Sinopsis:
Las biografías de las principales mujeres que han intervenido, de un modo u otro, en la historia de España. Mujeres que se esforzaron en ser ellas mismas y en desarrollar sus capacidades en un mundo de hombres, en una época en que sólo se las reconocía como individuos en el ámbito del hogar como esposas, madres y educadoras.
Más de 50 historias que recogen, entre otras, a pintoras, escritoras, soldados, almirantes, aventureras, monjas, místicas, damas ilustradas, mecenas, pensadoras, precursoras del feminismo y gobernadoras.
Un libro de historia, una crónica en clave femenina, un decálogo de damas que inspiran con sus logros y su protagonismo en un mundo gobernado por el hombre.
Opinión:
Si consultamos manuales de historia o de literatura, por pone algún ejemplo, siempre veremos que las mujeres han sido relegadas a un segundo término; y ya, si nos remontamos a antes del siglo XVII, habría que rebuscar mucho para encontrar a una mujer que fuese realmente visible.
Es cierto que siempre hubo mujeres que destacaron, que lograron romper las reglas impuestas y que con el paso del tiempo, aunque muchas de ellas fueron omitidas en los libros, resultó imposible silenciarlas de la historia.
Así, hemos conseguido rescatar del olvido los escritos de Enheduanna (s. XXIII a.C. Mesopotamia), de Safo de Lesbos (s.VII a.C, Grecia) o de Hildegarda de Bingen y/o de Murasaki Shikibu en el s. XI d.C en Alemania y Japón, respectivamente.
Pero si nos centramos en el estudio de mujeres españolas, lo cierto es que la cosa comienza a complicarse.
Podemos encontrar a Egeria (s. IV d.C) o a María de Zayas (s. XVI d.C), por citar a un par, pero hay que hacer una puntualización, todas las mujeres que he citado tanto españolas como extranjeras, tienen algo en común, son escritoras.
La mujer accedió a ese arte antes que a otras actividades, el motivo es sencillo, para escribir la mujer no necesitaba de ningún título académico ni de conocimientos especializados, bastaba con plasmar sobre el papel sus incómodas opiniones, luego lo de sacarlas a la luz era otro cantar.
Y ahora llega la gran pregunta...
¿Qué ocurrió con el resto de mujeres que intentaban sobresalir en otras facetas?
Pues simplemente que o fueron ignoradas o aparecieron como manchas difusas siempre a la sombra de un varón.
Eramos consideradas débiles, influenciables e irracionales, por lo tanto nuestra opinión no era tenida en consideración, estábamos sometidas a la eterna custodia masculina, lo que nos convertía en perpetuas menores de edad.
Por suerte como he dicho, hubo mujeres que osaron romper esos estereotipos impuestos, y este libro del que hoy os hablo, narra la vida de algunas de esas valientes.
Otra matización, es que la gran mayoría de esas biografías, no os sorprenderá, pertenecen a mujeres de clase noble, con lo cual también acertamos al decir que incluso dentro del género femenino, hubo algunas que disfrutaron de mayores privilegios.
En esta obra, vamos a conocer a algunas de esas mujeres creadoras, místicas, damas ilustradas y mujeres de acción; todas ellas forman parte de la historia de España, y estoy segura que algunos detalles de sus vidas os sorprenderán.
Tal y como se explica en la introducción, se ha prescindido pero no olvidado, de muchas mujeres cuyas vidas son de sobra muy conocidas, como Santa Teresa de Jesús, y en cambio se ha optado por dar prioridad a otras cuyas biografías pueden resultar menos accesibles pero igual de relevantes.
De esta forma, vamos a pasearnos, por sus páginas, de la mano de mujeres como:
Doña Leonor López de Córdoba que terminó, por avatares del destino, con el reino en sus manos, ya que fue la primera mujer con el cargo de Valida y también consiguió escribir sus memorias, las primeras en lengua española.
La condesa de Bureta, María de la Consolación Azlor, ilustrada audaz en cuyas tertulias literarias se forjó el levantamiento de la ciudad de Zaragoza en 1808, contra los franceses.
Doña Catalina Erauso, más conocida como la monja alférez.
La condesa de Vilches, cuyo cuadro adorna la portada de este libro, retrato pintado por Madrazo y que puede contemplarse en el Museo del Prado.
La duquesa de Osuna, una de las principales mecenas de Goya y que mantuvo uno de los salones literarios más importantes de Madrid.
La doctora de Alcalá, primera mujer con el título de Doctor y la dignidad de académico de la lengua, que en una época en que las mujeres tenían prohibida su entrada en las universidades, logró examinarse en 1785, gracias a una Real Orden de Carlos III.
Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal, Gertrudis Gómez de Avellaneda... son otras de las que también harán acto de aparición.
Pero también debo decir, que he echado de menos a otras mujeres cuyas vidas, a mí personalmente, me parecen muy interesantes y no estaría de más recordarlas, como:
Beatriz Galindo, más conocida como La latina, que no solo dio nombre a un barrio de Madrid, sino que ejerció de preceptora de los hijos de los reyes Católicos, o su contemporánea Luisa de Medrano (s. XV), que llegó a impartir clases en la universidad de Salamanca, sustituyendo al catedrático Antonio de Nebrija, autor de la primera gramática castellana.
María de Zayas, una de las primeras feministas o a otro personaje que no puedo olvidar mencionar, aunque es muy poco conocido, María Rafols Bruna, más conocida como la madre Rafols, una monja que se convirtió en heroína de los sitios de Zaragoza.
Esto solo indica una cosa...
que son todas las que están, pero no están todas las que son, y tenemos que seguir trabajando para rescatarlas del olvido y que ocupen el lugar en la historia que las corresponde.
Creo que esta obra es muy interesante, recoge las biografías breves de grandes damas de nuestro pasado, una sorprendente colección de historias que deberíamos conocer.
Mujeres que consiguieron sobresalir en un mundo de hombres, sin hacer alarde de su femineidad, ni presumiendo de sus capacidades.
La forma de narrar me ha parecido muy amena y didáctica, resaltando solamente los datos más significativos de esas vidas, y por su brevedad también destaco que su lectura se vuelve muy dinámica.
Para terminar os diré que la historia de las mujeres ha sido la historia de la invisibilidad, y es una pena que nos hayamos perdido la oportunidad de leer, ver las obras o conocer los hechos que se esconden detrás de mujeres valientes que desaparecieron de las crónicas, y cuyas vidas no hemos tenido la oportunidad de conocer.
Mujeres que han sido borradas de la esfera pública.
Muchas de ellas tuvieron que aprender a convivir con ese ostracismo al que se veían empujadas y otras en cambio, se vieron obligadas a adoptar modelos masculinos, para sobrevivir, perdiendo parte de su identidad.
Eso hay que cambiarlo, nos queda mucho por hacer, esas mujeres tan solo son como gotas de agua de un inmenso mar, y suponen un buen modelo a seguir, porque demuestran que incluso ante la adversidad contaron con un criterio propio.
Espacio sobre libros y opiniones, difusión y fomento de la lectura. El lugar donde los libros son los protagonistas.
martes, 18 de diciembre de 2018
viernes, 14 de diciembre de 2018
Calígula de Simon Turney
Sinopsis:
Cuando el moribundo Tiberius confía en la familia de Calígula la sucesión del imperio con el fin de restaurar el orden, el destino de Roma cambia y aparece uno de los tiranos más infames de la historia, Calígula.
Pero ¿era Calígula realmente un monstruo?
Olvídate de todo lo que crees saber y deja que sea Livilla, la hermana pequeña y confidente del emperador, quien te cuente qué es lo que realmente pasó: cómo su querido hermano se convirtió en el hombre más poderoso de la tierra y cómo, con mentiras, asesinatos y traiciones, Roma cambió para siempre… El primer volumen de una nueva serie sobre los emperadores malditos de Roma, aquellos que fueron borrados de la historia.
