Sinopsis:
Vic Van Allen es un hombre encantador. Moderadamente rico, culto, liberal, buen padre y esposo comprensivo. Sus vecinos le quieren y le respetan. A quien no quieren tanto y respetan muy poco es a Melinda, la esposa de Vic. Es guapa, divertida y casi tan encantadora como su marido, pero tiene un amante tras otro, y no se muestra nada discreta al respecto. Claro está que Vic lo sabe, la comprende y hasta parece divertirse con la situación, pero sus amigos opinan que debería ser menos comprensivo y más autoritario.
Un buen día Vic le gasta una broma a Joel, el actual amante de Melinda. Le cuenta que ha cometido un crimen perfecto: ha matado a un hombre porque se entendía con su esposa, y nadie le descubrirá jamás. Joel le cree, se asusta y desaparece de la escena. Pero la inquieta Melinda, tras un fugaz período como esposa modelo, vuelve a las andadas con un nuevo amigo, Charley. Algo ha cambiado en la actitud de Vic, sin embargo, y Charley acaba ahogado en una piscina. Melinda clama que ha sido un asesinato y que el asesino es su marido. Pero ¿quién creería a una mujer tan alocada, si todos saben que lo de Joel no fue más que una broma, y Vic es un padre tan bueno, un vecino tan encantador, un marido tan comprensivo?
Opinión:
Patricia Highsmith, además de por su gran capacidad para crear argumentos con una nota de angustia, me gusta por su forma de narrar y por el corte de novela negra que da a la mayoría de sus obras, donde es fácil encontrar como denominador común: un asesinato, un matrimonio con problemas, manipulación y alguna que otra femme fatale, entre otros detalles; elementos que ya de por sí resultan interesantes para construir un argumento, pero que en conjunto consiguen captar nuestro interés desde los primeros compases.
Esta historia escrita en 1983, cuenta con muy pocos personajes; podríamos decir que básicamente gira sobre los dos protagonistas: el matrimonio compuesto por Vic y Melinda, y el resto de los que aparecen lo hacen únicamente para complementar la trama, lo que les convierte en incidentales o ambientales.
La trama va a estar marcada sobre todo por la transformación que van a sufrir ambos, y lo curioso es que los dos se alejan de ser personajes con los que simpaticemos.
La historia se basa en los típicos clichés, pero está muy bien manejada.
Al comienzo vamos a ver a la femme fatale y al marido anodino y enamorado, una pareja al estilo de Madame Bovary o de Ana Karenina, eso sí, con bastante menos glamour.
Vic cuenta con un arco ascendente brutal.
Vamos a ser testigos de todos los cambios que experimenta; según avanza la historia una nueva personalidad se va abriendo paso, dejando atrás o anulando al personaje simplón y conformista que conocemos en las primeras páginas y que conseguirá sacarnos de quicio.
Pero esa nueva personalidad que empieza a surgir, en un intento de adueñarse de la trama, va a conseguir todo lo contrario; sus actos van a desembocar en una situación totalmente descontrolada.
El estereotipo de la femme fatale se convirtió en un cliché fijo en la literatura policíaca y negra, más o menos a partir de los años 40.
Ese tipo de mujer siempre estaba representado por alguien sin escrúpulos que se valía de esos encantos para obtener lo que quería y que empujaba al protagonista masculino hacia el abismo; lógicamente al ser el hombre el personaje principal de la trama, el papel de esta quedaba desplazado a un segundo plano, deparándole un fin dramático o la sumisión.
Estas villanas, de brillante aspecto, ocupaban el papel de antagonistas; eran rebeldes, manipuladoras y por supuesto muy peligrosas, sin olvidar que despreciaban, por lo general, al resto del género femenino.
Esas "Evas" eran las responsables de todo lo malo que ocurría en la historia.
Melinda, como habéis podido suponer por esta introducción, va a desempeñar ese papel.
Es un personaje muy vulgar, que no cuenta con la empatía del lector en ningún momento. Si más arriba os hablaba del arco ascendente de Vic, con ella ocurre totalmente lo contrario; su arco dramático es descendente, si ya al principio nos cae mal, según va avanzando la historia se va transformando en alguien insoportable y odioso.
Lógicamente ambos protagonistas evolucionan de una forma brutal, pero ella va a peor, lo interesante de Melinda es que es el elemento provocador, la que genera la hostilidad, sin ella no habría historia, y eso la convierte también en un buen personaje, aunque vaya perdiendo protagonismo, volviéndose más pasivo según llegamos al final.
El detonante de esta historia es sin duda la Infidelidad, y sobre ella gira el argumento.
Sabemos desde el comienzo que el comportamiento de Melinda empujará las actuaciones o toma de decisiones de Vic, y advertimos también el fin dramático que marcará la historia, pero no solo eso, sino que cada movimiento de ella hace que se incremente la intensidad de la trama,
Hasta el momento, todas las obras que he leído de esta autora muestran unos protagonistas que aunque están rodeados de gente parecen aislados, algo solitarios, y quizás ese es el motivo de su aparente indefensión.
Son personajes que evolucionan hasta conseguir llenarse de arrojo y coraje.
Otro detalle que me gusta de las obras de Patricia Highsmith y que he olvidado mencionar al comienzo es que las sorpresas no se concentran en un solo momento, se van diseminando a lo largo de la narración, sin abusar; y el lector ve venir los hechos, anticipándose al protagonista, aunque eso sí, no es capaz de conocer el giro final que depara a todas sus obras.
Espacio sobre libros y opiniones, difusión y fomento de la lectura. El lugar donde los libros son los protagonistas.
miércoles, 8 de mayo de 2019
miércoles, 1 de mayo de 2019
El nombre de la rosa de Umberto Eco
Sinopsis:
Valiéndose de características propias de la novela gótica, la crónica medieval, la novela policíaca, el relato ideológico en clave y la alegoría narrativa, El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina...
Y a esta apasionante trama debe sumarse la admirable reconstrucción que no se detiene en lo exterior, sino que ahonda en las formas de pensar y sentir del siglo XVI.
Opinión:
Hoy os voy a hablar de una gran novela escrita por Umberto Eco y publicada en 1980.
Este libro tiene características de la novela histórica, de la gótica y también de la policíaca; una novela híbrida que para mi gusto roza la perfección y que debido al gran éxito y popularidad que obtuvo, fue llevada al cine por el cineasta francés Jean Jacques Annaud en 1986, con Sean Connery en el papel principal y con Christian Slater haciendo de su joven discípulo.
La historia que se narra en esta novela es de sobra conocida.
Los pasos de fray Guillermo de Baskerville, un antiguo inquisidor, y de su discípulo Adso de Melk, nos llevan hasta una abadía benedictina.
Corre el invierno de 1327 y Guillermo debe prepararse para una reunión que tendrá lugar tras esos muros, entre la legación del papa Juan XXII y los líderes de la orden franciscana.
Lo que en un principio va a ser una reunión donde se debatirá sobre la pobreza apostólica, termina complicándose, ya que el éxito de la reunión se ve amenazado por una serie de muertes violentas que los monjes del lugar asociarán con la llegada del anticristo.
El centro del que parten todos los extraños sucesos parece ser la biblioteca.
Una torre oscura, cargada de trampas y laberintos, que no solo es un almacén de cultura, también es el lugar donde se esconde un antiquísimo manuscrito que traerá la muerte a todo aquel que se atreva a leerlo.
La abadía va a convertirse por tanto, en un personaje más; un testigo mudo que sufrirá como el resto de los que habitan en ella el azote del horror.
Ese recinto monacal tiene un protagonismo ambiguo, ya que existe una abadía de noche y otra de día. Lógicamente lo que ocurre entre sus muros es bastante más interesante cuando se recubre con un halo de nocturnidad.
El misterio como podéis ver inunda las páginas desde el comienzo...
Esta obra se divide en siete días, y estos a su vez según las horas litúrgicas. No os asustéis si desconocéis como es esa distribución, porque hay una explicación muy clara al respecto en la nota antes del prólogo.
Si os estáis preguntado dónde reside la genialidad de la que os hablaba al comienzo y que convierte a este libro en una joya literaria, os diré que Umberto Eco consigue que la linea que separa realidad de ficción sea completamente imperceptible para los lectores. Para esa labor utiliza a los personajes; hace que los ficticios se entremezclen con los que se han hecho un hueco en la Historia por méritos propios, y también por supuesto, para esa misión de emborronar deliberadamente esa linea, se vale del narrador, Adso de Melk.
En primer lugar nos cuenta que escribe esas memorias, envueltas en muchos y vagos misterios, cuando ya es anciano; en un momento en que los recuerdos y la imaginación se funden en una mente fatigada, y también nos dice que intentará reflejar lo más fielmente posible los sucesos que ocurrieron en esa abadía de la cual no quiere reflejar ni nombre ni ubicación.
Por lo tanto ya tenéis los primeros avisos: su narración puede contener lagunas, e incluso como acabamos de ver, se suprimirán algunos datos de forma intencionada.
En Adso de Melk vamos a tener a un cronista muy activo que, además de esas advertencias que nos lanza desde las primeras páginas, no dudará a la hora de interrumpir su relato para hacer puntualizaciones sobre algunos hechos.
Con esto los lectores tenemos que andar con cuidado, porque sabemos que es un testigo parcial, un protagonista que solo puede contar lo que vio, y no debemos olvidar que su opinión es subjetiva.
Adso tampoco nos promete una descripción satisfactoria de todo lo que sucedió, tan solo nos ofrece un registro de hechos asombrosos y terribles, construido sobre la marcha y almacenado en su memoria, por lo tanto retomo lo dicho en el primer párrafo de esta sección dedicada al narrador, su relato estará muchas veces distorsionado por el paso del tiempo.
Tampoco nos va a ofrecer descripciones sobre los personajes salvo, claro está, cuando él considere que un rasgo muy definido o expresión de un rostro aparecen como signos de un lenguaje mudo pero elocuente; otro detalle que viene a confirmar que su narración está condicionada, porque de quien sí nos va a dar una descripción más atenta, como ya veréis, es de fray Guillermo de Baskerville, gran protagonista de esta obra al que no solo Adso termina por admirar.
Por lo tanto y resumiendo, sabemos que aunque podemos confiar en la buena fe del narrador, algunos datos pueden estar algo confusos.
Y ahora que ya os he presentado al narrador voy a hablaros un poco por encima de los personajes que más me han impactado.
Pero hay otro par de personajes que también me impactaron junto con el protagonista...
Uno es el anciano Jorge de Burgos.
Un personaje con el que el fanatismo religioso se ve representado a la perfección.
Él es la memoria de la biblioteca y el alma del scriptorium, alguien capaz de dominar al resto infundiendo temor a través del verbo. Posee una capacidad asombrosa para infundir temor valiéndose de unos sermones cargados de dramatismo alegórico que, por supuesto, hacen temblar hasta a las mismas piedras.
El otro es un personaje digno de mención por tener una filosofía muy particular, me estoy refiriendo a Salvatore.
A este personaje podemos verlo en todo su esplendor a pesar del poco protagonismo con el que cuenta. Es un personaje simple, pero ni inculto ni necio, alguien que ha aprendido a sobrevivir en una tierra castigada durante siglos por la miseria y el abuso de los señores feudales, alguien que sueña con un mundo distinto.
Todos estos personajes que he citado me llevan a hablaros de otro tema muy interesante que no podemos obviar, la simbología, y es que esta se halla oculta en muchos de los diálogos.
No solo es lo que se dice... sino también el cómo, ya que muchas frases llevan ocultas un doble sentido y como ya os he dicho, hay grandes filósofos entre los personajes principales que recurren a la alegoría para transmitir o hacer entender sus ideas.
De lo que sí estoy segura es de que Umberto Eco nos ofrece un reflejo muy realista de la sociedad medieval. La descripción que hace sobre las luchas internas de la iglesia, que tuvieron lugar en ese periodo, se ajustan a los hechos.
Mientras que unas órdenes predicaban la renuncia a todos los bienes materiales, otras abogaban por todo lo contrario.
También se retrata fielmente el enfrentamiento que tuvo lugar entre el papa Juan XXII y Ludovico IV de Baviera, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, por aclarar quién debía gobernar por encima de quién.
Y por supuesto no puedo olvidar mencionar el papel destinado a las mujeres que también es descrito con acierto en el libro.
Solamente se nos reserva en él un papel minúsculo, sin derecho a una linea de texto, y la elegida para hacerlo cumple al pie de la letra con el arquetipo impuesto de "Eva".
Ella es la representación de la tentación, la llave que abre la puerta al pecado, la culpable de seducir con malas artes; un estigma que hemos arrastrado a lo largo de los siglos.
Para terminar os diré lo que menos me ha gustado...
El anciano Adso con su narración intenta mostrarnos la historia de forma lineal, pero en momentos por suerte muy puntuales, no puede evitar el irse por las ramas,al recordar con emoción los hechos que vivió en su juventud.
Esa explosión emotiva le lleva a recordar las enseñanzas de su mentor y los debates teológicos, que entre nosotros... aburren hasta a los muertos.
Aún así, esos momentos no pasan de ser anecdóticos y no le restan interés al conjunto de esta magnífica obra.
Valiéndose de características propias de la novela gótica, la crónica medieval, la novela policíaca, el relato ideológico en clave y la alegoría narrativa, El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina...
Y a esta apasionante trama debe sumarse la admirable reconstrucción que no se detiene en lo exterior, sino que ahonda en las formas de pensar y sentir del siglo XVI.
Opinión:
Hoy os voy a hablar de una gran novela escrita por Umberto Eco y publicada en 1980.
Este libro tiene características de la novela histórica, de la gótica y también de la policíaca; una novela híbrida que para mi gusto roza la perfección y que debido al gran éxito y popularidad que obtuvo, fue llevada al cine por el cineasta francés Jean Jacques Annaud en 1986, con Sean Connery en el papel principal y con Christian Slater haciendo de su joven discípulo.
La historia que se narra en esta novela es de sobra conocida.
Los pasos de fray Guillermo de Baskerville, un antiguo inquisidor, y de su discípulo Adso de Melk, nos llevan hasta una abadía benedictina.
Corre el invierno de 1327 y Guillermo debe prepararse para una reunión que tendrá lugar tras esos muros, entre la legación del papa Juan XXII y los líderes de la orden franciscana.
Lo que en un principio va a ser una reunión donde se debatirá sobre la pobreza apostólica, termina complicándose, ya que el éxito de la reunión se ve amenazado por una serie de muertes violentas que los monjes del lugar asociarán con la llegada del anticristo.
El centro del que parten todos los extraños sucesos parece ser la biblioteca.
Una torre oscura, cargada de trampas y laberintos, que no solo es un almacén de cultura, también es el lugar donde se esconde un antiquísimo manuscrito que traerá la muerte a todo aquel que se atreva a leerlo.
La abadía va a convertirse por tanto, en un personaje más; un testigo mudo que sufrirá como el resto de los que habitan en ella el azote del horror.
Ese recinto monacal tiene un protagonismo ambiguo, ya que existe una abadía de noche y otra de día. Lógicamente lo que ocurre entre sus muros es bastante más interesante cuando se recubre con un halo de nocturnidad.
El misterio como podéis ver inunda las páginas desde el comienzo...
Esta obra se divide en siete días, y estos a su vez según las horas litúrgicas. No os asustéis si desconocéis como es esa distribución, porque hay una explicación muy clara al respecto en la nota antes del prólogo.
Si os estáis preguntado dónde reside la genialidad de la que os hablaba al comienzo y que convierte a este libro en una joya literaria, os diré que Umberto Eco consigue que la linea que separa realidad de ficción sea completamente imperceptible para los lectores. Para esa labor utiliza a los personajes; hace que los ficticios se entremezclen con los que se han hecho un hueco en la Historia por méritos propios, y también por supuesto, para esa misión de emborronar deliberadamente esa linea, se vale del narrador, Adso de Melk.
