En "Luces de bohemia" nos propone Valle-Inclán un recorrido por el Madrid sombrío de principios del siglo XX, de la mano del poeta ciego Max Estrella y su "perro", el buscavidas Don Latino.
El prisma desde el que el autor concibe la obra es el esperpento, que consiste en la deformación sistemática de la realidad, y la degradación de una situación, hasta que llega a ser ridícula.
Valle-Inclán hace una crítica feroz de todos los eslabones de una sociedad enferma, uniendo a los personajes en un grotesco baile de máscaras, donde se tratan los más altos temas filosóficos, artísticos y metafísicos, que resultan tan profundos como risibles, mientras la muerte flota en el ambiente, impregnando con su aroma los rincones de ese Madrid hambriento, corrompido y cansado.
Opinión:
Aquí habría que puntualizar que, aunque existen algunas referencias a este género antes de Valle-Inclán, su origen o procedencia es incierta por lo que este autor está considerado como su creador.
Este drama teatral empezó a publicarse por entregas en el semanario "España" de julio a octubre de 1920. En la edición inicial constaba de 12 escenas, pero en 1924 tras una revisión Valle incluye 3 más dando como resultado una nueva reedición. Como curiosidad debo decir que la obra teatral no se estrenó en España hasta 1970.
Otro detalle curioso es que en ella no se cumplen las premisas del teatro clásico a raja tabla, pues no se respeta al completo la regla de las tres unidades aristotélicas.
La unidad de tiempo que dice que la trama debe transcurrir en 24 horas sí es respetada, ya que el argumento sucede en ese periodo, sucediendo lo mismo con la unidad de acción que indica que solo debe contener una trama.
Donde Valle-Inclán se permite una licencia es al saltarse la denominada unidad de lugar. La obra en vez de desarrollarse en un único escenario va a cambiar de lugar en cada escena, puesto que los dos protagonistas principales recorren el Madrid bohemio en lo que yo denominaría como una especie de "vía crucis".
Pero hablemos de los personajes...
Max Estrella es el protagonista principal. Un poeta que en su juventud alcanzó cierto renombre, pero que ahora, ya anciano y ciego, vive en la miseria.
Acompañando a Max, cual "Lazarillo de Tormes", aparece don Latino de Hispalis, un pícaro buscavidas acostumbrado a salir siempre adelante aprovechándose, como apreciaremos, del pobre Max.
La historia narra las últimas horas del poeta y en ese viaje por los rincones oscuros del Madrid bohemio iremos obteniendo referencias de algunos personajes ilustres que lo frecuentaban como Rubén Darío, todo ello narrado con un lenguaje coloquial e incluyendo modismos y algunas figuras literarias como la animalización que ya apreciamos desde el comienzo al tratar a don Latino de "perro lazarillo" y que otros personajes utilizarán en sus diálogos.
Sobra decir, al tratarse de una obra de teatro, que los diálogos que la forman dan agilidad a la trama.
Aunque muchas veces encontramos el nombre de Valle-Inclán asociado al modernismo, algo que es cierto pues ahí se hallan sus comienzos, lo cierto es que el grueso de sus escritos pertenecen a la generación del 98.
La estética del esperpento supuso un cambio radical en su modo de escribir que le hizo evolucionar desde ese modernismo hasta un nuevo género que estaba estrechamente ligado a la critica y a la deformación grotesca de los personajes.
En Luces de bohemia vamos a ver como critica subrepticiamente o se ríe de los autores modernistas, algo que podemos considerar como un tema secundario, pasando a ser el tema principal el sentimiento de malestar que se arrastra desde la crisis de fin de siglo, el denominado desastre del 98, que llevó a la pérdida de las colonias y que unió a los autores de esa generación.
Ese sentimiento de malestar omnipresente en todo el desarrollo de la obra se va a ver agravado por una serie de acontecimientos históricos que se suceden y que no hacen más que hundir sistemáticamente a España.
