martes, 7 de abril de 2020

La sociedad literaria del pastel de piel de patata de Guernsey de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows

Sinopsis:

En un Londres devastado por las bombas y que empieza a recuperarse de las terribles heridas de la Segunda Guerra Mundial, Juliet Ashton, una joven escritora en busca de inspiración novelesca, recibe la carta de un desconocido llamado Dawsey Adams. El hombre, que vive en la isla de Guernsey, un pequeño enclave en el canal de la Mancha, está leyendo un libro de Charles Lamb que había pertenecido con anterioridad a Juliet. ¿Cómo ha llegado ese ejemplar hasta Guernsey? ¿Por qué Dawsey decide ponerse en contacto con Juliet? Dawsey es miembro del club de lectura La Sociedad Literaria del Pastel de Piel de Patata de Guernsey, creado en circunstancias difíciles durante la contienda, una rareza en tiempos de la ocupación alemana. Cuando Juliet acepta la invitación de estos excéntricos lectores para visitar Guernsey, entiende que ellos y su increíble sociedad literaria serán los personajes de su nueva novela, y su vida dará un vuelco para siempre.

Opinión:

Tenía pendiente este libro desde hace mucho tiempo, tanto que a raíz de hacerse la película en 2018 y tras el éxito mundial recogido, la editorial sacó una nueva reedición de la obra, sobra decir que mi ejemplar es de tirada anterior.
Esta historia fue publicada en 2008 y si os habéis fijado en su portada aparecen dos nombres.
Mary Ann Shaffer dejó inacabada la obra y fue su sobrina, Annie Barrows, la encargada de tomar el relevo y terminarla. Lo que más me ha gustado es no encontrar esa línea que podría haber sido una barrera si el estilo de ambas autoras hubiese resultado diferente.
La obra ha sido traducida a más de veinte idiomas y se han vendido más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo.

Lo primero que debo decir es que esta novela, escrita de modo epistolar, me recordaba muchísimo a 84 Charing Cross, quizás por la estructura de la obra, por la época que refleja o simplemente porque retrata como la gente en momentos de adversidad se refugia en los libros; esto precisamente lo estamos viendo ahora, con todo lo que estamos pasando a consecuencia de la epidemia de Covid-19...

Esas cartas esconden la historia que poco a poco se va dibujando ante nuestros ojos. y los lectores ávidos de información nos refugiamos entre sus páginas, todo hay que decirlo, con un rol un poco cotilla. Queremos descubrir que se esconde detrás de esa sociedad literaria de extraño nombre y también detrás de Julie, la protagonista, y para hacerlo no dudamos en curiosear en el interior de su correspondencia personal, deseando conocer cada vez un poco más.

El libro se lee de forma muy rápida, no solo se debe a sus 304 páginas que no son muchas, sino que también  a su contenido; incluye una trama muy sencilla y original escrita con un estilo simple, el que se utilizaba cuando escribíamos una carta y donde lo que transmitíamos debía ser detallado de forma clara y concisa.

Como os digo, a través del intercambio de cartas vamos conociendo la historia general y también la personal, la que arrastra cada uno de los personajes, por lo tanto las autoras nos ofrecen un libro cargado de historias.
Ese intercambio epistolar va a cumplir una función múltiple.

  • Nos acerca a los personajes ofreciéndonos una visión real de como son.
  • También sirve para hacer cercana la historia, para que empaticemos con ellos, porque su relato es íntimo, va a estar cargado de anécdotas y también de relatos trágicos.
¿Pero sabéis lo que más me gusta de este libro?, pues que una serie de anécdotas o un montón de cartas, no son suficientes para crear un libro. 
Ese compendio de magníficas historias, unas alegres y otras tristes, necesitan un hilo que las una, una trama central que las amalgame; y aquí precisamente ocurre esto.
Juliet es ese elemento que necesitamos para unir, porque ella será la encargada de ir narrando todo lo que sucede a su alrededor.
Por poneros un ejemplo, es todo lo contrario a lo que ocurre en la obra de Madame de Sevigné. Ese libro al que me refiero es una compilación de cartas dirigidas a su hija, su finalidad es personal, es contarle, a través de esa correspondencia, los últimos cotilleos de la corte de Luis XIV. 
Su lectura es interesante pero no emociona ni enamora, como dijo Napoleón tras su lectura:
"Son claras batidas a punto de nieve que no producen empacho pero tampoco aportan nada."
En defensa de Madame de Sevigné dire: que las cartas no estaban pensadas para ser publicadas, ese hecho se debió a un familiar indiscreto. Esa correspondencia era privada y le falta ese centro del que os hablaba, ese núcleo que las una...


