Sinopsis:
Los gemelos Klaas y Kees y su hermano menor Gerson juegan a menudo a «Negro», cuya principal regla es no abrir los ojos.
Un día Gerson, en un accidente de coche, pierde la visión y se verá obligado a jugar a «Negro» el resto de su vida.
¿Será Gerson capaz de adaptarse a su nueva vida con la ayuda de su perro?
La vida también ha cambiado considerablemente para su padre y sus hermanos. Pero lo que nunca va a cambiar es la calidez de la familia.
Esta conmovedora historia es contada a través de tres perspectivas diferentes, la de los gemelos, Gerson y el perro.
Del ganador del Premio Llibreter 2012, Premio IMPAC 2010 y del Independent Foreign Fiction Prize 2013
Opinión:
Los perales tienen la flor blanca, es un excelente relato dramático que no dudo en recomendar desde el principio.
Los que me leéis con asiduidad ya conocéis mi gusto por los libros que aportan una estructura rara o no muy habitual, valoro eso por encima de un buen argumento.
En este caso, se trata de un relato breve que se lee en apenas una tarde y cuyo argumento no dejará indiferente a nadie.
Pocas páginas pero con un gran contenido.
La historia comienza con tono distendido, narrando acontecimientos cotidianos de la vida de nuestros jóvenes personajes, los gemelos Klaas y Kees y Gerson su hermano menor.
Todo parece funcionar correctamente hasta que un día, esa tranquilidad desaparece y todo cambia a su alrededor.
Los acontecimientos se precipitan y la vida sencilla se convierte en un drama, que afecta a toda la unidad familiar.
Una novela no es solo un argumento ni personajes inventados, es algo más. Con ella, el autor crea un diálogo con los lectores. El texto actúa como estímulo sobre nosotros y donde mejor pueden observarse esas reacciones, que nos afectan en mayor o menor medida, es dentro del género dramático.
No os voy a engañar, en esta obra predomina el dramatismo.
Su autor tiene la capacidad de emocionar y conmover al lector, y eso que algunos hechos los conocemos de antemano por la sinopsis y otros, como el final, los intuimos.
Aun así, también hay que señalar que el autor no hace demasiado hincapié en el dolor, no se ensaña. Llena el texto de zonas en blanco, de elipsis que el lector sabe de sobra rellenar.
Desde los primeros compases ya vemos que será una novela tan compleja como realista.
La gran parte de ella está narrada en primera persona del plural,
nosotros, deduciendo que el narrador es uno de los hermanos gemelos...
Aunque también aparecerán más narradores. Gerson será el encargado de relatar algunos capítulos en primera persona, e incluso el perro Daan, hará sus pinitos como cronista.
A esto me refería al principio, al hablar de una estructura no muy habitual. Es lo que se denomina
Polifonía textual o literaria, varios narradores que se suceden a lo largo de un libro.
El narrar en primera persona de singular, como hace Gerson empleando el Yo, es algo frecuente; pero el uso del
nosotros es algo curioso e inusual.
¿Qué aporta a la narración?
Para empezar sabemos que es un narrador interno, que participa en la historia.
Nos ofrece una narración más cercana, en eso coinciden el uso del Yo y el Nosotros, intentando que empaticemos con los hechos; pero si os decidís a leerlo veréis como en algunos momentos da la sensación de que intentase desvincularse, de parecer ajeno a los acontecimientos.
Como he dicho sabemos que es uno de los personajes, pero con el uso del nosotros nos aporta además misterio, anonimato, reserva en lo que se refiere a su persona.
Podría tratarse de un único narrador, siempre del mismo; de cualquiera de los dos hermanos gemelos que se van alternando al narrar o incluso podría ser una narración siempre colectiva... Complejo ¿no?
El hacer uso de la polifonía textual contribuye a que estemos más atentos a la narración, al tiempo que nos mantiene en un constante suspense, nos obliga a plantearnos preguntas como la del anterior párrafo... ¿Quién narra ahora?
Pero cuidado, porque un exceso de cambios de narrador o un cambio en el momento inadecuado puede cansarnos y/o aburrirnos y acabar de un plumazo con la originalidad conseguida hasta el momento.
Pero Gerbrand Bakker nos ofrece más aportaciones técnicas para dejar claro que no nos encontramos ante un librito más del montón, me estoy refiriendo al
multiperspectivismo, la gran aportación que hizo el escritor Henry James a la literatura. Donde veremos como cada uno de los narradores también nos ofrecerá su punto de vista sobre el mismo hecho, el accidente que deja sin vista a Gerson.
Ya sé que no estoy diciendo gran cosa, no he hablado sobre el desarrollo del argumento, sobre los personajes, ambientación o escenarios, pero es que es una novela para disfrutarla leyendo y el interés por esas cosas variará según el lector.
Yo os he mostrado lo que más me ha llamado la atención, lo que más ha destacado, y no es que el argumento no me convenza, ni que los personajes no resulten de mi agrado, simplemente esas cosas en mi lista de prioridades han sido relegadas a un segundo término desde el primer párrafo.
Hago una valoración en general y sin duda, el hecho de que el texto nos llegue haciendo uso de una persona gramatical tan poco frecuente, de que cada personaje nos ofrezca su visión, la convierte para mí en una obra muy interesante no solo para leerla, también para analizarla. La historia no funcionaría igual de bien de haberse optado por prescindir de estos detalles, es más, leerla y no hacer caso de ellos la convertiría en una más del montón.
En eso consiste la genialidad, en saber destacar entre la mayoría y tener la capacidad de crear algo nuevo e imaginativo, y aunque no sea nuevo, si que sea una
rara avis, algo especial dentro de su género.
¿Qué más podría decir?
Aunque está destinada a todos los públicos, sería una lectura ideal para adolescentes, para ponerla como lectura en los colegios o institutos. Por su brevedad; porque resulta fácil de leer, su autor huye de una prosa recargada, utilizando frases cortas: los personajes principales son chicos de su edad y la historia es actual.