Apurando las horas para la llegada del nuevo año, desde los blogs y revistas culturales llegan las listas de los mejores libros del año.
Como siempre, tras mirarlas, comprobaremos que la mayoría no los hemos leído o algunos de los citados no han saciado nuestros gustos lectores.
Como sabéis, no leo todo lo que sale como novedad, hay que darle un tiempo prudencial a esos libros, ya que las grandes campañas editoriales muchas veces actuan como falsos profetas.
Por ese motivo, la relación que os pongo, Mis mejores libros 2017, no tendrán nada, pero nada que ver con las que veáis por ahí, pero son historias que me han hecho querer vivir dentro de ellas.
Esta relación incluye alguna novela actual pero sobre todo, grandes clásicos, obras que creo necesario rescatar.
Y poco más me queda por decir. Os deseo desde estas líneas una Feliz Navidad, felices lecturas y próspero año 2018,
Enero. Los olvidados de Filipinas de Lorenzo Mediano.
Febrero Jonathan Strange y el Señor Norrel de Susanna Clarke
El secreto de Gaudlin Hall John Boyne
Marzo El asesinato de Sócrates de Marcos Chicot
Mayo Tristana de Benito Pérez Galdos
Junio La metamorfosis de Kafka
Madame Bobary de Gustave Flaubert
Agosto La cajita de Rapé Javier Alonso García-Pozuelo
Octubre El exorcista de Peter Blatty
Noviembre La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving
El cartero siempre llama dos veces de James M. Cain
Espacio sobre libros y opiniones, difusión y fomento de la lectura. El lugar donde los libros son los protagonistas.
sábado, 30 de diciembre de 2017
miércoles, 27 de diciembre de 2017
El cartero siempre llama dos veces de James M. Cain
Sinopsis:
Frank Chambers, un trotamundos sin empleo, narra en primera persona la atracción que siente por Cora Papadakis, la esposa de un emigrante de origen griego propietario de una taberna en California, y cómo se vuelven amantes unidos por el ardor y la ambición. Pero no será tan fácil librarse del viejo marido. Y habrá que contar, además, con el inescrutable destino: ese cartero que siempre llama dos veces. La fama de las dos versiones cinematográficas de esta extraordinaria novela, clásico entre los clásicos de la film noir, quizás haya podido ocultar la maestría de James M. Cain. Pero ni la película de culto filmada en los años 40 por Tay Garnett ni la rodada en 1981 de Rob Rafelson -protagonizadas por Jack Nicholson y Jessica Lange-, como tampoco la libre adaptación que de ella hizo Visconti en "Obsesión", logran superar tensión y el impacto que causa en el lector la lectura de la obra que Cain publicó en 1934. Hoy sigue siendo una de las cumbres espeluznantes del género negro. El argumento convoca pasiones desbordantes, codicia compulsiva, mentira ilimitada y un destino infranqueable, el material con el que James M. Cain ha pervivido como uno de los referentes de una literatura que resiste como pocas el paso del tiempo.
Opinión:
Si queréis leer todos los artículos, reseñas y relatos negros que se han publicado en ese evento, solo tenéis que pinchar en el enlace que os dejo a continuación.
Hoy voy a hablaros de, El cartero llama dos veces, o como se tituló en castellano, El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain.
Los motivos de elegir esta obra son varios, el principal es que la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, desde el momento en que vi la película protagonizada por Jessica Lange y Jack Nicholson; quería comprobar si la obra en papel era igual de buena, si me transmitía las mismas vibraciones,ya que sobre todo el final, logró impactarme.
El segundo, es que hace muy poco me preguntaban como hacía yo para diferenciar una novela negra de una policíaca, si la diferencia se hallaba en si el protagonista era corrupto o no.
La verdad, es que yo no soy una experta, solo me considero una simple lectora que reflexiona sobre sus lecturas, pero no considero que sea necesario un investigador, ya sea corrupto o no, como elemento fundamental para clasificar una historia dentro de este género. Quizás los profesionales opinen lo contrario, pero para mí, hay otros elementos que la identifican de forma más clara, como por ejemplo, el ambiente decadente, pesimista e incluso trágico, que persigue a los personajes a lo largo de la novela.
Así que por ese motivo he elegido esta historia, como ejemplo de que la novela negra no tiene que tener indispensablemente una investigación por medio, porque como podréis comprobar si os animáis a leer esta novela breve, ese tipo de personajes, aquí, son meramente incidentales.
Para mí la novela negra va más allá de policías corruptos, detectives de escasa reputación, mujeres fatales y/o asesinatos cruentos.
Es cierto que hay un tipo de novela negra muy estandarizada, que gira alrededor de un individuo de fuerte personalidad con una investigación entre manos, puede ser detective, policía e incluso abogado o periodista. Alguien, que en algún momento se alejará de la legalidad o andará al filo de la misma, pero que ante todo busca destapar la verdad, luchar contra el delito.
Ese individuo puede recurrir a la violencia llegado el caso, puede ser fumador y bebedor empedernido, consumidor de drogas, e incluso sentirse atraído por alguna mujer fatal que hace todavía más peligroso su trabajo.
Pero todos los detalles mencionados hasta ahora, no son necesarios, y menos aún, que se den todos juntos.
Un detective no es indispensable para la novela negra, al igual que no es necesario un crimen para un libro policíaco, aunque lo cierto, es que con un cadáver de por medio la historia cobra vida, a pesar de lo contradictorio de la frase...
Hay otro tipo más de novela negra, cuando nos encontramos con un personaje protagonista que convence, incita o coacciona a otro para realizar algo turbio, arrastrándole a la ilegalidad, como por ejemplo en "Extraños en un tren" de Patricia Highsmith o ésta de la que vengo hoy a hablaros, de James M. Cain, donde tendremos un asesinato, pero realmente la intervención de la autoridad es mínima. Más bien, podríamos decir que la policía o más bien la justicia, es un ente que acecha a los personajes más en forma de remordimientos que apareciendo en escena.
Pero hay otros rasgos, quizás los más importantes que convierten a este tipo de historias realmente en novela negra. El principal es el ambiente sórdido que acompaña a la historia.
Los escritores se valen de los personajes para llevarnos a zonas de los suburbios, zonas marginales; nos muestran el alto grado de criminalidad, de prostitución, el tráfico de drogas o de armas, el chantaje, la pobreza o quizás tan solo, la corrupción política o moral.
Al margen de esto, la novela negra es un género que va evolucionando, adaptándose al momento, al lugar, a los avances tecnológicos, y sobre todo, muy influenciada por la situación política, social y económica que se narre en esa obra.
Podemos encontrar novela negra ambientada en Inglaterra, en Bélgica, España o en los países nórdicos entre otros, con esto quiero decir que no debemos limitarnos a las obras ambientadas en los años 40 o 50 en Estados Unidos; también habrá obras de principios del s. XX o de finales, y todas y cada una de ellas, a pesar de tener rasgos distintos o especiales, de regirse por diferentes normas sociales y culturales, tendrán otros que las encuadrarán dentro de este estilo, convirtiendo esta categoría en un género para el cual no existen límites.
Pueden decirse muchas más cosas sobre este tipo de novela, y siempre descubriríamos algo nuevo, nuevas características... así que creo que ya ha llegado el momento de hablar sobre el libro en cuestión.
Esta novela, en pleno siglo XXI, sigue siendo considerada como una de las mejores obras del género negro, y eso a pesar de su brevedad, ya que solo cuenta con 120 páginas, aunque hay que señalar que muy intensas.
Esa brevedad de la que os hablo, es algo que tenemos que tener en cuenta los lectores, porque va a marcar el desarrollo del argumento, reflejándose en las descripciones y diálogos.
A pesar de la corta extensión de las descripciones, James M. Cain va a conseguir una perfecta ambientación, que nos trasportará con maestría a ese entorno sobrio y cargado de obsesiones que perseguirá de forma fatal a Cora y Frank.
Y por otro lado, los diálogos van a destacar por su estilo directo, conciso, cargados de frases cortas pero contundentes, y con un lenguaje sencillo.
El peso principal de esta historia recae en la narración en primera persona que nos hace uno de los protagonistas Frank, pero no os olvidéis de un detalle importante sobre este tipo de narraciones, el uso de la primera persona siempre ofrece una opinión subjetiva. Nos muestran la versión que quiere dar el personaje y pueden engañarnos con su relato...
La exposición de Frank y los diálogos, serán el principal elemento narrativo de que dispondrá el autor, para hacernos captar el ambiente, la tensión emocional y sexual que sufren los protagonistas; para transportarnos a los escenarios y mostrarnos la infinidad de detalles, sobre los que se van construyendo las escenas.
Sobre los personajes os diré, que no cuenta con muchos.
Prácticamente la historia gira alrededor de un triángulo amoroso, por definirlo de algún modo, y aunque los protagonistas distan mucho de ser perfectos, sí destacan por su profundidad psicológica.
Como personaje principal y narrador, tenemos a Frank Chambers, un hombre bastante simple, un trotamundos peleón, pero cuyo mayor delito ha sido darse de bofetadas con los empleados del ferrocarril.
Nick Papadakis, es un emigrante griego y marido de Cora, juntos regentan un triste bar de carretera.
Y por último Cora, el personaje que según mi opinión más destaca, quizás porque lo vemos desde la narración subjetiva de Frank. Crea ante nosotros una delicada criatura, de ojos azules y piel blanca que resalta con lo oscuro de su cabello.
El autor juega a desconcertar al lector desde el comienzo, de esta forma nos encontramos con una Cora, cuya imagen ambigua nos hace pensar en un ángel o un demonio dependiendo de las escenas, y que evoluciona con la misma rapidez que pasamos las páginas.
Al comienzo parece ingenua, reservada e incluso sumisa, y termina convirtiéndose en una mujer capaz de cualquier cosa para librarse de su marido.
Pero... y aquí surge mi duda ¿quién seduce a quién? ¿Cora a Frank o es al contrario?, ¿y quién induce a librarse de Nick, es Frank o por el contrario es Cora, la inductora subrepticia?
Todos los datos que vamos obteniendo a lo largo del libro, nos hacen saltar de la culpabilidad de un protagonista a otro; la mentira se asienta como un personaje más en la relación, las dudas surgen y con ello, la desconfianza en la pareja. Por supuesto, también hay un gran espacio reservado en esta historia para la ambición, ese deseo intenso que se aparece frente a los personajes, tentándoles de distintas formas.
Y con esto termino, creo que es una gran historia a pesar de su brevedad. Con un argumento y un desarrollo brillante. Una novela digna de ocupar un hueco en vuestras bibliotecas.
Espero no haberos aburrido y recordad, esto tan solo son las reflexiones de una sencilla lectora, sin pretensión ninguna.
Frank Chambers, un trotamundos sin empleo, narra en primera persona la atracción que siente por Cora Papadakis, la esposa de un emigrante de origen griego propietario de una taberna en California, y cómo se vuelven amantes unidos por el ardor y la ambición. Pero no será tan fácil librarse del viejo marido. Y habrá que contar, además, con el inescrutable destino: ese cartero que siempre llama dos veces. La fama de las dos versiones cinematográficas de esta extraordinaria novela, clásico entre los clásicos de la film noir, quizás haya podido ocultar la maestría de James M. Cain. Pero ni la película de culto filmada en los años 40 por Tay Garnett ni la rodada en 1981 de Rob Rafelson -protagonizadas por Jack Nicholson y Jessica Lange-, como tampoco la libre adaptación que de ella hizo Visconti en "Obsesión", logran superar tensión y el impacto que causa en el lector la lectura de la obra que Cain publicó en 1934. Hoy sigue siendo una de las cumbres espeluznantes del género negro. El argumento convoca pasiones desbordantes, codicia compulsiva, mentira ilimitada y un destino infranqueable, el material con el que James M. Cain ha pervivido como uno de los referentes de una literatura que resiste como pocas el paso del tiempo.
Opinión:
Esta reseña fue realizada para colaborar en la III Semana Negra en la Glorieta (2017), evento dedicado al género negro y policíaco.
La Semana Negra en la Glorieta se celebra, desde el año 2016, del 21 al 27 de noviembre. Aunque inicialmente se trataba de un festival virtual, en las últimas ediciones, además de la publicación de reseñas, artículos y relatos, se han llevado a cabo actividades presenciales en diversas ciudades de España y Latinoamérica.
Coordinada por Rafael Guerrero, Osvaldo Reyes y Javier Alonso García-Pozuelo, a lo largo de estos años, han participado en ella más de un centenar de escritores y críticos literarios del género negro de Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, México y Panamá.
Si queréis leer todos los artículos, reseñas y relatos negros que se han publicado en ese evento, solo tenéis que pinchar en el enlace que os dejo a continuación.
Hoy voy a hablaros de, El cartero llama dos veces, o como se tituló en castellano, El cartero siempre llama dos veces, de James M. Cain.
Los motivos de elegir esta obra son varios, el principal es que la tenía pendiente desde hace mucho tiempo, desde el momento en que vi la película protagonizada por Jessica Lange y Jack Nicholson; quería comprobar si la obra en papel era igual de buena, si me transmitía las mismas vibraciones,ya que sobre todo el final, logró impactarme.
El segundo, es que hace muy poco me preguntaban como hacía yo para diferenciar una novela negra de una policíaca, si la diferencia se hallaba en si el protagonista era corrupto o no.
La verdad, es que yo no soy una experta, solo me considero una simple lectora que reflexiona sobre sus lecturas, pero no considero que sea necesario un investigador, ya sea corrupto o no, como elemento fundamental para clasificar una historia dentro de este género. Quizás los profesionales opinen lo contrario, pero para mí, hay otros elementos que la identifican de forma más clara, como por ejemplo, el ambiente decadente, pesimista e incluso trágico, que persigue a los personajes a lo largo de la novela.
Así que por ese motivo he elegido esta historia, como ejemplo de que la novela negra no tiene que tener indispensablemente una investigación por medio, porque como podréis comprobar si os animáis a leer esta novela breve, ese tipo de personajes, aquí, son meramente incidentales.
Para mí la novela negra va más allá de policías corruptos, detectives de escasa reputación, mujeres fatales y/o asesinatos cruentos.
Es cierto que hay un tipo de novela negra muy estandarizada, que gira alrededor de un individuo de fuerte personalidad con una investigación entre manos, puede ser detective, policía e incluso abogado o periodista. Alguien, que en algún momento se alejará de la legalidad o andará al filo de la misma, pero que ante todo busca destapar la verdad, luchar contra el delito.
Ese individuo puede recurrir a la violencia llegado el caso, puede ser fumador y bebedor empedernido, consumidor de drogas, e incluso sentirse atraído por alguna mujer fatal que hace todavía más peligroso su trabajo.
Pero todos los detalles mencionados hasta ahora, no son necesarios, y menos aún, que se den todos juntos.
Un detective no es indispensable para la novela negra, al igual que no es necesario un crimen para un libro policíaco, aunque lo cierto, es que con un cadáver de por medio la historia cobra vida, a pesar de lo contradictorio de la frase...
Hay otro tipo más de novela negra, cuando nos encontramos con un personaje protagonista que convence, incita o coacciona a otro para realizar algo turbio, arrastrándole a la ilegalidad, como por ejemplo en "Extraños en un tren" de Patricia Highsmith o ésta de la que vengo hoy a hablaros, de James M. Cain, donde tendremos un asesinato, pero realmente la intervención de la autoridad es mínima. Más bien, podríamos decir que la policía o más bien la justicia, es un ente que acecha a los personajes más en forma de remordimientos que apareciendo en escena.
Pero hay otros rasgos, quizás los más importantes que convierten a este tipo de historias realmente en novela negra. El principal es el ambiente sórdido que acompaña a la historia.
