miércoles, 27 de abril de 2022

Tragedia en tres actos de Agatha Christie

Sinopsis:

Poirot se enfrenta a uno de los casos más desconcertantes de su carrera.

Sir Charles Cartwright debería habérselo pensado dos veces antes de invitar a cenar a trece personas en su casa. Pues la velada concluye con uno de los invitados muerto tras haber ingerido un cóctel en el que no se encuentra ningún rastro de veneno.
Hasta el momento, nada que pueda sorprender al detective belga. 
Lo que sí resulta sorprendente para Poirot es que no haya ni un solo motivo que pueda explicar el asesinato.

Opinión:

Muerte en tres actos o tragedia en tres actos es una novela escrita por Agatha Christie en 1934 que seguro que os va a resultar curiosa por varios motivos.

Su estructura corresponde a la de una obra teatral que, como bien indica el título, está dividida en tres partes. 
La primera parte lleva el título de sospechas, el acto intermedio de certeza, y por último, el tercer acto, de descubrimiento. Estas tres partes se corresponden con la que sería la estructura clásica de una novela, es decir, introducción, nudo y desenlace.
Como es lógico, la introducción está reservada para conocer al plantel de sospechosos, todos esos personajes que, como habréis visto en la sinopsis, asisten a una cena en cuyo cóctel va a aparecer un cadáver. Y es que, un cadáver en el cóctel habría resultado un título de lo más acertado para esta novela.
¿Os acordáis de la película del 76 de Un cadáver a los postres, con Peter Sellers como cabeza de reparto?
En ella se parodiaba las novelas en las que un extraño grupo se reunía en una mansión aislada, siendo uno de esos invitados asesinado. Pues bien, en esta obra de Christie es exactamente lo que ocurre si alteramos el orden de los platos.

En Tragedia en tres actos nos vamos a encontrar con un Poirot algo secundario, además de la sospecha de un doble asesinato, algo que no es frecuente encontrar en las otras novelas de esta autora. 

Poirot va a tener una actuación muy limitada, aparecerá simbólicamente al comienzo, como un personaje más que asiste a la cena, pero que en el acto final sí tiene reservado ese momento apoteósico que todos esperamos y en el que pondrá a funcionar sus células grises, resolviendo finalmente el caso ante unos boquiabiertos compañeros de reparto. 

En el acto intermedio la investigación va a recaer sobre tres personajes. Uno de ellos será el actor Charles Cartwright, el organizador de la cena; otro el señor Satterthwaite, alguien al que veremos aparecer en un recopilatorio de cuentos que se relacionan entre sí, escritos por Christie en 1930 y que lleva el título de "El enigmático señor Quin", y por último tenemos a la señorita Egg Lytton Gore.

El resto de asistentes a esa cena, los que podríamos considerar como sospechosos, se limitan a crear solo un ambiente verídico. Son secundarios con escasa actividad; cuentan con muy poco diálogo y relevancia para la trama, salvo en los momentos en que se les interroga.

Agatha Christie, en esta ocasión, nos plantea un gran reto. 
Nos enfrentamos a un asesino mucho más peligroso de lo que nos tiene acostumbrados, dándonos la oportunidad de descubrirlo sin las interrupciones deductivas del afamado detective belga
Ella nos da las pistas, las va sembrando desde la introducción, y en el momento en que considera que ya hemos tenido tiempo suficiente para averiguar quién y por qué, vuelve a introducir en escena el ego enorme de su detective más famoso.

¿A qué se debió esa alteración en la obra que afectaba al protagonismo del pequeño hombrecillo belga de pomposo bigote y modales remilgados?
Puestos a elucubrar, puede que Agatha Christie harta de que los lectores no pillasen las pistas al vuelo, intentase darnos una ligera ventaja sobre él. Aunque yo me inclino más a pensar que existía alguna discordancia entre la autora y su afamada creación. ¡Vamos! una lucha de egos.

Se sabe que la manía hacia su hijo literario fue creciendo exponencialmente. Hacia 1930 dijo que el personaje era "insufrible", mientras que en 1938 escribió:

¿Por qué habré creado a esta detestable, rimbombante y fatigosa criatura?

Pero estos no serían los únicos halagos que dedicó al gran Poirot, porque en 1960 le catalogó de "detestable, ampuloso, pesado y egocéntrico". 
Digo yo que algo de esa naturaleza le vendría de su madre creadora, porque como dice el refrán "honra merece quien a los suyos se parece". 

Está claro que algo turbio estaba sucediendo y más si consideramos el hecho de que, aunque Poirot falleció en la obra Telón, publicada en 1975, esta historia había sido escrita alrededor de 1940 y guardada en un cajón. 
Parece que las fechas cuadran con la escritura de esta novela de la que hoy os hablo y con una pronunciada crisis de soberbia o ego, algo que debe ser muy frecuente entre escritores, porque igualmente le sucedió a Conan Doyle con Sherlock Holmes. 

Lo peor de todo es que el público amaba a Poirot por encima de sus excentricidades y yo creo que aquí, la gran dama del crimen lo tuvo muy claro, si había que elegir entre ella y el bigotudo con cabeza de huevo, el público elegiría a Poirot.

Ya para terminar, otro detalle que me ha gustado es que la trama transcurre por varios escenarios, es decir, el desarrollo del argumento no se limita a un único lugar como ocurriría en las clásicas historias de cuarto cerrado y los personajes cuentan con más libertad para entrar y salir de escena.

miércoles, 20 de abril de 2022

La casa maldita de H. P. Lovecraft

Sinopsis:

Lovecraft, en su habitual forma de juntar el suspense con lo inexplicable y terrorífico, escribe en esta pequeña novela sobre la casa abandonada del barrio a la que siempre le tuvo miedo. 
Han pasado varios años desde que la casa ha dejado de ser habitable por los rumores que la rondan; rumores que no han sido gratis, pues en esa casa han ocurrido múltiples muertes inexplicables, personas que se han rendido a la locura, embarazos interrumpidos, fétidos olores que la rodean. 
Encantados por los misterios que emana la casa, tío y sobrino se aventuran a encontrar una respuesta, sin importarles lo que puedan perder en el camino.


Opinión:

La casa maldita es una obra corta de H. P. Lovecraft, escrita en 1924 pero que no fue publicada hasta 1937 por la revista Weird Tales, una revista pulp estadounidense de fantasía y terror.
Este relato o cuento corto puede encontrarse también bajo otros títulos como: "La casa evitada" o "La casa embrujada".

La obra comienza como casi todas las que he leído hasta ahora de este autor, describiendo los personajes, los escenarios o como en este caso a la gran protagonista: la casa maldita
De esa forma, con esos capítulos iniciales, descriptivos, lo que consigue Lovecraft es ambientar la acción, crear una atmósfera propicia para cuando comience a desarrollar el relato, al mismo tiempo que predispone al lector, consiguiendo que los hechos sean más creíbles.

En esta obra conocemos a solo dos personajes. 
Uno de ellos va a ser nuestro narrador, del que desconocemos su nombre y que nos hará llegar los hechos tiempo después de que hayan ocurrido, y el otro protagonista es su tío, el doctor Elihu Whipple que le acompañará en la investigación.
Ambos personajes están obsesionados con una casa abandonada, pero digamos que el terror que subyace en esa siniestra casa se reduce a que en ella murieron un número alarmante de personas, todas achacadas por alguna rara enfermedad.

La casa que actúa como protagonista omnipresente y escenario de este cuento breve de solo cinco capítulos, está basada en una casa real ubicada en Providence, Rhode Island, y allí vivió una tía de Lovecraft durante dos años. Hay que decir que la descripción impacta en los lectores, sin embargo, hay que aclarar que fue otra casa en Nueva Jersey la que le inspiró a la hora de escribir la trama.