El narrador.
La crónica de Adso va a estar repleta de advertencias...En primer lugar nos cuenta que escribe esas memorias, envueltas en muchos y vagos misterios, cuando ya es anciano; en un momento en que los recuerdos y la imaginación se funden en una mente fatigada, y también nos dice que intentará reflejar lo más fielmente posible los sucesos que ocurrieron en esa abadía de la cual no quiere reflejar ni nombre ni ubicación.
Por lo tanto ya tenéis los primeros avisos: su narración puede contener lagunas, e incluso como acabamos de ver, se suprimirán algunos datos de forma intencionada.
En Adso de Melk vamos a tener a un cronista muy activo que, además de esas advertencias que nos lanza desde las primeras páginas, no dudará a la hora de interrumpir su relato para hacer puntualizaciones sobre algunos hechos.
Con esto los lectores tenemos que andar con cuidado, porque sabemos que es un testigo parcial, un protagonista que solo puede contar lo que vio, y no debemos olvidar que su opinión es subjetiva.
Adso tampoco nos promete una descripción satisfactoria de todo lo que sucedió, tan solo nos ofrece un registro de hechos asombrosos y terribles, construido sobre la marcha y almacenado en su memoria, por lo tanto retomo lo dicho en el primer párrafo de esta sección dedicada al narrador, su relato estará muchas veces distorsionado por el paso del tiempo.
Tampoco nos va a ofrecer descripciones sobre los personajes salvo, claro está, cuando él considere que un rasgo muy definido o expresión de un rostro aparecen como signos de un lenguaje mudo pero elocuente; otro detalle que viene a confirmar que su narración está condicionada, porque de quien sí nos va a dar una descripción más atenta, como ya veréis, es de fray Guillermo de Baskerville, gran protagonista de esta obra al que no solo Adso termina por admirar.
Por lo tanto y resumiendo, sabemos que aunque podemos confiar en la buena fe del narrador, algunos datos pueden estar algo confusos.
Y ahora que ya os he presentado al narrador voy a hablaros un poco por encima de los personajes que más me han impactado.
Los mejores personajes.
Guillermo de Baskerville es un gran filósofo, un personaje sagaz y muy inteligente, capaz de percibir con claridad lo que el resto somos incapaces de ver aunque lo tengamos justo delante de nosotros; también hay que señalar que Guillermo, en ocasiones, resulta un poco arrogante por esa gran capacidad que tiene, y esa arrogancia le puede inducir al error.Pero hay otro par de personajes que también me impactaron junto con el protagonista...
Uno es el anciano Jorge de Burgos.
Un personaje con el que el fanatismo religioso se ve representado a la perfección.
Él es la memoria de la biblioteca y el alma del scriptorium, alguien capaz de dominar al resto infundiendo temor a través del verbo. Posee una capacidad asombrosa para infundir temor valiéndose de unos sermones cargados de dramatismo alegórico que, por supuesto, hacen temblar hasta a las mismas piedras.
El otro es un personaje digno de mención por tener una filosofía muy particular, me estoy refiriendo a Salvatore.
A este personaje podemos verlo en todo su esplendor a pesar del poco protagonismo con el que cuenta. Es un personaje simple, pero ni inculto ni necio, alguien que ha aprendido a sobrevivir en una tierra castigada durante siglos por la miseria y el abuso de los señores feudales, alguien que sueña con un mundo distinto.
Todos estos personajes que he citado me llevan a hablaros de otro tema muy interesante que no podemos obviar, la simbología, y es que esta se halla oculta en muchos de los diálogos.
No solo es lo que se dice... sino también el cómo, ya que muchas frases llevan ocultas un doble sentido y como ya os he dicho, hay grandes filósofos entre los personajes principales que recurren a la alegoría para transmitir o hacer entender sus ideas.
Umberto Eco nos ofrece un reflejo realista de la sociedad del medievo.
Desconozco si la finalidad de Umberto Eco con esta novela era cubrir sus páginas con un ligero velo de crítica hacia determinados asuntos, como la visión que nos ofrece de la iglesia y que contemplamos con claridad a través de los juicios que emite Guillermo, o bien, si su propósito era que el lector reflexionase libremente sobre ello...De lo que sí estoy segura es de que Umberto Eco nos ofrece un reflejo muy realista de la sociedad medieval. La descripción que hace sobre las luchas internas de la iglesia, que tuvieron lugar en ese periodo, se ajustan a los hechos.
Mientras que unas órdenes predicaban la renuncia a todos los bienes materiales, otras abogaban por todo lo contrario.
También se retrata fielmente el enfrentamiento que tuvo lugar entre el papa Juan XXII y Ludovico IV de Baviera, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, por aclarar quién debía gobernar por encima de quién.
Y por supuesto no puedo olvidar mencionar el papel destinado a las mujeres que también es descrito con acierto en el libro.
Solamente se nos reserva en él un papel minúsculo, sin derecho a una linea de texto, y la elegida para hacerlo cumple al pie de la letra con el arquetipo impuesto de "Eva".
Ella es la representación de la tentación, la llave que abre la puerta al pecado, la culpable de seducir con malas artes; un estigma que hemos arrastrado a lo largo de los siglos.
Para terminar os diré lo que menos me ha gustado...
El anciano Adso con su narración intenta mostrarnos la historia de forma lineal, pero en momentos por suerte muy puntuales, no puede evitar el irse por las ramas,al recordar con emoción los hechos que vivió en su juventud.
Esa explosión emotiva le lleva a recordar las enseñanzas de su mentor y los debates teológicos, que entre nosotros... aburren hasta a los muertos.
Aún así, esos momentos no pasan de ser anecdóticos y no le restan interés al conjunto de esta magnífica obra.
Etiquetas:
Novela Gótica,
Novela Histórica,
Thriller,
Umberto Eco
martes, 23 de abril de 2019
El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde de R. L. Stevenson
Sinopsis:
Con El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), obra maestra de la literatura de terror con que se abre esta selección de sus mejores narraciones de miedo, R.L. Stevenson volvió a ocuparse de un tema que le preocupó durante toda su corta vida: la dualidad de la naturaleza humana.
Todo empezó con un sueño: «Lo que soñé sobre el doctor Jekyll -confesó el autor al New York Herald- fue que un hombre se ve obligado a entrar en un armario e ingiere una droga que lo transforma en otro ser. Me desperté y comprendí inmediatamente que había encontrado el eslabón perdido que andaba buscando desde hacía mucho tiempo, y antes de irme a la cama tenía muy claro casi todos los detalles de la trama». Localizada en el corazón de un Londres victoriano, la novela viene a ser una sucesión de testimonios procedentes de varios testigos cuyo presunto fin es desvelar un misterio. Jekyll y Hyde son como una entidad disociada en dos. Hyde es la personalidad demoníaca, monstruosa de Jekyll, al que horrorizan las acciones de su doble maligno, y simboliza el mal que Jekyll se reprime a sí mismo, el cual, una vez liberado, no puede controlar.
Opinión:
El nacimiento de esta novela, tal y como nos cuentan en el prólogo, surgió a raíz de un sueño.
Stevenson, tras despertarse de él, ya tenía claro cuales iban a ser los pilares fundamentales sobre los que se construiría la trama de esta nueva novela.
No es la primera vez que leo que una historia surge de ese modo, debe ser que la mente de los autores, ávida de nutrirnos con nuevas ficciones, no descansa ni por la noche.
Ahora bien, no os vayáis a pensar que es así de sencillo, acostarse, soñar y ¡voilá!, ya tenemos una nueva obra maestra...
El resultado de ese sueño fue un primer manuscrito que terminó siendo quemado, ya que contenía demasiadas alusiones al sexo, algo inaceptable para la encorsetada mentalidad victoriana.
El siguiente texto, el que resultó ser el definitivo, volvió a estar reescrito en un tiempo record: tres días, pero tras ser enviado al editor, las condiciones que éste propuso no terminaron de convencer a Stevenson, ya que suponía publicarlo en una revista mensual.
Al final, no sin esfuerzo, consiguió que la obra fuese publicada como volumen independiente.
La fecha propuesta inicialmente para salir a la venta fue diciembre de 1885, pero debido a la gran avalancha de libros navideños se pospuso a enero de 1886.
El libro, tras recibir una crítica de The Times muy favorable, obtuvo un éxito inmediato.
En solo seis meses se vendieron más de 40.000 ejemplares y los mejores teatros, entre ellos los de Londres y Boston, empezaron a representarla en sus escenarios, destacando por encima de todas la extraordinaria interpretación y transformación que hacía en vivo el actor Richard Mansfield.
En El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, Stevenson hace gala de un excelente estilo, cargado de grandes descripciones que enriquecen el texto.
La historia se construye alrededor de Utterson, un personaje que actúa como narrador y que será el encargado de presentarnos a los escalofriantes protagonistas que dan título a la obra y que no tardan en hacerse con el control completo de la trama.
Lógicamente Utterson va a ser un narrador externo, el típico de la época victoriana que nos va a mostrar los hechos a modo de crónica, sin olvidar adjuntar una parte epistolar.
Respecto a la ambientación, Stevenson ubica la historia en el Londres victoriano y se beneficia de la climatología adversa. La mayor parte de la trama transcurre en oscuras calles, y eso sumado a las condiciones meteorológicas adversas, con la niebla de fondo que cubre por completo las calles, crea un marco sobrenatural que tiñe de nocturnidad y alevosía los actos perversos de los personajes.
Sin embargo, lo que más sorprende en este relato es la profundidad psicológica de los personajes.
Tanto el Romanticismo como el género gótico, al que pertenece este relato, coincidió con el auge del psicoanálisis, esto que puede llegar a parecer un detalle sin importancia dejó huella en muchas de las obras que se publicaron en ese periodo, dando lugar a personajes que arrastraban grandes traumas, dotados de grandes perfiles psicológicos que ahondaban en el subconsciente, en sus temores, como por ejemplo los personajes surgidos de la pluma de Mary Shelley en Frankenstein o el moderno Prometeo, o los de Oscar Wilde en "El retrato de Dorian Gray".
En esta obra, Stevenson consigue mostrar lo que se denominaba trastorno de la personalidad múltiple, donde dos o más personalidades conviven dentro de un mismo individuo. Una de esas personalidades, como bien sabréis, será la que intente hacerse con el control.
Hyde simboliza el mal, y Jekyll es consciente de que una vez liberado, según vaya ganando poder, no tendrá contención, por lo tanto uno tiene que anular inevitablemente al otro.
Y es que la historia de la Literatura está plagada de libros que relatan la lucha entre el bien y el mal, donde un personaje representa al alma bondadosa mientras que su antagonista refleja el mal más absoluto.
Ahora bien, en esta narración no va a suceder exactamente así, porque aunque Stevenson juega con la lucha entre el bien y el mal, también mete en juego la dualidad con la existencia de dos personalidades distintas dentro de un mismo ser.
Jekyll y Hyde son dos identidades opuestas, la cara y la cruz de una misma moneda; dos personajes unidos, indivisibles el uno al otro, la pregunta que le surge al lector es ¿hasta cuándo?...
En un principio podemos pensar que a Jekyll le horrorizan las acciones de su "yo" maligno, porque sabe que esos actos nacen en su interior; también podríamos pensar que el motivo de que le permita surgir de forma voluntaria con la increíble pócima, es un intento de librarse de ese mal que le atormenta... pero no nos dejemos engañar, Jekyll disfruta liberando a Hyde.
La sociedad victoriana era una sociedad muy rígida, cargada de normas, que un personaje honorable como el Dr. Jekyll jamás pensaría en romper.
Hyde supone por lo tanto la liberación, el medio de librarse de esas ataduras. Cuando toma la pócima, Jekyll transforma su aspecto y elimina sus inhibiciones. Dispone de un nuevo aspecto, tan vulgar y desagradable que nadie será capaz de asociar con él; no tiene conciencia ni ataduras.
Hyde es la personalidad que le permite dar rienda suelta a sus instintos más reprimidos, disfrutar de los placeres prohibidos.
Esta historia de Stevenson, al igual que ocurría con el Frankenstein de Mary Shelley, podemos contemplarla como la parábola de la arrogancia científica.
Jekyll, al igual que Víctor, juega a ser Dios. Para lograr sus anhelos elabora la pócima y da rienda suelta a Hyde.
Del final poco podemos decir que no se sepa, ya que es un clásico de sobra conocido, pero solo añadiré que Stevenson hace uso de la justicia divina.
Y poco más os puedo contar...
Esta frase con la que acabo la reseña, aparece en los primeros capitulos del libro.
Surge de los pensamientos de Utterson y es una especie de juego de palabras.
El equivalente fonético de Hyde, es decir Hide, significa esconder u ocultar; y el de Seek, buscar.
La interpretación más aproximada sería... "Si él es el que se esconde, yo seré el que le busque", y me sirve para hablaros de otra novela recientemente publicada y que lleva el título de Dr. Jekyll y Mr. Seek de Anthony O'Neill.
Una obra que perfectamente podría ser una secuela, digna heredera de esta que acabo de comentar y de la que en breve también subiré mi opinión.
Con El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde (1886), obra maestra de la literatura de terror con que se abre esta selección de sus mejores narraciones de miedo, R.L. Stevenson volvió a ocuparse de un tema que le preocupó durante toda su corta vida: la dualidad de la naturaleza humana.
Todo empezó con un sueño: «Lo que soñé sobre el doctor Jekyll -confesó el autor al New York Herald- fue que un hombre se ve obligado a entrar en un armario e ingiere una droga que lo transforma en otro ser. Me desperté y comprendí inmediatamente que había encontrado el eslabón perdido que andaba buscando desde hacía mucho tiempo, y antes de irme a la cama tenía muy claro casi todos los detalles de la trama». Localizada en el corazón de un Londres victoriano, la novela viene a ser una sucesión de testimonios procedentes de varios testigos cuyo presunto fin es desvelar un misterio. Jekyll y Hyde son como una entidad disociada en dos. Hyde es la personalidad demoníaca, monstruosa de Jekyll, al que horrorizan las acciones de su doble maligno, y simboliza el mal que Jekyll se reprime a sí mismo, el cual, una vez liberado, no puede controlar.
Opinión:
El nacimiento de esta novela, tal y como nos cuentan en el prólogo, surgió a raíz de un sueño.
Stevenson, tras despertarse de él, ya tenía claro cuales iban a ser los pilares fundamentales sobre los que se construiría la trama de esta nueva novela.
No es la primera vez que leo que una historia surge de ese modo, debe ser que la mente de los autores, ávida de nutrirnos con nuevas ficciones, no descansa ni por la noche.
Ahora bien, no os vayáis a pensar que es así de sencillo, acostarse, soñar y ¡voilá!, ya tenemos una nueva obra maestra...
El resultado de ese sueño fue un primer manuscrito que terminó siendo quemado, ya que contenía demasiadas alusiones al sexo, algo inaceptable para la encorsetada mentalidad victoriana.
El siguiente texto, el que resultó ser el definitivo, volvió a estar reescrito en un tiempo record: tres días, pero tras ser enviado al editor, las condiciones que éste propuso no terminaron de convencer a Stevenson, ya que suponía publicarlo en una revista mensual.
Al final, no sin esfuerzo, consiguió que la obra fuese publicada como volumen independiente.
La fecha propuesta inicialmente para salir a la venta fue diciembre de 1885, pero debido a la gran avalancha de libros navideños se pospuso a enero de 1886.
El libro, tras recibir una crítica de The Times muy favorable, obtuvo un éxito inmediato.
En solo seis meses se vendieron más de 40.000 ejemplares y los mejores teatros, entre ellos los de Londres y Boston, empezaron a representarla en sus escenarios, destacando por encima de todas la extraordinaria interpretación y transformación que hacía en vivo el actor Richard Mansfield.