Los escritores se valen de los personajes para llevarnos a zonas de los suburbios, zonas marginales; nos muestran el alto grado de criminalidad, de prostitución, el tráfico de drogas o de armas, el chantaje, la pobreza o quizás tan solo, la corrupción política o moral.
Al margen de esto, la novela negra es un género que va evolucionando, adaptándose al momento, al lugar, a los avances tecnológicos, y sobre todo, muy influenciada por la situación política, social y económica que se narre en esa obra.
Podemos encontrar novela negra ambientada en Inglaterra, en Bélgica, España o en los países nórdicos entre otros, con esto quiero decir que no debemos limitarnos a las obras ambientadas en los años 40 o 50 en Estados Unidos; también habrá obras de principios del s. XX o de finales, y todas y cada una de ellas, a pesar de tener rasgos distintos o especiales, de regirse por diferentes normas sociales y culturales, tendrán otros que las encuadrarán dentro de este estilo, convirtiendo esta categoría en un género para el cual no existen límites.
Pueden decirse muchas más cosas sobre este tipo de novela, y siempre descubriríamos algo nuevo, nuevas características... así que creo que ya ha llegado el momento de hablar sobre el libro en cuestión.
Esta novela, en pleno siglo XXI, sigue siendo considerada como una de las mejores obras del género negro, y eso a pesar de su brevedad, ya que solo cuenta con 120 páginas, aunque hay que señalar que muy intensas.
Esa brevedad de la que os hablo, es algo que tenemos que tener en cuenta los lectores, porque va a marcar el desarrollo del argumento, reflejándose en las descripciones y diálogos.
A pesar de la corta extensión de las descripciones, James M. Cain va a conseguir una perfecta ambientación, que nos trasportará con maestría a ese entorno sobrio y cargado de obsesiones que perseguirá de forma fatal a Cora y Frank.
Y por otro lado, los diálogos van a destacar por su estilo directo, conciso, cargados de frases cortas pero contundentes, y con un lenguaje sencillo.
El peso principal de esta historia recae en la narración en primera persona que nos hace uno de los protagonistas Frank, pero no os olvidéis de un detalle importante sobre este tipo de narraciones, el uso de la primera persona siempre ofrece una opinión subjetiva. Nos muestran la versión que quiere dar el personaje y pueden engañarnos con su relato...
La exposición de Frank y los diálogos, serán el principal elemento narrativo de que dispondrá el autor, para hacernos captar el ambiente, la tensión emocional y sexual que sufren los protagonistas; para transportarnos a los escenarios y mostrarnos la infinidad de detalles, sobre los que se van construyendo las escenas.
Sobre los personajes os diré, que no cuenta con muchos.
Prácticamente la historia gira alrededor de un triángulo amoroso, por definirlo de algún modo, y aunque los protagonistas distan mucho de ser perfectos, sí destacan por su profundidad psicológica.
Como personaje principal y narrador, tenemos a Frank Chambers, un hombre bastante simple, un trotamundos peleón, pero cuyo mayor delito ha sido darse de bofetadas con los empleados del ferrocarril.
Nick Papadakis, es un emigrante griego y marido de Cora, juntos regentan un triste bar de carretera.
Y por último Cora, el personaje que según mi opinión más destaca, quizás porque lo vemos desde la narración subjetiva de Frank. Crea ante nosotros una delicada criatura, de ojos azules y piel blanca que resalta con lo oscuro de su cabello.
El autor juega a desconcertar al lector desde el comienzo, de esta forma nos encontramos con una Cora, cuya imagen ambigua nos hace pensar en un ángel o un demonio dependiendo de las escenas, y que evoluciona con la misma rapidez que pasamos las páginas.
Al comienzo parece ingenua, reservada e incluso sumisa, y termina convirtiéndose en una mujer capaz de cualquier cosa para librarse de su marido.
Pero... y aquí surge mi duda ¿quién seduce a quién? ¿Cora a Frank o es al contrario?, ¿y quién induce a librarse de Nick, es Frank o por el contrario es Cora, la inductora subrepticia?
Todos los datos que vamos obteniendo a lo largo del libro, nos hacen saltar de la culpabilidad de un protagonista a otro; la mentira se asienta como un personaje más en la relación, las dudas surgen y con ello, la desconfianza en la pareja. Por supuesto, también hay un gran espacio reservado en esta historia para la ambición, ese deseo intenso que se aparece frente a los personajes, tentándoles de distintas formas.
Y con esto termino, creo que es una gran historia a pesar de su brevedad. Con un argumento y un desarrollo brillante. Una novela digna de ocupar un hueco en vuestras bibliotecas.
Espero no haberos aburrido y recordad, esto tan solo son las reflexiones de una sencilla lectora, sin pretensión ninguna.
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Semana Negra en la Glorieta
miércoles, 20 de diciembre de 2017
El manuscrito de nieve de Luis García Jambrina
El manuscrito de nieve (Saga Fernando de Rojas 02)
Sinopsis:
El bachiller Fernando de Rojas recibe el encargo de investigar el extraño asesinato de un estudiante de la Universidad de Salamanca.
Así comienza una intensa aventura en la que iremos recorriendo los más diversos ambientes de una ciudad donde nada ni nadie es lo que parece, al tiempo que nos adentramos en su conflictiva historia, hasta llegar a descubrir los entresijos de unos crímenes que hunden sus raíces en el pasado y amenazan con desencadenar una guerra.
Opinión: El manuscrito de nieve (Saga Fernando de Rojas 02)
En esta segunda parte de la saga, Luis García Jambrina vuelve a echar mano de protagonistas que ya nos sonarán de El manuscrito de piedra.
El personaje activo, será de nuevo el joven Fernando de Rojas y el otro, el eterno y omnipresente, no puede ser más que la preciosa ciudad de Salamanca.
La ciudad universitaria vuelve a convertirse en una protagonista silenciosa, que verá impasible, como un asesino empieza a sembrar sus calles con cadáveres caprichosamente mutilados.
El suspense también regresará como elemento fijo, en este nuevo caso de Rojas, ya que invadirá con premeditación y alevosía, las páginas de esta novela, sin darnos ni tan solo un momento de respiro.
Los personajes de ficción vuelven a mezclarse coherentemente con los reales, en un juego donde nuestra literatura más célebre volverá a ocupar un lugar privilegiado.
De esta forma, recorreremos todos los ambientes de la ciudad, acompañados por un guía de excepción, Lázaro de Tormes que en esta ocasión, servirá a Rojas como si de un fiel escudero se tratase.
Luis García Jambrina, también reserva un espacio en su novela para defender el gran papel que hicieron algunas mujeres de la época y denunciar con ello, la prohibición más que absurda que las prohibía asistir a las clases en la universidad.
El personaje encargado de hacer esa defensa "oficial", es la reina Isabel la Católica, impulsora de fomentar la educación de las mujeres de la nobleza y de la corte. Lamentablemente y como nos cuenta la historia, su prematura muerte truncó ese proyecto, y las mujeres pudientes de nuevo vieron como sus deseos de asistir a las clases en la universidad se esfumaban, lo que provocó, que muchas de ellas tuvieran que volver a recurrir al peligroso juego de vestirse de hombres, poniendo en juego su honra y el honor de sus familias.
Pese a eso, Isabel supo rodearse de mujeres ilustres, como Beatriz Galindo, "la latina", escritora y humanista que ejerció de preceptora de los hijos de los Reyes Católicos, o Luisa de Medrano, que llegó a impartir clases en la universidad en sustitución de Antonio de Nebrija en 1508.
Así que de esta forma ya habéis conocido a algunos de los personajes insignes que pasearán entre nuestras manos y que serán cómplices directos de una ambientación perfecta.
Pero no os penséis que todo termina aquí...
Entre las páginas de este libro también queda reservado un lugar privilegiado para rencores ancestrales, venganzas y duelos de honor, restos de esa sociedad medieval que agoniza; aunque como es lógico también habrá sitio para el héroe refinado, galante y quizás algo idealizado que representa Rojas, fruto de ese Renacimiento que se acerca a pasos agigantados. Todo ello narrado con estilo ágil, ameno y en ocasiones irónico, que caracteriza a Luis García Jambrina.
Un gran ejercicio metaliterario e histórico que mezcla con habilidad realidad y ficción, y que no debéis dejar escapar.
Sinopsis:
El bachiller Fernando de Rojas recibe el encargo de investigar el extraño asesinato de un estudiante de la Universidad de Salamanca.
Así comienza una intensa aventura en la que iremos recorriendo los más diversos ambientes de una ciudad donde nada ni nadie es lo que parece, al tiempo que nos adentramos en su conflictiva historia, hasta llegar a descubrir los entresijos de unos crímenes que hunden sus raíces en el pasado y amenazan con desencadenar una guerra.
Opinión: El manuscrito de nieve (Saga Fernando de Rojas 02)
En esta segunda parte de la saga, Luis García Jambrina vuelve a echar mano de protagonistas que ya nos sonarán de El manuscrito de piedra.
El personaje activo, será de nuevo el joven Fernando de Rojas y el otro, el eterno y omnipresente, no puede ser más que la preciosa ciudad de Salamanca.
La ciudad universitaria vuelve a convertirse en una protagonista silenciosa, que verá impasible, como un asesino empieza a sembrar sus calles con cadáveres caprichosamente mutilados.
El suspense también regresará como elemento fijo, en este nuevo caso de Rojas, ya que invadirá con premeditación y alevosía, las páginas de esta novela, sin darnos ni tan solo un momento de respiro.
Los personajes de ficción vuelven a mezclarse coherentemente con los reales, en un juego donde nuestra literatura más célebre volverá a ocupar un lugar privilegiado.
De esta forma, recorreremos todos los ambientes de la ciudad, acompañados por un guía de excepción, Lázaro de Tormes que en esta ocasión, servirá a Rojas como si de un fiel escudero se tratase.
Luis García Jambrina, también reserva un espacio en su novela para defender el gran papel que hicieron algunas mujeres de la época y denunciar con ello, la prohibición más que absurda que las prohibía asistir a las clases en la universidad.
El personaje encargado de hacer esa defensa "oficial", es la reina Isabel la Católica, impulsora de fomentar la educación de las mujeres de la nobleza y de la corte. Lamentablemente y como nos cuenta la historia, su prematura muerte truncó ese proyecto, y las mujeres pudientes de nuevo vieron como sus deseos de asistir a las clases en la universidad se esfumaban, lo que provocó, que muchas de ellas tuvieran que volver a recurrir al peligroso juego de vestirse de hombres, poniendo en juego su honra y el honor de sus familias.
Pese a eso, Isabel supo rodearse de mujeres ilustres, como Beatriz Galindo, "la latina", escritora y humanista que ejerció de preceptora de los hijos de los Reyes Católicos, o Luisa de Medrano, que llegó a impartir clases en la universidad en sustitución de Antonio de Nebrija en 1508.
Así que de esta forma ya habéis conocido a algunos de los personajes insignes que pasearán entre nuestras manos y que serán cómplices directos de una ambientación perfecta.
Pero no os penséis que todo termina aquí...
Entre las páginas de este libro también queda reservado un lugar privilegiado para rencores ancestrales, venganzas y duelos de honor, restos de esa sociedad medieval que agoniza; aunque como es lógico también habrá sitio para el héroe refinado, galante y quizás algo idealizado que representa Rojas, fruto de ese Renacimiento que se acerca a pasos agigantados. Todo ello narrado con estilo ágil, ameno y en ocasiones irónico, que caracteriza a Luis García Jambrina.
Un gran ejercicio metaliterario e histórico que mezcla con habilidad realidad y ficción, y que no debéis dejar escapar.
Etiquetas:
Luis García Jambrina,
Novela Histórica
miércoles, 13 de diciembre de 2017
Siempre hemos vivido en el castillo de Shirley Jackson
Sinopsis:
«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»
Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.
Opinión:
Siempre hemos vivido en el castillo, es un libro sobre el que existen opiniones de lo más dispares. Muchos lectores lo catalogan como obra maestra, mientras que otros por el contrario, no logran encontrarle la gracia ni el misterio.
Yo no me voy a posicionar en ninguno de los dos extremos, pero sí creo que es una novela que recomendaría, bastante curiosa, y en la que el lector toma partido, creando una historia paralela que es probable que al final diste mucho de la realidad...
La elección del narrador...
Lo primero que llama la atención es que Shirley Jackson utiliza un narrador en primera persona para hacernos llegar la historia.
La elegida va a ser Mary Katherine Blackwood, o Merricat como se la conoce coloquialmente. Ella va a ser el arma empleada para acercarnos a unos sucesos que ocurrieron seis años atrás.
Sabemos por la sinopsis lo que sucedió o más exactamente, parte de lo que ocurrió.
También conocemos que solo tres personas sobrevivieron, pero hay algo que se nos escapa al comienzo ¿quién fue realmente la mano ejecutora? y ese detalle, que en un principio parece sin importancia, va a dar mucho juego, porque nos llevará a analizar detenidamente cada una de las actuaciones de los personajes.
La narración parece apuntar, en concreto, hacia uno de ellos, pero en cambio nuestro pensamiento vuela sin querer hacia otro...
Merricat es un personaje que me desconcertó desde el comienzo.
Sabemos por la sinopsis que tiene 18 años, pero su forma de narrar y de actuar, parecen no corresponder con esa edad.
Es como si ella se hubiese quedado anclada seis años atrás, ya que su comportamiento parece más acorde al de una niña de doce años.
Constance, la hermana mayor aparece al comienzo como su protectora, pero según avance el relato empezarán a surgir también dudas alrededor de ella y sobre quién protege a quién.
No me canso de repetir el riesgo que existe, al fiarnos de un narrador en primera persona y creo que aquí tenéis un claro ejemplo.
Es cierto que un narrador en primera persona gusta a los lectores, crea una especie de lazo con nosotros, pero también debemos ser conscientes de que puede llegar a engañarnos. En este caso hay que aplaudir la elección, porque no podía haber sido mejor...
¿Merricat es ingenua, infantil, fantasiosa o manipuladora? ¿Nos ofrece un relato real o por el contrario, se esconde algo retorcido en sus palabras?
El caso es, que los lectores nos enfrentamos a un gran dilema... interpretar los datos, y justo ahí llega el problema...
Analizando el problema...
Esperamos más de la narración, nos la pintan como terror gótico y nosotros dejamos volar nuestra fantasiosa imaginación.
Buscamos un terror semejante al que encontramos en Otra vuelta de tuerca de Henry James; algún indicio fantástico en esa atmósfera densa y sobria que se va dibujando ante nosotros, en una gama completa de grises.
Esperamos encontrar seres fantasmales, y en cambio lo que encontramos es algo normal y corriente, elementos frecuentes a nuestro alrededor: Maldad, crueldad, rencor, odio, egoísmo, envidia, y eso aunque no lo identifiquemos fácilmente, es terror al fin y al cabo, aunque de otro tipo.
Es cierto que aparecen pequeñas referencias a la magia protectora, a las supersticiones, pero simplemente, generadores de intriga empleados para despistar al lector del tema real.
¿Por dónde nos llega la intriga?
La intriga nos va a llegar desde varias fuentes.
Una de esas fuentes será el anciano tío Julián, que cumple con un papel importante, ya que irá aportándonos datos que recupera de entre su montón de anotaciones.
Una visión de como fue ese último día que compartieron la familia Blackwood al completo.
Sobre Constance y Merricat ya he hecho algunos apuntes breves, pero he obviado mencionar esperando este momento, que son dos personajes que aportarán suspense debido a su extraño y enfermizo comportamiento. Elementos que nos introducen en una atmósfera opresiva, de aislamiento, y que nos hará dudar de todo cuanto leemos.
