miércoles, 30 de marzo de 2022

El secreto de Riverview College de Susanne Goga

Sinopsis:

Londres, 1900. 
Tras la muerte de sus padres, Matilda Gray prometió convertirse en una mujer fuerte e independiente y por fin ha logrado su sueño de ser profesora en una escuela exclusivamente femenina, el prestigioso Riverview College. Cuando su estudiante favorita, Laura, deja de acudir a clase, Matilde presiente que la muchacha está en peligro. Su desaparición fue demasiado repentina y las excusas de su tutor legal demasiado endebles. 
Un mensaje escondido en una postal llegada de Italia pone a Matilda sobre la pista de la chica. Su investigación la conduce hasta el historiador Stephen Fleming y, junto a él, a un antiguo secreto oculto en los más recónditos rincones de la ciudad.

Opinión:

Hace dos o tres años que entré en contacto por primera vez con Susanne Goga a través de El misterio de Chalk Hill, la premisa de esa historia me convenció desde el principio porque tenía claras reminiscencias de Otra vuelta de tuerca y de Jane Eyre. Tras finalizar su lectura me quedó una sensación muy placentera porque aunque lejos de poder compararse con las obras clásicas anteriormente citadas, sí tenía ese halo de misterio y el ambiente gótico que yo esperaba encontrar.
En cuanto vi que esta nueva novela salía a la venta, no me lo pensé dos veces porque sabía que el entretenimiento estaría asegurado.

¿Qué nos ofrece Susanne Goga en esta nueva novela?, pues un misterio, intriga, un personaje femenino a la altura de las situaciones, algo de romance y mucha Historia, porque en este libro los hechos históricos y los personajes reales van a convivir y a mezclarse con los ficticios.

El libro comienza con un capítulo fugaz en el Londres de 1665. Tras esa breve introducción la narración nos traslada hasta el mismo escenario, pero en 1900, justo en los últimos años del reinado de la reina Victoria. Con lo primero que vamos a encontrarnos es con un misterio, como indican en el título.
Tras la desaparición repentina de una de las mejores alumnas del prestigioso Riverview College, Matilda Gray comienza una investigación que la llevará desde los muros del colegio hasta los rincones más ocultos de la ciudad.

La ambientación es un componente esencial de esta obra. Los escenarios por los que se mueven los personajes aparecen recubiertos de un halo gótico que nos atrapa. No es solamente la forma de narrar o lo que cuenta, es la forma de transmitir o de describir ese ambiente. 
Los lectores somos transportados al pasado, quedamos suspendidos en el tiempo, enlazados a unos personajes que están experimentando unas vivencias intensas.
Vamos a pasear por calles solitarias y callejones oscuros envueltos en niebla; escucharemos el eco de sus pasos; vamos a investigar en el interior de una casa que destila soledad, pero sobre todo, vamos a tener mucha superstición mezclada con folclore.

Os he mencionado un poco más arriba que los personajes reales y ficticios iban a pasear de la mano por las páginas de esta novela, ese detalle aporta el toque de credibilidad necesario a la trama. 
Entre esos personajes citados vamos a encontrarnos con Jack el Destripador, que aunque su radio de acción ocurre doce años antes, el terror de esos acontecimientos aún perdura en el recuerdo. También aparecerá citada la famosa matemática, Ada Lovelace, considerada como la primera programadora; Emily Hobhouse, activista contra la guerra en Sudáfrica; Florence Nightingale, precursora de la enfermería moderna o al famosísimo y controvertido Oscar Wilde.

Tampoco puede faltar, tratándose de una maestra, otro guiño a Jane Eyre. Esta vez bastante más pronunciado que el comentado al comienzo y que aparecía en El misterio de Chalk Hill. Me ha gustado encontrarlo porque aporta también un poco de tensión al romance.

