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Opinión:
Está considerada como la primera gran novelista en lengua inglesa, aunque ese reconocimiento nunca le llegase en vida, y su obra se encuentra rodeada de curiosidades.
Lo primero que sorprende es que dota a todas sus novelas de un elenco de mujeres protagonistas que dejan huella y a través de las cuales nos ofrece un vistoso y colorido retrato costumbrista.
Este libro, del que hoy os hablo, parece que desde el comienzo juega al despiste y se presenta ante nosotros bajo distintos títulos:
"Juicio y sentimiento", "Sensatez y sentimientos", "Juicio y sensibilidad", aunque seguro que como más frecuentemente lo habréis encontrado es como "Sentido y sensibilidad".
Todas esas formas de dar título a la historia y que vienen a significar lo mismo, es a consecuencia de las distintas ediciones, una tontería, ya que la única finalidad del título, en este caso, es darnos una pista desde el comienzo, la característica principal o el rasgo que guiará a cada una de las protagonistas: Elinor y Marianne Dashwood.
Pero sigamos con las curiosidades...
Esta novela fue terminada en 1797 pero no vio la luz hasta 1811, convirtiéndose en la primera de sus obras en publicarse, haciendo uso del seudónimo, "A lady", en un momento en que la literatura o más bien, que las mujeres publicasen estaba mal visto.
Dos años después, en 1813, sacaría una segunda edición corregida por ella misma, y que es la que se ha empleado para las ediciones posteriores.
La segunda en ser publicada fue "Orgullo y prejuicio", y lo hizo en 1813.
Su nombre tampoco apareció reclamando la autoría de la historia, lo que sí rezaba era "Por la autora de Sentido y sensibilidad".
Ahora bien, y aquí llega otra de las curiosidades...
En 1803, Austen había vendido "La abadía de Northanger" a una editorial, firmando bajo el seudónimo de "Mrs Asthon Dennis", de haberse publicado en esa fecha, habría pasado a ser la primera obra publicada de la autora, pero no ocurrió así, y esta historia junto con "Persuasión" pasó a ser publicada como póstuma en 1818.
Esta historia nos plantea el gran problema de las mujeres en esa época, eramos eternas menores de edad, siempre bajo la tutela masculina.
Cuando el padre fallecía y no había marido, las mujeres de la familia pasaban a estar tuteladas por el hermano, el hijo varón que era el que heredaba el patrimonio, y a ellas, siempre que hubiese, se las dotaba de una pequeña renta para sus gastos.
Esa es la base sobre la que gira el argumento.
El joven señor Dashwood hereda la totalidad del patrimonio familiar, y debido a la ambición y egoísmo que comparte con su esposa, sus hermanas y madrastra pasan a vivir de la caridad familiar.
Elinor y Marianne Dashwood, las dos hermanas mayores, deberán encontrar un marido, a ser posible con buena posición, porque en esta historia el dinero está muy presente...
Austen nos ofrece una historia rural de la época, pero sobre la gente acomodada, la perteneciente a la clase burguesa, sin hacer referencias importantes a criados ni a las clases más bajas.
Cada vez que un nuevo personaje entra en escena, la autora nos describe su patrimonio al detalle y sus relaciones sociales, dejando entrever que esos detalles eran los únicos realmente importantes, eso sí, todo hilado con una fina ironía dramática.
Los personajes femeninos marcan el rumbo del argumento, aunque sea en lo único que mandan, mientras que los masculinos quedan relegados a una posición secundaria, eso sí, hay que tener en cuenta el rasgo que tienen en común, independientemente del género, y es la pasión desmedida y el ruidoso entusiasmo.
Todas las acciones son magnificadas, hasta el gesto más sencillo se convierte en emocionante, y es que la autora tiene un estilo narrativo capaz de llevar a sus personajes hacia el paroxismo o la exageración.
Lo que más me ha llamado la atención es que esta historia es como una madeja de lana, de la cual tendremos que sacar un ovillo.
Según van avanzando los capítulos, vamos desenredando esa madeja, eso nos permite contemplar como era la vida de las mujeres en esa época, pero al mismo tiempo vamos enrollando y dando cuerpo al ovillo, depositando una hebra sobre otra, enrollando la trama, y es que todos los personajes que aparecen en el argumento, guardan alguna relación entre sí, además de que a Austen, le gusta complicar la existencia a sus criaturas.
En esa forma de hacer girar la historia sobre sí misma, enrollándola, van a tener mucha importancia los silencios, las elipsis narrativas, porque con ellas la autora irá marcando la trayectoria del argumento y con ello el fin de los personajes.