Una novela magistral que muestra a Calígula como nunca te lo habían contado.
Opinión:
Todos hemos oído hablar en más de una ocasión de Calígula, un emperador que dejó su huella en la historia por la maldad e irracionalidad con la que sembró su corto gobierno.
Por eso me ha resultado interesante esta novela, porque según se nos indica en la sinopsis, Calígula marcó un antes y un después en el Imperio Romano y se supone que esta obra rellena los vacíos que podemos tener sobre ese personaje.
Simon Turney nos ofrece una nueva visión sobre la figura de Cayo, a través de la narración de la que se convertiría en su mayor confidente, su hermana Julia Livila.
Este autor hace gala de una excelente prosa, la narración es muy amena y dinámica, hace que las páginas vuelen literalmente en nuestras manos.
Siembra el relato de tensión, gracias a las anécdotas y curiosidades que se relatan, eso sí, sin dejar de lado los datos históricos, donde podremos apreciar las largas horas empleadas en documentarse.
Esa práctica, adoptada de los griegos y que hoy conocemos como Damnatio Memoriae, en época del Imperio era conocida por otro nombre, Abolitio Nominis, y consistía en borrar el nombre e imágenes de cualquier inscripción pública que la tuviese, incluida la moneda.
De esa forma se negaba al emperador su ascenso al cielo, en otras palabras... se le negaba la divinidad, al tiempo que se le borraba de la historia.
Lo cierto es que solo tres emperadores sufrieron el Damnatio Memoriae de modo oficial, es decir, por aclamación popular y aprobación del Senado.
Esos tres emperadores fueron Domiciano, Publio Septimio Geta y Maximiliano; Calígula, nuestro protagonista, la sufrió de una forma más leve, ya que aunque obtuvo la aprobación oficial por aclamación popular unánime, no la obtuvo del Senado.
Calígula, será quien tome el relevo de Tiberio, y se convierte no solo en el protagonista de esta novela, sino también en el hombre más poderoso de la tierra, eso sí, sosteniendo su Imperio sobre mentiras y asesinatos, y es que según el relato que nos hace llegar Livila, Calígula se caracterizará por ser un hombre de genio vivo y emociones intensas.
Ella va a ser quien nos guíe a lo largo de ese mandato de terror que tomó el relevo a otro no mucho mejor, el de Tiberio.
Livila nos relatará desde su papel de narrador testigo, los hechos en primera persona y de forma lineal, e intentará ofrecernos una imagen nueva, más humana y poco conocida de su hermano Cayo.
Aun así, hay que mencionar los pros y contras de esta cronista...
Livila nos va a ofrecer en todo momento su punto de vista, que sumado al grado de parentesco, a la proximidad de los dos personajes, hace que dudemos en algunos momentos de la fiabilidad del relato.
El lado bueno de este narrador, es que siempre será más neutral la versión de Livila que la del propio Calígula, si él fuese el encargado de guiarnos por su propia historia, ya que seguramente omitiría, de forma consciente, su comportamiento errático.
Lo otro que me ha gustado de esta elección, en la que coinciden el autor y Calígula, es dar más derechos a Livila.
Turney la dota de voz propia a la hora de narrar, nos muestra que es una mujer culta y prudente, digna de desempeñar ese papel, aunque ella no logre alcanzar el papel de protagonista absoluta ya que Calígula será el personaje omnipresente a lo largo de la obra.
Y en lo que respecta a Calígula, no solo decidió convertir a su hermana en consejera y confidente, rompiendo los esquemas de una sociedad patriarcal, sino que también concedió más libertad y derechos a las mujeres de la familia imperial. De esta forma ellas fueron las primeras en poder asistir a las reuniones del Senado e incluso sentarse junto a él, en el palco imperial. Algo que hasta el momento, ninguna mujer habría pensado.
Siguiendo con los personajes... sabemos que el protagonista indiscutible es Calígula y en segundo término Livila; el resto son incidentales, no van a contar con una presencia permanente en el relato. Irán entrando y saliendo de escena, aunque eso sí, algunos haciendo bastante ruido.
Esta versión que nos ofrece Simon Turney, difiere, a la hora de narrar algunos hechos, con la que nos han ofrecido hasta el momento otros historiadores.
Rompiendo una lanza en su favor hay que decir, que esas otras versiones, muchas veces proceden de crónicas o textos que se hicieron en la antigüedad, por individuos con ideas contrarias a Calígula, e incluso por personajes que vivieron siglos después, y que lógicamente no pudieron estar presentes en el momento de los hechos.
El boca a boca e incluso las malas lenguas, que ya existían en la época clásica, actuaban de la misma forma que las actuales fake news.
Como en toda historia, siempre existen dos versiones, la de los vencedores y la de los vencidos, lo que ocurre es que la mayoría de las veces, por no decir todas, la voz de estos últimos siempre queda eclipsada o silenciada.
El autor de este libro nos ofrece una de esas versiones, la que él considera que se ajusta más a la realidad; lo cierto es que el estudio de la historia antigua, solo puede realizarse sobre los restos arqueológicos y epigráficos, y claro está, en los documentos que se conserven de los testigos de la época, aunque como he citado hace un momento, esos testigos puedan estar condicionados o bien encantados de manipular la verdad.
Esto que acabo de citar, la imposibilidad de conocer los hechos de forma fehaciente, es quizás el único pero que podemos ponerle a la novela.
Nadie va a negar a estas alturas que este emperador fue un monstruo, pero los acontecimientos que le persiguieron desde su infancia nos hacen verlo de una forma más amable.
Quizás, si su vida no hubiese estado marcada por hechos tan funestos, solo habría sigo alguien de mal carácter, desconfiado, mordaz y de comportamiento impredecible.
Creo que la muerte que le persiguió desde niño, le marcó y le empujó a convertirse en ese monstruo, quizás en eso consista el instinto de supervivencia.
El problema de Calígula fue que hizo un mal uso del poder, no encontró el límite en sus actos, y en el momento en que ese instinto de supervivencia daba el primer aviso, Calígula cortaba el asunto de raíz, quitando de en medio al sujeto molesto.
En resumidas cuentas, cada vez que le hervía la sangre, derramaba la de otros.
Y así, poco a poco hemos llegado al final de este comentario...
Todos conocemos el fin de Calígula:
Adoptó a su hermana como consejera, pero en su última etapa de gobierno prescindió de su racionalidad y se dejó confundir... eso me lleva a parafrasear a Mary Beard, una gran especialista en estudios clásicos, que en su día dijo:
Se puede decir más alto, pero no más claro.
Cuando el moribundo Tiberius confía en la familia de Calígula la sucesión del imperio con el fin de restaurar el orden, el destino de Roma cambia y aparece uno de los tiranos más infames de la historia, Calígula.
Pero ¿era Calígula realmente un monstruo?
Olvídate de todo lo que crees saber y deja que sea Livilla, la hermana pequeña y confidente del emperador, quien te cuente qué es lo que realmente pasó: cómo su querido hermano se convirtió en el hombre más poderoso de la tierra y cómo, con mentiras, asesinatos y traiciones, Roma cambió para siempre… El primer volumen de una nueva serie sobre los emperadores malditos de Roma, aquellos que fueron borrados de la historia.
Una novela magistral que muestra a Calígula como nunca te lo habían contado.
Opinión:
Todos hemos oído hablar en más de una ocasión de Calígula, un emperador que dejó su huella en la historia por la maldad e irracionalidad con la que sembró su corto gobierno.
Por eso me ha resultado interesante esta novela, porque según se nos indica en la sinopsis, Calígula marcó un antes y un después en el Imperio Romano y se supone que esta obra rellena los vacíos que podemos tener sobre ese personaje.
Simon Turney nos ofrece una nueva visión sobre la figura de Cayo, a través de la narración de la que se convertiría en su mayor confidente, su hermana Julia Livila.