En este punto, también podríamos hablar sobre la actitud, para nosotros extraña, de la gente del pueblo y por supuesto, de ese primo Charles que aparece casi a la mitad de la obra.
Como diría Karl Max, y haciendo referencia a ese comportamiento raro del pueblo...
"Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado"
Y por último las elipsis. Esos silencios con los que se rellenan algunas de las escenas, esas sonrisas que se intercambian entre ellos y que contribuyen manteniendo la intriga hasta el punto final.
Shirley Jackson, es considerada como una de las pioneras del terror moderno, ya que muchos autores, entre ellos Stephen King, se inspiraron en sus obras.
Esta obra, la última que publicó en 1962, es una especie de tela de araña. Desde el comienzo tenemos todos los datos, pero queremos ir un paso más allá, encontrar alguna nota discordante que demuestre que no es real lo que se nos está contando. De esa forma nos acercamos al límite, y quedamos atrapados en la tela de araña, para descubrir que hemos sido engañados. Una búsqueda falsa de la realidad nos ha hecho perder la partida.
Shirley nos ofrece una voz narrativa potente, prescindiendo de monstruos terroríficos. Nos muestra al ser humano en todas sus facetas, adornado con un amplio abanico de emociones... y eso haciendo una lectura analítica da mucho, mucho miedo...
«Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto.»
Con estas palabras se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque los otros miembros de la familia murieron envenenados allí mismo, en el comedor, seis años atrás.
Opinión:
Siempre hemos vivido en el castillo, es un libro sobre el que existen opiniones de lo más dispares. Muchos lectores lo catalogan como obra maestra, mientras que otros por el contrario, no logran encontrarle la gracia ni el misterio.
Yo no me voy a posicionar en ninguno de los dos extremos, pero sí creo que es una novela que recomendaría, bastante curiosa, y en la que el lector toma partido, creando una historia paralela que es probable que al final diste mucho de la realidad...
La elección del narrador...
Lo primero que llama la atención es que Shirley Jackson utiliza un narrador en primera persona para hacernos llegar la historia.
La elegida va a ser Mary Katherine Blackwood, o Merricat como se la conoce coloquialmente. Ella va a ser el arma empleada para acercarnos a unos sucesos que ocurrieron seis años atrás.
Sabemos por la sinopsis lo que sucedió o más exactamente, parte de lo que ocurrió.
También conocemos que solo tres personas sobrevivieron, pero hay algo que se nos escapa al comienzo ¿quién fue realmente la mano ejecutora? y ese detalle, que en un principio parece sin importancia, va a dar mucho juego, porque nos llevará a analizar detenidamente cada una de las actuaciones de los personajes.
La narración parece apuntar, en concreto, hacia uno de ellos, pero en cambio nuestro pensamiento vuela sin querer hacia otro...
Merricat es un personaje que me desconcertó desde el comienzo.
Sabemos por la sinopsis que tiene 18 años, pero su forma de narrar y de actuar, parecen no corresponder con esa edad.
Es como si ella se hubiese quedado anclada seis años atrás, ya que su comportamiento parece más acorde al de una niña de doce años.
Constance, la hermana mayor aparece al comienzo como su protectora, pero según avance el relato empezarán a surgir también dudas alrededor de ella y sobre quién protege a quién.
No me canso de repetir el riesgo que existe, al fiarnos de un narrador en primera persona y creo que aquí tenéis un claro ejemplo.
Es cierto que un narrador en primera persona gusta a los lectores, crea una especie de lazo con nosotros, pero también debemos ser conscientes de que puede llegar a engañarnos. En este caso hay que aplaudir la elección, porque no podía haber sido mejor...
¿Merricat es ingenua, infantil, fantasiosa o manipuladora? ¿Nos ofrece un relato real o por el contrario, se esconde algo retorcido en sus palabras?
El caso es, que los lectores nos enfrentamos a un gran dilema... interpretar los datos, y justo ahí llega el problema...
Analizando el problema...
Esperamos más de la narración, nos la pintan como terror gótico y nosotros dejamos volar nuestra fantasiosa imaginación.
Buscamos un terror semejante al que encontramos en Otra vuelta de tuerca de Henry James; algún indicio fantástico en esa atmósfera densa y sobria que se va dibujando ante nosotros, en una gama completa de grises.
Esperamos encontrar seres fantasmales, y en cambio lo que encontramos es algo normal y corriente, elementos frecuentes a nuestro alrededor: Maldad, crueldad, rencor, odio, egoísmo, envidia, y eso aunque no lo identifiquemos fácilmente, es terror al fin y al cabo, aunque de otro tipo.
Es cierto que aparecen pequeñas referencias a la magia protectora, a las supersticiones, pero simplemente, generadores de intriga empleados para despistar al lector del tema real.
¿Por dónde nos llega la intriga?
La intriga nos va a llegar desde varias fuentes.
Una de esas fuentes será el anciano tío Julián, que cumple con un papel importante, ya que irá aportándonos datos que recupera de entre su montón de anotaciones.
Una visión de como fue ese último día que compartieron la familia Blackwood al completo.
Sobre Constance y Merricat ya he hecho algunos apuntes breves, pero he obviado mencionar esperando este momento, que son dos personajes que aportarán suspense debido a su extraño y enfermizo comportamiento. Elementos que nos introducen en una atmósfera opresiva, de aislamiento, y que nos hará dudar de todo cuanto leemos.
En este punto, también podríamos hablar sobre la actitud, para nosotros extraña, de la gente del pueblo y por supuesto, de ese primo Charles que aparece casi a la mitad de la obra.
Como diría Karl Max, y haciendo referencia a ese comportamiento raro del pueblo...
"Los seres humanos hacen su propia historia, aunque bajo circunstancias influidas por el pasado"
Y por último las elipsis. Esos silencios con los que se rellenan algunas de las escenas, esas sonrisas que se intercambian entre ellos y que contribuyen manteniendo la intriga hasta el punto final.
Shirley Jackson, es considerada como una de las pioneras del terror moderno, ya que muchos autores, entre ellos Stephen King, se inspiraron en sus obras.
Esta obra, la última que publicó en 1962, es una especie de tela de araña. Desde el comienzo tenemos todos los datos, pero queremos ir un paso más allá, encontrar alguna nota discordante que demuestre que no es real lo que se nos está contando. De esa forma nos acercamos al límite, y quedamos atrapados en la tela de araña, para descubrir que hemos sido engañados. Una búsqueda falsa de la realidad nos ha hecho perder la partida.
Shirley nos ofrece una voz narrativa potente, prescindiendo de monstruos terroríficos. Nos muestra al ser humano en todas sus facetas, adornado con un amplio abanico de emociones... y eso haciendo una lectura analítica da mucho, mucho miedo...
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miércoles, 6 de diciembre de 2017
La caricia de la bestia de Cristina C. Pombo
Sinopsis:
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro. Cristina C. Pombo trama una intriga originalísima que supone una vuelta de tuerca en el thriller contemporáneo, un género en que parecía que todo estaba inventado y al que, sin embargo, le faltaba traspasar una última frontera que, literalmente, está en el más allá.
Opinión:
Creo que nos encontramos ante una de esas novelas, cuya sinopsis puede actuar como arma de doble filo.
A muchos de vosotros no os atraerá el hecho de encontrar en ella, la palabra zombi, y directamente obviaréis esta lectura, pero en cambio, para otros tipos de lectores, ese término puede ser un buen gancho y despertar la curiosidad lectora.
Por lo tanto, creo que este comentario debería ir dirigido especialmente a ese primer grupo, en el cual me incluyo, que huyen del género de casquería. Os ánimo por tanto a continuar con esta reseña, ya que estoy segura de que al final os va a convencer.
Cuando leemos o escuchamos la palabra zombi, nuestros pensamientos vuelan sin querer, a esas escenas, un tanto gore, que proliferan últimamente en series de televisión, cómics y/o novelas.
Esas hipnotizantes historias, nos transportan a un futuro cercano, a un escenario apocalíptico, donde los humanos somos diezmados por un virus o bacteria, que convierte a la mayoría de la raza humana, en esos seres, de fuerza sobrenatural y actitud extremadamente violenta, que buscan de forma incesante "alimento humano", y digo alimento humano entre comillas, haciendo un pequeño juego de palabras, no porque su alimentación se base en la tan alabada dieta mediterránea, sino más bien, porque nosotros somos su principal fuente de alimentación...
Y sobre esta premisa, vemos como las historias avanzan, muchas veces sin sentido, mientras que los pocos supervivientes convertidos en una raza en peligro de extinción, se resisten a formar parte del plato principal.
El resumen editorial, como podéis comprobar no puede ser másjugoso, aunque hablando de zombis como detonante de la narración, sería más apropiado sustituir esa palabra por sugerente o intrigante
Nuestra cerebro se activa y empieza a barajar suposiciones.
La primera pista sobre el desarrollo lo encontramos en que en la página de la editorial, se cataloga el libro como novela negra, por lo tanto ya sabemos que nos vamos a enfrentar a una lectura poco corriente y con un argumento inusual.
La segunda es que la trama se sitúa en España, concretamente en Grazalema, en la sierra de Cádiz, y amigos lectores, siendo realistas y esto lo digo en "petit comité", esas cosas de zombis, no pasan aquí en España. Aquí tenemos fantasmas, almas en pena, pícaros y mucho sinvergüenza, pero zombis, lo que se dice zombis, va a ser que no. Por lo tanto debemos anteponer la razón y recordar dos refranes, que de eso si vamos sobrados por estos lares, "No es oro todo lo que reluce" y "Las apariencias engañan".
Aclarado esto y retomando el hilo, el relato nos lleva hasta Andalucia, y lógicamente tanto los protagonistas principales como los lectores, vamos a intentar encontrar el sentido lógico a esa situación que se narra al inicio y que nos deja, prácticamente sin aliento.
El terror o la angustia que nos atrapa desde las primera páginas, va a dar paso a un thriller con una investigación de fondo, dividiendo el argumento en cuatro partes, con un total de 88 capítulos muy breves, a lo largo de los cuales, os avanzo, que la intriga irá en aumento.
La racionalidad como he dicho intentará imponerse sobre los indicios, y poco a poco sobre hipótesis, se configurará un argumento original pero sobre todo bien urdido.
Y es que, todos los hilos están bien atados, en ningún momento se dejan detalles en manos del azar, y eso es algo muy bueno para un libro y para sus lectores.
Los giros argumentales se convierten también en elementos fijos en esta historia, manejados con acierto.
La autora, juega con nosotros y mayormente con la sorpresa, hasta tal punto, que en algún momento me dejó literalmente con la boca abierta.
La relación entre los dos protagonistas es otro de los puntos fuertes. Una relación, que al comienzo se nos presenta bastante tensa.
Ambos personajes son de fuerte carácter y no acostumbran a ceder, dando juego para que Cristina C. Pombo, configure una serie de diálogos y actuaciones bastante intensas.
Nos ofrece un dúo que al principio se repele y atrae a partes iguales, pero que están destinados a entenderse.
Se supone que el lector ante algunas situaciones debe posicionarse a favor de uno u otro, es a lo que nos tienen acostumbrados la mayoría de autores, al igual que es inevitable que en el lector se despierte un mayor afecto por alguno de ellos; pero en esta historia nos va a resultar imposible elegir.
Yo, al comienzo, no sabía por cual de ellos sentirme más atraída, los dos son de fuerte personalidad, pero también sufren una interesante evolución. Al final terminas adoptando a ambos, adorándolos por igual.
Pero hay otro detalle que no debo olvidarme de mencionar, antes de terminar, y que hace referencia a esa evolución de los personajes que he mencionado en el párrafo anterior.
La autora a pesar de que la investigación no se detiene en ningún momento, dedica un tiempo a cada personaje.
Hay espacio para las relaciones personales, para su pasado, lo que viene a complementar el perfil que ya nos hemos podido crear de ellos y además de entretener, nos distrae del asunto principal.
Los personajes poco a poco van humanizándose ante nuestros ojos, volviéndose reales.
Entramos en contacto íntimamente con la Inspectora Laura Tébar, con una mujer que pasados los cincuenta sigue sintiéndose muy viva, activa y sobre todo válida, pero que siente como tiene que demostrarlo día a día.
El subinspector Merino, llamado Cons, es su complemento ideal aunque le cuesta reconocerlo.
Un chico más joven, con instinto y que no duda en arriesgarse a la menor ocasión.
Ambos personajes tienen algo en común, y es que Merino, a pesar de su aspecto juvenil, también quiere demostrar que es un buen policía, por ese motivo vamos a ser testigos de como intentan robarse el protagonismo a la menor oportunidad.
Y poco más me queda por decir, salvo desearos ¡bon appétit! y tranquilidad a la hora de degustarla...
Supongo que esto último habrá sonado un poco macabro, pero tratándose de muertos vivientes, es lo que hay...
En un bosque solitario, dos adolescentes son brutalmente atacados por un ser de una fuerza sobrenatural. En su declaración, ambos sostienen que el agresor es un zombi.
La inspectora Laura Tébar es encargada de la investigación. Se trata de una profesional de 55 años, brillante, solitaria y con un carácter temible forjado en un pasado lleno de errores imposibles de remediar. Se la respeta y se la teme a partes iguales. Con Tébar, y a su pesar, comienza a trabajar el subinspector Merino, un joven tan inexperto como intuitivo y motivado.
Los dos no pueden ser más opuestos y no tardan en chocar. A través de la novela, el lector asistirá a un auténtico tour de force entre ambos personajes, que pasarán lo suyo antes de permitirse el mínimo respeto mutuo que les permita colaborar y enfrentarse a unos seres tan misteriosos como violentos, que atacan desde lo más profundo del bosque, parecen invulnerables y desaparecen sin dejar rastro. Cristina C. Pombo trama una intriga originalísima que supone una vuelta de tuerca en el thriller contemporáneo, un género en que parecía que todo estaba inventado y al que, sin embargo, le faltaba traspasar una última frontera que, literalmente, está en el más allá.
Opinión:
Creo que nos encontramos ante una de esas novelas, cuya sinopsis puede actuar como arma de doble filo.
A muchos de vosotros no os atraerá el hecho de encontrar en ella, la palabra zombi, y directamente obviaréis esta lectura, pero en cambio, para otros tipos de lectores, ese término puede ser un buen gancho y despertar la curiosidad lectora.
Por lo tanto, creo que este comentario debería ir dirigido especialmente a ese primer grupo, en el cual me incluyo, que huyen del género de casquería. Os ánimo por tanto a continuar con esta reseña, ya que estoy segura de que al final os va a convencer.
Cuando leemos o escuchamos la palabra zombi, nuestros pensamientos vuelan sin querer, a esas escenas, un tanto gore, que proliferan últimamente en series de televisión, cómics y/o novelas.
Esas hipnotizantes historias, nos transportan a un futuro cercano, a un escenario apocalíptico, donde los humanos somos diezmados por un virus o bacteria, que convierte a la mayoría de la raza humana, en esos seres, de fuerza sobrenatural y actitud extremadamente violenta, que buscan de forma incesante "alimento humano", y digo alimento humano entre comillas, haciendo un pequeño juego de palabras, no porque su alimentación se base en la tan alabada dieta mediterránea, sino más bien, porque nosotros somos su principal fuente de alimentación...
Y sobre esta premisa, vemos como las historias avanzan, muchas veces sin sentido, mientras que los pocos supervivientes convertidos en una raza en peligro de extinción, se resisten a formar parte del plato principal.
El resumen editorial, como podéis comprobar no puede ser más
Nuestra cerebro se activa y empieza a barajar suposiciones.
