1288, Alejandría, Egipto. Un mercader se hace con la pesada alforja de un viajero agonizante. Jamás conocerá el secreto que contiene e ignora que acaba de firmar su sentencia de muerte. Cuando intenta vender la alforja a un intermediario del conde Aimery de Mortagne, es degollado. 1307. Abadía de las monjas claretianas, Francia. La jovencísima abadesa de las claretianas, Plaissance de Champlois, debe hacer frente al cabildo de la orden. A la cabeza de éste se halla la gran priora Hucdeline de Valézan, protegida por su hermano, monseñor Jean, un oscuro brazo de los intereses de Roma. Una joven monja, Angélica, es descubierta estrangulada. Sin duda, se parece mucho a una de sus hermanas, Marie-Gillette de Andremont, que tuvo que huir a España después del asesinato de su amante. Los leprosos de la abadía se amotinan, y se sucederán una serie de asesinatos, que al parecer están relacionados con esa misteriosa bolsa que aparece al comienzo de la novela en Egipto en el siglo XIII.
Opinión:
Hay ocasiones en las que una novela nos lleva a otra. La ambientación, la época elegida o el tema resultan ser el mismo o parecido.
Acababa de terminar La abadía de los crímenes y me apetecía leer algo similar. No necesariamente tenía que ser de intriga, pero como condiciones principales me impuse, que tuviese relación con la vida monacal y que describiera aunque no fuese de forma concienzuda el funcionamiento de una Abadía. El género que más se ajustaba lógicamente, era la novela histórica. Así que me puse a buscar y encontré ésta, Monasterio de Andrea H. Japp, una autora de la que había oído hablar bastante bien.
Su autora consigue una ambientación muy convincente, demostrando la gran preparación documental que hay detrás de esta obra.
La novela incluye un glosario de términos, un breve e interesante apéndice histórico y además, numerosas notas al píe, que facilitan la lectura, evitando que el lector recurra constantemente a un diccionario para conocer el significado de muchos términos que aparecen y no son de uso corriente.
En esta historia se explica de forma minuciosa pero amena el funcionamiento de una abadía, en este caso en concreto, regida por mujeres.
Como era la distribución de los edificios que integraban el recinto de la abadía, las distintas salas que formaban cada uno de ellos y quienes podían tener acceso a los mismos. Como se llevaba a cabo la gestión, el organigrama jerárquico y funciones que desempeñaba cada cargo, además del modo en que se distribuían las labores entre el resto de monjas. Algo que me ha parecido muy interesante y curioso.
El comienzo de la novela se hace un poco lento. Cuesta centrarse en la trama, ya que en los primeros capítulos se hace una descripción de todos los personajes, que lentamente, irán haciendo acto de presencia a lo largo de la historia. Añadiéndose a esto, las descripciones de los escenarios que os he comentado en el párrafo anterior. Este detalle es el que añade el punto de complejidad a la lectura.
A partir de la página cien aproximadamente la historia mejora de forma ostensible.
La trama da un giro vertiginoso hasta tal punto, de llegar a sorprenderme. No esperaba que la historia pudiese dar ese cambio costándome incluso en algunos momentos, despegarme de la novela.
Conspiraciones, engaños, asesinatos, violaciones, revueltas, robos, persecuciones y algún que otro acto más contra natura, serán algunas de las situaciones en las que los protagonistas se verán inmersos.
Como veis cualquier cosa está permitida con el único fin de conseguir poder y en esta novela todos los personajes tienen algo que esconder. Bueno... todos salvo la adorable, dulce a la vez que joven abadesa, Plaisance de Champlois, que sin quererlo terminará siendo la protagonista principal y la persona en la que todas las tramas terminarán confluyendo.
Al final comprobaremos como es cierto el dicho de que el mundo es un pañuelo y la gran parte de los personajes acaban estando relacionados entre si.