Este autor hace gala de una excelente prosa, la narración es muy amena y dinámica, hace que las páginas vuelen literalmente en nuestras manos.
Siembra el relato de tensión, gracias a las anécdotas y curiosidades que se relatan, eso sí, sin dejar de lado los datos históricos, donde podremos apreciar las largas horas empleadas en documentarse.
Damnatio Memoriae o Abolitio Nominis
Este libro es el primero de una serie sobre los emperadores malditos de roma, aquellos que serían borrados de la historia mediante una práctica que consistía en condenar el recuerdo del que consideraban enemigo del Estado.Esa práctica, adoptada de los griegos y que hoy conocemos como Damnatio Memoriae, en época del Imperio era conocida por otro nombre, Abolitio Nominis, y consistía en borrar el nombre e imágenes de cualquier inscripción pública que la tuviese, incluida la moneda.
De esa forma se negaba al emperador su ascenso al cielo, en otras palabras... se le negaba la divinidad, al tiempo que se le borraba de la historia.
Lo cierto es que solo tres emperadores sufrieron el Damnatio Memoriae de modo oficial, es decir, por aclamación popular y aprobación del Senado.
Esos tres emperadores fueron Domiciano, Publio Septimio Geta y Maximiliano; Calígula, nuestro protagonista, la sufrió de una forma más leve, ya que aunque obtuvo la aprobación oficial por aclamación popular unánime, no la obtuvo del Senado.
Pero hagamos memoria...
Nos encontramos en la primera fase de la época imperial, cuando el poder político de Roma recaía en las manos de una única persona, el emperador. Esa etapa denominada como Alto imperio se había iniciado con el gobierno del primer emperador, Augusto y ve continuidad en sus herederos, que le irán sucediendo en el poder. De esta forma vamos a entrar en contacto, en mayor o menor grado, con Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón, aunque estos dos últimos, lo harán solo siendo mencionados al final.Calígula, será quien tome el relevo de Tiberio, y se convierte no solo en el protagonista de esta novela, sino también en el hombre más poderoso de la tierra, eso sí, sosteniendo su Imperio sobre mentiras y asesinatos, y es que según el relato que nos hace llegar Livila, Calígula se caracterizará por ser un hombre de genio vivo y emociones intensas.
Narradora. Rompiendo los esquemas de una sociedad patriarcal.
El narrador como ya he mencionado en los primeros párrafos es Julia Livila, hija de Germánico y hermana de Calígula.Ella va a ser quien nos guíe a lo largo de ese mandato de terror que tomó el relevo a otro no mucho mejor, el de Tiberio.
Livila nos relatará desde su papel de narrador testigo, los hechos en primera persona y de forma lineal, e intentará ofrecernos una imagen nueva, más humana y poco conocida de su hermano Cayo.
Aun así, hay que mencionar los pros y contras de esta cronista...
Livila nos va a ofrecer en todo momento su punto de vista, que sumado al grado de parentesco, a la proximidad de los dos personajes, hace que dudemos en algunos momentos de la fiabilidad del relato.
El lado bueno de este narrador, es que siempre será más neutral la versión de Livila que la del propio Calígula, si él fuese el encargado de guiarnos por su propia historia, ya que seguramente omitiría, de forma consciente, su comportamiento errático.
Lo otro que me ha gustado de esta elección, en la que coinciden el autor y Calígula, es dar más derechos a Livila.
Turney la dota de voz propia a la hora de narrar, nos muestra que es una mujer culta y prudente, digna de desempeñar ese papel, aunque ella no logre alcanzar el papel de protagonista absoluta ya que Calígula será el personaje omnipresente a lo largo de la obra.
Y en lo que respecta a Calígula, no solo decidió convertir a su hermana en consejera y confidente, rompiendo los esquemas de una sociedad patriarcal, sino que también concedió más libertad y derechos a las mujeres de la familia imperial. De esta forma ellas fueron las primeras en poder asistir a las reuniones del Senado e incluso sentarse junto a él, en el palco imperial. Algo que hasta el momento, ninguna mujer habría pensado.
Elenco protagonista.
Al principio puede parecernos una lectura un poco compleja, pero más que por el número de personajes es por la relación o parentesco existente entre ellos; ese ligero inconveniente se solventa de forma rápida ya que el autor adjunta un árbol genealógico en las primeras páginas.Siguiendo con los personajes... sabemos que el protagonista indiscutible es Calígula y en segundo término Livila; el resto son incidentales, no van a contar con una presencia permanente en el relato. Irán entrando y saliendo de escena, aunque eso sí, algunos haciendo bastante ruido.
Toda historia bien contada suscita una controversia.
Creo que este apartado es bastante importante y no podía olvidarme de mencionarlo.Esta versión que nos ofrece Simon Turney, difiere, a la hora de narrar algunos hechos, con la que nos han ofrecido hasta el momento otros historiadores.
Rompiendo una lanza en su favor hay que decir, que esas otras versiones, muchas veces proceden de crónicas o textos que se hicieron en la antigüedad, por individuos con ideas contrarias a Calígula, e incluso por personajes que vivieron siglos después, y que lógicamente no pudieron estar presentes en el momento de los hechos.
El boca a boca e incluso las malas lenguas, que ya existían en la época clásica, actuaban de la misma forma que las actuales fake news.
Como en toda historia, siempre existen dos versiones, la de los vencedores y la de los vencidos, lo que ocurre es que la mayoría de las veces, por no decir todas, la voz de estos últimos siempre queda eclipsada o silenciada.
El autor de este libro nos ofrece una de esas versiones, la que él considera que se ajusta más a la realidad; lo cierto es que el estudio de la historia antigua, solo puede realizarse sobre los restos arqueológicos y epigráficos, y claro está, en los documentos que se conserven de los testigos de la época, aunque como he citado hace un momento, esos testigos puedan estar condicionados o bien encantados de manipular la verdad.
Esto que acabo de citar, la imposibilidad de conocer los hechos de forma fehaciente, es quizás el único pero que podemos ponerle a la novela.
Terminando...
A mí esta novela me ha servido, como nos avisan en la sinopsis, para observar la figura de Calígula desde otra perspectiva.Nadie va a negar a estas alturas que este emperador fue un monstruo, pero los acontecimientos que le persiguieron desde su infancia nos hacen verlo de una forma más amable.
Quizás, si su vida no hubiese estado marcada por hechos tan funestos, solo habría sigo alguien de mal carácter, desconfiado, mordaz y de comportamiento impredecible.
Creo que la muerte que le persiguió desde niño, le marcó y le empujó a convertirse en ese monstruo, quizás en eso consista el instinto de supervivencia.
El problema de Calígula fue que hizo un mal uso del poder, no encontró el límite en sus actos, y en el momento en que ese instinto de supervivencia daba el primer aviso, Calígula cortaba el asunto de raíz, quitando de en medio al sujeto molesto.
En resumidas cuentas, cada vez que le hervía la sangre, derramaba la de otros.
Y así, poco a poco hemos llegado al final de este comentario...
Todos conocemos el fin de Calígula:
Adoptó a su hermana como consejera, pero en su última etapa de gobierno prescindió de su racionalidad y se dejó confundir... eso me lleva a parafrasear a Mary Beard, una gran especialista en estudios clásicos, que en su día dijo:
“Si los romanos hubiesen tenido más en consideración a las mujeres, aún conservarían su imperio”.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
martes, 11 de diciembre de 2018
La mujer de mi marido de Jane Corry
Sinopsis:
Cuando la abogada Lily se casa con Ed, está dispuesta a empezar de nuevo, a dejar los secretos de su pasado atrás. Pero en su primer caso criminal empieza a sentir cosas por su cliente, un hombre que ha sido acusado de asesinato, un hombre por el que pronto estará dispuesta a arriesgarlo todo.
Pero ¿es realmente inocente?
