Una habitación de un hospital militar cerca de Santander; dos hombres que no se conocen y que están obligados a compartir las horas terribles de una cuenta atrás que quizá termine con la muerte de uno de ellos al amanecer. Un secreto envuelto en remordimientos y un nombre que resuena en las paredes de la habitación: Federico.
Queda tan solo la custodia de unos documentos y manuscritos como último gesto de amor.
Inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún estudiante de Ingeniero de Minas, secretario de la Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas, La piedra oscura es una vibrante pieza sobre la memoria como espacio de justicia y también sobre la necesidad de redención. Un texto en el que se aúnan tensión dramática y pulso poético para levantar interrogantes sobre la naturalización de nuestro pasado más reciente y el destino de los olvidados en las cunetas de la Historia.
Inspirada en la vida de Rafael Rodríguez Rapún estudiante de Ingeniero de Minas, secretario de la Barraca y compañero de Federico García Lorca en los últimos años de sus vidas, La piedra oscura es una vibrante pieza sobre la memoria como espacio de justicia y también sobre la necesidad de redención. Un texto en el que se aúnan tensión dramática y pulso poético para levantar interrogantes sobre la naturalización de nuestro pasado más reciente y el destino de los olvidados en las cunetas de la Historia.
Opinión:
La piedra oscura es una obra de teatro que últimamente están recomendando mucho como lectura en los institutos.
Está escrita por Alberto Conejero y publicada en 2013, y narra las horas finales de un preso del bando republicano.
Este preso, Rafael, compartirá esa cuenta atrás con el joven encargado de vigilarle, Sebastián, surgiendo entre ellos una relación que perdurará en el tiempo.
La piedra oscura está inspirada en Rafael Rodríguez Rapún, el que fuera secretario de "La Barraca", el grupo de teatro universitario que fundó Federico García Lorca y al que gracias a su carácter ambulante llevó grandes obras de teatro a las zonas rurales de escasa actividad cultural.
Rafael también fue compañero sentimental del autor en sus últimos años de vida y murió un año después que Lorca en el hospital militar de Santander, al resultar herido en el frente de Cantabria.
Este último hecho es el que se utiliza de premisa y da comienzo a esta pieza teatral.
Las escenas que se narran son ficción. No hubo ningún encuentro entre los dos protagonistas y por lo tanto las conversaciones son fruto de la libertad literaria, eso sí, muy bien empleada para hacer resaltar algunos temas que mencionaré más abajo y sobre todo para remarcar la figura de Lorca.
Está dividida en siete escenas.
En las dos primeras vamos a conocer a los dos protagonistas: Rafael y Sebastián, cada uno representado a un bando, al republicano y al nacional.
En la primera escena Rafael escribe a sus padres y poco tiempo después le vemos leer una carta enviada por Lorca, en la que le informa que parte hacia Granada. Los lectores sabemos, pues jugamos con ventaja, que esas serán las últimas horas del escritor, pero también las de Rafael.
La segunda escena está dedicada íntegramente a Sebastián.
En esta primera toma de contacto con los personajes predominan los monólogos y las reflexiones, haciendo uso de la herramienta retrospectiva, un recurso que va a servir para que los lectores o espectadores se hagan un perfil psicológico claro de cómo son.
A partir de ese punto somos transportados a un único escenario y a una historia lineal.
Rafael ha resultado herido y se encuentra en una habitación del hospital militar de Santander, custodiado por Sebastián.
En las cinco escenas restantes va a predominar, lógicamente, el diálogo entre ellos; un diálogo que pasará por varias etapas.
En el comienzo prevalece la ideología de cada bando, pero poco a poco ese contexto ideológico va a ir desapareciendo dando paso a la comunicación. Son solo dos jóvenes empujados a luchar en bandos distintos, pero que aún conservan la esperanza de un futuro mejor. Dos jóvenes que terminarán haciéndose una promesa.
El personaje omnipresente va a ser Lorca. Su impronta sobrevuela todas las escenas y está de fondo en todas las conversaciones.
Se van a tratar muchos temas. La homosexualidad, el miedo y la culpa, el arrepentimiento, los remordimientos, la esperanza, sin olvidarnos de que también aparece una crítica a la religión.
Rafael y Sebastián en los tramos finales de la representación van a olvidarse de la ideología y de la guerra que hay de fondo, primando la defensa de la cultura.
Rafael sabe que Sebastián será la última persona que va a conocer en vida, por eso es tan importante entablar conversación con él para que le ayude, tiene que crear un vínculo con él. No solo quiere que le despida de su familia, sino que impera en su pensamiento el salvar el legado de Federico que queda en Madrid. Unos poemas y tres piezas teatrales.
Como apunte final os diré que se sabe que Lorca iba a escribir una obra con el título de "La piedra oscura", pero no se sabe si se perdió o finalmente el autor descartó la idea.
"Y cuando entierren a Federico, cuando lo saquen de ese agujero y descanse en un cementerio, cuando por fin ocurra eso, esta tierra tendrá un futuro"
Hola Susurros, curiosa historia. Pero no percibo en tu reseña si te ha gustado o no. ;) No sé si me pondría con ella...
ResponderEliminarUn besazo
Hola Nitocris.
EliminarMe ha entretenido, pero no me ha entusiasmado. He intentado ser lo más imparcial posible, cosa que no han conseguido en el instituto al proponer esta obra. Me ha gustado el tema de fondo, Lorca, y el modo en que se intenta salvar su legado.
Pero quizás lo que me ha frenado, a la hora de conectar con la obra, es que se supone que es una recomendación literaria para chicos de instituto y veo demasiado trasfondo político en ella y además, partidista.
Creo que la ideología política debe quedar al margen en una clase de literatura, y más en esas edades en las que los chicos son tal maleables, porque si no corremos el riesgo de confundir cultura con adoctrinamiento.
Hay cientos de obras que se podían haber seleccionado para cubrir el periodo de la literatura moderna, a partir del año 75 y más con la gran diversidad temática que supuso la llegada de la democracia.
Lo cierto es que me ha sorprendido muchísimo la elección de esta obra.
La he leído para acompañar a mi sobrino, pero como ya he dicho, me ha sobrado política y me ha faltado más Lorca.
Un besazo.
Hola Susurros, pues es una pena, porque yo no recuerdo haber llegado nunca en las clases de literatura a nuestra época actual. Casi nunca te daba tiempo. Y, como bien dices, las clases de literatura no deberían adoctrinar.. En fin, que no creo que me anime con ella definitivamente.
EliminarUn besazo guapísima.