"Bienvenidos a Himmelstal.
Ustedes, nuestros pacientes, en realidad no están enfermos. Simplemente están cansados, padecen estrés, síndrome de fatiga crónica, quizás una ligera depresión. Nosotros cuidaremos de ustedes del mejor modo posible... Disfruten de las vistas alpinas, del aire puro, de la pesca y de nuestras modernas y confortables instalaciones. Aquí, nuestros doctores están para atenderles;"
En efecto Himmelstal, la exclusiva clínica de reposo en un valle de los Alpes suizos donde está internado Max, el hermano gemelo de Daniel, parece un lugar idílico. Hay ríos de agua cristalina y se respira aire puro, en el restaurante se puede tomar una excelente comida e incluso una copa de buen vino si se desea y el personal es sumamente atento y servicial. Por eso Daniel accede cuando Max le pide que ocupe su lugar para poder salir y solucionar fuera un asunto de deudas con el grupo mafioso que amenaza a su novia. ¿Qué peligro puede haber en pasar unos días en este agradable lugar? Pero Max no regresa y Daniel empieza a temer que ese valle sea lo último que verá en la vida
Opinión:
Si hace un par de semanas os hablaba de Los renglones torcidos de Dios, un thriller psicológico de corte policíaco que transcurría en un sanatorio mental español en la década de los setenta, esta semana dando un pequeño salto espaciotemporal nos vamos hasta Himmelstal, una clínica de reposo modernísima ubicada en plenos Alpes suizos.
El santuario del diablo es un thriller psicológico de Marie Hermanson y en él vamos a conocer a Daniel y a Max, dos gemelos que no han tenido mucho contacto a lo largo de su vida.
Daniel recibe una carta de Max invitándole a pasar unos días en la idílica clínica en la que está internado, lo que Daniel desconoce es la proposición envenenada que le espera junto a Max en Himmelstal.
La novela tiene un total de sesenta capítulos divididos en cuatro partes y el encargado de contarnos la historia será un narrador en tercera persona.
Marie Hermanson no pierde mucho el tiempo y en los primeros capítulos se centra en hacer la presentación del personaje principal, creando un perfil bastante completo de cómo es. Tampoco se explaya mucho a la hora de crear el elenco de personajes porque van a ser muy pocos los que intervengan en esta novela. Quitando dos o tres que serán personajes principales, el resto van a ir entrando y saliendo de escena sin que apenas notemos su presencia.
Sabemos que Daniel es el personaje principal y como en todo buen thriller de corte policíaco tiene que coexistir con un antagonista. En este caso, ese papel recae en Max, su hermano gemelo, que se encuentra internado en la clínica de reposo; un personaje en el que mentir y manipular es parte primordial de su personalidad.
De esa forma, Daniel, creyendo hacer un pequeño e inocente favor, va a convertir su vida en una pesadilla al ver que Max no regresa
Tras leer la sinopsis pensamos que el conflicto narrativo, es decir, el desafío al que Daniel se enfrentará y que deberá resolver a lo largo de la trama va a girar exclusivamente alrededor de su hermano, pero la autora no se limitará a la hora de complicar la vida del protagonista, sino que le enfrentará a más retos.
¿Qué se encuentra tras Himmelstal, ese personaje omnipresente?
Pues un escenario que incluye la clínica y sus alrededores; una especie de plató en el cual las montañas parecen actuar como barrera natural opresiva, y en la que todas las situaciones que vivirán los personajes te harán dudar de su cordura.
De manera general y sin entrar en muchos detalles, la novela está escrita con un estilo envolvente y mantiene la tensión hasta el final gracias a la recreación de una atmósfera opresiva que contrasta con el idílico paisaje de fondo, pero también tiene algunos detalles que no me han llegado a convencer.
Uno de esos primeros detalles es el cambio en el ritmo narrativo.
Mientras que había capítulos con un ritmo muy dinámico en otros decaía completamente.
Otro detalle que influía en el mismo aspecto era la longitud desigual de los capítulos en los que se apreciaban unos muy breves y otros mucho más largos.