La narración, en general, tiene un ritmo pausado, eso contribuye a que no nos perdamos en el hilo de la investigación y nos llega de la mano de una prosa sencilla, pero no descuidada.
Es una novela que os recomiendo; con una investigación y un desarrollo que se va complicando según avanza el argumento; con unos personajes interesantes y unos datos históricos que amenizan una trama repleta de envidias, mentiras y traiciones que se remontan hasta el siglo XVII. 

jueves, 24 de marzo de 2022

Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo

Sinopsis:

Historia de una escalera es una de las creaciones más relevantes del gran dramaturgo español Antonio Buero Vallejo. El valor de esta pieza teatral recae en que representó el punto de inicio de una nueva manera de entender, componer y representar el teatro en España, siguiendo la renovación que tenía lugar en este género en la Europa de mediados del siglo xx.
Esta obra ejemplifica cómo su autor defendió un concepto moderno de la tragedia para crear obras que continuaran interrogando al espectador sobre los deseos, las frustraciones o las limitaciones que acompañan la existencia humana.
Buero Vallejo pretendía enfrentar al público con la realidad social de su tiempo y también ante los grandes interrogantes de la condición humana.

Opinión:

Hoy de nuevo traigo hasta esta estantería virtual una obra de teatro. Reconozco que es un género literario que me gusta y me entretiene muchísimo, pero al que no suelo recurrir con frecuencia.
Las obras de teatro poseen esa inmediatez o agilidad que le proporcionan los diálogos, recursos de lo que en cambio carecen otros géneros. 
Hoy os hablo de Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo, pero permitidme que antes de empezar con ella os hable un poco de los hechos que la precedieron.

Tras la Guerra civil, el panorama teatral español era bastante pobre debido a que muchos autores habían desaparecido, como Valle-Inclán que fallece en enero del 36 o como Lorca que lo hacía a manos de la intransigencia en los primeros días de la Guerra civil. 
Otros autores se exiliaron, y los que permanecieron en España tuvieron que enfrentarse a la rígida censura y al aislamiento cultural provocado por la situación política. 
El teatro que triunfa en ese momento es el teatro de tradición que sigue la línea de la comedia burguesa de Benavente, un teatro muy comercial que buscaba ante todo evadirse, predominando las comedias de salón, con situaciones frívolas y superficiales que intentaban vender un mundo falso, pero feliz y confortable. 

Antonio Buero Vallejo estrena Historia de una escalera, su primera obra, en 1949, ofreciendo un nuevo estilo y regenerando totalmente el mundo teatral, también podemos decir que abriendo las puertas al teatro realista social, un estilo que huyendo del anterior, busca algo más que ser un mero pasatiempo. Este autor va a ofrecer una historia de testimonio o de protesta, pero que logra sortear las tijeras de la censura.
Va a presentar a un elenco de personajes corrientes, trabajadores frustrados por la situación que les toca vivir, oprimidos por la vida y por la sociedad.

En Historia de una escalera no aparecen héroes, tan solo son personajes mostrando el día a día y unas tremendas ansias de superación, mientras ven como el tiempo pasa sin que nada cambie.
Se divide en tres actos y nos sitúa en una escalera de una comunidad de vecinos, en un barrio humilde de Madrid.
Vamos a tener muy pocos personajes, el elenco principal se reduce al triángulo amoroso entre Urbano, Carmina y Fernando, pero el resto de personajes que se mueven a su alrededor, resultan indispensables para el desarrollo de estos.

En el primer acto vamos a conocerles de jóvenes. Sabemos, pues no se habla de ella, que la Guerra civil ha debido terminar, pero desconocemos el momento o el año exacto en el que están. En el segundo acto la historia dará un salto de diez años, y por último, en el tercero veremos como el tiempo se les ha echado encima sin darles un respiro, al dar la trama otro salto hacia adelante de veinte años. 

Carmina es una joven sin grandes aspiraciones que se limita a hacer lo que se espera de ella. Representa a la familia, al matrimonio...
Fernando y su mundo de fantasía, simboliza la ambición, al beneficio sin esfuerzo, mientras vemos como el tiempo pasa sobre él y su falsa palabrería. 
Por último, Urbano encarna el esfuerzo, el sacrificio, el trabajo bien hecho y el amor sincero.
Podría decir también que Fernando es alguien que va por libre aunque termina dependiendo de los demás, todo lo contrario de lo que es Urbano, alguien preocupado siempre por el beneficio general y que no duda en sacrificarse.

