El sabueso es el primer cuento de terror de H.P. Lovecraft en mencionar uno de los libros prohibidos más célebres del género fantástico: Necronomicón del árabe loco Abdul Alhazred.
La historia se centra en el narrador y su amigo St. John, jóvenes decadentes y hastiados de todo, que sienten un interés desquiciado por robar tumbas.
Opinión:
Hace poco, comentando Un verano tenebroso de Dean Koontz, os dije que muchos lectores lo relacionaban o comparaban con IT de Stephen King. No es la primera vez que os he hablado en el blog sobre este tema y debo decir a su vez que el ser que aparecía en IT, obra que veía la luz en 1986, otros lectores lo relacionaban con el que hacía acto de presencia en Fantasmas de Koontz escrita con anterioridad, en 1983.
Pues bien, y no me quiero alargar mucho porque todo esto sobre las comparaciones podéis leerlo en las reseñas mencionadas, en Fantasmas aparecía un ser que otros relacionaron con las historias de Lovecraft, y hoy, gracias al blog de Anabel Samani y a su propuesta de lectura de #Lecturasjuntoalfuego, os hablo de El sabueso, una obra que bebe directamente de la obra de Poe.
Toda esta larga enumeración que os he presentado cumple una finalidad, demostrar que nunca sabremos en quién se inspira un autor u otro, y es ridículo afianzarnos en una idea como la de "El monstruo es igual al de...", porque la literatura está en constante movimiento y se retroalimenta.
Dicho esto me pongo a hablaros de El Sabueso.
Lovecraft era un gran admirador de Poe y en este relato breve, de apenas de diez páginas, se aprecia mucho esa influencia.
La historia escrita en 1922 y publicada dos años más tarde también me ha recordado mucho a Medium de Pío Baroja, y no puedo evitar encontrar también reminiscencias con la obra de Doyle, El Sabueso de los Baskerville, publicada 20 años antes.
En el relato de hoy, a pesar de no ser una de las obras más conocidas de Lovecraft, sí se ha convertido en una obra de culto para todos sus fans y por supuesto de los amantes de las curiosidades porque es la primera vez que el autor hizo una mención sobre el Necronomicon, el grimorio ficticio ideado por él y que más de uno se creyó que era real, hasta tal punto que se rumorea que en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos algún bromista incluyó la ficha sobre este libro.
Cuenta con muchos elementos de las clásicas novelas góticas: cementerios, escenarios tétricos y ambientación oscura, sucesos de difícil explicación, ruidos nocturnos y seres de ultratumba.
La forma de escribir de Lovecraft algunos la consideran algo arcaica y cargada de adjetivos, pero es perfecta para generar ese ambiente decadente que consigue impregnar el texto de miedo o suspense.
No puede profundizar demasiado en detalles, debido a la brevedad del texto, pero en cambio con los datos que aporta a través del narrador protagonista son más que suficientes para generar esa ambientación y lograr su objetivo.