Esos silencios muchas veces son debidos a que se construyen sobre mentiras o medias verdades, y en otras ocasiones serán fruto de la compasión o el respeto, algo que también nos mostrará la psicología de los personajes.
Tras leer esta historia, yo no sé en que idea posicionarme, porque encuentro una doble lectura.
Es cierto que en algunos momentos detecto una ligera crítica, cubierta con una pátina de ironía aguda o malintencionada, hacia ese papel impuesto a las mujeres que las obligaba a someterse a las convenciones sociales...
Ahora bien, mi sentido crítico también me obliga a decir que en esta novela, los varones también demuestran estar sometidos a esas mismas normas sociales, aunque eso sí, en menor medida.
No quiero meter ningún spoiler, pero para los que no la habéis leído os diré que a lo largo de la narración, aparecen varios personajes masculinos que serán reprobados por su comportamiento, o por tomar decisiones en contra de lo que se considera la voluntad familiar.
Quizás esto demuestra que Austen sí era feminista, y lo que intentaba mostrarnos es que aunque los varones también estaban sujetos a esas convenciones sociales, ellos siempre disponían de otra alternativa que les permitiese salir del embrollo.
A pesar de lo mencionado, y como he dicho al principio de este párrafo, no me llega a quedar clara la postura de la autora, porque yo sigo viendo esa doble lectura, no solo en lo que acabo de mencionar sino también en más detalles, como veréis a continuación...
Al final, los personajes femeninos, tras haber sufrido de lo lindo, reciben su recompensa, parece que hay una moraleja, una vocecilla moralizante que dice entre lineas "tened paciencia, la bondad, la virtud y todo el sufrimiento que habéis pasado será recompensado", y el castigo que se merecen alguno de los personajes masculinos, llamémoslo en este caso "justicia literaria" queda corta para mi gusto.
También debo decir, que los personajes femeninos se alejan de la imagen que por ejemplo nos ofrece Emily Brontë en su obra "Cumbres borrascosas".
Los personajes de Austen no logran alejarse de esa moralidad inglesa que tienen tan arraigada. Son rebeldes pero con unas ataduras contra las que no pueden oponer resistencia, quizás por la costumbre, eso las impide evolucionar de forma explosiva que era lo que veíamos en Catherine, el personaje protagonista de Emily Brontë. Aquí hay que añadir que el personaje de Brontë es posterior (1847).
Y esto, indirectamente me lleva a hablaros de la evolución de los personajes...
Desde el comienzo nos van mostrando su evolución, pero de forma contenida, nos muestran un arco ascendente, pero no impactante, como acabo de mencionaros... algo parecido a lo que ocurre con el Coronel Brandon, un personaje masculino que destaca por encima de cualquier clasificación que pueda hacerse.
Es un personaje incidental, un secundario que entra y sale de escena, alguien sobre el que se apoya el argumento y las dos protagonistas.
En este apartado, quería hablaros de algo que cobra importancia: el arco dramático o de transformación de los personajes, que es eso que acabo de mencionar.
Cuando un personaje entra en escena, lo hace ya con unas características prefijadas, ese arco dramático es la linea o la curva que va a mostrarnos su evolución.
A partir de esa puesta en escena, el personaje empieza a evolucionar gradualmente. Los habrá que, dependiendo del contexto y de las situaciones que les rodean y les afectan, lo hagan a peor y otros que lo harán a mejor, sin olvidarme de mencionar a los que no experimentan ningún cambio.
Por ese motivo habrá personajes que al comienzo nos caigan bien y terminarán resultándonos odiosos, y al contrario...
Los que mejoran, tienen una curva ascendente y los que empeoran descendente, lógicamente los que no sufren cambios la tienen neutra.
¿Y a qué viene todo esto?
Pues a que todos esos tipos, los vamos a encontrar aquí a simple vista.
Jane Austen crea un amplio abanico de personajes, con una gran disparidad de personalidades.
El Coronel Brandon, va creciendo con cada actuación, al igual que un personaje minúsculo pero indispensable para la historia, la Sra. Jennings, alguien que empieza siendo una repulsiva cotilla y termina tranformándose en alguien adorable.
Es cierto que los personajes más frecuentes en esta historia cuentan con una linea de transformación neutra, van a comportarse igual al comienzo que al final, pero son igual de indispensables que un protagonista, no solo contribuyen a crear el ambiente, sino que también son los responsables de hacer evidente el gran contraste que existe entre ellos y que hace destacar a unos sobre otros.