A parte de estos tres protagonistas vamos a tener al resto del elenco secundario del que ya os he dado una ligera definición al comienzo. Todos estos personajes tienen su propia historia detrás y sirven para que nos hagamos una idea clara de como es la sociedad o el ambiente al que pertenecen los protagonistas.
Pero os habréis dado cuenta de que la obra no se titula una historia de vecinos o un triángulo amoroso, y eso es porque realmente la gran protagonista es la que da título a la obra de teatro.

La escalera, además de ser el escenario principal actúa como un personaje omnipresente. Todos los vecinos suben y bajan por ella mientras pasa el tiempo, siendo éste el otro gran personaje inanimado que nos va a acompañar de fondo.

“¡es que le tengo miedo al tiempo! Ver cómo pasan los días, y los años..., sin que nada cambie.” 

Esta obra nos va a mostrar la realidad a la que se enfrentaron millones de españoles tras la Guerra civil. La preocupación por el presente y sobre todo por lo que les deparará el futuro. 
Buero Vallejo ofreció un teatro inconformista, comprometido y crítico con la realidad social. Una historia que esconde una crítica sesgada pero hábil hacia el franquismo.
Una maravilla de lectura que seguro que os va a encantar porque por ella no ha pasado el tiempo. 
Como curiosidad os puedo decir que en su primera escena se tratan los mismos temas que nos están afectando hoy en día, como la carestía de la vida y la subida desorbitada del precio de la luz.


lunes, 14 de marzo de 2022

Vera de Elizabeth von Armin

Sinopsis:

La joven e inocente Lucy Entwhistle acaba de perder a su padre —hasta el momento, su única compañía— cuando conoce por casualidad al viudo Everard Wemyss. Maduro, atento y caballeroso, Wemyss la protege y la guía como solía hacerlo su padre. Cuando pasados unos días le pide matrimonio, Lucy, confundida y desamparada, acepta. Sin embargo, una sombra creciente empaña su felicidad: el fantasma de Vera, la primera esposa de Wemyss, que falleció en extrañas circunstancias.
Inspirado en la propia experiencia de la autora y publicado anónimamente en 1921, este clásico del suspense psicológico, indiscutible precedente de Rebecca, de Daphne du Maurier, explora el lado más inquietante y tenebroso del matrimonio.

Opinión:

Vera, de Elizabeth von Armin, es una obra publicada en 1921. Fue publicada de forma anónima, quizás por el tema controvertido que trataba y por contener una gran carga autobiográfica. Al igual que ocurría en Elizabeth y su jardín alemán, la autora refleja en el texto su desastroso segundo matrimonio.

Lo primero que quiero deciros es que esta historia de Mary Annette Beauchamp, nombre real de la autora, me ha gustado de principio a fin. 
Vera no tiene nada que ver con la anteriormente citada, al menos en lo que se refiere a la forma de escribir, porque en esta se nota una gran evolución en el estilo. Destaca en que tiene una prosa muy cuidada y detallada, buscando en todo momento tocar la fibra sensible del lector.
Lo que sí tienen en común es que ambas entonan un canto a la libertad de la mujer y en contra de la represión que ha sufrido a lo largo del tiempo.

Lucy es una joven que acaba de perder a su padre. El único familiar que le queda es una tía soltera, ya anciana, y en ese momento entra en escena Everard Wemyss
Aprovechándose de la juventud de Lucy, de su falta de experiencia, de ese aislamiento social que sufre por carecer de una familia que vele por sus intereses y/o de la indefensión que produce el duelo, el susodicho toma las riendas de la situación, algo totalmente surrealista, y se introduce en la vida de la joven como elefante en una cacharrería.

La atmósfera asfixiante que consigue recrear la autora invade por completo la narración y es el punto fuerte de esta novela.
Con cada capítulo vamos viendo como Wemyss ejerce un control absoluto sobre Lucy, la protagonista principal, que va desapareciendo bajo su terrible influjo. 
Everard Wemyss es un maltratador, un narcisista patológico que anula al completo la personalidad de la joven desde los primeros compases de la lectura. 
Mientras que él, a base de humillarla, va creciéndose en cada página, Lucy experimenta totalmente lo contrario; el miedo que siente, el deseo de complacer, por evitar cualquier ofensa o enfrentamiento, la va haciendo cada vez más pequeña.

