Aunque las novelas de Jules Verne (1828-1905) siempre han gozado del favor del gran público, el paso de los años y la valoración que entre tanto se ha venido haciendo de su obra han incrementado la magnitud de su figura.
Hoy en día, además de su talla indiscutible como autor de novelas de aventuras o de anticipación científica, se valora en igual o mayor grado la enorme riqueza poética, mitológica y simbólica que late en ellas.
Verdadero alarde de imaginación, "Viaje al centro de la Tierra" es el relato apasionante de la exploración de las entrañas de nuestro planeta que aborda el pequeño grupo que encabeza el profesor Lidenbrock.
Opinión:
Julio Verne está considerado no solo como un gran escritor, sino también como un gran visionario, alguien que se adelantó a su tiempo y supo plasmarlo con acierto en sus obras.
Sus historias nos han acompañado en la infancia y juventud; en esas tardes de verano interminables en que escapábamos de la siesta obligatoria y deteníamos nuestras pequeñas aventuras vacacionales, dejando volar nuestra imaginación, y sumergiéndonos en las aventuras más fantásticas, viajando desde el centro de la tierra a una isla misteriosa o surcando los cielos, llegando incluso, hasta la luna.
Podemos decir también, que Verne es el autor de cuya mano, muchos, nos hemos adentrado en el maravilloso mundo de la literatura; es junto a Agatha Christie el escritor más traducido en el mundo, y se le considera como uno de los padres de la ciencia ficción, ya que predijo con gran exactitud la aparición de muchos de los avances tecnológicos del siglo XX.
¿Que vamos a encontrar en esta novela escrita en 1864?
Pues, básicamente, aventuras que nos alejarán del aburrimiento y que nos hacen retroceder a esa infancia ya mencionada, en un estado de evocación y nostalgia.
Quizás ahora de adultos, las situaciones a las que somete Verne a los personajes, pueden parecernos que no son tan emocionantes como a los lectores del siglo XIX, pero debemos afrontar la lectura, intentando meternos en su mentalidad.
Si nos centramos únicamente en el argumento, sabemos que los personajes descubren un manuscrito donde se revela como llegar al centro de la tierra, y rápidamente se ponen en camino. Esa es básicamente la premisa sobre la que se construye la novela, pero hay bastante más, supongo que no os conformaréis solo con eso...
La prosa de Verne es ligera, rehuye de descripciones recargadas, y en cambio aporta a la narración toques fantásticos mezclados con intriga, ya que empuja a sus protagonistas a situaciones extremas.
La llegada al mundo subterráneo es, sin duda, la mejor parte...
Resulta la más detallada, y en ella comprobamos la gran imaginación del autor, ya que nos introduce en un mundo paralelo con una narración de intensa carga emocional.
La parte anterior, pues quizás es la más aburrida, la que comprende el descenso, algo lógico, ya que los lectores lo que queremos conocer es cómo será ese centro de la tierra.
El tema central con ese viaje fantástico de por medio, profundiza en el afán de conocer, de descubrir y pisar nuevas tierras, quizás también podemos vislumbrar una fe ciega en el progreso.
Verne posó su mirada en el horizonte, alejándola de la visión limitada que tenían sus coetáneos, no hay que olvidar que la era de los descubrimientos ya había tocado a su fin, el globo se había circunnavegado y la conquista de los polos representaba la última gran empresa expedicionaria de nuestro planeta. Como digo el miró más lejos y acercó mundos imposibles, por el momento, a las gentes decimonónicas.
Hay un par de detalles que me han sorprendido de esta historia y en los que no me había fijado hasta esta relectura.
Verne siempre crea historias con pocos personajes y los convierte en el centro de la acción.
Todos siguen a un personaje central; son, quizás, personajes demasiado estereotipados que se reparten las funciones, y donde, como digo, se aprecia una jerarquía clara, también he visto que resalta la ausencia de protagonismo femenino.
La novela solo cuenta con tres personajes principales, y con ese número tan reducido, Verne no duda a la hora de restar protagonismo a dos de ellos.
Lógicamente, el narrador al ser un personaje acapara nuestra atención. Solo puede narrar lo que él ve y tal como él lo interpreta, con lo que nos enfrentamos a una narración subjetiva; si el personaje en cuestión que es Axel se separa del grupo principal, solo puede relatar lo qué él está viviendo en ese momento, y nos perdemos parte del desarrollo de la acción.
Otro detalle interesante, en el análisis de este narrador personaje, es el fino sentido del humor con el que está dotado.
También me ha sorprendido que no silencia nada; no duda en mostrarnos sus flaquezas, al igual que tampoco prescinde de hacer un perfil detallado de sus compañeros de viaje.
Su narración es el relato de esta aventura, eso ya lo sabemos, pero al llegar a un momento en concreto, su narración varía y se convierte en un diario de abordo, más escueto, para más adelante volver a retomar el modo de relato inicial.
Los otros dos personajes principales de los que me queda hablar son el profesor Lindenbrock y Hans, el guía.
Lindenbrock es un viejo profesor más terco que una mula, eso sí, cabe resaltar en él también su gran intelecto.
El mejor personaje para mi gusto es sin duda Hans, y sorprende que es el que cuenta con menor protagonismo.
Parece prácticamente una sombra, sigue las órdenes del profesor, y asume el papel de guía en silencio; un personaje secundario cuyas acciones, en cambio, resultan determinantes para que el viaje llegué a buen puerto. Sin él, el centro de la tierra sería una misión imposible.
Y con esto concluyo...
Las novelas de este autor, como ya he dicho al comienzo, son una joya para iniciar a los más pequeños de la casa en la lectura. Puede que a ellos, una historia sin ordenadores ni teléfonos móviles, les parezca algo anticuado, pero solo por la prosa, por el derroche de imaginación o por haberse adelantado cien años a algunos de los descubrimientos tecnológicos con los que hoy en día contamos, ya sea bastante incentivo para animarles a conocer la gran obra de este genio.
"Viaje al centro de la tierra" no es la mejor de sus obras, pero sí quizás una de las más conocidas y la que más veces ha sido llevada al cine.
Ha habido grandes adaptaciones cinematográficas de ella, pero creo que ninguna hace honor a la historia en papel.
Puede que cuenten con grandes efectos especiales, pero ese efecto visual es totalmente prescindible, ya que Verne sin necesidad de ellos, empujó las fronteras de la imaginación y nos preparó para lo que vendría después...
Hola guapa, cuando era pequeña leía a Verne.Ahora me he bajado sus obras, algunas de ellas, en francés para hacer una relectura en el idioma original. Ya te contaré. No recordaba que fueran tan pocos los personajes de esta novela.
ResponderEliminarUn besazo
Hola Nitocris.
EliminarPues sí, los personajes son poquitos. Hay un par de ellos incidentales, que solo se dejan ver al comienzo y desaparecen después.
Yo tengo pendiente "La isla misteriosa". Digo pendiente porque lo compré en una edición de papel de Penguin y ahí está cogiendo polvo. Tengo que hacerle un hueco en la lista de futuras lecturas.
Un besazo.
Pues sabes que al final lo voy a leer para la categoría de "clásico que no se desarrolle en Europa" :). Al principio no encontraba ninguno que me gustara, alguno que se desarrollaba en EEUU pero luego pensé en este y me gustó la idea... Eso sí, lo leeré en francés, como te decía... a ver qué tal se me da... Eso sí, como es del nivel tres todavía me queda un poquito para ponerme con él, que acabo de empezar el nivel 2...
EliminarUn besazo
¿Alguien conoce algún escape room de terror para adultos?
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