La gran novela de misterio que alumbra el género policiaco moderno.
Traducción de Horacio Laurora
La Piedra Lunar, valiosa joya robada de un santuario hindú y de la que se cuentan toda clase de leyendas maléficas, llega a las manos de Raquel Verinder, heredera de un lord inglés, como regalo de cumpleaños. Sin embargo, después de la cena de celebración la gema desaparece.
El sargento Cuff será el encargado de desentrañar una verdad que permanece oculta tras las diferentes versiones de los hechos que ofrece cada uno de los personajes implicados. Horacio Laurora vierte fielmente a nuestra lengua una obra que, según T. S. Eliot, es «la primera, la más larga y la mejor de las novelas detectivescas inglesas modernas».
La Piedra Lunar, publicada en 1868 está considerada como "la primera novela policial de Inglaterra"; ¿por qué pongo esta frase en cursiva y haciendo hincapié en una localización en concreto?, pues, simplemente, porque en 1841 la publicación del relato del americano Edgar Allan Poe, "Los crímenes de la calle Morgue", ya había sorprendido sentando las bases para las posteriores historias policíacas.
Opinión:
La Piedra Lunar, publicada en 1868 está considerada como "la primera novela policial de Inglaterra"; ¿por qué pongo esta frase en cursiva y haciendo hincapié en una localización en concreto?, pues, simplemente, porque en 1841 la publicación del relato del americano Edgar Allan Poe, "Los crímenes de la calle Morgue", ya había sorprendido sentando las bases para las posteriores historias policíacas.
Curiosamente, tan solo un par de meses antes en Francia, Honoré de Balzac también había publicado la que se considera como primera novela policíaca, esta vez, de la literatura universal: "Un asunto tenebroso".
Hasta aquí parece que queda bastante justificado la puntualización, pero lo cierto es que esa afirmación pueden rebatirla los amantes de Charles Dickens, ya que "Bleak House" (Casa tenebrosa), fue publicada en Inglaterra en 1853, y según se rumorea esta novela llevaba guardada en sus cajones desde fecha anterior a 1842.
Lo que me queda por comprobar es si es cierto que esa novela tiene tintes policíacos y puede calificarse como tal, o simplemente es un amago precoz del género policíaco como también se denominó a "La dama de blanco" de Collins publicada en 1860.
Como curiosidad os diré que, tanto "La Piedra Lunar" como "La dama de blanco", fueron publicadas por entregas en la revista que hasta 1859 se publicaba bajo el nombre de Household Worlds" y que a partir de esa fecha pasó a llamarse "All the Year Round", publicaciones fundadas y dirigidas por Dickens, donde también se publicó "Bleak House".
Y ahora sí, retomemos el comentario sobre este libro.
Wilkie Collins nos ofrece una historia policíaca cargada de intriga y que despertó mi interés desde el comienzo de su lectura por algunos detalles.
El principal es que es totalmente epistolar, algo que ya he mencionado en otras reseñas, y que era muy común en la época.
Para ello el autor emplea como narradores a varios personajes que se irán sucediendo, relatando los acontecimientos y ciñéndose estrictamente a su experiencia personal para que la narración resulte lo más fiel posible. Este modo de narrar múltiple, muy frecuente en la obra de Collins, se debe a su formación jurídica y se aleja de la forma de narrar de la época que recurría a los narradores omniscientes.
Otro punto fuerte y que Wilkie Collins maneja a la perfección es el retrato de los personajes.
Con el uso de las diversas perspectivas, cada personaje nos ofrece una visión subjetiva de cada uno de los integrantes de la historia. De esa forma, y aunque la falta de objetividad al describir pueda parecer, a simple vista, un impedimento; analizando en conjunto todas esas descripciones, el lector se hará un retrato bastante ajustado y fiel de cada protagonista.
En lo que al arco dramático de los personajes se refiere, Collins los crea bastante neutros. No experimentan cambios radicales, porque sus protagonistas tienen un comportamiento natural y la transición que sufren, a consecuencia de los sucesos que experimentan, aparecen muy suavizados; no son excesivamente buenos ni malos.
Por supuesto no puedo olvidar mencionar la compleja trama, cargada de múltiples giros argumentales y de ambientes sugestivos, algo en que el autor vuelve a mostrarse hábil, ya que hasta el aire aparece envenenado de misterio y sospecha.
Una oscura conspiración se desata sobre la familia Verinder, como habéis leído ya en la sinopsis, y todos los personajes se verán atrapados en sus redes.
También vamos a encontrar un gran homenaje al espíritu aventurero, no solo en el argumento en sí y en esos viajes y exploradores que aparecen fruto del afán colonialista británico, sino también a las narraciones basadas en ellos y que florecieron durante la Edad Augusta (s. XVIII), la literatura de viajes y aventuras, empleada muchas veces como medio para criticar la propia realidad desde puntos de vista distinta y que alcanzó su mayor esplendor con la publicación de "Robinson Crusoe" de Daniel Defoe en 1719 y considerada como la primera novela inglesa. Este libro aparece mencionado en numerosas ocasiones, ya que uno de los protagonistas recurre a él como elemento de inspiración.