La primera pista sobre el desarrollo lo encontramos en que en la página de la editorial, se cataloga el libro como novela negra, por lo tanto ya sabemos que nos vamos a enfrentar a una lectura poco corriente y con un argumento inusual.
La segunda es que la trama se sitúa en España, concretamente en Grazalema, en la sierra de Cádiz, y amigos lectores, siendo realistas y esto lo digo en "petit comité", esas cosas de zombis, no pasan aquí en España. Aquí tenemos fantasmas, almas en pena, pícaros y mucho sinvergüenza, pero zombis, lo que se dice zombis, va a ser que no. Por lo tanto debemos anteponer la razón y recordar dos refranes, que de eso si vamos sobrados por estos lares, "No es oro todo lo que reluce" y "Las apariencias engañan".
Aclarado esto y retomando el hilo, el relato nos lleva hasta Andalucia, y lógicamente tanto los protagonistas principales como los lectores, vamos a intentar encontrar el sentido lógico a esa situación que se narra al inicio y que nos deja, prácticamente sin aliento.
El terror o la angustia que nos atrapa desde las primera páginas, va a dar paso a un thriller con una investigación de fondo, dividiendo el argumento en cuatro partes, con un total de 88 capítulos muy breves, a lo largo de los cuales, os avanzo, que la intriga irá en aumento.
La racionalidad como he dicho intentará imponerse sobre los indicios, y poco a poco sobre hipótesis, se configurará un argumento original pero sobre todo bien urdido.
Y es que, todos los hilos están bien atados, en ningún momento se dejan detalles en manos del azar, y eso es algo muy bueno para un libro y para sus lectores.
Los giros argumentales se convierten también en elementos fijos en esta historia, manejados con acierto.
La autora, juega con nosotros y mayormente con la sorpresa, hasta tal punto, que en algún momento me dejó literalmente con la boca abierta.
La relación entre los dos protagonistas es otro de los puntos fuertes. Una relación, que al comienzo se nos presenta bastante tensa.
Ambos personajes son de fuerte carácter y no acostumbran a ceder, dando juego para que Cristina C. Pombo, configure una serie de diálogos y actuaciones bastante intensas.
"—Vale, vamos a ver—retoma Tébar, volviendo a su hieratismo—, si tú me dijeras que vienes de pescar y acabas de ver, con tus propios ojos y sin lugar a dudas, a un ser en medio del agua, con una potente y brillante cola de pez, unida de forma indisoluble a un tronco de mujer, y que nadaba y se zambullía dejando claro, por los tiempos de inmersión, que el agua era su medio natural, y yo te dijera que eso se llama sirena, ¿quién está loco? ¿El que afirma ver un ser que no existe o el que da la denominación correspondiente?
Cons la mira unos segundos.
—Y entre una persona que intenta buscar una explicación racional a una realidad y otra que, como no entiende dicha realidad, se limita a negarla, ¿quién es el loco?—pregunta él."Nos ofrece un dúo que al principio se repele y atrae a partes iguales, pero que están destinados a entenderse.
Se supone que el lector ante algunas situaciones debe posicionarse a favor de uno u otro, es a lo que nos tienen acostumbrados la mayoría de autores, al igual que es inevitable que en el lector se despierte un mayor afecto por alguno de ellos; pero en esta historia nos va a resultar imposible elegir.
Yo, al comienzo, no sabía por cual de ellos sentirme más atraída, los dos son de fuerte personalidad, pero también sufren una interesante evolución. Al final terminas adoptando a ambos, adorándolos por igual.
Pero hay otro detalle que no debo olvidarme de mencionar, antes de terminar, y que hace referencia a esa evolución de los personajes que he mencionado en el párrafo anterior.
La autora a pesar de que la investigación no se detiene en ningún momento, dedica un tiempo a cada personaje.
Hay espacio para las relaciones personales, para su pasado, lo que viene a complementar el perfil que ya nos hemos podido crear de ellos y además de entretener, nos distrae del asunto principal.
Los personajes poco a poco van humanizándose ante nuestros ojos, volviéndose reales.
Entramos en contacto íntimamente con la Inspectora Laura Tébar, con una mujer que pasados los cincuenta sigue sintiéndose muy viva, activa y sobre todo válida, pero que siente como tiene que demostrarlo día a día.
El subinspector Merino, llamado Cons, es su complemento ideal aunque le cuesta reconocerlo.
Un chico más joven, con instinto y que no duda en arriesgarse a la menor ocasión.
Ambos personajes tienen algo en común, y es que Merino, a pesar de su aspecto juvenil, también quiere demostrar que es un buen policía, por ese motivo vamos a ser testigos de como intentan robarse el protagonismo a la menor oportunidad.
Y poco más me queda por decir, salvo desearos ¡bon appétit! y tranquilidad a la hora de degustarla...
Supongo que esto último habrá sonado un poco macabro, pero tratándose de muertos vivientes, es lo que hay...
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Cristina C. Pombo,
Novela Policíaca,
Thriller
lunes, 20 de noviembre de 2017
Escrito en el agua de Paula Hawkins
Sinopsis:
Tras cautivar a veinte millones de lectores en todo el mundo con La chica del tren, Paula Hawkins vuelve con una apasionante novela sobre las historias que nos contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos.
Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado…
No te fíes nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.
Opinión:
Reflexiones lectoras...
Hasta hace muy poco, dentro del género del thriller o suspense, teníamos un subgénero muy amplio, el de thriller psicológico, que abarcaba todas esas novelas que generaban una respuesta emocional en el lector.
Historias con tramas elaboradas y personajes que dejaban huella. Novelas negras, que se caracterizaban por la ausencia de detectives y donde los protagonistas, gente de lo más corriente, intentaban resolver un misterio rozando casi la obsesión, por ejemplo, James Stewart en la famosa película de Hitchcock, La ventana indiscreta.
Ahora, dentro del thriller psicológico, se ha abierto una nueva categoría, una pequeña división dependiendo de quién protagoniza la historia.
Esas novelas que se caracterizaban por un argumento que giraba alrededor del estado emocional de uno o varios personajes; ofreciéndonos distintos puntos de vista; versiones contradictorias que nos hacían dudar y que mantenían el suspense hasta casi el final, gracias a los constantes giros argumentales; han pasado a denominarse, si el protagonista es femenino, domestic noir.
No os confundáis, no hablamos de nada nuevo, tan solo de una división dentro de la categoría de thriller psicológico; una evolución para mi gusto negativa, que hace distinciones dependiendo de quién investiga.
Unas novelas que dicen tener como lectores mayoritarios a mujeres, porque nos identificamos con las protagonistas... (Comentario sorprendente, leído en una revista cultural...)
Para este nuevo subgénero, con el que nos sentimos tan identificadas, dicho esto con sarcasmo, casi siempre se elige a mujeres, con demasiadas cargas a sus espaldas, complejos, inseguridades y una larga lista de adicciones.
Os pongo ejemplos, La chica del tren, La mujer del camarote 10, ya reseñadas aquí, o ésta misma.
Pero hablemos sobre esta historia catalogada dentro del subgénero, para mí polémico, de domestic noir.
Escrito en el agua
Quizás la nota más característica de esta novela, es que el argumento gira una y otra vez sobre sí mismo, intentando despistar al lector, llegando al punto de que en ocasiones parece despistar incluso a la propia autora.
Supongo que por mi introducción ya sabréis que no me he quedado muy conforme con esta historia. Podría poneros aquí, directamente la imagen de la puntuación, pero ya sabéis que me gusta intentar razonar tanto lo positivo como lo negativo en todo lo que leo.
Más no siempre es mejor...
Esta es la segunda novela de Paula Hawkins.
La primera ya la he mencionado, la archiconocida, Chica del tren, y en su momento me pareció una obra original que llegué a calificar como recomendable, porque a pesar de tener algún que otro altibajo, para ser la ópera prima de una joven autora, se dejaba leer bastante bien.
Pero ahora nos presenta una segunda historia, con los mismos ingredientes que ya vimos en su anterior libro, sumados a un batiburrillo de elementos mezclados, que para mí, han sido imposibles de digerir.
Me gusta que los autores innoven, que no repitan una y otra vez lo mismo en sus obras. Paula Hawkins lo intenta, pero muere en el intento...
Crea un buen argumento, incluso se arriesga a repetir la misma estructura que ya vimos en su anterior obra, donde cada personaje tenía su propio hilo argumentativo. Los personajes se iban sucediendo y con su relato hacían avanzar la trama...
Y os preguntaréis, ¿qué hay de malo en ello? Pues hasta aquí nada, pero la autora intenta reformar la estructura ya conocida, añadiendo nuevas piezas, para mi gusto demasiadas, y falla estrepitosamente al no poder manejarlas todas con coherencia.
Pero profundicemos en esos detalles...
En esta novela nos enfrentamos a varios tipos de personajes...
Los que cuentan con mayor protagonismo en la historia, ofreciéndonos un relato en primera persona, y los secundarios, que lo harán a través de un narrador en tercera.
¿Qué nos aporta esto, además de distinguir quién tendrá un mayor peso en la trama? pues la verdad, muy poco.
Sabemos que las narraciones en primera persona, nos mostrarán su interpretación de los hechos. Irán construyendo para nosotros al personaje de Nel Abbott, pero ¡cuidado! siempre según su opinión, y veremos como esa imagen difiere de un personaje a otro.
Las narraciones de los protagonistas, serán muy introspectivas, mezclando una parte bastante extensa de pensamientos con la investigación y sus avances.
Por lo tanto, ya conocemos dos tipos de personajes, pero hay otro más, el que corresponde a Nel Abbot, la fallecida sobre la que gira la historia.
Este personaje también cuenta con un hilo propio, pero esta vez nos hará llegar los datos en forma de novela aún sin publicar, un proyecto sobre el que trabajaba.
Más elementos:
Pues bien, si os parecen pocos los mencionados hasta el momento, añado alguno más.
En esta historia también habrá espacio para las anacronías, es decir, para los saltos en el tiempo. De esta forma nos encontraremos con narraciones que nos harán retroceder hasta 1679, 1920, 1983 y 1993, y otras que nos llevarán a la actualidad, 2015.
La trama
El argumento intenta mostrarnos sobre todo, las relaciones entre la gente del pueblo y los grandes secretos que se esconden en esa localidad pequeña.
Historias que se van construyendo sobre montones de mentiras y malentendidos.
Un grano de arena termina creciendo hasta convertirse en una montaña sin sentido y esa, es precisamente la sensación que me ha llegado como lectora.
La trama crece con cada opinión y pensamiento de los personajes. Cada cual añade su versión, retuercen y dan la vuelta al argumento una y mil veces con el afán de despistarnos, pero lo único que consigue la autora es hastiar.
Intenta que tengamos un montón de sospechosos, porque todos los personajes tienen motivos para parecer culpables, pero eso a mí se me olvidó, yo encontraba demasiados elementos mezclados en una misma novela, que solo conseguían que me preguntase, a dónde quería llegar la autora.
Mi mente vagaba siempre hacia el personaje de Nel Abbott, tanta gente pensando mal sobre ella no la sitúa en muy buena posición, aunque la autora al final intenté demostrar lo contrario...
El final
Tarda en llegar pero al fin llega, y en ese momento y pensándolo detenidamente, me daba exactamente igual, quién había matado a Nel Abbot, y los motivos que le habían inducido a hacerlo o si por el contrario, se había suicidado.
Paula Hawkins prefiere dar protagonismo a los giros argumentales y pasar de puntillas sobre los grandes escenarios sobre los que se construye el argumento; espacios avalados por el misterio, como la poza de las ahogadas y los bosques que la rodean, entornos que habría dado mucho juego y totalmente desaprovechados.
Tras cautivar a veinte millones de lectores en todo el mundo con La chica del tren, Paula Hawkins vuelve con una apasionante novela sobre las historias que nos contamos al recordar nuestro pasado y su poder para destruirnos.
Pocos días antes de morir, Nel Abbott estuvo llamando a su hermana, pero Jules no cogió el teléfono, ignoró sus súplicas de ayuda. Ahora Nel está muerta. Dicen que saltó al río. Y Jules se ve arrastrada al pequeño pueblo de los veranos de su infancia, un lugar del que creía haber escapado, para cuidar de la adolescente que su hermana deja atrás. Pero Jules tiene miedo. Mucho miedo. Miedo al agua, miedo de sus recuerdos enterrados largo tiempo atrás, y miedo, sobre todo, de su certeza de que Nel nunca habría saltado…
No te fíes nunca de una superficie en calma, no sabes lo que puede haber debajo.
Opinión:
Reflexiones lectoras...
Hasta hace muy poco, dentro del género del thriller o suspense, teníamos un subgénero muy amplio, el de thriller psicológico, que abarcaba todas esas novelas que generaban una respuesta emocional en el lector.
Historias con tramas elaboradas y personajes que dejaban huella. Novelas negras, que se caracterizaban por la ausencia de detectives y donde los protagonistas, gente de lo más corriente, intentaban resolver un misterio rozando casi la obsesión, por ejemplo, James Stewart en la famosa película de Hitchcock, La ventana indiscreta.
Ahora, dentro del thriller psicológico, se ha abierto una nueva categoría, una pequeña división dependiendo de quién protagoniza la historia.
Esas novelas que se caracterizaban por un argumento que giraba alrededor del estado emocional de uno o varios personajes; ofreciéndonos distintos puntos de vista; versiones contradictorias que nos hacían dudar y que mantenían el suspense hasta casi el final, gracias a los constantes giros argumentales; han pasado a denominarse, si el protagonista es femenino, domestic noir.
No os confundáis, no hablamos de nada nuevo, tan solo de una división dentro de la categoría de thriller psicológico; una evolución para mi gusto negativa, que hace distinciones dependiendo de quién investiga.
Unas novelas que dicen tener como lectores mayoritarios a mujeres, porque nos identificamos con las protagonistas... (Comentario sorprendente, leído en una revista cultural...)
Para este nuevo subgénero, con el que nos sentimos tan identificadas, dicho esto con sarcasmo, casi siempre se elige a mujeres, con demasiadas cargas a sus espaldas, complejos, inseguridades y una larga lista de adicciones.
Os pongo ejemplos, La chica del tren, La mujer del camarote 10, ya reseñadas aquí, o ésta misma.
Pero hablemos sobre esta historia catalogada dentro del subgénero, para mí polémico, de domestic noir.
Escrito en el agua
Quizás la nota más característica de esta novela, es que el argumento gira una y otra vez sobre sí mismo, intentando despistar al lector, llegando al punto de que en ocasiones parece despistar incluso a la propia autora.
Supongo que por mi introducción ya sabréis que no me he quedado muy conforme con esta historia. Podría poneros aquí, directamente la imagen de la puntuación, pero ya sabéis que me gusta intentar razonar tanto lo positivo como lo negativo en todo lo que leo.
Más no siempre es mejor...
Esta es la segunda novela de Paula Hawkins.
La primera ya la he mencionado, la archiconocida, Chica del tren, y en su momento me pareció una obra original que llegué a calificar como recomendable, porque a pesar de tener algún que otro altibajo, para ser la ópera prima de una joven autora, se dejaba leer bastante bien.
Pero ahora nos presenta una segunda historia, con los mismos ingredientes que ya vimos en su anterior libro, sumados a un batiburrillo de elementos mezclados, que para mí, han sido imposibles de digerir.
Me gusta que los autores innoven, que no repitan una y otra vez lo mismo en sus obras. Paula Hawkins lo intenta, pero muere en el intento...
Crea un buen argumento, incluso se arriesga a repetir la misma estructura que ya vimos en su anterior obra, donde cada personaje tenía su propio hilo argumentativo. Los personajes se iban sucediendo y con su relato hacían avanzar la trama...