En El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde, Stevenson hace gala de un excelente estilo, cargado de grandes descripciones que enriquecen el texto.
La historia se construye alrededor de Utterson, un personaje que actúa como narrador y que será el encargado de presentarnos a los escalofriantes protagonistas que dan título a la obra y que no tardan en hacerse con el control completo de la trama.
Lógicamente Utterson va a ser un narrador externo, el típico de la época victoriana que nos va a mostrar los hechos a modo de crónica, sin olvidar adjuntar una parte epistolar.
Respecto a la ambientación, Stevenson ubica la historia en el Londres victoriano y se beneficia de la climatología adversa. La mayor parte de la trama transcurre en oscuras calles, y eso sumado a las condiciones meteorológicas adversas, con la niebla de fondo que cubre por completo las calles, crea un marco sobrenatural que tiñe de nocturnidad y alevosía los actos perversos de los personajes.
Sin embargo, lo que más sorprende en este relato es la profundidad psicológica de los personajes.
Tanto el Romanticismo como el género gótico, al que pertenece este relato, coincidió con el auge del psicoanálisis, esto que puede llegar a parecer un detalle sin importancia dejó huella en muchas de las obras que se publicaron en ese periodo, dando lugar a personajes que arrastraban grandes traumas, dotados de grandes perfiles psicológicos que ahondaban en el subconsciente, en sus temores, como por ejemplo los personajes surgidos de la pluma de Mary Shelley en Frankenstein o el moderno Prometeo, o los de Oscar Wilde en "El retrato de Dorian Gray".
En esta obra, Stevenson consigue mostrar lo que se denominaba trastorno de la personalidad múltiple, donde dos o más personalidades conviven dentro de un mismo individuo. Una de esas personalidades, como bien sabréis, será la que intente hacerse con el control.
Hyde simboliza el mal, y Jekyll es consciente de que una vez liberado, según vaya ganando poder, no tendrá contención, por lo tanto uno tiene que anular inevitablemente al otro.
Y es que la historia de la Literatura está plagada de libros que relatan la lucha entre el bien y el mal, donde un personaje representa al alma bondadosa mientras que su antagonista refleja el mal más absoluto.
Ahora bien, en esta narración no va a suceder exactamente así, porque aunque Stevenson juega con la lucha entre el bien y el mal, también mete en juego la dualidad con la existencia de dos personalidades distintas dentro de un mismo ser.
Jekyll y Hyde son dos identidades opuestas, la cara y la cruz de una misma moneda; dos personajes unidos, indivisibles el uno al otro, la pregunta que le surge al lector es ¿hasta cuándo?...
En un principio podemos pensar que a Jekyll le horrorizan las acciones de su "yo" maligno, porque sabe que esos actos nacen en su interior; también podríamos pensar que el motivo de que le permita surgir de forma voluntaria con la increíble pócima, es un intento de librarse de ese mal que le atormenta... pero no nos dejemos engañar, Jekyll disfruta liberando a Hyde.
La sociedad victoriana era una sociedad muy rígida, cargada de normas, que un personaje honorable como el Dr. Jekyll jamás pensaría en romper.
Hyde supone por lo tanto la liberación, el medio de librarse de esas ataduras. Cuando toma la pócima, Jekyll transforma su aspecto y elimina sus inhibiciones. Dispone de un nuevo aspecto, tan vulgar y desagradable que nadie será capaz de asociar con él; no tiene conciencia ni ataduras.
Hyde es la personalidad que le permite dar rienda suelta a sus instintos más reprimidos, disfrutar de los placeres prohibidos.
Esta historia de Stevenson, al igual que ocurría con el Frankenstein de Mary Shelley, podemos contemplarla como la parábola de la arrogancia científica.
Jekyll, al igual que Víctor, juega a ser Dios. Para lograr sus anhelos elabora la pócima y da rienda suelta a Hyde.
Del final poco podemos decir que no se sepa, ya que es un clásico de sobra conocido, pero solo añadiré que Stevenson hace uso de la justicia divina.
Y poco más os puedo contar...
"Si él es Mr. Hyde, yo seré Mr. Seek" .
Esta frase con la que acabo la reseña, aparece en los primeros capitulos del libro.
Surge de los pensamientos de Utterson y es una especie de juego de palabras.
El equivalente fonético de Hyde, es decir Hide, significa esconder u ocultar; y el de Seek, buscar.
La interpretación más aproximada sería... "Si él es el que se esconde, yo seré el que le busque", y me sirve para hablaros de otra novela recientemente publicada y que lleva el título de Dr. Jekyll y Mr. Seek de Anthony O'Neill.
Una obra que perfectamente podría ser una secuela, digna heredera de esta que acabo de comentar y de la que en breve también subiré mi opinión.
Etiquetas:
Narrativa Clásica,
Novela Gótica,
R. L. Stevenson
martes, 16 de abril de 2019
Vuelve de Samuel Benchetrit
Sinopsis:
Adicto a los cigarrillos y al alcohol, con alergia a las responsabilidades y en búsqueda constante de una inspiración que no llega… Así es el antihéroe encantador y tierno de Vuelve, al que sólo le queda agarrarse desesperadamente al único proyecto viable que tiene en el horizonte: la adaptación de uno de sus libros a serie de televisión. El problema es que el libro ya no está disponible y el productor en cuestión todavía tiene que leerlo.
El autor se lanza a una búsqueda desenfrenada por encontrar un ejemplar, que localiza en manos de una fan ya muy mayor que vive en una residencia de ancianos. Sin embargo, no cuenta con encontrarse con Suzanne, una bella enfermera con un tartamudeo adorable de la que se enamora inmediatamente. ¿Podría ser éste el final feliz de su historia? Antes tendrá que lidiar con una increíble serie de malentendidos con personajes que hubiera querido tener bien lejos y, sobre todo, deberá asumir la ausencia de su hijo, quien ha emprendido un largo viaje por el mundo y le lanza a su padre un enigma que queda en el centro de la historia y que tendrá que resolver necesariamente: «¿Qué le dice un padre esquimal a su hijo antes de que se lance a conocer el mundo?».
Una pequeña joya sobre un escritor en plena crisis creativa y la enternecedora historia sobre la relación con su hijo
Opinión:
Hoy vengo a hablaros de otra de esas novelas que una vez en mis manos se ha convertido en decepción; otra de esas historias en las que te sumerges con ilusión y terminas preguntándote dónde está esa genialidad de la que hablan por todos lados.
Vuelve, según nos indican en la sinopsis, es la historia de un escritor convertido en antihéroe al que perseguirán los malentendidos; con solo esos detalles da la sensación de que vamos a tener la carcajada asegurada, pero no es así, porque lo más interesante, lo más intenso que ocurre en la novela, está reflejado en la sinopsis.
Ha resultado ser una comedia demasiado ligera, una historia más del montón con un protagonista sencillo, quizás ahí reside la gracia, pero a mí me gustan las tramas más elaboradas y con más sustancia.
La resumiría como una obra a la que le cuesta coger ritmo, con un amago de volverse algo más interesante a la mitad, pero que al final le falta chispa.
Creo que el fallo está en que el autor toca muchos temas de forma superficial pero no llega a profundizar en ninguno de ellos, como esas personas que empiezan cientos de pasatiempos y no terminan ninguno, dejándolo todo por medio, aunque ya sabéis que todo es relativo, y puede que yo no entienda el sentido del humor francés...
La novela es muy cortita y está dividida en 40 capítulos muy breves.
El protagonista es un escritor venido a menos, ha pasado tiempo desde la publicación de su último libro, "Hormigón armado", y parece que le han abandonado las musas; en resumidas cuentas, es un hombre normal y corriente sumido en una crisis personal, económica y profesional.
Cuando un productor se interesa por esa antigua obra suya para llevarla a la tv, eso propiciará que su vida de un giro radical.
De esa forma empieza para él la ventura de hacerse con un ejemplar de su novela, porque parece que todas las copias han desaparecido y el único lugar para conseguir una es en "Amazon".
Esa búsqueda, que se terminará convirtiendo en una misión imposible, nos llevará a lo que podríamos denominar como viaje iniciático, con situaciones adversas que le harán que cambie su forma de contemplar la vida.
La premisa de la que parte la historia, esa búsqueda del ejemplar perdido, me recordaba muchísimo a lo que se denomina como "el arma de Chejov"; este autor decía que "Si pones un arma en el primer capítulo es para que en algún momento sea disparada, no para que esté de adorno", es decir, todo lo que no resulte importante para la trama debe ser eliminado, porque de lo contrario parecerá mera paja, y eso es precisamente lo que ocurre aquí.
El famoso ejemplar solo hace avanzar el argumento al comienzo, parece un macguffin, una excusa argumental que luego no tiene ninguna importancia, porque todos terminan olvidándose de él y desaparece de escena de forma abrupta, como si Samuel Benchetrit se olvidase del motivo por el qué empezó el libro
A mí ese detalle me genera confusión, porque no sé si se olvida de él porque no sabe cómo continuar o simplemente porque le corre prisa acabar.
Como veis ha sido una historia que no me ha llegado a convencer, quizás porque esperaba bastante más de ella; es sencilla, pero también cargada de demasiados clichés y le falta ingenio.
Sobre el enigma que le lanza su hijo, es más de lo mismo:
«¿Qué le dice un padre esquimal a su hijo antes de que se lance a conocer el mundo?», como bien señalan en la sinopsis, esa pregunta se queda en el centro de la historia, por su sencillez, no creo que ningún lector haya tardado más de dos minutos en averiguar cuál es su solución...
Adicto a los cigarrillos y al alcohol, con alergia a las responsabilidades y en búsqueda constante de una inspiración que no llega… Así es el antihéroe encantador y tierno de Vuelve, al que sólo le queda agarrarse desesperadamente al único proyecto viable que tiene en el horizonte: la adaptación de uno de sus libros a serie de televisión. El problema es que el libro ya no está disponible y el productor en cuestión todavía tiene que leerlo.
El autor se lanza a una búsqueda desenfrenada por encontrar un ejemplar, que localiza en manos de una fan ya muy mayor que vive en una residencia de ancianos. Sin embargo, no cuenta con encontrarse con Suzanne, una bella enfermera con un tartamudeo adorable de la que se enamora inmediatamente. ¿Podría ser éste el final feliz de su historia? Antes tendrá que lidiar con una increíble serie de malentendidos con personajes que hubiera querido tener bien lejos y, sobre todo, deberá asumir la ausencia de su hijo, quien ha emprendido un largo viaje por el mundo y le lanza a su padre un enigma que queda en el centro de la historia y que tendrá que resolver necesariamente: «¿Qué le dice un padre esquimal a su hijo antes de que se lance a conocer el mundo?».
Una pequeña joya sobre un escritor en plena crisis creativa y la enternecedora historia sobre la relación con su hijo
Opinión:
Hoy vengo a hablaros de otra de esas novelas que una vez en mis manos se ha convertido en decepción; otra de esas historias en las que te sumerges con ilusión y terminas preguntándote dónde está esa genialidad de la que hablan por todos lados.
Vuelve, según nos indican en la sinopsis, es la historia de un escritor convertido en antihéroe al que perseguirán los malentendidos; con solo esos detalles da la sensación de que vamos a tener la carcajada asegurada, pero no es así, porque lo más interesante, lo más intenso que ocurre en la novela, está reflejado en la sinopsis.
Ha resultado ser una comedia demasiado ligera, una historia más del montón con un protagonista sencillo, quizás ahí reside la gracia, pero a mí me gustan las tramas más elaboradas y con más sustancia.
La resumiría como una obra a la que le cuesta coger ritmo, con un amago de volverse algo más interesante a la mitad, pero que al final le falta chispa.
Creo que el fallo está en que el autor toca muchos temas de forma superficial pero no llega a profundizar en ninguno de ellos, como esas personas que empiezan cientos de pasatiempos y no terminan ninguno, dejándolo todo por medio, aunque ya sabéis que todo es relativo, y puede que yo no entienda el sentido del humor francés...
La novela es muy cortita y está dividida en 40 capítulos muy breves.
El protagonista es un escritor venido a menos, ha pasado tiempo desde la publicación de su último libro, "Hormigón armado", y parece que le han abandonado las musas; en resumidas cuentas, es un hombre normal y corriente sumido en una crisis personal, económica y profesional.
Cuando un productor se interesa por esa antigua obra suya para llevarla a la tv, eso propiciará que su vida de un giro radical.
De esa forma empieza para él la ventura de hacerse con un ejemplar de su novela, porque parece que todas las copias han desaparecido y el único lugar para conseguir una es en "Amazon".
Esa búsqueda, que se terminará convirtiendo en una misión imposible, nos llevará a lo que podríamos denominar como viaje iniciático, con situaciones adversas que le harán que cambie su forma de contemplar la vida.
La premisa de la que parte la historia, esa búsqueda del ejemplar perdido, me recordaba muchísimo a lo que se denomina como "el arma de Chejov"; este autor decía que "Si pones un arma en el primer capítulo es para que en algún momento sea disparada, no para que esté de adorno", es decir, todo lo que no resulte importante para la trama debe ser eliminado, porque de lo contrario parecerá mera paja, y eso es precisamente lo que ocurre aquí.
El famoso ejemplar solo hace avanzar el argumento al comienzo, parece un macguffin, una excusa argumental que luego no tiene ninguna importancia, porque todos terminan olvidándose de él y desaparece de escena de forma abrupta, como si Samuel Benchetrit se olvidase del motivo por el qué empezó el libro
A mí ese detalle me genera confusión, porque no sé si se olvida de él porque no sabe cómo continuar o simplemente porque le corre prisa acabar.
Como veis ha sido una historia que no me ha llegado a convencer, quizás porque esperaba bastante más de ella; es sencilla, pero también cargada de demasiados clichés y le falta ingenio.
Sobre el enigma que le lanza su hijo, es más de lo mismo:
«¿Qué le dice un padre esquimal a su hijo antes de que se lance a conocer el mundo?», como bien señalan en la sinopsis, esa pregunta se queda en el centro de la historia, por su sencillez, no creo que ningún lector haya tardado más de dos minutos en averiguar cuál es su solución...
martes, 9 de abril de 2019
Crimen perfecto de Frederick Knott
Sinopsis:
Tony Wendice quiere asesinar a su esposa Margot para conseguir su dinero.
Para ello, chantajea a un antiguo conocido para que entre en la casa en su ausencia y estrangule a Margot cuando ella reciba una llamada telefónica.
Sin embargo, el plan falla, y es ella la que termina matando a su asesino.
Margot pasa de ser víctima, a ser sospechosa de asesinato.
Esta obra teatral escrita por el dramaturgo inglés Frederick Knott, fue estrenada en la BBC en 1952 y posteriormente en los escenarios londinenses y neoyorquinos.
Alfred Hitchcock la llevó al cine en 1954 con guión del propio Knott.
Opinión:
Hoy os traigo al blog otra de esas obras llevadas al cine por Alfred Hitchcock que parten de un trabajo literario; en esta ocasión es una obra de teatro muy breve, de tan solo 120 páginas, escrita por el dramaturgo Frederick Knott y cuya historia ya había saboreado las mieles del éxito en sus representaciones teatrales.
Seguro que el título os suena, Crimen perfecto.
Esta obra que rodaría en 1954 Alfred Hitchcock, aquí en España llegó a los cines bajo el título que ya conocéis, mientras que en otros lugares lo hizo como "M de muerte" o "La llamada fatal".
Hace muy poco, leyendo otra novela que giraba sobre crímenes se decía en ella que, "El crimen perfecto no es el que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un culpable equivocado".
Esa definición puede ser acertada, pero como en toda premisa esa afirmación da pie a una discusión.
Yo creo que el crimen perfecto es aquel con tal grado de planificación que no deja indicios o rastros para dar con el criminal.
