martes, 11 de agosto de 2015

El misterio de Gramercy Park de Anna Katharine Green

Sinopsis:

La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella aplastando su cara, y aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa de uno de los hijos del señor Van Burnam, éste insiste en que no la reconoce. ¿Qué hacía la mujer en una mansión que permanecía cerrada? ¿De quién son las extrañas prendas que llevaba puestas? ¿Estaba muerta antes de caer sobre ella el aparador?...
Obra maestra de la «madre de la novela de detectives», Anna Katharine Green, conocida como la Agatha Christie de la época victoriana. Su protagonista es la encantadora señorita Butterworth, brillante precursora de la señorita Marple. 
En El misterio de Gramercy Park (1897) una solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a su vivienda. Así da comienzo una compleja investigación llena de giros equivocados y con una intrigante trama que mantiene en vilo al lector hasta la última página.

Opinión:

Lo primero a lo que habría que hacer mención, es a la cuidada edición que nos presenta Editorial dÉpoca.
El libro presenta una sobrecubierta con una ilustración, Óleo sobre lienzo «An elegant woman» de Fernand Toussaint. El interior no se queda atrás e incluye varias ilustraciones que hacen cómoda y enriquecen la lectura.

Algunos críticos tras leer el primer libro publicado de Anna Katharine, El caso Leavenworth, cuyo protagonista era el detective Ebenezer Gryce; no creyeron, que una novela de tan preciso y complejo argumento que incluía conocimientos legales, pudiese ser obra de una mujer... Y es que a Anna Katherine se la considera como la primera mujer que escribió una novela de detectives.

El misterio de Gramercy Park fue publicada en 1897. Hay que recalcar que ésta, es la décima obra policíaca de la autora y la primera que tiene como protagonista a Amelia Butterworth.
La autora en sus libros, resalta las supuestas diferencias que existían en la época entre hombres y mujeres, haciendo un excelente retrato de la sociedad.
Aunque Anna Katherine Green se declaraba antisufragista, sí se reconocía como una mujer preocupada por las situaciones de indefensión a las que las mujeres se veían constantemente sometidas.

Nuestra protagonista, Amelia Butterworth, es una mujer fuerte que lucha contra todo lo que acabo de mencionar.
Independiente e inteligente, se enfrentará sin dudarlo y dejará en evidencia, a todo aquel que se cruce en su camino, incluido al personaje masculino de esta historia, el ya citado, detective Ebenezer Gryce.

Nos encontramos ante una historia con intrincado argumento al que se suma una crónica histórica y social.
Se supone que Amelia en El misterio de Gramercy Park, debe ser solo una mera colaboradora y el afamado detective Gryce llevar el peso de la investigación, pero al final de la lectura nos demostrarán que juntos forman un equipo excelente. Gryce aporta la experiencia y profesionalidad adquirida a lo largo de una larga carrera y Amelia la verdadera inteligencia y un método muy eficaz, la observación.

La novela tiene cuarenta y dos capítulos distribuidos en cuatro partes y uno de los fallos es el ritmo, que lamentablemente sufre de demasiados altibajos.
Otro detalle es el uso de constantes giros. Eso pensaréis que puede ser positivo... estoy de acuerdo, pero siempre y cuando no sean en exceso.
Cada personaje encargado de investigar va emitiendo veredictos sobre el caso, dependiendo de las pruebas obtenidas hasta el momento. Los abusivos giros en el argumento, hacen cambiar frecuentemente de sospechoso al lector, al tiempo que se van incorporando nuevos personajes. Eso que en un principio podría ser un buen aliciente se convierte en completamente lo contrario y terminamos aburriéndonos, no por el argumento que es muy original, sino por tanto cambio que hace que el final se haga cuesta arriba.