Este edificio del que os estoy hablando es una casa como la que describe Poe en "La caída de la casa Usher" o la casa Marsten de "El misterio de Salem's Lot" de Stephen King.
Es una construcción de las que llaman la atención de los curiosos. Muestra los rasgos normales de las casas de campo de la Nueva Inglaterra colonial de mediados del siglo XVIII, con tejado puntiagudo, dos plantas y ático, pórtico georgiano y enmaderado todo el interior, tal y como dictaba el recargado gusto de la época.
Con esa visión, no resulta extraño que atraiga las miradas de los curiosos, alzándose como símbolo de lo espantoso y arrastrando un aura maligna que derrama sobre los que la contemplan.
Llegados a este punto debo deciros que no esperéis encontrar una casa encantada en el sentido estricto del término. Porque aquí no vais a oír ruidos de cadenas ni ver luces que se apagan u objetos que se mueven, más que nada porque el terror de Lovecraft no es así. El terror que cultivaba este gran autor es algo más primigenio y que roza la ciencia ficción.

En resumidas cuentas, que la casa tiene una presencia que impone y que va a estar presente a lo largo de todo el desarrollo del argumento, marcando el ambiente, no sé si por la calidad de descriptiva de este autor o por su gran capacidad imaginativa.

Otra cosa que quiero comentar es el homenaje que vamos a encontrar a lo largo del relato, algo lógico porque la pluma de Lovecraft bebe directamente de la obra del admirado autor de terror, Edgar Allan Poe. Ese homenaje, como digo, va a ser constante, incluso podemos llegar a verle pasear por el lugar antes de que lo haga el protagonista.

Una obra muy cortita que sin duda os recomiendo.


miércoles, 13 de abril de 2022

Guerra y paz de Lev N. Tolstói

Sinopsis:

Obra cumbre de Lev Tolstói (junto a Anna Karénina) y de la narrativa del XIX, Guerra y paz constituye un vasto fresco histórico y épico. Con la campaña napoleónica -Austerlitz, Borodinó o el incendio de Moscú- como trasfondo, se narra la historia de dos familias de la nobleza rusa, los Bolkonski y los Rostov, protagonistas de un mundo que empieza a escenificar su propia desaparición.
Hasta hace pocos años, todas las traducciones de Guerra y paz se basaban en la edición canónica de 1873. Sin embargo, en 1983, la Academia Soviética de Ciencias publicó lo que ellos llamaron la «edición original», es decir, la primera versión que Tolstói escribió en 1866. Es la espléndida traducción de ese manuscrito original, de la mano de Gala Arias Rubio, la que publicamos en este volumen.

Opinión:

Guerra y paz o "Bien está lo que bien acaba", que es otro de los títulos provisionales que se le dio en el comienzo, es sin duda, una de las mejores novelas jamás escritas. 
Puede que esta afirmación suene demasiado rotunda y que haya lectores a los que no se lo parezca, pero no podrán negar que su trama, estructura y personajes, la convierten en una de las más complejas y completas, por algo está considerada como obra cumbre no solo de la literatura rusa sino también de la literatura universal. 

La obra.

Lev N. Tolstói dedicó siete años a su planificación y escritura, desde 1862, momento en que aparecen publicados los primeros fragmentos, hasta 1869, cuando se publican los últimos volúmenes. 
También escribió siete versiones y quince veces rehízo el comienzo.
En 1873 volvió a rehacerla al completo, quedando reducida a cuatro volúmenes o partes, siendo finalmente en 1886, tras la última revisión de su esposa, Sophia Behrs, cuando se dio finalmente por terminada.

En los borradores iniciales el autor reflejaba una idea totalmente distinta; el argumento iba sobre un hombre que regresaba a Rusia tras treinta años exiliado en Siberia por haber participado en el alzamiento fallido que coincidió con la proclamación del Zar Nicolas I, pero la cosa de torció y consideró más importante hablar sobre lo que quizás se considera el acontecimiento más glorioso de la historia rusa, la victoria sobre Napoléon
Sobra decir que para el pueblo ruso esta novela ha sido y sigue siendo el gran símbolo de la resistencia, exaltando los valores patrióticos rusos. Tolstói consiguió inmortalizar en ella unos hechos cuyos ecos aún resuenan, es más... durante el sitio de Leningrado en la II Guerra Mundial se vendieron más de medio millón de ejemplares.

Está enmarcada dentro del movimiento literario del realismo ruso y podría abarcar los géneros de la novela histórica, costumbrista, épica, crónica familiar e incluso de aventuras, y es que entre sus páginas vamos a encontrar todo eso y más... historias de amor, actos heroicos y mezquinos y/o personajes buenos y malos, en los cuales su actitud o sus experiencias serán las que marquen la progresión de su arco de transformación.
Pero antes de aventurarme a hablaros precisamente de esto último, que hace referencia a la compleja construcción de los personajes, quiero detenerme a comentar otros detalles que considero también importantes.

Guerra y paz.

Narra el antes, durante y después de las guerras napoleónicas a través del día a día de dos o tres familias rusas. En el número los críticos y reseñadores no se ponen de acuerdo.
Yo creo que si analizamos el libro en su totalidad, observando la presencia y peso en la trama de todos los miembros que componen cada una de ellas, el número quedaría reducido a dos: 
La familia de los Bolkonsky y la de los Rostov
Ahora bien, hay un personaje muy importante, Pierre Bezújov, que pertenecería a esa tercera familia a la que hago referencia. Él va a ser el encargado de hacer de nexo de las otras dos, aunque el resto de sus parientes no sean muy importantes o tengan poco desarrollo. 

Al mismo tiempo, y aunque la nómina de personajes es muy extensa, para mí, los tres protagonistas indiscutibles son: Andrei Bolkonski, Natasha Rostova y el ya citado, Pierre Bezújov. 
El resto de ese elenco va a dividirse entre incidentales y ambientales. 

Lógicamente cuando hablamos de una obra tan monumental como esta, tan leída y reseñada, habrá disparidad de opiniones sobre todos y cada uno de los aspectos técnicos y formales.

Crisis y Críticas.

Y ahora, cambiando un poco de tercio...
Tolstói a lo largo de su vida sufrió varias crisis morales y espirituales y eso le llevó a hacer una dura crítica hacia la clase aristocrática a la que pertenecía.
Desde el primer capítulo vamos a ser testigos de su extraordinaria destreza a la hora de describir a esa clase social, rechazando los valores que la guiaban y mostrándola como vanidosa, frívola y superflua. Estaba obsesionado con mejorar la vida de los más pobres, de los mujiks, campesinos sin tierras ni propiedades, y ese pensamiento vamos a ver como lo vuelca y desarrolla en el personaje de Pierre Bezújov, siendo éste el encargado de transmitírselo posteriormente a Andrei Bolkonski. 
Ese pensamiento altruista y totalmente desinteresado del autor va a ser algo recurrente a lo largo de toda su obra, incluyendo Ana Karenina o Resurrección.

Los pilares de la obra: los personajes

Pero si hay algo que me ha llamado la atención y que abarca toda la producción literaria de este escritor, sobresaliendo por encima de otros detalles, es la gran evolución que experimentan los personajes y la intensidad de sus sentimientos.
Ellos son la columna vertebral sobre la que se mantiene en equilibrio perfecto la trama. Son ideados y moldeados poco a poco, los hace crecer mientras los lectores disfrutamos con esa transformación pausada. 
Al principio aparecen como una roca basta y terminan simulando una escultura de Giovanni Battista Lombardi, dotados de una gran delicadeza e infinidad de matices. 
Haciendo brillante ejercicio de estilo literario, que incluye su construcción, van cambiando según avanza el tiempo, y no me refiero a que el paso de las estaciones haga mella en ellos, que entren en escena con la dentadura completa y el cabello perfecto y acaben el libro desdentados y calvos. A lo que me refiero es que su transformación no solo afecta al exterior, sino que, como humanos que son, cambian en su forma de pensar y actuar, su moralidad varía dependiendo de los hechos en los que toman parte.

Respecto a los reales... se van a mezclar con los ficticios, y sorprende que esos grandes protagonistas de las guerras napoleónicas que son Napoleón y el Zar Alejandro I, pasan por aquí como secundarios, con un papel meramente incidental. Solo forman parte del marco escénico, de esos acontecimientos reales que sirven para aportar realismo y ubicarnos en una etapa histórica en concreto.