Esos hechos que subyacen por debajo de la trama y que forman parte del contexto histórico son la Semana Trágica de Barcelona (1909) en la que se enviaron por decreto tropas de reserva a las posesiones españolas en Marruecos que terminaría por desencadenar el desastre de Annual en 1921; las huelgas generales de 1917 y 1920; y por supuesto, viendo que España no era más que el reflejo distorsionado de Europa, también podemos intuir que el autor se vio influenciado por la Primera Guerra Mundial e incluso por la Revolución Rusa de 1917.
Con todos estos acontecimientos no es de extrañar que el descontento de la población por la crisis económica, política y social sea uno de los temas principales plasmados en este drama junto con la corrupción indirecta que conlleva.
España siempre ha sido un país de pícaros y si os animáis a leer esta obra teatral comprobaréis que los personajes y los temas tratados siguen siendo los mismos actualmente, que los de hace un siglo.
Ya para terminar me permito la licencia de parafrasear al protagonista porque da igual cuando leas esto:
"En España el trabajo y la inteligencia siempre se han visto menospreciados" .
"En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo" .
Y ahora sí me despido de vosotros, no sin antes recomendaros la lectura de este magnífico ejemplo del esperpento que estoy segura de que, a pesar del drama que en él se narra, os arrancará más de una sonrisa.
Hola Susurros, me encantan esas dos frases que has remarcado porque, como dices tú, tristemente siguen siendo verdad. Y es que yo creo que desde que el autor de El lazarillo nos reflejó en esa obra no hemos dejado de ser así. Parece que en España eres tonto si no te aprovechas de las cosas que puedas...
ResponderEliminarEn fin que me enrollo. No sé si esta obra la intenté leer en la Universidad para mi asignatura de Literatura, ya te digo que no recuerdo si fue esta pero creo que sí, en ese momento no me gustó. No sé si era demasiado joven para apreciarla o es que el esperpento no consiguió ganarme. No te digo que me vaya a poner con ella en breve, pero lo pensaré.
Un besazo
Hola Nitocris.
EliminarTe doy toda la razón, España es un país de pícaros confesos, en el resto de países son pícaros encubiertos. jajaja. El problema es que los españoles siempre criticamos, incluso lo nuestro y no nos avergonzamos de ello. Al menos somos sinceros.
Te recomiendo que pruebes a leerla otra vez.
Nuestro problema es que en los colegios, institutos... etc, nos obligan a leer estos clásicos en una edad en la que no los entendemos o en la que no los valoramos. ¡A mí qué me iba a importar la política de Alfonso XIII!, jajaja, pero los profesores tampoco hacían para que lo entendiésemos, se centraban en el temario y punto.
Por eso te lo recomiendo ahora.
Un besazo.
Genia y figura querida Su, tus reseñas como siempre destellan calidad. Buscaré "Luces de Bohemia" y lo leeré.
ResponderEliminarMuchas gracias Gabriel por pasar a leer y comentar.
EliminarValle-Inclán siempre es un autor muy recomendable para los lectores a los que les guste el teatro. Lo único que sí te recomendaría, si vas a leer esta obra, es que eches un ojo a los acontecimientos que estaban sucediendo en España o Europa en ese momento, porque es la base de la obra de Valle-Inclán. Lógicamente esos datos en Uruguay no tenéis por qué conocerlos.
Un abrazo.
Qué buenísima lectura. Me has recordado a alguna clase de literatura del instituto, con eso de las reglas. Me encanta ver libros de este tipo en los blogs, que siempre solemos centrarnos en las novedades. Besos
ResponderEliminarHola Marisa.
EliminarA mí también me ha gustado muchísimo, sobre todo por ese tono burlesco con el que trata un tema tan serio.
Sobre lo que dices de los libros de los que suele hablarse en los blogs, tienes toda la razón. Muchos blogs se centran en las novedades y dejan de lado los clásicos. A mí de siempre me han gustado los clásicos, pero ahora con el reto Netherfield muchos blogs estamos aumentando estas lecturas. Lo que sí es una pena es que no se lean más autores españoles, parece que mayoritariamente nos lanzamos a los clásicos europeos.
Deberíamos recurrir más a nuestros autores.
Besos