Y poco más puedo decir sobre esta obra, tan solo me queda comentar que el final me dejó algo fría, me pareció abrupto.
Pensé que la obra terminaría con la publicación del libro, trama central de la historia, o puede que se deba al deseo de seguir conociendo más a esos encantadores personajes que ya formaban parte de mí, y que ahora me dejaban un poco huérfana, sin conocer lo que les depararía el futuro.
Sea como sea, lo cierto es que me quedé con ganas de más; como siempre os digo, no es un problema del libro ni de las autoras, es un problema personal, de cada lector, y a mí lo único que me queda es despedirme y recomendarlo.



martes, 17 de marzo de 2020

Fortunata y Jacinta: Dos historias de casadas de Benito Pérez Galdós

Sinopsis:

La novela Fortunata y Jacinta (1886-1887) es considerada la obra maestra de Benito Pérez Galdós y la narración más importante en lengua española después del Quijote.
Obra cumbre del realismo literario español, la novela toma como escenario el Madrid castizo de finales del siglo XIX, donde los protagonistas, Juanito Santa Cruz y Fortunata, viven una tormentosa relación amorosa.
Galdós refleja el palpitar de una época, sus movimientos anímicos, la hipocresía dominante en una burguesía que intenta superar su anquilosamiento en la búsqueda de la modernidad, la religiosidad asfixiante y dominante; y el papel de la mujer en la sociedad de entonces, con Fortunata y Jacinta como máximas exponentes de un diferendo que sigue en plena actualidad.

Opinión:

El cuatro de enero de 2020 se cumplían cien años de la muerte de uno de los madrileños de adopción más ilustre de la historia: Don Benito Pérez Galdós, considerado como el mejor cronista de Madrid; por ese motivo dediqué el taller del mes de febrero a leer la que considero una de sus mejores obras, Fortunata y Jacinta: Dos historias de casadas (1887).
Hace mucho tiempo que quería hablaros de ella, no solo porque adoro a su escritor sino también porque el tema que trata me fascina.

Es cierto que muchos autores, antes que él, trataron el tema de las relaciones amorosas tormentosas, el tema del adulterio, el destino de la mujer cuando esta perdía la honra y la doble moral de la sociedad que las juzgaba.
Curiosamente, hace tan solo unas semanas os hablaba de esto en la reseña de "La solterona" de Edith Wharton, pero este tema recurrente lo hemos visto en "Madame Bovary", en "Los misterios de East Lynne""Ana Karenina", en "La Regenta",  o en "Miedo" de Stephan Zweig, solo por citar algunas historias más, la diferencia es que en todas estas novelas la protagonista era alguien de clase burguesa o alta.
Esos relatos partían de un triángulo amoroso, pero Galdós en Fortunata y Jacinta quiso exponer mucho más.
  • Don Benito ve más allá del clásico triángulo amoroso; nos muestra como es la vida de dos mujeres, totalmente distintas, de clase social diferente, que el azar va a terminan uniendo. 
  • Otorgó no solo el protagonismo principal a la mujer, como hicieron el resto de autores que trataron el mismo tema hasta la fecha, sino que también priorizó la voz de las de clase más baja, esas que hasta el momento la literatura ignoraba. Años después, el gran Tolstoi en su obra "Resurrección" (1899), también plasmó el abuso de poder y la seducción de una joven de clase baja; pero de este libro ya os hablaré más adelante.
Hay otro detalle que tampoco debemos olvidar mencionar en este punto y es en referencia al escenario.
  • Galdós a lo largo de toda la narración no solo retratará al detalle el Madrid más castizo, sino que también  profundizará en cada uno de los personajes haciendo un alarde de maestría brillante. Nadie fue, ni ha sido capaz de retratar con tal precisión hasta el día de hoy, a esa ciudad, incluida sus gentes, que acogió al autor como a un hijo adoptivo. Don Benito, a su vez, honró a la capital y la agasajó en todas sus obras, creando una visión de ella muy romántica, podríamos decir que única, porque Madrid va mucho más allá de ser un escenario, se convierte, en este caso junto a Fortunata en el personaje principal.
El libro se divide en cuatro partes, y la primera, por aquello de presentar en profundidad a los personajes, es la más extensa.
En ella vamos a ver una descripción muy completa de todos ellos, incluidos los secundarios que son más de cien... y también vamos a observar en profundidad al gran testigo silencioso, a ese que acabo de mencionar, la ciudad de Madrid que empezaba a erigirse como urbe moderna, un personaje omnipresente que permanecerá inalterable ante el Drama.
De ese modo vamos a conocer a Juanito Santa Cruz, una especie de D. Juan burgués, y por supuesto a la protagonista indiscutible, Fortunata y a su antagonista, Jacinta.