Se mire como se mire, ambas definiciones pueden resultar igual de válidas, pero antes de meternos en si el crimen perfecto es posible, creo que deberíamos tener en cuenta otros detalles.
El primero, para que haya un crimen tiene que haber un motivo...
Los motivos más frecuentes son el miedo, los celos, el dinero, la venganza o el instinto de protección, yo pienso que también se podría incluir el odio, pero supongo que ese sentimiento ya entraría dentro de la venganza.
Otro detalle indispensable para un crimen, es la víctima y el asesino, y por supuesto igual de importante resulta el modus operandi; sobre todo este conjunto, Agatha Christie podría darnos una clase magistral para contar con más detalles que a mí se me escapan.
Haciendo un breve resumen tenemos el: Quién mata y a Quién, el Modo y el Porqué; ahora solo nos queda meter estos ingredientes en una bolsa, agitarlos y esperar a que todo salga según lo previsto.
¿Pero qué ocurre?
Pues que esto puesto sobre el papel queda muy bonito.
En un libro, si su autor quiere que el asesino se vaya de rositas, se irá, nada se lo impide...
El autor sabe más que el narrador y que los personajes, y además cuenta con las casualidades y sus propias licencias.
Las cosas funcionan porque hasta el detalle más pequeño ocurre tal y cómo el autor lo planea; los personajes no responden al libre albedrío, son peones y se mueven al puesto que se les indica, cosa que en la vida real no sucedería así, porque hay factores externos con los cuales no se puede contar. Con esto lo que quiero decir es que desconozco si en la vida real existiría el crimen perfecto, de lo que sí estoy segura es que en el papel sí que existe, siempre y cuando el autor así lo desee.
En esta historia vamos a encontrarnos todo lo citado hasta el momento, lo que ocurre es que se dan a la vez varias situaciones de las expuestas.
La organización del crimen es en un principio, perfecta, pero parece que el autor no las tiene todas consigo, y en un momento crítico decide cambiar de opinión y prescinde de matar a la mujer, que era el fin de esta historia, dando un giro radical a la trama.
¿Cómo lo hace? muy sencillo, sacándose un as de la manga y metiendo en la escena un elemento con el que hasta entonces no habíamos contado, ni el asesino ni nosotros los lectores.
Todo esto en lo que se refiere a la trama, un argumento que nos han explotado hasta la saciedad, explicándonos cada uno de los detalles, por lo que creo que no habré metido ningún spoiler.
La obra teatral se divide en tres actos y aunque se trata de una obra policíaca, lo cierto es que el detective tiene muy poco protagonismo, siendo las escenas en las que interviene muy breves, aunque eso sí, determinantes.
Respecto a los personajes tengo que decir que están muy poco definidos.
Al tratarse de una obra de teatro, el autor se vale de su presencia, del modo en que se mueven por el escenario y de su tono, de la forma de interpretar los diálogos, y eso es bastante para hacernos una idea completa de como son en realidad.
Y con esto doy casi por terminada la reseña, solo me queda hablaros sobre las películas...
Si alguno de vosotros ha tenido la suerte de ver la versión hecha por Hitchcock de esta obra, con Grace Kelly y Ray Milland como protagonistas, y también la que se hizo posteriormente en 1998 con Gwyneth Paltrow y Michael Douglas, veréis tras leer el libro que la que mejor se adapta a la obra teatral es la primera. La película de 1998 es un remake, una nueva versión de la película y pierde parte de la esencia que Hitchcock logró conservar ajustándose a la obra de Frederick Knott.
Por cierto... Hitchcock trató este mismo tema del Crimen perfecto cuando realizo Extraños en un tren, obra de Patricia Highsmith; aunque la película no está nada mal, hay que reconocer que la novela es mucho mejor, ya que Hitchcock se tomó demasiadas licencias, alterando en exceso la obra original.
Tony Wendice quiere asesinar a su esposa Margot para conseguir su dinero.
Para ello, chantajea a un antiguo conocido para que entre en la casa en su ausencia y estrangule a Margot cuando ella reciba una llamada telefónica.
Sin embargo, el plan falla, y es ella la que termina matando a su asesino.
Margot pasa de ser víctima, a ser sospechosa de asesinato.
Esta obra teatral escrita por el dramaturgo inglés Frederick Knott, fue estrenada en la BBC en 1952 y posteriormente en los escenarios londinenses y neoyorquinos.
Alfred Hitchcock la llevó al cine en 1954 con guión del propio Knott.
Opinión:
Hoy os traigo al blog otra de esas obras llevadas al cine por Alfred Hitchcock que parten de un trabajo literario; en esta ocasión es una obra de teatro muy breve, de tan solo 120 páginas, escrita por el dramaturgo Frederick Knott y cuya historia ya había saboreado las mieles del éxito en sus representaciones teatrales.
Seguro que el título os suena, Crimen perfecto.
Esta obra que rodaría en 1954 Alfred Hitchcock, aquí en España llegó a los cines bajo el título que ya conocéis, mientras que en otros lugares lo hizo como "M de muerte" o "La llamada fatal".
Hace muy poco, leyendo otra novela que giraba sobre crímenes se decía en ella que, "El crimen perfecto no es el que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un culpable equivocado".
Esa definición puede ser acertada, pero como en toda premisa esa afirmación da pie a una discusión.
Yo creo que el crimen perfecto es aquel con tal grado de planificación que no deja indicios o rastros para dar con el criminal.
Se mire como se mire, ambas definiciones pueden resultar igual de válidas, pero antes de meternos en si el crimen perfecto es posible, creo que deberíamos tener en cuenta otros detalles.
El primero, para que haya un crimen tiene que haber un motivo...
Los motivos más frecuentes son el miedo, los celos, el dinero, la venganza o el instinto de protección, yo pienso que también se podría incluir el odio, pero supongo que ese sentimiento ya entraría dentro de la venganza.
Otro detalle indispensable para un crimen, es la víctima y el asesino, y por supuesto igual de importante resulta el modus operandi; sobre todo este conjunto, Agatha Christie podría darnos una clase magistral para contar con más detalles que a mí se me escapan.
Haciendo un breve resumen tenemos el: Quién mata y a Quién, el Modo y el Porqué; ahora solo nos queda meter estos ingredientes en una bolsa, agitarlos y esperar a que todo salga según lo previsto.
¿Pero qué ocurre?
Pues que esto puesto sobre el papel queda muy bonito.
En un libro, si su autor quiere que el asesino se vaya de rositas, se irá, nada se lo impide...
El autor sabe más que el narrador y que los personajes, y además cuenta con las casualidades y sus propias licencias.
Las cosas funcionan porque hasta el detalle más pequeño ocurre tal y cómo el autor lo planea; los personajes no responden al libre albedrío, son peones y se mueven al puesto que se les indica, cosa que en la vida real no sucedería así, porque hay factores externos con los cuales no se puede contar. Con esto lo que quiero decir es que desconozco si en la vida real existiría el crimen perfecto, de lo que sí estoy segura es que en el papel sí que existe, siempre y cuando el autor así lo desee.
En esta historia vamos a encontrarnos todo lo citado hasta el momento, lo que ocurre es que se dan a la vez varias situaciones de las expuestas.
La organización del crimen es en un principio, perfecta, pero parece que el autor no las tiene todas consigo, y en un momento crítico decide cambiar de opinión y prescinde de matar a la mujer, que era el fin de esta historia, dando un giro radical a la trama.
¿Cómo lo hace? muy sencillo, sacándose un as de la manga y metiendo en la escena un elemento con el que hasta entonces no habíamos contado, ni el asesino ni nosotros los lectores.
Todo esto en lo que se refiere a la trama, un argumento que nos han explotado hasta la saciedad, explicándonos cada uno de los detalles, por lo que creo que no habré metido ningún spoiler.
La obra teatral se divide en tres actos y aunque se trata de una obra policíaca, lo cierto es que el detective tiene muy poco protagonismo, siendo las escenas en las que interviene muy breves, aunque eso sí, determinantes.
Respecto a los personajes tengo que decir que están muy poco definidos.
Al tratarse de una obra de teatro, el autor se vale de su presencia, del modo en que se mueven por el escenario y de su tono, de la forma de interpretar los diálogos, y eso es bastante para hacernos una idea completa de como son en realidad.
Y con esto doy casi por terminada la reseña, solo me queda hablaros sobre las películas...
Si alguno de vosotros ha tenido la suerte de ver la versión hecha por Hitchcock de esta obra, con Grace Kelly y Ray Milland como protagonistas, y también la que se hizo posteriormente en 1998 con Gwyneth Paltrow y Michael Douglas, veréis tras leer el libro que la que mejor se adapta a la obra teatral es la primera. La película de 1998 es un remake, una nueva versión de la película y pierde parte de la esencia que Hitchcock logró conservar ajustándose a la obra de Frederick Knott.
Por cierto... Hitchcock trató este mismo tema del Crimen perfecto cuando realizo Extraños en un tren, obra de Patricia Highsmith; aunque la película no está nada mal, hay que reconocer que la novela es mucho mejor, ya que Hitchcock se tomó demasiadas licencias, alterando en exceso la obra original.
Etiquetas:
Frederick Knott,
Novela Policíaca,
Teatro
martes, 2 de abril de 2019
La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca
Sinopsis:
A la muerte de su marido, Bernarda impone a sus hijas un luto riguroso de 8 años. Tan riguroso que ni siquiera podrán salir de casa, frustrando así las necesidades de sus cuatro hijas, ”en edad de merecer”. Después de haber negado a Martirio como prometida a un Humanes «por ser gañán», compromete a Angustias con Pepe «El Romano».
La aparición de este personaje desencadena una serie de acontecimientos que degenera en una confrontación entre la madre y las hijas y sobre todo entre éstas últimas. Poncia, una de las criadas de confianza de la casa, trata de advertir a la señora sobre las consecuencias de una disciplina tan rígida. Pero Bernarda rechaza todas las críticas; primero para no perder su aparente seguridad y, segundo, porque no puede aceptar consejos de una persona que está a su servicio.
Opinión:
La casa de Bernarda Alba es el último drama escrito por Federico García Lorca poco antes de su asesinato en 1936, pero no pudo ser publicada ni editada hasta 1945. En esa fecha Margarita Xirgu, una de las grandes actrices que habían representado las obras de Lorca, la estrenó en el teatro Avenida de Buenos Aires.
La obra de teatro consta de tres actos y narra la historia de Bernarda Alba y sus hijas.
Lorca nos ofrece una historia costumbrista donde se critica el papel destinado a las mujeres, papel que se recrudece en la España rural, en la España más profunda. Una denuncia de la violencia y del fanatismo religioso.
Los temas principales serán la muerte, el amor, el odio y la envidia, e incluso el miedo a la soledad.
Tras la muerte del segundo marido de Bernarda, esta impone un luto riguroso de ocho años.
Tres generaciones de mujeres de una misma familia se van a ver encerradas en esa casa; La abuela, María Josefa, que ya vive encerrada en sus recuerdos; Bernarda de 60 años, déspota, autoritaria y odiada por cuantos la conocen; y sus cinco hijas, Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.
La frase con la que he iniciado la reseña es quizás la que describe mejor no solo el carácter autoritario de la protagonista, sino también la suerte que espera a sus hijas.
En todo el teatro de este autor, lo visual, como ya veréis más abajo, tiene tanta importancia como los diálogos o el argumento. Cada uno de los detalles aparecen colocados estratégicamente tejiendo una red que atrapa no solo a los personajes, sino también a todos aquellos que se adentran entre las páginas de sus obras.
El simbolismo.
La casa de Bernarda Alba está cargada de simbolismo y eso es precisamente lo que más me ha gustado, porque ese simbolismo consigue adueñarse de la trama desde las primeras escenas.
El lector debe descifrarlo, trazar las líneas ocultas que unen lo que se ve con lo que se oculta de verdad en ello.
El bastón de Bernarda, un elemento que se ha convertido en una extensión de su mano dura, reflejará el poder, la autoridad, el dominio y por eso al final, Adela se lo rompe. Con ese gesto hace desaparecer la influencia sobre ellas.
Lorca también juega mucho con el color, busca impactar y lo consigue haciendo uso de grandes contrastes.
El blanco frente al negro va a ser el juego cromático que se repetirá a lo largo de los tres actos, desde que se levanta el telón por primera vez, y es que la puesta en escena para remarcar este efecto es fundamental. Os cito unos cuantos ejemplos...
La casa, la que va a convertirse en la prisión de esas mujeres, aparece representada con gruesos muros pintados de blanco, con cortinas pesadas de yute y rematadas con madroños y volantes que dan sensación de sobrecarga, de asfixia y con las cuales se van a tapar las entradas de luz, dejándolo todo en penumbra.
La mañana luminosa, con un sol brillante, es salpicada por el color negro del luto, que visten todos los que asisten al funeral.
La luna rompe la noche cerrada...
Pero sigamos con el blanco...
Hay una obsesión a lo largo de la obra por la limpieza.
La blancura es sinónimo de pureza, de virginidad, de inocencia, e incluso si lo identificamos con las hijas, significa sumisión, y cuanto más puro es el blanco es más perfecto.
En cambio el negro simboliza la muerte, lo malo, la decadencia, lo autoritario... Y eso sin ahondar en simbología religiosa.
Todos los que hayáis leído esta obra o visto alguna de sus representaciones, recordaréis una de las escenas casi llegando al final, donde hablan sobre el caballo Garañón que está golpeando las paredes, completamente blanco destaca su silueta en la noche oscura y parece una aparición.
Aquí Lorca no solo juega con el color sino que representa en el caballo la frustración sexual y el deseo de escapar que hay en la casa.
Hasta los nombres con los que viste a sus personajes tienen un significado oculto.
Magdalena, como su nombre indica se pasa el día llorando y lamentándose; Martirio es una sufridora constante, Angustias siempre agobiada... y así hasta llegar al último personaje. Quizás el que más me ha gustado es Poncia, una de las criadas, que juega a dos bandos con tal de que la dejen tranquila, y ante el conflicto se lava las manos como Poncio Pilatos.
Lo que se dice y el modo de decirlo, dando a entender cosas, o valiéndose de frases que no llegan a terminarse pero cuyo significado se intuye, cobra tanta importancia como lo que no se dice.
A partir del segundo acto se va viendo como el encierro empieza a causar un efecto negativo sobre las mujeres, alterando el microcosmos que se ha creado en la casa. La tensión y las emociones se intensifican hasta llegar a la tragedia, un drama que se masca desde el comienzo.
Estamos ante una historia protagonizada exclusivamente por mujeres, donde los hombres tan solo son citados, no cuentan ni con una sola línea de texto, y aun así, la representación de la sociedad machista y patriarcal está presente, recrudeciéndose en el comportamiento de Bernarda, que asume el papel de dictadora.
Una obra muy, muy recomendable.
A la muerte de su marido, Bernarda impone a sus hijas un luto riguroso de 8 años. Tan riguroso que ni siquiera podrán salir de casa, frustrando así las necesidades de sus cuatro hijas, ”en edad de merecer”. Después de haber negado a Martirio como prometida a un Humanes «por ser gañán», compromete a Angustias con Pepe «El Romano».
La aparición de este personaje desencadena una serie de acontecimientos que degenera en una confrontación entre la madre y las hijas y sobre todo entre éstas últimas. Poncia, una de las criadas de confianza de la casa, trata de advertir a la señora sobre las consecuencias de una disciplina tan rígida. Pero Bernarda rechaza todas las críticas; primero para no perder su aparente seguridad y, segundo, porque no puede aceptar consejos de una persona que está a su servicio.
Opinión:
"En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta de que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas".
La casa de Bernarda Alba es el último drama escrito por Federico García Lorca poco antes de su asesinato en 1936, pero no pudo ser publicada ni editada hasta 1945. En esa fecha Margarita Xirgu, una de las grandes actrices que habían representado las obras de Lorca, la estrenó en el teatro Avenida de Buenos Aires.