Y os preguntaréis, ¿qué hay de malo en ello? Pues hasta aquí nada, pero la autora intenta reformar la estructura ya conocida, añadiendo nuevas piezas, para mi gusto demasiadas, y falla estrepitosamente al no poder manejarlas todas con coherencia.
Pero profundicemos en esos detalles...
En esta novela nos enfrentamos a varios tipos de personajes...
Los que cuentan con mayor protagonismo en la historia, ofreciéndonos un relato en primera persona, y los secundarios, que lo harán a través de un narrador en tercera.
¿Qué nos aporta esto, además de distinguir quién tendrá un mayor peso en la trama? pues la verdad, muy poco.
Sabemos que las narraciones en primera persona, nos mostrarán su interpretación de los hechos. Irán construyendo para nosotros al personaje de Nel Abbott, pero ¡cuidado! siempre según su opinión, y veremos como esa imagen difiere de un personaje a otro.
Las narraciones de los protagonistas, serán muy introspectivas, mezclando una parte bastante extensa de pensamientos con la investigación y sus avances.
Por lo tanto, ya conocemos dos tipos de personajes, pero hay otro más, el que corresponde a Nel Abbot, la fallecida sobre la que gira la historia.
Este personaje también cuenta con un hilo propio, pero esta vez nos hará llegar los datos en forma de novela aún sin publicar, un proyecto sobre el que trabajaba.
Más elementos:
Pues bien, si os parecen pocos los mencionados hasta el momento, añado alguno más.
En esta historia también habrá espacio para las anacronías, es decir, para los saltos en el tiempo. De esta forma nos encontraremos con narraciones que nos harán retroceder hasta 1679, 1920, 1983 y 1993, y otras que nos llevarán a la actualidad, 2015.
La trama
El argumento intenta mostrarnos sobre todo, las relaciones entre la gente del pueblo y los grandes secretos que se esconden en esa localidad pequeña.
Historias que se van construyendo sobre montones de mentiras y malentendidos.
Un grano de arena termina creciendo hasta convertirse en una montaña sin sentido y esa, es precisamente la sensación que me ha llegado como lectora.
La trama crece con cada opinión y pensamiento de los personajes. Cada cual añade su versión, retuercen y dan la vuelta al argumento una y mil veces con el afán de despistarnos, pero lo único que consigue la autora es hastiar.
Intenta que tengamos un montón de sospechosos, porque todos los personajes tienen motivos para parecer culpables, pero eso a mí se me olvidó, yo encontraba demasiados elementos mezclados en una misma novela, que solo conseguían que me preguntase, a dónde quería llegar la autora.
Mi mente vagaba siempre hacia el personaje de Nel Abbott, tanta gente pensando mal sobre ella no la sitúa en muy buena posición, aunque la autora al final intenté demostrar lo contrario...
El final
Tarda en llegar pero al fin llega, y en ese momento y pensándolo detenidamente, me daba exactamente igual, quién había matado a Nel Abbot, y los motivos que le habían inducido a hacerlo o si por el contrario, se había suicidado.
Paula Hawkins prefiere dar protagonismo a los giros argumentales y pasar de puntillas sobre los grandes escenarios sobre los que se construye el argumento; espacios avalados por el misterio, como la poza de las ahogadas y los bosques que la rodean, entornos que habría dado mucho juego y totalmente desaprovechados.
Etiquetas:
Domestic noir,
Paula Hawkins,
Thriller
martes, 14 de noviembre de 2017
Buena gente de Áurea L. Lamela
Buena gente ( Inspector Zalo Alonso y la forense Carmela Archer 02)
Sinopsis:
Sara recibe la llamada de una antigua compañera de estudios. Le pide que su marido, el inspector Zalo Alonso, busque a Marcia, una mujer brasileña que vive en Lugo y de la que su familia en Brasil no sabe nada desde hace meses. Suponen que un amante respetable, adinerado y extremadamente posesivo, la había retirado de la prostitución y alejado de todos sus allegados. Pronto se descubre su siniestro paradero: un cadáver sin identificar aparecido meses atrás en el atraco de una gasolinera. La forense Carmela Archer no tarda en sospechar que ese no es el lugar del crimen, y alberga dudas de la veracidad de la autopsia. El inspector y la forense tendrán que descubrir la vida oculta y desapercibida de la víctima entre los habitantes de esa ciudad en la que parece que todos se conocen pero nadie la echó de menos.
Sinopsis:
Sara recibe la llamada de una antigua compañera de estudios. Le pide que su marido, el inspector Zalo Alonso, busque a Marcia, una mujer brasileña que vive en Lugo y de la que su familia en Brasil no sabe nada desde hace meses. Suponen que un amante respetable, adinerado y extremadamente posesivo, la había retirado de la prostitución y alejado de todos sus allegados. Pronto se descubre su siniestro paradero: un cadáver sin identificar aparecido meses atrás en el atraco de una gasolinera. La forense Carmela Archer no tarda en sospechar que ese no es el lugar del crimen, y alberga dudas de la veracidad de la autopsia. El inspector y la forense tendrán que descubrir la vida oculta y desapercibida de la víctima entre los habitantes de esa ciudad en la que parece que todos se conocen pero nadie la echó de menos.
Opinión: Buena gente ( Inspector Zalo Alonso y la forense Carmela Archer 02)
En la primera novela, Áurea L. Lamela, nos presentaba al inspector Zalo Alonso y a la forense experta en perfiles psicológicos, Carmela Archer; dos protagonistas, que de forma lenta pero sin dejar opción para el aburrimiento, se hacían entrañables al lector, dejando la puerta abierta a unas intensas ganas de continuar leyendo sobre sus futuros casos.
En ese inicio de saga, la autora nos transportaba con precisas descripciones, a una ciudad de provincias en apariencia apacible, Lugo. Un escenario, que escondía secretos a voces, donde todos parecían conocerse, y que frase a frase, iba adquiriendo protagonismo, convirtiéndose en un personaje omnipresente de excepción que observaba silencioso el ir y venir del resto de figurantes. Hasta aquí aventuro, que respecto a esto, nada ha cambiado.
En esta obra encontramos muchos elementos de calidad, que sumados a los ya mencionados en la anterior reseña, convierten a esta saga, en una lectura recomendable.
La autora, nos acerca a una crónica social negra, pero de ficción tan real, que en muchos momentos puede parecer que nos encontramos ante una noticia extraída de cualquier diario.
Ha conseguido describir con destreza el ambiente y los escenarios por los que trascurre este nuevo caso, y algo muy importante... ha complementado el perfil que ya teníamos de los dos personajes principales, profundizando más en su relación laboral y haciéndolos más cercanos, al tiempo que también lo hace con el resto personajes secundarios, de fuerte carácter, que ya nos acompañaron en el anterior libro y que dan vida a esta serie, convirtiéndose en el elenco fijo.
De esta forma, vamos conociendo en profundidad al Inspector Zalo Alonso; a Carmela Archer la forense; a Sara la esposa de Zalo, un personaje que en ocasiones me pone de los nervios por su tendencia a inmiscuirse en el desarrollo de las investigaciones, analizándolas como si de una novela policíaca se tratase.
En buena gente, su autora nos ofrece de nuevo una historia compleja y al tiempo arriesgada.
Nos acerca al mundo de la prostitución, al tráfico ilegal de personas, a la corrupción, a la falta de moralidad, a las mentiras, y de fondo, a la indiferencia que muchas veces despiertan estos hechos en la sociedad; en resumidas cuentas, una novela negra que como no podía ser de otra forma, actúa como denuncia social, tratando temas actuales.
Una desaparición dará el pistoletazo de salida a la investigación, y lo que en un principio parecía ser algo sencillo, sin muchas complicaciones, se va retorciendo al avanzar, terminando enlazada a otra trama más espinosa.
Se repite el ritmo lento que ya vimos en Nadie sabía, una narrativa pausada con la cual vamos conociendo a esos nuevos personajes y el nexo que les une, además de los detalles que se van añadiendo al nuevo caso.
Aquí debo hacer un pequeño inciso e insistir, aunque no son muchos los nuevos personajes si pueden ocasionarnos alguna complicación si no leemos con atención, porque todo en esta historia, está relacionado.
Los personajes secundarios, entran y salen de escena, complican el argumento y nos engañan con su comportamiento.Todos parecen sospechosos, tienen algo que ocultar, y en mayor o menor grado, son lobos que se esconden tras una piel de cordero.
Hay otros detalles que se agradecen, por citar alguno más y aunque pueda parecer algo ridículo, a mí particularmente me gusta encontrar referencias entre las páginas del libro que hagan alusión al título elegido, una especie de juego entre autor y lector.
Eso puede parecernos a simple vista una nimiedad, pero lo cierto es que me descoloca mucho, leer una historia cuyo título al final no tiene nada que ver con lo que encuentro en el interior.
miércoles, 8 de noviembre de 2017
La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving
Sinopsis:
Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Este relato breve escrito por Washington Irving en 1820, seguro que también os suena por otro título, La leyenda del jinete sin cabeza.
La verdad es que desde estas primeras líneas, debo deciros, que esta narración no tiene mucho, o más bien nada en común, con la película de Tim Burton.
Comparten protagonistas, sí, pero poco más.
Ese fue precisamente mi error, empezar a leer este libro intentando recordar al tiempo la película. Veía pasar las hojas y el terror como yo lo esperaba, tardaba en llegar...
Salvando ese error que me atribuyo, la obra está genial.
Se encuentra a caballo, y nunca mejor dicho, entre el género gótico y el romántico, y en un principio, formó parte de un compendio de relatos publicados bajo el título de Libro de apuntes de Geoffrey Crayon, pseudónimo bajo el que escribía. En ese volumen, también aparecía otra narración que quizás os suene, Rip Van Winkle; la historia de un hombre que despierta tras un largo, largo sueño...
Pero dejemos a Washington Irving en compañía de Rip Van Winkle y transportémonos a ese pequeño valle, Sleepy Hollow, porque la obra es todo un clásico con algunos detalles dignos de mención.
Para ir abriendo boca os diré que está cargado de notas de ironía, hilada con un fino sentido del humor y por supuesto de suspense; un buen cóctel que mantiene la atención del lector volcada en la lectura, mientras observamos alguna pequeña crítica hacia el comportamiento de esos holandeses, que se asentaron en tierras, a orillas del río Hudson.
Las descripciones son soberbias; solo con el uso del lenguaje, Irving nos transporta en el tiempo, creando una ambientación que nada tiene que envidiar a la que consigue Tim Burton en su película, valiéndose de otros medios más visuales.
Pero quiero insistir en este punto, es cierto que la base sobre la que se construye, es decir la leyenda, es un detalle importante, consigue transmitirnos ansiedad, pero sin una buena técnica narrativa describiendo escenarios y ambientes, esto no sería posible.
Conocemos el relato, esa historia de un antiguo soldado germano que perdió la cabeza durante la Guerra Revolucionaria por culpa de una bala de cañón, y que cabalga por los caminos solitarios alrededor de Sleepy Hollow, al caer la tarde, sobre un corcel tan negro como la noche más cerrada, buscando esa parte del cuerpo donde se encuentra la mayor parte de nuestros sentidos.
Las descripciones juegan un papel primordial en nuestra imaginación y en la de los personajes, que alentada por las leyendas de la zona, y aderezada con esa calidad narrativa que os menciono, nos puede sugestionar y llevar a ver, creer, e incluso perder la cabeza.
Irving nos transporta a la época, notamos la humedad, la niebla que lo inunda todo y el temor nos llega desde cualquiera de los caminos solitarios que rodean la comunidad de Tarrytown.
Como un personaje más, nos adentramos en solitario por esos caminos anteriormente citados y con tan solo, el sonido de una lechuza cortando el silencio, el más valiente de nosotros echa a correr perdiendo no solo la cabeza, sino también esa otra parte donde acaba la espalda y pierde su casto nombre.
Con esto lo que quiero decir, es que Irving, sabe captar nuestra atención y dotar a la narración de una tensión sostenida, hasta la última página.
Los lectores esperamos la aparición del jinete, con una especie de tensión y emoción, dividida a partes iguales.
Sinopsis y portada del libro retiradas para evitar infringir posibles derechos de autor.
Para saber más pinchar en el enlace siguiente: Pinchar aquí.
Opinión:
Este relato breve escrito por Washington Irving en 1820, seguro que también os suena por otro título, La leyenda del jinete sin cabeza.
La verdad es que desde estas primeras líneas, debo deciros, que esta narración no tiene mucho, o más bien nada en común, con la película de Tim Burton.
Comparten protagonistas, sí, pero poco más.
Ese fue precisamente mi error, empezar a leer este libro intentando recordar al tiempo la película. Veía pasar las hojas y el terror como yo lo esperaba, tardaba en llegar...
Salvando ese error que me atribuyo, la obra está genial.
Se encuentra a caballo, y nunca mejor dicho, entre el género gótico y el romántico, y en un principio, formó parte de un compendio de relatos publicados bajo el título de Libro de apuntes de Geoffrey Crayon, pseudónimo bajo el que escribía. En ese volumen, también aparecía otra narración que quizás os suene, Rip Van Winkle; la historia de un hombre que despierta tras un largo, largo sueño...
Pero dejemos a Washington Irving en compañía de Rip Van Winkle y transportémonos a ese pequeño valle, Sleepy Hollow, porque la obra es todo un clásico con algunos detalles dignos de mención.
Para ir abriendo boca os diré que está cargado de notas de ironía, hilada con un fino sentido del humor y por supuesto de suspense; un buen cóctel que mantiene la atención del lector volcada en la lectura, mientras observamos alguna pequeña crítica hacia el comportamiento de esos holandeses, que se asentaron en tierras, a orillas del río Hudson.
Las descripciones son soberbias; solo con el uso del lenguaje, Irving nos transporta en el tiempo, creando una ambientación que nada tiene que envidiar a la que consigue Tim Burton en su película, valiéndose de otros medios más visuales.
Pero quiero insistir en este punto, es cierto que la base sobre la que se construye, es decir la leyenda, es un detalle importante, consigue transmitirnos ansiedad, pero sin una buena técnica narrativa describiendo escenarios y ambientes, esto no sería posible.
Conocemos el relato, esa historia de un antiguo soldado germano que perdió la cabeza durante la Guerra Revolucionaria por culpa de una bala de cañón, y que cabalga por los caminos solitarios alrededor de Sleepy Hollow, al caer la tarde, sobre un corcel tan negro como la noche más cerrada, buscando esa parte del cuerpo donde se encuentra la mayor parte de nuestros sentidos.
Las descripciones juegan un papel primordial en nuestra imaginación y en la de los personajes, que alentada por las leyendas de la zona, y aderezada con esa calidad narrativa que os menciono, nos puede sugestionar y llevar a ver, creer, e incluso perder la cabeza.
Irving nos transporta a la época, notamos la humedad, la niebla que lo inunda todo y el temor nos llega desde cualquiera de los caminos solitarios que rodean la comunidad de Tarrytown.
Como un personaje más, nos adentramos en solitario por esos caminos anteriormente citados y con tan solo, el sonido de una lechuza cortando el silencio, el más valiente de nosotros echa a correr perdiendo no solo la cabeza, sino también esa otra parte donde acaba la espalda y pierde su casto nombre.
Con esto lo que quiero decir, es que Irving, sabe captar nuestra atención y dotar a la narración de una tensión sostenida, hasta la última página.
Los lectores esperamos la aparición del jinete, con una especie de tensión y emoción, dividida a partes iguales.
Etiquetas:
Narrativa Clásica,
Relatos breves,
Terror,
Washington Irving
miércoles, 1 de noviembre de 2017
La mujer del camarote 10 de Ruth Ware
Sinopsis:
Has sido testigo de un asesinato...y nadie te cree.