Fortunata y Jacinta son dos personajes estereotipados, pero eso no los convierte en poco interesantes porque son un fiel reflejo de la sociedad de la época.

Jacinta representa al "ángel del hogar".
Una mujer dulce y sacrificada, sin deseos ni opiniones propias, manejable y siempre dispuesta a secundar lo que el marido manda.
En ella vemos como el autor retrata "la cultura del adorno": una mujer de clase burguesa instruida para entretener.
Galdós la permite cierta libertad para enfrentarse "moderadamente" a su marido,  aunque ese enfrentamiento engañoso y manipulado tenga los minutos contados, y es que Jacinta a pesar de contar con esa ligera licencia no va a hacer uso de ella porque no estaría bien visto.

Fortunata, por el contrario, representa a la mujer de condición más baja, sin educación.
No está preparada para vivir libre sin depender de un hombre, a pesar de sus ansias de libertad; tampoco es que Jacinta lo esté, pero esa misma situación se agrava en Fortunata por su dependencia económica.
Fortunata se arroja en brazos de su amante y supuesto protector una y otra vez, se deja guiar por el amor más que por el juicio, y lógicamente termina cayendo.

En las obras de Galdós, las que denominó como Novelas españolas contemporáneas, puede apreciarse una especie de castigo autorial en el destino de las protagonistas.
Tristana y/o Fortunata, son solo una parte de esas mujeres a las que el autor permite elegir y alzar la voz; son mujeres valientes y decididas a las que concede una cierta libertad, pero al final de la narración el autor canario se deja llevar por la moralidad de la época y da un correctivo trágico a las protagonistas. Nos muestra y con ello a sus contemporáneos, que las mujeres tienen derecho a tomar sus propias decisiones, las hace visibles, pero también deja constancia de que su momento no ha llegado.
Como os indiqué en la reseña de Tristana, el no tenía la llave para abrir las jaulas en las que las mujeres estaban contenidas.
También parece que el argumento no se libra del propósito moralizador que vemos reflejado en el fin dramático de varios de sus personajes, pero este tema lo dejo en manos de los expertos. Yo quiero ver más bien, esa libertad contenida aún por llegar, o el castigo autorial tal y como Doña Emilia Pardo Bazán lo veía y como se lo hizo ver en su correspondencia.

Os recomiendo cualquier libro de Galdós, ya que este fue un gran observador de su tiempo y sus novelas un fiel reflejo de la vida y de la forma de pensar.
En cada una de sus historias nos ofrece un amplio cuadro costumbrista, muy completo y conmovedor, al centrar su obra en la vida de las clases más bajas, quizás y digo quizás, nos acerca a una visión que comparativamente con nuestro tiempo podemos ver como algo pesimista, sin embargo hay que tener en cuenta la epoca y circustancias de la misma, es puro realismo.

