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Opinión:
Este relato breve escrito por Washington Irving en 1820, seguro que también os suena por otro título, La leyenda del jinete sin cabeza.
La verdad es que desde estas primeras líneas, debo deciros, que esta narración no tiene mucho, o más bien nada en común, con la película de Tim Burton.
Comparten protagonistas, sí, pero poco más.
Ese fue precisamente mi error, empezar a leer este libro intentando recordar al tiempo la película. Veía pasar las hojas y el terror como yo lo esperaba, tardaba en llegar...
Salvando ese error que me atribuyo, la obra está genial.
Se encuentra a caballo, y nunca mejor dicho, entre el género gótico y el romántico, y en un principio, formó parte de un compendio de relatos publicados bajo el título de Libro de apuntes de Geoffrey Crayon, pseudónimo bajo el que escribía. En ese volumen, también aparecía otra narración que quizás os suene, Rip Van Winkle; la historia de un hombre que despierta tras un largo, largo sueño...
Pero dejemos a Washington Irving en compañía de Rip Van Winkle y transportémonos a ese pequeño valle, Sleepy Hollow, porque la obra es todo un clásico con algunos detalles dignos de mención.
Para ir abriendo boca os diré que está cargado de notas de ironía, hilada con un fino sentido del humor y por supuesto de suspense; un buen cóctel que mantiene la atención del lector volcada en la lectura, mientras observamos alguna pequeña crítica hacia el comportamiento de esos holandeses, que se asentaron en tierras, a orillas del río Hudson.
Las descripciones son soberbias; solo con el uso del lenguaje, Irving nos transporta en el tiempo, creando una ambientación que nada tiene que envidiar a la que consigue Tim Burton en su película, valiéndose de otros medios más visuales.
Pero quiero insistir en este punto, es cierto que la base sobre la que se construye, es decir la leyenda, es un detalle importante, consigue transmitirnos ansiedad, pero sin una buena técnica narrativa describiendo escenarios y ambientes, esto no sería posible.
Conocemos el relato, esa historia de un antiguo soldado germano que perdió la cabeza durante la Guerra Revolucionaria por culpa de una bala de cañón, y que cabalga por los caminos solitarios alrededor de Sleepy Hollow, al caer la tarde, sobre un corcel tan negro como la noche más cerrada, buscando esa parte del cuerpo donde se encuentra la mayor parte de nuestros sentidos.
Las descripciones juegan un papel primordial en nuestra imaginación y en la de los personajes, que alentada por las leyendas de la zona, y aderezada con esa calidad narrativa que os menciono, nos puede sugestionar y llevar a ver, creer, e incluso perder la cabeza.
Irving nos transporta a la época, notamos la humedad, la niebla que lo inunda todo y el temor nos llega desde cualquiera de los caminos solitarios que rodean la comunidad de Tarrytown.
Como un personaje más, nos adentramos en solitario por esos caminos anteriormente citados y con tan solo, el sonido de una lechuza cortando el silencio, el más valiente de nosotros echa a correr perdiendo no solo la cabeza, sino también esa otra parte donde acaba la espalda y pierde su casto nombre.
Con esto lo que quiero decir, es que Irving, sabe captar nuestra atención y dotar a la narración de una tensión sostenida, hasta la última página.
Los lectores esperamos la aparición del jinete, con una especie de tensión y emoción, dividida a partes iguales.
Hola, Susurros: la verdad es que creo que el tono en que está narrada la historia sorprende si uno va esperando una historia de terror, a mí la verdad es que me cuesta sentirlo encerrado en la sátira.
ResponderEliminarHa sido un placer compartir lectura con vosotros :-)
Besos.
Muy cierto Atalanta, esas descripciones que hace del pobre Ichabod Crane son para partirse de la risa, y si ya te lo imaginas montando sobre su espectacular caballo...
ResponderEliminarLo dicho, de nuevo ha sido un placer compartir este relato breve con vosotros.
Besos.
Hola guapa, la verdad es que no sabía que Whashington Irvin había escrito un relato sobre la leyenda... pero me ha parecido fantástica tu reseña y me has picado, así que, aunque no soy mucho de relatos cortos (sobre todo si vienen varios en una antología), este me lo apunto
ResponderEliminarUn besazo
hola! fantastica tu entrada, si bien la pinta para terror nada que ver, todos nos quedamos con tres cuartos de narices! gracias por tu reseña, saludosbuhos.
ResponderEliminarbueno, convengamos que Tim Burton lo salvo un poquitin al pobre Ichabold con Johnny Deep! abrazosbuhos.
ResponderEliminarTambién hay una versión disney, mucho antes que la de Burton.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarMe gusta el terror pero los clásicos se me resisten, espero cambiarlo poco a poco.
Un beso!
Lo siento, este libro no me ha gustado nada.
EliminarSiguiendo vuestro consejo y recomendación, voy a iniciar, "Vienen cuando hace frío "