Sinopsis:¿Quién escribió la Biblia? ¿Qué hay de cierto en ella? ¿Cómo se inventa una religión? ¿Existe realmente un Dios omnipotente? A través de estas páginas, Juan Eslava Galán, con su característico estilo desenfadado y cercano, nos responde a todas estas cuestiones y nos propone un sorprendente recorrido por el libro más vendido, traducido y estudiado, a la vez que controvertido, de la Historia: la Biblia. Comenzando por el dios Yavhé, considerado como el verdadero inventor del universo, hasta la llegada de Moisés a la «Tierra Prometida» tras un arduo camino, nos adentraremos en la sabiduría del Rey Salomón, en los entresijos de los profetas, en los pecados de Adán y Eva, en las disputas fraternales de Caín y Abel y en muchas otras bendiciones, traiciones y sorpresas que se esconden tras los protagonistas del Antiguo Testamento.
Opinión:
Tener entre manos un libro de Juan Eslava Galán es siempre sinónimo de entretenimiento y diversión asegurada.
Para los que no hayáis leído nada de él os diré que juega tanto con las anécdotas y los chascarrillos como con la rigurosidad a la hora de relatar sucesos.
En esta ocasión os traigo hasta esta estantería virtual La Biblia contada para escépticos, una obra analizada y comentada, armada con capítulos muy breves, pero que estoy segura que os va a arrancar más de una carcajada, eso sí, os recomiendo acercaros a ella libres de prejuicios y con una mente muy abierta.
Esto último lo digo porque, incluso hoy en día, hay quien acepta que el mundo se creó en siete días, que un muerto puede resucitar, y que el pan y el vino de la Eucaristía se convierten en carne y sangre de Cristo. Por supuesto, no seré yo quién les lleve la contraria, no quiero acabar oliendo a churrasco y convertida en sospechosa de herejía.
Aprovecho este pequeño inciso introductorio para advertiros que para esta reseña me ha sido imposible dejar de lado mis reflexiones personales, por lo tanto, aunque menciono algunos de los temas que se tratan, las apreciaciones son únicamente mías. También he intentado que estuviese libre de sarcasmo. Si lo he conseguido, solo vosotros podréis juzgarlo.
La Biblia como fuente de influencia e inspiración...
La Biblia, como ya sabéis, ha sido el libro más divulgado, más traducido, más impreso, el más vendido e incluso el más estudiado a lo largo de la Historia. Por ese motivo no es raro que se haya convertido en el elemento más influyente, para bien y/o para mal, en el destino de la humanidad.
En cuanto a esto, habría que dejar claro que el libro no ha sido el culpable del mal uso que se haya podido dar a lo plasmado en él. Si hubiese que señalar a un culpable sería, sin duda, la interpretación.
Y esto de la interpretación lo digo porque nos ha costado, a algunos más que a otros, reconocer que la biblia solo es un compendio de historias de una sociedad primitiva y brutal a la que no le temblaba la mano a la hora de pasar a cuchillo a hombres, mujeres, niños de pecho e incluso vacas, camellos y asnos.
Salvando este pequeño escollo también hay que reconocer que la Biblia ha sido fuente de inspiración y por ese motivo vemos reflejado en templos, pinturas y esculturas, por solo citar algunas creaciones artísticas, sucesos que se relatan en ella.
Siguiendo con el tema inspirador quiero decir que, incluso hoy en día, muchos creyentes piensan que tras estos libros se encuentra la iluminación divina, aunque los escépticos, entre los que reconozco que me encuentro, pensamos que la Biblia es fruto de la mano e imaginación humana.
¿Y cómo es ella?
La Biblia se presenta encuadernada en un solo volumen, pero en realidad es un conjunto de libros de extensión variable. Según dice Eslava Galán, una especie de cajón de sastre en el que se incluyen leyes, historia, profecías y proverbios, entre otras cosas, aunque yo creo que sería más adecuado denominarlo "cajón desastre" por lo que encontramos.
Pues bien, estos libritos fueron escritos en hebreo, en arameo, incluso en griego antiguo, pero luego, no se sabe cuándo, fueron traducidos al griego común, dando a esta Biblia el nombre de Septuaginta y posteriormente al traducirse al latín, Vulgata.
Y aquí comienza el jaleo, porque la Biblia, tal y como hoy la conocemos, es un texto consensuado por especialistas que han intentado reconstruir lo que "podría haber sido" la obra original. Aquí no estaría de más pensar que "cualquier parecido con la realidad podría ser pura coincidencia".
Pero vayamos al grano... ¿Qué vamos a encontrar en este libro y por extensión en la Biblia?
Pues, básicamente, un culebrón lleno de sorpresas y metáforas que nos va a mostrar a Dios con su compleja personalidad. Sin olvidar, por supuesto, el relato de las tribulaciones y aventuras del llamado "pueblo elegido", y lo pongo entrecomillado porque si algo nos ha quedado claro a lo largo de todo este tiempo es que, Yahvé, pese a lo que digan los expertos en Teología, ha descuidado a menudo las obligaciones contraídas con su pueblo preferido.