Un thriller con tantos giros que no podrás dejar de leer.
Un guilty pleasure que hará que te pases de parada.
Opinión:
Ya sabéis que hay novelas que nos captan totalmente por su resumen, aunque también he mencionado en más de una ocasión, que otras veces nos aventurarnos en su lectura un poco engañados por ellas.
De esta sinopsis en especial, me llamaron la atención dos detalles...
El primero es que en el resumen editorial nos mencionan que Lily, la protagonista, en su primer caso importante, comenzará a sentir algo por sus cliente y que llegado el momento, estará dispuesta a arriesgarlo todo...
Esa premisa me resultó bastante seductora, parecía que le daba un toque muy "negro". Creí leer entre líneas, que un personaje induciría a otro a cometer actos cuestionables, pero ese supuesto que vemos reflejado en el resumen editorial, o que yo malinterpreté, no se ajusta a la realidad del argumento.
Esto que acabo de mencionar, a simple vista, podría parecer que es algo negativo, pero no es así, ya que para mí ha actuado como una especie de Macguffin, una excusa argumental para motivarme a seguir leyendo, aunque luego resultase que tiene poca relevancia en la historia o no se ajusta a la realidad.
El segundo detalle que me intrigó era el término, guilty pleasure. La traducción sería algo así como "placer culpable", y es un término que he oído mucho últimamente, refiriéndose a música o como en este caso a libros.
Yo lo interpreto como que esta novela o los hechos que se narran en ella, me harán sentir bochorno, remordimientos o culpabilidad por disfrutar con el argumento...
Lo cierto, es que al tiempo que las primeras expectativas se desmoronaban, otras fueron surgiendo con fuerza y convirtiendo la historia en bastante interesante, pero nada que se asemeje a sentir culpabilidad o a avergonzarme, ni tan siquiera a sentir placer, porque la novela aunque es un buen thriller, tampoco es para tirar cohetes...
Supongo que esto es como todo, cuestión de gustos, y ese término de placer culpable habrá lectores que sí lo experimenten con este tipo de novelas, al igual que yo lo siento cuando leo algo del género de terror, con esas lecturas que me aportan un subidón de adrenalina pero que luego me arrepiento de haber leído porque me incomodan e incluso impiden conciliar el sueño...
Dicho esto, y tras este comienzo de la reseña un tanto abrupto, paso a mencionaros lo más destacable...
Como ya os he dicho, no nos encontramos ante una novela negra, pero sí con un thriller psicológico construido sobre muchas mentiras y secretos.
Una novela con mujeres como protagonistas, que bien podría estar catalogada dentro de ese nuevo género del domestic noir.
En esta novela no solo vamos a tener una trama, sino que varias subtramas irán dando forma y complementando la historia principal, con lo cual tenemos asegurado un montón de giros argumentales, y al mismo tiempo, cada una de ellas tendrá su tema oculto, como la infidelidad, la manipulación, las obsesiones, o los secretos y las mentiras... esto que para unos puede resultarnos interesante, entiendo que para otros pueda parecer que la autora intenta abarcar demasiados temas.
Nos vamos a encontrar por lo tanto con dos tramas argumentales principales que se irán solapando y varias subtramas incluidas dentro de ellas.
En la principal, conocemos a Lily, y será su voz en primera persona quien nos irá relatando los acontecimientos.
En la segunda trama entraremos en contacto con Carla, pero a diferencia del hilo principal, éste estará relatado por un narrador omnisciente.
El comienzo me resultó un poco lento y confuso, aunque reconozco que tras llegar a la página cuarenta, aproximadamente, me absorbió por completo.
Me olvidé de narradores, de la técnica, incluso de la introspección que al comienzo no me había llegado a convencer en el hilo principal..
Los personajes que al comienzo no me decían mucho, pasaron a parecerme interesantes, algunos de ellos resultan misteriosos y dotados con una psicología bastante compleja que torna imprevisibles sus siguientes pasos. Aquí habría que señalar que esta obra no cuenta con demasiados personajes, un detalle que facilita enormemente la lectura.
Lo cierto es que la novela sufre de algunos altibajos en el ritmo, pero como he dicho, los giros argumentales me hacen valorarla de forma más positiva. Es un thriller bastante interesante y a tener en cuenta si sois amantes de las novelas construidas sobre secretos y mentiras.
Cuando la abogada Lily se casa con Ed, está dispuesta a empezar de nuevo, a dejar los secretos de su pasado atrás. Pero en su primer caso criminal empieza a sentir cosas por su cliente, un hombre que ha sido acusado de asesinato, un hombre por el que pronto estará dispuesta a arriesgarlo todo.
Pero ¿es realmente inocente?
Un thriller con tantos giros que no podrás dejar de leer.
Un guilty pleasure que hará que te pases de parada.
Opinión:
Ya sabéis que hay novelas que nos captan totalmente por su resumen, aunque también he mencionado en más de una ocasión, que otras veces nos aventurarnos en su lectura un poco engañados por ellas.
De esta sinopsis en especial, me llamaron la atención dos detalles...
El primero es que en el resumen editorial nos mencionan que Lily, la protagonista, en su primer caso importante, comenzará a sentir algo por sus cliente y que llegado el momento, estará dispuesta a arriesgarlo todo...
Esa premisa me resultó bastante seductora, parecía que le daba un toque muy "negro". Creí leer entre líneas, que un personaje induciría a otro a cometer actos cuestionables, pero ese supuesto que vemos reflejado en el resumen editorial, o que yo malinterpreté, no se ajusta a la realidad del argumento.
Esto que acabo de mencionar, a simple vista, podría parecer que es algo negativo, pero no es así, ya que para mí ha actuado como una especie de Macguffin, una excusa argumental para motivarme a seguir leyendo, aunque luego resultase que tiene poca relevancia en la historia o no se ajusta a la realidad.
El segundo detalle que me intrigó era el término, guilty pleasure. La traducción sería algo así como "placer culpable", y es un término que he oído mucho últimamente, refiriéndose a música o como en este caso a libros.
Yo lo interpreto como que esta novela o los hechos que se narran en ella, me harán sentir bochorno, remordimientos o culpabilidad por disfrutar con el argumento...
Lo cierto, es que al tiempo que las primeras expectativas se desmoronaban, otras fueron surgiendo con fuerza y convirtiendo la historia en bastante interesante, pero nada que se asemeje a sentir culpabilidad o a avergonzarme, ni tan siquiera a sentir placer, porque la novela aunque es un buen thriller, tampoco es para tirar cohetes...
Supongo que esto es como todo, cuestión de gustos, y ese término de placer culpable habrá lectores que sí lo experimenten con este tipo de novelas, al igual que yo lo siento cuando leo algo del género de terror, con esas lecturas que me aportan un subidón de adrenalina pero que luego me arrepiento de haber leído porque me incomodan e incluso impiden conciliar el sueño...
Dicho esto, y tras este comienzo de la reseña un tanto abrupto, paso a mencionaros lo más destacable...
Como ya os he dicho, no nos encontramos ante una novela negra, pero sí con un thriller psicológico construido sobre muchas mentiras y secretos.
Una novela con mujeres como protagonistas, que bien podría estar catalogada dentro de ese nuevo género del domestic noir.
En esta novela no solo vamos a tener una trama, sino que varias subtramas irán dando forma y complementando la historia principal, con lo cual tenemos asegurado un montón de giros argumentales, y al mismo tiempo, cada una de ellas tendrá su tema oculto, como la infidelidad, la manipulación, las obsesiones, o los secretos y las mentiras... esto que para unos puede resultarnos interesante, entiendo que para otros pueda parecer que la autora intenta abarcar demasiados temas.
Nos vamos a encontrar por lo tanto con dos tramas argumentales principales que se irán solapando y varias subtramas incluidas dentro de ellas.