La invitación a un crucero de lujo, que zarpa de Londres rumbo a los fiordos noruegos, es como un sueño hecho realidad para Laura Blacklock, una joven periodista en horas bajas. La oportunidad es doble: no sólo podrá contemplar la maravillosa aurora boreal, sino que se codeará con gente influyente que podría ayudarla a reconducir su carrera profesional.
Los primeros compases de la travesía discurren conforme a lo previsto: el ambiente del barco es suntuoso, el servicio, de primera categoría, y el pasaje derrocha elegancia, simpatía y dinero. Sin embargo, todo cambia cuando, una noche, un grito aterrador despierta a Laura, quien, estupefacta, observa cómo el cuerpo de una mujer cae al mar desde el compartimento contiguo.
Al dar la voz de alarma, la tripulación le asegura que el camarote número 10 siempre ha estado vacío y que no falta ningún pasajero a bordo. Así, con creciente inquietud, Laura comprueba que... nadie le cree. Y lo peor no es que se sienta sola y aislada, sino que una serie de extraños acontecimientos la convencen de que ella puede ser la próxima víctima.
Opinión:
Con esta historia de la que hoy os hablo, me ha ocurrido algo extraño...
Al ver la portada me lancé casi sin pensarlo hacia ella, leí la sinopsis y casi sin darme cuenta, la tenía en casa. Pensé que encontraría algo similar a las maravillosas historias tejidas por Agatha Cristie, ¡pero no!, no he encontrado, ni tan siquiera algo similar...
Tras comenzar a leer los primeros capítulos, casi de forma inmediata, empecé a encontrar detalles que no me llenaban plenamente, ya sabéis el dicho, no es oro todo lo que reluce.
Nos encontramos ante un buen argumento pero cuyo peso se sustenta demasiado en detalles que no llegan a convencerme.
Esta novela al comenzar, me recordaba mucho a La chica del tren, seguramente por la protagonista, una mujer cargada de defectos, con poca credibilidad, que termina convirtiéndose en un personaje totalmente distinto al que en el comienzo nos intentan hacer ver; y por otro lado mis pensamientos volaban hacia Vértigo, la película de Alfred Hitchcock, quizás, porque se utilizan los miedos o los defectos de los protagonistas en su contra.
Lo cierto es que nos encontramos con una novela cargada de arquetipos argumentales.
El de una mujer con problemas de pareja; adicta al alcohol y a las pastillas; que empieza a ver que suceden cosas extrañas a su alrededor, sucesos a los que los demás, no dan ninguna credibilidad; por otro lado, también nos enfrentamos a una desaparición en un escenario que mantiene a los personajes aislados, sin forma de comunicarse con el exterior, ya sea en un avión, en un tren o como en este caso en un barco. Como veis demasiados estereotipos mezclados...
El comienzo también me resultó demasiado lento.
Vamos conociendo a Laura, profundizando en sus problemas, conociendo al resto de personajes y estímulos externos que van minando la seguridad de la protagonista, e incluso la confianza del lector en ella. Y es que, el cóctel de alcohol y pastillas no convierten a Laura en un testigo muy fiable, y si encima le sumamos cierta vocecilla que interrumpe a menudo sus pensamientos, pues termina por desprestigiar definitivamente su versión...
La historia tarda en alcanzar un buen ritmo y en ese momento, los giros argumentales empiezan a sucederse o mejor dicho, a amontonarse a nuestro alrededor.
Es verdad, que esos giros, animan bastante la narración, pero no hay que olvidar, que ese relato nos llega en primera persona, de boca de Laura, y por lo que ya he comentado de ella anteriormente, no es una versión muy fiable. Deja al lector un poco desconcertado al no vislumbrar lo real de lo que no lo es...
La angustia de Laura, nos persigue pero no llega a alcanzarnos, no consigue que la tensión emocional se transmita al lector; conseguimos conectar con ella, pero creo que también lo hacemos tarde...
Al final mi opinión no es muy favorable, tiene un buen argumento, con unos escenarios prometedores, pero a los que no se saca partido.
El desarrollo argumental nos lleva a una historia predecible casi desde el comienzo, con buenos guiños a Hitchcock y a Agatha Christie, pero que ha dejado un regusto amargo sobre todo al final, donde algunas situaciones se fuerzan demasiado.
Has sido testigo de un asesinato...y nadie te cree.
La invitación a un crucero de lujo, que zarpa de Londres rumbo a los fiordos noruegos, es como un sueño hecho realidad para Laura Blacklock, una joven periodista en horas bajas. La oportunidad es doble: no sólo podrá contemplar la maravillosa aurora boreal, sino que se codeará con gente influyente que podría ayudarla a reconducir su carrera profesional.
Los primeros compases de la travesía discurren conforme a lo previsto: el ambiente del barco es suntuoso, el servicio, de primera categoría, y el pasaje derrocha elegancia, simpatía y dinero. Sin embargo, todo cambia cuando, una noche, un grito aterrador despierta a Laura, quien, estupefacta, observa cómo el cuerpo de una mujer cae al mar desde el compartimento contiguo.
Al dar la voz de alarma, la tripulación le asegura que el camarote número 10 siempre ha estado vacío y que no falta ningún pasajero a bordo. Así, con creciente inquietud, Laura comprueba que... nadie le cree. Y lo peor no es que se sienta sola y aislada, sino que una serie de extraños acontecimientos la convencen de que ella puede ser la próxima víctima.
Opinión:
Con esta historia de la que hoy os hablo, me ha ocurrido algo extraño...
Al ver la portada me lancé casi sin pensarlo hacia ella, leí la sinopsis y casi sin darme cuenta, la tenía en casa. Pensé que encontraría algo similar a las maravillosas historias tejidas por Agatha Cristie, ¡pero no!, no he encontrado, ni tan siquiera algo similar...
Tras comenzar a leer los primeros capítulos, casi de forma inmediata, empecé a encontrar detalles que no me llenaban plenamente, ya sabéis el dicho, no es oro todo lo que reluce.
Nos encontramos ante un buen argumento pero cuyo peso se sustenta demasiado en detalles que no llegan a convencerme.
Esta novela al comenzar, me recordaba mucho a La chica del tren, seguramente por la protagonista, una mujer cargada de defectos, con poca credibilidad, que termina convirtiéndose en un personaje totalmente distinto al que en el comienzo nos intentan hacer ver; y por otro lado mis pensamientos volaban hacia Vértigo, la película de Alfred Hitchcock, quizás, porque se utilizan los miedos o los defectos de los protagonistas en su contra.
Lo cierto es que nos encontramos con una novela cargada de arquetipos argumentales.
El de una mujer con problemas de pareja; adicta al alcohol y a las pastillas; que empieza a ver que suceden cosas extrañas a su alrededor, sucesos a los que los demás, no dan ninguna credibilidad; por otro lado, también nos enfrentamos a una desaparición en un escenario que mantiene a los personajes aislados, sin forma de comunicarse con el exterior, ya sea en un avión, en un tren o como en este caso en un barco. Como veis demasiados estereotipos mezclados...
El comienzo también me resultó demasiado lento.
Vamos conociendo a Laura, profundizando en sus problemas, conociendo al resto de personajes y estímulos externos que van minando la seguridad de la protagonista, e incluso la confianza del lector en ella. Y es que, el cóctel de alcohol y pastillas no convierten a Laura en un testigo muy fiable, y si encima le sumamos cierta vocecilla que interrumpe a menudo sus pensamientos, pues termina por desprestigiar definitivamente su versión...
La historia tarda en alcanzar un buen ritmo y en ese momento, los giros argumentales empiezan a sucederse o mejor dicho, a amontonarse a nuestro alrededor.
Es verdad, que esos giros, animan bastante la narración, pero no hay que olvidar, que ese relato nos llega en primera persona, de boca de Laura, y por lo que ya he comentado de ella anteriormente, no es una versión muy fiable. Deja al lector un poco desconcertado al no vislumbrar lo real de lo que no lo es...
La angustia de Laura, nos persigue pero no llega a alcanzarnos, no consigue que la tensión emocional se transmita al lector; conseguimos conectar con ella, pero creo que también lo hacemos tarde...
Al final mi opinión no es muy favorable, tiene un buen argumento, con unos escenarios prometedores, pero a los que no se saca partido.
El desarrollo argumental nos lleva a una historia predecible casi desde el comienzo, con buenos guiños a Hitchcock y a Agatha Christie, pero que ha dejado un regusto amargo sobre todo al final, donde algunas situaciones se fuerzan demasiado.
jueves, 26 de octubre de 2017
Coraline de Neil Gaiman
Sinopsis:
Al día siguiente de mudarse de casa, Coraline explora las catorce puertas de su nuevo hogar. Trece se pueden abrir con normalidad, pero la decimocuarta está cerrada y tapiada. Cuando por fin consigue abrirla, Coraline se encuentra con un pasadizo secreto que la conduce a otra casa tan parecida a la suya que resulta escalofriante. Sin embargo, hay ciertas diferencias que llaman su atención: la comida es más rica, los juguetes son tan desconocidos como maravillosos y, sobre todo, hay otra madre y otro padre que quieren que Coraline se quede con ellos, se convierta en su hija y no se marche nunca. Pronto Coraline se da cuenta de que, tras los espejos, hay otros niños que han caído en la trampa. Son como almas perdidas, y ahora ella es su única esperanza de salvación. Pero para rescatarlos tendrá también que recuperar a sus verdaderos padres, y cumplir así el desafío que le permitirá volver a su vida anterior.
Opinión:
Hoy voy a hablaros de Coraline, un pequeño relato gótico, juvenil, escrito por Neil Gaiman y recomendado a partir de 12 años.
Y ¡Ojo! que he dicho Coraline, nada de Caroline como muchos mayores se empeñan en llamarla.
Y es que, a la pequeña Coraline, los mayores no le prestan demasiada atención, hasta el punto de que tienen tendencia a cambiarla de nombre.
Pero esta situación pronto va a cambiar...
Coraline acaba de mudarse de casa.
Es una niña inquieta e inteligente, y se pone a sí misma una misión para ahuyentar el aburrimiento. Además de entablar amistad con sus nuevos vecinos, las señoritas Spink y Forcible, dos actrices retiradas que viven rodeadas de perros, y con el excéntrico anciano del piso superior, el señor Bobo, que se pasa el día intentado amaestrar ratones; Coraline, se propondrá inspeccionar toda la casa, porque ante todo, la pequeña es una gran exploradora.
Coraline encuentra una puerta en el salón, la única puerta cerrada con llave de toda la casa, y tras abrirla descubre que tan solo hay un muro de ladrillos.
Al día siguiente vuelve a esa puerta, y ¡sorpresa!, al abrirla descubre que el muro ha desaparecido y ante sus ojos se extiende un largo y oscuro pasadizo...
Ese pasadizo como veréis por la sinopsis la conduce a "otra casa"; a una reproducción casi perfecta de la suya; a un mundo alternativo con "otros padres", donde todo parece ser genial.
Allí va a encontrar la atención que le falta, pero ¡cuidado! porque Coraline, como niña inteligente, se da cuenta de que en ese nuevo mundo perfecto algo falla. Existen algunas grandes diferencias con la realidad que ella conoce.
Esas posibles mejoras, esa atención permanente en ella, el exceso de afecto, no siempre proviene de gente sincera, muchas veces la adulación esconde un interés oculto y lo que en un principio puede parecer divertido, un segundo después puede convertirse en algo muy peligroso.
Ese es el motivo principal por el que esta novela se convierte en una excelente recomendación para niños, jóvenes y adultos.
Una historia con moraleja para que la compartan y analicen padres e hijos, o maestros con alumnos, porque hay mucho más oculto entre sus páginas.
No es una historia que de miedo, para un adulto es más bien ligera; pero como digo, lo interesante es hacerles comprender a los más pequeños, lo que se esconde al final del pasillo.
Es un cuento muy al estilo de Alicia en el país de las maravillas, adornado con algún que otro dibujo, una historia muy actual y con ese toque gótico y extraño de las obras de Tim Burton.
Está escrito en tercera persona, con un lenguaje muy sencillo y frases cortas, para que los más pequeños no se pierdan en la historia, pero lo que destaca sobre todo esto, es la cantidad de diálogos inteligentes que siembran sus páginas, os aseguro que Coraline os sorprenderá.
Para terminar deciros que este relato, fue adaptado y llevado al cine.
Aunque existen pequeñas diferencias entre la película y el libro, esas diferencias, sumadas una a una, creo que terminan alejándonos del tema principal que se esconde tras las páginas de la novela, y tampoco logra captar la esencia real del personaje de Coraline.
La película lógicamente es más visual, pero si tuviese que elegir, sin duda me quedo con la novela.
Otro formato en el que podemos encontrar esta historia es como novela gráfica.
Al día siguiente de mudarse de casa, Coraline explora las catorce puertas de su nuevo hogar. Trece se pueden abrir con normalidad, pero la decimocuarta está cerrada y tapiada. Cuando por fin consigue abrirla, Coraline se encuentra con un pasadizo secreto que la conduce a otra casa tan parecida a la suya que resulta escalofriante. Sin embargo, hay ciertas diferencias que llaman su atención: la comida es más rica, los juguetes son tan desconocidos como maravillosos y, sobre todo, hay otra madre y otro padre que quieren que Coraline se quede con ellos, se convierta en su hija y no se marche nunca. Pronto Coraline se da cuenta de que, tras los espejos, hay otros niños que han caído en la trampa. Son como almas perdidas, y ahora ella es su única esperanza de salvación. Pero para rescatarlos tendrá también que recuperar a sus verdaderos padres, y cumplir así el desafío que le permitirá volver a su vida anterior.
Opinión:
Hoy voy a hablaros de Coraline, un pequeño relato gótico, juvenil, escrito por Neil Gaiman y recomendado a partir de 12 años.
Y ¡Ojo! que he dicho Coraline, nada de Caroline como muchos mayores se empeñan en llamarla.
Y es que, a la pequeña Coraline, los mayores no le prestan demasiada atención, hasta el punto de que tienen tendencia a cambiarla de nombre.
Pero esta situación pronto va a cambiar...
Coraline acaba de mudarse de casa.
Es una niña inquieta e inteligente, y se pone a sí misma una misión para ahuyentar el aburrimiento. Además de entablar amistad con sus nuevos vecinos, las señoritas Spink y Forcible, dos actrices retiradas que viven rodeadas de perros, y con el excéntrico anciano del piso superior, el señor Bobo, que se pasa el día intentado amaestrar ratones; Coraline, se propondrá inspeccionar toda la casa, porque ante todo, la pequeña es una gran exploradora.
Coraline encuentra una puerta en el salón, la única puerta cerrada con llave de toda la casa, y tras abrirla descubre que tan solo hay un muro de ladrillos.
Al día siguiente vuelve a esa puerta, y ¡sorpresa!, al abrirla descubre que el muro ha desaparecido y ante sus ojos se extiende un largo y oscuro pasadizo...
Ese pasadizo como veréis por la sinopsis la conduce a "otra casa"; a una reproducción casi perfecta de la suya; a un mundo alternativo con "otros padres", donde todo parece ser genial.
Allí va a encontrar la atención que le falta, pero ¡cuidado! porque Coraline, como niña inteligente, se da cuenta de que en ese nuevo mundo perfecto algo falla. Existen algunas grandes diferencias con la realidad que ella conoce.
Esas posibles mejoras, esa atención permanente en ella, el exceso de afecto, no siempre proviene de gente sincera, muchas veces la adulación esconde un interés oculto y lo que en un principio puede parecer divertido, un segundo después puede convertirse en algo muy peligroso.