Creo que esta primera incursión en la obra de Jane Austen ha sido una lectura muy provechosa, y eso que me advirtieron que no era la mejor de esta escritora.
Por último y antes de despedirme, solo me queda pediros disculpas por la extensión de esta reseña, pero cuando se ha hablado tanto y tan bien de una obra o autor, cuesta pasar de puntillas por determinados detalles que van aflorando en la lectura, y en un amante de los clásicos, como es mi caso, hasta el detalle más sencillo se convierte en emocionante y digno de comentar.
Y ahora sí, feliz lectura...
Curiosidades
Supongo que a estas alturas, el nombre de Jane Austen no pasará desapercibido para ningún lector.Está considerada como la primera gran novelista en lengua inglesa, aunque ese reconocimiento nunca le llegase en vida, y su obra se encuentra rodeada de curiosidades.
Lo primero que sorprende es que dota a todas sus novelas de un elenco de mujeres protagonistas que dejan huella y a través de las cuales nos ofrece un vistoso y colorido retrato costumbrista.
Este libro, del que hoy os hablo, parece que desde el comienzo juega al despiste y se presenta ante nosotros bajo distintos títulos:
"Juicio y sentimiento", "Sensatez y sentimientos", "Juicio y sensibilidad", aunque seguro que como más frecuentemente lo habréis encontrado es como "Sentido y sensibilidad".
Todas esas formas de dar título a la historia y que vienen a significar lo mismo, es a consecuencia de las distintas ediciones, una tontería, ya que la única finalidad del título, en este caso, es darnos una pista desde el comienzo, la característica principal o el rasgo que guiará a cada una de las protagonistas: Elinor y Marianne Dashwood.
Pero sigamos con las curiosidades...
Esta novela fue terminada en 1797 pero no vio la luz hasta 1811, convirtiéndose en la primera de sus obras en publicarse, haciendo uso del seudónimo, "A lady", en un momento en que la literatura o más bien, que las mujeres publicasen estaba mal visto.
Dos años después, en 1813, sacaría una segunda edición corregida por ella misma, y que es la que se ha empleado para las ediciones posteriores.
La segunda en ser publicada fue "Orgullo y prejuicio", y lo hizo en 1813.
Su nombre tampoco apareció reclamando la autoría de la historia, lo que sí rezaba era "Por la autora de Sentido y sensibilidad".
Ahora bien, y aquí llega otra de las curiosidades...
En 1803, Austen había vendido "La abadía de Northanger" a una editorial, firmando bajo el seudónimo de "Mrs Asthon Dennis", de haberse publicado en esa fecha, habría pasado a ser la primera obra publicada de la autora, pero no ocurrió así, y esta historia junto con "Persuasión" pasó a ser publicada como póstuma en 1818.
Sentido y sensibilidad
“—Ahora estamos pensando —dijo el Sr. Dashwood, tras una breve pausa— en que sea Robert quien se case con la señorita Morton.
Elinor, sonriendo ante el tono de gravedad y capital importancia de su hermano, contestó con calma —Ella, supongo, no puede elegir.”.
Elinor, sonriendo ante el tono de gravedad y capital importancia de su hermano, contestó con calma —Ella, supongo, no puede elegir.”.
Esta historia nos plantea el gran problema de las mujeres en esa época, eramos eternas menores de edad, siempre bajo la tutela masculina.
Cuando el padre fallecía y no había marido, las mujeres de la familia pasaban a estar tuteladas por el hermano, el hijo varón que era el que heredaba el patrimonio, y a ellas, siempre que hubiese, se las dotaba de una pequeña renta para sus gastos.
Esa es la base sobre la que gira el argumento.
El joven señor Dashwood hereda la totalidad del patrimonio familiar, y debido a la ambición y egoísmo que comparte con su esposa, sus hermanas y madrastra pasan a vivir de la caridad familiar.
Elinor y Marianne Dashwood, las dos hermanas mayores, deberán encontrar un marido, a ser posible con buena posición, porque en esta historia el dinero está muy presente...
Austen nos ofrece una historia rural de la época, pero sobre la gente acomodada, la perteneciente a la clase burguesa, sin hacer referencias importantes a criados ni a las clases más bajas.
Cada vez que un nuevo personaje entra en escena, la autora nos describe su patrimonio al detalle y sus relaciones sociales, dejando entrever que esos detalles eran los únicos realmente importantes, eso sí, todo hilado con una fina ironía dramática.