El gran fallo... la personalidad de la protagonista...
El personaje de Amelia se me ha hecho un poco cargante. Es petulante, clasista, estirada, prepotente y cotilla, aunque esto último, ella se empeñe en dejar claro, que no es así. Está demasiado pagada de sí misma. Me hubiera gustado un personaje más humilde y con menos dosis de orgullo.
Podemos pensar que la Señorita Butterworth, es la antecesora de Miss Marple. Otra encantadora metomentodo; pero pienso que el personaje en momentos hace que la novela provoque con su particular método de actuar un sentimiento más de fobia que de filia y eso repercute de forma negativa en la lectura. Nos centramos más en la forma de actuar de Amelia que en la investigación en sí.
Sobre la opinión que me ha generado el inspector, tampoco me voy a andar con remilgos. parece distante, en ocasiones ajeno a los acontecimientos, otras veces disperso; aunque luego veamos que no es así y que tras esa fachada anodina se esconde un personaje al que no se le escapa casi nada. La particularidad de este personaje es que apenas aparece, y cuando lo hace no conocemos su modo de proceder y como llega a sus deducciones detectivescas, no existe mención al desarrollo de ellas.

Amelia y el detective Gryce son personajes totalmente opuestos. Puede parecer una paradoja pero son antagónicos, en lo que en su forma de llevar una investigación se refiere. Son como los polos opuestos de un imán, se atraen y al final se complementan.

El gran atractivo quizás pueda recaer en la curiosidad o en el afán de conocimiento. Es interesante conocer una de las primeras obras policíacas escritas por una mujer y con un argumento innovador para la época con una forma de redactar la narración, totalmente distinta a lo que conocemos.


martes, 4 de agosto de 2015

Antojo de violetas de Martine Bailey

Sinopsis:

Así pasa con nosotros, los criados. Nadie te presta mucha atención: eres casi invisible, como el mobiliario; sin embargo tú oyes una conversación por aquí y añades un poco de chismorreo por allá. Un escritorio se ha quedado abierto y encuentras algo, algo que no debías haber encontrado.
Biddy Leigh, impulsiva ayudante de cocinera en la imponente mansión de Mawton Hall, desea fundar una familia con Jem Burdett y abrir su propia taberna. Pero cuando Sir Geoffrey, su anciano señor, se casa con la joven y enigmática Lady Carinna, Biddy se dejará arrastrar, sin darse cuenta, por un mundo de maquinaciones, secretos y mentiras.
Obligada a acompañar a su nueva señora a Italia, Biddy lleva consigo un antiguo libro de recetas caseras, La joya de la cocinera, en el que toma nota de sus observaciones. Al verse enredada en un horrible complot, Biddy se da cuenta de que los secretos que guarda tal vez sean la clave de su supervivencia… o, tal vez, de su perdición.

Antojo de violetas es una historia apasionante sobre un misterio, una obsesión y la buena mesa.

Opinión:

Una apasionante intriga entre señores y criados en la Inglaterra de finales del siglo XVIII

Cuando vi esta novela por primera vez en una librería, caí como en estado hipnótico.
La portada atraía cuán canto de sirena.
Hacía destacar esta novela sobre el resto de las que había situadas en la misma estantería.
Toda de color violeta y como dibujo central un delantal.
En los laterales colocados de forma simétrica se veían dibujos de plantas, un almirez, botes que anunciaban en su interior algún veneno y los clásicos caramelos de violeta que dan lugar al título de la obra.
Abajo del todo aparecía una mansión reposando sobre unos pergaminos.
La sinopsis que aparecía en la contracubierta actúo como detonante, para que este libro pasase a ser mi siguiente lectura.
Ahora entiendo a la perfección a aquellos que dicen que la comida primero entra por los ojos... Para una obra cuyo tema central es la cocina esto sería un excelente reclamo.

Lo primero que nos llama la atención al comenzar la lectura, es encontrarnos una narración In extremis.
El primer capítulo nos sitúa en lo que intuimos que será casi el final de la historia, Abril de 1773. Pero no temáis, porque aunque se comienza por el final, no se destripará nada... sobre esto, ya ampliaremos datos más adelante.
Este recurso de comenzar por el final, es algo muy utilizado en obras que quieren sembrar intriga desde el comienzo. Nos muestra unos hechos cargados de misterio y el lector se encuentra atrapado de golpe en el argumento.

Con este comienzo, el lector llega al mismo tiempo que Kitt Tyrone, un personaje secundario, a Villa Ombrosa, una mansión situada en la Toscana italiana.
Kitt va en busca de su hermana Carinna y lo que encuentra a su llegada, es una mansión abandonada en extrañas circunstancias.
Todo se encuentra tal y como la Señora y sus criados lo dejaron. La mesa dispuesta para el banquete, el vestido preparado en el perchero para ser usado y la cocina sin limpiar.
El único habitante de la casa, es el pequeño perro de compañía de Carinna...

