Sinopsis:
Sara recibe la llamada de una antigua compañera de estudios. Le pide que su marido, el inspector Zalo Alonso, busque a Marcia, una mujer brasileña que vive en Lugo y de la que su familia en Brasil no sabe nada desde hace meses. Suponen que un amante respetable, adinerado y extremadamente posesivo, la había retirado de la prostitución y alejado de todos sus allegados. Pronto se descubre su siniestro paradero: un cadáver sin identificar aparecido meses atrás en el atraco de una gasolinera. La forense Carmela Archer no tarda en sospechar que ese no es el lugar del crimen, y alberga dudas de la veracidad de la autopsia. El inspector y la forense tendrán que descubrir la vida oculta y desapercibida de la víctima entre los habitantes de esa ciudad en la que parece que todos se conocen pero nadie la echó de menos.
Opinión: Buena gente ( Inspector Zalo Alonso y la forense Carmela Archer 02)
En la primera novela, Áurea L. Lamela, nos presentaba al inspector Zalo Alonso y a la forense experta en perfiles psicológicos, Carmela Archer; dos protagonistas, que de forma lenta pero sin dejar opción para el aburrimiento, se hacían entrañables al lector, dejando la puerta abierta a unas intensas ganas de continuar leyendo sobre sus futuros casos.
En ese inicio de saga, la autora nos transportaba con precisas descripciones, a una ciudad de provincias en apariencia apacible, Lugo. Un escenario, que escondía secretos a voces, donde todos parecían conocerse, y que frase a frase, iba adquiriendo protagonismo, convirtiéndose en un personaje omnipresente de excepción que observaba silencioso el ir y venir del resto de figurantes. Hasta aquí aventuro, que respecto a esto, nada ha cambiado.
En esta obra encontramos muchos elementos de calidad, que sumados a los ya mencionados en la anterior reseña, convierten a esta saga, en una lectura recomendable.
La autora, nos acerca a una crónica social negra, pero de ficción tan real, que en muchos momentos puede parecer que nos encontramos ante una noticia extraída de cualquier diario.
Ha conseguido describir con destreza el ambiente y los escenarios por los que trascurre este nuevo caso, y algo muy importante... ha complementado el perfil que ya teníamos de los dos personajes principales, profundizando más en su relación laboral y haciéndolos más cercanos, al tiempo que también lo hace con el resto personajes secundarios, de fuerte carácter, que ya nos acompañaron en el anterior libro y que dan vida a esta serie, convirtiéndose en el elenco fijo.
De esta forma, vamos conociendo en profundidad al Inspector Zalo Alonso; a Carmela Archer la forense; a Sara la esposa de Zalo, un personaje que en ocasiones me pone de los nervios por su tendencia a inmiscuirse en el desarrollo de las investigaciones, analizándolas como si de una novela policíaca se tratase.
En buena gente, su autora nos ofrece de nuevo una historia compleja y al tiempo arriesgada.
Nos acerca al mundo de la prostitución, al tráfico ilegal de personas, a la corrupción, a la falta de moralidad, a las mentiras, y de fondo, a la indiferencia que muchas veces despiertan estos hechos en la sociedad; en resumidas cuentas, una novela negra que como no podía ser de otra forma, actúa como denuncia social, tratando temas actuales.
Una desaparición dará el pistoletazo de salida a la investigación, y lo que en un principio parecía ser algo sencillo, sin muchas complicaciones, se va retorciendo al avanzar, terminando enlazada a otra trama más espinosa.
Se repite el ritmo lento que ya vimos en Nadie sabía, una narrativa pausada con la cual vamos conociendo a esos nuevos personajes y el nexo que les une, además de los detalles que se van añadiendo al nuevo caso.
Aquí debo hacer un pequeño inciso e insistir, aunque no son muchos los nuevos personajes si pueden ocasionarnos alguna complicación si no leemos con atención, porque todo en esta historia, está relacionado.
Los personajes secundarios, entran y salen de escena, complican el argumento y nos engañan con su comportamiento.Todos parecen sospechosos, tienen algo que ocultar, y en mayor o menor grado, son lobos que se esconden tras una piel de cordero.
Hay otros detalles que se agradecen, por citar alguno más y aunque pueda parecer algo ridículo, a mí particularmente me gusta encontrar referencias entre las páginas del libro que hagan alusión al título elegido, una especie de juego entre autor y lector.
Eso puede parecernos a simple vista una nimiedad, pero lo cierto es que me descoloca mucho, leer una historia cuyo título al final no tiene nada que ver con lo que encuentro en el interior.