Rompiendo una lanza en su favor quiero pensar que Yhavé quizás falló un poco a la hora de elegir a sus privilegiados, un pueblo que como veremos le traiciona a la menor oportunidad para irse a adorar a otros dioses más juerguistas, en resumen, más tolerantes. Es cierto que él podía haber elegido reinar sobre las grandes potencias de la época como hititas, asirios o egipcios, pero antes de admitir un error propio es mejor soltar lo de: "los caminos del Señor son inescrutables", indicando subrepticiamente que los seres humanos carecemos de la capacidad para comprender sus designios.
Sobre la imagen de Dios o su personalidad vamos a observar un perfil que se mueve por: Eterno, Todopoderoso, Omnisciente y Justo... aunque a veces también lo vamos a ver retratado como enojado, vengativo y un poco quisquilloso.
Todo esto, insisto, lo digo siempre hablando desde el mayor de los respetos, no se me vaya a enfadar, que lo escrito, como ya he mencionado más arriba, tiene libre interpretación y el tonito lo ponemos cada uno.
Y mucho más...
Pero en este libro, La Biblia contada para escépticos, se va a hablar sobre muchísimos temas más, porque 176 capítulos, con proemio al comienzo y apéndice al final, dan para mucho.
Entre esos temas vamos a ver al detalle la conquista de la Tierra Prometida, incluyendo los saqueos, incendios y demás barrabasadas del pueblo elegido, sin olvidar mencionar los motivos por los que los ya mencionados cortaban los pulgares de pies y manos a sus prisioneros.
Vamos a entender el motivo de que en muchas representaciones aparezca Moisés con cuernos, y también añadirá unos apuntes muy interesantes sobre la comida Kosher. Porque todo hay que decirlo, Yahvé tampoco olvidó poner trabas a sus fieles en lo referente a la dieta.
Algo que a mí particularmente me ha llamado mucho la atención se esconde tras el capítulo dedicado al henoteísmo de Yahvé, algo que nunca me había parado a pensar y que se resume en que Dios reconoce la existencia de otros colegas que le hacen la competencia. Porque si no a qué viene ese comportamiento en ocasiones caprichoso de: "o me adoras como Dios único o te fulmino", eso es porque reconoce literalmente la existencia de otros.
Pero, y esto es preocupante, también denota que su memoria no es buena con el paso del tiempo porque según nos cuentan en el Génesis, Yahvé creó el Universo de la nada, los cielos y la tierra, y bla, bla, bla... el resto ya lo conocéis, y por lo tanto también al resto de dioses... no sé, esto empieza a ser muy contradictorio.
Y aquí llega el momento de hacer una nueva pausa para tomar aire y hablar de la extraordinaria leyenda del harén de Salomón, porque mucho se ha hablado de los juicios, pero sobre esto que tiene salseo se han olvidado pronunciarse.
Pues bien, el harén de Salomón contaba con setecientas esposas, todas ellas princesas, más trescientas concubinas.
Parémonos a analizar estas cifras. Mil mujeres, ¡todas juntas! A mí estas cifras sumadas a los 70 hijos de Gedeón y a los 969 años de Matusalén me llevan a pensar que los creadores de la Biblia de letras iban sobrados, pero de números más bien cortitos.
Al hilo de la edad de Matusalén, también hay que señalar que estos narradores tan imaginativos poseían además una inclinación patológica hacia la exageración porque a la hora de contar los años hay que recordar que Noé vivió 950 y Adán 930. A mí que no me vengan a que esto de la longevidad se debía a que no había polución. Por mi parte nada más que añadir en este punto.
Entre los personajes que vamos a ir conociendo, que serán un montón, vamos a encontrar a Adán y Eva, a la repudiada Lilit, Abel y Caín, a la casta Susana, a Sansón... pero, sin duda, el más importante de esta historia será Jesús, algo que me lleva de nuevo a recordar las trifulcas entre el pueblo elegido y Yahvé, porque cuando llega Jesús y se presenta como hijo de Dios y, por consiguiente, como Mesías verdadero, no solo no lo aceptan, sino que lo crucifican. ¡Vale!, es cierto que eso lo hicieron los romanos, pero no me negaréis que empujados por los judíos, además no creo que haya que recordar que en su mano quedó el perdonarle la vida y de nuevo defraudaron a Yahvé escogiendo la libertad de Barrabás. ¡Vamos! que lo de tropezar varias veces en la misma piedra no es solo cosa de hombres.
Y ahora sí, creo que voy a ir terminando esta reseña que amenaza con alargarse demasiado. Eso sí, no sin antes hablaros un poco del plagio, una plaga que creemos del mundo moderno, pero que en cambio nos persigue desde la antigüedad, aunque no aparece citada como tal en la Biblia, porque esto de imitar y copiar viene de lejos y me lo pone fácil para hablaros de Noé.
Sí, Noé el del Arca y el de la canción de los animales de dos en dos, porque está claro que muchas de las historias que se muestran en la Biblia no son más que narraciones sobre personajes extraídas de leyendas mesopotámicas. Basta leer algunos pasajes del poema de Gilgamesh para comprender que Ut-Napishtim escapó del diluvio universal con un arca enorme, y ese mismo relato aparece también en Asiria y en alguna leyenda Acadia.
Así que de esta forma pongo el punto y final. En el libro vais a encontrar historias de todo tipo; algunas muy entretenidas, aunque también hay que decir que otras aburren hasta a los muertos.
Espero haber despertado un poco vuestra curiosidad con este libro o al menos haberos arrancado una pequeña sonrisa, con solo eso me doy por satisfecha.