Edgar Allan Poe llevó a cabo lo que ningún escritor había logrado antes: liberar las terribles imágenes que atesora el subconsciente para dejarlas caminar entre sus páginas. Abanderado de la novela gótica y precursor del relato detectivesco y de la ciencia ficción, sus historias llevan el suspense y el desasosiego hasta una perfección nunca alcanzada y quizá jamás alcanzable de nuevo.
Cuentos completos reúne un total de setenta piezas, de las cuales siete eran inéditas hasta ahora en castellano. Thomas Ollive Mabbot, máxima figura en el estudio de la obra de Poe, firma la esclarecedora introducción. Asimismo, a cada relato corresponde una sucinta nota editorial, anexos que completamos, cerrando el tomo, con los prefacios que el propio autor compuso para Tales of the Folio Club y Tales of the Grotesque and Arabesque y los escritos de su coetáneo y principal valedor europeo, Charles Baudelaire.
Opinión:
El gato negro siempre ha estado unido a antiguas y falsas supersticiones y se ha relacionado el color de su pelaje con la mala suerte y la brujería. He dicho "antiguas y falsas supersticiones", aunque eso no es del todo cierto, porque la verdad es que hoy en día, los gatos de ese color siguen sufriendo esa discriminación y en los refugios y protectoras de animales estos siguen siendo los grandes marginados.
Hoy voy a hablaros de un relato que podéis encontrar en este libro de la editorial Penguin Classics, donde aparecen publicados setenta cuentos de Edgar Allan Poe y donde también podréis encontrar siete relatos hasta ahora inéditos en castellano.
Entre esos relatos se encuentra uno que tiene a estos protagonistas animales que acabo de mencionar y la narración lleva el título de "El gato negro".
Solo voy a hablaros de ese cuento porque es la propuesta de lectura que hizo Anabel Samani desde su blog, para los meses de abril-mayo, y que hemos compartido con varios amigos lectores a través de twitter.
Pero os prometo que poco a poco, muchas de esas narraciones irán apareciendo reseñadas en este blog.
Los cuentos de terror de Poe son quizás los más conocidos de su obra, aunque este escritor, ya sabéis, que también sobresalió escribiendo relatos detectivescos. De entre esos cuentos góticos, los que más me gustan a mí, son los títulos de "La caída de la casa Usher", "El barril de amontillado", "El pozo y el péndulo", "Berenice" y éste del que os hablo hoy, "El gato negro", quizás por ese toque macabro y misterioso que invade la lectura desde los primeros párrafos.
El gato negro fue escrito a finales de 1842 y vendido al "Saturday Evening Post", donde apareció publicado por primera vez. Está considerado, como ya os he indicado más arriba, no solo como uno de los mejores cuentos de este escritor sino también como uno de los más siniestros de la historia de la literatura.
En este cuento juega con la superstición que arrastran esos pequeños peludos, pero también incluye la maldad, la violencia, la reencarnación y el castigo que podemos llegar a ver los lectores como una especie de justicia divina y en la que intuimos que se esconde la nota de humor, aunque eso sí, un humor un poco negro.
Su pluma no resulta sobrecargada, pero sí es cierto que en ella se esconden notas autobiográficas, la influencia del opio y del alcohol e incluso podemos descubrir el uso de alegorías, por lo que su lectura se convierte, al menos para mí, en una especie de juego de enigmas, intentando averiguar el sentido simbólico entre lo que se dice y/o lo que se quiere decir.
Si os adentráis en esta obra puede que como a mí os recuerde a otras más actuales, y es que la calidad artística de este autor tiene, no quiero decir imitadores, pero sí muchos herederos.
El comienzo de esta lectura, a mí me recordaba al inicio de "Medium", un relato corto de Pío Baroja, quizás por ese narrador personaje que intenta descargar el peso de su alma y convencernos de que todo lo relatado es cierto y no fruto de una mente que desvaría ni de un sueño.
Pero también podéis encontrar reminiscencias de esta historia en "Cementerio de animales" de Stephen King, porque los protagonistas de ambos relatos parecen nacidos de la misma camada.
Es sin duda uno de los mejores cuentos góticos que podéis leer.