El escritor, al igual que hizo en Anna Karenina, construye una obra brillante, interrelacionando personajes y reservándose para sí mismo el papel más importante, ya que no solo va a ser el creador sino que también actúa como narrador omnisciente, inmiscuyéndose en nuestra lectura. 
Está claro que el relato es subjetivo, vemos los hechos como el quiere, para algo es su relato, pero en el momento de las batallas, cuando los personajes no pueden aportar datos objetivos, él nos ofrece un análisis detallado de las acciones de los jefes militares. 

En resumidas cuentas, si es que se puede resumir una obra así...

Tolstói pinta un gran cuadro, como el Bosco con el jardín de las delicias
Nos describe a toda la sociedad rusa, haciendo especial hincapié en una clase aristocrática, hipócrita y superficial, pero también al hacerlos evolucionar nos muestra un amplio abanico de personalidades con sus luces y sus sombras, sus defectos y virtudes, hablándonos incluso del amor en todas sus formas.
No sé cuántos personajes secundarios tiene, ni si alguien se habrá detenido a contarlos, pero insisto, esta obra es monumental y se ha ganado con creces estar entre las mejores de la literatura Universal.

martes, 5 de abril de 2022

El fantasma de Canterville de Oscar Wilde

Sinopsis:

Es una parodia de los relatos de terror en la que un embajador americano Hiram B. Otis se traslada con su familia a un castillo encantado en Inglaterra.
 
Lord Canterville, dueño anterior del castillo, le avisa de que el fantasma de Sir Simon de Canterville pulula por el castillo desde que este asesinó a su esposa Lady Eleonore de Canterville. Pero el Sr. Otis desoye sus advertencias. 

Así, la familia americana de mister Hiriam B. habitan en la mansión, burlándose constantemente del fantasma debido a la indiferencia de estos ante los sucesos paranormales.

Opinión:

"Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver"

Esta frase no es que la diga yo, según dicen es del actor James Dean, pero a mí me sirve para comenzar esta reseña sobre un autor que se ajusta a ese lema, el gran Oscar Wilde.
Este relato corto, que tan solo cuenta con siete capítulos, lo he elegido para el reto de clásicos "Todos los clásicos grandes y pequeños" porque se adapta a la premisa de autor que falleció antes de cumplir los 50.

Oscar Wilde está considerado como uno de los dramaturgos más importantes del Londres victoriano tardío. Fue una celebridad de la época gracias a su gran ingenio, pero también por la polémica que le persiguió tras su encarcelamiento y, lógicamente, por su temprana muerte.

Esta obra fue escrita en 1887 y ha sido adaptada al cine en varias ocasiones, siendo una de las más leídas del autor. En ella encontramos una especie de sátira social, presentando una crítica hacia la encorsetada sociedad inglesa del siglo XIX y también hacia la joven sociedad norteamericana, la cual solo ve satisfacción en el dinero.

La familia Otis llega de E.E.U.U. y compra el misterioso Castillo de Canterville tras ser avisados por su propietario, Lord Canterville, de que la hacienda está embrujada y que un antepasado suyo, Sir Simon, deambula por la mansión. Pese a la advertencia, que hay que señalar que Míster Otis no cree en ningún momento, éste adquiere el inmueble, dejando claro que con fantasma incluido.

El relato está cargado de comentarios irónicos y situaciones cómicas que nos llevan a ver el contraste cultural entre la modernidad americana y la sobria y tradicional Inglaterra.
El pobre espectro de Sir Simon, que nunca ha hecho distinciones sociales a la hora de asustar, se ve perseguido, siendo presa de las burlas de esa nueva familia que ahora ocupa su hogar; unos bárbaros sin cultura, que han entrado en el castillo tirando por tierra su brillante carrera de fantasma, respaldada por trescientos años de sustos.

Es una obra juvenil, con pequeños y sutiles toques de terror, lo que ocurre es que al contrario de las obras góticas o de horror clásico escrito en esa época, el que se va a asustar no es el lector, y frase a frase, hecho a hecho, vamos a situarnos en favor del pobre Sir Simon. Porque ningún europeo de buena familia sería capaz de injuriar y atentar groseramente contra un fantasma de alta cuna y recio abolengo. Aquí, en Europa, seguimos respetando la sangre azul, aunque en este caso sea transparente.

Os animo a leer al genial Oscar Wilde porque estoy segura de que disfrutaréis de su ingeniosa prosa e incluso me arriesgo a decir, que esta historia os sabrá a poco.

miércoles, 30 de marzo de 2022

El secreto de Riverview College de Susanne Goga

Sinopsis:

Londres, 1900. 
Tras la muerte de sus padres, Matilda Gray prometió convertirse en una mujer fuerte e independiente y por fin ha logrado su sueño de ser profesora en una escuela exclusivamente femenina, el prestigioso Riverview College. Cuando su estudiante favorita, Laura, deja de acudir a clase, Matilde presiente que la muchacha está en peligro. Su desaparición fue demasiado repentina y las excusas de su tutor legal demasiado endebles. 
Un mensaje escondido en una postal llegada de Italia pone a Matilda sobre la pista de la chica. Su investigación la conduce hasta el historiador Stephen Fleming y, junto a él, a un antiguo secreto oculto en los más recónditos rincones de la ciudad.

Opinión:

Hace dos o tres años que entré en contacto por primera vez con Susanne Goga a través de El misterio de Chalk Hill, la premisa de esa historia me convenció desde el principio porque tenía claras reminiscencias de Otra vuelta de tuerca y de Jane Eyre. Tras finalizar su lectura me quedó una sensación muy placentera porque aunque lejos de poder compararse con las obras clásicas anteriormente citadas, sí tenía ese halo de misterio y el ambiente gótico que yo esperaba encontrar.
En cuanto vi que esta nueva novela salía a la venta, no me lo pensé dos veces porque sabía que el entretenimiento estaría asegurado.

¿Qué nos ofrece Susanne Goga en esta nueva novela?, pues un misterio, intriga, un personaje femenino a la altura de las situaciones, algo de romance y mucha Historia, porque en este libro los hechos históricos y los personajes reales van a convivir y a mezclarse con los ficticios.

El libro comienza con un capítulo fugaz en el Londres de 1665. Tras esa breve introducción la narración nos traslada hasta el mismo escenario, pero en 1900, justo en los últimos años del reinado de la reina Victoria. Con lo primero que vamos a encontrarnos es con un misterio, como indican en el título.
Tras la desaparición repentina de una de las mejores alumnas del prestigioso Riverview College, Matilda Gray comienza una investigación que la llevará desde los muros del colegio hasta los rincones más ocultos de la ciudad.

La ambientación es un componente esencial de esta obra. Los escenarios por los que se mueven los personajes aparecen recubiertos de un halo gótico que nos atrapa. No es solamente la forma de narrar o lo que cuenta, es la forma de transmitir o de describir ese ambiente. 
Los lectores somos transportados al pasado, quedamos suspendidos en el tiempo, enlazados a unos personajes que están experimentando unas vivencias intensas.
Vamos a pasear por calles solitarias y callejones oscuros envueltos en niebla; escucharemos el eco de sus pasos; vamos a investigar en el interior de una casa que destila soledad, pero sobre todo, vamos a tener mucha superstición mezclada con folclore.

Os he mencionado un poco más arriba que los personajes reales y ficticios iban a pasear de la mano por las páginas de esta novela, ese detalle aporta el toque de credibilidad necesario a la trama. 
Entre esos personajes citados vamos a encontrarnos con Jack el Destripador, que aunque su radio de acción ocurre doce años antes, el terror de esos acontecimientos aún perdura en el recuerdo. También aparecerá citada la famosa matemática, Ada Lovelace, considerada como la primera programadora; Emily Hobhouse, activista contra la guerra en Sudáfrica; Florence Nightingale, precursora de la enfermería moderna o al famosísimo y controvertido Oscar Wilde.

Tampoco puede faltar, tratándose de una maestra, otro guiño a Jane Eyre. Esta vez bastante más pronunciado que el comentado al comienzo y que aparecía en El misterio de Chalk Hill. Me ha gustado encontrarlo porque aporta también un poco de tensión al romance.