A partir del segundo capítulo la trama retrocede seis meses y nos sitúa en Inglaterra.
Nos encontraremos con varios narradores que se irán sucediendo a lo largo de la obra.
La narración principal es a modo de diario, y la encargada de hacerla es Biddy Leigh, la cocinera. El resto de la historia nos llega a través de otros dos personajes:
Loveday, un criado cuyo relato nos llega en tercera persona mediante un narrador externo y lo relatado por el Señor Pars, a través de cartas.
Loveday es un personaje que al comienzo se dibuja abstracto ante nuestros ojos; no conocemos ningún detalle sobre él, aunque lleva implícita la palabra esclavo.
Solo sabemos que proviene de alguna isla de las Indias orientales y poco a poco, mezclando los hechos que vive actualmente con pequeños fragmentos del pasado, iremos conociendo detalles sobre su vida.
Es un personaje que sirve de puente o de enlace, entre la inocencia de lo que nos relata Biddy y lo tergiversado que nos llega por parte de Pars. En resumen, un protagonista secundario que equilibra el argumento.
El administrador Pars es el encargado de añadir mayor intriga.
Su hilo narrativo es epistolar. A través de las cartas que va enviando a lo largo del viaje que emprenden, iremos conociendo las extrañas y desconcertantes maquinaciones de este individuo, tan ambiguo como mezquino.
He dejado para el final la descripción de Biddy Leigh.
Nos encontramos ante una figura que destaca por lo bien definida que está, además de por la gran transformación que va experimentando su personaje a lo largo de las páginas de este libro.

Retomando lo que he mencionado al comienzo de esta reseña y que es importante señalar...

El primer capítulo nos sitúa en lo que intuimos que será casi el final de la historia...

Pues sí. Lo que en un principio considerábamos trama principal, finaliza al llegar más o menos el 80% de la novela.
¿Pero que ocurre? pues simplemente que la narradora principal y protagonista de esta historia, es Biddy Leigh, por lo tanto, el libro no puede acabar ahí.
La trama inicial con que comienza la novela y que nos había ido guiando, queda relegada al finalizar a un segundo plano; incluyendo con ello a sus personajes.
Lo que había que contar para cimentar el argumento, ya ha terminado pero la historia continúa, y en ese tímido 20% que nos queda por leer, finalizarán todos los hilos que aún quedasen abiertos.

La única pega que puedo poner es que el futuro de un personaje en concreto queda un poco en manos del azar.
Habría sido interesante tener noticias de él, aunque fuese mediante una simple carta...
También hay que reconocer que según vamos leyendo, las pequeñas intrigas no es que resulten previsibles, simplemente que el lector se adelanta al desarrollo de los acontecimientos, sucediéndose los mismos tal como deberían ser. Eso no significa que resulte tediosa su lectura, todo lo contrario.

Hay bastantes detalles que me han gustado.
Uno de ellos, aunque sencillo, aporta originalidad a la composición de los capítulos.
Los narrados por Biddy, comienzan con la receta de cocina que se menciona en el mismo.
Los del administrador Pars con un dibujo de unas plumas entrecruzadas y el capítulo que corresponde a Loveday se indica con un pequeño dibujo tribal, que con imaginación relacionaremos con lo que cuenta el episodio.

La ambientación es otro punto a tener en cuenta. Se ajusta a la imagen que tiene el lector sobre la época en que suceden los acontecimientos. Esto es todo un logro, porque realmente la autora no hace un uso excesivo de descripciones y aun así, consigue arrastrarnos a una escenificación casi perfecta.

La caracterización de los personajes, aunque estereotipada, nos describe con maestría su personalidad y eso contribuye a que el lector reciba información creíble y real.
Los distintos registros utilizados, sitúan a cada personaje en el estamento que le ha tocado vivir de forma adecuada.
También hay que destacar que algunos personajes ambientales están muy logrados. Uno de los que más me ha gustado es la odiosa Jesmire.

Una novela de ficción; original y entretenida que nos llevará de viaje por varios países europeos, arrastrando tras de sí, una buena mezcla de suspense, aventuras, conspiraciones, romance y gastronomía.