Lo que me gusta de este autor y que puede convenceros a los indecisos para leer alguna de sus obras, es el detalle a la hora de construir los personajes, como os he mencionado hay más de cien secundarios. Todos ellos sorprenden por la profundidad psicológica y algo que nunca olvida el escritor en sus novelas, es adaptar el lenguaje de cada uno de ellos a la situación y a su indiosincrasia, por lo que nos acerca un poquito más con sus historias a la época en que vivió.


miércoles, 11 de marzo de 2020

Asesinato en Charlton Crescent de Annie Haynes

Sinopsis:

Lady Anne Daventry sospecha que alguien de su círculo más cercano quiere asesinarla y, aunque a Bruce Cardyn, un detective privado que se hace pasar por su nuevo secretario, sus peores presagios se ven cumplidos, lo que obliga a intervenir a Scotland Yard en la persona del inspector Furnival. Secretos y codicias salpican al elenco de familiares y servidumbre, pues todos los presentes en la mansión han tenido la oportunidad de cometer el crimen.
Todos son sospechosos, y el inspector Furnival deberá hacer uso de su pericia para resolver el crimen. Nos encontramos en un escenario cerrado con un grupo limitado de sospechosos, un planteamiento que puede recordar a obras posteriores como Diez Negritos (1939) o Cartas sobre la mesa (1936), dos de las inolvidables novelas de Agatha Christie.

Opinión:

Hoy vengo a hablaros de una novela de Annie Haynes, una autora que si Agatha Christie llevó el sobrenombre de "La gran dama del misterio" a esta deberíamos conocerla como "La dama misteriosa del crimen".
Annie Haynes es una autora muy poco conocida pero que además tiene una curiosidad y es que se la considera como la principal rival literaria de Christie.
Esta escritora publicó alrededor de 12 novelas de misterio y la última, que quedó inacabada por su pronto fallecimiento, fue terminada por "una de las amigas de Haynes", rumoreándose que pudieron ser o bien Agatha Christie o Dorothy L. Sayers.
La obra de esta escritora permanecía, hasta el momento, inédita en castellano, pero según he leído la editorial dÉpoca se ha propuesto ir rescatando poco a poco sus novelas, historias que si resultan igual de atrayentes que esta pueden ser como un soplo de aire fresco para los amantes de la novela policíaca, concretamente la escrita en el periodo de entre guerras.

Asesinato en Charlton Crescent (1926), es un clásico whodunit que se enmarca dentro de la Golden Age, edad de oro de la novela de detectives, y en ella los familiares y servidumbre de Lady Anne Aventry se convierten en sospechosos; todos ellos han tenido oportunidad para cometer el crimen y motivos, ya que la citada señora no es santo de la devoción de cuantos la rodean.

La trama, como bien nos indican en la sinopsis, puede recordarnos a novelas como Diez negritos, por el escenario cerrado donde sucede el crimen, pero hay algunas diferencias como ahora veréis.

La novela se lee de forma muy fluida y sencilla, porque el escaso número de personajes no entorpece la comprensión de la trama que, por otro lado, resulta muy cuidada y elaborada.

Los amantes de la obra de Agatha Christie estamos acostumbrados a una introducción algo más extensa, sección que se aprovecha para la presentación de los personajes, pero en esta narración sorprende precisamente el desarrollo breve de ese apartado; la acción comienza prácticamente desde las primeras páginas.

Otro detalle que encuentro que diferencia la obra de Annie Haynes de la de Agatha Christie es que esta autora profundiza más en los personajes, y esa profundidad los vuelve más cercanos al lector.

La elaboración del crimen también me ha resultado más compleja; la historia comienza con la sospecha sobre un posible y futuro asesinato pero según vayamos descubriendo nuevas pistas, nuevos misterios irán complicando la trama, y es que, para esa construcción argumental, Annie Haynes se valió de su curiosidad, ya que desde muy joven estuvo interesada por el crimen y la psicología criminal, convirtiéndola en una detective aficionada que visitaba las escenas de los lugares donde se habían cometido asesinatos.