La narración, en general, tiene un ritmo pausado, eso contribuye a que no nos perdamos en el hilo de la investigación y nos llega de la mano de una prosa sencilla, pero no descuidada.
Es una novela que os recomiendo; con una investigación y un desarrollo que se va complicando según avanza el argumento; con unos personajes interesantes y unos datos históricos que amenizan una trama repleta de envidias, mentiras y traiciones que se remontan hasta el siglo XVII. 

jueves, 24 de marzo de 2022

Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo

Sinopsis:

Historia de una escalera es una de las creaciones más relevantes del gran dramaturgo español Antonio Buero Vallejo. El valor de esta pieza teatral recae en que representó el punto de inicio de una nueva manera de entender, componer y representar el teatro en España, siguiendo la renovación que tenía lugar en este género en la Europa de mediados del siglo xx.
Esta obra ejemplifica cómo su autor defendió un concepto moderno de la tragedia para crear obras que continuaran interrogando al espectador sobre los deseos, las frustraciones o las limitaciones que acompañan la existencia humana.
Buero Vallejo pretendía enfrentar al público con la realidad social de su tiempo y también ante los grandes interrogantes de la condición humana.

Opinión:

Hoy de nuevo traigo hasta esta estantería virtual una obra de teatro. Reconozco que es un género literario que me gusta y me entretiene muchísimo, pero al que no suelo recurrir con frecuencia.
Las obras de teatro poseen esa inmediatez o agilidad que le proporcionan los diálogos, recursos de lo que en cambio carecen otros géneros. 
Hoy os hablo de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, pero permitidme que antes de empezar con ella os hable un poco de los hechos que la precedieron.

Tras la Guerra civil, el panorama teatral español era bastante pobre debido a que muchos autores habían desaparecido, como Valle-Inclán que fallece en enero del 36 o como Lorca que lo hacía a manos de la intransigencia en los primeros días de la Guerra civil. 
Otros autores se exiliaron, y los que permanecieron en España tuvieron que enfrentarse a la rígida censura y al aislamiento cultural provocado por la situación política. 
El teatro que triunfa en ese momento es el teatro de tradición que sigue la línea de la comedia burguesa de Benavente, un teatro muy comercial que buscaba ante todo evadirse, predominando las comedias de salón, con situaciones frívolas y superficiales que intentaban vender un mundo falso, pero feliz y confortable. 

Antonio Buero Vallejo estrena Historia de una escalera, su primera obra, en 1949, ofreciendo un nuevo estilo y regenerando totalmente el mundo teatral, también podemos decir que abriendo las puertas al teatro realista social, un estilo que huyendo del anterior, busca algo más que ser un mero pasatiempo. Este autor va a ofrecer una historia de testimonio o de protesta, pero que logra sortear las tijeras de la censura.
Va a presentar a un elenco de personajes corrientes, trabajadores frustrados por la situación que les toca vivir, oprimidos por la vida y por la sociedad.

En Historia de una escalera no aparecen héroes, tan solo son personajes mostrando el día a día y unas tremendas ansias de superación, mientras ven como el tiempo pasa sin que nada cambie.
Se divide en tres actos y nos sitúa en una escalera de una comunidad de vecinos, en un barrio humilde de Madrid.
Vamos a tener muy pocos personajes, el elenco principal se reduce al triángulo amoroso entre Urbano, Carmina y Fernando, pero el resto de personajes que se mueven a su alrededor, resultan indispensables para el desarrollo de estos.

En el primer acto vamos a conocerles de jóvenes. Sabemos, pues no se habla de ella, que la Guerra civil ha debido terminar, pero desconocemos el momento o el año exacto en el que están. En el segundo acto la historia dará un salto de diez años, y por último, en el tercero veremos como el tiempo se les ha echado encima sin darles un respiro, al dar la trama otro salto hacia adelante de veinte años. 

Carmina es una joven sin grandes aspiraciones que se limita a hacer lo que se espera de ella. Representa a la familia, al matrimonio...
Fernando y su mundo de fantasía, simboliza la ambición, al beneficio sin esfuerzo, mientras vemos como el tiempo pasa sobre él y su falsa palabrería. 
Por último, Urbano encarna el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo bien hecho y el amor sincero.
Podría decir también que Fernando es alguien que va por libre aunque termina dependiendo de los demás, todo lo contrario de lo que es Urbano, alguien preocupado siempre por el beneficio general y que no duda en sacrificarse.

A parte de estos tres protagonistas vamos a tener al resto del elenco secundario del que ya os he dado una ligera definición al comienzo. Todos estos personajes tienen su propia historia detrás y sirven para que nos hagamos una idea clara de como es la sociedad o el ambiente al que pertenecen los protagonistas.
Pero os habréis dado cuenta de que la obra no se titula una historia de vecinos o un triángulo amoroso, y eso es porque realmente la gran protagonista es la que da título a la obra de teatro.

La escalera, además de ser el escenario principal actúa como un personaje omnipresente. Todos los vecinos suben y bajan por ella mientras pasa el tiempo, siendo éste el otro gran personaje inanimado que nos va a acompañar de fondo.

“¡es que le tengo miedo al tiempo! Ver cómo pasan los días, y los años..., sin que nada cambie.” 

Esta obra nos va a mostrar la realidad a la que se enfrentaron millones de españoles tras la Guerra civil. La preocupación por el presente y sobre todo por lo que les deparará el futuro. 
Buero Vallejo ofreció un teatro inconformista, comprometido y crítico con la realidad social. Una historia que esconde una crítica sesgada pero hábil hacia el franquismo.
Una maravilla de lectura que seguro que os va a encantar porque por ella no ha pasado el tiempo. 
Como curiosidad os puedo decir que en su primera escena se tratan los mismos temas que nos están afectando hoy en día, como la carestía de la vida y la subida desorbitada del precio de la luz.


lunes, 14 de marzo de 2022

Vera de Elizabeth von Armin

Sinopsis:

La joven e inocente Lucy Entwhistle acaba de perder a su padre —hasta el momento, su única compañía— cuando conoce por casualidad al viudo Everard Wemyss. Maduro, atento y caballeroso, Wemyss la protege y la guía como solía hacerlo su padre. Cuando pasados unos días le pide matrimonio, Lucy, confundida y desamparada, acepta. Sin embargo, una sombra creciente empaña su felicidad: el fantasma de Vera, la primera esposa de Wemyss, que falleció en extrañas circunstancias.
Inspirado en la propia experiencia de la autora y publicado anónimamente en 1921, este clásico del suspense psicológico, indiscutible precedente de Rebecca, de Daphne du Maurier, explora el lado más inquietante y tenebroso del matrimonio.

Opinión:

Vera, de Elizabeth von Armin, es una obra publicada en 1921. Fue publicada de forma anónima, quizás por el tema controvertido que trataba y por contener una gran carga autobiográfica. Al igual que ocurría en Elizabeth y su jardín alemán, la autora refleja en el texto su desastroso segundo matrimonio.

Lo primero que quiero deciros es que esta historia de Mary Annette Beauchamp, nombre real de la autora, me ha gustado de principio a fin. 
Vera no tiene nada que ver con la anteriormente citada, al menos en lo que se refiere a la forma de escribir, porque en esta se nota una gran evolución en el estilo. Destaca en que tiene una prosa muy cuidada y detallada, buscando en todo momento tocar la fibra sensible del lector.
Lo que sí tienen en común es que ambas entonan un canto a la libertad de la mujer y en contra de la represión que ha sufrido a lo largo del tiempo.

Lucy es una joven que acaba de perder a su padre. El único familiar que le queda es una tía soltera, ya anciana, y en ese momento entra en escena Everard Wemyss
Aprovechándose de la juventud de Lucy, de su falta de experiencia, de ese aislamiento social que sufre por carecer de una familia que vele por sus intereses y/o de la indefensión que produce el duelo, el susodicho toma las riendas de la situación, algo totalmente surrealista, y se introduce en la vida de la joven como elefante en una cacharrería.

La atmósfera asfixiante que consigue recrear la autora invade por completo la narración y es el punto fuerte de esta novela.
Con cada capítulo vamos viendo como Wemyss ejerce un control absoluto sobre Lucy, la protagonista principal, que va desapareciendo bajo su terrible influjo. 
Everard Wemyss es un maltratador, un narcisista patológico que anula al completo la personalidad de la joven desde los primeros compases de la lectura. 
Mientras que él, a base de humillarla, va creciéndose en cada página, Lucy experimenta totalmente lo contrario; el miedo que siente, el deseo de complacer, por evitar cualquier ofensa o enfrentamiento, la va haciendo cada vez más pequeña.

