Essex, Inglaterra.
En la mansión Styles, la millonaria Emily Inglethorp es encontrada muerta en su cama, aparentemente víctima de un ataque cardíaco. Las puertas del cuarto estaban cerradas por dentro y todo indica una muerte natural. Pero el médico de la familia levanta una sospecha: asesinato por envenenamiento. Todos los huéspedes de la vieja mansión tenían motivos para matar a la viuda Inglethorp y ninguno de ellos posee una coartada satisfactoria. Cuando el detective Hércules Poirot llega para encargarse de la investigación, se encuentra frente a frente con la avaricia, los celos, las tensiones y la ambición de una familia que aspira a heredar una fortuna en dinero y propiedades. Un marido infiel, su jovencísima amante, unos hijastros envidiosos, un extraño toxicólogo alemán… Todos parecen sospechosos de haber acabado con la vida de Emily, aunque sólo uno de ellos puede ser el asesino. Poirot deberá emplearse a fondo y usar todas sus armas para llegar al fondo de su primer caso literario.
Opinión:
Creo que a nadie le va a extrañar, que hoy en el blog vuelva a hablaros de una obra de Agatha Christie, ya que dentro del género de crimen y misterio está considerada como una de las más grandes.
Esa buena valoración no solo se debe a la estructura empleada en sus novelas, a su sencillez argumental o a la calidad de su pluma, ya que hay otros detalles que hacen valorar, más a nivel general, su obra de forma positiva.
Uno de ellos es que, hoy en día, los lectores de sus libros siguen siendo legión, ya que estos han sido traducidos a más de cien idiomas, y además siguen siendo objeto de reediciones y adaptaciones al cine.
Pero El misterioso caso de Styles os va a resultar curioso por varios motivos.
Está escrito en 1916, lo que ocurre que al estar inmersos en la Gran Guerra, no fue publicado hasta 1920 en Estados Unidos, y un año después en Inglaterra. También tiene la particularidad de que es el único cuyo argumento refleja exactamente el momento en que fue escrito.
Esta es la primera historia de ficción detectivesca de la autora y tiene un doble valor, porque fue la que dio el pistoletazo de salida a la Golden age, la Edad de Oro de la novela policíaca, aunque esta narración no le trajese inmediatamente la fama.
Realmente el éxito se hizo esperar y le llegó una década después, en 1926, de manos de su cuarta novela: El asesinato de Rogelio Ackroyd, detalle a analizar, porque precisamente esa cuarta obra guarda muchas similitudes con El misterioso caso de Styles.
Para los que no hayáis leído aún la obra de Agatha Christie debéis tener en cuenta un par de detalles que a veces olvidamos los que estamos acostumbrados a leerla y releerla.
El primero es que ella dio voz a sus personajes y en ellos plasmó muchas ideas y pensamientos propios.
Por ejemplo:
"el asesinato es algo violento a menudo asociado con la idea del hombre, salvo ¡claro está! en el caso de que se utilicen venenos.
Esa frase, o una similar, surge de boca de uno de los personajes precisamente en este relato, y no hace más que confirmar uno de los lemas más famosos de la autora:
"Dame una botella de veneno adecuado y crearé el crimen perfecto", consigna que se convierte en la premisa principal de esta narración.
Otro de los elementos fijos de los que ella hace uso en la mayoría de sus novelas, no solo en las de Poirot sino también en la saga protagonizada por Miss Marple, es el jugar con la fisonomía de los protagonistas... ahora veréis por qué."Dame una botella de veneno adecuado y crearé el crimen perfecto", consigna que se convierte en la premisa principal de esta narración.
En Miss Marple vemos a una ancianita entrometida a la que nadie va a tener en cuenta, y en Poirot a un hombrecillo que no llega al 1.60 de altura, con cabeza de huevo y bigote exagerado que se comporta de forma excéntrica y no hace más que recordarnos que un belga y un francés se parecen como un huevo a una castaña.
Ese aspecto, controlado al detalle, estaréis de acuerdo conmigo que, muchas veces, resta importancia al sujeto, hace que no le valoremos.
Los personajes tras observarles van a experimentar lo mismo que nosotros, y eso va a empujarles, según su personalidad, a dividirse en dos grupos: los que les infravaloran, entre los que se encontrará el asesino, y los que confían plenamente en ellos por su aspecto.
Pero dejemos esto a un lado y vamos a centrarnos en este libro, el primero en que aparece el genial y excéntrico Hércules Poirot, y donde estará acompañado por los dos personajes secundarios que le seguirán en casi todas sus obras: su fiel compañero Hastings, y el Inspector Japp.
Otro estructura constante que Agatha utiliza es la clásica formada por Introducción, Nudo y Desenlace.
Durante la introducción, además de presentar a los personajes consigue dar las primeras pinceladas para crear una atmósfera agradable y acogedora, preparando el camino para lo que sucederá después.
En esa introducción conocemos a Hastings que desempeñará también la función de narrador.
Según sus palabras procede a plasmar en papel de forma minuciosa los avances del caso Styles, una vez que éste ya ha sido resuelto, a petición expresa de Poirot y de la familia Styles, que intentan acallar definitivamente los escandalosos rumores surgidos alrededor de ese caso que se convirtió en mundialmente famoso.
A partir de ese momento, y gracias al relato, conoceremos al resto del elenco protagonista y entraremos en contacto por primera vez con el inimitable Poirot.
Este detective singular tiene un sistema deductivo que cumple a raja tabla, y al tratarse de su primera aparición nos va a mostrar en qué consiste.
Él dice que el trabajo de un buen detective es únicamente cuestión de método y que no hay asesinato sin motivo.
Además, todas las pruebas quedan expuestas, antes o después, ante nuestras narices, y si sabemos interpretarlas y ordenarlas de forma correcta, lograremos llegar a la misma conclusión que él. El resultado real solo lo sabremos al final, porque Poirot no tiene por costumbre dar explicaciones antes de llegar al desenlace.
Los más avispados, como ya he dicho, lograrán hallar la solución del crimen, pero el resto nos conformaremos con observar en silencio, como las piezas van encajando a la perfección, y Poirot consigue descubrir a un asesino que al principio se creía muy inteligente.
¿sabréis deducir, con las pistas que os he dado a lo largo de esta reseña, quién es en esta ocasión el asesino?