La obra de teatro consta de tres actos y narra la historia de Bernarda Alba y sus hijas.
Lorca nos ofrece una historia costumbrista donde se critica el papel destinado a las mujeres, papel que se recrudece en la España rural, en la España más profunda. Una denuncia de la violencia y del fanatismo religioso.
Los temas principales serán la muerte, el amor, el odio y la envidia, e incluso el miedo a la soledad.
Tres generaciones de mujeres de una misma familia se van a ver encerradas en esa casa; La abuela, María Josefa, que ya vive encerrada en sus recuerdos; Bernarda de 60 años, déspota, autoritaria y odiada por cuantos la conocen; y sus cinco hijas, Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela.
La frase con la que he iniciado la reseña es quizás la que describe mejor no solo el carácter autoritario de la protagonista, sino también la suerte que espera a sus hijas.
En todo el teatro de este autor, lo visual, como ya veréis más abajo, tiene tanta importancia como los diálogos o el argumento. Cada uno de los detalles aparecen colocados estratégicamente tejiendo una red que atrapa no solo a los personajes, sino también a todos aquellos que se adentran entre las páginas de sus obras.
El simbolismo.
La casa de Bernarda Alba está cargada de simbolismo y eso es precisamente lo que más me ha gustado, porque ese simbolismo consigue adueñarse de la trama desde las primeras escenas.
El lector debe descifrarlo, trazar las líneas ocultas que unen lo que se ve con lo que se oculta de verdad en ello.
El bastón de Bernarda, un elemento que se ha convertido en una extensión de su mano dura, reflejará el poder, la autoridad, el dominio y por eso al final, Adela se lo rompe. Con ese gesto hace desaparecer la influencia sobre ellas.
Lorca también juega mucho con el color, busca impactar y lo consigue haciendo uso de grandes contrastes.
El blanco frente al negro va a ser el juego cromático que se repetirá a lo largo de los tres actos, desde que se levanta el telón por primera vez, y es que la puesta en escena para remarcar este efecto es fundamental. Os cito unos cuantos ejemplos...
La casa, la que va a convertirse en la prisión de esas mujeres, aparece representada con gruesos muros pintados de blanco, con cortinas pesadas de yute y rematadas con madroños y volantes que dan sensación de sobrecarga, de asfixia y con las cuales se van a tapar las entradas de luz, dejándolo todo en penumbra.
La mañana luminosa, con un sol brillante, es salpicada por el color negro del luto, que visten todos los que asisten al funeral.
La luna rompe la noche cerrada...
Pero sigamos con el blanco...
Hay una obsesión a lo largo de la obra por la limpieza.
La blancura es sinónimo de pureza, de virginidad, de inocencia, e incluso si lo identificamos con las hijas, significa sumisión, y cuanto más puro es el blanco es más perfecto.
En cambio el negro simboliza la muerte, lo malo, la decadencia, lo autoritario... Y eso sin ahondar en simbología religiosa.
Todos los que hayáis leído esta obra o visto alguna de sus representaciones, recordaréis una de las escenas casi llegando al final, donde hablan sobre el caballo Garañón que está golpeando las paredes, completamente blanco destaca su silueta en la noche oscura y parece una aparición.
Aquí Lorca no solo juega con el color sino que representa en el caballo la frustración sexual y el deseo de escapar que hay en la casa.
Hasta los nombres con los que viste a sus personajes tienen un significado oculto.
Magdalena, como su nombre indica se pasa el día llorando y lamentándose; Martirio es una sufridora constante, Angustias siempre agobiada... y así hasta llegar al último personaje. Quizás el que más me ha gustado es Poncia, una de las criadas, que juega a dos bandos con tal de que la dejen tranquila, y ante el conflicto se lava las manos como Poncio Pilatos.
Las elipsis.
Os he mencionado más arriba, cuando empezaba a hablar del simbolismo, que tenía tanta importancia lo que se ve como lo que se oculta detrás, pero me refería en lo visual, y aquí también debo señalar que las elipsis, los silencios en la narración, también son importantes.Lo que se dice y el modo de decirlo, dando a entender cosas, o valiéndose de frases que no llegan a terminarse pero cuyo significado se intuye, cobra tanta importancia como lo que no se dice.
A partir del segundo acto se va viendo como el encierro empieza a causar un efecto negativo sobre las mujeres, alterando el microcosmos que se ha creado en la casa. La tensión y las emociones se intensifican hasta llegar a la tragedia, un drama que se masca desde el comienzo.
Estamos ante una historia protagonizada exclusivamente por mujeres, donde los hombres tan solo son citados, no cuentan ni con una sola línea de texto, y aun así, la representación de la sociedad machista y patriarcal está presente, recrudeciéndose en el comportamiento de Bernarda, que asume el papel de dictadora.
Una obra muy, muy recomendable.
Etiquetas:
Dramática,
Federico García Lorca,
Narrativa Clásica,
Teatro
martes, 26 de marzo de 2019
El día que Selma soñó con un Okapi de Mariana Leky
Sinopsis:
Todo el mundo en Westerwald sabe que Selma tiene un don especial: cuando sueña con un okapi alguien fallece en veinticuatro horas. El día que se hace realidad la premonición que todos temen, las verdades acalladas y las cartas iniciadas con nunca y siempre comienzan a circular, y su sueño cambia irreversiblemente las vidas de Luise, su nieta; de Martin, el niño levantador de pesas; del óptico enamorado; de la triste Marlies e, incluso, la de un peculiar monje budista.
Narrada con ingenio y ternura, El día que Selma soñó con un okapi nos sumerge en una inolvidable comunidad sostenida por la amistad. Con un lenguaje delicado, las voces de Selma y Luise tejen una novela que celebra la búsqueda del amor y de la belleza, el deslumbramiento ante los que son diferentes y el valor que se esconde detrás de las cosas pequeñas.
Mariana Leky se ha convertido en la revelación de las letras germanas. Su originalidad y talento le han valido tanto el Premio de los Libreros Independientes y el reconocimiento a la Mejor Novela y Mejor Autora del Año como la admiración de la crítica y el cariño de los lectores, que la han situado en la lista de los libros más vendidos durante casi dos años.
Opinión:
Llevaba tiempo viendo este libro entre las mesas de novedades, y lo cierto es que me dejé guiar por los comentarios demasiado apasionados.
El resultado ha sido una obra que se lee bien, con algunos momentos tiernos, pero que se aleja bastante de lo que yo esperaba encontrar. Entretiene pero no ha llegado a emocionarme.
Me ha dejado una sensación muy parecida a la de "El lector del tren de las 6.27" de Jean Paul Didierlaurent, otra novela que también obtuvo numerosos premios y la alabanza del gremio de Libreros y en cambio a mí me pareció que trataban de vender humo.
Con esto, no estoy diciendo que sea un mal libro, pero sí, que sois vosotros los que tenéis que encontrarle la gracia, más allá de una historia que se reduce a las relaciones bucólicas de los personajes.
Si habéis leído la sinopsis ya sabréis que, a raíz de que Selma sueñe con este animal, una extraña fiebre parece desatarse en el pueblo, y todos sus habitantes intentarán arreglar sus asuntos pendientes.
De esa forma algunos de ellos intentarán pedir perdón, otros declarar el amor secreto, y entre confesiones y declaraciones, la vida en Westerwald seguirá su curso.
Con esa clara descripción que encontramos en las primeras páginas de la novela, donde nos habla sobre la apariencia de ese extraño animal, la autora quiere demostrarnos que aunque las piezas no cuadren o no encajen a primera vista, en conjunto constituyen un todo armónico, y eso es precisamente lo que vamos a encontrar en Westerwald.
El pueblo idílico, rodeado de una inmensa paz y habitado por esos personajes entrañables, esconde grandes secretos. Mariana Leky va a hablarnos de maltrato, de infidelidades, de depresión, de soledad, todo tratado de una forma muy sutil y delicada.
La encargada de transportarnos a esa pequeña localidad será Luise, nieta de Selma, y en algunos momentos más que un narrador testigo parece ser omnisciente, ya que no se le escapa ni un solo detalle, incluso nos relatará situaciones donde ella no ha podido ser testigo.
La obra está narrada a dos tiempos e irá saltando del pasado al presente, hilando una historia multicolor con notas alegres y otras que no lo serán tanto.
Luise va a contarnos los sucesos más significativos que marcarán su vida desde que es tan solo una niña hasta la edad adulta.
Así conoceremos a su abuela Selma; a Martin, el niño levanta pesas; a Elsbeth, la que siempre tiene un remedio; al óptico e incluso a Marlies, con su tristeza eterna, ellos nos ofrecerán una novela llena de anécdotas o visto de otro modo, historias dentro de una historia.
Su comienzo me ha resultado demasiado pausado y llegados más o menos a un tercio del final, la trama se acelera.
Esa última etapa, puede dar la sensación de que la autora no tiene nada más que contar y que desea llegar al final como sea.
Otro detalle que me ha dejado pensando es si las otras veces que Selma ha soñado con ese peculiar animal, ha despertado en sus vecinos la misma fiebre por dejar atados sus asuntos y que es el elemento sobre el que gira todo el argumento...
Todo lo que sucede en Westerwald es muy poético, teñido de realismo mágico; La sensación que transmiten los personajes es de paz, de tranquilidad, se aferran a la vida y a lo bueno que hay en ella. Como he dicho al comienzo, una trama que se sostiene sobre las relaciones de los personajes pero que le falta chispa para llegar a emocionar.
Ya sabéis eso de que para gustos existen los colores... y al igual que a la autora, un Okapi le parece un animal absurdo, a mí en cambio me parece un animal mágico, hecho con recortes, sí, pero que también parece que acaba de cruzar de otro mundo paralelo, como surgido de un sueño...
Todo el mundo en Westerwald sabe que Selma tiene un don especial: cuando sueña con un okapi alguien fallece en veinticuatro horas. El día que se hace realidad la premonición que todos temen, las verdades acalladas y las cartas iniciadas con nunca y siempre comienzan a circular, y su sueño cambia irreversiblemente las vidas de Luise, su nieta; de Martin, el niño levantador de pesas; del óptico enamorado; de la triste Marlies e, incluso, la de un peculiar monje budista.
Narrada con ingenio y ternura, El día que Selma soñó con un okapi nos sumerge en una inolvidable comunidad sostenida por la amistad. Con un lenguaje delicado, las voces de Selma y Luise tejen una novela que celebra la búsqueda del amor y de la belleza, el deslumbramiento ante los que son diferentes y el valor que se esconde detrás de las cosas pequeñas.
Mariana Leky se ha convertido en la revelación de las letras germanas. Su originalidad y talento le han valido tanto el Premio de los Libreros Independientes y el reconocimiento a la Mejor Novela y Mejor Autora del Año como la admiración de la crítica y el cariño de los lectores, que la han situado en la lista de los libros más vendidos durante casi dos años.
Opinión:
Llevaba tiempo viendo este libro entre las mesas de novedades, y lo cierto es que me dejé guiar por los comentarios demasiado apasionados.
El resultado ha sido una obra que se lee bien, con algunos momentos tiernos, pero que se aleja bastante de lo que yo esperaba encontrar. Entretiene pero no ha llegado a emocionarme.
Me ha dejado una sensación muy parecida a la de "El lector del tren de las 6.27" de Jean Paul Didierlaurent, otra novela que también obtuvo numerosos premios y la alabanza del gremio de Libreros y en cambio a mí me pareció que trataban de vender humo.
Con esto, no estoy diciendo que sea un mal libro, pero sí, que sois vosotros los que tenéis que encontrarle la gracia, más allá de una historia que se reduce a las relaciones bucólicas de los personajes.
"El Okapi es un animal absurdo, mucho más absurdo que la muerte, parece que lo hayan creado con piezas que no encajan: patas de cebra, grupa de tapir, un cuerpo marrón rojizo que recuerda al de las jirafas, ojos de corzo y orejas de ratón" .
Si habéis leído la sinopsis ya sabréis que, a raíz de que Selma sueñe con este animal, una extraña fiebre parece desatarse en el pueblo, y todos sus habitantes intentarán arreglar sus asuntos pendientes.
De esa forma algunos de ellos intentarán pedir perdón, otros declarar el amor secreto, y entre confesiones y declaraciones, la vida en Westerwald seguirá su curso.
Esa población en el oeste de Alemania, se asemeja a un microcosmos, es un lugar especial, un mundo singular donde sus habitantes parecen moverse a un ritmo distinto. Cada uno de ellos, con sus manías, sus rarezas o sus obsesiones, van a conseguir dar el toque especial a esa comunidad y a esta lectura.
Con esa clara descripción que encontramos en las primeras páginas de la novela, donde nos habla sobre la apariencia de ese extraño animal, la autora quiere demostrarnos que aunque las piezas no cuadren o no encajen a primera vista, en conjunto constituyen un todo armónico, y eso es precisamente lo que vamos a encontrar en Westerwald.
El pueblo idílico, rodeado de una inmensa paz y habitado por esos personajes entrañables, esconde grandes secretos. Mariana Leky va a hablarnos de maltrato, de infidelidades, de depresión, de soledad, todo tratado de una forma muy sutil y delicada.
La encargada de transportarnos a esa pequeña localidad será Luise, nieta de Selma, y en algunos momentos más que un narrador testigo parece ser omnisciente, ya que no se le escapa ni un solo detalle, incluso nos relatará situaciones donde ella no ha podido ser testigo.
La obra está narrada a dos tiempos e irá saltando del pasado al presente, hilando una historia multicolor con notas alegres y otras que no lo serán tanto.
Luise va a contarnos los sucesos más significativos que marcarán su vida desde que es tan solo una niña hasta la edad adulta.
Así conoceremos a su abuela Selma; a Martin, el niño levanta pesas; a Elsbeth, la que siempre tiene un remedio; al óptico e incluso a Marlies, con su tristeza eterna, ellos nos ofrecerán una novela llena de anécdotas o visto de otro modo, historias dentro de una historia.
Su comienzo me ha resultado demasiado pausado y llegados más o menos a un tercio del final, la trama se acelera.
Esa última etapa, puede dar la sensación de que la autora no tiene nada más que contar y que desea llegar al final como sea.
Otro detalle que me ha dejado pensando es si las otras veces que Selma ha soñado con ese peculiar animal, ha despertado en sus vecinos la misma fiebre por dejar atados sus asuntos y que es el elemento sobre el que gira todo el argumento...
Todo lo que sucede en Westerwald es muy poético, teñido de realismo mágico; La sensación que transmiten los personajes es de paz, de tranquilidad, se aferran a la vida y a lo bueno que hay en ella. Como he dicho al comienzo, una trama que se sostiene sobre las relaciones de los personajes pero que le falta chispa para llegar a emocionar.
Ya sabéis eso de que para gustos existen los colores... y al igual que a la autora, un Okapi le parece un animal absurdo, a mí en cambio me parece un animal mágico, hecho con recortes, sí, pero que también parece que acaba de cruzar de otro mundo paralelo, como surgido de un sueño...
martes, 19 de marzo de 2019
Lolita de Vladimir Nabokov
Sinopsis:
La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita, es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert.
"Lolita" es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel. En resumen, una exhibición deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confesó que le hubiera encantado filmar los picnics de Lewis Carrol.
Opinión:
A estas alturas no creo que quede nadie que no haya oído hablar alguna vez de este gran clásico del siglo XX, Lolita; por eso voy a prescindir de hacer un resumen de la historia y voy a centrarme en los detalles que considero más importantes y que creo que son el motivo de una polémica que lleva levantando ampollas desde su primera publicación en 1955.
Esta obra tiene muchas interpretaciones porque es muy compleja y trata un tema muy delicado. Si leyésemos la obra veinte veces, en cada una de esas relecturas descubriríamos matices nuevos.