La historia no tiene trampas y el final, bien explicado, resulta coherente y sin dejar detalles en manos del azar. Todas las pistan están expuestas y el lector debe interpretarlas de forma adecuada. Debo decir que volví a fallar estrepitosamente a la hora de descubrir al asesino y sus motivos.

Otra cosilla que me ha gustado es que Annie Haynes mete en el mismo saco tanto a la clase alta como a la baja; herederos, criados, secretarios, todos ellos pasan a formar parte del elenco de sospechosos y también del elenco encargado de despistarnos e ir enredando la trama.


martes, 3 de marzo de 2020

La solterona de Edith Wharton

Sinopsis:

Edith Wharton firma una nouvelle magistral, que explota la que fuera una de sus obsesiones recurrentes: las opciones de la mujer de su tiempo y estatus en la tramoya social que la coarta.

En 1850 la alta burguesía neoyorquina disfruta de una desentendida prosperidad.
Delia, «reina» del endogámico clan de los Ralston, ultima los detalles de su vestuario para brillar en el acontecimiento social del año: el enlace de su prima Charlotte Lovell con Joe Ralston, que además sellará una alianza entre las dos familias hegemónicas de Nueva York.
Cuando nada parece poder desbaratar tan idílico porvenir, una desquiciada Charlotte irrumpe en casa de Delia para desvelarle un secreto que alterará para siempre la placidez de sus vidas y que, de saberse, tumbaría los códigos éticos de los que ambas se han venido nutriendo. Los destinos de Charlotte y Delia quedan trágicamente atados bajo la inviolabilidad del secreto que comparten, consolidándose entre ambas una tormentosa relación en la que convergerán los celos, la compasión, el amor filial y la suspicacia.

Opinión:

Esta es mi primera incursión en la obra de Edith Wharton, aunque debo reconocer que lleva reposando en mi estantería, pendiente de leer desde hace mucho tiempo "La edad de la inocencia", obra con la que obtuvo el Pulitzer en 1921.
En esta novela, muy breve por cierto, Edith Wharton nos plantea cuestiones que ya hemos visto reflejadas en la literatura infinidad de veces, por ejemplo en Ana Karenina: El destino de la mujer cuando esta pierde la honra; la doble moral de la sociedad, tan permisiva con los hombres y que en cambio castiga el mismo pecado en las mujeres; y esa pasividad y sumisión de ellas ante los hechos, que intentan por encima de todo mantenerlo oculto. Todo esto, la autora lo narra haciendo gala de una serenidad que enmudece, eso sí, sin dejar en ningún momento de lado la ironía, ya que el centro de su crítica apunta hacia la alta burguesía, de la cual ella formó parte.

Esta narración entra dentro de la denominada "Old New York" (Vieja Nueva York), una colección de cuatro novelas de la autora que gira en torno a la clase alta de esa ciudad; el desarrollo de esas historias se moverá entre las décadas de 1840, 1850, 1860 y 1870.
Las novelas no tienen relación entre sí, aunque algunos personajes reinciden apareciendo en varias de ellas, lo que sí comparten es el tono crítico hacia esas familias de la rancia Nueva York.
Los relatos que componen esta colección son: La casa de la alegría (1905), Las costumbres nacionales (1913), La edad de la inocencia (1920) y La solterona (1921).

Lo que vamos a encontrarnos en esta obra, al margen de la crítica social, es una prosa delicada y cuidada con esmero que se reparte por igual a lo largo de los once capítulos que forman las dos partes de la historia.
El desarrollo de la trama es muy rápido pero no omite detalles a pesar de las elipsis sembradas a lo largo del relato. Esos silencios en manos de los personajes se convierten en palabras no dichas pero que todos pensamos.
Edith Wharton también prescinde prácticamente de la introducción que queda reducida a un par de páginas.