“Sí, es una delicia ser joven y guapa. ¡En fin! Yo fui joven una vez, pero nunca fui guapa... tanto peor para mí. En cualquier caso conseguí un buen marido, y no se qué más puede conseguir una gran belleza”.
Los personajes femeninos marcan el rumbo del argumento, aunque sea en lo único que mandan, mientras que los masculinos quedan relegados a una posición secundaria, eso sí, hay que tener en cuenta el rasgo que tienen en común, independientemente del género, y es la pasión desmedida y el ruidoso entusiasmo.
Todas las acciones son magnificadas, hasta el gesto más sencillo se convierte en emocionante, y es que la autora tiene un estilo narrativo capaz de llevar a sus personajes hacia el paroxismo o la exageración.
Lo que más me ha llamado la atención es que esta historia es como una madeja de lana, de la cual tendremos que sacar un ovillo.
Según van avanzando los capítulos, vamos desenredando esa madeja, eso nos permite contemplar como era la vida de las mujeres en esa época, pero al mismo tiempo vamos enrollando y dando cuerpo al ovillo, depositando una hebra sobre otra, enrollando la trama, y es que todos los personajes que aparecen en el argumento, guardan alguna relación entre sí, además de que a Austen, le gusta complicar la existencia a sus criaturas.
En esa forma de hacer girar la historia sobre sí misma, enrollándola, van a tener mucha importancia los silencios, las elipsis narrativas, porque con ellas la autora irá marcando la trayectoria del argumento y con ello el fin de los personajes.
Esos silencios muchas veces son debidos a que se construyen sobre mentiras o medias verdades, y en otras ocasiones serán fruto de la compasión o el respeto, algo que también nos mostrará la psicología de los personajes.
¿Jane Austen una autora feminista o conservadora?
Hay voces que abogan porque Jane Austen era una autora implicada en defender los derechos de las mujeres, mientras que otras defienden que su postura era más bien conservadora.Tras leer esta historia, yo no sé en que idea posicionarme, porque encuentro una doble lectura.
Es cierto que en algunos momentos detecto una ligera crítica, cubierta con una pátina de ironía aguda o malintencionada, hacia ese papel impuesto a las mujeres que las obligaba a someterse a las convenciones sociales...
Ahora bien, mi sentido crítico también me obliga a decir que en esta novela, los varones también demuestran estar sometidos a esas mismas normas sociales, aunque eso sí, en menor medida.
No quiero meter ningún spoiler, pero para los que no la habéis leído os diré que a lo largo de la narración, aparecen varios personajes masculinos que serán reprobados por su comportamiento, o por tomar decisiones en contra de lo que se considera la voluntad familiar.
Quizás esto demuestra que Austen sí era feminista, y lo que intentaba mostrarnos es que aunque los varones también estaban sujetos a esas convenciones sociales, ellos siempre disponían de otra alternativa que les permitiese salir del embrollo.
A pesar de lo mencionado, y como he dicho al principio de este párrafo, no me llega a quedar clara la postura de la autora, porque yo sigo viendo esa doble lectura, no solo en lo que acabo de mencionar sino también en más detalles, como veréis a continuación...
Al final, los personajes femeninos, tras haber sufrido de lo lindo, reciben su recompensa, parece que hay una moraleja, una vocecilla moralizante que dice entre lineas "tened paciencia, la bondad, la virtud y todo el sufrimiento que habéis pasado será recompensado", y el castigo que se merecen alguno de los personajes masculinos, llamémoslo en este caso "justicia literaria" queda corta para mi gusto.
También debo decir, que los personajes femeninos se alejan de la imagen que por ejemplo nos ofrece Emily Brontë en su obra "Cumbres borrascosas".
Los personajes de Austen no logran alejarse de esa moralidad inglesa que tienen tan arraigada. Son rebeldes pero con unas ataduras contra las que no pueden oponer resistencia, quizás por la costumbre, eso las impide evolucionar de forma explosiva que era lo que veíamos en Catherine, el personaje protagonista de Emily Brontë. Aquí hay que añadir que el personaje de Brontë es posterior (1847).
Y esto, indirectamente me lleva a hablaros de la evolución de los personajes...
¿Cómo evolucionan los personajes?
Sabéis que las dos grandes protagonistas son Elinor y Marianne Dashwood, y que la historia gira a su alrededor.Desde el comienzo nos van mostrando su evolución, pero de forma contenida, nos muestran un arco ascendente, pero no impactante, como acabo de mencionaros... algo parecido a lo que ocurre con el Coronel Brandon, un personaje masculino que destaca por encima de cualquier clasificación que pueda hacerse.