Los lectores debemos enfrentarnos a los libros con la mente abierta; cada uno de nosotros debe encontrar el mensaje y darle sentido, alejándonos de ideas preconcebidas y, por supuesto, de ideas impuestas, porque nadie debe decirnos como leer o interpretar algo.
Debemos sentirnos libres, críticos y acallar esas voces que puedan condicionarnos. Solo después de leer, analizar y meditar, conseguiremos crearnos nuestra propia opinión sobre una obra.
Nabokov ideó una historia muy espinosa que giraba alrededor de un maníaco, Humbert Humbert, y de su hijastra, Dolores Haze, una niña de 12 años.
Sobre Humbert H. no nos quedan dudas, es un pederasta; como tutor debería haber sido alguien que protegiese a la menor y en cambio la persigue y la pervierte, obligándola a mantener relaciones con él. Sobra decir que el personaje de la niña irá cambiando, pero de eso ya hablaré más abajo.
Nabokov nos muestra los pensamientos del protagonista masculino, en ellos Lolita es una niña malvada, una nínfula que le provoca, pero realmente como nos cuenta el autor, lejos de la mirada perversa de Humbert no hay nínfula, no existe, esa imagen pícara de ella que intenta transmitirnos, solo es real en su mente.
Humbert nos ofrece su relato, su alegato, donde por supuesto no se excusa pero sí intenta justificar sus actos. Vemos a un personaje enfermo que se retrata a sí mismo como un romántico empedernido, caballeroso, un gran seductor que ve a Lolita como una tentación constante.
Pero esa narración no engaña a los lectores que vemos desde el comienzo su naturaleza oscura. Puede que engañe a los personajes, pero nosotros vemos como sus actos le van delatando.
Lo más curioso es ver como las críticas, a lo largo de los años, se han ensañado con el personaje de la niña, llegando a desvirtuar su imagen, hasta tal punto que se ha creado en torno a ella, un arquetipo atrevido que representa la perversión y la seducción de los adultos, basta leer la definición que nos da la RAE cuando buscamos el término Lolita: Adolescente seductora y provocativa.
Condenamos a la joven y no a la mente enferma de ese energúmeno que es el padrastro.
Si buscáis Humbert no aparecerá ninguna definición que haga referencia al comportamiento pedófilo.
Es cierto que Lolita es sensual y se va a beneficiar de ello. Su comportamiento se va a ir agravando, quizás hasta llegar a un punto en que nos muestra un perfil que nos incomoda o nos cuesta ver, pero el responsable directo, el causante es Humbert, no Lolita.
También debo decir que esta obra no es una historia de amor como se indica en la sinopsis... pero tampoco es un alegato en favor de la violación o del maltrato.
Es la historia de la obsesión enfermiza de un adulto hacia una menor, la historia de un maníaco que priva de su niñez a una cría de doce años; y los que aplaudimos la obra por su forma, por la técnica o el estilo de Nabokov, no significa que aprobemos determinados comportamientos que en ella se muestran, como algunos o algunas han llegado a insinuar por ahí...
Lolita es una joya literaria del siglo XX, una de las mejores obras que se han escrito, y por eso hoy en día se sigue hablando de ella.
No digo que Nabokov vertiese una crítica oculta hacia ese comportamiento, pero tampoco digo que lo aprobase; él solo plantea el problema y lo deja ahí, porque al final no llegamos a saber claramente su punto de vista.
Creo que lo que genera tanta controversia es que dio voz a ese individuo y en cambio no nos dio la oportunidad de saber lo que pensaba Lolita, por lo tanto, esta parece en la novela en clara desventaja; el pederasta nos cuenta su versión o lo que quiere que sepamos de ella y al mismo tiempo nos ofrece una imagen de Lolita, la que él quiere.
Eso sí, y rompiendo otra lanza a favor del escritor os diré que Nabokov limita también a Humbert a la hora de expresarse porque solo le permite hablar en primera persona, y ya sabéis que el uso de ese tipo de narración nos indica que el cronista puede ser poco fiable porque siempre nos hará llegar su punto de vista, lo que él ve, lo que él siente, o lo que a él le interesa contar.
La novela se divide en dos partes y a lo largo de ellas Humbert se dirigirá a nosotros en incontables ocasiones, en un intento de buscar comprensión.
Como ya he citado su relato nos llega como un diario que intenta condicionarnos, apareciendo como víctima de la provocadora y malcriada Lolita.
Los lectores tenemos que ser conscientes en todo momento que su narración subjetiva es un alegato, estamos leyendo sus confesiones, una súplica al juez y no debemos olvidar tampoco que se le está juzgando por otro tema, ni por violación ni por incesto.
Para ir terminando, yo no sé si Nabokov intentó verter una crítica en su obra o advertirnos de que el mundo está lleno de Humberts ocultos, muy difíciles de desenmascarar... lo que sí veo es una crítica hacia una sociedad cínica y decadente que mira en muchas ocasiones hacia otro lado. Una sociedad que no ha evolucionado mucho y que olvida que el ignorar un problema, el fingir que no se ve... no lo hace desaparecer.
A los que dicen de poner a Nabokov y a su obra en una lista negra, me parece totalmente ridículo, porque entonces también tendríamos que deshacernos de la obra de Poussin donde refleja el rapto de las sabinas o la espectacular escultura de Giambologna, sin olvidar la violación de Lucrecia de Tiziano, o los cuadros de Balthus... por poner algún ejemplo.
Si destruyésemos todo lo que consideramos poco honorable o ético nos quedaríamos sin Historia. Las mujeres llevamos tiempo denunciando que se nos ha borrado intencionadamente de ella, por lo tanto veo incongruente que ahora tratemos de hacer lo mismo con determinadas obras y autores.
Creo que aún queda mucho por hacer, y mucho por reflexionar...
La historia de la obsesión de Humbert Humbert, un profesor cuarentón, por la doceañera Lolita, es una extraordinaria novela de amor en la que intervienen dos componentes explosivos: la atracción «perversa» por las nínfulas y el incesto. Un itinerario a través de la locura y la muerte, que desemboca en una estilizadísima violencia, narrado, a la vez con autoironía y lirismo desenfrenado, por el propio Humbert Humbert.
"Lolita" es también un retrato ácido y visionario de los Estados Unidos, de los horrores suburbanos y de la cultura del plástico y del motel. En resumen, una exhibición deslumbrante de talento y humor a cargo de un escritor que confesó que le hubiera encantado filmar los picnics de Lewis Carrol.
Opinión:
A estas alturas no creo que quede nadie que no haya oído hablar alguna vez de este gran clásico del siglo XX, Lolita; por eso voy a prescindir de hacer un resumen de la historia y voy a centrarme en los detalles que considero más importantes y que creo que son el motivo de una polémica que lleva levantando ampollas desde su primera publicación en 1955.
Esta obra tiene muchas interpretaciones porque es muy compleja y trata un tema muy delicado. Si leyésemos la obra veinte veces, en cada una de esas relecturas descubriríamos matices nuevos.
Los lectores debemos enfrentarnos a los libros con la mente abierta; cada uno de nosotros debe encontrar el mensaje y darle sentido, alejándonos de ideas preconcebidas y, por supuesto, de ideas impuestas, porque nadie debe decirnos como leer o interpretar algo.
Debemos sentirnos libres, críticos y acallar esas voces que puedan condicionarnos. Solo después de leer, analizar y meditar, conseguiremos crearnos nuestra propia opinión sobre una obra.
Sobre Humbert H. no nos quedan dudas, es un pederasta; como tutor debería haber sido alguien que protegiese a la menor y en cambio la persigue y la pervierte, obligándola a mantener relaciones con él. Sobra decir que el personaje de la niña irá cambiando, pero de eso ya hablaré más abajo.
Nabokov nos muestra los pensamientos del protagonista masculino, en ellos Lolita es una niña malvada, una nínfula que le provoca, pero realmente como nos cuenta el autor, lejos de la mirada perversa de Humbert no hay nínfula, no existe, esa imagen pícara de ella que intenta transmitirnos, solo es real en su mente.
Humbert nos ofrece su relato, su alegato, donde por supuesto no se excusa pero sí intenta justificar sus actos. Vemos a un personaje enfermo que se retrata a sí mismo como un romántico empedernido, caballeroso, un gran seductor que ve a Lolita como una tentación constante.
Pero esa narración no engaña a los lectores que vemos desde el comienzo su naturaleza oscura. Puede que engañe a los personajes, pero nosotros vemos como sus actos le van delatando.
Lo más curioso es ver como las críticas, a lo largo de los años, se han ensañado con el personaje de la niña, llegando a desvirtuar su imagen, hasta tal punto que se ha creado en torno a ella, un arquetipo atrevido que representa la perversión y la seducción de los adultos, basta leer la definición que nos da la RAE cuando buscamos el término Lolita: Adolescente seductora y provocativa.
Condenamos a la joven y no a la mente enferma de ese energúmeno que es el padrastro.
Si buscáis Humbert no aparecerá ninguna definición que haga referencia al comportamiento pedófilo.
Es cierto que Lolita es sensual y se va a beneficiar de ello. Su comportamiento se va a ir agravando, quizás hasta llegar a un punto en que nos muestra un perfil que nos incomoda o nos cuesta ver, pero el responsable directo, el causante es Humbert, no Lolita.
También debo decir que esta obra no es una historia de amor como se indica en la sinopsis... pero tampoco es un alegato en favor de la violación o del maltrato.
Es la historia de la obsesión enfermiza de un adulto hacia una menor, la historia de un maníaco que priva de su niñez a una cría de doce años; y los que aplaudimos la obra por su forma, por la técnica o el estilo de Nabokov, no significa que aprobemos determinados comportamientos que en ella se muestran, como algunos o algunas han llegado a insinuar por ahí...
Lolita es una joya literaria del siglo XX, una de las mejores obras que se han escrito, y por eso hoy en día se sigue hablando de ella.
Lo que me cuesta entender es que se demonice a Nabokov por lo que escribió.
No podemos condenar ni enjuiciar a un autor por lo que escribe, aunque sería más acertado decir que por la interpretación que nosotros hacemos de sus obras.
Los que me leéis con frecuencia sabéis que no soy de la opinión de censurar, retirar, poner en listas negras o destruir obras por su mensaje o contenido, creo que esas actitudes inquisitoriales son propias de un tiempo pasado.
No podemos condenar ni enjuiciar a un autor por lo que escribe, aunque sería más acertado decir que por la interpretación que nosotros hacemos de sus obras.
Los que me leéis con frecuencia sabéis que no soy de la opinión de censurar, retirar, poner en listas negras o destruir obras por su mensaje o contenido, creo que esas actitudes inquisitoriales son propias de un tiempo pasado.
Este escritor ruso se pasó más de media vida intentando explicar esta novela, y no creo que ningún autor o autora actual haya tenido la necesidad o la obligación de explicar tanto su trabajo.
Nabokov creó un personaje que no cabe duda de que es un pervertidor sexual, alguien obsesionado con una menor, alguien deplorable, manipulador... como queráis, pero el autor no entra a opinar, solo nos muestra a través de él ciertos comportamientos y nos recuerda que esos individuos están ahí, que existen.No digo que Nabokov vertiese una crítica oculta hacia ese comportamiento, pero tampoco digo que lo aprobase; él solo plantea el problema y lo deja ahí, porque al final no llegamos a saber claramente su punto de vista.
Creo que lo que genera tanta controversia es que dio voz a ese individuo y en cambio no nos dio la oportunidad de saber lo que pensaba Lolita, por lo tanto, esta parece en la novela en clara desventaja; el pederasta nos cuenta su versión o lo que quiere que sepamos de ella y al mismo tiempo nos ofrece una imagen de Lolita, la que él quiere.
Eso sí, y rompiendo otra lanza a favor del escritor os diré que Nabokov limita también a Humbert a la hora de expresarse porque solo le permite hablar en primera persona, y ya sabéis que el uso de ese tipo de narración nos indica que el cronista puede ser poco fiable porque siempre nos hará llegar su punto de vista, lo que él ve, lo que él siente, o lo que a él le interesa contar.
La novela se divide en dos partes y a lo largo de ellas Humbert se dirigirá a nosotros en incontables ocasiones, en un intento de buscar comprensión.
Como ya he citado su relato nos llega como un diario que intenta condicionarnos, apareciendo como víctima de la provocadora y malcriada Lolita.
Los lectores tenemos que ser conscientes en todo momento que su narración subjetiva es un alegato, estamos leyendo sus confesiones, una súplica al juez y no debemos olvidar tampoco que se le está juzgando por otro tema, ni por violación ni por incesto.
Para ir terminando, yo no sé si Nabokov intentó verter una crítica en su obra o advertirnos de que el mundo está lleno de Humberts ocultos, muy difíciles de desenmascarar... lo que sí veo es una crítica hacia una sociedad cínica y decadente que mira en muchas ocasiones hacia otro lado. Una sociedad que no ha evolucionado mucho y que olvida que el ignorar un problema, el fingir que no se ve... no lo hace desaparecer.
A los que dicen de poner a Nabokov y a su obra en una lista negra, me parece totalmente ridículo, porque entonces también tendríamos que deshacernos de la obra de Poussin donde refleja el rapto de las sabinas o la espectacular escultura de Giambologna, sin olvidar la violación de Lucrecia de Tiziano, o los cuadros de Balthus... por poner algún ejemplo.
Si destruyésemos todo lo que consideramos poco honorable o ético nos quedaríamos sin Historia. Las mujeres llevamos tiempo denunciando que se nos ha borrado intencionadamente de ella, por lo tanto veo incongruente que ahora tratemos de hacer lo mismo con determinadas obras y autores.
Creo que aún queda mucho por hacer, y mucho por reflexionar...
Etiquetas:
Narrativa Variada,
Vladimir Nabokov
martes, 12 de marzo de 2019
Cinco tumbas sin lápida de Tony Jiménez
Sinopsis:
George Campbell lo tenía todo. Su vida estaba completa, con una esposa perfecta, una comunidad que le quería y sus triunfos como escritor. Pero todo se torció un buen día, lo que le empujó a huir del pueblo que le había visto nacer. Un tiempo después, preparado para enfrentarse a sus demonios, regresa a Shelter Mountain, un lugar donde nada es lo que parece.
En todos los pueblos hay historias, leyendas, relatos siniestros, pero en Shelter Mountain es diferente. Algo oscuro anida en sus bosques, algo terrible, que lleva esperando a George mucho tiempo.
Mientras el escritor trata de encontrar otra vez la inspiración necesaria para acabar su siguiente novela, el destino le prepara una vuelta de tuerca directamente desde su pasado, a la vez que es acosado por sus vecinos, que no ven con buenos ojos su regreso. George Campbell no tardará en descubrir que algunos fantasmas son muy reales, en lo que será una lucha no sólo por su supervivencia, sino también por su cordura.
Todo vuelve en Shelter Mountain, y el escritor va a comprobarlo de la peor de las formas.
Opinión:
Esta novela fue una recomendación de Anabel y de Sifuesemoslibros, y lo cierto es que tras leer sus comentarios y saber que en ella encontraríamos a un autor de estilo similar a Stephen King, no pude dejarla pasar.
En esta historia como ya he citado, vamos a encontrar referencias a la obra de King, una especie de homenaje a ese autor que tanto nos ha dado a los amantes del terror.
Hay muchas cosas que me han gustado y más tratándose de la primera novela del autor...
Al comienzo pensé que me encontraría con unos personajes poco detallados y que la novela sería todo acción, terror y gore, y lo sorprendente es que no ha sido así.
Tony Jiménez se toma su tiempo para presentarnos a los protagonistas e introducirnos de forma pausada en la trama, y esta va cobrando intensidad según avanzan los capítulos. De esa forma, toda la obra en conjunto, termina trazada al detalle, sin vacíos.