La trama gira por completo alrededor de dos personajes femeninos, Delia Ralston y su prima Charlotte Lovell. No hay amplios diálogos entre ellas, como digo predominan las elipsis, pero sus poses, sus gestos, rellenan todos esos vacíos en los diálogos.
Quizás, lo que más destaca en toda la narración es que a pesar de esa brevedad en que relata los hechos, no queda ni un solo detalle al vuelo ni en manos de la imaginación del lector; todo, absolutamente todo es contando, consiguiendo profundizar en la psicología de los personajes y mostrándonos como son tanto en la intimidad como en su trato con la sociedad.
El detalle que más me ha gustado es la dicotomía del personaje de Delia Ralston, Lovell de soltera. La Delia Lovell se mueve por los anhelos del pasado, por la ilusión, el amor, y en cambio cuando impera el apellido Ralston la hace regirse por los códigos morales, por las apariencias. Un rol cambiante que asume con total normalidad y que influye por momentos en los lectores, en ocasiones la odiamos y cinco minutos después la adoramos.

Para terminar os diré que esta ha sido una novela muy breve pero de lectura muy interesante y ha abierto las puertas de entrada a la obra de Edith Wharton en este blog.



martes, 25 de febrero de 2020

Olalla de R. L. Stevenson

Sinopsis:

Un oficial escocés herido en combate y que necesitará un largo período de convalecencia accede a convertirse en el huésped de una familia que vive en un gran caserón fortificado en las montañas.
Según lo que le han dicho, en la casa, muy deteriorada por el tiempo, solo viven los últimos descendientes de esta saga venida a menos: una madre con sus dos hijos, Felipe y Olalla.
Pero antes de entrar en la fortificación, el oficial tendrá que aceptar una condición previa: renunciar a mantener cualquier tipo de contacto con los miembros de la familia.

Opinión:

Hace tiempo que tenía este relato breve pendiente de leer y gracias al reto de lectura "Todos los clásicos grandes y pequeños", organizado desde la página de "Las inquilinas de Netherfield" para este año 2020, he visto como esta breve lectura terminaba haciéndose realidad al ajustarse a otra de sus premisas, la de un clásico con 200 páginas o menos.

Olalla es un relato escrito por Robert Louis Stevenson en 1897 y que fue publicado como parte de una colección de historias fantásticas en 1897. Esta narración breve fue escrita antes de la publicación de la historia que le haría mundialmente famoso: "El extraño caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hyde" y suele estar catalogada como relato gótico pero realmente pertenece a un subgénero llamado Shilling Shocker, donde el crimen y la violencia están muy presentes; en este subgénero también se catalogaría el extraño caso del Dr. Jeckyll.

El Shilling Shocker eran libros de bolsillo muy populares en la Inglaterra victoriana que solían venderse por entregas y cuyos temas incluían bastante violencia y crímenes; estos libritos eran vendidos por un chelín, por eso se les dio ese término.

Olalla mantiene un excelente ritmo narrativo a lo largo del relato y además consigue que el suspense dure hasta el final. Lo más curioso de esta historia es que tiene un tono narrativo muy similar al que encontramos posteriormente en la novela de Drácula de Bram Stoker.
En la historia de Stoker tenemos a un joven que viaja a Transilvania para cerrar un negocio y allí es recogido por un siniestro carruaje que le llevará a un castillo en ruinas, el único contacto será el conde.
Aquí sucede algo parecido, un joven oficial escocés herido en España en las guerras napoleónicas, es aconsejado para que vaya a reposar a un antiguo caserón ubicado en una zona desolada. Sus únicos habitantes son una madre con dos hijos, y la primera condición es que ellos le atenderán pero sin tener ningún tipo de contacto ni relación con él.

Es un relato bastante interesante por el juego narrativo que nos ofrece, ya que no llega a ser una novela absolutamente de terror, más bien es una historia donde el autor nos sugestiona mezclando un montón de elementos.
Los ambientes y escenarios descritos ya aportan el suficiente toque misterioso y siniestro para mantenernos intrigados, pero Stevenson lo intensifica, más aún, haciendo uso del recurso de la climatología adversa y manejándonos a su antojo al enfrentar el tema sobrenatural a la lógica y el bien al mal. Otro detalle que acentúa ese misterio son los personajes, sobre todo su comportamiento y las elipsis que se generan a su alrededor.

Una narración breve muy interesante.