Es un personaje incidental, un secundario que entra y sale de escena, alguien sobre el que se apoya el argumento y las dos protagonistas.
En este apartado, quería hablaros de algo que cobra importancia: el arco dramático o de transformación de los personajes, que es eso que acabo de mencionar.
Cuando un personaje entra en escena, lo hace ya con unas características prefijadas, ese arco dramático es la linea o la curva que va a mostrarnos su evolución.
A partir de esa puesta en escena, el personaje empieza a evolucionar gradualmente. Los habrá que, dependiendo del contexto y de las situaciones que les rodean y les afectan, lo hagan a peor y otros que lo harán a mejor, sin olvidarme de mencionar a los que no experimentan ningún cambio.
Por ese motivo habrá personajes que al comienzo nos caigan bien y terminarán resultándonos odiosos, y al contrario...
Los que mejoran, tienen una curva ascendente y los que empeoran descendente, lógicamente los que no sufren cambios la tienen neutra.
¿Y a qué viene todo esto?
Pues a que todos esos tipos, los vamos a encontrar aquí a simple vista.
Jane Austen crea un amplio abanico de personajes, con una gran disparidad de personalidades.
El Coronel Brandon, va creciendo con cada actuación, al igual que un personaje minúsculo pero indispensable para la historia, la Sra. Jennings, alguien que empieza siendo una repulsiva cotilla y termina tranformándose en alguien adorable.
Es cierto que los personajes más frecuentes en esta historia cuentan con una linea de transformación neutra, van a comportarse igual al comienzo que al final, pero son igual de indispensables que un protagonista, no solo contribuyen a crear el ambiente, sino que también son los responsables de hacer evidente el gran contraste que existe entre ellos y que hace destacar a unos sobre otros.
Creo que esta primera incursión en la obra de Jane Austen ha sido una lectura muy provechosa, y eso que me advirtieron que no era la mejor de esta escritora.
Por último y antes de despedirme, solo me queda pediros disculpas por la extensión de esta reseña, pero cuando se ha hablado tanto y tan bien de una obra o autor, cuesta pasar de puntillas por determinados detalles que van aflorando en la lectura, y en un amante de los clásicos, como es mi caso, hasta el detalle más sencillo se convierte en emocionante y digno de comentar.
Y ahora sí, feliz lectura...
Mi novela preferida de Austen es "Orgullo y prejuicio" y leyendo esta entrada me he dado cuenta de que hay dos personajes femeninos de "Orgullo y prejuicio" que también tienen esa contraposición de caracteres que tú comentas de las protagonistas. Por cierto, nunca me había parado a pensar en lo que comentas sobre si Austen es feminista o no, a mí me parece que solamente tiene una mirada crítica sobre la sociedad de su época, pero es mi perspectiva, claro. Hace algunos años, leí un ensayo sobre correspondencia, y parece ser que los expertos que estudian la obra y la vida de Jane Austen se quedaron muy sorprendidos al examinar con detenimiento la correspondencia de la autora pues sus cartas parecían obra de una mujer mojigata, cotilla y un poquito corta de luces. Qué extraño. Un abrazo!
ResponderEliminarHola Mónica.
EliminarYo opino igual que tú, creo que su mirada era crítica hacia el papel de la mujer y hacia la sociedad que les había tocado vivir; podía tener ideas similares a las de Mary Wollstonecraft, pero de ahí a afirmar como hacen, que era feminista, creo que hay mucha distancia, porque pienso que las ideas feministas de esa época, poco tienen que ver con las de ahora.
Si recuerdas el título del ensayo que comentas, me lo dices, porque me resultaría interesante leerlo.
Un abrazo.
Mira, lo encontré en este libro (que además es una delicia): "Postdata. Breve historia de la correspondecia", de Simon Garfield. Pero seguro que habrá algún libro entero dedicado a su correspondencia, alguna biografía reciente o algo así. Besos.
EliminarMuchísimas gracias Mónica.
EliminarUn besazo
Hola, Susurros:
ResponderEliminarA mí no me gustó mucho, la verdad. Tendré que probar con otra de la autora. Me han dicho muchas veces que su mejor novela es Ogullo y Prejuicio, pero a lo mejor opto por Persuasión.
Una estupenda reseña.
Besos.
Hola Anabel.