En la principal, conocemos a Lily, y será su voz en primera persona quien nos irá relatando los acontecimientos.
En la segunda trama entraremos en contacto con Carla, pero a diferencia del hilo principal, éste estará relatado por un narrador omnisciente.
El comienzo me resultó un poco lento y confuso, aunque reconozco que tras llegar a la página cuarenta, aproximadamente, me absorbió por completo.
Me olvidé de narradores, de la técnica, incluso de la introspección que al comienzo no me había llegado a convencer en el hilo principal..
Los personajes que al comienzo no me decían mucho, pasaron a parecerme interesantes, algunos de ellos resultan misteriosos y dotados con una psicología bastante compleja que torna imprevisibles sus siguientes pasos. Aquí habría que señalar que esta obra no cuenta con demasiados personajes, un detalle que facilita enormemente la lectura.
Lo cierto es que la novela sufre de algunos altibajos en el ritmo, pero como he dicho, los giros argumentales me hacen valorarla de forma más positiva. Es un thriller bastante interesante y a tener en cuenta si sois amantes de las novelas construidas sobre secretos y mentiras.
martes, 4 de diciembre de 2018
La caja vacía de Anabel Samani
Sinopsis:
La vida de Andrea ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Después de perder la vista en un accidente, su familia deja España para irse a vivir a Estados Unidos. Y Andrea sabe que ella es la razón de ese traslado.
En medio de una mudanza empañada por la nostalgia de todo lo que han abandonado, lo más emocionante para Andrea y su hermana Sara es el extraño y sangriento crimen que tuvo lugar en su nuevo hogar de Maine, una casa habitada por un gélido aire e impregnada de un inquietante aroma que solo Andrea es capaz de percibir.
Mientras intentan adaptarse a su nueva vida, gracias en parte a la amistad que entablan con Sam y Paul, los vecinos que viven al otro lado de la calle, Andrea y Sara se convertirán en el epicentro de una serie de macabros accidentes. Y pronto descubrirán que los antiguos propietarios dejaron en la casa algo más que el recuerdo de un siniestro suceso: en el desván, dentro de un embalaje procedente de Egipto, hay una pequeña y hermosa caja… vacía.
Con su primera novela, Anabel Samani, evoca el perfume de las clásicas historias de terror y misterio.
Opinión:
Cuando Anabel Samani, para mí siempre será Atalanta, nos contó que publicaba su primera novela, me dio una gran alegría.
Conocí a Atalanta hace algún tiempo, a través de su blog Un libro junto al fuego, y a lo largo de ese periodo, se ha convertido en una gran compañera con la que disfrutar de emocionantes lecturas.
Ahora como ya os he dicho, su horizonte literario se amplía con la publicación de su ópera prima, La caja vacía, y hoy toca comentaros lo que me ha parecido su primera incursión literaria.
Los que seguís con asiduidad mi blog sabéis que me gusta la novela histórica y de terror. Son unos géneros con los que disfruto muchísimo, a pesar de que quizás en los últimos tiempos, la novela clásica y el thriller han conseguido acaparar casi la totalidad de entradas de este blog.
Anabel Samani en esta obra incorpora elementos de los primeros géneros citados.
La historia antigua estará representada por el enigmático Egipto, con el gran misterio que arrastra esa civilización, y el terror nos llegará cargado de reminiscencias que nos recordarán no solo el estilo de escribir, sino también detalles de algunas obras del gran Stephen King, autor del que tanto Anabel como yo somos grandes aficionadas.
Os adelanto que Anabel con esa mezcla de géneros tan particular, va a conseguir la dicotomía perfecta.
Ya habéis leído la sinopsis, así que voy a pasar por ella de puntillas.
Con lo primero que nos vamos a encontrar es con un capítulo introductorio muy intenso y de final abrupto, que sirve para asentar las bases del argumento.
En ese capítulo inicial vamos a tener un primer contacto con uno de los grandes protagonistas de esta historia, La Caja.
A continuación, el relato avanza dando un salto pronunciado hacia adelante y nos metemos de lleno en el nudo de la narración.
Allí vamos a conocer al resto de personajes, centrándonos principalmente en la familia Montoya, una familia española que se debate entre la nostalgia por la vida que acaban de abandonar y la morbosa emoción que supone habitar una casa donde se cometió un siniestro y sangriento crimen.
Como veis en tan solo un par de capítulos, nos hemos dado de golpe con los primeros generadores de suspense o de intriga, unos elementos imprescindibles en las novelas de terror.
Pero no os vayáis a pensar que serán las únicas estrategias de tensión dramática que encontremos, porque si habéis prestado atención, en uno de los párrafos anteriores mencionaba, que uno de los principales focos de esta novela recaerá sobre la misteriosa civilización egipcia, y ese misterio se acentuará con los inquietantes escenarios que ya de por sí aporta la zona de Maine, que seguramente os sonará por ser la base de operaciones y la localización preferida del escritor Stephen King, cuya presencia se colará, inevitablemente, por cada una de las páginas de esta novela.
La autora consigue crear con esos escenarios una atmósfera angustiosa, que se sustentará sobre unos personajes muy bien construidos, muy cercanos y sobre todo con un comportamiento que reconoceremos como muy nuestro, logrando crear empatía con todos ellos desde el inicio de la lectura.
Pero no puedo olvidar mencionar en este apartado la trama, perfectamente elaborada y dinámica, con la dosis apropiada de suspense desde el comienzo como ya os he aventurado, y que irá cobrando intensidad hasta el final, por supuesto, sin dejar espacio para el vacío argumental.
Los siguientes generadores de intriga nos llegan de manos de los personajes, que van a ser otro de los pilares de esta novela.
La obra en sí, no cuenta con un elenco muy amplio de ellos, con lo cual se facilita la lectura.
Uno de los protagonistas va a ser Andrea. una joven con una minusvalía.
Esa minusvalía que en un principio debería convertirla en el sujeto más vulnerable, ante los acontecimientos de los que va a ser testigo, la autora lo utiliza para transformar a la joven en alguien más sensible y en el personaje que estará más alerta. Al contar con esa ventaja, se convierte en la más fuerte de la historia.
Andrea y su discapacidad, van a pasar a ocupar otro puesto destacado en la lista de generadores de intriga.
Y ahora ha tocado el turno de hablar de la casa...
Todo lo que rodea a ese nuevo hogar aparece cubierto de esa pátina misteriosa, pero la casa en sí, que podríamos pensar en un principio que se convertirá en un personaje más, omnipresente, no va a conseguir alcanzar ese estatus, ya que dentro de ella habita algo, un objeto que sí reñirá en protagonismo con Andrea.
Ese objeto del que os estoy hablando y que da título a la novela, mora en la oscuridad del desván, esperando... acechando con su presencia a los habitantes de la casa, y logrará captar nuestra atención desde el primer capítulo, cargando de tensión la trama.
Esa pieza cuenta con un gran aliado, inherente a su naturaleza, los cambios bruscos de temperatura, que intensificarán también las escenas avisando de un posible peligro; en una película esos efectos se realizarían de forma sencilla, se complementarían las escenas con la música, y en cambio aquí Anabel, lo logra haciendo uso de equilibradas descripciones, solo con el uso de la palabra escrita.
El resto de personajes, salvando estos dos ya citados, serán meramente ambientales, pero eso no es algo negativo, porque los personajes ambientales aunque carezcan de amplios diálogos, aunque tengan poca participación en los hechos, son imprescindibles para el desarrollo del argumento.
Ese elenco de secundarios, son los encargados de complementar la ambientación y sirven de apoyo en las acciones y diálogos de los protagonistas, sin ellos la historia no tendría sentido.
Otro de los generadores de los que os vengo hablando, nos va a llegar a través del narrador elegido.
