todo y creo que todo satisfactorio.
EliminarSaludos.
La verdad es que como dices tú la Grecia clásica es poco conocida, salvo para gente, que como yo, estudió Historia Antigua. Cuando yo empecé a estudiar Historia Antigua me parecía una civilización impresionante hasta que descubrí que la democracia no tenía en cuenta a las mujeres... fue entonces cuando mi visión se volvió al antiguo Egipto (a la Historia, no a las novelas) al comprobar que fue una de las pocas civilizaciones que sí tenía en cuenta a la mujer, que la mujer podía heredar, divorciarse, y tenía más libertad que otras mujeres de otras civilizaciones.
ResponderEliminarUn apunte: Ostracismo viene de la palabra ostracón, que son pequeños trozos de cerámica en dónde los helenos (ellos nunca se denominaron griegos) escribían el nombre del personaje al que quería desterrar.
Me alegro mucho de que te haya gustado tanto el libro, seguramente lo acabaré incorporando a mis lecturas.
Un besote.
P.D. siento la disgresión histórica, no lo pude evitar. ;)
Hola Nitocris.
EliminarMe ha encantado tu comentario.
Conocía el tema de Egipto, sabía que era uno de los lugares donde las mujeres habían tenido más derechos, lo que desconocía era lo de la palabra "Ostracón", muy interesante el apunte.
Por suerte, a pesar de que en Grecia no se tuvo en mucha consideración a las mujeres, hubo algunas que lograron hacerse oír. En la reseña menciono a 2 de ellas, que lógicamente salen citadas en el libro, un pequeño ejemplo, porque tampoco habría muchas más. Pero un siglo antes, en el S. VI a.c, vivió otra mujer espectacular, la gran Safo de Lesbos, una gran poetisa con una sensibilidad pasmosa y que hasta el mismo Homero llegó a alabar denominándola "La décima Musa".
Me encantan las digresiones, siempre aportan más información a los comentarios.
Muchas gracias por pasarte a comentar.
Un besote
Me alegro de que te haya gustado. Y sí, como comentas hay alguna mujer, como Aspasia, la mujer de Pericles, que sí se pueden decir que vivían mejor.
EliminarUn besazo
A ver si me estreno con el autor, y esta sería una buena opción. Un beso ;)
ResponderEliminarJajaja pues yo soy de las que no ha visto Troya. La empecé a ver un par de veces y me aburrió, qué se le va a hacer... XD
ResponderEliminarEste libro ya he decidido, con todas las opiniones que he visto, que será el primero que lea del autor.
Besos.
Natália y Atalanta, espero que os animéis pronto con Chicot, porque si os gusta la historia no os vais a arrepentir.
ResponderEliminarBesos.
hola! omo cada vez que te visitamos preparamos los ojos para asombrarnos y la alaspara cragar un monton de reseñas que son cariñosamente compartidas. esta lectura no es desconocida pero por eso te visitamos, para aprender y buscar diferentes cositas. abrazosbuhos( si es que podemos doblar las alas)gracias!!!te pegamos en nuestro muro, semejantes reseñas!!!!!!!!!
ResponderEliminarGracias por tu magnifica reseña, una más y van............ Acabo de terminar Un Mundo Feliz y no tenía nada pensado así que voy a meterme en la maravillosa Grecia clásica siguiendo tus consejos, porque eres muy dura para dar un 10 a un libro, así que atisbo que éste tiene que valer y mucho la pena. Saludos y ánimo para seguir en la brecha.
ResponderEliminarMuchas gracias por pasarte y animarte a comentar.
EliminarSaludos.
Buena entrada. Es una reseña o comentario increíble, largo, pero eficaz pues has conseguido que tengan intención de leer el libro en un futuro no muy lejano.
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