Sinopsis:
Un aviador se encuentra perdido en el desierto del Sahara, después de haber tenido una avería en su avión. Entonces aparece un pequeño príncipe. En sus conversaciones con él, el narrador revela su propia visión sobre la estupidez humana y la sencilla sabiduría de los niños que la mayoría de las personas pierden cuando crecen y se hacen adultos.
Opinión:
Un libro para adultos disfrazado de libro para niños.
Y no creo que sea un libro destinado a ellos... a mí me lo hicieron leer con 8 años, si mal no recuerdo, y no me gustó nada. La experiencia fue totalmente negativa.
Quizás no supe entenderlo y mis preferencias de lectura estaban orientadas hacia otro tipo de libros; o simplemente que las lecturas impuestas, no se saborean de la misma forma que las elegidas por nosotros mismos.
El caso es que durante un tiempo odié a esa especie de niño adulto, algo petulante que vestía como Napoleón.
Pero como se suele decir, nunca es tarde si la dicha es buena... y siempre estamos a tiempo de rectificar.
Hace meses, este libro llegó de nuevo a mis manos en forma de regalo y pude disfrutar de él en todo su esplendor; desgranando palabra por palabra y frase por frase. Fue una experiencia inolvidable y ahora mismo, puedo decir que lo considero un libro especial e imprescindible. Descubrí cosas que un niño no habría podido ver o entender...
Es cierto que con el paso de los años, los gustos de los lectores van cambiando, me gustaría pensar que las lecturas también evolucionan y al igual que nosotros, maduran.
Es un libro que te enseña a valorar las cosas más pequeñas que tenemos todos al alcance de la mano y que solemos pasar por alto, lo más gracioso de todo esto, es que esa visión nos llega a través de los ojos, precisamente de un niño. Nos aporta ternura al tiempo que al mirarnos en los ojos de ese niño nos devuelve nuestro reflejo, nos muestra situaciones que seguro que más de una vez hemos vivido.
Ahora lo cojo a menudo, lo abro por una página al azar y me leo un trocito...y siempre logra arrancarme una sonrisa... Está cargado de frases reflexivas que nos invitan a pensar y a recapacitar.
Mi parte preferida es cuando el principito se encuentra con el zorro..., y en ella hallamos dos frases bellísimas...
Si vienes por ejemplo, a las cuatro de la tarde, comenzaré a ser feliz desde las tres...
Y esta otra, sin duda para mí la mejor....
lo esencial es invisible a los ojos