Este cronista que vamos a encontrarnos, a través del cual iremos conociendo la historia, es un narrador en tercera persona muy interesante, porque se asemeja a uno omnisciente, ni juzga ni interfiere en los hechos, pero creo que otros matices de su comportamiento le alejan de las características propias de este último citado.
Esa voz es la de alguien cuyo radio de acción aparece más limitado. Actúa como un cámara que va siguiendo a los personajes, saltando de uno a otro, y que nos va contando lo que les sucede, lo que piensan, pero en el momento en que están en escena.
Es decir, si sigue a Sara, y esta está llamando a la puerta, solo podrá contarnos lo que sucede alrededor de ella, de ningún modo nos relatará lo que ocurre más allá, ni lo que hacen el resto de figurantes que no comparten su escenario.
Creo que la elección de este método de narrar es un buen acierto para las novelas de terror, porque no nos deja ver más allá del personaje de turno, no lo sabe todo, y eso amplifica la tensión, al desconocer cuál será el siguiente paso de los personajes o el acontecimiento que les golpeará.
Otro detalle que cabe destacar de este narrador, es que no solo seguirá a los personajes humanos, sino que también es capaz de meterse en la cabeza de otros seres, como será el caso de Halo, el perro de los vecinos. Un gran acierto, porque también en la literatura hay espacio para dar un poco de protagonismo a nuestros fieles animales de compañía.
Anabel reserva también un espacio en su novela para las anacronías.
A pesar de que la novela transcurre casi en su mayoría de forma lineal, también incorpora algún pequeño salto en el tiempo, para narrarnos hechos anteriores que van a complementar el hilo argumental de algún personaje y así solventar los posibles vacíos que se generarían si se prescindiese de esas restrospecciones.
Y ya para terminar lo haré hablando de los guiños...
Anabel ha llenado las páginas de esta novela, con guiños a otras obras y películas, algo para mí muy interesante y atractivo, ya que la lectura adoptará forma de juego, al tiempo que nos da la oportunidad de aprender más sobre los gustos de su autora.
De esa forma veremos guiños a "La princesa prometida", a "El exorcista", o a novelas de King tan famosas como son "El misterio de Salem's Lot", pero hay muchas más, y ahí está el reto... ¿Seréis capaces de dar con ellas?
Os recomiendo esta lectura a todos los amantes del género de terror o de suspense intenso. Os aseguro que no os va a defraudar, vais a encontrar una obra cuidada al detalle y con un argumento que os pondrá la piel de gallina, porque "La caja vacía", a pesar de la incongruencia, esconde mucho en su interior.
La vida de Andrea ha cambiado mucho en los últimos tiempos. Después de perder la vista en un accidente, su familia deja España para irse a vivir a Estados Unidos. Y Andrea sabe que ella es la razón de ese traslado.
En medio de una mudanza empañada por la nostalgia de todo lo que han abandonado, lo más emocionante para Andrea y su hermana Sara es el extraño y sangriento crimen que tuvo lugar en su nuevo hogar de Maine, una casa habitada por un gélido aire e impregnada de un inquietante aroma que solo Andrea es capaz de percibir.
Mientras intentan adaptarse a su nueva vida, gracias en parte a la amistad que entablan con Sam y Paul, los vecinos que viven al otro lado de la calle, Andrea y Sara se convertirán en el epicentro de una serie de macabros accidentes. Y pronto descubrirán que los antiguos propietarios dejaron en la casa algo más que el recuerdo de un siniestro suceso: en el desván, dentro de un embalaje procedente de Egipto, hay una pequeña y hermosa caja… vacía.
Con su primera novela, Anabel Samani, evoca el perfume de las clásicas historias de terror y misterio.
Opinión:
Cuando Anabel Samani, para mí siempre será Atalanta, nos contó que publicaba su primera novela, me dio una gran alegría.
Conocí a Atalanta hace algún tiempo, a través de su blog Un libro junto al fuego, y a lo largo de ese periodo, se ha convertido en una gran compañera con la que disfrutar de emocionantes lecturas.
Ahora como ya os he dicho, su horizonte literario se amplía con la publicación de su ópera prima, La caja vacía, y hoy toca comentaros lo que me ha parecido su primera incursión literaria.
Los que seguís con asiduidad mi blog sabéis que me gusta la novela histórica y de terror. Son unos géneros con los que disfruto muchísimo, a pesar de que quizás en los últimos tiempos, la novela clásica y el thriller han conseguido acaparar casi la totalidad de entradas de este blog.
Anabel Samani en esta obra incorpora elementos de los primeros géneros citados.
La historia antigua estará representada por el enigmático Egipto, con el gran misterio que arrastra esa civilización, y el terror nos llegará cargado de reminiscencias que nos recordarán no solo el estilo de escribir, sino también detalles de algunas obras del gran Stephen King, autor del que tanto Anabel como yo somos grandes aficionadas.
Os adelanto que Anabel con esa mezcla de géneros tan particular, va a conseguir la dicotomía perfecta.
Ya habéis leído la sinopsis, así que voy a pasar por ella de puntillas.
Con lo primero que nos vamos a encontrar es con un capítulo introductorio muy intenso y de final abrupto, que sirve para asentar las bases del argumento.
En ese capítulo inicial vamos a tener un primer contacto con uno de los grandes protagonistas de esta historia, La Caja.
A continuación, el relato avanza dando un salto pronunciado hacia adelante y nos metemos de lleno en el nudo de la narración.
Allí vamos a conocer al resto de personajes, centrándonos principalmente en la familia Montoya, una familia española que se debate entre la nostalgia por la vida que acaban de abandonar y la morbosa emoción que supone habitar una casa donde se cometió un siniestro y sangriento crimen.
Como veis en tan solo un par de capítulos, nos hemos dado de golpe con los primeros generadores de suspense o de intriga, unos elementos imprescindibles en las novelas de terror.
Pero no os vayáis a pensar que serán las únicas estrategias de tensión dramática que encontremos, porque si habéis prestado atención, en uno de los párrafos anteriores mencionaba, que uno de los principales focos de esta novela recaerá sobre la misteriosa civilización egipcia, y ese misterio se acentuará con los inquietantes escenarios que ya de por sí aporta la zona de Maine, que seguramente os sonará por ser la base de operaciones y la localización preferida del escritor Stephen King, cuya presencia se colará, inevitablemente, por cada una de las páginas de esta novela.
La autora consigue crear con esos escenarios una atmósfera angustiosa, que se sustentará sobre unos personajes muy bien construidos, muy cercanos y sobre todo con un comportamiento que reconoceremos como muy nuestro, logrando crear empatía con todos ellos desde el inicio de la lectura.
Pero no puedo olvidar mencionar en este apartado la trama, perfectamente elaborada y dinámica, con la dosis apropiada de suspense desde el comienzo como ya os he aventurado, y que irá cobrando intensidad hasta el final, por supuesto, sin dejar espacio para el vacío argumental.
Los siguientes generadores de intriga nos llegan de manos de los personajes, que van a ser otro de los pilares de esta novela.
La obra en sí, no cuenta con un elenco muy amplio de ellos, con lo cual se facilita la lectura.
Uno de los protagonistas va a ser Andrea. una joven con una minusvalía.
Esa minusvalía que en un principio debería convertirla en el sujeto más vulnerable, ante los acontecimientos de los que va a ser testigo, la autora lo utiliza para transformar a la joven en alguien más sensible y en el personaje que estará más alerta. Al contar con esa ventaja, se convierte en la más fuerte de la historia.
Andrea y su discapacidad, van a pasar a ocupar otro puesto destacado en la lista de generadores de intriga.
Y ahora ha tocado el turno de hablar de la casa...
Todo lo que rodea a ese nuevo hogar aparece cubierto de esa pátina misteriosa, pero la casa en sí, que podríamos pensar en un principio que se convertirá en un personaje más, omnipresente, no va a conseguir alcanzar ese estatus, ya que dentro de ella habita algo, un objeto que sí reñirá en protagonismo con Andrea.