Vera, el personaje que da título a la historia, va a ser como Rebeca en la obra de Daphne du Maurier, y la casa, al igual que sucedía con Marderley, también va a contar con un protagonismo importante a lo largo de sus 335 páginas, ya que será el testigo de todos los sucesos, tanto anteriores como posteriores.

A estos cuatro personajes se suma otro, también muy importante en la trama, la tía Dot, hermana del padre de Lucy.
Este personaje a pesar de ser secundario, es un gran personaje; encantadora, amable y comprensible, pero que se ve abrumada por los acontecimientos y cualquier medida que intente tomar se revierte en su contra por el poder manipulador de Wemyss. 

En los últimos capítulos la trama se intensifica, casi podría decir que se vuelve incómoda para el lector, porque logramos penetrar en la mente enferma y retorcida de Wemyss. 
Esos capítulos son soberbios, no solo por las frases o el modo de actuar de los personajes, sino también por sus silencios. Los lectores hemos sido testigos desde el comienzo de esta tóxica relación, yendo siempre un paso por delante, pero sin poder tomar ninguna medida.

Una novela muy valiente que no dudo en recomendaros.


jueves, 3 de marzo de 2022

Señor de la danza de Andrew M. Greeley

Sinopsis:

Están por encima de toda sospecha. Los Farrell son una familia intachable. La capa de honorabilidad que los cubre oculta a la perfección los tortuosos secretos agazapados tras su perfecta imagen de seres respetabilísimos. 
El pío sacerdote cuyo programa de televisión es uno de los de más audiencia del país; la pelirroja y todavía atractiva Brigid, alma de la familia; el digno profesor universitario, llamado a ocupar el cargo de Gobernador; el héroe desaparecido cuando sobrevolaba China, en misión especial, de espionaje, y que al parecer dio su vida por su patria. 
Constituyen Los Farrel una dinastía modelo, orgullo de la nación. Sin embargo, esa impecable tramoya empieza a tambalearse cuando alguien se pone a hurgar en el pasado. Lo irónico es que ese alguien es el miembro más joven de la familia: la bella, curiosa e inquieta Noele, que al profundizar en la historia de los Farrell se convierte en una seria amenaza. Los adultos comprenden que, si Noele descubre ciertas verdades, el desastre será completo. Porque, a pesar de su poder, de su influencia, de su riqueza, la familia Farrell también tiene que someterse a las leyes divinas. y a las humanas. Aunque a ellos se les hubiera olvidado. Sin hacer caso de las advertencias, Noele sigue con su investigación y no tarda en levantar la tapa de una caja de Pandora de la que, automáticamente, empiezan a salir los inconfesables pecados de los Farrell: sus vicios e inmoralidades, sus aberraciones y lujurias, las envidias, los celos, el odio. ¿el asesinato! Noele afronta el riesgo de pagar cara su audacia, mientras el escándalo se cierne sobre la familia, convertido en bomba de relojería que, de estallar, los arrasará a todos irremisiblemente.

Opinión:

Este libro, publicado en 1985, fue una de esas adquisiciones que mi madre hizo a través de Círculo de lectores. No recuerdo la edad que tenía cuando lo leí por primera vez, pero sí recuerdo que era verano y que su argumento me enganchó con solo leer la sinopsis. Después volvió a ocupar su sitio en la estantería, hasta que estas navidades reparé de nuevo en él. Reconozco que con premeditación, nocturnidad y alevosía se vino conmigo, y planifiqué que sería una de las relecturas de este año.

La impresión que me ha dejado, a pesar de que ha llovido mucho entre lecturas, sigue siendo la misma: es una buena novela, no voy a decir que soberbia, porque no es así, pero entretiene y engancha, y eso para mí es más que suficiente. 
Creo que es una obra que ha envejecido bien. Tiene ese toque de las narraciones americanas de los años ochenta, que describen la sociedad burguesa con ese ansia por destacar, por crecer, enterrando por el camino a todos los que se pongan por medio e impidan el ascenso.

Si alguno de vosotros quiere leer Señor de la danza, probad en tiendas de segunda mano o en bibliotecas, porque creo que está descatalogado.

Y dicho esto paso a hablaros de lo que realmente importa.

Hay varias cosas que llaman poderosamente la atención. 
Lo primero, lógicamente, son los datos que ofrece la sinopsis. 
Debo deciros que ese resumen es a la vista bastante extenso, pero solo revela lo justo. Un buen ejemplo que debería inspirar a las editoriales actuales.
Otro detallito es que su autor era un sacerdote y sorprende muchísimo no solo el argumento de sus obras, sino que se maneja con gran soltura hablando de lo humano y lo divino, sin olvidar reflejar un tema del que debía tener un amplio conocimiento, los pecados capitales. 

La novela, ya lo habéis visto por la sinopsis, nos habla del clan Farrell; una familia católica de origen irlandés, ahora afincados en Chicago y que parece que son portadores de una maldición que persigue a todos sus miembros y que puede recordarnos en algunos momentos a la familia Kennedy, por mucho que el autor se empeñe en dejarnos una nota aclaratoria, al comienzo, indicando que los personajes que pueblan el relato son absolutamente ficticios y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. 

El clan está encabezado por Brigid, la matriarca que vino de Irlanda y su actual marido Burke. 
Después están los dos hijos de Brigid, fruto de su primer matrimonio, y que son monseñor John y Roger, un profesor de universidad que aspira a ser gobernador. 
Roger a su vez está casado con Irene, la típica mujer florero a la que nadie toma en serio. De este enlace, y para ir terminando con el árbol genealógico, está Noele, quien va a actuar como detonante, destapando toda la historia y enlace entre los personajes.

Noele a veces percibe y siente cosas sin que nadie las diga, y esa intuición o curiosidad va a ser la llave que abra los armarios donde los Farrell guardan sus esqueletos. 
La historia va a dar comienzo con lo que parece una pequeña y sencilla investigación para un trabajo escolar. La intuición de Noele, ante las extrañas reacciones que despiertan sus preguntas en algunos miembros de la familia, la va a llevar a sospechar de que su familia está cargada de secretos.

Cada uno de los personajes tiene un hilo propio y van a ir cruzándose al tiempo que la joven investiga. De esa forma, según avanza el relato, que sucede en la década de los ochenta, también se va a ir reconstruyendo el turbio pasado. 

En esta novela el protagonismo va a ir recayendo sobre todos los citados, ya que como he dicho, cada uno de ellos tiene su hilo narrativo, pero sí es cierto que Noele, al ser el medio empleado para ir despejando los secretos, parece que cuenta con una mayor actuación.
De ella he de decir que no me ha gustado mucho su perfil. Eso no quiere decir que sea un mal personaje, pero su comportamiento, para mí gusto, resultaba demasiado adulto. Quizás, si le hubiesen puesto cinco o seis años más, su modo de actuar dejaría de parecerme la nota discordante.

El resto del elenco protagonista cumple con su función. Son los encargados de ir descolocando las piezas del puzle y sembrando intriga en el argumento.
Para sembrar esa intriga, el autor se vale de la estructura de la obra; capítulos muy cortos, cada uno de ellos correspondiente a un personaje, que harán que vayamos saltando por la narración dejando en vilo al lector.