Ese es el motivo principal por el que esta novela se convierte en una excelente recomendación para niños, jóvenes y adultos.
Una historia con moraleja para que la compartan y analicen padres e hijos, o maestros con alumnos, porque hay mucho más oculto entre sus páginas.
No es una historia que de miedo, para un adulto es más bien ligera; pero como digo, lo interesante es hacerles comprender a los más pequeños, lo que se esconde al final del pasillo.
Es un cuento muy al estilo de Alicia en el país de las maravillas, adornado con algún que otro dibujo, una historia muy actual y con ese toque gótico y extraño de las obras de Tim Burton.
Está escrito en tercera persona, con un lenguaje muy sencillo y frases cortas, para que los más pequeños no se pierdan en la historia, pero lo que destaca sobre todo esto, es la cantidad de diálogos inteligentes que siembran sus páginas, os aseguro que Coraline os sorprenderá.
“—Realmente no lo entiendes, ¿verdad? —repuso—. No quiero tener todo lo que deseo. Nadie lo quiere, no de verdad. ¿Dónde estaría la gracia si tuviese todo lo que quiero? Es eso y nada más, ¿y después qué?”
Para terminar deciros que este relato, fue adaptado y llevado al cine.
Aunque existen pequeñas diferencias entre la película y el libro, esas diferencias, sumadas una a una, creo que terminan alejándonos del tema principal que se esconde tras las páginas de la novela, y tampoco logra captar la esencia real del personaje de Coraline.
La película lógicamente es más visual, pero si tuviese que elegir, sin duda me quedo con la novela.
Otro formato en el que podemos encontrar esta historia es como novela gráfica.
Etiquetas:
Juvenil,
Neil Gaiman,
Novela Gótica,
Relatos breves
lunes, 16 de octubre de 2017
El exorcista de William Peter Blatty
Sinopsis:
Si la medicina y la psiquiatría no ayudan, ¿puede el exorcismo ser la respuesta? Ha llegado el momento para el implacable rito que enfrenta a exorcista y demonio en duelo mortal.
El exorcista es una de las obras de ficción mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas. Basada en un hecho real, ocurrido en la década de los cuarenta del siglo pasado, la protagonista es una niña de apenas once años que sufre terribles transformaciones, sobre todo en su comportamiento. Ni médicos, ni científicos, ni psicólogos, son capaces de hallar la causa de tal estado y paulatinamente todo se va decantando hacia la hipótesis de que la niña esta poseída por el demonio.
Publicada en 1971, El exorcista es una de las novelas mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas, y ha dado origen a una saga cinematográfica y una serie de televisión de culto.
Opinión:
El reto...
De nuevo recupero un clásico de terror, escrito en 1971, para el reto Halloween junto al fuego, que nos propone Atalanta anualmente desde su blog.
El reto consistía en elegir un libro de terror que hubiese sido llevado al cine, por lo que me debatí entre dos grandes historias.
El exorcista y Drácula de Bram Stoker, ambas novelas son de esas que siempre apetece releer y que sabes que serán un acierto seguro.
Curiosidades sobre el libro y sus secuelas...
El exorcista, es una obra escrita por William Peter Blatty y basada en un exorcismo realizado en 1949 y del que este escritor, oyó hablar cuando estudiaba en la Universidad de Georgetown.
La novela generó cierta polémica por el tema que trataba, y cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, Blatty sorprende de nuevo, escribiendo el guión de la que sería la adaptación cinematográfica de esta obra, y que se estrenaría en diciembre de 1973 en Estados Unidos.
El motivo de que esa película sea tan fiel al libro original lo encontramos precisamente en lo que acabo de señalar, que Blatty realizó el guión.
Años más tarde, en 1977, estrenarían una secuela de esta película, El hereje, donde el escritor no participaría como guionista, y la verdad es que la cinta decepcionó.
En 1983, Peter Blatty escribe un nuevo thriller psicológico bajo el título de Legión, esta vez con tintes de novela policíaca, donde varios de los personajes que ya conocimos en El exorcista vuelven a hacer acto de aparición. Fue llevada al cine en 1990 y dirigida por Blatty, pero con algunas modificaciones sobre el guión que al público no llegaron a convencer, por ejemplo, la incorporación de un exorcismo que no aparecía en ningún momento en el libro.
El libro...
El exorcista es en pocas palabras, una novela de las mejores dentro del género de terror.
Logra transmitir incomodidad en muchas de sus escenas, e incluso provocar que pequeños escalofríos recorran nuestro cuerpo. Este libro, lo leí hace muchísimos años, y la verdad es que las sensaciones que ha desatado esta vez, no han cambiado. Por lo tanto me reitero en lo dicho, nos encontramos ante una gran novela de terror, intemporal, que independientemente de las veces que la leas, seguirás disfrutándola al máximo.
Este libro lleva en las estanterías de casa muchos años, es una edición de Círculo de lectores y parece aguantar bastante bien el paso del tiempo, al igual que la historia que se esconde entre sus páginas.
Hay un par de fallos, el primero que encuentro es la traducción, donde existen, al menos en esta versión de la que os hablo, algunas expresiones chocantes. Del otro fallo ya hablaré un poco más abajo...
El argumento...
Estoy segura de que todos conocéis el tema central, o bien por la novela o por su adaptación cinematográfica.
La historia se divide en prólogo y cuatro partes, las dos últimas bastante más breves que las anteriores.
En el prólogo entramos en contacto por primera vez con el padre Merrin, que se encuentra en una excavación en el norte de Irak, donde hallan una estatuilla de un demonio sumerio.
Posteriormente, saltamos a la primera de las cuatro partes que componen la narración.
Regan es una niña de apenas 12 años que empieza a tener un comportamiento extraño.
Su madre, Chris MacNeil, es una actriz volcada en su trabajo, divorciada y atea, que empieza a visitar médicos sin que le den una explicación clara de lo que le está sucediendo a su hija.
Regan, pasa de ser una niña adorable a un verdadero monstruo.
Al mismo tiempo, el detective Kinderman, empieza a investigar unas profanaciones en una iglesia cercana y poco a poco, esos acontecimientos irán uniendo a los personajes.
Chris MacNeil, viendo como la vida de su hija se consume día a día sin solución, recurre al padre Karras, en un último intento desesperado de hallar una solución.
El padre Damian Karras, además de sacerdote es un eminente psiquiatra. En principio se muestra reacio a realizar un exorcismo, e intenta relacionar su estado con un caso de psicosis, pero todo cambia cuando graba a la niña hablando en una lengua extraña.
Hasta aquí, lo que todos conocéis sobre la historia, pero hay que rascar un poco más en la superficie para llegar al asunto principal...
Lo que la verdad esconde...
Damian Karras, es un sacerdote atormentado, en plena crisis de fe.
Esta crisis, sumada a la bondad o pureza de Regan; que Chris sea divorciada y atea; parece que alientan al demonio a quedarse en el cuerpo de Regan. Además, aparece el padre Merrin, un experto en exorcismos, que ya conoce de otro caso al demonio que ha tomado a Regan; por lo que este exorcismo se convierte en una lucha de poder, de egos, un gran desafío para demostrar quien ostenta más fuerza, si el bien o el mal, y que termina convirtiendo a la niña en un daño colateral.
Creo que esos detalles, son precisamente los que sembraron polémica en la década de los 70, cuando el libro fue escrito.
El desarrollo...
La novela no cuenta con demasiados personajes, por lo que la trama es sencilla de seguir.
Los principales son Chris, Regan, Karras, el detective Kinderman y el padre Merrin, todos redondos, aunque lógicamente también existen algunos ambientales que sirven para reforzar la historia. Tampoco nos perderemos vagando de un escenario a otro, ya que el escenario principal es la casa, y la mayoría de las escenas suceden entre esas cuatro paredes.
La narración es pausada, con ello el lector no se pierde ningún detalle y además el suspense y la tensión narrativa se mantiene hasta el final de forma soberbia, aunque conozcamos de antemano como será el desenlace.
El final...
Ahí se encuentra el otro fallo que ya os adelanté al comienzo, y es que esa secuencia que queda grabada en nuestra retina, donde vemos a los dos sacerdotes, Merrin y Karras, luchando casi sin fuerzas contra el mal, sucede en el libro de forma muy acelerada.
Todos conocemos de sobra o intuimos lo que ocurrirá, y aunque no resta interés en el lector, que pasa las páginas deseando llegar a ese momento crucial, sí nos deja un ligero regusto agridulce.
En apenas un par de páginas llega el desenlace y quizás esa urgencia por acabar, aunque no resta tensión suprime la espectacularidad de un final más a la altura de un milagro divino, algo que deseábamos pero que sabemos que es imposible...
Superando ese breve destello de decepción y analizando con frialdad esta última escena, veremos como Karras y Merrin están condenados de antemano, hay que ser realistas.
Merrin es ya anciano, llega al exorcismo con sus fuerzas muy limitadas y duda de su capacidad, y Karras duda de su fe.
Ambos son sacrificios necesarios para que el bien triunfe y salven mediante sus actos a un alma inocente y pura como es Regan. Dios prescinde de alardear que es precisamente lo que condena al demonio y por ese motivo, solo son necesarias un par de páginas para ese final.
Diferencias...
Como dije al comienzo, no existen grandes diferencias entre la película y el libro, salvo alguna escena añadida el la cinta, para impactar más aún en los espectadores.
En el libro apreciamos más los cambios que va experimentando Regan, uno a uno, de forma lenta. Con esa narración pausada, que emplea Blatty, somos testigos de todo el proceso que lógicamente en la película se optó por abreviar, por cuestión de tiempo.
El libro depende más de la imaginación del lector y ahí juega un papel más importante la narración, o la forma de narrar. El autor, en la obra escrita, también dio bastante importancia a las relaciones entre los distintos personajes, otro detalle que en la cinta es obviado, por acelerar.
El cine hace uso de los grandes recursos de los que dispone, sobre todo de los efectos especiales.
Con ellos se resaltan algunas escenas que prácticamente en la narración, habrían podido pasar desapercibidas, y consiguen captar la atención del espectador, exagerando más las reacciones y el comportamiento de Regan.
Sinceramente, para los que no hayáis leído aún este libro, es una gran lectura, de las mejores de este género.
Si la medicina y la psiquiatría no ayudan, ¿puede el exorcismo ser la respuesta? Ha llegado el momento para el implacable rito que enfrenta a exorcista y demonio en duelo mortal.
El exorcista es una de las obras de ficción mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas. Basada en un hecho real, ocurrido en la década de los cuarenta del siglo pasado, la protagonista es una niña de apenas once años que sufre terribles transformaciones, sobre todo en su comportamiento. Ni médicos, ni científicos, ni psicólogos, son capaces de hallar la causa de tal estado y paulatinamente todo se va decantando hacia la hipótesis de que la niña esta poseída por el demonio.
Publicada en 1971, El exorcista es una de las novelas mas sobrecogedoras y terroríficas jamás escritas, y ha dado origen a una saga cinematográfica y una serie de televisión de culto.
Opinión:
El reto...
De nuevo recupero un clásico de terror, escrito en 1971, para el reto Halloween junto al fuego, que nos propone Atalanta anualmente desde su blog.
El reto consistía en elegir un libro de terror que hubiese sido llevado al cine, por lo que me debatí entre dos grandes historias.
El exorcista y Drácula de Bram Stoker, ambas novelas son de esas que siempre apetece releer y que sabes que serán un acierto seguro.
Curiosidades sobre el libro y sus secuelas...
El exorcista, es una obra escrita por William Peter Blatty y basada en un exorcismo realizado en 1949 y del que este escritor, oyó hablar cuando estudiaba en la Universidad de Georgetown.
La novela generó cierta polémica por el tema que trataba, y cuando parecía que las aguas habían vuelto a su cauce, Blatty sorprende de nuevo, escribiendo el guión de la que sería la adaptación cinematográfica de esta obra, y que se estrenaría en diciembre de 1973 en Estados Unidos.
El motivo de que esa película sea tan fiel al libro original lo encontramos precisamente en lo que acabo de señalar, que Blatty realizó el guión.
Años más tarde, en 1977, estrenarían una secuela de esta película, El hereje, donde el escritor no participaría como guionista, y la verdad es que la cinta decepcionó.
En 1983, Peter Blatty escribe un nuevo thriller psicológico bajo el título de Legión, esta vez con tintes de novela policíaca, donde varios de los personajes que ya conocimos en El exorcista vuelven a hacer acto de aparición. Fue llevada al cine en 1990 y dirigida por Blatty, pero con algunas modificaciones sobre el guión que al público no llegaron a convencer, por ejemplo, la incorporación de un exorcismo que no aparecía en ningún momento en el libro.
El libro...
El exorcista es en pocas palabras, una novela de las mejores dentro del género de terror.
Logra transmitir incomodidad en muchas de sus escenas, e incluso provocar que pequeños escalofríos recorran nuestro cuerpo. Este libro, lo leí hace muchísimos años, y la verdad es que las sensaciones que ha desatado esta vez, no han cambiado. Por lo tanto me reitero en lo dicho, nos encontramos ante una gran novela de terror, intemporal, que independientemente de las veces que la leas, seguirás disfrutándola al máximo.
Este libro lleva en las estanterías de casa muchos años, es una edición de Círculo de lectores y parece aguantar bastante bien el paso del tiempo, al igual que la historia que se esconde entre sus páginas.
Hay un par de fallos, el primero que encuentro es la traducción, donde existen, al menos en esta versión de la que os hablo, algunas expresiones chocantes. Del otro fallo ya hablaré un poco más abajo...
El argumento...
Estoy segura de que todos conocéis el tema central, o bien por la novela o por su adaptación cinematográfica.
La historia se divide en prólogo y cuatro partes, las dos últimas bastante más breves que las anteriores.
En el prólogo entramos en contacto por primera vez con el padre Merrin, que se encuentra en una excavación en el norte de Irak, donde hallan una estatuilla de un demonio sumerio.
Posteriormente, saltamos a la primera de las cuatro partes que componen la narración.
Regan es una niña de apenas 12 años que empieza a tener un comportamiento extraño.
Su madre, Chris MacNeil, es una actriz volcada en su trabajo, divorciada y atea, que empieza a visitar médicos sin que le den una explicación clara de lo que le está sucediendo a su hija.
Regan, pasa de ser una niña adorable a un verdadero monstruo.
Al mismo tiempo, el detective Kinderman, empieza a investigar unas profanaciones en una iglesia cercana y poco a poco, esos acontecimientos irán uniendo a los personajes.
Chris MacNeil, viendo como la vida de su hija se consume día a día sin solución, recurre al padre Karras, en un último intento desesperado de hallar una solución.
El padre Damian Karras, además de sacerdote es un eminente psiquiatra. En principio se muestra reacio a realizar un exorcismo, e intenta relacionar su estado con un caso de psicosis, pero todo cambia cuando graba a la niña hablando en una lengua extraña.
Hasta aquí, lo que todos conocéis sobre la historia, pero hay que rascar un poco más en la superficie para llegar al asunto principal...
Lo que la verdad esconde...
Damian Karras, es un sacerdote atormentado, en plena crisis de fe.
Esta crisis, sumada a la bondad o pureza de Regan; que Chris sea divorciada y atea; parece que alientan al demonio a quedarse en el cuerpo de Regan. Además, aparece el padre Merrin, un experto en exorcismos, que ya conoce de otro caso al demonio que ha tomado a Regan; por lo que este exorcismo se convierte en una lucha de poder, de egos, un gran desafío para demostrar quien ostenta más fuerza, si el bien o el mal, y que termina convirtiendo a la niña en un daño colateral.