Ese objeto del que os estoy hablando y que da título a la novela, mora en la oscuridad del desván, esperando... acechando con su presencia a los habitantes de la casa, y logrará captar nuestra atención desde el primer capítulo, cargando de tensión la trama.
Esa pieza cuenta con un gran aliado, inherente a su naturaleza, los cambios bruscos de temperatura, que intensificarán también las escenas avisando de un posible peligro; en una película esos efectos se realizarían de forma sencilla, se complementarían las escenas con la música, y en cambio aquí Anabel, lo logra haciendo uso de equilibradas descripciones, solo con el uso de la palabra escrita.
El resto de personajes, salvando estos dos ya citados, serán meramente ambientales, pero eso no es algo negativo, porque los personajes ambientales aunque carezcan de amplios diálogos, aunque tengan poca participación en los hechos, son imprescindibles para el desarrollo del argumento.
Ese elenco de secundarios, son los encargados de complementar la ambientación y sirven de apoyo en las acciones y diálogos de los protagonistas, sin ellos la historia no tendría sentido.
Otro de los generadores de los que os vengo hablando, nos va a llegar a través del narrador elegido.
Este cronista que vamos a encontrarnos, a través del cual iremos conociendo la historia, es un narrador en tercera persona muy interesante, porque se asemeja a uno omnisciente, ni juzga ni interfiere en los hechos, pero creo que otros matices de su comportamiento le alejan de las características propias de este último citado.
Esa voz es la de alguien cuyo radio de acción aparece más limitado. Actúa como un cámara que va siguiendo a los personajes, saltando de uno a otro, y que nos va contando lo que les sucede, lo que piensan, pero en el momento en que están en escena.
Es decir, si sigue a Sara, y esta está llamando a la puerta, solo podrá contarnos lo que sucede alrededor de ella, de ningún modo nos relatará lo que ocurre más allá, ni lo que hacen el resto de figurantes que no comparten su escenario.
Creo que la elección de este método de narrar es un buen acierto para las novelas de terror, porque no nos deja ver más allá del personaje de turno, no lo sabe todo, y eso amplifica la tensión, al desconocer cuál será el siguiente paso de los personajes o el acontecimiento que les golpeará.
Otro detalle que cabe destacar de este narrador, es que no solo seguirá a los personajes humanos, sino que también es capaz de meterse en la cabeza de otros seres, como será el caso de Halo, el perro de los vecinos. Un gran acierto, porque también en la literatura hay espacio para dar un poco de protagonismo a nuestros fieles animales de compañía.
Anabel reserva también un espacio en su novela para las anacronías.
A pesar de que la novela transcurre casi en su mayoría de forma lineal, también incorpora algún pequeño salto en el tiempo, para narrarnos hechos anteriores que van a complementar el hilo argumental de algún personaje y así solventar los posibles vacíos que se generarían si se prescindiese de esas restrospecciones.
Anabel ha llenado las páginas de esta novela, con guiños a otras obras y películas, algo para mí muy interesante y atractivo, ya que la lectura adoptará forma de juego, al tiempo que nos da la oportunidad de aprender más sobre los gustos de su autora.
De esa forma veremos guiños a "La princesa prometida", a "El exorcista", o a novelas de King tan famosas como son "El misterio de Salem's Lot", pero hay muchas más, y ahí está el reto... ¿Seréis capaces de dar con ellas?
Os recomiendo esta lectura a todos los amantes del género de terror o de suspense intenso. Os aseguro que no os va a defraudar, vais a encontrar una obra cuidada al detalle y con un argumento que os pondrá la piel de gallina, porque "La caja vacía", a pesar de la incongruencia, esconde mucho en su interior.
martes, 27 de noviembre de 2018
El retrato de la señora Charbuque de Jeffrey Ford
Sinopsis:
El retratista Piero Piambo, la gran sensación de Nueva York en 1893, siente menguar sus ambiciones artísticas, pese a inmortalizar a todos los nuevos ricos de la ciudad en sus óleos. Pero entonces recibe un lucrativo encargo distinto a los demás.
Su cliente es una tal señora Charbuque; el único problema es que Piambo no podrá verla, sino que tendrá que sentarse delante de un elegante biombo y su modelo le contará todo sobre su vida, dándole pistas por las que él debe adivinar su apariencia.
Mientras se esfuerza lo indecible para capturar en el óleo el rostro de una mujer a la que no ha visto jamás, una serie de asesinatos tienen lugar en la ciudad. Y al tiempo que la relación de Piambo con la señora Charbuque va complicándose, este sospecha cada vez más que esos terribles acontecimientos, su encargo imposible y su extraña «benefactora» están íntimamente relacionados.
Opinión:
Descubrí este título en la biblioteca por casualidad; su lomo sobresalía del resto de libros que alineados compartían con él espacio en la estantería.
La misteriosa sinopsis fue el siguiente lazo que se cerró sobre mí atrapándome; hacía referencia a finales del siglo XIX, una etapa que me fascina; a un encargo imposible y a una atípica mecenas, todo ello regado con una serie de asesinatos de fondo, que convertían esta historia en un misterio perfecto para acompañarme de vuelta a casa.
Jeffrey Ford, según nos indica la editorial, es un profesor de escritura y literatura americana antigua, y esa influencia es lo primero que vamos a ver reflejada en su prosa, sobre todo en el estilo empleado.
En esta historia, podemos encontrar reminiscencias que nos harán recordar en momentos a obras como "El retrato de Dorian Gray", no solo por el estilo o porque el tema central gire alrededor de una obra pictórica, sino también por la actuación de los protagonistas principales.
La mujer que da título al libro, es alguien absorbente, capaz de atrapar mentalmente al protagonista hasta el punto de obsesionarle; alguien a la altura, aunque con más sutileza y protagonismo, que Lord Henry Wotton, el personaje que adoptaba el papel de mefistófeles en Dorian Gray.
La historia, como ya habéis podido comprobar por la sinopsis, comienza con un extraño encargo, yo diría que prácticamente un imposible.
La señora Charbuque quiere que el protagonista, Piero Piambo, le haga un retrato. Todo hasta aquí sería normal, el misterio reside en que ella quiere que el pintor lo haga sin verla.
De esa manera, el autor utiliza un elemento ajeno a la obra, nuestra desbordante imaginación, que se unirá al relato que la excéntrica dama iniciará, relatando parte de su vida, dando pistas al retratista para que lleve a cabo el atípico encargo.
Con lo primero que nos vamos a encontrar es con dos narradores, Piambo y la señora Charbuque, dos personajes que tomarán las riendas de su relato, y también con unos capítulos muy breves que ayudarán a mantener el suspense y el ritmo ágil de la narración.
El comienzo quizás pueda parecer un poco lento, pero tras un arranque pausado, de unas setenta páginas, el misterio toma el control de la narración y nos resulta imposible no vernos atrapados por el argumento.
Todo parece misterioso, desde los acontecimientos que rodean la vida de la señora Charbuque, hasta los que comienzan a suceder alrededor del pintor.
Tras cada entrevista, Piambo parece más confuso, y esa confusión también nos afecta a nosotros. Tenemos a una misteriosa dama, de comportamiento distante, que nos hace sospechar desde sus primeras apariciones.
Intenta parecer inocente, al tiempo que teje un relato que actúa como una tela de araña.
Ella guía su narración, y con ella la entrevista y las posibles preguntas que puedan surgir en el pintor.
De ese modo, la desconfianza se adueña del relato en primera persona, y nos demuestra que Jeffrey Ford es un escritor muy hábil.
Consigue crear una inquietante atmósfera cargada de suspense, valiéndose para complementar el argumento, de elementos como los escenarios, los ambientes, e incluso situaciones que logran crear confusión en el lector, eso sin citar la personalidad extraña que asigna a algunos de los protagonistas. Hasta el rápido pasar de las horas, la climatología que aparece de fondo a lo largo de toda la novela, parece jugar a su favor.