Vera, el personaje que da título a la historia, va a ser como Rebeca en la obra de Daphne du Maurier, y la casa, al igual que sucedía con Marderley, también va a contar con un protagonismo importante a lo largo de sus 335 páginas, ya que será el testigo de todos los sucesos, tanto anteriores como posteriores.

A estos cuatro personajes se suma otro, también muy importante en la trama, la tía Dot, hermana del padre de Lucy.
Este personaje a pesar de ser secundario, es un gran personaje; encantadora, amable y comprensible, pero que se ve abrumada por los acontecimientos y cualquier medida que intente tomar se revierte en su contra por el poder manipulador de Wemyss. 

En los últimos capítulos la trama se intensifica, casi podría decir que se vuelve incómoda para el lector, porque logramos penetrar en la mente enferma y retorcida de Wemyss. 
Esos capítulos son soberbios, no solo por las frases o el modo de actuar de los personajes, sino también por sus silencios. Los lectores hemos sido testigos desde el comienzo de esta tóxica relación, yendo siempre un paso por delante, pero sin poder tomar ninguna medida.

Una novela muy valiente que no dudo en recomendaros.


jueves, 3 de marzo de 2022

Señor de la danza de Andrew M. Greeley

Sinopsis:

Están por encima de toda sospecha. Los Farrell son una familia intachable. La capa de honorabilidad que los cubre oculta a la perfección los tortuosos secretos agazapados tras su perfecta imagen de seres respetabilísimos. 
El pío sacerdote cuyo programa de televisión es uno de los de más audiencia del país; la pelirroja y todavía atractiva Brigid, alma de la familia; el digno profesor universitario, llamado a ocupar el cargo de Gobernador; el héroe desaparecido cuando sobrevolaba China, en misión especial, de espionaje, y que al parecer dio su vida por su patria. 
Constituyen Los Farrel una dinastía modelo, orgullo de la nación. Sin embargo, esa impecable tramoya empieza a tambalearse cuando alguien se pone a hurgar en el pasado. Lo irónico es que ese alguien es el miembro más joven de la familia: la bella, curiosa e inquieta Noele, que al profundizar en la historia de los Farrell se convierte en una seria amenaza. Los adultos comprenden que, si Noele descubre ciertas verdades, el desastre será completo. Porque, a pesar de su poder, de su influencia, de su riqueza, la familia Farrell también tiene que someterse a las leyes divinas. y a las humanas. Aunque a ellos se les hubiera olvidado. Sin hacer caso de las advertencias, Noele sigue con su investigación y no tarda en levantar la tapa de una caja de Pandora de la que, automáticamente, empiezan a salir los inconfesables pecados de los Farrell: sus vicios e inmoralidades, sus aberraciones y lujurias, las envidias, los celos, el odio. ¿el asesinato! Noele afronta el riesgo de pagar cara su audacia, mientras el escándalo se cierne sobre la familia, convertido en bomba de relojería que, de estallar, los arrasará a todos irremisiblemente.

Opinión:

Este libro, publicado en 1985, fue una de esas adquisiciones que mi madre hizo a través de Círculo de lectores. No recuerdo la edad que tenía cuando lo leí por primera vez, pero sí recuerdo que era verano y que su argumento me enganchó con solo leer la sinopsis. Después volvió a ocupar su sitio en la estantería, hasta que estas navidades reparé de nuevo en él. Reconozco que con premeditación, nocturnidad y alevosía se vino conmigo, y planifiqué que sería una de las relecturas de este año.

La impresión que me ha dejado, a pesar de que ha llovido mucho entre lecturas, sigue siendo la misma: es una buena novela, no voy a decir que soberbia, porque no es así, pero entretiene y engancha, y eso para mí es más que suficiente. 
Creo que es una obra que ha envejecido bien. Tiene ese toque de las narraciones americanas de los años ochenta, que describen la sociedad burguesa con ese ansia por destacar, por crecer, enterrando por el camino a todos los que se pongan por medio e impidan el ascenso.