Y poco más os puedo decir, salvo que ha sido de nuevo una buena experiencia lectora. 
Este libro puede llevaros a recordar, por el estilo o por detallitos del argumento, a otros escritos en la década de los ochenta y noventa en los Estados Unidos, momento en que esas historia obtuvieron un gran éxito, describiendo a familias con una supuesta reputación intachable, siempre envueltas en un halo de glamour, pero que luego, tras apagarse las cámaras, descubrían la red de mentiras e hipocresía, sobornos e incluso asesinatos, cimientos de ese selecto imperio de los poderosos.

jueves, 24 de febrero de 2022

Asesinato en la mansión Darwin de Marion Harvey

Sinopsis:

Tras escucharse el sonido de un disparo a medianoche, Philip Darwin es encontrado asesinado en su estudio; su esposa Ruth aparece junto al cadáver con un arma en la mano. En la mansión se encuentra también —además del personal de servicio y el secretario de Philip—, el antiguo prometido de Ruth, Carlton Davies, que había acudido a la casa tras una desesperada llamada de su antigua amada. En estas circunstancias, todas las pruebas materiales apuntan a que la señora Darwin ha cometido el crimen —a las que hay que añadir la certeza de que nunca ha amado a su esposo, pues había sido chantajeada por él para contraer matrimonio—. No obstante, su amado Carlton la considera inocente, pues la joven insiste en que ella no es la asesina de su esposo. 
En su desesperación, Carlton acude al detective McKelvie, gran admirador de Sherlock Holmes, quien deberá ir desentrañando el misterio de tan enigmático crimen para ir descubriendo paulatinamente cómo todas las personas del entorno de Darwin se convierten en posibles sospechosos

Opinión:

Hace unas semanas, en la reseña de Maximilien Heller, mencioné que había comenzado el año con lecturas que se relacionaban directa o indirectamente con Sherlock Holmes, pues bien, este es el tercer título que apareció citado en ese comentario y del que os prometí que hablaría en breve.
El detective contratado para resolver este caso tan singular, Asesinato en la mansión Darwin, es McKelvie, un gran admirador de Sherlock, dotado con aptitudes similares y que como él utiliza su ingenio y habilidad para resolver el caso, dando como resultado que la justicia caiga con puño de acero sobre el culpable al final del relato.

Esta obra policíaca publicada en 1922 se incluye en la colección Noir de la editorial dÉpoca, editorial que no dudo en recomendaros, no solo por la calidad de sus publicaciones sino también por la de las narraciones que recuperan. En este caso incluye un prólogo excelente sobre las historias de cuarto cerrado.
Pues bien, la novela fue escrita bajo el seudónimo de Marion Harvey, y hoy en día, a pesar de que se cumplen cien años de su publicación, seguimos sin conocer la identidad de su autor. 

Marion Harvey nos ofrece el clásico misterio de cuarto cerrado planteando varias dudas desde el comienzo; quién lo hizo y por qué, son dos de ellas, pero quizás la más importante y sobre la que se centra el foco de atención es la de conocer el método que utilizó el malhechor para escaparse de una habitación cerrada sin ser visto, es decir, el cómo.

Asesinato en la mansión Darwin nos transporta hasta la ciudad de Nueva York en los años veinte y contiene pequeños toques de novela negra que nos recuerdan a las revistas pulp, apareciendo situaciones y personajes que se mueven por los bajos fondos.

El relato de los hechos nos llega en primera persona y el encargado de hacerlo será Carlton Davies, personaje y testigo de los sucesos.

Ruth, el personaje femenino, aparece junto al cadáver de su esposo, Philip Darwin, con un arma en la mano. Carlton, antiguo prometido de Ruth y que se encuentra en ese momento en la mansión, considera inocente a Ruth, a pesar de las evidencias existentes, motivo por el que decide contratar al detective Graydon McKelvie.  Como podéis ver un comienzo bastante interesante con un triángulo amoroso como eje principal de la novela. 
A esta trama se le irán uniendo más personajes, tampoco muchos, pero desde este punto he de decir que se prioriza la investigación sobre las descripciones de los personajes, que aunque aparecen perfilados de forma correcta y aportando los datos básicos para que nos hagamos una idea de cómo son, tampoco es que el autor se recree mucho en esos aspectos.

Los primeros capítulos se centran en la encuesta preliminar, es decir, una especie de investigación previa y superficial en el escenario del crimen, gracias a la cual vamos a conocer a los principales testigos y posibles sospechosos.
 
El argumento según avanza se va complicando, algo que por lógica debería ser al revés. Lo normal es que las incógnitas se vayan despejando al tiempo que avanzamos, pero aquí nos encontramos con un autor o autora con ganas de complicar el argumento, incorporando pistas, datos y/o sucesos con los que no contábamos al comienzo. 
Por este último motivo podríamos decir que se salta un poquito las normas del aclamado Detection Club, y actúa de forma un poco tramposilla. 
El Detection club ya sabéis que fue fundado entre 1929 y 1930 por autores de novela enigma ingleses, para evitar precisamente eso, el juego sucio en la escritura, y que los lectores contasen con las mismas oportunidades que los protagonistas a la hora de resolver el enigma.

En esta historia el argumento da tantas vueltas e incorpora tantas circunstancias inusuales, coincidencias y casualidades, que al final me quedé descolgada de la trama e iba como el coche escoba en una carrera ciclista.
Solo Graydon McKelvie estuvo a la altura de la investigación, ya sabéis que como sabueso no soy muy fiable, y gracias a él, a esos datos que como detective pillaba al vuelo y a su detallado análisis de las pistas, logré enterarme de quién, cómo y por qué se había cometido el asesinato.

En resumen... 
Es una obra que me ha gustado, no lo puedo negar; está muy bien escrita e incluso el caso resulta bastante original dejando al lector con la boca abierta, eso sí, no podemos obviar el hecho de que el autor/a no deja de sacarse cosas del tintero.
También he de decir que soy una gran enamorada de las novelas de la Golden Age que transcurren en los lujosos salones londinenses o en los preciosos pueblecitos que siembran la campiña inglesa, y esta historia, para mi gusto, carece de ese brillo y glamour inglés.

miércoles, 16 de febrero de 2022

Elizabeth y su jardín alemán de Elizabeth von Arnim

Sinopsis:

Ambientada en un jardín de la región alemana de Pomerania, la novela es el relato en primera persona de una joven mujer que ve en las plantas y en los árboles una imagen de feliz rebeldía en contra de las reglas sociales de su tiempo. Casada con un noble prusiano, a quien vamos a conocer como «el hombre airado», Elizabeth sabe que, puertas adentro, la esperan un sinfín de criados a los que hay que orientar, unas comidas interminables con huéspedes aburridos, unos muebles austeros que comen luz y crían polvo. Fuera, en cambio, está su jardín, están los libros que ella ama leer sentada en la hierba y están sus tres hijas pequeñas, que comparten con ella este paraíso terrenal. Este espacio consagrado a la naturaleza se convierte así en un lugar de libertad y reflexión, un territorio donde el placer anda del brazo de la vida, y donde el talento de Von Arnim se expresa con sus mejores armas.

Opinión:

Esta novela publicada en 1898 se convirtió en un gran éxito de ventas. Su autora, Mary Annette Beauchamp, optó por firmar bajo seudónimo y eligió para ello el nombre de Elizabeth von Arnim. El resto de obras que publicó posteriormente aparecieron bajo el mismo seudónimo.

Llegué hasta esta obra de forma indirecta. 
Viendo el gran éxito que estaba alcanzando otra novela suya que ha sido publicada recientemente ,"Vera", y que adquirí en una plataforma digital, quise conocer más de la autora y busqué sus otras historias en eBiblio, ya sabéis, el servicio de préstamo de libros electrónicos en línea ofrecido a través de las bibliotecas públicas españolas, un recurso que recomiendo al cien por cien.
Allí encontré algunas de ellas para descargar y opté por esta de Elizabeth y su jardín alemán, ya que las valoraciones eran muy positivas.
Debo decir que esta primera incursión en la obra de esta autora me ha dejado un sabor agridulce. Aunque me ha gustado, no ha cumplido con mis expectativas, ahora paso a contaros por qué.

Elizabeth 

La novela es muy breve, solo tiene 160 páginas, pero algunos pasajes se hacen un poco tediosos.
Elizabeth von Armin nos habla de una mujer que vive completamente volcada en su jardín y en la lectura de sus libros, algo que sus allegados y la sociedad que frecuenta no ve con buenos ojos. Se compadecen de ella, por una soledad buscada que no comprenden y que ella se ve obligada a justificar.

En la gran casa vive con su esposo, al que conoceremos con el sobrenombre de el hombre airado, y con sus tres hijas, personajes de los cuales tampoco conoceremos el nombre ya que las llama de forma familiar como niña de abril, mayo y junio. Esto último que acabo de mencionar ya nos indica que la protagonista tampoco es perfecta, aquí no se salva ni Dios, y tiene demasiadas excentricidades.
Ya para terminar con este apartado resumen sobre su vida, como buena ama de casa burguesa tiene la responsabilidad y/o la obligación de recibir visitas, unas visitas que permanecen demasiado tiempo y desbarajustan su modo de vida.
 