Otro detalle que vamos a encontrar y que nos hace retroceder hasta esa época de forma acertada es que la novela utiliza como pilares fundamentales para construir el argumento, la pintura y la ciencia, dejando un gran espacio para el esoterismo.
Vamos a ver un claro homenaje a los estilos pictóricos, a prerrafaelitas, simbolistas e impresionistas, al adoptar a un pintor como personaje central, dándonos una clase magistral sobre el efecto de la luz.
Nos mostrará como le afecta el paso de las horas, como incide sobre los objetos y los colores, siendo testigos de la búsqueda obsesiva por atraparla en el lienzo valiéndose de los pigmentos.
El retratista Piero Piambo, la gran sensación de Nueva York en 1893, siente menguar sus ambiciones artísticas, pese a inmortalizar a todos los nuevos ricos de la ciudad en sus óleos. Pero entonces recibe un lucrativo encargo distinto a los demás.
Su cliente es una tal señora Charbuque; el único problema es que Piambo no podrá verla, sino que tendrá que sentarse delante de un elegante biombo y su modelo le contará todo sobre su vida, dándole pistas por las que él debe adivinar su apariencia.
Mientras se esfuerza lo indecible para capturar en el óleo el rostro de una mujer a la que no ha visto jamás, una serie de asesinatos tienen lugar en la ciudad. Y al tiempo que la relación de Piambo con la señora Charbuque va complicándose, este sospecha cada vez más que esos terribles acontecimientos, su encargo imposible y su extraña «benefactora» están íntimamente relacionados.
Opinión:
Descubrí este título en la biblioteca por casualidad; su lomo sobresalía del resto de libros que alineados compartían con él espacio en la estantería.
La misteriosa sinopsis fue el siguiente lazo que se cerró sobre mí atrapándome; hacía referencia a finales del siglo XIX, una etapa que me fascina; a un encargo imposible y a una atípica mecenas, todo ello regado con una serie de asesinatos de fondo, que convertían esta historia en un misterio perfecto para acompañarme de vuelta a casa.
Jeffrey Ford, según nos indica la editorial, es un profesor de escritura y literatura americana antigua, y esa influencia es lo primero que vamos a ver reflejada en su prosa, sobre todo en el estilo empleado.
En esta historia, podemos encontrar reminiscencias que nos harán recordar en momentos a obras como "El retrato de Dorian Gray", no solo por el estilo o porque el tema central gire alrededor de una obra pictórica, sino también por la actuación de los protagonistas principales.
La mujer que da título al libro, es alguien absorbente, capaz de atrapar mentalmente al protagonista hasta el punto de obsesionarle; alguien a la altura, aunque con más sutileza y protagonismo, que Lord Henry Wotton, el personaje que adoptaba el papel de mefistófeles en Dorian Gray.
La historia, como ya habéis podido comprobar por la sinopsis, comienza con un extraño encargo, yo diría que prácticamente un imposible.
La señora Charbuque quiere que el protagonista, Piero Piambo, le haga un retrato. Todo hasta aquí sería normal, el misterio reside en que ella quiere que el pintor lo haga sin verla.
De esa manera, el autor utiliza un elemento ajeno a la obra, nuestra desbordante imaginación, que se unirá al relato que la excéntrica dama iniciará, relatando parte de su vida, dando pistas al retratista para que lleve a cabo el atípico encargo.
Con lo primero que nos vamos a encontrar es con dos narradores, Piambo y la señora Charbuque, dos personajes que tomarán las riendas de su relato, y también con unos capítulos muy breves que ayudarán a mantener el suspense y el ritmo ágil de la narración.
El comienzo quizás pueda parecer un poco lento, pero tras un arranque pausado, de unas setenta páginas, el misterio toma el control de la narración y nos resulta imposible no vernos atrapados por el argumento.
Todo parece misterioso, desde los acontecimientos que rodean la vida de la señora Charbuque, hasta los que comienzan a suceder alrededor del pintor.
Tras cada entrevista, Piambo parece más confuso, y esa confusión también nos afecta a nosotros. Tenemos a una misteriosa dama, de comportamiento distante, que nos hace sospechar desde sus primeras apariciones.
Intenta parecer inocente, al tiempo que teje un relato que actúa como una tela de araña.
Ella guía su narración, y con ella la entrevista y las posibles preguntas que puedan surgir en el pintor.
De ese modo, la desconfianza se adueña del relato en primera persona, y nos demuestra que Jeffrey Ford es un escritor muy hábil.
Consigue crear una inquietante atmósfera cargada de suspense, valiéndose para complementar el argumento, de elementos como los escenarios, los ambientes, e incluso situaciones que logran crear confusión en el lector, eso sin citar la personalidad extraña que asigna a algunos de los protagonistas. Hasta el rápido pasar de las horas, la climatología que aparece de fondo a lo largo de toda la novela, parece jugar a su favor.
Otro detalle que vamos a encontrar y que nos hace retroceder hasta esa época de forma acertada es que la novela utiliza como pilares fundamentales para construir el argumento, la pintura y la ciencia, dejando un gran espacio para el esoterismo.
Vamos a ver un claro homenaje a los estilos pictóricos, a prerrafaelitas, simbolistas e impresionistas, al adoptar a un pintor como personaje central, dándonos una clase magistral sobre el efecto de la luz.
Nos mostrará como le afecta el paso de las horas, como incide sobre los objetos y los colores, siendo testigos de la búsqueda obsesiva por atraparla en el lienzo valiéndose de los pigmentos.
Realmente vamos a encontrar varias historias que corren de forma paralela.
La trama que sucede alrededor de este misterioso trabajo nos llevará a conocer la historia de Luciere Charbuque, también la vida presente y pasada del pintor, y como pincelada final del lienzo, una serie de muertes extrañas empezarán a sembrar de cadáveres las calles de Nueva York.
Una novela con la que el autor y el personaje femenino aúnan esfuerzos para desconcertar, mostrándonos a una mujer extravagante y maniática, cuya narración hará que nuestra atención se distraiga con un relato de toques fantásticos.
Como un buen prestidigitador se centrará en que solo veamos lo que ella quiere, entreteniéndonos y haciendo que interpretemos muchas veces de forma errónea los datos que aporta.
¿Y del retrato qué puedo decir? pues que se convertirá en ese elemento que acecha a Piombo de forma silenciosa, que le obsesiona y le perturba.
¿Qué se esconde tras ese extraño encargo, tras las pistas falsas y las distracciones en la narración?
El comportamiento de la señora Charbuque ¿es solo una representación?
¿Podrá pintar Piambo a la señora Charbuque, o plamar en el retrato su esencia?
Os reto a que lo descubráis...
La trama que sucede alrededor de este misterioso trabajo nos llevará a conocer la historia de Luciere Charbuque, también la vida presente y pasada del pintor, y como pincelada final del lienzo, una serie de muertes extrañas empezarán a sembrar de cadáveres las calles de Nueva York.
Una novela con la que el autor y el personaje femenino aúnan esfuerzos para desconcertar, mostrándonos a una mujer extravagante y maniática, cuya narración hará que nuestra atención se distraiga con un relato de toques fantásticos.
Como un buen prestidigitador se centrará en que solo veamos lo que ella quiere, entreteniéndonos y haciendo que interpretemos muchas veces de forma errónea los datos que aporta.
¿Y del retrato qué puedo decir? pues que se convertirá en ese elemento que acecha a Piombo de forma silenciosa, que le obsesiona y le perturba.
¿Qué se esconde tras ese extraño encargo, tras las pistas falsas y las distracciones en la narración?
El comportamiento de la señora Charbuque ¿es solo una representación?
¿Podrá pintar Piambo a la señora Charbuque, o plamar en el retrato su esencia?
Os reto a que lo descubráis...
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