¿Qué pasaría si todos tus recuerdos desaparecieran de tu mente y no tuvieras más opción que seguir adelante, incapaz de impedirlo?
Alice Howland está orgullosa de la vida que tanto esfuerzo le ha costado construir. A los cincuenta, es profesora de psicología cognitiva en Harvard y una experta lingüista de fama mundial, con un marido exitoso y tres hijos adultos. Cuando empieza a sentirse desorientada y olvidadiza, un trágico diagnóstico cambia su vida, al tiempo que la relación con su familia y con el mundo, para siempre.
Bella y aterradora a la vez, esta extraordinaria novela es un retrato vívido y emotivo de la irrupción precoz del Alzheimer. Una conmovedora historia de lo que Alice piensa y siente al comprobar cómo deja de ser la persona que era y cómo no solo pierde su identidad sino todo lo que conformaba su vida.
Opinión:
"Hacía por lo menos un año que algunas neuronas de su cabeza, no lejos de los oídos, comenzaron a ahogarse y terminaron muriendo tan silenciosamente que no pudo oírlas. Algunos dirían que todo sucedió de una forma tan insidiosa que las propias neuronas iniciaron la cadena de acontecimientos que las condujeron a su autodestrucción. Ya se tratase de asesinato molecular o suicidio celular, antes de morir fueron incapaces de avisarla de lo que estaba ocurriendo".
La narración escrita en tercera persona de singular, nos llega de manos de un narrador que ofrece una crónica elegante, pero ante todo, respetuosa.
Un retrato devastador a la vez que conmovedor y por supuesto una historia de ficción con trasfondo real que todos deberíamos tener la oportunidad de leer.
La obra hace una disección bastante detallada de una enfermedad muy dura de afrontar, el Alzheimer, o más bien en este caso del Alzheimer precoz.
El paciente es consciente de como su pasado va borrándose a pasos agigantados y solo le queda avanzar por un presente desconcertante hacia un futuro incierto. Es consciente de que su vida ya no le pertenece, sienten que atraviesan un puente que se disipa a cada paso que dan, el camino se vuelve tortuoso y serpentea dejando a la vista solo una espesa niebla, que impide atisbar lo que vendrá después.
Igual de dura resulta esta enfermedad para los familiares y el entorno, que ven como poco a poco el deterioro inevitable les separa de la persona a la que amaron.
"Estoy perdiendo mis ayeres. Si me preguntáis lo que hice ayer, qué me
ocurrió, que vi, sentí u oí, me costará mucho daros detalles. Puedo
deducir unas cuantas cosas correctamente, son muy buena deduciendo, pero
en realidad no lo sé. No recuerdo el ayer, ni el ayer del ayer".
Alice es un personaje redondo, que evoluciona según avanza la historia.
Una mujer luchadora de la que iremos conociendo datos de su pasado. Seremos testigos de como es su relación de pareja, con sus hijos y sus compañeros de trabajo. Viviremos junto a ella ese intento de adaptarse a las situaciones que antes eran algo nimio y que en cambio ahora, se convierten en todo un reto. Veremos como intenta solventarlas y al mismo tiempo extrae fuerzas para ayudar al resto y no rendirse.
Es un libro que plantea muchas preguntas sobre la enfermedad y aunque no resuelve todas las que querríamos, sí nos ofrece una imagen extremadamente clara, sobre como se sienten el colectivo que la padece.
Sobre esto que acabo de mencionar, hay un momento muy especial y clave para la novela, concretamente en la página 274.
Alice ofrece el discurso de apertura en la conferencia anual de asistencia médica contra la demencia, donde hay reunidos profesionales involucrados en el cuidado de enfermos, afectados y familiares. Como digo es un momento crucial, porque no solo veremos a Alice desnudar sus sentimientos más profundos ante desconocidos, en ese momento vemos al enfermo.
Sabemos lo que siente, lo que sufre. Conocemos sus miedos, la vergüenza, el temor a lo que pensarán los demás y a lo que deparará el futuro. Solamente por ese par de páginas ya merece la pena leer esta novela, os advierto que es un momento muy emotivo.
Como dijeron en el Boston Globe:
Después de leer Siempre Alice, quería levantarme en medio del tren y decir a todos aquellos desconocidos:
"¡Tenéis que leer este libro!"
Como ya sabéis, con frecuencia recurro a novelas que llevan bastante tiempo publicadas. Ésta en concreto, la he rescatado de lo que yo denomino el baúl de los libros olvidados, que no es ni más ni menos que el depósito de la biblioteca, y es una lástima, porque es una joya que debería estar entre las novelas más leídas y solicitadas.
Supongo que ahora con la novedad de la película, que fue estrenada en 2014 y protagonizada por Julianne Moore y Alec Baldwin empezará a ser más solicitada.
Espero con mi reseña contribuir a que se lea más esta novela, es totalmente recomendable y es que aunque parezca una tontería, los recuerdos, las imágenes del pasado que se van almacenando en nuestro cerebro, esos momentos vividos, unos buenos y otros malos; las palabras, las frases, el poder expresarnos; la facultad de cognición, aprendizaje, razonamiento,el poder resolver problemas y tomar decisiones... son nuestra esencia, lo que al final define nuestra personalidad y nos hace ser quien verdaderamente somos.
"Antes era alguien que sabía muchas cosas. Ahora nadie me pide opinión o
consejo. Lo echo de menos. Antes era curiosa, independiente y confiada.
Echo de menos estar segura de las cosas. No hay paz en no estar segura
de todo, todo el tiempo. Echo de menos hacerlo todo con facilidad. Echo
de menos no formar parte de lo importante, Echo de menos sentirme
necesitada. Echo de menos mi vida y mi familia. Amaba mi vida y a mi
familia".