“Me horrorizan el cotilleo y los enredos de todo tipo. La lengua de una mujer es un arma mortífera y es lo más difícil que hay en el mundo de mantener a raya, y las cosas se le escapan con una facilidad pasmosa en el momento justo en que debiera estar más callada.” 

Esta autora utiliza a la protagonista o se utiliza a sí misma, porque parece que la obra tiene tintes autobiográficos, para hacer una crítica de la sociedad, pero al igual que en otras historias de la época vemos ese reflejo social a través de los ojos de alguien que no las acepta, en esta narración breve, Elizabeth crítica pero luego se deja llevar por la corriente y actúa de igual modo, es decir, ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga que tiene ante el suyo. De esa forma, tirando de hipocresía, la autora, hace más hincapié en determinados pasajes que nos llevan a vivir más intensamente las situaciones, realzando los defectos de esa sociedad.
 
“De nosotros reciben de un marco y medio a dos marcos al día y todas las patatas que puedan comer. Las mujeres reciben menos, no porque trabajen menos, sino porque son mujeres y no se les debe alentar a que trabajen.” 

El personaje también recurre a la ironía con asiduidad, hay algunas frases memorables al igual que algunos diálogos que mantiene con otro personaje, una amiga que la visita con frecuencia y que es tan irónica como ella.

Y así pasito a pasito, con este relato en primera persona, llegamos casi al final y al otro personaje que aparece en el título.

y su jardín alemán.

La novela se divide en capítulos que llevan una fecha, de ella se sirve la autora para hablarnos de la floración de ese jardín que actúa como personaje omnipresente. 
El jardín va a estar siempre de fondo y las flores, las clases, los cuidados, los mejores lugares para ubicarlas, aparecen descritos de forma demasiado minuciosa para mi gusto. 
Esos fragmentos son los que me han aburrido horrores. 
Aunque entiendo que el tema del jardín sirve para mostrarnos como es Elizabeth y de paso ser el nexo que nos acerque a otros temas que subyacen en la narración, como el maltrato a las mujeres o la gran diferencia entre clases, a mí, particularmente, me ha aburrido esas largas parrafadas descriptivas hablando de plantas.

La protagonista nos muestra una vida despreocupada, insisto... quizás con tintes autobiográficos, mientras que el jardín, siempre de fondo, actúa no solo como escenario sino que es el lugar en el que busca refugio y protección, ya que según su modo de ver la vida en el interior de la casa solo la esperan deberes y disgustos. 
Y aquí llega otro detallito que no me ha convencido... Elizabeth no me ha parecido natural, demasiado artificiosa y excéntrica. Su amor por el jardín me resulta exagerado y las descripciones, como he mencionado con anterioridad, me ralentizaban la lectura.

Esta historia, sobra decirlo aunque nunca está de más recordarlo, hay que leerla con un espíritu crítico. 
La autora rechaza los estándares sociales de la época mostrándolos tal y como eran, y debemos entenderlos y aceptar que aunque las cosas han cambiado, el pasado no se puede cambiar y seguirá ahí, algo que deberíamos utilizar como enseñanza para no cometer los mismos errores. 
La exposición que hace de nuestro pasado es lo que más me ha gustado junto con el tono irónico que emplea en algunos momentos, ofreciéndonos una visión más completa de cómo era esa sociedad.

Ya tenéis los pros y los contras. Ahora os toca a vosotros decidir si os metéis en este jardín.

martes, 8 de febrero de 2022

Maximilien Heller de Henry Cauvain

Sinopsis:

Imaginemos la larga silueta de un joven. 
Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. 
Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe. 
El joven se ve involucrado en un caso de asesinato cuando su vecino, Jean-Louis Guérin, es acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.

Opinión:

Parece que últimamente todas las novelas que leo tienen alguna relación con Sherlock Holmes, personaje creado, como ya sabéis, por Arthur Conan Doyle y cuya primera aparición fue en 1887 en la obra Estudio en escarlata.
Esa curiosa relación o nexo invisible, formado totalmente al azar entre mis lecturas, se basa en que en La gota de sangre de Doña Emilia Pardo Bazán, relato leído hace escasamente un mes y considerado el primer relato policíaco español (1911), aparece un detective que ironiza con la fórmula clásica empleada en las novelas de detectives inglesas de la época y que tenían como protagonista a Sherlock Holmes, (podéis leer más en esa reseña).
Por otro lado en Asesinato en la mansión de Darwin de Marion Harvey, cuya reseña veréis publicada en breve, encontramos un detective protagonista muy fan de Sherlock y que intenta emularle en su proceso deductivo.
Ya para terminar con esto de los vínculos llega la novela de la que hoy os hablo, Maximiliem Heller, ópera prima del francés Henry Cauvain, publicada en 1871 y en la que se cree que Conan Doyle se inspiró para dar vida a su famoso detective. Esta novela obtuvo un gran éxito entre el público y tuvo que ser reimpresa repetidamente en los años posteriores por lo que no sería extraño que Doyle se hubiese fijado en el personaje.

Y llegados a este punto seguro que os habrá asaltado la misma duda que rondó por mi cabeza al empezar a leer. ¿Hasta qué punto Doyle se inspiró en esta novela?
Pues la verdad es que no se puede negar que existen demasiadas similitudes.
  • Para empezar tenemos un narrador en primera persona. Un médico que será testigo de la investigación y a la vez confidente de Maximilien Heller, nuestro protagonista, y que le va a acompañar al igual que el Dr. Watson hizo con Sherlock, narrando las audaces hazañas de su amigo. En toda la obra de Henry Cauvain solo vamos a tener un único libro con el personaje como protagonista. El resto de su obra aunque de intriga y aventuras tomó otros derroteros y el detective quedó abandonado al comienzo de una fulgurante, pero breve, carrera detectivesca. Una lástima porque sus aventuras habrían cuajado muy bien entre los lectores.
  • También vamos a encontrar similitudes en el perfil psicológico, ya que Cauvain lo describe como un desagradable excéntrico, tremendamente huraño y adicto a las drogas. Un experto en química y ciencias forenses de la época y gran maestro del disfraz. Las descripciones van a ser uno de los puntos fuertes en esta novela, sobre todo al comienzo, cuando el autor hace la presentación de Maximilien Heller. En el primer capítulo no solo se recrea en su descripción psicológica o física, sino que también lo hace mostrándonos su entorno, aportando detalles que nos ayudan a complementar más aún su personalidad. 
  • Otra analogía que vamos a encontrar entre la obra de Doyle y Cauvain es que ambos crean un antagonista para su detective, alguien enigmático y maléfico que le complicará la investigación. Veremos como el foco de la historia se centra en mostrarnos la personalidad del investigador y del criminal, dejando de lado a la víctima y al acusado que pasan a ser una simple excusa sobre la que se construye toda la trama.
Y hasta aquí las similitudes, lógicamente también existen diferencias que dejo en vuestras manos el averiguar. 
Al ser un único libro, no como Sherlock Holmes que tiene toda una saga respaldándole detrás, muchos aspectos de Heller nos van a quedar sin descubrir. Tampoco vamos a ver la completa y compleja evolución que pudiera experimentar.

Al llegar a la mitad vamos a tener un cambio de narrador que llega cuando Heller toma las riendas del relato. Enviará cartas al doctor en las que se incluye una crónica exhaustiva de sus observaciones sobre el caso que tiene entre manos y que van a ser publicadas en orden cronológico y sin alterar una sola palabra. En esas cartas vamos a ver como el personaje, al igual que el de Baker Street, no adivina sino que aplica un método deductivo que termina sorprendiendo al resto de personajes y a los lectores.

Otro detalle curioso que me ha gustado encontrar es que el autor, además de novelista desempeñaba la labor de alto funcionario estatal, por lo que sus conocimientos a la hora de describir la jerarquía judicial y policial aparecen plasmados en la historia aportando un toque muy realista, al igual que ocurre en las novelas de Wilkie Collins. 