Para mí el ritmo es un elemento clave en una obra porque condiciona el modo en que percibimos y disfrutamos la historia. En esta lectura, esos cambios hacían que algunos capítulos se me volviesen cuesta arriba, que perdiese la concentración, algo que también achaco a la cantidad de descripciones sobre el paisaje que incorpora la autora en algunos momentos. Está claro que esas descripciones paisajísticas sirven para dar relieve al escenario, para crear ambiente, pero creo que todos somos capaces de imaginarnos como es un valle de los Alpes Suizos sin necesidad de recurrir a descripciones constantes cada vez que un personaje pone el pie en un camino, basta con ver un anuncio de chocolates o relojes suizos.
Otra cosa que también falla, para mi gusto, es que el argumento es demasiado previsible, se ve venir desde el comienzo, y por otro lado, el final por el que se opta tampoco es que me haya encajado mucho.
Es cierto que cierra la trama con todos los destinos resueltos, pero es que lo hace de una forma que me hace pensar que es poco meditada y que la autora no sabía cómo salir del atolladero en que se había metido, ya que en pleno conflicto sale de él acelerando la trama e incluyendo algunos detalles cogidos con alfileres. ¡Vale!, es una obra de ficción, pero uno puede salir airoso dedicando un poco más de tiempo al remate.
En definitiva... una thriller con un argumento interesante al que, por supuesto, se le podía haber sacado más, aunque esté bien desarrollado, muy al estilo Hitchcock, manteniendo el suspense hasta el final, pero que falla precisamente en su resolución.
Hola Susurros, me recuerda un poco a El chivo expiatorio, no estaba recluido, pero también suponía un cambio de identidad... No sé si lo leeré, esos pequeños fallos de los que hablas no me molan, y además tengo taaaaantos pendientes...
ResponderEliminarUn besazo
Hola, Nitocris.
EliminarEs una buena novela, entretiene, pero eso sí, el final, para mi gusto, está cogido por los pelos.
Un besazo.
Pues me has recordado también a El chivo expiatorio, que la he leído hace unos días, así que lo tengo muy reciente. El argumento pintaba bien, pero esos fallitos que señalas me echan para atrás. No creo que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola, Margari.
EliminarPues al final voy a tener que leer El chivo expiatorio, porque todas me habláis de las similitudes. ;)
Un abrazo
Yo no he leído El chivo expiatorio. A mí me ha recordado a La montaña mágica de Thomas Mann. Imagino que nada tienen que ver, pero el sanatorio en los Alpes y el forastero que viene de visita, me lo han recordado. Es un libro que he intentado leer dos veces y he sido incapaz. Este que nos traen me estaba atrayendo por lo de los hermanos gemelos, pero viendo que no te ha gustado el final y esas descripciones paisajísticas que comentas, creo que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBorré el otro comentario porque se publicó antes de que terminara de escribirlo.
Un abrazo.
Hola, Rosa.
EliminarFalla en algunas cosillas, pero como siempre digo, sois vosotros los que debéis decidir si os decantáis por una novela o por otra. Las opiniones no tienen siempre que coincidir, eso es lo bueno de la literatura.
Un abrazo.
Pues aunque no haya cumplido totalmente tus expectativas, a mí me ha interesado todo lo que has contado. Me parece que ese sanatorio me haría pasar un buen rato de lectura. No conocía el libro, así que, agradecida. Besos
ResponderEliminarHola, Marisa.
EliminarPues ya me contarás cuando lo leas. A mí lo que me pasó es que algunas escenas me parecían demasiado previsibles. No está mal pero falla en alguna cosilla.
Un besazo.
Algunos de los peros que mencionas los he visto más veces mencionados y creo que al final dejaré pasar esta lectura.
ResponderEliminarUn beso, Susurros, y gracias por la reseña :-)
Hola, anabel.
EliminarEs una novela que se deja leer, a la que llegué con las expectativas muy altas, pero que falla en alguna cosilla.
Dicen que las prisas no son buenas y en esta historia, al final, parece que a la autora le falló precisamente eso y no supo como salir airosa.
Un beso.