Creo que esos detalles, son precisamente los que sembraron polémica en la década de los 70, cuando el libro fue escrito.
El desarrollo...
La novela no cuenta con demasiados personajes, por lo que la trama es sencilla de seguir.
Los principales son Chris, Regan, Karras, el detective Kinderman y el padre Merrin, todos redondos, aunque lógicamente también existen algunos ambientales que sirven para reforzar la historia. Tampoco nos perderemos vagando de un escenario a otro, ya que el escenario principal es la casa, y la mayoría de las escenas suceden entre esas cuatro paredes.
La narración es pausada, con ello el lector no se pierde ningún detalle y además el suspense y la tensión narrativa se mantiene hasta el final de forma soberbia, aunque conozcamos de antemano como será el desenlace.
El final...
Ahí se encuentra el otro fallo que ya os adelanté al comienzo, y es que esa secuencia que queda grabada en nuestra retina, donde vemos a los dos sacerdotes, Merrin y Karras, luchando casi sin fuerzas contra el mal, sucede en el libro de forma muy acelerada.
Todos conocemos de sobra o intuimos lo que ocurrirá, y aunque no resta interés en el lector, que pasa las páginas deseando llegar a ese momento crucial, sí nos deja un ligero regusto agridulce.
En apenas un par de páginas llega el desenlace y quizás esa urgencia por acabar, aunque no resta tensión suprime la espectacularidad de un final más a la altura de un milagro divino, algo que deseábamos pero que sabemos que es imposible...
Superando ese breve destello de decepción y analizando con frialdad esta última escena, veremos como Karras y Merrin están condenados de antemano, hay que ser realistas.
Merrin es ya anciano, llega al exorcismo con sus fuerzas muy limitadas y duda de su capacidad, y Karras duda de su fe.
Ambos son sacrificios necesarios para que el bien triunfe y salven mediante sus actos a un alma inocente y pura como es Regan. Dios prescinde de alardear que es precisamente lo que condena al demonio y por ese motivo, solo son necesarias un par de páginas para ese final.
Diferencias...
Como dije al comienzo, no existen grandes diferencias entre la película y el libro, salvo alguna escena añadida el la cinta, para impactar más aún en los espectadores.
En el libro apreciamos más los cambios que va experimentando Regan, uno a uno, de forma lenta. Con esa narración pausada, que emplea Blatty, somos testigos de todo el proceso que lógicamente en la película se optó por abreviar, por cuestión de tiempo.
El libro depende más de la imaginación del lector y ahí juega un papel más importante la narración, o la forma de narrar. El autor, en la obra escrita, también dio bastante importancia a las relaciones entre los distintos personajes, otro detalle que en la cinta es obviado, por acelerar.
El cine hace uso de los grandes recursos de los que dispone, sobre todo de los efectos especiales.
Con ellos se resaltan algunas escenas que prácticamente en la narración, habrían podido pasar desapercibidas, y consiguen captar la atención del espectador, exagerando más las reacciones y el comportamiento de Regan.
Sinceramente, para los que no hayáis leído aún este libro, es una gran lectura, de las mejores de este género.
Etiquetas:
Terror,
Thriller,
William Peter Blatty
martes, 3 de octubre de 2017
El alcornoque de los muertos de Fernando Roye
El alcornoque de los muertos (Sargento Carmelo Domínguez 02)
Sinopsis:
Los ánimos están encendidos en el pueblo de Santa Honorata a causa de un grupo de distinguidos ciudadanos y su enfado ante la humillación que les reporta una serie de muñecos que han aparecido colgados en el alcornoque de los muertos, en los que se ven representados. En medio de crecientes rumores de que uno de los más peligrosos maquis de la zona ha regresado del otro mundo para amenazar la tranquilidad del pueblo, el sargento Carmelo Domínguez se ve presionado para iniciar una investigación, al mismo tiempo que se enfrenta al inesperado desafío con el que el mayor de sus seis hijos está haciendo temblar la paz familiar. Asistido por sus singulares métodos de deducción, Carmelo se dispone a desenredar una trama en la que no faltan oportunistas, presuntuosos, bandoleros, mentiras, venganzas y otras miserias. El alcornoque de los muertos es una novela rural de género negro ambientada en el sur de España de los años cincuenta del siglo pasado, a través de la cual podremos ser testigos excepcionales de las peculiaridades de este entorno y la vida en una casa cuartel, acompañados por este sargento de mirada extraña y sus demás residentes, no menos especiales.
Opinión: El alcornoque de los muertos (Sargento Carmelo Domínguez 02)
Ya sabéis que este nuevo comentario solo puede significar una cosa... que vuelvo a la carga con el segundo caso protagonizado por el emblemático sargento de la Guardia Civil, Carmelo Domínguez.
Una saga, escrita por Fernando Roye, que hasta el momento la componen dos libros, El caso de la mano perdida y éste que reseño hoy y que lleva el sugerente título de El alcornoque de los muertos, situándonos ambas novelas en la España rural de los años 50.
Estaréis conmigo en que hoy en día, tenemos la gran suerte de conocer a infinidad de autores que han dado como fruto grandes personajes e historias, gracias al dominio excepcional del género negro.
Pero, ¿sabéis lo que más me gusta de esta saga en concreto?, principalmente la ambientación conseguida, totalmente real.
A través de una sencillez aplastante, este autor, consigue sorprender al lector y hacerle disfrutar.
No necesita de grandes ni rebuscados escenarios, tampoco de truculentos asesinatos cargados de simbolismo, ni personajes perseguidos por traumas y/o adicciones como vemos en otras obras del género negro.
Sus personajes son corrientes, tanto los buenos como los malos, y los convierte en el complemento idóneo para una novela costumbrista, de marcado ambiente rural, que nos muestra las rencillas reales y envidias, existentes entre los habitantes de cualquiera de esos pueblos diseminados por el ancho y largo territorio español durante la dictadura.
En la anterior reseña de esta saga, El caso de la mano perdida, ya hice una breve introducción de las habilidades de este sargento peculiar.
Está dotado de fina intuición y un irónico sentido del humor, características necesarias para sobrellevar el ambiente angustioso y cargado de desazón de esa etapa de nuestra historia.
Un periodo marcado por el pasado, por la escasez de alimentos y el bajo poder adquisitivo; situaciones que sumieron a gran parte de la población en la miseria; una época donde pocos se permitían el lujo de pensar en el futuro ya que la rutina diaria consistía en sobrevivir a un día más, y hay que decir llegados a este punto, que Fernando Roye, consigue reflejar con brillantez, no solo todas esas situaciones y ambientes, sino también los sentimientos.
Nos encontramos ante una novela negra, sobria acorde a lo descrito, pero al mismo tiempo con los suficientes detalles para convertirla en una lectura interesante; un relato ficticio, que bien podría venir a sustituir a cualquier crónica de sucesos de la época.
Otro detalle de calidad que encontraremos...
A los amantes de la novela negra, estoy segura de que os sonará el término Macguffin, es una expresión acuñada por Alfred Hitchcock.
Él, denominaba así, a un elemento, a un objeto que se buscaba en sus historias y que al final se descubría que no era relevante para la trama, en pocas palabras, una excusa argumental que hacía avanzar la historia; pues bien, nosotros deberíamos acuñar el término AntiMacguffin, si es que no existe ya, porque es lo que encontramos en las historias que componen la saga.
Las dos novelas, giran alrededor de elementos sencillos, nada que ver, sin ánimo de generalizar, con búsquedas de estatuas de talla refinada, grandes sumas de dinero, ni documentos sustraídos de cajas fuertes, que luego resulta que no existen, y tan solo son tretas que terminan con el detective engañado y buscando algo totalmente distinto...
¡No!, aquí la trama no funciona exactamente así, porque realmente a nosotros no nos desaparecen objetos, sino que aparecen, o más bien habría que decir que se los encuentra Carmelo, como jefe del puesto de la benemérita.
Esos objetos nos empujan a una búsqueda, está claro, en la primera novela tendremos que encontrar al propietario de la mano y en la segunda, al creador de unos muñecos de trapo que aparecen colgados de forma amenazante en un solitario árbol, lógicamente también deberemos averiguar cuales son sus motivos para hacerlo.
Sin duda, son excusas argumentales para iniciar una novela y de paso darle el título, pero coincidiréis conmigo, que en este caso tienen relevancia, esos incidentes con los que comenzamos la historia, son desencandenantes e imprescindibles en cualquier relato, son casi un personaje más, un elemento omnipresente que nos acompañará hasta el final. Esta estructura, aunque pueda parecer repetitiva, funciona, engancha a los lectores, y sobre todo, tanto la mano como el alcornoque y sus adornos, no solo dan mucho juego, sino que también un toque original y elaborado al argumento, porque la trama no se detendrá ahí, y poco a poco, según avance, el asunto se irá complicando.
Más elementos de los que no nos podemos olvidar mencionar.
El elenco de personajes al completo...
Todos ellos están a la altura no solo del protagonista de la saga, sino del argumento. No voy a decir que la trama se sostenga sobre ellos, pero sí que con sus aportaciones, en mayor o menor grado según la importancia del personaje, terminan de dar la forma y la consistencia necesaria a la narración. Son solo peones, pero ¡ojo! hasta el más solitario peón puede dar mucho juego y terminar dando jaque a un rey...
Fernando Roye, también tiene en esta historia, un espacio reservado para hablar sobre la vida privada de los personajes. No son perfectos, como habréis adivinado, y sus problemas diarios, las situaciones que se narran aportan la humanidad necesaria para que el lector empatice con ellos.
Sinopsis:
Los ánimos están encendidos en el pueblo de Santa Honorata a causa de un grupo de distinguidos ciudadanos y su enfado ante la humillación que les reporta una serie de muñecos que han aparecido colgados en el alcornoque de los muertos, en los que se ven representados. En medio de crecientes rumores de que uno de los más peligrosos maquis de la zona ha regresado del otro mundo para amenazar la tranquilidad del pueblo, el sargento Carmelo Domínguez se ve presionado para iniciar una investigación, al mismo tiempo que se enfrenta al inesperado desafío con el que el mayor de sus seis hijos está haciendo temblar la paz familiar. Asistido por sus singulares métodos de deducción, Carmelo se dispone a desenredar una trama en la que no faltan oportunistas, presuntuosos, bandoleros, mentiras, venganzas y otras miserias. El alcornoque de los muertos es una novela rural de género negro ambientada en el sur de España de los años cincuenta del siglo pasado, a través de la cual podremos ser testigos excepcionales de las peculiaridades de este entorno y la vida en una casa cuartel, acompañados por este sargento de mirada extraña y sus demás residentes, no menos especiales.
Opinión: El alcornoque de los muertos (Sargento Carmelo Domínguez 02)
Ya sabéis que este nuevo comentario solo puede significar una cosa... que vuelvo a la carga con el segundo caso protagonizado por el emblemático sargento de la Guardia Civil, Carmelo Domínguez.
Una saga, escrita por Fernando Roye, que hasta el momento la componen dos libros, El caso de la mano perdida y éste que reseño hoy y que lleva el sugerente título de El alcornoque de los muertos, situándonos ambas novelas en la España rural de los años 50.
Estaréis conmigo en que hoy en día, tenemos la gran suerte de conocer a infinidad de autores que han dado como fruto grandes personajes e historias, gracias al dominio excepcional del género negro.
Pero, ¿sabéis lo que más me gusta de esta saga en concreto?, principalmente la ambientación conseguida, totalmente real.
A través de una sencillez aplastante, este autor, consigue sorprender al lector y hacerle disfrutar.
No necesita de grandes ni rebuscados escenarios, tampoco de truculentos asesinatos cargados de simbolismo, ni personajes perseguidos por traumas y/o adicciones como vemos en otras obras del género negro.
Sus personajes son corrientes, tanto los buenos como los malos, y los convierte en el complemento idóneo para una novela costumbrista, de marcado ambiente rural, que nos muestra las rencillas reales y envidias, existentes entre los habitantes de cualquiera de esos pueblos diseminados por el ancho y largo territorio español durante la dictadura.
En la anterior reseña de esta saga, El caso de la mano perdida, ya hice una breve introducción de las habilidades de este sargento peculiar.
Está dotado de fina intuición y un irónico sentido del humor, características necesarias para sobrellevar el ambiente angustioso y cargado de desazón de esa etapa de nuestra historia.
Un periodo marcado por el pasado, por la escasez de alimentos y el bajo poder adquisitivo; situaciones que sumieron a gran parte de la población en la miseria; una época donde pocos se permitían el lujo de pensar en el futuro ya que la rutina diaria consistía en sobrevivir a un día más, y hay que decir llegados a este punto, que Fernando Roye, consigue reflejar con brillantez, no solo todas esas situaciones y ambientes, sino también los sentimientos.
Nos encontramos ante una novela negra, sobria acorde a lo descrito, pero al mismo tiempo con los suficientes detalles para convertirla en una lectura interesante; un relato ficticio, que bien podría venir a sustituir a cualquier crónica de sucesos de la época.
Otro detalle de calidad que encontraremos...
A los amantes de la novela negra, estoy segura de que os sonará el término Macguffin, es una expresión acuñada por Alfred Hitchcock.
Él, denominaba así, a un elemento, a un objeto que se buscaba en sus historias y que al final se descubría que no era relevante para la trama, en pocas palabras, una excusa argumental que hacía avanzar la historia; pues bien, nosotros deberíamos acuñar el término AntiMacguffin, si es que no existe ya, porque es lo que encontramos en las historias que componen la saga.
Las dos novelas, giran alrededor de elementos sencillos, nada que ver, sin ánimo de generalizar, con búsquedas de estatuas de talla refinada, grandes sumas de dinero, ni documentos sustraídos de cajas fuertes, que luego resulta que no existen, y tan solo son tretas que terminan con el detective engañado y buscando algo totalmente distinto...
¡No!, aquí la trama no funciona exactamente así, porque realmente a nosotros no nos desaparecen objetos, sino que aparecen, o más bien habría que decir que se los encuentra Carmelo, como jefe del puesto de la benemérita.
Esos objetos nos empujan a una búsqueda, está claro, en la primera novela tendremos que encontrar al propietario de la mano y en la segunda, al creador de unos muñecos de trapo que aparecen colgados de forma amenazante en un solitario árbol, lógicamente también deberemos averiguar cuales son sus motivos para hacerlo.
Sin duda, son excusas argumentales para iniciar una novela y de paso darle el título, pero coincidiréis conmigo, que en este caso tienen relevancia, esos incidentes con los que comenzamos la historia, son desencandenantes e imprescindibles en cualquier relato, son casi un personaje más, un elemento omnipresente que nos acompañará hasta el final. Esta estructura, aunque pueda parecer repetitiva, funciona, engancha a los lectores, y sobre todo, tanto la mano como el alcornoque y sus adornos, no solo dan mucho juego, sino que también un toque original y elaborado al argumento, porque la trama no se detendrá ahí, y poco a poco, según avance, el asunto se irá complicando.
Más elementos de los que no nos podemos olvidar mencionar.
El elenco de personajes al completo...
Todos ellos están a la altura no solo del protagonista de la saga, sino del argumento. No voy a decir que la trama se sostenga sobre ellos, pero sí que con sus aportaciones, en mayor o menor grado según la importancia del personaje, terminan de dar la forma y la consistencia necesaria a la narración. Son solo peones, pero ¡ojo! hasta el más solitario peón puede dar mucho juego y terminar dando jaque a un rey...
Fernando Roye, también tiene en esta historia, un espacio reservado para hablar sobre la vida privada de los personajes. No son perfectos, como habréis adivinado, y sus problemas diarios, las situaciones que se narran aportan la humanidad necesaria para que el lector empatice con ellos.
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