George como ya habéis leído, es un escritor que un año atrás perdió a su esposa. Decide volver a su pueblo natal para recuperar su vida, en lo posible, y se encuentra que allí, no solo los recuerdos le están esperando.
Tal y como sucedía en El Resplandor, el escritor empezará a ver cosas... ¿son ecos del pasado, recuerdos o hay algo más?
En Shelter Mountain, según los más ancianos del lugar, de vez en cuando suceden cosas de difícil explicación, y quizás, eso que le sucede a George sea parte del misterio o de las leyendas que rodean a la pequeña población.
Algunas de las situaciones a las que nos enfrenta el autor, no solamente a nosotros sino también al protagonista, perfectamente podían pasar por ser reales,"entre comillas", porque no hay que olvidar, que casi en su totalidad esta obra es ficción y terror, pero algunos de esos trances en los que se ve envuelto el personaje, resultan totalmente realistas y por eso empatizas con él.
Somos testigos de como actúan los individuos o las masas ante situaciones difíciles de explicar; con qué medios se protegen o a qué o quiénes recurrimos...
Esto que acabo de citar, es precisamente lo que encontramos en la obra de King y que me gusta, personajes con vidas normales que experimentan situaciones que no lo son, o que espero que no lo sean...
No como ocurre con otro autor del que ya os he hablado en otras ocasiones, Koontz, que dota a sus obras de un gran comienzo y luego lo fastidia incorporando al final conceptos tan abstractos que no tengo por qué entender, ni entiendo... y termina mezclando el terror con la física cuántica o la teoría extraterrestre... Esto está muy bien, pero para los amantes de la Ciencia ficción, y ese no es mi caso.
Yo busco, porque me gusta el terror, situaciones que sin llevarme al límite, sí logren incomodarme o que provoquen un estremecimiento.
El final... no tiene porque ser lógico, porque a nuestro alrededor suceden constantemente cosas que no tienen una explicación.
Y hablando de conectar con el protagonista, hay otro detalle que es muy importante a la hora de sintonizar con la historia y que este autor tiene muy en cuenta...
Lo primero es que en la introducción crea un pasado a los personajes.
Lo segundo tiene relación con nuestra área de confort...
Cuando leemos una historia de terror, todos queremos que sucedan cosas malas alrededor del protagonista, para que pueda experimentarlas en su piel; queremos que esas situaciones repercutan sobre él, aun sin ser directamente la víctima.
Si las víctimas son conocidos, sufrimos; si en cambio es gente que pasaba por allí o gente que nos importa un pimiento, la conexión no es tan intensa con el protagonista, os pongo un ejemplo...
En El exorcista, todos sufrimos cuando muere el Padre Carras, porque es alguien cercano, alguien al que hemos ido conociendo poco a poco y deja en una situación vulnerable a la protagonista. Ella sufre y nosotros con ella...
Con esto lo que quiero decir es que, Tony Jiménez, consigue recrear escenas que nos van a incomodar y mucho, sacándonos de nuestra área de confort, haciendo que experimentemos el terror, el dolor o la tristeza, por esa conexión que ha creado entre el protagonista y nosotros.
Para todos los amantes de las novelas de terror, esta es una buena recomendación. Hay momentos, tan intensos, que logra ponernos la carne de gallina.
George Campbell lo tenía todo. Su vida estaba completa, con una esposa perfecta, una comunidad que le quería y sus triunfos como escritor. Pero todo se torció un buen día, lo que le empujó a huir del pueblo que le había visto nacer. Un tiempo después, preparado para enfrentarse a sus demonios, regresa a Shelter Mountain, un lugar donde nada es lo que parece.
En todos los pueblos hay historias, leyendas, relatos siniestros, pero en Shelter Mountain es diferente. Algo oscuro anida en sus bosques, algo terrible, que lleva esperando a George mucho tiempo.
Mientras el escritor trata de encontrar otra vez la inspiración necesaria para acabar su siguiente novela, el destino le prepara una vuelta de tuerca directamente desde su pasado, a la vez que es acosado por sus vecinos, que no ven con buenos ojos su regreso. George Campbell no tardará en descubrir que algunos fantasmas son muy reales, en lo que será una lucha no sólo por su supervivencia, sino también por su cordura.
Todo vuelve en Shelter Mountain, y el escritor va a comprobarlo de la peor de las formas.
Opinión:
Esta novela fue una recomendación de Anabel y de Sifuesemoslibros, y lo cierto es que tras leer sus comentarios y saber que en ella encontraríamos a un autor de estilo similar a Stephen King, no pude dejarla pasar.
En esta historia como ya he citado, vamos a encontrar referencias a la obra de King, una especie de homenaje a ese autor que tanto nos ha dado a los amantes del terror.
Hay muchas cosas que me han gustado y más tratándose de la primera novela del autor...
Al comienzo pensé que me encontraría con unos personajes poco detallados y que la novela sería todo acción, terror y gore, y lo sorprendente es que no ha sido así.
Tony Jiménez se toma su tiempo para presentarnos a los protagonistas e introducirnos de forma pausada en la trama, y esta va cobrando intensidad según avanzan los capítulos. De esa forma, toda la obra en conjunto, termina trazada al detalle, sin vacíos.
George como ya habéis leído, es un escritor que un año atrás perdió a su esposa. Decide volver a su pueblo natal para recuperar su vida, en lo posible, y se encuentra que allí, no solo los recuerdos le están esperando.
Tal y como sucedía en El Resplandor, el escritor empezará a ver cosas... ¿son ecos del pasado, recuerdos o hay algo más?
En Shelter Mountain, según los más ancianos del lugar, de vez en cuando suceden cosas de difícil explicación, y quizás, eso que le sucede a George sea parte del misterio o de las leyendas que rodean a la pequeña población.
Algunas de las situaciones a las que nos enfrenta el autor, no solamente a nosotros sino también al protagonista, perfectamente podían pasar por ser reales,"entre comillas", porque no hay que olvidar, que casi en su totalidad esta obra es ficción y terror, pero algunos de esos trances en los que se ve envuelto el personaje, resultan totalmente realistas y por eso empatizas con él.
Somos testigos de como actúan los individuos o las masas ante situaciones difíciles de explicar; con qué medios se protegen o a qué o quiénes recurrimos...
Esto que acabo de citar, es precisamente lo que encontramos en la obra de King y que me gusta, personajes con vidas normales que experimentan situaciones que no lo son, o que espero que no lo sean...
No como ocurre con otro autor del que ya os he hablado en otras ocasiones, Koontz, que dota a sus obras de un gran comienzo y luego lo fastidia incorporando al final conceptos tan abstractos que no tengo por qué entender, ni entiendo... y termina mezclando el terror con la física cuántica o la teoría extraterrestre... Esto está muy bien, pero para los amantes de la Ciencia ficción, y ese no es mi caso.
Yo busco, porque me gusta el terror, situaciones que sin llevarme al límite, sí logren incomodarme o que provoquen un estremecimiento.
El final... no tiene porque ser lógico, porque a nuestro alrededor suceden constantemente cosas que no tienen una explicación.
Y hablando de conectar con el protagonista, hay otro detalle que es muy importante a la hora de sintonizar con la historia y que este autor tiene muy en cuenta...
Lo primero es que en la introducción crea un pasado a los personajes.
Lo segundo tiene relación con nuestra área de confort...
Cuando leemos una historia de terror, todos queremos que sucedan cosas malas alrededor del protagonista, para que pueda experimentarlas en su piel; queremos que esas situaciones repercutan sobre él, aun sin ser directamente la víctima.
Si las víctimas son conocidos, sufrimos; si en cambio es gente que pasaba por allí o gente que nos importa un pimiento, la conexión no es tan intensa con el protagonista, os pongo un ejemplo...
En El exorcista, todos sufrimos cuando muere el Padre Carras, porque es alguien cercano, alguien al que hemos ido conociendo poco a poco y deja en una situación vulnerable a la protagonista. Ella sufre y nosotros con ella...
Con esto lo que quiero decir es que, Tony Jiménez, consigue recrear escenas que nos van a incomodar y mucho, sacándonos de nuestra área de confort, haciendo que experimentemos el terror, el dolor o la tristeza, por esa conexión que ha creado entre el protagonista y nosotros.
Para todos los amantes de las novelas de terror, esta es una buena recomendación. Hay momentos, tan intensos, que logra ponernos la carne de gallina.
martes, 5 de marzo de 2019
El misterio de Chalk Hill de Susanne Goga
Sinopsis:
La primera vez que Charlotte se encuentra frente a la hermosa mansión de Chalk Hill, en las verdes colinas de Surrey, se queda sin aliento: la imponente villa, coronada por una torre y rodeada de árboles centenarios, es el lugar más fascinante que ha visto nunca. Allí confía en comenzar una nueva vida tras haber tenido que abandonar Berlín por un escándalo que ha comprometido su reputación como institutriz.
Ha sido llamada para cuidar a la pequeña Emily, pero pronto Charlotte se da cuenta de que una extraña atmósfera se cierne sobre la casa: el silencio es casi irreal, el padre de Emily se muestra frío y reservado y la niña sufre terribles pesadillas desde la trágica desaparición de su madre. Preocupada por el bien de Emily, trata de averiguar más acerca de la muerte de Lady Ellen, pero nadie en Chalk Hill parece preparado para romper el silencio. Solo con la ayuda del periodista Thomas Ashdown, Charlotte podrá enfrentarse a la oscura verdad que esconden sus antiguos muros.
Opinión:
Hay que reconocer, aunque pueda sonar superfluo a simple vista, que la elección de la imagen de la portada, el título y la sinopsis, muchas veces actúan como efecto magnético en los lectores; son un estímulo positivo que nos invita a llevarnos una obra a casa.
Y digo superfluo, porque todos sabemos que lo verdaderamente importante se encuentra en el interior, no se puede ver a simple vista, e incluso así, nos dejamos llevar, yo soy la primera, por esos detallitos que pueden convertirse en armas cargadas por el diablo.
Con esto, lo que quiero decir, es que con esos cebos visuales, podemos acertar o fallar en la elección de la lectura.
Por suerte para mí, esta vez acerté y hoy os hablo de una historia, bastante entretenida y con la que tenemos el suspense asegurado desde el comienzo.
Charlotte, una joven institutriz, deja atrás su amada Alemania para aceptar un trabajo en Inglaterra. ¿Pero qué la obliga a cruzar el Canal de la Mancha y alejarse de su hogar?
Esa premisa, tan solo va a ser el primer misterio que nos envolverá. Una vez que esté instalada en Chalk Hill, descubriremos que la antigua mansión esconde un secreto mayor tras sus muros.
Lo primero que vamos a ver es que la historia nos llega a través de dos hilos argumentales; el de Charlotte en 1890 y el de Thomas Ashdown que comienza a finales de 1888 y que irá progresando de forma lineal hasta converger con el de Charlotte.
Creo que lo más importante en esta novela, lo que habría que destacar, son los generadores de intriga porque actúan como pilares fundamentes para que se apoye el argumento.
Esos generadores consiguen una ambientación muy lograda, cuidada al detalle, porque realmente la historia no es nada novedosa.
Tiene claras reminiscencias de la novela gótica, siguiendo la linea de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, o "Jane Eyre" de Charlotte Brontë, también me recuerda a la trama de "El secreto de Gaudlin Hall", aunque esta última es de publicación reciente, supongo que si habéis leído el argumento os traerá a la cabeza más historias similares; todo se reduce básicamente a esto: Institutriz, casa aislada, niños de por medio, padres o tutores distantes, comportamientos extraños y un misterio.
Pero hablemos un poco más de esos elementos que sirven para intensificar el suspense en esta historia y que a mí me han gustado...
La atmósfera sofocante...
En primer lugar tenemos el escenario, Chalk Hill, la antigua mansión y el ambiente que allí se respira, que es complementado por los personajes y por su comportamiento hermético, haciendo que la protagonista se sienta ajena al lugar, como una intrusa, dejándola en una situación difícil, en soledad.
Lo que se dice y lo que no...
La autora juega con nosotros, con la duda, poniendo a la joven pupila de Charlotte en situaciones comprometidas; como es una niña la vemos vulnerable y Susanne Goga, aprovecha esa debilidad que suscita en nosotros para perturbarnos.
Lo cierto es que este joven personaje da para mucho...
Vemos que es demasiado lista y perfecta para sus ocho años. Podemos pensar que es un error de la escritora, que no sabe plasmar la imagen infantil, pero no es así, está hecho a propósito para incomodarnos con esa apariencia adulta que se esconde en un cuerpo de niña. Esa conducta nos pone en alerta casi inconscientemente, porque realmente vemos en esa actitud extraña una amenaza.
Los saltos de una trama a otra interrumpen bruscamente la acción, en el momento más crítico.
Todos los elementos que he citado hasta ahora sirven para controlar el ritmo de la narración, impidiendo que la atención se desvíe.
Pero habrá más detalles que convertirán esta historia en entretenida, como es el juego metaliterario.
Vamos a encontrarnos con menciones frecuentes a la obra de Jane Austen e incluso a la de Arthur Conan Doyle, aunque también veremos más referencias a autores y obras de la época.
Otra cosa que me ha gustado es incluir referencias al espiritismo.
Esos datos, además de generar el ambiente adecuado dan veracidad al relato.
El rechazo a la razón que vemos como característica principal del Romanticismo, llevó a finales del siglo XIX y principios del XX, a sus seguidores, a rodearse de una atmósfera mágica.
En ese periodo surge con fuerza la teoría espiritista. Las almas románticas veían en esa práctica una puerta, una forma de volver a comunicarse con sus seres queridos, aunque hay que decir que este movimiento no cobró realmente fuerza hasta después de la Gran Guerra, momento en que los familiares de las víctimas lo utilizaron como medio de contacto al no haberse podido despedir de sus seres queridos. Aquí vamos a encontrarnos con los pioneros de ese movimiento y también del contrario, del movimiento escéptico.
Os he comentado al inicio de la reseña que la historia se construye alrededor de dos hilos argumentales que terminarán cruzándose.
En ese momento, la trama cambia, abandona los tintes góticos para tomar un tono de novela enigma, se convierte en una especie de novela policíaca, donde Tom Ashdown deberá investigar los hechos y averiguar cuánto hay de verdad en ellos.
Para ir terminando os diré que Susanne Goga nos plantea un enigma, pero todo se reduce a contemplar la realidad bajo otro prisma, y eso conduce al lector a hallar la verdad.
La resolución del misterio se ve venir desde más o menos la mitad de la historia, por mucho que intente ocultarnos la verdad, haciéndonos mirar hacia otro lado como si fuese un truco de magia.
Aun así, debo decir que la trama está muy bien urdida y logra despistarnos en algún momentillo.
Así que ya sabéis, El misterio de Chalk Hill equivale a historia decimonónica, Inglaterra y misterios y algunos detallitos más que he dejado desperdigados por ahí.
Es cierto que hay muchos libros de temática similar, pero yo no me canso de leerlos, sirven de pausa, para descansar entre otras lecturas y encima nos entretienen. Es una lectura tranquila, a la que no hay que pedir mucho, pero tras la cual se esconde algún que otro sobresalto.
La primera vez que Charlotte se encuentra frente a la hermosa mansión de Chalk Hill, en las verdes colinas de Surrey, se queda sin aliento: la imponente villa, coronada por una torre y rodeada de árboles centenarios, es el lugar más fascinante que ha visto nunca. Allí confía en comenzar una nueva vida tras haber tenido que abandonar Berlín por un escándalo que ha comprometido su reputación como institutriz.
Ha sido llamada para cuidar a la pequeña Emily, pero pronto Charlotte se da cuenta de que una extraña atmósfera se cierne sobre la casa: el silencio es casi irreal, el padre de Emily se muestra frío y reservado y la niña sufre terribles pesadillas desde la trágica desaparición de su madre. Preocupada por el bien de Emily, trata de averiguar más acerca de la muerte de Lady Ellen, pero nadie en Chalk Hill parece preparado para romper el silencio. Solo con la ayuda del periodista Thomas Ashdown, Charlotte podrá enfrentarse a la oscura verdad que esconden sus antiguos muros.
