Hubo un tiempo en que los libros podían descubrir nuevos mundos, tambalear los dogmas más sagrados y cambiar el curso de la Historia.
Esta novela es un viaje a los años siguientes a la invención de la imprenta, cuando un mercader de libros emprende la búsqueda de un misterioso ejemplar que ha sido robado de la mayor biblioteca de Occidente, creada en Sevilla por el hijo de Cristóbal Colón.
Año 1517. El joven Thomas atraviesa la incipiente Europa renacentista huyendo de su pasado. Son los años siguientes al descubrimiento de América y la invención de la imprenta, un periodo de profundos cambios que han supuesto el fin de la Edad Media. La curiosidad que siente por el Nuevo Mundo, cosechada en sus múltiples lecturas, le llevará hasta España, donde comenzará a trabajar con un mercader de libros.
El encargo de localizar un ejemplar envuelto en un halo misterioso le conduce hasta Sevilla, una próspera ciudad que sirve como enlace en el comercio con las Indias y que alberga, entre sus murallas, la biblioteca más importante de Occidente, creada por el hijo de Cristóbal Colón y llamada la Colombina. Será precisamente allí donde Thomas descubra que alguien ha robado el libro que él busca y, por alguna razón, tiene mucho interés en que nadie lo encuentre.
Hubo un tiempo en que los libros permitían descubrir nuevos mundos, tambalear los dogmas más sagrados y cambiar el curso de la Historia. Luis Zueco nos sumerge en los albores de la bibliofilia y nos traslada, en una perfecta unión de rigor histórico y trama trepidante, a una época en la que la palabra impresa podía ser el arma más peligrosa.
Opinión:
Voy a hacer una reseña muy general sobre esta nueva novela de Luis Zueco, porque tampoco me apetece desvelar más de lo que se cuenta en la sinopsis, que ya creo que es demasiado, así que me centraré en los aspectos que más me han gustado.
Hay algunas cosas que me apasionan de este autor y que hacen que cada vez que publica un libro vuele a hacerme con él.
La primera es la sencillez de su prosa; lo didácticos que resultan sus contenidos; la intriga que aporta a la trama y las historias tan hipnóticas que arrastran sus personajes; sin olvidar mencionar la forma en que realidad y ficción se entrecruzan...
Creo que ese sería un resumen bastante aceptable a la hora de hablar de sus novelas.
El amor por los libros
Pero... ¿Qué novedad nos ofrece Luis Zueco en El mercader de libros?
Pues un binomio perfecto, el que surge de unir la palabra libros y pasión; una historia perfecta para todos nosotros, los amantes de la literatura.Los libros vertebran esta novela y sumado a los personajes reales y de ficción que campan a sus anchas por este libro, vamos a tener un argumento cargado de conocimiento, aventuras y de anécdotas que nos descubrirán detalles sobre el origen de los libros.
La novela se divide en ocho partes. Un total de ochenta capítulos, un prefacio que encontramos al comienzo y un epílogo que dará por terminada la historia.
Los personajes
El detalle que más me ha gustado gira alrededor de los personajes, esos seres ficticios o reales que intervienen en la acción de la obra.La construcción de los protagonistas y de los secundarios, así como su desarrollo, resulta vital a la hora de dar credibilidad a los hechos; y como vais a poder comprobar a lo largo de esta reseña, el término credibilidad va a estar muy presente, porque en las obras de ficción histórica es un elemento primordial.
A pesar de que algunos de ellos experimentan un arco de transformación negativo, esa transición que sufren y que repercute en el protagonista, viene a demostrar que un personaje puede resultar antipático o incómodo y aun así resultar positivo para la trama, porque nos muestra el mundo tal y como él lo ve, sin necesidad de ser del agrado del lector.
Debo decir que todos, sin excepción, me han gustado, pero esos que acabo de mencionar y cuyo arco dramático era descendiente, son los que me han aportado mejores momentos, porque ocultaban su verdadera naturaleza. Su comportamiento ambiguo me hacía dudar constantemente de ellos, al estar embozados en un halo de misterio, e iban alimentando la trama, sembrando sucesivos conflictos narrativos.
El autor nos ofrece unos personajes acordes con las costumbres, con los modos de pensar en la época y las escenas en las que participan son las encargadas de aportar la carga real del relato.
Esto último que acabo de mencionar abre la puerta directamente al siguiente apartado:
La ambientación
En todas las obras que he leído de este autor se nota el gran trabajo de documentación previo, dando como fruto una reconstrucción de épocas lejanas muy acertada. Este comentario podría resultar banal, pero no lo es, porque no es extraño encontrarnos con obras de ficción histórica cargadas de errores de bulto.
En este libro vamos a ver reflejados no solo los aspectos políticos, económicos o religiosos, sino también los sociales, muy especialmente en los relacionados con la vida cotidiana de los protagonistas.
Es cierto que muchas veces resulta imposible cubrir todos los aspectos con un cien por cien de fiabilidad y quedan vacíos que deben cubrirse con la interpretación, pero es que hasta esos detalles aquí encajan a la perfección.
La ambientación es como estáis viendo, simplemente redonda.
Este libro nos invita a comenzar un viaje que nos llevará a recorrer el mapa por varias ciudades, entre ellas Amberes, Zaragoza o Sevilla.
Esa Sevilla floreciente del siglo XVI, la renacentista que se abre al Nuevo mundo y que va a convertirse en uno de los escenarios principales, brilla bajo la pluma de Luis Zueco, ya que aparecerá ante nuestra mirada, plasmada en bellas y vívidas descripciones.
Para terminar os diré que también vamos a encontrar referencias constantes a los libros clásicos y a la vida de personajes históricos, entre los que se encuentra Hernando Colón, gran bibliófilo y cosmógrafo; un gran amante de los libros y creador de una de las bibliotecas más completas de la historia.
Pero no quiero despedirme sin mencionaros antes a otro personaje, esta vez omnipresente, que perseguirá a Thomas Babel y que nos acompañará a lo largo de esta novela, un gran personaje al que hoy debemos mucho: "La imprenta".
Este libro nos invita a comenzar un viaje que nos llevará a recorrer el mapa por varias ciudades, entre ellas Amberes, Zaragoza o Sevilla.
Esa Sevilla floreciente del siglo XVI, la renacentista que se abre al Nuevo mundo y que va a convertirse en uno de los escenarios principales, brilla bajo la pluma de Luis Zueco, ya que aparecerá ante nuestra mirada, plasmada en bellas y vívidas descripciones.
Para terminar os diré que también vamos a encontrar referencias constantes a los libros clásicos y a la vida de personajes históricos, entre los que se encuentra Hernando Colón, gran bibliófilo y cosmógrafo; un gran amante de los libros y creador de una de las bibliotecas más completas de la historia.
Pero no quiero despedirme sin mencionaros antes a otro personaje, esta vez omnipresente, que perseguirá a Thomas Babel y que nos acompañará a lo largo de esta novela, un gran personaje al que hoy debemos mucho: "La imprenta".
Y ahora sí me despido.
Como habéis podido comprobar esta novela es una excelente opción de lectura, no os lo digo yo, os lo dicen los detalles que acabo de señalar, pero por si os queda aún alguna duda os pongo una cita que aparece en su interior...
"Los libros son una buena brújula para cuando no sabes qué camino tomar".