EliminarSi te animas con Orgullo y prejuicio me avisas y la leemos juntas, porque yo tengo todas sus obras pendientes, digo lo mismo con Persuasión...
Gracias y un besote.
Hola
ResponderEliminarLo cierto es que no me termina de llamar, por el momento lo dejo pasar
Besos
Hola guapa, yo ya he comentado hasta la saciedad, jeje, que leí La abadia de Northanger hará ya, veinte años, y que no me gustó. Peeeero leí hace poco Orgullo y prejuicio (no sé si leiste mi reseña) y ¡¡me encantó!! así que he decidido leer todas sus novelas... inclida La abadia... Leyendo a gente que es especialista en Auste (por ejemplo, mis queridas Inquilinas) creo que voy a dejar Persuasión para el final. Pero esta, Sentido y sensibilidad, la leeré en mi reto Libros rescatados (porque la descubrí entre mis novelas y no recordaba tenerla, jeje... así que supongo que la leí y la olvidé) y también leeré dentro de poco Emma. Ya te contaré.
ResponderEliminarUn besazo
Hola Nitocris.
EliminarSi te animas a una lectura conjunta, con una que tengamos sin leer, la organizamos en un tris, :D como le he comentado a Anabel.
Un besazo.
¡Hola! De la autora solo he leído Orgullo y Prejuicio y Persuasión. Del resto de novelas la que más me llama la atención es justamente Sentido y Sensibilidad (es justo el título que más suelo encontrar). Me ha gustado mucho tu reseña y las curiosidades que comentas, no sabía la mayor parte. No se me quita de la cabeza desde hace tiempo hasta qué punto tendríamos en nuestras manos obras universales de haber estado bien visto que las mujeres escribieran, publicaran y fueran independientes. En lo personal, sí creo que hay una crítica social en cuanto al papel y el futuro de la mujer sin obviar que también la sociedad afecta a lo que se espera de los hombres.
ResponderEliminar¡Un abrazo! =)
Yo tengo todas, el resto pendientes, :D, pero quiero ponerme en breve con Orgullo y Prejuicio, a ver si le hago un hueco.
EliminarY tienes razón, si las mujeres no hubiesen estado tan apartadas de la sociedad tendríamos infinidad de obras, no solo literarias.
Un abrazo.
La leí hace años y me gustó. Muy buena reseña.
ResponderEliminarBesos
Cuando leí el libro hubo partes que se me hicieron un poco pesadas, sin embargo el recuerdo que tengo que de la historia es bueno. Todavía no he leído todas sus novelas, pero he disfrutado con las que han pasado por mis manos.
ResponderEliminarEn cuanto a si es feminista o no, a mí sí me lo parece, pero tampoco soy yo una experta en Jane Austen así que no me mojaré demasiado, jeje. Como Mónica y tú, creo que era crítica con la sociedad de su época porque no estaba contenta con la situación que tenían las mujeres. Ella utilizaba su ironía y su sarcasmo para dar a conocer su opinión sobre el tema...
Besos!
Hola Narayani.
EliminarA mí lo que se me hicieron pesados, fueron algunos personajes. Al principio la Sra. Jennings se me hacía insufrible, y luego cuando esa sensación empezó a desaparecer, otros personajes ocuparon su lugar, en concreto sus hijas y las srtas Steele, jaja.
Besos.
Con qué libro más dificil has venido. A mi me cuesta leerlo porque creo que no sé que no me va a gustar la impresión que me voy a llevar. Prefiero dejarlo para cuando pueda leerlo con la mente más abierta.
ResponderEliminarPero si, hay varias reflexiones sobre este libro.
Tienes una seguidora más, así que me encantaría que te pasaras de vuelta, y seguimos en contacto.
B7s
Hola Ali y gracias por comentar.
ResponderEliminarYo cuando lo empecé, lo cierto es que tenía otra imagen creada sobre él y me alegro de haberlo leído, porque me ha sorprendido gratamente, hasta el punto de que tengo pensado leer alguna obra más de la autora
Ya te sigo, y un besazo.
¡Hola!
ResponderEliminarSolo he leído Orgullo y prejuicio, que me gustó más de lo que me esperaba, así que en algún momento caerá éste.
En cuanto a tu reseña, me ha encantado la parte de las curiosidades y cómo ibas hilando hasta llegar a la cuestión de si Austen era feminista o conservadora. La verdad es que no sabría afirmar rotundamente una, justo por lo que dices sobre la doble lectura.
De todas maneras, poco he leído de ella XD
¡Un saludo!