viernes, 6 de junio de 2014

Legado en los huesos de Dolores Redondo

Legado en los huesos (Trilogía del Baztán 02)
Sinopsis:

El juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez está a punto de comenzar. A él asiste una embarazada Amaia Salazar, la inspectora de la Policía Foral que un año atrás había resuelto los crímenes del llamado basajaun, que sembraron de terror el valle del Baztán. Amaia también había reunido las pruebas inculpatorias contra Jasón Medina, que imitando el modus operandi del basajaun había asesinado, violado y mutilado a Johana, la adolescente hija de su mujer. De pronto, el juez anuncia que el juicio debe cancelarse: el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado. Ante la expectación y el enfado que la noticia provoca entre los asistentes, Amaia es reclamada por la policía: el acusado ha dejado una nota suicida dirigida a la inspectora, una nota que contiene un escueto e inquietante mensaje: «Tarttalo». Esa sola palabra que remite al personaje fabuloso del imaginario popular vasco destapará una trama terrorífica que envuelve a la inspectora hasta un trepidante final.

Opinión: Legado en los huesos (Trilogía del Baztán 02)

De todos los libros obtenemos cosas buenas y malas, aunque algunos lamentablemente no llegan a conectar con el lector y terminan sin aportar nada, ni positivo ni negativo.

Voy a empezar por lo negativo que he encontrado en este libro, para de esta forma, intentar pasar rápido el mal trago.
Lo negativo de esta novela, es algo para lo que no hay solución posible, al menos de momento, y es que cuando terminéis esta segunda parte de la Trilogía del Baztán, os quedaréis con ganas de más.
De momento, el lector deberá esperar hasta final de año para poder leer el desenlace de esta impactante saga. Una última entrega, donde deberemos despedirnos definitivamente de esta trilogía, que hasta el momento puedo decir que me está resultando única.
Esto es todo lo negativo que he encontrado en esta extraordinaria saga, que me ha mantenido pegada a sus páginas, de principio a fin.
Estáis avisados... si os atrevéis con ellas, id pensando en que emplearéis vuestro tiempo una vez terminadas, porque como os digo, os costará mucho encontrar otro libro de calidad similar.

Eso es lo que no me gusta de las sagas, que inevitablemente debemos esperar un tiempo entre libro y libro, salvo que optemos por leerlos cuando estén todos editados.
Pensándolo detenidamente y en este caso en concreto, siempre podemos darnos el placer de releer toda la serie cuando salga la última novela, eso es algo de lo que yo personalmente, no me voy a privar, ya que  la trilogía realmente merece la pena, es de las mejores que he leído hasta el momento y no creo que a estas alturas la obra se malogre.

Esta novela mantiene la misma estructura que la primera parte.
Si os preguntáis si los libros podrían leerse de forma independiente, yo es algo que no recomiendo.
Aunque el caso principal finaliza en cada novela, es recomendable leerlos en orden. Ciertos datos que afectan a los protagonistas se nos van mostrando siguiendo un orden a lo largo de los libros y nos veríamos privados de la sorpresa saltándonos dicho orden.
Al mismo tiempo, la autora juega con el lector dejando algunos hilos un poco abiertos, de forma que al final un caso termina relacionándose con el anterior.

Dolores Redondo hace referencia constante en sus obras a seres de la mitología Vasco-Navarra y precisamente los asesinos que encontraremos en esta serie,hasta el momento, también tienen algo que ver con esos seres mágicos extraídos de las leyendas y el folklore de la zona.
Si en la primera parte los asesinatos eran atribuidos de forma errónea por la prensa al Basajaún, El señor del bosque, en esta segunda entrega el elegido será el Tarttalo. Un ser que esta vez no será muy protector y cuyas costumbres y comportamiento resultarán terroríficas.

A los personajes que ya conocíamos de la primera entrega, se sumarán otros adaptándose a la trama que va evolucionando al mismo tiempo que avanza.
Algunos personajes conseguirán simpatizar con nosotros desde el principio, lograrán que les tomemos afecto, aunque no todos obtendrán de nosotros los mismos sentimientos.

Algo que me ha llamado mucho la atención es la extraordinaria forma en la que Dolores Redondo mezcla los casos policiales que lleva la protagonista con su vida familiar y lo que se esconde tras ella.
En esta segunda entrega ese detalle destaca de forma magistral.
Si en la primera novela ya nos impactó la relación familiar, en esta segunda resulta casi más interesante que los propios casos y eso que esta vez, nos encontraremos con un adversario a la altura de la inspectora Amaia Salazar.
Un asesino que convive con la maldad en estado puro.
Se puede decir que la trama va in crescendo y al igual que en El guardián invisible nos costará averiguar quien se esconde tras los asesinatos.
Llegados a este punto, me gustaría decir que más o menos a la mitad de la novela, yo tenía dos sospechosos que parecían contar con todas las papeletas para ser el asesino... como digo parecían ser...

La trama no defraudará a nadie.
Si la primera entrega ya había puesto el listón muy alto, en esta segunda novela la autora se supera a sí misma.
Ya os he dicho que es una de las mejores sagas que he leído.
Si nos centramos en series policíacas podría decir que es la mejor leída hasta el momento.
Ni policíaca Nórdica, ni series de detectives que parecen no acabar nunca, ni magos del misterio o genios del suspense...
Si queréis leer una saga que convence, coherente y que se disfrute hasta el final, no podéis dejar de leer esta.

De momento poco más puedo deciros, solo me queda esperar hasta final de año para leer la última entrega y así poder valorar en conjunto la obra que como ya habéis visto me está resultando espectacular.

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