Os aseguro que este libro os va a encantar. El clima de misterio generado consigue mantenernos pegados a sus páginas y es una buena forma de entrar en contacto con otro de los investigadores ficticios que junto a Auguste Dupin de Edgar Allan Poe sentaron las bases del género.

martes, 1 de febrero de 2022

El refugio de Sandrine de Jérôme Loubry

Sinopsis:

Sandrine, una periodista de un periódico local de Normandía, recibe la noticia de la muerte de su abuela, Suzanne, a la que nunca llegó a conocer en vida. Aun así, viajará a la isla donde vivía su abuela para recoger todas sus pertenencias. El lugar está habitado por gente que llegó a la isla a finales de la Segunda Guerra Mundial. 
Horas después de su llegada a la isla, Sandrine advierte que los lugareños ocultan algo. Días más tarde encuentran a Sandrine deambulando por una de las playas, sus ropas teñidas por la sangre de otra persona, y murmurando sinsentidos. 
Para entender la verdad, el inspector Damien Bouchard tendrá que bucear en el pasado y la memoria de la periodista, poniendo en juego la cordura de Sandrine y la suya.

Opinión:

Hace una semanas os decía que había terminado el año con una obra muy recomendable, Guía del club de lectura para matar vampiros y que lo había comenzado con otra igual de buena, El ocupante
Pues bien, hoy vuelvo a hablaros de otra novela que me ha convencido totalmente, no solo por el ambiente claustrofóbico que recrea sino porque su autor logra desconcertar totalmente a los lectores. 
Vemos pasar ante nuestros ojos los acontecimientos, detalladamente narrados, pero somos incapaces de armar el puzle mental con las piezas que nos ofrece. Cada vez que logramos encajar una, la historia da un giro y debemos empezar a reorganizar nuestras ideas.

Lo primero que quiero señalaros es que nos encontramos ante una estructura compleja, pero que no nos dificulta la lectura porque el argumento está muy bien desarrollado. Solo debemos leer y dejarnos guiar por el autor.

Se divide en cuatro partes y en cada una de ellas el protagonismo variará de un personaje a otro, un modo de mantener viva la tensión al tiempo que incorpora datos que van enredando la trama.

En la primera parte y tras un capítulo introductorio al que daremos lógica al final, conocemos a Sandrine, una joven que recibe la noticia de que su abuela, Suzanne, ha fallecido. 
Este hilo sitúa la acción en 1986 y veremos como el personaje se desplaza hasta la extraña isla donde vivió su abuela y que sirvió de base nazi durante la II Guerra Mundial. En esta primera parte los saltos en el tiempo serán una constante y a través de ellos conoceremos también a Suzanne y los motivos de que se trasladase a vivir a la isla en 1949.
La segunda y tercera parte transcurren íntegras en 1986. 
En ellas se incorporarán a la trama dos nuevos personajes; uno es el inspector Damien Bouchar y la otra una psiquiatra, Veronique Burel. Ambos serán los encargados de averiguar qué le ha sucedido a Sandrine, pues es encontrada vagando por la costa y cubierta de sangre.
Y por último, en la cuarta parte, la más breve, la trama nos lleva hasta 2019, a una clase de psicología en una universidad, momento en el que se está exponiendo el caso.

Toda la novela está narrada en tercera persona y se lee de forma muy fluida, gracias a unos capítulos que resultan muy breves y a un soberbio argumento estructurado en capas, sin que en ningún momento se pierda la coherencia de la narración.

Los personajes aparecen descritos en su justa medida, poco a poco se van revelando datos sobre ellos y podemos crearnos una idea aproximada de cómo son, porque el autor se vale de ellos y de su historia para guiarnos de forma subrepticia por donde quiere y manipularnos.

Y hasta aquí os puedo contar...
No quiero profundizar más ni en personajes ni en la trama, creo que es un thriller psicológico en el que la magia narrativa recae en la lectura individual. Debéis sumergiros sin tener apenas datos e ir experimentando paso a paso, porque hablar de esos elementos desvirtualizaría el disfrute personal. El autor juega con habilidad con nuestra mente demostrando que el límite entre ficción y realidad es muy difuso, y cada lector debe llegar al final de libro con sus propias interpretaciones.
Para terminar os diré, respecto a esas interpretaciones, que hay algunas pistas que el autor disemina por la obra y que nos llevan a conclusiones precipitadas, porque los lectores las interpretamos de forma errónea. Esto último es solo un aviso para que estéis más pendientes que yo.

Os deseo un feliz lectura.

miércoles, 26 de enero de 2022

La gota de sangre de Emilia Pardo Bazán

Sinopsis:

En 1909, dos años antes de escribir  La gota de sangre, confesaba doña Emilia: "Cuando leo en la prensa el relato de un crimen, experimento deseos de verlo todo, los sitios, los muebles, suponiendo que averiguaría mucho y encontraría la pista del criminal verdadero". 
Nuestra autora, que nunca concedió el subtítulo expreso de "policíacos" a ninguno de sus muchos cuentos, no solo los escribió, sino que, como Poe en "El misterio de Marie Roget", aventuró sus conjeturas en el caso de otro crimen no resuelto. En esta obra encontrará el lector la maestría de una estupenda narradora y la aportación del matiz psicológico a la investigación del crimen. 

Opinión:

De nuevo os traigo hasta esta estantería virtual a Doña Emilia Pardo Bazán, una autora que no deja de sorprenderme.
Para esta ocasión he elegido hablaros de La gota de sangre, una novela corta escrita en 1911 y que está considerada como el primer relato policial moderno de la literatura española
Este último detalle es el principal motivo que me ha empujado a leer este relato y a arrastrar conmigo en una lectura conjunta a varios blogs amigos, pero hay algunos detallitos más que la convierten en una lectura muy interesante y que paso a contaros a continuación.

En 1887 el escritor británico Arthur Conan Doyle había dado vida a su gran personaje, Sherlock Holmes; un detective que no solo destacaba por su gran inteligencia, sino que también hacía gala de un razonamiento deductivo extraordinario. La resolución de los casos quedaban totalmente en manos del famosísimo detective y los lectores aunque hacían un gran esfuerzo eran incapaces de deducir quién era el criminal y sus motivos.

Doña Emilia, tras observar y estudiar al personaje, decidió que la fórmula clásica de las novelas policíacas inglesas no eran de su agrado, detalle que podemos apreciar en el desarrollo de esta historia, pues parece que se burla un poco del procedimiento clásico detectivesco al crear a Selva, un investigador aficionado que prefería hacer uso del instinto frente al método policial y que nos irá mostrando las pistas para que los lectores podamos deducir al mismo tiempo que él.

Otro detalle que me ha gustado es que la autora nos plantea un argumento curioso en el que incluye un problema ético llegando casi al final. 
Selva, un señorito inmerso en una grave depresión causada por el aburrimiento, es acusado de asesinato. 
El joven decide ponerse al servicio de la policía y les asegura ser capaz, en un plazo muy breve de tiempo, de resolver el crimen. 

La obra, según avanza, va incorporando pruebas que facilitan al lector la búsqueda del asesino y la resolución del caso. 
Podríamos decir que es un caso muy sencillo, quizás no tan elaborado como los de Doyle, pero que resulta entretenido. Nos muestra a un personaje real, de carne y hueso, con sus defectos y virtudes, aunque también hay que reconocer que comparte con el detective inglés un temperamento o sentimiento de superioridad frente a los demás que nos puede llevar a mirarle con un poco de desagrado. Lo más interesante de la narración no es el asesinado, sino el perfil que se hace de este extraño investigador y el curioso método deductivo donde una prueba nos llevará hasta la siguiente facilitándonos la misión indagatoria.

La Bazán, sumado a ese dilema ético, que por supuesto no he desvelado pero que sí he mencionado de refilón más arriba y que afecta al protagonista, también introduce una crítica hacia la ociosidad de la clase burguesa de la época.

Actualmente estamos más que acostumbrados a leer mucha novela policíaca o negra. No nos limitamos a las historias creadas por Doyle o a las de la Golden Age, pero os aseguro que incluso para los más versados en novela policial esta obra os resultará curiosa y atractiva.