Si alguno de vosotros quiere leer Señor de la danza, probad en tiendas de segunda mano o en bibliotecas, porque creo que está descatalogado.

Y dicho esto paso a hablaros de lo que realmente importa.

Hay varias cosas que llaman poderosamente la atención. 
Lo primero, lógicamente, son los datos que ofrece la sinopsis. 
Debo deciros que ese resumen es a la vista bastante extenso, pero solo revela lo justo. Un buen ejemplo que debería inspirar a las editoriales actuales.
Otro detallito es que su autor era un sacerdote y sorprende muchísimo no solo el argumento de sus obras, sino que se maneja con gran soltura hablando de lo humano y lo divino, sin olvidar reflejar un tema del que debía tener un amplio conocimiento, los pecados capitales. 

La novela, ya lo habéis visto por la sinopsis, nos habla del clan Farrell; una familia católica de origen irlandés, ahora afincados en Chicago y que parece que son portadores de una maldición que persigue a todos sus miembros y que puede recordarnos en algunos momentos a la familia Kennedy, por mucho que el autor se empeñe en dejarnos una nota aclaratoria, al comienzo, indicando que los personajes que pueblan el relato son absolutamente ficticios y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. 

El clan está encabezado por Brigid, la matriarca que vino de Irlanda y su actual marido Burke. 
Después están los dos hijos de Brigid, fruto de su primer matrimonio, y que son monseñor John y Roger, un profesor de universidad que aspira a ser gobernador. 
Roger a su vez está casado con Irene, la típica mujer florero a la que nadie toma en serio. De este enlace, y para ir terminando con el árbol genealógico, está Noele, quien va a actuar como detonante, destapando toda la historia y enlace entre los personajes.

Noele a veces percibe y siente cosas sin que nadie las diga, y esa intuición o curiosidad va a ser la llave que abra los armarios donde los Farrell guardan sus esqueletos. 
La historia va a dar comienzo con lo que parece una pequeña y sencilla investigación para un trabajo escolar. La intuición de Noele, ante las extrañas reacciones que despiertan sus preguntas en algunos miembros de la familia, la va a llevar a sospechar de que su familia está cargada de secretos.

Cada uno de los personajes tiene un hilo propio y van a ir cruzándose al tiempo que la joven investiga. De esa forma, según avanza el relato, que sucede en la década de los ochenta, también se va a ir reconstruyendo el turbio pasado. 

En esta novela el protagonismo va a ir recayendo sobre todos los citados, ya que como he dicho, cada uno de ellos tiene su hilo narrativo, pero sí es cierto que Noele, al ser el medio empleado para ir despejando los secretos, parece que cuenta con una mayor actuación.
De ella he de decir que no me ha gustado mucho su perfil. Eso no quiere decir que sea un mal personaje, pero su comportamiento, para mí gusto, resultaba demasiado adulto. Quizás, si le hubiesen puesto cinco o seis años más, su modo de actuar dejaría de parecerme la nota discordante.

El resto del elenco protagonista cumple con su función. Son los encargados de ir descolocando las piezas del puzle y sembrando intriga en el argumento.
Para sembrar esa intriga, el autor se vale de la estructura de la obra; capítulos muy cortos, cada uno de ellos correspondiente a un personaje, que harán que vayamos saltando por la narración dejando en vilo al lector.

Y poco más os puedo decir, salvo que ha sido de nuevo una buena experiencia lectora. 
Este libro puede llevaros a recordar, por el estilo o por detallitos del argumento, a otros escritos en la década de los ochenta y noventa en los Estados Unidos, momento en que esas historia obtuvieron un gran éxito, describiendo a familias con una supuesta reputación intachable, siempre envueltas en un halo de glamour, pero que luego, tras apagarse las cámaras, descubrían la red de mentiras e hipocresía, sobornos e incluso asesinatos, cimientos de ese selecto imperio de los poderosos.