Opinión:
Hay que reconocer, aunque pueda sonar superfluo a simple vista, que la elección de la imagen de la portada, el título y la sinopsis, muchas veces actúan como efecto magnético en los lectores; son un estímulo positivo que nos invita a llevarnos una obra a casa.
Y digo superfluo, porque todos sabemos que lo verdaderamente importante se encuentra en el interior, no se puede ver a simple vista, e incluso así, nos dejamos llevar, yo soy la primera, por esos detallitos que pueden convertirse en armas cargadas por el diablo.
Con esto, lo que quiero decir, es que con esos cebos visuales, podemos acertar o fallar en la elección de la lectura.
Por suerte para mí, esta vez acerté y hoy os hablo de una historia, bastante entretenida y con la que tenemos el suspense asegurado desde el comienzo.
Charlotte, una joven institutriz, deja atrás su amada Alemania para aceptar un trabajo en Inglaterra. ¿Pero qué la obliga a cruzar el Canal de la Mancha y alejarse de su hogar?
Esa premisa, tan solo va a ser el primer misterio que nos envolverá. Una vez que esté instalada en Chalk Hill, descubriremos que la antigua mansión esconde un secreto mayor tras sus muros.
Lo primero que vamos a ver es que la historia nos llega a través de dos hilos argumentales; el de Charlotte en 1890 y el de Thomas Ashdown que comienza a finales de 1888 y que irá progresando de forma lineal hasta converger con el de Charlotte.
Creo que lo más importante en esta novela, lo que habría que destacar, son los generadores de intriga porque actúan como pilares fundamentes para que se apoye el argumento.
Esos generadores consiguen una ambientación muy lograda, cuidada al detalle, porque realmente la historia no es nada novedosa.
Tiene claras reminiscencias de la novela gótica, siguiendo la linea de "Otra vuelta de tuerca" de Henry James, o "Jane Eyre" de Charlotte Brontë, también me recuerda a la trama de "El secreto de Gaudlin Hall", aunque esta última es de publicación reciente, supongo que si habéis leído el argumento os traerá a la cabeza más historias similares; todo se reduce básicamente a esto: Institutriz, casa aislada, niños de por medio, padres o tutores distantes, comportamientos extraños y un misterio.
Pero hablemos un poco más de esos elementos que sirven para intensificar el suspense en esta historia y que a mí me han gustado...
La atmósfera sofocante...
En primer lugar tenemos el escenario, Chalk Hill, la antigua mansión y el ambiente que allí se respira, que es complementado por los personajes y por su comportamiento hermético, haciendo que la protagonista se sienta ajena al lugar, como una intrusa, dejándola en una situación difícil, en soledad.
- El bosque, escenario de antiguas y oscuras leyendas, al que se accede desde el pesado portón de hierro del jardín, y que parece separar un mundo de otro; los fenómenos atmosféricos, la lluvia, la humedad que parecen cobrar especial intensidad durante la noche, consiguen crear incomodidad y al mismo tiempo aislamiento.
Lo que se dice y lo que no...
- Las elipsis, las verdades a medias, también sirven para acrecentar el aislamiento y la tensión.
- Los retazos del pasado, lo que vamos descubriendo casi de casualidad, también actúa como estímulo, ya que se cierne sobre todos los habitantes de Chalk Hill y condiciona sus movimientos.
- La sombra de un secreto, que toma forma con esos silencios de los que os hablaba, con las palabras reprimidas que se escapan y agazapan tras la débil imagen de bienestar y seguridad, influencian a todos los personajes y hacen hincapié sobre la débil personalidad de la pequeña Emily.
- La presencia constante, omnipresente de la Señora Clayworth, Lady Ellen, que parece esconderse tras cada uno de los antiguos muros de la mansión, creando tensión por cada uno de los detalles que rodearon su muerte.
La autora juega con nosotros, con la duda, poniendo a la joven pupila de Charlotte en situaciones comprometidas; como es una niña la vemos vulnerable y Susanne Goga, aprovecha esa debilidad que suscita en nosotros para perturbarnos.
Lo cierto es que este joven personaje da para mucho...
Vemos que es demasiado lista y perfecta para sus ocho años. Podemos pensar que es un error de la escritora, que no sabe plasmar la imagen infantil, pero no es así, está hecho a propósito para incomodarnos con esa apariencia adulta que se esconde en un cuerpo de niña. Esa conducta nos pone en alerta casi inconscientemente, porque realmente vemos en esa actitud extraña una amenaza.
Los saltos de una trama a otra interrumpen bruscamente la acción, en el momento más crítico.
Todos los elementos que he citado hasta ahora sirven para controlar el ritmo de la narración, impidiendo que la atención se desvíe.
Pero habrá más detalles que convertirán esta historia en entretenida, como es el juego metaliterario.
Vamos a encontrarnos con menciones frecuentes a la obra de Jane Austen e incluso a la de Arthur Conan Doyle, aunque también veremos más referencias a autores y obras de la época.
Otra cosa que me ha gustado es incluir referencias al espiritismo.
Esos datos, además de generar el ambiente adecuado dan veracidad al relato.
El rechazo a la razón que vemos como característica principal del Romanticismo, llevó a finales del siglo XIX y principios del XX, a sus seguidores, a rodearse de una atmósfera mágica.
En ese periodo surge con fuerza la teoría espiritista. Las almas románticas veían en esa práctica una puerta, una forma de volver a comunicarse con sus seres queridos, aunque hay que decir que este movimiento no cobró realmente fuerza hasta después de la Gran Guerra, momento en que los familiares de las víctimas lo utilizaron como medio de contacto al no haberse podido despedir de sus seres queridos. Aquí vamos a encontrarnos con los pioneros de ese movimiento y también del contrario, del movimiento escéptico.
Os he comentado al inicio de la reseña que la historia se construye alrededor de dos hilos argumentales que terminarán cruzándose.
En ese momento, la trama cambia, abandona los tintes góticos para tomar un tono de novela enigma, se convierte en una especie de novela policíaca, donde Tom Ashdown deberá investigar los hechos y averiguar cuánto hay de verdad en ellos.
Para ir terminando os diré que Susanne Goga nos plantea un enigma, pero todo se reduce a contemplar la realidad bajo otro prisma, y eso conduce al lector a hallar la verdad.
La resolución del misterio se ve venir desde más o menos la mitad de la historia, por mucho que intente ocultarnos la verdad, haciéndonos mirar hacia otro lado como si fuese un truco de magia.
Aun así, debo decir que la trama está muy bien urdida y logra despistarnos en algún momentillo.
Así que ya sabéis, El misterio de Chalk Hill equivale a historia decimonónica, Inglaterra y misterios y algunos detallitos más que he dejado desperdigados por ahí.
Es cierto que hay muchos libros de temática similar, pero yo no me canso de leerlos, sirven de pausa, para descansar entre otras lecturas y encima nos entretienen. Es una lectura tranquila, a la que no hay que pedir mucho, pero tras la cual se esconde algún que otro sobresalto.
martes, 26 de febrero de 2019
Los crímenes de Alicia de Guillermo Martínez
Los crímenes de Alicia (Crímenes de Oxford 02)
Sinopsis:
Oxford, 1994. La Hermandad Lewis Carroll decide publicar los diarios privados del autor de Alicia en el país de las maravillas. Kristen Hill, una joven becaria, viaja para reunir los cuadernos originales y descubre la clave de una página que fue misteriosamente arrancada. Pero Kristen no logra llegar con su descubrimiento a la reunión de la Hermandad. Una serie de crímenes se desencadena con el propósito aparente de impedir, una y otra vez, que el secreto de esa página salga a la luz.
¿Quién quiere matar al mensajero? ¿Cuál es el verdadero patrón que se esconde tras esta sucesión de crímenes? ¿Quién y por qué está utilizando el libro de Alicia para matar?
Para desentrañar lo que ocurre, el célebre profesor de Lógica Arthur Seldom, también miembro de la Hermandad Lewis Carroll, y un joven estudiante de Matemáticas unen fuerzas para llegar al fondo de la intriga, y serán peligrosamente arrastrados por unos crímenes impredecibles, en una investigación que combina la intriga con lo libresco.
Con una prosa tersa y precisa, Guillermo Martínez, autor de Los crímenes de Oxford, ha escrito una novela fascinante que en la tradición de Borges y Umberto Eco lleva el relato policial al terreno literario.
Opinión: Los crímenes de Alicia (Crímenes de Oxford 02)
Para esta segunda aventura con la que ha obtenido el premio Nadal 2019, Guillermo Martínez vuelve a tirar del escenario ya conocido, la pequeña ciudad universitaria de Oxford y de algunos personajes.
Sucede, más o menos, un año después de los sucesos que se contaban en Los crímenes de Oxford.
Esta novela comienza con una frase que viene a resumir la obra anterior "El crimen perfecto no es el que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un culpable equivocado", y sobre esa premisa que resulta magnética para los amantes de la novela policíaca o negra se construirá el argumento.
Si en la anterior reseña os mencionaba que el perfil de los personajes estaba poco elaborado, que no nos dejaba entrever lo que había detrás de ellos, aquí vamos viendo como esa imagen que teníamos se va perfilando con datos del pasado.
La trama también hay que señalar que resulta más elaborada y lo cierto es que el final nos dejará con la boca abierta.
El autor ha optado para esta ocasión, partir de un hecho real para elaborar el argumento, el resto es ficción, pero a los lectores nos costará averiguar cuando de cierto hay escondido detrás de cada escena.
Otro detalle a tener en cuenta y que es de lo más característico de las novelas del género, es hacer recaer la sospecha sobre todos los personajes, tal y como lo hacía la gran Agatha Christie, pues bien, aquí sucede igual pero con un ligero matiz.
La sombra de la sospecha recae sobre todos los personajes porque no conseguimos ver a ninguno de ellos como posible culpable, nadie es lo suficientemente convincente para que nos parezca el criminal.
Ahí precisamente, en ese detalle, reside la maestría de este autor que logra despistarnos.
Parece que nos guía por una historia donde hay dos investigaciones, y lo cierto es que están tan estrechamente relacionadas, que son solamente una.
Una de esas investigaciones girará alrededor de la vida de Lewis Carroll, del origen de su obra Alicia en el País de las Maravillas y de su obsesión enfermiza por la fotografía y por retratar a niñas pequeñas; en la otra habrá que descubrir quién está detrás de los ataques que parecen estar sufriendo los miembros de la Hermandad Lewis Carroll.
Creo que es una historia recomendable que recuerda a las mejores novelas de investigación de comienzos del s. XX.
Los personajes vuelven a enfrentarse a un asesino en serie complejo, que intenta impedir que cierta información sobre Carroll se haga pública.
El profesor Seldom y G, deberán valerse de su astucia para resolver esta nueva serie de asesinatos que parece romper con la monotonía de esa pequeña ciudad y que les plantea un nuevo reto, porque esta vez los asesinatos no siguen ninguna lógica. y Seldom, miembro de la hermandad, puede terminar siendo una de las víctimas.
Una historia recomendable que os hará contemplar el libro de la infancia Alicia en el País de las Maravillas con otros ojos.
Sinopsis:
Oxford, 1994. La Hermandad Lewis Carroll decide publicar los diarios privados del autor de Alicia en el país de las maravillas. Kristen Hill, una joven becaria, viaja para reunir los cuadernos originales y descubre la clave de una página que fue misteriosamente arrancada. Pero Kristen no logra llegar con su descubrimiento a la reunión de la Hermandad. Una serie de crímenes se desencadena con el propósito aparente de impedir, una y otra vez, que el secreto de esa página salga a la luz.
¿Quién quiere matar al mensajero? ¿Cuál es el verdadero patrón que se esconde tras esta sucesión de crímenes? ¿Quién y por qué está utilizando el libro de Alicia para matar?
Para desentrañar lo que ocurre, el célebre profesor de Lógica Arthur Seldom, también miembro de la Hermandad Lewis Carroll, y un joven estudiante de Matemáticas unen fuerzas para llegar al fondo de la intriga, y serán peligrosamente arrastrados por unos crímenes impredecibles, en una investigación que combina la intriga con lo libresco.
Con una prosa tersa y precisa, Guillermo Martínez, autor de Los crímenes de Oxford, ha escrito una novela fascinante que en la tradición de Borges y Umberto Eco lleva el relato policial al terreno literario.
Para esta segunda aventura con la que ha obtenido el premio Nadal 2019, Guillermo Martínez vuelve a tirar del escenario ya conocido, la pequeña ciudad universitaria de Oxford y de algunos personajes.
Sucede, más o menos, un año después de los sucesos que se contaban en Los crímenes de Oxford.
Esta novela comienza con una frase que viene a resumir la obra anterior "El crimen perfecto no es el que queda sin resolver, sino el que se resuelve con un culpable equivocado", y sobre esa premisa que resulta magnética para los amantes de la novela policíaca o negra se construirá el argumento.
Si en la anterior reseña os mencionaba que el perfil de los personajes estaba poco elaborado, que no nos dejaba entrever lo que había detrás de ellos, aquí vamos viendo como esa imagen que teníamos se va perfilando con datos del pasado.
La trama también hay que señalar que resulta más elaborada y lo cierto es que el final nos dejará con la boca abierta.
El autor ha optado para esta ocasión, partir de un hecho real para elaborar el argumento, el resto es ficción, pero a los lectores nos costará averiguar cuando de cierto hay escondido detrás de cada escena.
La estructura vuelve a ser la misma que ya habéis visto en "Los crímenes de Oxford" de Introducción, nudo y desenlace; lo que ocurre, que no lo mencioné en la anterior reseña, es que en ambas historias la introducción destaca por su brevedad.
Este autor prefiere dejarse de preámbulos largos y nos mete casi de golpe en la historia, desde los primeros capítulos. Ese detalle me gusta, porque evita el estar dando vueltas sin sentido.
Otro detalle a tener en cuenta y que es de lo más característico de las novelas del género, es hacer recaer la sospecha sobre todos los personajes, tal y como lo hacía la gran Agatha Christie, pues bien, aquí sucede igual pero con un ligero matiz.
La sombra de la sospecha recae sobre todos los personajes porque no conseguimos ver a ninguno de ellos como posible culpable, nadie es lo suficientemente convincente para que nos parezca el criminal.
Ahí precisamente, en ese detalle, reside la maestría de este autor que logra despistarnos.
Parece que nos guía por una historia donde hay dos investigaciones, y lo cierto es que están tan estrechamente relacionadas, que son solamente una.
Una de esas investigaciones girará alrededor de la vida de Lewis Carroll, del origen de su obra Alicia en el País de las Maravillas y de su obsesión enfermiza por la fotografía y por retratar a niñas pequeñas; en la otra habrá que descubrir quién está detrás de los ataques que parecen estar sufriendo los miembros de la Hermandad Lewis Carroll.
Creo que es una historia recomendable que recuerda a las mejores novelas de investigación de comienzos del s. XX.
Los personajes vuelven a enfrentarse a un asesino en serie complejo, que intenta impedir que cierta información sobre Carroll se haga pública.
El profesor Seldom y G, deberán valerse de su astucia para resolver esta nueva serie de asesinatos que parece romper con la monotonía de esa pequeña ciudad y que les plantea un nuevo reto, porque esta vez los asesinatos no siguen ninguna lógica. y Seldom, miembro de la hermandad, puede terminar siendo una de las víctimas.
Una historia recomendable que os hará contemplar el libro de la infancia Alicia en el País de las Maravillas con otros ojos.
Etiquetas:
Guillermo Martínez,
Novela Negra,
Novela Policíaca
Suscribirse a:
Entradas (Atom)