Abril de 1901. Un barco se dirige hacia la isla de Minguer, la perla del Mediterráneo oriental. A bordo se encuentran la princesa Pakize Sultan, sobrina del sultán Abdülhamit II, y su reciente esposo, el doctor Nuri, pero también un misterioso pasajero que viaja de incógnito: el célebre inspector jefe de sanidad del Imperio otomano, encargado de confirmar los rumores de peste que han llegado hasta el continente. En las animadas calles de la capital portuaria nadie puede imaginar la amenaza, ni la revolución que está a punto de fraguarse.
Desde nuestros días, una historiadora nos invita a asomarnos a los meses más turbadores que cambiaron el rumbo histórico de esta isla otomana, marcada por el frágil equilibrio entre cristianos y musulmanes, en un relato que combina historia, literatura y leyenda.
En esta nueva obra del Nobel, destinada a convertirse en uno de los grandes clásicos sobre plagas, Pamuk indaga en las pandemias del pasado. Las noches de la peste es la historia de supervivencia y lucha de unos protagonistas que lidian con las prohibiciones de la cuarentena y la inestabilidad política: un apasionante relato épico de atmósfera asfixiante donde la insurrección y el asesinato conviven con las ansias de libertad, el amor y los actos heroicos.
Opinión:
Hoy voy a a hablaros por primera vez en este blog de Orhan Pamuk, un escritor turco que obtuvo el Premio Nobel de literatura en 2006.
Esta novela empezó a escribirla en 2016, pero no fue hasta la llegada del Covid y su obligado confinamiento que el autor sacó fuerzas y tiempo para terminarla.
Las noches de la peste sigue la línea de otras obras en las que las pandemias actúan como tema central, como La peste de Albert Camus o Diario del año de la peste de Daniel Defoe, por citar algunas.
En esta Pamuk nos ofrece una obra de ficción de inspiración histórica, con algún que otro toque policíaco, y en ella nos describirá la lucha contrarreloj de los protagonistas para frenar una epidemia de peste bubónica, la de 1901, en una isla ficticia del mediterráneo.
Para que los hechos resulten más veraces, el papel de narradora recae sobre un personaje que se presenta en la introducción como historiadora y que será la encargada de reconstruir la historia a través de los textos y las cartas que enviaron los protagonistas, parece ser que esto último es real.
Otro detalle que da veracidad a lo narrado es que los acontecimientos nos llegarán desde diversos puntos de vista. La narradora hace un seguimiento de los distintos protagonistas para que de esa forma parezca más una historia de muchos que una personal, dando como resultado una historia marco que contiene otras muchas en su interior, un poco al estilo de las 1001 noches.
Y ahora llega el momento de hablar de los peros...
A pesar de que el autor describe con gran colorido y minuciosidad los sucesos, reconozco que las 732 páginas del libro se me han hecho un poco cuesta arriba, dejándome una sensación algo agridulce.
Me gusta mucho el estilo de Pamuk y no descarto leer alguna otra obra suya en breve, pero hay detalles que me han dado la sensación de que al final a este libro le sobraban páginas y se perdía la esencia inicial de la novela.
En la sinopsis nos cuentan que a bordo de un barco que se dirige hacia la isla de Minguer viajan la princesa Pakize Sultan, sobrina del sultán Abdülhamit II, y su reciente esposo, el doctor Nuri, junto a un misterioso pasajero: un famoso investigador de sanidad del Imperio otomano, encargado de determinar que tipo de enfermedad está asolando la isla.
Tras su llegada a la isla este personaje será asesinado y así comienza esta novela con tintes históricos y policíacos.
Pues bien, en mi opinión el problema es que a mitad de la obra el tema de la enfermedad, la forma de erradicarla y/o la escasez de medios producida por el aislamiento de la isla terminan siendo un tema secundario, difuminándose en pro de temas como la independencia de la isla, de las conspiraciones políticas o el fanatismo religioso; detalles sobre los que se hace demasiado hincapié, y sobre los que la narradora o más bien el autor, vuelve una y otra vez. Quizás por este tema la obra llegó a las librerías envuelta en polémica, ya que Pamuk ha sido acusado por parte del gobierno de Turquía de ofender a la nación turca.
Por otro lado, la investigación que se llevará a cabo para descubrir al asesino del investigador de sanidad, también aparece desterrada al ostracismo a mitad de la historia, solo parece un gancho para seducir a los lectores al comienzo de la lectura. Este tema se retoma al final pero dando como resultado un discurso algo deslavazado que ya poco importa al lector.
En resumidas cuentas... Toda la intriga que vemos en la sinopsis termina esfumándose según avanza la trama.
Los personajes potentes, con carisma, que conocemos al comienzo, terminan dando paso a otros que, también bajo mi punto de vista, tienen menos gancho aunque sean determinantes para el desarrollo de los acontecimientos. Ese protagonismo relativo parece convertirlos en personajes incidentales; en marionetas en manos de una narradora que les hace entrar y salir de escena solo para su granito de arena contando hechos reales de la historia de Turquía.
Después de leer todo esto seguro que os sobrevuela la duda de si me ha gustado este libro, y la respuesta es sí.
Me gusta la historia principal, la de la lucha por frenar una epidemia; me gusta como el autor aborda todos los temas por muy delicados que sean; me gusta su estilo y coincido plenamente con él en que el arte de la novela se basa en la habilidad para escribir el relato de nuestras vivencias como si fueran las de otros, y para escribir el relato de las vivencias de otros como si fueran las nuestras, pero vuelvo a insistir... al libro le sobran páginas, y un autor también debe saber cuando finalizar una narración evitando al lector una acumulación de información innecesaria.